Respuesta a la crítica de Rallo a Moseley

En una nota (aquí) que subí en julio de 2016 reseñé el libro de Fred Moseley, Money and Totality. A Macro-Monetary Interpretation of Marx’s Logic in Capital and the End of the “Transformation Problem” (Leiden, Brill, Historical Materialism Book Series). En esa entrada escribí:
“El eje de Money and Totality, en el que Moseley ha trabajado durante 20 años, es la crítica a la interpretación estándar del “problema de la transformación” contenida en los trabajos de Bortkiewicz y Sweezy, o en los autores influenciados por Sraffa, como Morishima y Steedman. Según esta interpretación estándar, Marx habría cometido un error fatal cuando determinó los precios de producción en el tomo III de El Capital, ya que no habría transformado a precios de producción los valores de los insumos (esto es, el capital constante y variable). De aquí se sostuvo que el planteo de Marx era lógicamente contradictorio, ya que los outputs no podrían estar establecidos en precios de producción y los insumos en valores”. Bortkiewicz, Sweezy, marxistas sraffianos, entre otros, intentaron resolver la dificultad recurriendo a sistemas de ecuaciones. Pero los problemas continuaban. De ahí la importancia de la solución que presenta Moseley en su libro. Básicamente, Moseley sostiene que los precios de insumos no deben transformarse en precios de producción, ya que siempre son pagados por los capitalistas a precios de producción; además, todas las variables se determinan en forma secuencial; no de manera simultánea, como ocurre en los sistemas de ecuaciones tipo Bortkiewicz (véase la nota citada; también aquí).
La crítica de Rallo a Moseley
Pensaba que el libro de Moseley daba una respuesta definitiva a la crítica que había abierto Böhm Bawerk. De hecho, en polémicas o notas críticas a la escuela austriaca, hice referencia al libro de Moseley, pero no tuve respuesta. Y varios austriacos siguieron con la cantinela de que Marx no podía resolver la relación entre valores y precios de producción. Pues bien, la situación cambió porque ahora tenemos una respuesta austriaca a Moseley. La encontramos en el libro de Juan Ramón Rallo, Anti-Marx. Crítica de la Economía Política marxista, Deusto, 2 tomos, 2022, eBook.
Efectivamente, en p. 273 del Anti Marx, Rallo presenta el ejemplo numérico de Moseley, con los valores de los departamentos I (producción de medios de producción) y II (producción de medios de consumo). Se supone que toda la plusvalía (o el beneficio) es gastado en medios de consumo (o sea, no hay acumulación). En valores entonces tenemos:
Tabla 1

Rallo observa que en esta tabla no hay equilibrio entre los departamentos I y II, pero esto “según Moseley eso es irrelevante porque el equilibrio interdepartamental tiene que darse no en la estructura de valores, sino en la estructura de precios de producción”. Presentamos entonces la tabla 2 con los precios de producción.
Tabla 2

Rallo admite que en este caso tanto los insumos como los outputs están transformados en precios de producción, y que hay equilibrio entre los departamentos, ya que IIc = Iv + Ib. Esto es, IIc = Iv + Ib = 190. Dice entonces que esta solución de Moseley no se sostiene porque si varía la tasa de ganancia (o la tasa de plusvalía), variarán los precios del capital constante y variable, de manera que dejarán de ser precios de equilibrio entre los dos sectores. Por ejemplo, dice Rallo, si los salarios aumentan un 20%, (la tasa de ganancia baja al 25%), tenemos:
Tabla 3

