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Financiarización en Argentina, análisis crítico

En la nota anterior (aquí) presenté datos que desmienten la idea de que el sector financiero goza de una tasa de rentabilidad sistemáticamente más elevada que los sectores productivos de las economías capitalistas. En esta entrada amplío con la experiencia argentina. Me mueve a hacerlo la popularidad que tiene la noción de “valorización financiera”, asociada a la tesis de la financiarización.
Cuestiones desde la teoría
Con “valorización financiera” se quiere significar la prevalencia de las ganancias financieras por sobre las productivas. Aplicada la noción a la Argentina, se sostiene que desde hace varias décadas los grandes empresarios no invierten productivamente y priorizan la valorización financiera de sus capitales. En términos marxistas, se dice que canalizan la plusvalía hacia las finanzas, donde realizarían pingües ganancias. Por lo cual se plantea la pregunta de cómo lo hacen sin volver al sector productivo. Es que si, por ejemplo, los capitalistas colocan sus fondos en depósitos bancarios, los bancos deberán otorgar créditos a tomadores de dinero para que “lo hagan trabajar”; esto es, para que contraten mano de obra que genere valor y plusvalor. De lo contrario, el banco no podrá pagar intereses, y el dinero puesto a plazo fijo no se puede valorizar.
Lee el resto de esta entrada »Auschwitz y un silencio progre-argentino
El 27 de enero se cumplieron 75 años de la liberación, por el Ejército Rojo, del campo de concentración de Auschwitz – Birkenau. Otros campos fueron Belzec, Chelmno, Treblinka, Majdane y Sobibor. En ellos, fueron asesinados unos seis millones de judíos (de ellos, un millón eran niños); 100.000 gitanos; también militantes políticos de izquierda y progresistas; homosexuales; discapacitados; y prisioneros de guerra polacos y rusos, Solo en Auschwitz 1,1 millón de personas fueron exterminadas.
Con razón, autores de izquierda por estos días han señalado la complicidad del gran capital alemán, del Vaticano y de muchos gobiernos «democráticos» con los nazis. Como han denunciado víctimas sobrevivientes, durante la guerra los países aliados sabían de los campos de concentración, pero nunca bombardearon las vías férreas que llevaban a los mismos. Ni hicieron públicas las denuncias que recibían. Más aún, pusieron innumerables trabas para que judíos que escapaban de las persecuciones pudieran instalarse en sus países. Y hasta el día de hoy existe un extendido e hipócrita silencio sobre estas complicidades. Lee el resto de esta entrada »
Argentina en el carry trade (o la bicicleta financiera)
En la edición del 23 de marzo pasado del Cronista Comercial se informa que Argentina es uno de los países más redituables del mundo para hacer carry trade (véase Matías Barbería, “Argentina, segunda entre los países más atractivos para el carry trade”).
El carry trade consiste en una operación especulativa consistente en tomar dinero prestado a una baja tasa de interés en un país e invertir esos fondos a una tasa más elevada en otro país. Por ejemplo, un inversor toma prestado en yenes a tasa casi cero (desde 2012 el yen se utilizó mucho para fondear esta operatoria) y compra dólares australianos con un retorno del 4%. La ganancia además puede elevarse si se aprecia la moneda del país que paga alta tasa de interés; lo cual no es infrecuente (al pasar, señalemos que este hecho es difícil de explicar con la hipótesis de la paridad de intereses, que es estándar en la economía neoclásica). La rentabilidad de la operación también podrá aumentar si se deprecia la moneda del país en el que se fondea la operación. Por el contrario, si esta última moneda se aprecia, puede desaparecer la ganancia o incluso puede haber fuertes pérdidas. Lee el resto de esta entrada »
La Argentina “del cambio”: inflación y baja de salarios
Devaluación, aceleración inflacionaria –aumento de tarifas en primer lugar- y salarios que se quedan: es el proceso clásico por la que se está operando una gigantesca transferencia de riqueza desde los trabajadores a la clase dominante. Recuerdo lo que planteé en una nota anterior, apenas subió Macri:
“Ahora el peso de la clase dominante está puesto en las paritarias. Lo dijo Macri en su tan elogiado discurso ante la Unión Industrial Argentina: ‘hay que bajar la conflictividad gremial, que es permanente’. O sea, los sindicatos tienen que ‘tragarse’ la suba de precios. Tengamos presente que este año la inflación estaría entre el 28 o 30%, y todo indica que se aceleraría con la devaluación y la suba de las tarifas. En el mismo sentido, referentes de las cámaras empresarias (por caso, Mendiguren, del partido de Massa) dicen que las paritarias no deben tomar en cuenta la inflación pasada, sino la esperada. El ministro de Trabajo agregó que los aumentos deben otorgarse ‘según productividad’ (otro argumento clásico de los empresarios en tiempos de crisis y ajuste). En consecuencia, por todos lados se presiona para que se imponga, pacto social mediante, un techo a los incrementos salariales. Para esto se recurre a la amenaza de toda la vida: si no aceptan, habrá desocupación. ‘Tienen que cuidar el empleo’, les dijo Macri a los trabajadores. Es el mismo argumento-amenaza que esgrimía, hasta hace poco, Cristina Kirchner. Así, todo discurre según el necesario orden causal del orden capitalista. Por supuesto, nadie habla del trabajo precarizado, ni de los millones de subocupados, o de los que ni siquiera buscan trabajo porque están desanimados. La otra arma con que cuenta la clase dominante es, como siempre, la siempre presente burocracia sindical” (aquí).
