Posts Tagged ‘mercado’
Moneda en la Rusia soviética, 1917-1930 (1)
En entradas anteriores sostuve, en polémica con concepciones voluntaristas y subjetivistas, que incluso en la Unión Soviética, con la economía centralizada, fue imposible manejar a voluntad los precios y la moneda.
En esta entrada amplío el argumento, centrando la atención en el período 1917 – 1930. El objetivo es mostrar que incluso un gobierno revolucionario no puede manejar a su antojo el valor de la moneda, los precios relativos, o el nivel de precios. Como tampoco puede desconocer la relación entre las formas de financiar sus déficits, y las funciones de la moneda (medida de valor, medio de cambio y de pago, medio de atesoramiento). El mercado y el dinero son creaciones sociales – esto es, tienen objetividad social – y están condicionados, entre otros factores, por el nivel productivo; las relaciones de producción y distribución; las relaciones de fuerza entre las grandes clases sociales; y las restricciones asociadas a la inserción de la economía en el mercado mundial. Es propio del fetichismo estatista pensar que estas constricciones puedan ser evitadas, o eliminadas, con meras medidas administrativas dictadas desde las alturas del Comité Central de un partido socialista, por más revolucionario que se considere. En este respecto, la experiencia de la Rusia Soviética es ilustrativa. Dada la extensión de la nota, la he dividido en partes. Lee el resto de esta entrada »
Polémica sobre trabajo, valor y mercado
En una nota anterior (aquí) me referí a una afirmación del profesor Juan Iñigo Carrera, que me atribuye la estúpida idea de que el trabajo abstracto «es una construcción de la conciencia». Dije en esa entrada que jamás sostuve tal cosa, y que es un invento del profesor, posiblemente derivado de su incapacidad para responder a mis críticas. Desafié, además, a JIC, o a alguno de sus discípulos, a que mostraran algún pasaje en el que yo hubiera afirmado que el trabajo abstracto es una construcción de la conciencia.
Pues bien, por estos días un lector del blog me envió un texto de alguien que se reclama discípulo del profesor Iñigo Carrera. Entre otras cosas, escribe: «Astarita, como vimos, dice primero: “para que exista valor, el valor tiene que tomar una forma objetiva en la mercancía”. Esto es correcto, así lo plantea y desarrolla Marx. Pero, paso seguido, sostiene: “el trabajo se objetiva como valor cuando la mercancía, el polo relativo, encuentra su equivalente”. Dónde dice Marx esto??? Hace falta ser muy inteligente para darse cuenta que si diría eso se estaría contradiciendo (y acá no hay dialéctica que lo salve)??? (…) Astarita confunde objetividad del valor (la mercancía) con expresión del valor (en el intercambio). Si la objetividad del valor existe cuando la mercancía “encuentra su equivalente”, estamos diciendo exactamente lo mismo que los neoclásicos: el valor brota de la circulación. Y por tanto: de la conciencia de la valoración subjetiva!» (en la sección Comentarios del blog puede leerse completa).
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Los austriacos y la “reducción a sustancia común”
En una nota anterior (aquí) dedicada a la crítica que hace Ramón Rallo a la reducción marxiana de los valores de cambio a una “sustancia común”, explicamos por qué esta solo puede tener un carácter social. Esto es, no puede ser una característica física o química de las mercancías, ni ser una propiedad subjetiva. En este sentido demostramos, con numerosas citas de pasajes de El Capital, que Rallo miente cuando afirma que Marx no explicó por qué el peso, por ejemplo, no puede ser el elemento en común que determina el valor de cambio.