Antes del aumento de los salarios el capital total era 720, y la plusvalía a repartir 240. Luego del aumento salarial el capital total es 768 y la plusvalía a repartir 192. La tasa de beneficio baja de 33% a 25%. Y ahora no hay equilibrio interdepartamental, ya que IIc ≠ Iv + Ib. En el ejemplo, IIc = 190 en tanto Iv + Ib = 177,5; es una diferencia de 12,5.
Dado este desequilibrio, Rallo sostiene que el método secuencial de Moseley (los precios de producción que se obtienen en los outputs valen luego como precios de producción de los insumos) debe ser reemplazado por el método de Bortkiewicz, consistente en la resolución simultánea, mediante un sistema de ecuaciones, de los precios de producción de insumos y outputs.
Sin embargo, en la realidad los capitalistas adquieren el capital constante y la fuerza de trabajo a precios de producción (el valor de la fuerza de trabajo está asociado a una canasta promedio de bienes salariales, a precios de producción). De manera que, de hecho, lo que hacen los capitalistas se aproxima al método secuencial. En la realidad no existe una resolución simultánea de los precios de insumos y productos “a lo Bortkiewicz”, Tal cosa equivaldría a anular el tiempo económico. Por supuesto, en determinadas circunstancias, y precisando las condiciones que lo enmarcan, se puede suponer “suprimido” el tiempo, y por lo tanto, conceder en el empleo del método de las ecuaciones simultáneas. Pero cuando estamos ante cambios de las variables económicas –en nuestro ejemplo, un aumento de salarios de nada menos que el 20%- no hay forma de pasar por alto los desequilibrios y las dinámicas de “ajuste” que les siguen (y que serán perturbadas por nuevos cambios). Una cuestión que es clave en el planteo de Moseley. Como señala en una comunicación personal, producido el cambio -en el caso que propone Rallo, el aumento de salarios- “habrá un proceso de ajuste hacia el nuevo equilibrio que insumirá algún tiempo”. Pensar en una economía en que se establecen de manera instantánea nuevos precios de equilibrio, equivale a hacer abstracción de los movimientos reales, inherentes a un sistema económico en que la ley del valor se impone a través de permanentes oscilaciones y contradicciones.
Ampliación sobre Walras, los austriacos y la crítica al marxismo
Por lo planteado en el apartado anterior, es claro que suprimir los desequilibrios y los procesos de ajuste recurriendo a la resolución de sistemas de ecuaciones, como sugiere Rallo que debiera hacer Moseley, es volver a la desaparición del tiempo económico, efectuada por Walras en su sistema. Véase, si no, la lección 20 de Elementos de economía política pura: no solo se deciden al mismo tiempo los planes de producción y las cantidades y precios de los “servicios” de terratenientes, trabajadores y capitalistas, sino también la producción ocurre instantáneamente. En palabras de Walras: “La producción exige cierto plazo. Resolvemos esta segunda dificultad haciendo pura y simplemente abstracción de dicho plazo”. En otros términos, “los servicios productivos pueden transformarse instantáneamente en productos” (p. 406). ¿Qué economía realmente existente funciona de esta manera?
Sin embargo, lo curioso es que Rallo, partidario de la escuela austriaca, recomiende la aplicación del enfoque walrasiano para hacer desaparecer, como por arte de magia, el desequilibrio. Es que los austriacos han sido críticos de ese enfoque. Por ejemplo, Huerta de Soto, compatriota de Rallo, y también “austriaco”, en Socialismo, Cálculo Económico y Función Empresarial (Madrid, 1992), señala “…los negativos efectos que el formalismo matemático y la perniciosa obsesión por los análisis basados en la plena información y en el equilibrio han tenido sobre el desarrollo de nuestra ciencia”. Y en seguida: “Igualmente es necesario abandonar la teoría funcional de la determinación de los precios y sustituirla por una teoría de los precios que explique cómo éstos se forman dinámicamente como resultado de un proceso secuencial y evolutivo movido por… las acciones humanas de los actores implicados, y no por la intersección de misteriosas curvas o funciones carentes de toda entidad real…” (pp. 34-35). Rallo seguramente conoce este texto, y otros igualmente críticos del método formalista propio de los sistemas de equilibrio general. ¿Por qué entonces critica a Moseley por no aplicar ese método? ¿O es que a la hora de criticar a los marxistas “todo vale”?
El proceso secuencial en el enfoque de Moseley
Volviendo ahora al ejemplo numérico, lo que muestra el método secuencial es que, a medida que se desarrollan los giros del capital, los precios de producción tienden a los precios de equilibrio entre los sectores I y II. Veamos el primer giro, cuando los precios de producción de Tabla 3 entran como precios del capital constante y variable.
Ahora el capital constante es 467,5. Antes era 480. O sea, tuvo una baja de 2,6%%. Por lo tanto, Ic = 282,46 y IIc = 185,06. Los salarios y el valor agregado de conjunto se mantienen. La plusvalía a repartir sigue siendo 192, también se mantiene. El capital total, que en Tabla 3 era 768, ahora baja a 755,5. La tasa de ganancia aumenta a 25,41%.
Tabla 4

