Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Papel moneda, oro y la teoría monetaria de Marx (2)

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Este artículo fue publicado en En defensa del marxismo, Nº 43, febrero de 2015. La primera parte de la nota, aquí.

La emisión de dinero de curso forzoso

Vayamos ahora al dinero de curso forzoso, emitido por el Estado. El cuestionamiento de Hilferding, y de muchos marxistas en la actualidad, a la vigencia de la teoría monetaria de Marx tiene por base la presencia del dinero de curso forzoso que no es convertible en oro. Empecemos de todas maneras con el billete emitido por el Estado, pero convertible en oro, el caso más analizado por Marx (el banco de Inglaterra emitía billetes con respaldo oro). Aquí el signo circula como representante del oro. Por eso, en  principio, el asunto no ofrece dificultades: el planteo central de Marx es que la cantidad de papel moneda que ha de circular representando simbólicamente al oro habría de limitarse a la cantidad de oro o plata que circularía si no estuviera el billete. Pero si la cantidad de papel supera esa medida, esto es, a la cantidad de monedas de oro o plata que dice representar, inevitablemente terminará por representar simbólicamente una menor cantidad de oro o plata. La cuestión es de lógica elemental. Supongamos que el respaldo está compuesto por 1 kilogramo de oro, y hay 100 billetes de un peso. Cada billete por lo tanto representa 0,01 kilogramo de oro. Supongamos ahora que el Estado duplica la cantidad de billetes (por ejemplo, para pagar sus deudas) y ahora son 200 los billetes en circulación. Cada billete pasa a representar 0,005 kilogramos de oro. De manera que si antes el precio de una mercancía era, supongamos, $10 (=0,1 kilogramo de oro), ahora será de $20 (=0,1 kilogramo de oro). Esto se debe a que ahora hay que representar la misma cantidad de oro con más billetes.

Hasta aquí, Hilferding y los marxistas modernos coinciden con la posición de Marx. Sin embargo, todo parece dar un vuelco radical si el dinero no es convertible. La idea aquí es que Marx jamás previó la inconvertibilidad, que de hecho desbarata su teoría monetaria (que, digámoslo, está orgánicamente vinculada a su teoría del valor). Sin embargo, la realidad es que Marx consideró episodios de inconvertibilidad, y no vio motivos para alterar, en lo sustancial, el planteo (aunque sí se alteran las formas en que opera la ley económica).

Recordemos, en primer lugar, que Inglaterra había tenido episodios de no convertibilidad (por ejemplo, entre fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX). Pero además, ya estaba presente la experiencia del tálero de papel prusiano, que era emitido por el Estado y no era convertible, esto es, no constituía una asignación sobre la plata, en cuyo lugar circulaba.  Marx lo trató explícitamente. Su idea es que al margen de las disposiciones legales, la relación entre el billete y la plata se establecía de hecho en el mercado, a través del precio de la plata. Anota: “Un tálero de papel dice representar el mismo valor de un tálero de plata. En el caso de que fuera quebrantada seriamente la confianza en el gobierno o que dicho papel moneda fuera emitido en proporciones superiores a las necesidades de circulación, el tálero de papel dejaría de equivaler en la práctica al tálero de plata y se depreciaría en cuanto ha caído por debajo del valor expresado en su título” (Marx, 1989, p. 56, t. 1; énfasis agregado).

En lo anterior puede observarse también la importancia de que exista confianza en que la plata se puede comprar por determinada cantidad de billetes. Por eso, no es necesario que exista, en términos de valor, una masa de respaldo equivalente a los táleros billetes que circulan. Así, en Inglaterra, durante el siglo XIX, la cantidad de oro que tenía en reserva el Banco de Inglaterra era pequeña en comparación con la masa de billetes que circulaba. Pero en la medida en que había confianza en que se podían convertir al precio oficial, la libra se mantenía estable. Sin embargo, cuando sobrevenía la crisis, se decretaba la inconvertibilidad, y el valor real del billete se establecía en el mercado no oficial del oro (donde se pagaba una prima por sobre la denominación oficial). Algo similar a lo que ocurría con el tálero. De manera que, ya en el siglo XIX, con billetes inconvertibles, sus valores se establecían en relación al oro (o la plata) en cuyo lugar circulaban; no en comparación a la masa de mercancías.

