Posts Tagged ‘Pobreza’
Vendedores de humo por izquierda
“Vender humo”: según la Real Academia Española, significa “tratar de convencer con palabras o argumentos carentes de sentido”
Por estos días un lector del blog me envió una nota escrita por Pablo Anino, “Dejar de pagar tres meses la deuda equivale a terminar con la pobreza por ingresos de un año”, publicada en Izquierda Diario el 20/05/19
Como lo adelanta el título, Anino afirma que si se deja de pagar la deuda durante tres meses, en Argentina se puede acabar, por un año, la pobreza por ingresos. Anino dice que, en cifras redondas, existen 3,4 millones de hogares pobres, los cuales deberían elevar sus ingresos anuales en $134.000 para salir de la pobreza. Por lo que se necesitaría un total de $456.000 millones (unos 9.900 millones de USD, con el tipo de cambio a $46) para eliminarla. Como, según Anino, el pago anual de deuda es de 40.000 millones de USD, bastaría con no pagar la deuda tres meses para eliminar la pobreza durante este año (¿y el año próximo repetimos el procedimiento?). El lector que me envía la nota me pregunta si las cuentas de Anino están bien hechas, porque el asunto le suena demasiado fácil. Lee el resto de esta entrada »
La Argentina “del cambio”: inflación y baja de salarios
Devaluación, aceleración inflacionaria –aumento de tarifas en primer lugar- y salarios que se quedan: es el proceso clásico por la que se está operando una gigantesca transferencia de riqueza desde los trabajadores a la clase dominante. Recuerdo lo que planteé en una nota anterior, apenas subió Macri:
“Ahora el peso de la clase dominante está puesto en las paritarias. Lo dijo Macri en su tan elogiado discurso ante la Unión Industrial Argentina: ‘hay que bajar la conflictividad gremial, que es permanente’. O sea, los sindicatos tienen que ‘tragarse’ la suba de precios. Tengamos presente que este año la inflación estaría entre el 28 o 30%, y todo indica que se aceleraría con la devaluación y la suba de las tarifas. En el mismo sentido, referentes de las cámaras empresarias (por caso, Mendiguren, del partido de Massa) dicen que las paritarias no deben tomar en cuenta la inflación pasada, sino la esperada. El ministro de Trabajo agregó que los aumentos deben otorgarse ‘según productividad’ (otro argumento clásico de los empresarios en tiempos de crisis y ajuste). En consecuencia, por todos lados se presiona para que se imponga, pacto social mediante, un techo a los incrementos salariales. Para esto se recurre a la amenaza de toda la vida: si no aceptan, habrá desocupación. ‘Tienen que cuidar el empleo’, les dijo Macri a los trabajadores. Es el mismo argumento-amenaza que esgrimía, hasta hace poco, Cristina Kirchner. Así, todo discurre según el necesario orden causal del orden capitalista. Por supuesto, nadie habla del trabajo precarizado, ni de los millones de subocupados, o de los que ni siquiera buscan trabajo porque están desanimados. La otra arma con que cuenta la clase dominante es, como siempre, la siempre presente burocracia sindical” (aquí).
Intelectuales y académicos por Scioli, contra el voto en blanco
Por estos días recibí un mail enviado por la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, con la resolución de su Consejo Directivo llamando a apoyar a Scioli en el balotaje. En ella se alerta sobre el riesgo “del retorno a políticas neoliberales, privatistas y excluyentes de las mayorías populares”. Por eso decide convocar “a la comunidad educativa a defender las conquistas” y “alertar sobre probables políticas de ajuste y mercantilización, inspiradas por el explícito neoliberalismo de uno de los proyectos en pugna en el balotaje electoral”. Se trata, sigue el texto, del mismo neoliberalismo “que sumió en la pobreza material y cultural a millones de argentinos hasta llegar a la crisis sin precedentes de 2001”. Se informa también que la resolución tuvo el apoyo “de todas las expresiones políticas representadas, a excepción de los consejeros del Partido Obrero”.
También en la Universidad de Quilmes se hizo circular entre los alumnos y docentes un mail en el cual el Departamento de Economía y Administración convoca a apoyar al candidato oficialista. “[C]omo integrantes de la comunidad de profesores, investigadores, estudiantes, graduados, becarios y personal administrativo y de servicios de la Universidad Nacional de Quilmes, consideramos necesario manifestar públicamente nuestra posición sobre las perspectivas de país que se abren para los próximos cuatro años”, afirma. El eje del argumento es la mejora del presupuesto para las universidades, y la UNQUI en particular.