Sin embargo, esta respuesta a Rallo sería incompleta si no decimos que en realidad los economistas de la escuela austriaca niegan que en el intercambio se produzca una reducción a una sustancia en común. Lo cual es inseparable de su concepción subjetiva del valor. Es que los austriacos reconocen que las utilidades marginales “no son comparables, dado que no pueden ser medidas”, y admiten por lo tanto que las escalas de valor de los diferentes participantes en el mercado “no pueden ser reducidas a una medida o escala” (Rothbard, 2009, p. 87). Es por esta razón que están obligados a sostener que en el intercambio no existe reducción alguna a sustancia en común. Lee el resto de esta entrada »
Concentración económica y apologética burguesa
En una nota anterior (aquí) hemos presentado datos sobre la concentración del capital. Concentración que es la base de la creciente desigualdad de riquezas e ingresos. Así, según Oxfam, las ocho personas más ricas del mundo acumulan una riqueza neta que asciende a 426.000 millones de dólares; equivale a la riqueza que posee la mitad más pobre de la humanidad, 3600 millones de personas. De acuerdo al Credit Suisse, el 50% más pobre de la población mundial posee menos del 0,25% de la riqueza neta mundial.
Dice Oxfam: “…muchas personas afectadas por la pobreza en todo el mundo están experimentando la degradación de su principal fuente de riqueza –la tierra, los recursos naturales y sus hogares– a consecuencia de la inseguridad en la tenencia de la tierra, los acaparamientos de tierra, la erosión y fragmentación de la tierra, el cambio climático, los desalojos urbanos y los desplazamientos forzados. (…) La propiedad de la tierra en manos del quintil más pobre de la población se redujo en un 7,3% entre la década de los noventa y la de los 2000. (…) Los ingresos del 10% más pobre de la población se incrementaron en 65 dólares entre 1988 y 2011, lo cual equivale a menos de 3 dólares adicionales al año, mientras que los ingresos del 1% más rico aumentaron 182 veces más, 11.800 dólares. La investigación de Oxfam ha revelado que, en los últimos 25 años, el 1% más rico de la población ha obtenido más ingresos que el 50% más pobre en conjunto, y que casi la mitad (el 46%) del aumento total de los ingresos ha ido a parar al 10% más rico de la población. Se trata de un dato importante, ya que el 10% más pobre de la población mundial sigue viviendo por debajo del umbral de la pobreza establecido en 1,90 dólares al día” (https://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/file_attachments/bp-economy-for-99-percent-160117-es.pdf).
En la nota anterior también señalamos que hay más de 200 millones de desocupados y que 1400 millones de trabajadores tienen empleos precarios y sin acceso a la seguridad social. Lee el resto de esta entrada »
Cuba: crisis, globalización y giro al mercado (2)
La primera parte de la nota, aquí.
Crisis, zigzags, avance de fondo hacia el mercado
En la primera parte de la nota hemos apuntado que cuando los países del bloque soviético pasaban, a comienzos de los 1990, rápida y abruptamente al capitalismo, en Cuba se mantuvo la centralización estatal de la economía. Sin embargo, desde mediados de esa década, en la isla hubo una alternancia entre centralización burocrática y medidas pro mercado. En esa alternancia subyace una lógica, determinada por la crisis y su relación con la gestión estatal burocrática, que es necesario explicar.
Antes de entrar en el tema, conviene hacer una precisión: cuando se habla de estancamiento y crisis de la economía de Cuba no se niegan los logros en salud y educación. Cuba cumplió con los objetivos del milenio de la ONU; tiene la tasa de mortalidad infantil más baja de América Latina, su tasa de mortalidad materna es una de las menores a nivel internacional; está ubicada en el puesto 14 a nivel mundial del índice de Educación Para todos; la expectativa de vida al nacer es de 79 años; su sistema de seguridad social es superior al de la mayoría de los países subdesarrollados; y ocupa el puesto 51 entre 187 países en lo que hace a desarrollo humano (Informe 2011, PNUD). Sin embargo, estas cifras no deben ocultar la gravedad de su situación económica y social. Después de todo, hasta las vísperas mismas de la caída de los regímenes stalinistas, muchos exhibían indicadores sociales más que aceptables en varios ítems. Pero sus economías estaban muy debilitadas, y terminaron colapsando.