Posts Tagged ‘trabajo’
Carchedi y Engels sobre gasto humano de energía y valor
La tesis de que el valor es una propiedad física de la mercancía se vincula con la idea de que es simplemente gasto humano de energía. O sea, gasto, al trabajar, de calorías que, independientemente de lo que ocurra en el mercado, significa creación de valor. Por eso también se sostiene que la sustancia del valor existe materialmente, y puede ser medida, en tanto gasto energético, antes del intercambio.
Es la posición de Carchedi (2011). Escribe: “if the substance of value can be observed to exist materially and therefore can be measurable before exchange, it can safely be concluded that value also exists materially and is measurable before exchange, whether value is observable or not” (p. 64). También: “if human energy in the abstract is both material and quantifiable before exchange, so must be its social evaluation and thus abstract labour and thus value” (p. 67). Una posición emparentada, como adelanté, con la afirmación de que el valor es una propiedad física (véase aquí, aquí); y con la idea de que el contenido del valor es gasto de energía en el trabajo privado (de manera que el valor sería “individual”; aquí). Lee el resto de esta entrada »
Polémica sobre trabajo, valor y mercado
En una nota anterior (aquí) me referí a una afirmación del profesor Juan Iñigo Carrera, que me atribuye la estúpida idea de que el trabajo abstracto «es una construcción de la conciencia». Dije en esa entrada que jamás sostuve tal cosa, y que es un invento del profesor, posiblemente derivado de su incapacidad para responder a mis críticas. Desafié, además, a JIC, o a alguno de sus discípulos, a que mostraran algún pasaje en el que yo hubiera afirmado que el trabajo abstracto es una construcción de la conciencia.
Pues bien, por estos días un lector del blog me envió un texto de alguien que se reclama discípulo del profesor Iñigo Carrera. Entre otras cosas, escribe: «Astarita, como vimos, dice primero: “para que exista valor, el valor tiene que tomar una forma objetiva en la mercancía”. Esto es correcto, así lo plantea y desarrolla Marx. Pero, paso seguido, sostiene: “el trabajo se objetiva como valor cuando la mercancía, el polo relativo, encuentra su equivalente”. Dónde dice Marx esto??? Hace falta ser muy inteligente para darse cuenta que si diría eso se estaría contradiciendo (y acá no hay dialéctica que lo salve)??? (…) Astarita confunde objetividad del valor (la mercancía) con expresión del valor (en el intercambio). Si la objetividad del valor existe cuando la mercancía “encuentra su equivalente”, estamos diciendo exactamente lo mismo que los neoclásicos: el valor brota de la circulación. Y por tanto: de la conciencia de la valoración subjetiva!» (en la sección Comentarios del blog puede leerse completa).
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Factores de producción y una crítica de la derecha a Marx
En la nota anterior (aquí), en crítica al método con el que Chesnais evalúa los avances de la productividad, planteé que la mejor medida de la productividad es la relación entre cantidad de producto (en términos de Marx, valores de uso, riqueza material) y tiempo de trabajo.
A raíz de esa afirmación, un lector escribió al blog diciendo que esa definición de productividad podría estar de acuerdo con la teoría de Marx, ya que de esta se deduce que el trabajo es el único factor de producción. Respondí que Marx nunca sostuvo que el trabajo fuera el único factor de producción. En el intercambio posterior, precisé que de ninguna manera se desprende de la ley del valor trabajo que el trabajo sea la única fuente de valores de uso. Lee el resto de esta entrada »
Teoría del valor, respuesta a crítica desde Cuba (1)
Esta nota es una respuesta a “El valor de cambio. Notas a propósito de un artículo de Rolando Astarita”, de Miguel Alejandro Hayes Martínez, publicado en La Trinchera, Cuba, el 10/05/18 (http://www.desdetutrinchera.com/2018/05/548/). Dada su extensión, la he dividido en dos partes.
Lo que dice Hayes Martínez
Mi crítico escribe: “según Astarita, los austriacos niegan la existencia de la ‘sustancia común’ de los valores de cambio”. Luego: “Para Astarita es indudable,-y lo demuestra con toda una serie de citas y razonamientos-, la existencia de esa “sustancia común” de los valores de cambio. Según su tesis, estos son reducibles a la susodicha sustancia, a una medida común: el valor, por tanto, a su trabajo”. Hayes Martínez sostiene que el propio Marx desmintió las ideas que le atribuyo en la nota. Para probarlo, cita las “Glosas marginales al ‘Tratado de economía política’ de Adolph Wagner, donde Marx dice: “Yo no hablo en parte alguna de la ‘sustancia social común del valor de cambio’; digo, por el contrario, que los valores de cambio… representan algo que les es común, algo que es ‘en absoluto independiente de sus valores de uso”. Más adelante escribe: Lee el resto de esta entrada »
La crítica de Rallo a la “reducción” de Marx
Esta nota es continuación de “Rallo y su crítica a Marx: empecemos por lo elemental” (aquí).
En el capítulo 1 de El Capital Marx realiza una conocida operación de “reducción” de los valores de cambio de las mercancías “a algo que les sea común con respecto a lo cual representen un más o un menos”, y concluye que, “si ponemos a un lado el valor de uso del cuerpo de las mercancías, únicamente les restará una propiedad: la de ser productos del trabajo” (p. 46; edición Siglo XXI). Y un poco más adelante precisa que no se trata de un trabajo productivo determinado, sino de “trabajo humano indiferenciado”, esto es, “trabajo abstractamente humano” (p. 47).
Este pasaje, clave en la teoría del valor-trabajo, ha suscitado una de las críticas más frecuentes de los economistas austriacos a Marx, a saber, que este no habría demostrado que el único elemento común de las mercancías intercambiadas es que todas son fruto de trabajo humano. El primero fue Böhm Bawerk. Sostuvo que incluso admitiendo que haya que encontrar algo en común entre las mercancías, podrían mencionarse otros elementos distintos del trabajo, como “su rareza en proporción a su demanda”; “ser objeto de la oferta y la demanda”; o “haber sido apropiadas por el hombre” (1986, p. 447). Desde entonces este argumento lo han repetido prácticamente todos los economistas de la corriente austriaca. Lee el resto de esta entrada »
David Ricardo, sobre valor y trabajo empleado
En anteriores entradas, y en el curso de una polémica con la “tesis transferencia” (ver aquí y siguientes), afirmé que la idea de que el valor del producto siempre es igual a la suma de los tiempos de trabajo aplicados a la producción, desemboca en una naturalización “a lo Ricardo” del mercado, y de los problemas implicados en la validación social de los trabajos privados. Pero también observé que se trata de una versión ricardiana de una superficialidad llamativa. En esta breve nota rectifico parcialmente esta última observación: estamos ante una concepción del valor no solo superficialmente ricardiana, sino que está por detrás del mismo Ricardo.
Efectivamente, cuando trata la renta de la tierra, Ricardo plantea que hay una diferencia entre la suma de los valores del producto agrícola y la suma de los trabajos aplicados en la agricultura. La razón es sencilla: dado que el precio-valor en este caso está determinado, según Ricardo, por la tierra de menor fertilidad, los tiempos de trabajo no pueden coincidir con la suma de los trabajos. Un ejemplo sencillo lo aclara: supongamos que hay dos tipos de tierra; en la de tipo A la unidad de cereal se produce en 10 horas de trabajo, y en la B se produce en 8 horas. Por lo tanto, el valor al que se vende el cereal producido en ambas tierras será 10 horas de trabajo; ergo, nunca puede coincidir con la suma de los tiempos de trabajo realmente aplicados.