Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Frente al ajuste, reflexiones sobre unidad de acción y programa

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La marcha para el próximo 7 de marzo convocada por la CGT reactualiza la utilidad de la táctica de unidad de acción, así como la importancia de la delimitación programática –o  estratégica- por parte del marxismo, junto a la lucha ideológica.

La táctica de unidad de acción tiene una larga tradición en el marxismo. Se puede sintetizar en la frase (de Trotsky) “marchar separados, golpear juntos”. Se golpea en unidad de acción por las reivindicaciones con las que se está de acuerdo. Por ejemplo, en el caso que nos ocupa, romper los topes salariales que quieren imponer el gobierno de Cambiemos, los gobiernos provinciales, las cámaras empresarias y las patronales. Son consignas fundamentales para detener el ataque contra el trabajo.

Por eso, la necesidad imperiosa de frenar esta ofensiva constituye el argumento básico a favor de la unidad de acción con la dirigencia de la CGT y de la CTA, y sectores del peronismo. Lo cual no significa embellecer a los dirigentes que convocan (para una discusión sobre el carácter de clase de la burocracia sindical, aquí y aquí); o al peronismo. De lo que se trata es de unir fuerzas en los puntos en los que haya acuerdo e impedir un mayor deterioro de las condiciones de vida y trabajo de los asalariados (más argumentos sobre la unidad de acción, aquí, aquí). De ahí que muchas organizaciones de izquierda hayan decidido participar en la marcha, aunque con una columna separada y banderas propias.

La diferencia de programa y estrategia

Pero la unidad de acción debe acompañarse de la diferenciación programática y estratégica. Este aspecto de la cuestión es consustancial a la unidad de acción. En particular, hay que subrayar que el programa socialista se opone por el vértice al programa de la oposición burguesa y pequeño burguesa nacional-estatista, que hoy pretende ser “la” alternativa “al neoliberalismo”. Esta oposición está encarnada, principalmente, en el kirchnerismo y variantes (por ejemplo, partido Comunista, chavistas no kirchneristas, seguidores de Francisco y otros “amigos de la humanidad”).

Esto es, el marxismo no debería confundir su programa y estrategia con fuerzas políticas que solo terminan llevando al movimiento de masas a la frustración y la desmoralización (para un ejemplo actual, véanse los resultados del “socialismo siglo XXI” chavista). A la par que denunciamos la lógica brutal del capital en estado “puro” –sobre el significado del “neoliberalismo”, aquí– debemos plantear un camino socialista independiente. Incluso aunque por ahora solo quede a nivel de propaganda, de discurso. Hay que decirlo con todas las letras: propuestas como devaluar (en términos políticamente correctos se dice “volver al tipo de cambio alto”); aumentar el déficit fiscal y financiarlo con emisión; sostener el empleo en base al gasto estatal y el trabajo improductivo; o embarcarse en guerras comerciales proteccionistas, agravan la crisis. Y preparan el terreno para nuevos gobiernos que aplicarán renovados ajustes. La experiencia de los gobiernos K en Santa Cruz es ilustrativa al respecto.

Lamentablemente, alguna gente de izquierda pierde de vista que la alternativa socialista apunta a la base del mal social: la propiedad privada del capital y el Estado capitalista. La creciente desigualdad social, los ejércitos de desocupados y subocupados, las crisis cíclicas, el trabajo embrutecedor y alienado, la marginación y la pobreza estructural, no van a desaparecer en tanto subsista la actual estructura social. Esto hay que decirlo públicamente. Y hay que sacar las consecuencias. Entre ellas, que no tiene sentido exigir estatizaciones o controles del Estado, o políticas nacionalistas y proteccionistas, si no se cuestiona la naturaleza social del Estado que aplica esas medidas.

Pero la diferenciación en el terreno programático y estratégico con respecto a las fuerzas opositoras burguesas no obedece a un mero prurito ideológico. Por el contrario, es fundamental para el éxito de las luchas reivindicativas. ¿Por qué? Pues porque es la única forma de responder al discurso de los apologistas del ajuste en curso. Para verlo con ejemplos concretos: uno de los argumentos que se esgrimen dice que un aumento de salarios “por encima del equilibrio” generará más aumentos de precios; que darán lugar a nuevas devaluaciones; que se traducirán en nuevos aumentos de precios, etcétera. Y por ese camino el país volvería a los 1980 y a la hiperinflación. O también, se dice que si los salarios docentes aumentan por encima del 18% se agravará el déficit fiscal; lo que llevará a mayor endeudamiento, o a más emisión; lo que generará más inflación, etcétera. Y  una parte de la población no encuentra respuesta a esos argumentos. La incidencia en la  lucha de clases de estos factores no debería subestimarse.

