Posts Tagged ‘cambio tecnológico’
Respuesta a una crítica de Gastón Caligaris
Gracias a un comentario de un lector, acabo de leer la crítica que me hizo Gastón Caligaris en “Dos debates en torno a la renta de la tierra y sus implicancias para el análisis de la acumulación de capital en Argentina”, publicado en Razón y Revolución, 2014, Nº 27 https://cicpint.org/wp-content/uploads/2017/03/2014_Caligaris_Dos-debates-en-torno-a-la-renta-de-la-tierra.pdf
La crítica de Caligaris se inscribe en la misma línea de pensamiento de Emiliano Mussi (ver aquí), y se refiere al trabajo potenciado y el origen de la plusvalía extraordinaria, y la renta. Según Caligaris, sostener que el trabajo que emplea tecnología superior a la que en promedio se utiliza en la rama genera más valor “choca con la explicación marxista del valor” (p. 70). En su opinión, solo se genera más valor si el trabajo es más intensivo, o complejo. De lo contrario, “no hay trabajo real”. Escribe: “si un trabajo ‘genera’ más valor sin ser más complejo o más intensivo, esto es, sin implicar un mayor gasto de fuerza de trabajo, quiere decir que el mayor valor generado estrictamente no representa un trabajo real” (ibid.). En ese caso, además, el valor “deja de ser la representación social del trabajo”. Lee el resto de esta entrada »
Marxismo y reformismo frente al cambio tecnológico
El cambio tecnológico es una constante en el modo de producción capitalista, y en la mayor parte de los casos sus consecuencias son pérdida de puestos de trabajo y las llamadas “racionalizaciones laborales”. Frente a esto, es frecuente que los reformistas convoquen a frenar el cambio tecnológico. En otros casos, activistas sindicales y organizaciones de izquierda demandan alguna forma de control obrero de la producción con el fin de impedir los despidos.
A los efectos de aportar elementos para el análisis, en esta nota presento textos de Rosa Luxemburgo y de Marx que sintetizan la posición clásica del marxismo frente a la introducción de la máquina, o la automatización.
Se trata de una cuestión de primer orden, ya que los capitalistas tratan de ganar mercado abaratando costos, y para ello introducen tecnología que ahorra mano de obra. Si la operación es exitosa, el capitalista innovador obtendrá una plusvalía extraordinaria, debida a la diferencia entre el precio prevaleciente en la rama –determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir- y el “valor individual” de su producto. Lo cual empujará al resto de los capitalistas de la rama a introducir la nueva tecnología. A su vez, cuando la nueva tecnología se generalice, desaparecerán las plusvalías extraordinarias… hasta que algún capitalista vuelva a introducir el cambio tecnológico (véase El Capital, cap. 10, t. 1, Siglo XXI). Así, bajo el látigo de la competencia, avanza el cambio tecnológico, y su contrapartida: el desplazamiento de los obreros por la máquina, esto es, la recreación permanente del ejército de desocupados. Lee el resto de esta entrada »
Marx sobre trabajo potenciado
La nota sobre Mandel y la plusvalía extraordinaria ha provocado muchas críticas, en particular a la noción de trabajo potenciado. Algunas ya las he respondido (véase aquí) y otras las iré tratando en los próximos días. En esta nota intento aportar elementos para el estudio del concepto en la obra de Marx. Empiezo recordando la noción tal como se presenta en El Capital, para luego ampliarla con textos que permanecieron en borrador.
Trabajo potenciado en El Capital
El capítulo X del tomo 1 de El Capital constituye el texto clave en que Marx explica cómo se generan las plusvalías extraordinarias, de las que deriva la plusvalía relativa. En el mismo Marx define al trabajo potenciado como aquel trabajo que se aplica con una tecnología superior a la imperante en la rama. Escribe:
“El trabajo cuya fuerza productiva es excepcional opera como trabajo potenciado, esto es, en lapsos iguales genera valores superiores a los que produce el trabajo social medio del mismo tipo” (1999, pp. 386-7). De manera que lo que permite generar más valor por unidad de tiempo es su carácter “excepcional”, la diferencia que media entre la tecnología avanzada y la promedio. Por eso, mientras dura la diferencia, el “valor individual” del producto es menor que el valor social. Pero dado que “el valor real de la mercancía… no es su valor individual, sino su valor social”, el capitalista puede vender por encima de su valor individual, y realiza así una plusvalía extra. Por eso, dice Marx, la expresión dineraria del valor del producto de la jornada laboral en la empresa avanzada tecnológicamente “es más elevada que la del trabajo social medio de la misma índole” (p. 386). Por eso también, más abajo agrega: “… aquel plusvalor extraordinario desaparece no bien se generaliza el nuevo modo de producción y se extingue con ello la diferencia entre el valor individual de la mercancía producida a más bajo costo y su valor social” (p. 387).
Aclaremos que esta plusvalía extraordinaria (y ganancia extraordinaria), derivada del cambio tecnológico, debe distinguirse de la que surge cuando, por coyunturas extraordinarias las mercancías producidas bajo las peores condiciones regulan el mercado en una rama; por ejemplo, cuando la demanda supera a la oferta en esa rama. En esos casos, las empresas con tecnología media obtendrán una tasa de ganancia por encima del promedio (véase el capítulo X t. 3 de El Capital). Pero no es éste el mecanismo contemplado en el análisis del cambio tecnológico y la plusvalía extraordinaria, que están en la base de la plusvalía relativa, discutida por Marx en el capítulo X del tomo 1.