Ahora IIc = 185,06 en tanto Iv + Ib= 177; la diferencia se redujo a 8,06.
Con el mismo método, vemos qué ocurre cuando los precios de producción de Tabla 4 entran como precios de los insumos de capital constante y variable en el siguiente período. Lo presentamos en la Tabla 5.
Tabla 5

Ahora IIc = 181,9 en tanto Iv + Ib= 176,87, la diferencia se redujo a 5,04. Con el mismo método, en la siguiente ronda:
Tabla 6

El capital total ahora es 742,4 y la tasa de beneficio 25,86%. IIc = 179,9 en tanto que Iv + Ib = 176,72; la diferencia es 3,18. En la siguiente:
Tabla 7

El capital total es 739,22; la tasa de beneficio 25,9%. IIc = 178,64; Iv +Ib = 176,7. La diferencia es de 1,94.
Tabla 8

El capital total es 737,28; la tasa de beneficio 26,04%-. IIc = 177,87; Iv + Yb = 176,55; la diferencia es 1,32.
Tabla 9

El capital total es 735,97; la tasa de beneficio 26,08%. IIc = 177,35; Iv + Ib = 176,50. La diferencia es 0,85. Tendencialmente, los precios de producción se acercan a los precios de equilibrio entre los sectores. Pero no se trata de una solución instantánea. Hay proceso, el tiempo cuenta.
Para concluir
En primer lugar, señalar que el método “a lo Bortkiewicz”, o Walras (también los sraffianos, véase aquí), está basado en la idea de que, en ausencia de perturbaciones aleatorias, el sistema económico está en equilibrio. Y si ocurre alguna variación, se mantiene “en equilibrio general”, recurriendo al sistema de ecuaciones que hace desaparecer el tiempo. Es un sistema, en esencia, cerrado. El enfoque de Moseley –y de otras corrientes marxistas, a las que Fred pasa revista en su libro- es, en cambio, dinámico y abierto a los cambios de las variables.
En segundo lugar, sigue cuestionada la validez de la crítica de Böhm Bawerk, y en general de los austriacos, a El capital de Marx. Lo fundamental que dice Moseley es que no es necesaria transformación alguna de valores a precios de producción de los insumos porque estos siempre son adquiridos por los capitalistas a precios de producción (o precios de mercado que giran en torno a los precios de producción). Pero si esto es así, la crítica de Böhm Bawerk colapsa. Y la crítica de Böhm Bawerk ha sido pilar fundamental de casi todo el discurso “anti-Marx”.
Para bajar el documento: https://docs.google.com/document/d/1DGGfDX_RhfAYLePYTnTKDJ6k4S2O-usS_KLwzixxz1g/edit?usp=sharing
Debate sobre inflación con “libertarios”

El objetivo de esta entrada es examinar las principales diferencias que tenemos los marxistas con los “libertarios” (anarquistas de la propiedad privada, tipo Milei) sobre la inflación y teoría monetaria. Aunque el disparador de lo que sigue fue una reciente polémica (aquí) entre Christian Castillo, dirigente del PTS, y Ramiro Marra, de “La libertad avanza”, intentaré ubicar las diferencias en un encuadre más general, referido a las teorías del valor y su relación con los enfoques monetarios.
Una aclaración previa imprescindible: ¿escuela austriaca o teoría cuantitativa?
Javier Milei, y en general los “libertarios”, se declaran partidarios de la escuela austriaca de Economía (Menger, Böhm Bawerk, Mises, Hayek, Rothbard, entre otros), pero a la hora de explicar la inflación recurren a la teoría cuantitativa (o monetarista) del dinero (entre otros referentes Hume, Ricardo, Fisher, Friedman). Según los monetaristas, el aumento de la cantidad de dinero por encima de lo que crece la economía “real” provoca el aumento general de precios. O sea, la relación es ↑ M → ↑ yP (producto real × precios). Si la economía está “a pleno uso de recursos”, el aumento de M se traslada enteramente a P. Los monetaristas afirman, además, que esta relación está plenamente corroborada por los estudios empíricos: los precios siempre aumentan, con un cierto retraso, luego del aumento de M. Pero no es lo que dicen los austriacos. Es que, de acuerdo a esta corriente, el aumento de la masa de dinero no actúa sobre el nivel de precios, sino sobre la tasa de interés (me baso en Hayek, en particular Prices and Production, de 1931). Lo cual lleva a cambios en la inversión, y en la estructura de la producción, dando lugar al ciclo económico, con los consiguientes cambios de los precios relativos.
Lee el resto de esta entrada »Convocatoria a grupos de lectura de «El Capital»