De todas maneras, la introducción del papel moneda inconvertible sí da lugar a un cambio, que está en el origen de muchas confusiones. Es que debido a que su emisión por encima del metal precioso que funciona como stock de reserva lo desvaloriza, parece cumplirse la teoría cuantitativa: “… la cantidad de los billetes de papel está determinada por la cantidad de dinero de oro que los mismos representan en la circulación, y puesto que solo son signos de valor en la medida en que lo representan, su valor está simplemente determinado por su cantidad. Por lo tanto, mientras que la cantidad del oro circulante depende de los precios de las mercancías, el valor de los billetes de papel circulante depende exclusivamente, por el contrario, de su propia cantidad” (Marx, 1980, pp. 107-8; énfasis agregado). De aquí también que algunos lectores de Marx terminen pensando que este, en última instancia, habría adherido a alguna forma de la teoría cuantitativa. El tema está asociado a algunas notorias confusiones que han surgido en los últimos tiempos en Argentina en torno a la emisión monetaria, sobre las que conviene hacer algunas precisiones.

Un debate mal planteado

En los últimos años en Argentina se ha generado un debate entre kirchneristas (y apoyos poskeynesianos varios) y monetaristas (la mayor parte del mainstream económico), que parece no tener salida. Los monetaristas sostienen que toda emisión monetaria es inflacionaria. Dado que no distinguen entre emisión de dinero vinculado a la actividad económica, o al incremento de reservas (el respaldo del peso es mayormente el dólar), y la emisión destinada a financiar déficit fiscal, hacen un mal diagnóstico de las causas de la inflación. Y la realidad es que no toda emisión es necesariamente inflacionaria. Como ya hemos explicado, el crecimiento de la masa monetaria debido a la creación crediticia de dinero endógeno no es en sí un causante de la inflación (y bien puede ser una consecuencia). De la misma manera, cuando un exportador liquida divisas, y el Banco Central emite pesos contra esas divisas, el crecimiento de la masa monetaria no es en sí inflacionaria. Este es el punto de verdad que tiene la posición K-poskeynesiana en crítica a los monetaristas (aunque dicho esto, no se entiende entonces la política del Banco Central, bajo dirección K, de realizar operaciones, durante años, de “esterilización” de masa monetaria, con altos costos para el Estado y jugosos beneficios para los bancos. ¿No es que el crecimiento de la masa monetaria no podía ser inflacionario?).

Pero por otra parte, los economistas kirchneristas dan un paso más, para sostener que ninguna emisión monetaria es inflacionaria, y que afirmar lo contrario es “adherir al monetarismo neoliberal”. Lo cual es un error, y de proporciones. Es que si el Estado emite dinero para cubrir el déficit fiscal, ese dinero exógeno, que no tiene contrapartida en valores reales (de hecho, en el activo del Banco Central figura un título que es un “pagadios”), constituye un aumento de la base monetaria (encajes de los bancos y billetes en manos del público) que inevitablemente desvaloriza el peso en relación a su respaldo; y por ende, da lugar al aumento de precios. Esto no es “ortodoxia neoliberal”, sino simple comprensión de las leyes elementales de la economía.

Lo que confunde aquí es que este tipo de emisión (sin respaldo para monetizar déficits) parece dar la razón a la teoría cuantitativa, y abolir la ley económica, que dice que los precios de las mercancías no están determinados por la cantidad de dinero. Dado que esta tontería –“emitamos sin respaldo porque no puede tener consecuencias inflacionarias”- se ha presentado como la quintaesencia de un enfoque crítico, citando incluso a Marx (en Buenos Aires se llegaron a organizar simposios con celebridades internacionales “heterodoxas-marxistas” y de otro tipo, que vinieron a dar su aval a la tontería), puede ser conveniente explayarnos un poco en la postura de Marx (agreguemos que tampoco Keynes pretendió que el déficit fiscal podía ser financiado con emisión sin límite; pero en aras de la brevedad, solo trato el tema en Marx).

Lo cierto es que Marx explicó que la intervención de Estado cuando emite papel de curso obligatorio “parece” abolir la ley económica, y esto genera todo tipo de ilusiones. Pero no puede suprimirla. No es una cuestión de voluntad, sino de leyes objetivas, vinculadas en última instancia a la generación y realización del valor. Por eso escribía: “la intervención del Estado que emite papel moneda con curso obligatorio -y solo tratamos de esta clase de papel moneda- parece abolir la ley económica. El Estado, que en el precio monetario solo bautizó con un nombre a un peso de oro determinado, y que al amonedar solo estampó su ello sobre el oro, parece transformar ahora, en virtud de la magia de su cuño, el papel en oro. Puesto que los billetes de papel tienen curso obligatorio, nadie puede impedirle poner forzosamente en circulación un número tan crecido de los mismos cuando quiera e imprimir sobre ellos denominaciones monetarias deseadas, como 1 libra esterlina, 5 libras esterlinas, 20 libras esterlinas” (Marx, 1980, p. 108).