Sin embargo, las objeciones de los ideólogos del ajuste no pueden ser respondidas adecuadamente desde  el reformismo burgués, o pequeño burgués (ver aquí, aquí, aquí, sobre los problemas del keynesianismo bastardo). Tampoco da respuesta el “nacional marxismo”, o el “marxismo estatista” (y algunos marxistas argentinos hoy parecen indignados keynesianos radicals). No se trata de buscar remiendos al sistema capitalista. Los marxistas no deben razonar “como estadistas”. Por eso es difícil exagerar el rol de la lucha ideológica del marxismo. La unidad en la acción debe acompañarse de la crítica de raíz al orden existente.

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Frente al ajuste, reflexiones sobre unidad de acción y programa

Written by rolandoastarita

05/03/2017 a 15:30

9 respuestas

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  1. Hola Rolo, leyendo tu articulo sobre del 08 sobre el movimiento sindical encuentro cierta tensión entre la idea de no bajar el programa y la propaganda sobre las cuestiones generales y el tipo de alianzas tácticas que proponés en ese articulo. Como ampliamos las bases de apoyo en un conflicto como AGR por ejemplo si todos los partidos patronales y la burocracia están jugados a derrotarlos?

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    Carver

    06/03/2017 at 16:13

    • Creo que perdí el artículo de 2008, pero no recuerdo haber escrito algo que estuviera en contradicción con lo que digo en esta nota. De todas formas, decime dónde está el problema.

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      rolandoastarita

      07/03/2017 at 10:05

    • Seguramente Carver se refiere a los artículos que figuran en la página rolandoastarita.com («Líneas alternativas en el movimiento sindical…» o al otro del mismo año). Aunque no conozco mucho el conflicto de AGR, más en general lo problemático es la idea «la burocracia está jugada a derrotar el conflicto». Creo que hay que hacer análisis más concretos, por ejemplo la burocracia docente en estos momentos juega a la lucha, ayer 6/3 escuche varios discursos de dirigentes prometiendo lucha y el conflicto sigue. Por supuesto, la cuestión no es sólo reflexionar y caracterizar correctamente a la burocracia sino también que le oponemos. Por caso, muchos compañeros de izquierda juegan a la idea de una huelga pareciera que indefinida en el tiempo, con objetivos imposibles de lograr sin una movilización revolucionaria o que redundan en salidas tipo hasta qué caiga el gobierno…y después que gobierne quién.

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      Compa

      07/03/2017 at 13:40

    • Gracias por recordarme dónde estaba el artículo de 2008, «Líneas alternativas…». Volví a leerlo y no encuentro contradicción con la nota. Coincido en que muchas veces los análisis de la izquierda sobre la burocracia son demasiado simplistas y lineales. Si la burocracia sindical estuviera siempre del lado de las patronales y el gobierno, no podría tener el rol que tiene actualmente.

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      rolandoastarita

      08/03/2017 at 08:51

  2. Hola Rolando y lectores del blog. Trabajo en el Sistema educativo publico hace tiempo y veo como la historia se repite año tras año, sin sentido, provocando un desgaste enorme en el colectivo docente. En el distrito que trabajo, la conducción del sindicato la gano la lista multicolor de izquierda, hace cuatro años.
    Considero de suma importancia plantear la lucha contra la burocracia sindical que sigue llevando la manija de las negociaciones paritarias y del discurso que circula públicamente. La izquierda no ha logrado construir un plan de lucha con los compañeros docentes. En las asambleas no hay docentes de base. La participación política de los docentes es bajisima, ni se estimula por la militancia de izquierda. Se viven aparateando entre la lista kirchnerista y de izquierda, llevando gente que no son docentes a las asambleas para ver quien gana una moción. No hay táctica ni estrategia ni a corto plazo ni a largo plazo. Solo se levantan consignas de exigencia a las conducciones de Ctera y Suteba central que nunca se cumplen. Se hacen movilizaciones tras movilizaciones donde no va nadie, lamentablemente hay que decir las cosas como son.! Acaso se creen que la conciencia de clase brota magicamente, por gritar un poco mas fuerte? Es preocupante que la izquierda no hable de socialismo, solo proponen medidas carentes de sentido y no constituyen una oposición independiente de clase que cuestionen de raíz el origen social del estado ni de la burocracia sindical y cuando se problematiza sobre estas practicas estereotipadas, la izquierda responde:¨ criticas demasiado¨. Saludos a tod@S

