Posts Tagged ‘Capital ficticio’
Balance del Banco Central y capital ficticio
Por estos días un lector del blog me preguntó, vía mail, si es cierto que desde la asunción del gobierno de Alberto Fernández el BCRA sanó su balance. La pregunta es pertinente ya que en diciembre de 2019 el balance del Central registraba un patrimonio negativo por $479.000 millones, y ahora, en marzo 2020, pasó a ser positivo en $2,014 billones. ¿Es posible que en solo tres meses la situación del Central haya mejorado hasta tal punto? ¿Significaría esto, además, que la economía argentina está mejorando?
A fin de responder, en lo que sigue presento las principales variaciones en los balances semanales del Central, y una explicación de por qué la mejora del neto patrimonial es de naturaleza ficticia. Comienzo entonces con los datos más relevantes de los balances del 7 de diciembre de 2019 y 7 de marzo de 2020.
Balances del BCRA al 7 de diciembre de 2019 y 7 de marzo de 2020
He destacado, en el Activo: a) reservas internacionales; b) títulos públicos; c) Letras Intransferibles, que están dentro del ítem títulos públicos; c) Adelantos transitorios. En el Pasivo he destacado a) base monetaria; b) stock de Leliq. Lee el resto de esta entrada »
El apalancamiento y el enfoque marxista del ciclo
En la entrada anterior (aquí) planteé que la especulación favorece el apalancamiento, y con ello el crecimiento de las deudas en las fases expansivas del ciclo capitalista, así como la sobreacumulación y sobreinversión; y lo inverso ocurre en la fase contractiva. En esta nota amplío el tema con una explicación del apalancamiento, de por qué tiende a ser pro-cíclico, y por qué la dinámica del apalancamiento y desapalancamiento, combinada con el rol del capital ficticio, puede integrarse al enfoque marxista sobre la acumulación y crisis del capitalismo. Comienzo entonces con la explicación de en qué consiste el apalancamiento financiero.
El mecanismo del apalancamiento
El apalancamiento consiste, esencialmente, en tomar deuda para realizar inversiones. Por su propia naturaleza, la actividad de los bancos es una actividad altamente apalancada, pero en general el apalancamiento comprende todas las esferas de la actividad capitalista. Lee el resto de esta entrada »
Capital financiero, especulación e “inversión pasiva”
Desde los años 1990 la tesis de la finaciarización ha gozado de una importante aceptación en los medios progresistas y de izquierda, incluido el marxismo. Entre los principales exponentes de la financiarización encontramos a Chesnais y sus colaboradores. Chesnais ha tenido una fuerte influencia en Argentina y en otros países de América Latina.
Según Chesnais, en las últimas décadas se ha establecido un régimen de acumulación mundial financiarizado (en lo que sigue me baso en Chesnais 1996). El mismo se basa en bajos salarios, y su funcionamiento está ordenado por las operaciones de un capital financiero que está más concentrado y centralizado que en ningún período anterior. En este régimen juegan un rol clave las instituciones financieras no bancarias, que buscan valorizar los fondos su cargo. Estas instituciones privilegian las colocaciones de corto plazo en acciones y otros títulos, en procura de una valorización puramente especulativas (ibid., p. 264). Precisemos que, siempre según la tesis de la financiarización, se trata de inversiones especulativas en el sentido establecido por Kaldor. Kaldor definía la especulación como una transacción de la mercancía motivada por la anticipación de un cambio de los precios existentes, y no por una ventaja asociada a su uso, a alguna transformación de la misma, o a una transferencia de un mercado a otro (ibid. p. 261). Guttmann, en la misma línea que Chesnais, explica: Lee el resto de esta entrada »
Crisis financiera en el horizonte (2)
Los CoCo y especulación financiera
La emisión de los bonos contingentes convertibles, CoCo, ha venido creciendo a alta tasa en los últimos tres años, ya que son utilizados por bancos con subcapitalización para cumplir con las reglamentaciones de Basilea. Su stock en 2016 ronda los 100.000 millones de dólares. Bancos de la zona del euro, británicos, suecos y chinos han emitido CoCo; las emisiones del Deutsche alcanzan los 1750 millones de euros.