“Es imposible arrojar fuera de la circulación a los billetes que ya se hallan dentro de ella… Separados de su existencia funcional, se transforman en indignos colgajos de papel. Sin embargo, este poder del Estado es mera apariencia. Podrá lanzar a la circulación la cantidad de billetes de papel que quiera con la denominación monetaria que desee, pero con este acto mecánico cesa su control. Una vez que la circulación se adueña de él, el signo de valor o papel moneda sucumbe a sus leyes inmanentes” (ídem).

El pasaje es importante porque evidencia los límites que Marx veía a la posibilidad del Estado de generar, por mera emisión de billetes, poder de compra adicional en la economía. Al margen de la denominación del billete, esto es, al margen de lo que dice representar, el mismo “sucumbe a las leyes inmanentes”. ¿Cuáles son esas leyes objetivas, que algunos quisieran ver suprimidas? Pues que el valor del billete depende de la relación entre su cantidad y el respaldo en lugar del cual circula. Por eso sigue Marx:

“Si la suma del oro requerido para la circulación de las mercancías fuera de 14 millones de libras esterlinas, y el Estado lanzase a la circulación 210 millones de billetes, cada uno de ellos con la denominación de 1 libra esterlina, estos 201 millones se trasmutarían en representantes de oro por un monto de 14 millones de libras esterlinas. Sería lo mismo que si el Estado hubiese convertido a los billetes de libra esterlinas en representantes de un metal 15 veces menos valioso, o de una parte de peso de oro 15 veces menor que antes. (…) Puesto que ahora el nombre de libra esterlina indicaría una cantidad de oro 15 veces menor, todos los precios de las mercancías se elevarían 15 veces, y de hecho entonces 210 millones de billetes de libra esterlina serían tan necesarios como antes lo eran 14 millones. En la misma medida en que se hubiese incrementado la suma global de los signos de valor, se hubiera reducido la cantidad de oro que representa cada uno de ellos. El alza de los precios solo sería la reacción del proceso de la circulación, el cual equipara por la fuerza los signos de valor a la cantidad de oro en cuyo lugar pretenden circular” (ídem, pp. 108-9; énfasis agregados).

Después de referirse a la falsificación monetaria, Marx vuelve con una formulación inequívocamente “cuantitativista” a los ojos del economista que no entiende la teoría de Marx (ni posiblemente la teoría cuantitativa): “La proporción en la cual el signo de valor, sea de papel o de oro y plata falsificados, representa a pesos de oro y plata calculados según el precio monetario depende no de su propio material, sino de la cantidad del mismo que se halla en circulación” (ídem, p. 109). Y todavía más adelante, insiste en que el fenómeno parece contradecir la ley económica, porque las leyes de la circulación aparecen invertidas:

“En la circulación de los signos de valor, todas las leyes de la circulación real de dinero aparecen invertidas y puestas cabeza abajo. Mientras que el oro circula porque tiene valor el papel tiene valor porque circula. Mientras que, con un valor de cambio determinado de las mercancías, la cantidad del oro circulante depende de su propio valor, el valor del papel depende de su cantidad circulante. Mientras que la cantidad del oro circulante aumenta o disminuye con el aumento o la disminución de los precios de las mercancías, éstos parecen aumentar o disminuir con el cambio en la cantidad de papel circulante” (idem, p. 110). En El Capital, al explicar cómo se puede desvalorizar el billete, expresa la misma idea contenida en estos pasajes. Anoto que, hasta donde alcanza mi conocimiento, estos argumentos no han sido respondidos por las celebridades internacionales “marxistas-heterodoxas” que sesionaron en Buenos Aires para aplaudir la política K.

Textos citados:
Marx, K. (1980): Contribución a la crítica de la economía política, México, Siglo XXI.
Marx, K. (1989): Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse) 1857-1858, México, Siglo XXI.
Marx, K. (1999): El Capital, México, Siglo XXI.

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Papel moneda, oro y la teoría monetaria de Marx (2)

Written by rolandoastarita

15/08/2016 a 09:29

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5 respuestas

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  1. ¡Qué buen artículo! ¿Tiene pensado hacer uno sobre la formación de precios para terminar de »cerrar» la demostración de la validez de la TVT?

    Un saludo.

