Posts Tagged ‘burocracia’
El marxismo y la burocracia de Estado
Días atrás, en una charla para alumnos de la Universidad Nacional de La Pampa, hice referencia a una crítica de Marx al gasto fiscal, a fin de mostrar que los socialistas criticamos el gasto improductivo y, más en general, cuestionamos a la burocracia del Estado. En esta nota amplío el tema. Me mueve a hacerlo el hecho de que la mayoría de la izquierda ha abandonado esta crítica. Una posible razón de ello es la influencia de la ideología del nacionalismo burgués. Es que, según este, la contradicción central de la sociedad hoy está planteada en términos Estado y mercado, de manera que todo lo que engorde al Estado favorecería la lucha por “domar a los mercados”.
Naturalmente, el punto de partida del marxismo es diferente: la contradicción que atraviesa a la sociedad contemporánea no es entre el Estado y el mercado, sino entre el capital y el trabajo, siendo el Estado parte del polo capital. O sea, por encima de tensiones y hasta conflictos que pueda tener con los capitales privados, el Estado es capitalista. Por eso, la burocracia – ese gigantesco cuerpo de funcionarios – que conforma, junto a los organismos de represión y control, la estructura fundamental del Estado, es capitalista. Más en particular, la burocracia, y los organismos represivos, viven de los impuestos, que es valor generado por el trabajo impago de los obreros productivos. La crítica marxista de la burocracia es entonces parte fundamental de la crítica al dominio del capital. Lee el resto de esta entrada »
Una tara pequeñoburguesa
En notas anteriores (aquí, aquí, aquí) me referí a los métodos que utilizan las direcciones de muchas organizaciones de izquierda para acallar y sofocar el pensamiento crítico. En una de esas entradas planteé que muchas veces incluso se busca la destrucción moral, o personal, de los “heterodoxos”. Escribí:
“…una cuestión que está implícita en lo que he explicado [los métodos burocráticos para ahogar críticas]… adquiere un fuerte peso cuando la pensamos singularizada en los seres humanos, de carne y hueso, que han padecido estos métodos. Me refiero a la destrucción moral de los “heterodoxos”, de los que no se resignan a ser repetidores de fórmulas bajadas por el sabelotodo comité central, dirigido por el sabelotodo compañero-dirigente-secretario-general. Afirmo que lo que se busca es quebrar espiritualmente al oponente de manera que no vuelva a levantar la voz. Por eso, estos métodos, aplicados a través de los años, terminan dando resultados asombrosos. Hace años un viejo militante inglés, un intelectual, viendo en retrospectiva lo que había consentido (no queriendo ver lo que veía, con el argumento siempre a mano de “todo sea por la clase obrera y el partido”) se preguntaba con amargura cómo había tolerado extremos como la agresión física a militantes que se oponían a la dirección del partido al que pertenecía”. Lee el resto de esta entrada »
Criterio religioso en debates de la izquierda
Mi crítica (aquí) a las tesis sobre el imperialismo de Lenin ha generado un comprensible rechazo en el “nacional marxismo” y aledaños. A esta gente la idea de que Argentina, por caso, no es explotada por Estados Unidos o Alemania; y que la explotación debe plantearse exclusivamente en términos de la relación capital trabajo, le resulta insoportable.
Con respecto a las críticas que me han dirigido, una que es bastante común dice que con mi planteo no puedo explicar las intervenciones de las potencias en los países atrasados (por ejemplo, la invasión a Irak o Afganistán), ni el militarismo. Sobre esto, remito al capítulo 13 de Valor, mercado mundial y globalización; o también aquí.
Otra crítica sostiene que mi enfoque no puede explicar por qué ocurrieron la Primera y Segunda guerras mundiales. La realidad es que he dado una explicación, con el agregado de que, siguiendo una tesis de Mandel y Arrighi, también se puede explicar por qué desde hace más de siete décadas no hay guerras entre las potencias. Véase, de nuevo, Valor…, o aquí. Lee el resto de esta entrada »
Trotsky, el giro de 1928-9 y la naturaleza social de la URSS (conclusión)
La parte anterior, aquí.