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    Romina

    07/03/2017 at 22:43

    • De todas maneras, la movilización de docentes del lunes fue masiva (¿o estoy equivocado?). Aunque tal vez esto no necesariamente esté en contradicción con lo que describís, por ejemplo, que en las asambleas «no hay docentes de base».

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      rolandoastarita

      08/03/2017 at 08:59

  3. Hola Rolando, no esta en contradicción sino que se estableció como dinámica. Por ejemplo en el 2014 fue la huelga de 17 días, con marchas masivas. En el 2015 y 2016 los burócratas negociaron sin llamar a un paro y cerraron las paritarias por de bajo de la inflación. Luego se hacen actividades distritales y regionales donde la lista opositora de izquierda convoca a movilizaciones por infraestructura, al consejo escolar y no va nadie. Luego del receso invernal se plantea la continuidad del plan de lucha. (?) cuando nunca se pensó en uno. No se cuestionan nada de esto, me sorprende que no vean los hechos concretos. La marcha del lunes fue muy masiva y responde al recrudecimiento de las medidas de ajuste y precarizacion, al hartazgo del maltrato de los medios y de la opinión publica en general. Hay muchas escuelas que empezaron las clases (en menor proporción, teniendo en cuenta el acatamiento del paro)con docentes que sufren el ajuste pero que descreen del sindicalismo. Lo que digo es que hay que realizar un profundo replanteo para el interior del sindicalismo docente. Tienen que ir a las escuelas y no encerrarse en la sede sindical. Habría que considerar también la composición social de los trabajadores de la educación y fomentar la participación teniendo en cuenta este elemento, ya que para el docente promedio, un día de paro, parece ser un día domingo. Gracias por espacio. Saludos!

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    Romina

    08/03/2017 at 11:11

  4. Hola Rolando. Perdón que replico parte de la nota, pero mi comentario apunta a una parte concreta:

    «Para verlo con ejemplos concretos: uno de los argumentos que se esgrimen dice que un aumento de salarios “por encima del equilibrio” generará más aumentos de precios; que darán lugar a nuevas devaluaciones; que se traducirán en nuevos aumentos de precios, etcétera. Y por ese camino el país volvería a los 1980 y a la hiperinflación. O también, se dice que si los salarios docentes aumentan por encima del 18% se agravará el déficit fiscal; lo que llevará a mayor endeudamiento, o a más emisión; lo que generará más inflación, etcétera. Y una parte de la población no encuentra respuesta a esos argumentos»

    Yo soy uno de los que no encuentra respuesta a esos argumentos. Es decir, no le encuentro salida. En alguna parte de la nota decís que las propuestas clásicas del peronismo/kirchnerismo/chavismo/estatismo burgues, etc (meto todo en la misma bolsa) «agravan la crisis». De alguna manera te referís a que sería menos perjudicial las políticas estilo las que está llevando Macri en este momento (bajar inflación, techo a los salarios, bajar déficit, endeudamiento, etc)? Pienso de alguna manera que, al final, ir «en línea» con el sistema capitalista termina siendo menos dañino. Esto de ninguna manera implica justificarlo o resignarse, pero a efectos de caracterizarlo de tal a cual manera, puede ser útil para la elección de una estrategia política de izquierda. Qué opinas?

    Saluda atte.

    Matias

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    Matias

    11/03/2017 at 14:23

    • Esos argumentos no tienen respuesta en tanto se mantenga el sistema capitalista. Por eso precisamente gran parte de la izquierda elude dar respuesta a estas cuestiones. O dan respuestas ridículas, como la consigna del control obrero del capitalismo (para colmo, en una situación de dominio «normal» de la burguesía).

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      rolandoastarita

      11/03/2017 at 16:59


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