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«Telar de la abundancia» y fetichismo del dinero
Por estos días está en la primera plana de los medios de comunicación en Argentina el llamado “telar de la abundancia”. Se trata, en esencia, de la conocida estafa “a lo Ponzi”. Recordemos que Carlo Ponzi fue un italiano que, en los 1920, organizó una pirámide financiera fraudulenta en Estados Unidos. Básicamente, consistía en pagar altos intereses a inversores con el dinero de nuevos inversores. Como no podía ser de otra manera, la pirámide quebró, afectando a miles de personas.
El caso que nos ocupa es, de contenido, el mismo: una persona empieza la cadena convocando a otras dos; estas dos, convocan a otras cuatro; estas cuatro, a otras ocho, completando un grupo. Las ocho últimas ponen dinero, en forma de “regalo”, que se lo lleva la iniciadora. Para que estas últimas pongan el dinero, se las convence de que a su vez serán recompensados con una fuerte ganancia; todo es cuestión de saber esperar, se les dice. La persona que ha recibido el dinero se retira, y las dos que le siguen pasan a estar, cada una en el centro de un grupo, que debe conseguir nuevos aportantes. En consecuencia, cada vez hay que conseguir más aportantes. Finalmente, la rueda se quiebra. La única diferencia con otras estafas similares, ocurridas en Argentina y otros lugares del mundo, es que en este caso el asunto se disfrazó de feminismo. Así se afirmó que el Telar emponderaba a las mujeres “que se regalan dinero para cumplir sus sueños”. Lee el resto de esta entrada »
Origen del dinero, cuestiones históricas
En una nota anterior (aquí) presenté las principales diferencias teóricas sobre la génesis del dinero entre Smith, Menger y los neoclásicos, por un lado, y Marx, por el otro. En esta nota amplío el tema con los aspectos históricos del surgimiento y evolución del dinero. Una cuestión que está en el centro de las discrepancias entre la concepción marxista del dinero y los enfoques ortodoxos, por un lado, y de la Teoría Monetaria Moderna, por el otro. Empiezo con la diferencia entre la explicación “a lo Adam Smith” y el enfoque de Marx.
El marxismo sobre la “propensión a comerciar” y el origen del dinero
El primer punto a destacar es que Marx fue crítico de la naturalización de las relaciones mercantiles en que incurre la economía burguesa, sea clásica, neoclásica o “austriaca”. Tengamos presente que Adam Smith (también Ricardo) pensaba que, desde el fondo de los tiempos, los productores tuvieron la propensión “natural” a comerciar, y que esto dio lugar al surgimiento del mercado y el dinero. Una idea que se sigue sugiriendo en los manuales neoclásicos de Economía.
El enfoque de Marx, en cambio, es que no existe tal propensión “natural”. En crítica a Ricardo, dice que este “[h]ace que de inmediato el pescador y el cazador primitivos cambien la pesca y la caza como si fueran poseedores de mercancías, en proporción al tiempo de trabajo objetivado en esos valores de cambio” (Marx, 1999, nota p. 93, t. 1; énfasis añadido). El punto central de Marx es que la posesión de mercancías no es una relación inmediata en la historia humana, sino mediada por la propiedad privada de los medios de producción. Por eso, la circulación de bienes bajo la forma social de mercancías no existía al interior de comunidades en las que el suelo era propiedad en común, y el trabajo también era en común. En esas sociedades la reglamentación de obligaciones comunitarias –por ejemplo, dotes, reparaciones por agravios, dones- era cualitativamente distinta de la que existe entre propietarios privados de mercancías. Marx destaca esta diferencia: “tal relación de ajenidad recíproca [la del mercado]… no existe para los miembros de una entidad comunitaria de origen natural, ya tenga la forma de una familia patriarcal, de una comunidad índica antigua, de un Estado inca, etcétera” (1999, p. 107). En estas formaciones sociales el suelo era propiedad del Estado-soberano, y el comercio entre sus miembros estaba muy reducido, o era inexistente (véase Godelier, 1971, que sintetiza las ideas de Marx al respecto). Lee el resto de esta entrada »
TMM y curanderismo social
En el escrito “La izquierda necesita aprender de la Teoría Monetaria Moderna”, http://eduardogarzon.net/la-izquierda-necesita-aprender-de-la-teoria-monetaria-moderna/, Eduardo Garzón escribe:
“Desgraciadamente la inmensa mayoría de los pensadores progresistas –incluyendo especialmente a los economistas– han absorbido hasta la médula las falsas creencias liberales en relación a la naturaleza y funcionamiento del dinero, y esto hoy supone un enorme lastre a la hora de vislumbrar un modelo económico alternativo al actual. (…) La Teoría Monetaria Moderna es la cura que necesitamos para romper los esquemas que nos han impuesto y poder idear y desarrollar un proyecto económico más justo. ¿A qué se debe que la izquierda ande tan perdida en este tema? A que no es verdaderamente consciente del radical cambio que el sistema monetario mundial experimentó en 1971”. Lee el resto de esta entrada »
Debate sobre la TMM: respuesta a Eduardo Garzón
La nota que publiqué de crítica a la Teoría Monetaria Moderna (aquí, aquí, aquí, aquí) fue respondida por Eduardo Garzón, “Réplica a la crítica de Astarita a la Teoría Monetaria Moderna” , http://eduardogarzon.net/replica-a-la-critica-de-astarita-a-la-teoria-monetaria-moderna/. En esta nota respondo a Eduardo Garzón.