Los CoCo son bonos perpetuos, esto es, no tienen fecha de vencimiento. Su particularidad consiste en que tienen incorporada una cláusula según la cual automáticamente absorben pérdidas antes de que el banco llegue a la insolvencia. La absorción de pérdida puede ocurrir o bien porque se convierten en acciones comunes, a una tasa de conversión predefinida; o porque pierden su valor. El mecanismo de absorción se activa cuando el ratio capital /activos del banco que emitió los CoCo cae por debajo de un nivel previamente determinado. Lee el resto de esta entrada »
La caída de la bolsa de valores en China
Ayer, 8 de julio, el Índice Compuesto Shangai se derrumbó un 5,9%. Esto significa que desde el pico alcanzado el 12 de junio pasado la caída es del 32%. Representa una pérdida de capitalización bursátil de 3,5 billones de dólares. Sin embargo, aún se trata de una fracción de lo que ha subido el mercado en el último año: desde julio de 2014 al máximo alcanzado en junio, los precios se incrementaron un 150%. El objetivo de esta nota es ubicar estas oscilaciones en el contexto en que se está desarrollando la economía china.
Sobrecapacidad, caída de rentabilidad y burbuja crediticia
En una nota que publiqué en agosto del año pasado (ver aquí), apuntaba que la economía china se había venido desacelerando desde 2011, y que la alta acumulación había desembocado en sobreacumulación y caída de la rentabilidad de las empresas. “Desde 1992 a 2010 el consumo agregado en China bajó del 62% del PBI al 47%, a pesar de que estuvo creciendo a una tasa promedio del 8% anual. De manera que la declinación del ratio se explica por el crecimiento aún mayor del PBI y de la inversión. La formación de capital fijo bruto creció al 12% anual durante dos décadas, y su participación en el PBI se elevó del 38% al 48% en 2010 (…) Un proceso que llevó a la sobreinversión y caída de rentabilidad. Las ramas con mayores problemas de sobrecapacidad hoy serían acero, construcción de barcos, paneles solares, aluminio, cemento y carbón (según Moody Investment Service); y muchas fuentes hablan de sobreinversión en construcción, tanto residencial como pública”.
Economía mundial: ¿semi-estancamiento de largo plazo? (2)
Segunda parte de la nota iniciada aquí.
Altos beneficios, débil inversión en EEUU
Una de las características más importantes de una recuperación fuerte es un fuerte crecimiento de la inversión. Como lo demuestran varios estudios (véase, por ejemplo Sherman, 1991) la inversión es la que más se contrae en las recesiones, y la que aumenta en mayor proporción en las recuperaciones. Precisamente las recesiones empiezan a revertirse cuando las empresas comienzan a invertir para reponer inventarios -que acompañan la paulatina recuperación del consumo-; y la recuperación cobra fuerza cuando los empresarios deciden aumentar el capital, reforzando así la demanda. Pero esto no es lo que ha sucedido en la recuperación estadounidense desde mediados de 2009. La inversión ha crecido a la tasa más baja de todas las recuperaciones ocurridas después de la Segunda Guerra (Makin, American Enterprise Institute). Mientras que la inversión neta productiva no residencial promedió alrededor del 4% del PBI en la posguerra y hasta 2000, en 2012, esto es, a cuatro años de iniciada la recuperación, estaba a la mitad del promedio (Tyson y Lund en The New York Times, 18/10/13). A fines de 2013 Moody’s Analytics anotaba que, excluyendo la industria petrolera vinculada a la explotación shale, la inversión estaba más baja que en 2007; en 2013 la inversión privada neta fija no residencial seguía estando un 40% por debajo de su pico previo a la recesión. La inversión en estructuras no residenciales y equipos, como porcentaje del PBI, bajó del 9,7% en 2007 al 8,5% en la actualidad (NIPA).