Transcribo a continuación la convocatoria del Taller de lectura de El Capital, que se realiza anualmente en la Facultad de Filosofía y Letras, UBA. En repetidas oportunidades me han preguntado qué curso aconsejaba para quienes quieren iniciarse en el estudio del texto de Marx. Sin lugar a dudas, para la gente que vive en Buenos Aires, recomiendo este taller.
A partir de abril de 2023, se convocará anualmente a grupos de lectura de El capital, en los que simplemente se leerá y discutirá horizontal y colectivamente, línea por línea, el conocido texto de Karl Marx.
Se comenzará en abril de cada año con los Prólogos y Epílogos y se terminará en diciembre, hasta donde cada grupo haya llegado con la lectura y la discusión.
Al finalizar el año, los/as integrantes de cada grupo decidirán cómo y de qué manera continuarán el año siguiente; mientras que por mi parte re-iniciaré con un nuevo grupo desde los Prólogos y Epílogos.
Lee el resto de esta entrada »Ucrania y argumentos repetidos

Ante la guerra que se está desarrollando en Ucrania, la mayor parte de la izquierda argentina se ha colocado del lado de Rusia. En varios casos, de manera tácita. Son los partidos y referentes que condenan la invasión, pero niegan el derecho de los ucranianos a recibir armas de la OTAN para defenderse. Como si al ejército ruso se lo pudiera enfrentar con palos y piedras.
Por otro lado, están los que se alinean explícitamente detrás de Putin y los suyos. En este respecto, el argumento más extendido gira en torno al anti-imperialismo. Según este enfoque, los agresores son EEUU, la UE y la OTAN. Estos buscarían imponer una relación neocolonial con Ucrania y otros países que estuvieron bajo la órbita soviética y, por sobre todas las cosas, debilitar o someter a Rusia a su dominio. De manera que al invadir y arrasar a Ucrania los rusos se estarían defendiendo del ataque imperialista. Con el agregado de que, como explicó Putin en su debido momento, el régimen de Zelensky es “fascista” (o “nazi”). Otro motivo para considerar liberadoras a las tropas rusas.
¿Y el derecho de Ucrania a la autodeterminación, a su existencia como nación? Respuesta: es de importancia secundaria frente al ataque del imperialismo americano y europeo. Es cierto que Rusia es imperialista, pero se opone al “enemigo principal”, la OTAN, Washington y el gobierno pro nazi de Ucrania, y esto es lo que pesa. En cambio, defender el derecho a la autodeterminación de los ucranianos equivale a colocarse del lado de la derecha. ¿Y la destrucción de Ucrania? Pues es el costo de luchar contra la agresión de los imperialismos occidentales.
Lee el resto de esta entrada »La lucha contra el fascismo en Argentina 2023, ¿qué balance?