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    Symploké

    15/08/2016 at 12:15

  2. El primer 1° de Mayo en Arg, 1° de Mayo de 1890, los anarquistas exigieron de Juárez Celman el pago de los sueldos en oro.
    Y la obsesiva defensa de la paridad oro papel de los PS (Justo, Blum).
    O Lenin q cuando dice «para destruir un país, envileced su moneda», no lo da como consejo sino para cortar la hiperinfl en Rusia con la introducción del chervonetz.
    No gastaría pólvora en chimangos progres de ésos que defienden «un poco de inflación». Es como debatir con la extr derecha republicana Usa q usurpa el nombre «libertario».

    ¡UN ART MUY DIDÁCTICO!¡GRACIAS!

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    santiago

    16/08/2016 at 17:16

  3. Qué buen artículo, es esencial reconocer que hay múltiples «dineros» jerarquizados y que cada uno está respaldado por otro de un nivel superior. La relación entre el oro y el papel moneda no convertible de curso forzoso es el caso por excelencia, por encontrarse en la punta de la pirámide, pero es sólo uno de tantos casos. Los dineros crediticios mencionados en la primera nota (billetes de banco, cheques, depósitos bancarios, tarjetas de crédito, etc.) también tienen entre ellos, con el dinero estatal y con el dinero internacional que está por encima de todos, una relación jerárquica, vertical. Y sin embargo, al hablar del dinero de curso forzoso Marx recurre a las metáforas propias del dinero helicóptero; pienso que esto se puede criticar sin implicar que Marx defiende la teoría cuantitativa: el dinero legal no convertible tampoco «se arroja» a la economía así como así, entra a circulación como gasto del gobierno, así como cuando una empresa, para iniciar el proceso productivo, solicita un crédito (sólo que en el caso del gobierno sería un crédito forzoso, entre otras cosas). Por eso, si bien estoy de acuerdo con criticar la postura heterodoxa sobre la inocuidad del gasto deficitario, creo, por una parte, que el tema es mucho más complejo que la emisión sin respaldo: hay que considerar el efecto de ese gasto en el monto de reservas que respaldan el dinero estatal, por ejemplo, mediante mecanismos de demanda efectiva y la llamada ley de Thirlwall. Y por otra parte, no es un problema relacionado sólo con el dinero estatal: las corridas bancarias se deben muchas veces a que el dinero privado emitido por los bancos se desvaloriza frente al dinero estatal.

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    David

    20/08/2016 at 02:08

  4. Hola Rolando! Muchas gracias por el articulo. Soy militante del PTS en Argentina y tengo una pregunta para hacer, con respecto a este fragmento:

    «En lo anterior puede observarse también la importancia de que exista confianza en que la plata se puede comprar por determinada cantidad de billetes. Por eso, no es necesario que exista, en términos de valor, una masa de respaldo equivalente a los táleros billetes que circulan. Así, en Inglaterra, durante el siglo XIX, la cantidad de oro que tenía en reserva el Banco de Inglaterra era pequeña en comparación con la masa de billetes que circulaba. Pero en la medida en que había confianza en que se podían convertir al precio oficial, la libra se mantenía estable. Sin embargo, cuando sobrevenía la crisis, se decretaba la inconvertibilidad, y el valor real del billete se establecía en el mercado no oficial del oro (donde se pagaba una prima por sobre la denominación oficial). Algo similar a lo que ocurría con el tálero. De manera que, ya en el siglo XIX, con billetes inconvertibles, sus valores se establecían en relación al oro (o la plata) en cuyo lugar circulaban; no en comparación a la masa de mercancías.»

    Si en los momentos en que los billetes eran legalmente convertibles a oro había menos cantidad de oro que de billetes en circulación (asumo que esto equivale a decir que el valor del oro expresado en los billetes de ese momento era menor que la cantidad de dinero de billetes en circulación), era importante la confianza de la gente para mantener el valor del dinero. En qué se diferencia esta explicación de las ideas que criticas acerca de que el valor del dinero está determinado por la confianza? Gracias!

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    Augusto Pavon

    02/01/2024 at 18:03

    • La confianza a la que me refiero en el artículo es la confianza en que el billete pueda ser convertido en oro a determinada paridad (esto es, que el Banco Central suministre oro a cierto precio establecido). La confianza de la que hablan los que defienden la tesis de la desmaterialización del dinero se refiere a que el Estado pueda emitir billetes que tienen valor, sin referencia alguna al dinero-mercancía.
      Subrayo que cuando hablo del billete como signo de valor en referencia al oro estoy hablando de una relación simbólica compleja. Ya Marx señalaba que no era una relación directa, mecánica, del tipo «baja el costo de producción del oro, suben los precios de las mercancías». También sobre este tema: https://rolandoastarita.blog/2010/08/30/el-rol-monetario-del-oro/

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      rolandoastarita

      03/01/2024 at 09:43


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