Dinero, una relación social
EG comienza su crítica diciendo que, contra mi énfasis en que el dinero es una relación social, la TMM también sostiene que el dinero es una relación social, ya que expresa una interrelación entre personas al interior de la sociedad. O sea, mi crítica no tendría sentido.
Pues bien, tiene razón EG al decir que la TMM considera que el dinero expresa relaciones entre personas. Y de hecho, es lo que dije cuando me referí al bono de una cooperativa, al ticket de teatro, o cuando mencioné dones, regalos o dotes en sociedades primitivas. En todos estos casos están involucradas relaciones entre personas y, desde ese punto de vista, bien se puede afirmar que todas son relaciones sociales. En definitiva, si le doy un regalo a mi hijo, ese regalo también expresa una relación entre las personas de mi familia, y por lo tanto “es una relación social”. Lee el resto de esta entrada »
Economía K y la «Teoría Monetaria Moderna» (2)
La primera parte de la nota, aquí.
Como vimos en la primera parte de la nota, la TMM sostiene que antes de ser medio de cambio el dinero es unidad de cuenta, y que como tal fue utilizado en sociedades antiguas para reglar el cumplimiento de obligaciones, tales como el pago de dotes o reparación de ofensas. Además, esa antigua “unidad de cuenta” podía ser meramente simbólica. Por eso, siempre según la TMM, el dinero es todo lo que sirve para determinar el monto de una obligación, o deuda; y que es aceptado para su cancelación. De ahí, el hilo de continuidad que se establece entre, por ejemplo, el signo o bien con el que se reparaba un daño en una comunidad pre-mercantil; las monedas de oro o plata que se acuñaban en la Roma antigua; el ticket para asistir hoy a una función de teatro; y las monedas creadas por los modernos sistemas monetarios. En cualquier tiempo y lugar, de acuerdo a la TMM, todo lo que sirva como símbolo de deuda, es debt token, y ergo, configura alguna forma de dinero.
El dinero ¿instrumento técnico o relación social?
De manera significativa, Wray (2016) ilustra esta noción de dinero con el vale que nos entregan cuando dejamos el abrigo en el guardarropa del teatro (el ejemplo lo toma de Knapp, padre del cartalismo). Ese vale, según Wray, es un símbolo de la deuda que tiene con nosotros el guardarropa durante el tiempo que asistimos a la función, y que se cancela cuando retiramos el abrigo. De la misma forma, Wray (2003) asimila el dinero con el ticket para una función de teatro; ese ticket, nos dice, no tiene valor porque haya sido fabricada con papel precioso, sino porque es aceptada para ingresar a la función. Lee el resto de esta entrada »
Economía política de los derivados y la teoría de Bryan y Rafferty (conclusión)
La parte 8 de la nota, aquí
¿Capital?
De acuerdo a Bryan y Rafferty (2006), en base al “proceso de mezcla”, los derivados se han transformado en capital. Es otra afirmación a la que no podemos encontrar sustento, ni desde el punto de vista teórico (nos basamos en la teoría de Marx), ni empírico.
Tengamos presente que el capital es, en esencia, valor que se autovaloriza; esto es, valor en proceso, o dinero en proceso que en ese carácter es capital (véase cap. 4, t. 1 de El Capital). Es valor que se autovaloriza a partir de una relación social de explotación: la explotación del trabajo asalariado. Los derivados, sin embargo, no son valor en proceso de valorización. Así, por ejemplo, en un swap de intereses, lo que gana una parte del swap lo pierde la otra; lo mismo ocurre en los contratos de futuros, o en las opciones. Esto es, en una transferencia de flujos de valor entre partes, o la toma de una posición especulativa o de cobertura, no “valor en proceso de autovalorización”. Pero entonces es imposible hablar de “capital”, so pena de despojar a la noción de todo contenido. Lee el resto de esta entrada »
Papel moneda, oro y la teoría monetaria de Marx (4)
Este artículo fue publicado en En defensa del marxismo, Nº 43, febrero de 2015. La tercera parte de la nota, aquí.