En una entrada que subí el 8 de septiembre del 2022 (aquí) critiqué la idea de que en Argentina está en ascenso un movimiento, social y político, de naturaleza fascista. Específicamente, polemicé con el Nuevo MAS, que convocaba a formar comisiones para enfrentar al fascismo en las calles. Sostuve entonces que se trataba de un grosero error de caracterización, ya que “ningún sector significativo de la clase dominante tiene como objetivo, en un futuro más o menos inmediato, establecer un régimen fascista en Argentina”. Y a fin de clarificar el asunto, recordé que el fascismo no es solamente un régimen de represión y terror, sino “… es un sistema particular de Estado basado en la extirpación de todos los elementos de la democracia proletaria en la democracia burguesa. La tarea del fascismo no es solamente destruir a la vanguardia comunista, sino también mantener a toda la clase en una situación de atomización forzada”. Asimismo: “Cuando el Estado se convierte en un Estado fascista… su objetivo principal es destruir las organizaciones obreras, reducir el proletariado a un estado amorfo y crear organizaciones de masas que impidan la independencia social y política del proletariado. En eso consiste precisamente la esencia del régimen fascista” (Trotsky, en polémica con los stalinistas que veían fascistas por todos lados).
Es claro que si esto es el fascismo, y se caracteriza que en Argentina está en ascenso un movimiento fascista, la tarea más urgente y necesaria es enfrentarlo. Por lo tanto, transcurrido casi medio año desde que el NM lanzó esa política parece conveniente preguntarse cómo se desarrolló el asunto y en qué situación nos encontramos.
Lee el resto de esta entrada »Oro, capitalismo y destrucción del medio ambiente

En una nota publicada en Prensa Obrera, “El acaparamiento capitalista del oro y la destrucción del planeta”, Nazareno Kotzev sostiene que “bajo el sistema capitalista, el oro se utiliza principalmente para la producción de joyas y lingotes…”. Más adelante afirma que el oro “se utiliza para la fabricación de joyas y productos electrónicos, y como reserva de valor. Solo el 15% del oro extraído se utiliza para la industria, el resto se destina a la producción de joyería, lingotes y monedas, algo completamente improductivo”. Si bien el eje de la nota es denunciar el terrible daño ambiental que está provocando la extracción del oro (denuncia que compartimos), quisiera precisar algunas cuestiones. En especial, mostrar que la demanda de oro debido a su rol monetario es, de lejos, la más fundamental, y el motor último de la devastación que está produciendo la minería aurífera. Para lo que sigue me baso en las estadísticas e informes del World Gold Council (www.gold.org).
Algunos datos
Empecemos brindando algunos datos. En primer lugar, los referidos a la demanda. En 2022 los principales rubros fueron:
Joyería: 30,4%
Tecnología: 5,1%;
Barras y monedas: 31,9%
Bancos centrales y otras instituciones: 29,7%
O sea, prácticamente el 60% de las compras de oro en 2022 se explican por su rol como medio de atesoramiento y como respaldo último de la emisión monetaria.
“Bala para vos, Belliboni”

El pasado miércoles 8 el diputado liberal José Luis Espert lanzó una seria amenaza contra el dirigente del Polo Obrero y del Partido Obrero, Eduardo Belliboni. Espert citó un tuit de Belliboni y, entre otras cosas, escribió: “Cárcel o bala para vos, Belliboni”. Como señaló correctamente el Partido Obrero, a través de un comunicado, lo de Espert constituye “una instigación a cometer un atentado de características fascistas”. Una instigación, precisa, que se da en el marco de un continuo ataque contra los movimientos piqueteros y de desocupados.
El tuit del diputado liberal ha sido repudiado por dirigentes y organizaciones políticas y sindicales. Así, por ejemplo, el sindicato AGD, docentes de la UBA, manifestó en un comunicado que “Espert ha acuñado la frase ‘cárcel o bala’, en línea con el bolsonarismo reciente y en la tradición de los más rancios fascismos históricos, para recusar la movilización y la lucha social en defensa de planes sociales o por el derecho al trabajo genuino. Repiquetea con sus tuits para promover las condiciones para la violencia contra los sectores populares organizados”.
Pero por otra parte, salió en defensa de Espert el legislador porteño Ramiro Marra, de La libertad Avanza: “A vos [Belliboni] te voy a meter preso”. Sin embargo, más significativo es el silencio de prácticamente todo el arco liberal frente a estas amenazas.
Lee el resto de esta entrada »Video sobre Milei y «la libertad de morirse de hambre»
Café Kyoto realizó un video basado en una nota que publicamos en junio de 2022, sobre «La libertad de morirse de hambre» y la posición del diputado Javier Milei (aquí).
Para los interesados, aquí va el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=TW1iKsV4EZk
“Inflación en la cabeza de la gente”, idealismo vs materialismo