Devaluación: esta vez, tampoco es distinto
Las recientes devaluaciones de las monedas de Venezuela y Argentina han sido presentadas por estos gobiernos, y por la izquierda chavista o kirchnerista, como partes de políticas progresistas e inclusivas, y hasta (en el caso chavista) socialistas. En particular, han enfatizado que no se trata de un “ajuste” sobre los bolsillos de los trabajadores, que esta vez “es distinto”. Aunque, por otro lado, sostienen que la culpa de la depreciación de las monedas la tienen “los especuladores” y “los grandes grupos concentrados”. Es claro que si unimos ambas afirmaciones, habría que llegar a la bonita conclusión de que los capitales y los especuladores sólo apuran medidas beneficiosas para los obreros y el pueblo (y favorables al socialismo, en Venezuela).
Por supuesto, estos dislates discursivos son el resultado de la función que naturalmente cumplen estos personajes: ocultar, manipular y confundir a la opinión pública; aunque lo disimulen con solemne palabrerío “nacional progresista”. Por eso, a algunos de estos sujetos se les podría aplicar aquellas palabras de Marx: “Viejo roué ladino, concibe la vida histórica de los pueblos y los grandes actos de gobierno y de Estado como una comedia, en el sentido más vulgar de la palabra, como una mascarada, en que los grandes disfraces y las frases y gestos no son más que una careta para ocultar lo más mezquino y miserable”. Trasladado a la actualidad argentina, se trata del lumpen burgués, o pequeño burgués, puesto a funcionario “que se la cree”, y juega a la lotería de las finanzas y los tipos de cambio. Después de todo, ¿para qué sirven los bonos de los jubilados, y los dineros del erario público, si no es para “intervenir como revolucionarios” en los mercados que hasta ayer mismo se jactaban de “dominar con la política”?
Lo que enseña la historia
Sin embargo, para el pueblo no hay comedia, sino tragedia. La tragedia del empeoramiento de sus niveles de vida, de la caída de los salarios, de los famosos “ajustes”. Es que el verdadero contenido de la devaluación es provocar una redistribución regresiva del ingreso de los asalariados, y de los sectores populares. Ahí está la historia económica argentina para atestiguarlo; se trata de fenómenos sistemáticos. Pero desde los medios K se intenta instalar la idea de que los ajustes por vía devaluación e inflación solo habrían ocurrido a partir del dominio del neoliberalismo, desde 1976, y estrictamente hasta 2003 (2001-2 está “en discusión”).
El capitalismo argentino en la década ganada
El sábado 27 de julio di una charla sobre la coyuntura económica, invitado por el Frente de Estudiantes Libertarios. Pueden descargar la grabación aquí, aquí o si gustan escuchar online:
IDH y pobreza, silencio K-progresista
El Informe 2011 sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha sido silenciado por la prensa oficial, y apenas mencionado por los medios opositores. Lo interesante de este informe es que muestra a las claras que, si bien hubo una mejora en los índices argentinos, no existe ningún elemento para afirmar que haya habido algo distintivamente progresivo en el curso económico social del país en los últimos años.
El PNUD elabora desde 1990 el llamado Indice de Desarrollo Humano, que resume los datos sobre esperanza de vida, matriculación escolar e ingreso en un solo indicador compuesto. Se pueden hacer muchas críticas a este índice -que se inspira en la obra de Amartya Sen- pero de todas maneras es preferible a la forma tradicional de medir la pobreza, que solo considera el ingreso. La idea detrás del IDH es tomar en cuenta las condiciones de vida y las capacidades de funcionar (tener educación, salud, etc.) de que disponen las personas con determinado ingreso. El PNUD también corrige este índice según el grado de desigualdad de los países; y elabora un índice de desigualdad de género. Pues bien, en 2010, con un IDH de 0,775 Argentina ocupaba el puesto número 46 a nivel mundial. Pero ajustado por desigualdad, Argentina pierde 11 puestos, y el índice baja un 19,7%, a 0,622. En cuanto a desigualdad de género, Argentina se ubica (dato 2008) en el puesto número 60, con un índice de 0,534.