Sobre los orígenes de la crisis financiera
Una de las explicaciones más extendidas de la crisis que estalló en 2007 dice que se debió a la sobreespeculación en el mercado del crédito inmobiliario. El argumento se basa en un fenómeno real: la crisis estuvo precedida por un boom hipotecario que colapsó y arrastró al resto de la economía a la recesión. Por esto, muchos sostienen que la crisis se debió a la codicia de los banqueros y a la falta de regulaciones estatales. Es la interpretación que encontramos en Krugman, Stiglitz, en el New York Times, y en una gama amplia de autores del progresismo keynesiano, o la izquierda. Pero si bien es indudable que el crédito y la especulación inmobiliaria fueron factores que llevaron a la crisis, es necesario conectarlos con dificultades y contradicciones que anidan en la acumulación capitalista. El objetivo de esta nota, por lo tanto, es pasar revista a las características centrales del boom, precisar las condiciones, arraigadas en la acumulación del capital, que lo posibilitaron, y el significado del crecimiento del capital ficticio vinculado a la especulación inmobiliaria. A los efectos de hacer accesible la lectura a la gente no especializada, a lo largo del texto introduzco breves explicaciones de algunos de los instrumentos financieros más utilizados.
La mecánica del boom crediticio inmobiliario
Para explicar cómo operó el boom crediticio inmobiliario es necesario empezar por lo que significó la llamada titularización. Básicamente, consiste en una innovación financiera que contribuyó a cambiar el rol de intermediarios de los bancos. Tradicionalmente, el banco recibe fondos en forma de depósitos, por los que paga interés; y otorga préstamos, por los que cobra un interés más alto que el pagado por el depósito. Con la titularización, en cambio, el banco se descarga de su cartera de activos, creando una sociedad especial (Special purpose vehicles, SPV son las más comunes). Por ejemplo, un banco origina una cartera de créditos hipotecarios, pero en lugar de quedarse con ella, la vende al SPV. Así, supongamos que el banco arma un pool con 100.000 créditos hipotecarios, que son comprados por el SPV. Este, a su vez, emite títulos para financiar la compra. Tratándose de hipotecas, estos títulos son conocidos como MBS, Mortgage-backed securities; cuando se trata de otro tipo de préstamos (tarjetas de crédito, para la compra de automóviles, etc.) el banco también puede armar paquetes, y el SPV emite títulos que se los conoce como ABS, Asset-backed securities. Tanto los MBS como los ABS rinden mayores intereses que los títulos gubernamentales, o de empresas.
¿Qué es capital ficticio?
En varios escritos que circulan dentro de la izquierda, se define al capital ficticio como todo tipo de acreencia o título financiero; esto es, se lo identifica con los títulos (bonos, acciones) que proporcionan rentabilidad a quienes los poseen. Se sostiene que, a diferencia del capital real, el ficticio no constituye riqueza social, ya que los títulos no poseen valor intrínseco.
El objetivo de esta nota es precisar, en primer lugar, cual es la noción de capital ficticio en Marx, y en segundo término, presentar algunas conclusiones relacionadas con la idea de que sería posible salir de las crisis capitalistas, o solucionar los problemas fundamentales vinculados a la acumulación del capital, mediante inyecciones de capital ficticio.
La noción en Marx
La expresión capital ficticio fue introducida por Marx para designar aquellos activos financieros cuyo valor no se corresponde con algún capital real; el caso paradigmático son los títulos públicos. Es que cuando un gobierno emite títulos para cubrir sus gastos corrientes, el dinero que recoge no entra en algún circuito de valorización, y por lo tanto no es capital. Por eso Marx destaca que el precio del título no representa capital, o valor en proceso de valorización. Un pagaré o un bono del Estado solo dan a su propietario el derecho a participar de una parte de la plusvalía, bajo la forma de los impuestos que recaude el gobierno. Por otra parte, los valores de los títulos públicos pueden modificarse, según las oscilaciones de la tasa de interés, o según varíe la confianza en que el Estado podrá hacer frente a sus obligaciones. Estos cambios en los valores pueden, por lo tanto, no tener una relación directa con la acumulación del capital. Por ejemplo, la suba de los títulos del Tesoro de EEUU, desde mediados de la década de 1980, estuvo vinculada a la caída progresiva de la tasa de interés, a lo largo de casi tres décadas. La demanda internacional de los títulos -EEUU es considerado un refugio seguro para los capitales líquidos- explica en buena medida la caída de la tasa. Pero ese aumento del stock de títulos no tuvo como contrapartida un incremento del capital real. Incluso en períodos de crisis o incertidumbre, los precios de los bonos del Tesoro de EEUU continuaron en aumento, a contramano de lo que sucedía con muchos otros activos financieros, que caían al compás de la desvalorización del capital real.