Posts Tagged ‘productividad’
Precios y ley económica en «Salario, precio y ganancia» (3)
La segunda parte de la nota, aquí
Mark-up y arbitrariedad
De la tesis que afirma que el precio surge por la suma de partes, y que el precio del trabajo (el salario) regula el precio de las mercancías, se pasa, naturalmente, a la idea de que la ganancia y la renta de la tierra surgen por recargo sobre el costo salarial. Así, la renta queda establecida por el “poder de monopolio” (tesis favorita del populismo de izquierda) y la ganancia por la costumbre, la voluntad del capitalista, y similares. Pero la voluntad o la costumbre no explican nada; los precios, en promedio, no son arbitrarios. Por eso, Marx plantea que para contestar la pregunta de qué es lo que determina la ganancia o la renta no hay más remedio que “traspasar los límites de la voluntad” (véase Salario…, p. 5). Y aunque la voluntad del capitalista sea embolsar lo más que pueda, lo que cuenta son los límites de lo que puede. Así, ya cuando analizamos el salario nos damos cuenta de que no puede ser fijado a voluntad por el capitalista. Es posible que este desee llevarlo al mínimo fisiológico, pero entre ese mínimo y los salarios tal como pueden establecerse, dada una cierta relación de fuerzas entre las clases sociales, existe toda una escala, en la cual la voluntad del capitalista juega un rol muy menor. Lee el resto de esta entrada »
Economía global 2019; actualización (1)
Esta entrada se divide en dos partes
En esta nota actualizamos análisis que hemos presentado en notas anteriores sobre la economía global. La idea central es que se ha mantenido el crecimiento débil, al que hacíamos referencia años atrás. En este respecto recuerdo que en una nota de julio de 2014 (aquí, y siguientes; también aquí) decíamos que desde el final de la crisis de 2007-9 la coyuntura no era de depresión, o recesión, pero tampoco de fuerte crecimiento. Las economías de la zona del euro y Japón continuaban estancadas; el crecimiento era débil en Estados Unidos y Canadá; y relativamente importante en los países atrasados.
Agregábamos que todo indicaba que la economía mundial se encaminaba hacia un largo período de crecimiento débil, o semi-estancamiento. En paralelo, había mucha liquidez que alimentaba el crédito y la especulación. Una situación que Marx llamó “plétora del capital”, y que la literatura económica mainstream registró como “exceso mundial de ahorro”. Con bajas tasas de interés y mucho cash, y a pesar de mejoras en la rentabilidad –entre otras razones por aumento de la plusvalía relativa, véase más abajo- la inversión permanecía débil. Así, en lugar de ampliar su capacidad productiva, las empresas preferían recomprar sus acciones o involucrarse en fusiones y adquisiciones, en un contexto de crecimiento del crédito y las deudas, y falta de dinamismo de la producción. Lee el resto de esta entrada »
Productividad, inversión y fuerzas productivas
El debate sobre cómo medir la productividad conecta con la discusión sobre cómo se evalúa el desarrollo de las fuerzas productivas. Para ver por qué, supongamos que, dada una población obrera constante, aumenta la producción de valores de uso por trabajador, y que el valor agregado por trabajador permanece constante. ¿Cuál de estos ratios debe tomarse entonces cuando se evalúa si hubo, o no, desarrollo de las fuerzas productivas? Por lo que hemos explicado en notas anteriores (véase aquí, por ejemplo), sostenemos que debe tomarse en cuenta la razón producción de valores de uso (o riqueza material) por unidad de trabajo. De hecho, es el criterio que aplicaba Marx.
Pues bien, el mismo problema se suscita cuando se intenta evaluar si hay desarrollo de las fuerzas productivas por la relación inversión / producto bruto. Es que si se calcula este ratio en términos de valor, se puede concluir, equivocadamente, que las fuerzas productivas están estancadas – o que existe una tendencia al estancamiento. Por caso, François Chesnais, en varios trabajos, se apoya en ese ratio para demostrar que el modo de producción capitalista tiende al estancamiento, por lo menos desde mediados de los 1970. Lee el resto de esta entrada »
Chesnais sobre productividad, ¿PTF o enfoque marxista?
Por estos días leí el escrito de François Chesnais “De nuevo sobre el impasse económico histórico del capitalismo mundial”, publicado originariamente en http://alencontre.org/economie/, traducido al castellano y publicado por Viento Sur. Como bien dice Viento Sur, François Chesnais es economista y autor de una larga relación de obras y artículos sobre el capitalismo financiarizado. Agrego que ejerce una significativa influencia en buena parte de la izquierda argentina, y de otros países latinoamericanos.