La consolidación del dominio burocrático
Desde principios de los treinta el gobierno soviético fue escalando en medidas represivas. En 1930 se creó el GULAG (Administración Principal de Campos de Trabajo del ministerio Soviético del Interior, NKVD). Se trataba de un sistema penitenciario complejo, conformado por campos, colonias, prisiones y asentamientos forzados. En los primeros años los campos se poblaron principalmente de campesinos deportados (unas dos millones de personas), acusados de “robo de la propiedad estatal” o “sabotaje” (especialistas “burgueses”, obreros que díscolos), curas, elementos sospechosos. A partir de 1933 también hubo un creciente flujo de cientos de miles de deportados por razones étnicas. Por otra parte, y marcando el inicio del giro a la derecha, en 1932 Stalin puso un abrupto freno a la Revolución Cultural y a los movimientos de las comunas fabriles. Lee el resto de esta entrada »
Trotsky, el giro de 1928-9 y la naturaleza social de la URSS (13)
La parte 12 de la nota, aquí
La industrialización acelerada
Junto a la colectivización forzosa, la industrialización acelerada es el hecho que se invoca más frecuentemente para sostener que el giro de 1928-9 fue positivo, en términos de consolidación de los elementos socialistas por sobre los capitalistas. Si bien las cifras oficiales sobreestimaron el avance, es indudable que entre 1928 y fines de la década siguiente el país experimentó una asombrosa transformación productiva. Desde 1928 a 1937 el ingreso nacional pasó de 24.400 millones de rublos a 96.300 millones. En 1938 la URSS estaba produciendo cuatro veces más acero y tres veces y media más carbón que en 1928. Además, era el primer productor mundial de tractores y locomotoras, y la carga transportada por ferrocarriles era cinco veces superior a la de 1913. La producción de carbón aumentó de 35,4 millones de toneladas a 128 millones, la de acero de 4 a 17,7 millones de toneladas, la producción de electricidad aumentó 700%. Con el Plan Quinquenal se asignó una gran parte del excedente a la inversión, en particular hacia la industria pesada y la de guerra. Se construyeron en tiempo récord enormes fábricas, la represa del Dnieper, el combinado de hierro y carbón de los Urales-Kuznetsk, se perforaron pozos petrolíferos, se abrieron minas y canales, se lograron economías de escala y se difundió la tecnología. Solo durante el Primer Plan Quinquenal la industria soviética dominó la producción de caucho sintético, motocicletas, relojes pulsera, cámaras, excavadoras, cemento de alto grado y una variedad de calidades de acero. En esos años se estableció firmemente la red de investigación y desarrollo (Wheatcroft, Davies y Cooper, 1986).
Trotsky, el giro de 1928-9 y la naturaleza social de la URSS (8)
La parte 7 de la nota, aquí
El Gran Giro
El 7 de noviembre Stalin publicó un artículo, “El año del Gran Giro”, en el que sostenía que los campesinos medios se estaban incorporando a las cooperativas. Aseguraba que “si el desarrollo de los koljoses y sovjoses se lleva a cabo a un ritmo acelerado, no hay lugar a dudas de que en tres años, más o menos, nuestro país se convertirá en un gran productor de grano, si no en el mayor del mundo”. Se refería también al crecimiento de la iniciativa creativa y al entusiasmo laboral de las masas, animadas por la emulación socialista y por la introducción de la jornada laboral ininterrumpida. Terminaba afirmando que se dejaba el viejo camino del desarrollo capitalista para iniciar el del socialismo (Stalin, 1929a). Ahora la consigna era colectivización total e inmediata. Los campesinos debían incorporarse a los koljoses, o a los sovjoses.