El 24 de enero pasado, en un reportaje concedido a Band Jornalismo (de Brasil) el presidente Alberto Fernández explicó que “la inflación argentina está en la cabeza de la gente”. Luego de admitir que “es necesario erradicar la lógica inflacionaria”, advirtió que, sin embargo, “no es fácil de hacer porque gran parte de la inflación argentina es una inflación que los economistas llaman autoconstruida, que es la inflación que está en la cabeza de la gente. La gente ve en un diario que va a subir el combustible y entonces empieza a aumentar por las dudas”. Y para reforzar, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, acaba de insistir: “Los medios y el dólar blue generan la sensación de que va a haber más inflación y eso hace que los formadores de precios se anticipen remarcando”.
En definitiva, según el presidente y su vocera, los precios aumentan porque la gente es convencida por los medios, o por la suba del precio del dólar, o el anuncio de la suba de los precios de los combustibles, de que los precios van a aumentar. Pero… ¿por qué rayos no aumentarían los precios del dólar, o de los combustibles, si el resto de los precios también está aumentando? y viceversa, ¿por qué no aumentarían los precios del resto de los bienes y servicios si están aumentando el dólar y los combustibles? (para mayor desarrollo de este aspecto, véase aquí). Además, si los precios del dólar y de los bienes y servicios están aumentando, ¿por qué la gente pensaría que no seguirán aumentando en la medida en que continúan las políticas económicas que llevaron al actual nivel de inflación? Por otra parte, si el problema son los medios de comunicación, ¿generan de la nada “la sensación o creencia” de que los precios están subiendo? Además, ¿por qué, en ese caso, los medios oficialistas no pueden generar la “sensación” opuesta, la de la estabilización?
Lee el resto de esta entrada »Liberalismo, Isaiah Berlin y dictaduras

En una nota anterior –“Milei y los austriacos, fascismo y dictaduras”, aquí– decíamos que para los austriacos la libertad primordial a defender es la del mercado y la de la propiedad privada, y que si estas son amenazadas se justifican “los remedios de emergencia”, dictaduras y fascismos incluidos. Una postura que vemos también en liberales “no austriacos”, como Milton Friedman y otros. En esta entrada abordamos la relación entre las defensas “liberales” de diversas dictaduras capitalistas, y su concepción de la libertad. Para desarrollar nuestro argumento nos basamos en la conferencia “Dos conceptos de libertad” (Oxford, 1958; aquí) en que Isaiah Berlin estableció la distinción entre libertad positiva y negativa. Si bien este texto tuvo como objetivo oponer, durante la Guerra Fría, el régimen político estadounidense al soviético, sigue siendo una referencia clave en las discusiones sobre la libertad y el liberalismo (y los debates con el marxismo).
Marco general, libertad negativa vs libertad positiva
La idea directriz de Berlin –compartida por la generalidad del liberalismo burgués- es que alguien es libre en la medida en que ninguna persona o grupo de personas interfieran en su actividad. Dado que el fin es negativo –prevenir la interferencia- se considera a esta libertad como negativa. Dice Berlin: “En este sentido la libertad política es, simplemente, el ámbito en que un hombre puede actuar sin ser obstaculizado por otros. Yo no soy libre en la medida en que otros me impiden hacer lo que yo podría hacer si no me lo impidieran; y si, a consecuencia de lo que me hagan otros hombres, este ámbito de mi actividad se contrae hasta un cierto límite mínimo, puede decirse que estoy coaccionado o, quizá, oprimido” (énfasis nuestro). En consecuencia, cuanto mayor sea el espacio de no interferencia, mayor será la libertad del individuo. Aunque no puede haber libertad ilimitada porque los seres humanos interferirían unos con otros, debe sostenerse, siempre según Berlin, un mínimo de ámbito privado que no puede ser transgredido, y este es el fundamento de la libertad.
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