En líneas generales, mi enfoque es muy distinto del de Chesnais, tanto en lo referido a su tesis de la financiarización, como a su enfoque “estancacionista” – la idea, que comparten muchos trotskistas, de que existe una tendencia secular al estancamiento del capitalismo global. He criticado estas posiciones en otras notas, y seguramente volveré a escribir sobre estos asuntos. Pero en esta entrada quiero referirme a un tema más básico, a saber, las categorías teóricas con que estudiamos el capitalismo. La cuestión se suscita porque Chesnais no solo adopta la idea neoclásica de la “productividad total de los factores”, sino porque utiliza una muy cuestionable noción de “productividad”. Empiezo con esta cuestión. Lee el resto de esta entrada »
Trabajo socialmente necesario y fetichismo de las matemáticas
Algunas discusiones se tornan difíciles porque se desarrollan desde paradigmas metodológicos opuestos. Esto se aplica a las diferencias que tengo con defensores de la “tesis transferencia”, que han criticado mi interpretación del texto de Marx de cómo surge la plusvalía extraordinaria (y ahora también dicen que Marx no presentó una explicación “general” de la plusvalía extraordinaria).
Como expliqué en la anterior entrada, la diferencia de fondo está en el concepto de tiempo de trabajo socialmente necesario (TTSN), y en la relación entre tiempo de trabajo privado y social. Mis críticos sostienen que el tiempo de trabajo privado es directamente social (una hora de trabajo privado siempre genera una hora de valor) y de ahí derivan que el TTSN se determina calculando el promedio aritmético ponderado de los tiempos de trabajo individuales empleados. Así, por ejemplo, si la mercancía A es producida por 10 productores que emplean 10 horas cada uno; un productor que emplea 8 horas y otro que emplea 15 horas, el valor de A sería 10,25 horas. Si aparece otro productor que produce A en 20 horas, A tiene 11 horas de valor, etcétera. Si la hora de trabajo se expresa en $10, en el primer caso A tendrá un precio de $102,5, en el segundo de $110.
Cuba: crisis, globalización y giro al mercado (7)
La parte 6 de la nota aquí.
Acumulación y ascenso de las FAR
En un entorno de escasez de bienes y recursos, el control del Estado y de la economía estatizada brinda oportunidades para el enriquecimiento rápido. Se produce entonces una “acumulación primitiva”, un concepto con el que quiero destacar el rol de los mecanismos de violencia político- estatal (corrupción, robo, fraude) para la concentración de riqueza en algunas manos. Esta riqueza, llegado el momento, se volcará a la acumulación libre de capital. Cito de nuevo al militante del PC cubano Esteban Morales Domínguez: “Cuando observamos detenidamente la situación interna de Cuba hoy, no podemos tener duda de que la contrarrevolución, poco a poco, va tomando posiciones en ciertos niveles del Estado y del Gobierno. Sin duda, se va haciendo evidente de que hay gentes en posiciones de gobierno y estatal, que se están apalancando financieramente, para cuando la Revolución se caiga, y otros, que pueden tener casi todo preparado para producir el traspaso de los bienes estatales a manos privadas, como tuvo lugar en la antigua URSS” (véase http://estebanmoralesdominguez.blogspot.com.ar/2010/07/corrupcion-la-verdadera.html, énfasis añadidos).
Cuba: crisis, globalización y giro al mercado (3)
La primera parte de la nota aquí, la segunda aquí
Nuevo giro y el VI Congreso
Desde 2008, y coincidiendo con la asunción formal de Raúl Castro como presidente, volvió la apertura a los capitales y a la actividad privada. También se aprobó (junio de 2008) una reforma laboral que vinculaba el pago del salario a los resultados del trabajo. Por su parte, en 2009 el presidente Obama levantó restricciones a los viajes de familiares cubanos desde EEUU a Cuba, y a las remesas de divisas. En 2011 Washington volvió a ampliar las sumas permitidas: hasta 500 dólares cada tres meses, destinados a “ciudadanos de Cuba” y “con el fin de respaldar la actividad privada”. Pero más importante, ese año se realizó el VI Congreso del PC de Cuba, donde se admitió que había problemas, y graves.
Efectivamente, en el documento conocido como “Lineamientos”, se planteó que la economía atravesaba por una profunda crisis, que había “baja eficiencia, descapitalización de la base productiva, estancamiento y envejecimiento en el crecimiento poblacional”. Como problema fundamental, se reconoció la poca productividad del trabajo: se mencionaba la “mentalidad de la inercia”, el “exceso de reunionismo improductivo” y la falta de cumplimiento de objetivos. También se planteó que era necesario reestructurar el empleo y los salarios “considerando formas no estatales de gestión donde sea conveniente”; avanzar hacia la supresión de la dualidad monetaria; solucionar los déficits en la balanza de pagos; poner en explotación tierras ociosas y elevar los rendimientos agrícolas.