Billete y oro, relación simbólica compleja
Por encima de estos desarrollos teóricos, el problema central entonces sigue siendo determinar la raíz última del valor del dinero, sin caer en las tesis neoclásicas del “valor del dinero por mera confianza”. Después de todo, cuando se dice que el billete inconvertible es un pasivo del Banco Central, habría que agregar que es un pasivo muy particular, ya que el Banco Central no debe nada por su emisión. En este respecto, es significativo que Foley (2005) parece tomar distancia de la determinación directa del valor del dinero a partir del trabajo social. Admite que la división entre valor añadido y tiempo de trabajo total no provee una explicación teórica de cómo se determina el valor del dinero; simplemente da una estimación empírica. Con lo cual queda pendiente cuál es el reservorio último del valor; en particular, del dólar americano. Admite que no es cierto que un billete de banco central sea un papel sin valor inconvertible en algo de valor. Y por eso adelanta la hipótesis de que en contrapartida de ese pasivo el Banco Central posee activos, constituidos por propiedad inmobiliaria o capital ficticio. Sin embargo las propiedades inmobiliarias de hecho nunca pudieron convertirse en activos de respaldo monetario (al respecto es ilustrativo el fracaso de la experiencia de los asignados franceses); y los títulos estatales de capital ficticio no pueden ser verdaderos garantes últimos del valor (el activo del Banco Central de Argentina hoy está lleno de estos títulos, en los que nadie confía). Lee el resto de esta entrada »
Papel moneda, oro y la teoría monetaria de Marx (3)
Este artículo fue publicado en En defensa del marxismo, Nº 43, febrero de 2015. La segunda parte de la nota, aquí.
Volviendo a Kautsky y Hilferding
A partir de lo visto, volvamos ahora a la polémica entre Hilferding y Kautsky. Como hemos adelantado (me baso en El capital financiero, capítulo 2), Hilferding considera que “en una moneda papel pura con circulación forzosa el valor del dinero de papel está determinado, con velocidad invariable de circulación, por la suma de los precios de las mercancías que deben entrar en la circulación. El dinero papel se independiza aquí completamente del valor del oro y refleja directamente el valor de las mercancías según la ley que su suma total representa el mismo valor que la relación: suma de precios de las mercancías/ cantidad en circulación de unidades monetarias” (p. 30; énfasis añadido). De manera que el dinero ya no entra en la circulación con valor, como sucede en la teoría de Marx, sino simplemente refleja el valor de las mercancías, de la misma manera que la luna refleja la luz solar (p. 31). Por lo tanto, la verdadera medida del valor ya no es el dinero, ya que su valor está determinado por “el valor de circulación socialmente necesario”. Por lo tanto, “en régimen de moneda sin libre acuñación es válida la teoría cuantitativa” (p. 47).
En cuanto a Kautsky, su crítica a Hilferding parte de la teoría de Marx que hemos esbozado: las mercancías llegan al mercado provistas de un precio, y por lo tanto han medido su valor en oro antes de entrar en la circulación. Kautsky aquí tiene un punto muy fuerte: si el valor del dinero está determinado por la suma de los precios de las mercancías, entonces “¿cómo será determinada la suma de los precios de las mercancías? Aparentemente por el valor del dinero”. Con lo que demuestra que Hilferding está cayendo en un círculo vicioso, ya que es imposible decir que una mercancía vale 10 marcos antes de saber qué valor representan esos 10 marcos (véase p. 45). Lee el resto de esta entrada »
Papel moneda, oro y la teoría monetaria de Marx (2)
Este artículo fue publicado en En defensa del marxismo, Nº 43, febrero de 2015. La primera parte de la nota, aquí.
La emisión de dinero de curso forzoso
Vayamos ahora al dinero de curso forzoso, emitido por el Estado. El cuestionamiento de Hilferding, y de muchos marxistas en la actualidad, a la vigencia de la teoría monetaria de Marx tiene por base la presencia del dinero de curso forzoso que no es convertible en oro. Empecemos de todas maneras con el billete emitido por el Estado, pero convertible en oro, el caso más analizado por Marx (el banco de Inglaterra emitía billetes con respaldo oro). Aquí el signo circula como representante del oro. Por eso, en principio, el asunto no ofrece dificultades: el planteo central de Marx es que la cantidad de papel moneda que ha de circular representando simbólicamente al oro habría de limitarse a la cantidad de oro o plata que circularía si no estuviera el billete. Pero si la cantidad de papel supera esa medida, esto es, a la cantidad de monedas de oro o plata que dice representar, inevitablemente terminará por representar simbólicamente una menor cantidad de oro o plata. La cuestión es de lógica elemental. Supongamos que el respaldo está compuesto por 1 kilogramo de oro, y hay 100 billetes de un peso. Cada billete por lo tanto representa 0,01 kilogramo de oro. Supongamos ahora que el Estado duplica la cantidad de billetes (por ejemplo, para pagar sus deudas) y ahora son 200 los billetes en circulación. Cada billete pasa a representar 0,005 kilogramos de oro. De manera que si antes el precio de una mercancía era, supongamos, $10 (=0,1 kilogramo de oro), ahora será de $20 (=0,1 kilogramo de oro). Esto se debe a que ahora hay que representar la misma cantidad de oro con más billetes. Lee el resto de esta entrada »