Posts Tagged ‘Cuarta Internacional’
Conquistas democráticas y críticas trotskistas
Mi posición acerca de los acontecimientos en Egipto y Libia me ha valido críticas provenientes no solo del campo «nacional», sino también del trotskismo (pueden leerse en http://www.kaosenlared.net). La discrepancia está en la relación entre democracia y capitalismo, una cuestión que ha generado un verdadero rompecabezas para el movimiento trotskista. Antes de continuar, preciso que por «movimiento trotskista» comprendo a todos los grupos o autores que reivindican el programa fundacional de la Cuarta Internacional, el Programa de Transición (en adelante PT).
El problema central es que para los defensores del PT es inadmisible mi afirmación de que puedan existir revoluciones, o movimientos, de naturaleza burguesa o pequeño-burguesa, que representen avances democráticos, o reformistas democráticos. He aclarado muchas veces que se trata de libertades democráticas, que no acaban con la explotación del capital, pero no por ello dejan de constituir reformas, o mejoras. El conflicto surge porque al afirmar esto, estoy yendo contra una de las “verdades” del programa y del enfoque trotskista. Es que en el PT se afirma que
Trotsky, fuerzas productivas y ciencia
La nota sobre el colapso final del capitalismo pone en primer plano el debate, central para el movimiento trotskista, sobre si hubo desarrollo de las fuerzas productivas desde 1914. Como he señalado en la nota anterior, Trotsky pensaba que si las fuerzas productivas a nivel mundial se hubieran desarrollado después de finalizada la Primera Guerra mundial, la toma del poder por parte de la clase obrera y el partido bolchevique en Rusia hubiera sido una grave equivocación histórica. De la misma manera consideraba que la base del Programa de Transición (programa de fundación de la Cuarta Internacional) era que las fuerzas productivas ya no podían desarrollarse. Si el capitalismo pudiera desarrollar las fuerzas productivas, pensaba, la clase obrera no podía plantearse la toma del poder. El estancamiento de las fuerzas productivas, en su visión, constituía la premisa económica de la revolución:
“La premisa económica de la revolución proletaria ha llegado hace mucho tiempo al punto más alto que le sea dado alcanzar bajo el capitalismo. Las fuerzas productivas de la humanidad han cesado de crecer” (Programa de Transición).
Esto plantea entonces dos cuestiones esenciales. La primera es cómo se mide el desarrollo de las fuerzas productivas. En segundo término, es necesario dar alguna razón teórica para explicar por qué las fuerzas productivas, a partir de cierta fecha (aproximada) ya no pueden crecer. Precisemos esta segunda cuestión. No basta constatar que las fuerzas productivas están estancadas, por ejemplo desde hace cinco años, sino que hay que demostrar también que ya no pueden salir de esa situación, a menos que se cambie el régimen social. Si pudieran volver a desarrollarse, no hay manera de sostener que el capitalismo “se agotó”, siempre según esta visión. Veamos entonces cómo Trotsky resuelve ambas cuestiones, y cómo lo hizo el movimiento trotskista.
Colapso final del capitalismo y socialismo
En esta nota abordo un problema que se ha debatido durante mucho tiempo, y se sigue debatiendo, en el marxismo, a saber, si existe alguna razón, desde el punto de vista de la teoría de Marx, por la cual el sistema capitalista, llegado a un punto de su desarrollo, debiera colapsar a causa de sus contradicciones económicas. ¿Existe un mecanismo objetivo, “ciego”, que lleva al derrumbe definitivo del capitalismo, o es necesaria la intervención revolucionaria de la clase obrera para que ello ocurra? ¿Encierra la teoría de Marx una idea del fin por causas puramente económicas del capitalismo? ¿O pensaba Marx, por el contrario, que no hay caída del capitalismo sin revolución? Algunos marxistas se inclinan por la primera alternativa, eso es, piensan que el sistema colapsará al margen de si la clase trabajadora triunfa en una revolución contra el capital, y que por lo tanto la intervención del proletariado solo es imprescindible para abrir el paso al socialismo, no para provocar el derrumbe del capital. Sostienen que, producto de las contradicciones del sistema, llega un momento en que las fuerzas productivas dejan de crecer, y el capitalismo se estanca, más o menos definitivamente. Es habitual que militantes y dirigentes de diversas corrientes trotskistas defiendan esta postura. Otros marxistas, en cambio, piensan que el capitalismo no desembocará, por causas meramente económicas, en un estadio final de estancamiento; y que no existen crisis económicas permanentes, o sin salida. Por lo tanto, si la clase trabajadora no acaba con el modo de producción capitalista, éste encontrará la forma de recomponer la acumulación y volver a desarrollar las fuerzas productivas. Los marxistas que defienden esta posición, sostienen también que las contradicciones y crisis del sistema capitalista serán, tendencialmente, cada vez más agudas o generalizadas; y que esto empujará, de manera creciente, a la clase trabajadora a actuar. Ernest Mandel, dirigente trotskista ya fallecido, defendía esta idea. Señalemos que aunque hoy la polémica continúa en el ámbito de las corrientes más radicalizadas, ha tenido una larga historia. En especial porque este debate fue intenso en tiempos la Segunda Internacional (véase, por ejemplo, Colletti, 1983). La cuestión, por otra parte, está vinculada a la estrategia política de los marxistas, y a las posibilidades y perspectivas de una futura sociedad socialista, superadora del modo de producción capitalista. El análisis de los argumentos en juego nos permitirá también enfatizar algunas ideas que son constitutivas del marxismo, en oposición al socialismo utópico.