Pobreza K y el yelmo de niebla
La cuestión de cuánta pobreza hay en Argentina sigue metiéndose en los debates de campaña electoral. Es que todo indicaría que el índice de pobreza, medido según los criterios del viejo INDEC, estaría cercano al nivel de los finales del gobierno de Menem (que era del 27%). De ahí el empeño kirchnerista de tapar el asunto. Así, el 26 de marzo pasado el ministro Kicillof declaró que “no tengo el número de pobres, pero me parece una medida bastante estigmatizante”. Luego, a mediados de septiembre, y en respuesta al amparo que presentó la diputada Victoria Donda para que la Justicia ordenara al Gobierno difundir los datos de pobreza, el ministro dijo: “Si quiere [Donda] salir en los diarios, que se ponga plumas, se vista de algo, grite”. Y cuando la jueza María José Sarmiento dio lugar al pedido de Donda, la Dirección de Legales del Ministerio de Economía respondió que no podía entregar los datos porque no se mide la pobreza desde finales de 2013.
Pues bien, dado que en muchos círculos se asocia a Kicillof con las ideas de Marx, es conveniente refrescar la importancia que este último daba a las estadísticas sociales, y a la honestidad intelectual y valentía moral con que se elaboren. En el Prólogo de la primera edición de El Capital, escribía:
Las mentiras de un ministro, estigmatización y ética
En el día de ayer, 27 de marzo, en un reportaje radial, le preguntaron al ministro de Economía, doctor Axel Kicillof, cuántos pobres hay en Argentina. El ministro respondió que se trataba de una pregunta “complicada” y reconoció que “últimamente no tengo el número de pobres”, para culminar con que le parece una medida “un poco estigmatizante”. También señaló que “hay 500 mediciones” de la pobreza y que “hay un índice que por los problemas de hacer homogénea la serie y hacerla nacional lleva más tiempo, y cuando esté, se va a publicar”. Sostuvo además que el Gobierno no oculta a los pobres, y que “cualquier índice que se publique” será cuestionado desde la oposición, por lo que se trata de una discusión “un poco bastardeada”.
Vale la pena detenernos un minuto en este despliegue de ocultamientos y mentiras, ya que desnuda la naturaleza social de lo que trata de presentarse como “izquierda transformadora”, la Cámpora y el gobierno K. Aquí van algunas reflexiones.
En primer término, el doctor Kicillof miente cuando dice que el INDEC no publica las cifras de pobreza porque hay un problema de “empalme” para hacer homogénea la serie, que lleva tiempo. Tengamos presente que en abril de 2014 el INDEC emitió un comunicado en el que informaba que discontinuaba la publicación de la serie histórica de la medición de pobreza e indigencia “por contar con severas carencias metodológicas”; a lo que se sumaba la discontinuación del Índice de Precios al Consumidor basada en los precios del Gran Buenos Aires y “la imposibilidad de empalme con el nuevo IPC-NU” (NU: núcleos urbanos que abarcan todo el país). Sin embargo, no explicaba cuáles eran esas “severas carencias metodológicas”, ni tampoco por qué existía “imposibilidad” de empalme de las series. Y desde entonces no volvió a informar el número de pobres e indigentes.
Marxismo y medición de la pobreza
El nivel de la pobreza en Argentina es tema de debate entre investigadores en ciencias sociales. En esta nota presento un punto de vista basado en la teoría de Marx.
El debate
La discusión arranca, en buena medida, con las mediciones del INDEC. Según este organismo, actualmente en Argentina solo el 8% de las personas, y el 5,7% de los hogares estaría por debajo del índice de pobreza. El INDEC obtiene este resultado porque considera un costo extremadamente bajo de la Canasta Básica Total (la CBT toma en cuenta los bienes que serían necesarios, según el INDEC, para que una persona, o una familia, no sean pobres). Así, en febrero de 2012, un adulto que recibiera $465 por mes (poco más de 100 dólares) no debería ser considerado pobre. Aunque mucha gente de “izquierda- K” no defiende explícitamente semejantes cifras, guarda silencio y disimula el asunto. Como he argumentado en otra nota, se trata de una posición reaccionaria, ya que todo lo que disimule los índices de pobreza (y de indigencia; aunque aquí me voy a concentrar en la pobreza), juega un rol contrario a los intereses populares.
Más interesante, sin embargo, es la postura de los partidarios del gobierno que admiten que las cifras del INDEC no se pueden defender. En este enfoque, se sostiene que si bien la pobreza es más alta que lo que dice el INDEC, de todas formas bajó mucho, y ya se encuentra a niveles anteriores a 1980. El exponente más destacado de esta postura es Artemio López, director de la consultora Equis. Según Equis, la pobreza de los hogares en Argentina se ubicaría en 20,9%, (nivel en agosto de 2011), y comprendería 8,4 millones de personas. Este cálculo resulta de tomar una canasta de $1837 mensuales para la familia compuesta por cuatro personas. Artemio López afirma que se trata de un nivel de pobreza más bajo que el de 1980, cuando era del 24%. Por supuesto, es mucho menor que el pico del 57,5%, alcanzado en octubre de 2002. También para el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina, vinculado a la CTA oficialista, la pobreza sería del 21,8% (primera mitad de 2011). Esto se debe, de nuevo, a que considera que los precios de los artículos de la canasta básica no son los que dice el INDEC.