Cuarta respuesta a Rallo

Juan Ramón Rallo ha publicado una nueva respuesta a mis críticas (aquí). En lo que sigue va mi respuesta.
Una vez más, sobre los precios de los insumos
En notas anteriores he afirmado que una cuestión básica del planteo de Moseley es que los insumos son adquiridos por los capitalistas a precios de producción, y por lo tanto, no necesitan ser transformados de valores a precios, como sostuvo Bortkiewicz. Escribí extensamente sobre este asunto. Lo central: es imposible que haya una determinación simultánea de los precios de los insumos y de los precios de los outputs. Una y otra vez he preguntado dónde se produce la transformación de los precios-valores a precios de producción, si es que los capitalistas no compran los insumos a precios de producción. Es una pregunta sencilla, pero Rallo sale con evasivas. Véase, si no, el siguiente pasaje de su nueva respuesta: “No basta con decir, como él mismo [se refiere a mi persona] repite, que Moseley ha demostrado que “no hay que transformar los precios de los insumos”: pues cuando hay un cambio en la tasa general de ganancia, sí que hay que (re)calcular los nuevos precios de producción de los insumos y, a esos nuevos precios de producción, el agregado de valores (que no se han visto modificados) no coincide con el agregado de precios de producción” (énfasis mío).
Naturalmente, no es suficiente decir que a los precios de los insumos no hay que transformarlos en precios de producción. Sin embargo, la discusión que tengo con Rallo no es esa, sino si es, o no, una condición necesaria para explicar la formación de los precios de producción y de una tasa media de ganancia. Y Rallo no dice que es una condición necesaria porque su enfoque básico es que los equilibrios deben ser instantáneos, y el tiempo no cuenta. Lo afirma, de hecho, en este mismo pasaje: si aparece un desequilibrio, sostiene, los capitalistas pueden retroceder en el tiempo para cambiar lo hecho. Por caso, cuando ocurre un cambio en la tasa de explotación, los capitalistas deben “recalcular los nuevos precios de producción de los insumos”. Pero esto solo puede ocurrir “hacia adelante”, en una ronda siguiente, no en la que está teniendo lugar ahora. Es que una vez adquiridos los insumos a precios de producción, estos no pueden modificarse “hacia atrás”. Eso ocurre en los papeles walrasianos, pero no en el sistema capitalista real. En este el precio de costo de la mercancía “está dado, es una premisa independiente de su producción –la del capitalista- mientras que el resultado de su producción es una mercancía que contiene plusvalor, es decir, un excedente de valor por encima de su precio de costo” (Marx, p. 208, t. 3, El capital). Esto es lo que ocurre en el modo de producción capitalista, y es lo que registra el enfoque secuencialista de Moseley. Es algo sencillo de entender, pero Rallo no tiene manera encajarlo, aunque tampoco lo puede refutar. De ahí sus evasivas –“no basta pero…”-; su introducción de la recontratación que anula el tiempo; o el salto, de buenas a primeras, desde el método Moseley al método Bortkiewicz (en sus tablas, el paso de la VII a la VIII; volvemos más adelante a ello).
Pero además, ¿dónde afirmamos que es condición suficiente para explicar la formación de los precios de producción sostener que los capitalistas adquieren los insumos a precios de producción? Es obvio que “no basta” con esa afirmación. Una y otra vez expliqué –como también lo hizo Moseley- que los valores expresados por los precios de producción de los insumos se trasladan al costo de producción del producto final. Y que el valor nuevo agregado se reparte en salarios y beneficios. Por lo que me pregunto a quién interpela Rallo con el “no basta” con comprar insumos a precios de producción.
Un argumento sobre el método Bortkiewicz y la lectura del mismo por Rallo
Rallo me atribuye la idea de que si la suma de los valores es igual a la suma de los precios de producción, la suma de las plusvalías no puede ser igual a la suma de los beneficios. Sin embargo, cualquiera que lea mis respuestas anteriores puede comprobar que en todo momento sostuve que el valor agregado es igual a la suma de beneficios y salarios. Véase, por ejemplo, la secuencia, que presenté en mi primera crítica a Rallo, que va desde la alteración de la tasa de plusvalía a los nuevos precios de equilibrio. En todo momento el valor añadido es $480, y se reparte enteramente entre beneficios y salarios.
Rallo no puede desconocer esto. Sin embargo, cita un pasaje, sacado de contexto, en el que afirmo: “cuando los precios de producción deben obtenerse por distribución de masas de valor, y por lo tanto, cuando todo lo que en algún lugar se restó debe reaparecer en otro lugar, la suma de los valores es igual a la suma de los precios de producción, pero la suma de la masa de plusvalía no puede ser igual a la suma de las ganancias. Alternativamente, si estas últimas son iguales, a través de los períodos de producción la suma de los valores no puede ser igual a la suma de los precios de producción”. Este pasaje está dentro del apartado dedicado a explicar por qué el método Bortkiewicz da los resultados que da. Su objetivo es mostrar cómo, incluso con el método Bortkiewicz, la ley del valor trabajo puede explicar el conocido resultado de la discrepancia –en la solución Bortkiewicz- entre la suma de valores y la suma de precios de producción, si la suma de beneficios coincide con la suma de las ganancias, y viceversa.
El planteo de Moseley y la crítica de Rallo
En esta nueva respuesta Rallo repite la crítica a Moseley que examiné en mi primer texto de crítica a Rallo (aquí). Escribe que el planteo de Moseley falla porque “si la tasa general de ganancia cambia, el equilibrio interdepartamental anterior desaparece y sólo podemos reestablecerlo a unos nuevos precios de producción que, en agregado, no son iguales a sus valores (a sus valores agregados) o, alternativamente, a una masa de ganancia que, en agregado, no es igual a la masa de plusvalía”. Pues bien, volvamos a las tablas que presenté en mi primera respuesta a las críticas de Rallo a Moseley. Empiezo con la tabla 2:
Tabla 2

Aquí los insumos se han pagado a precios de producción, y el valor añadido se reparte enteramente entre salarios y beneficios. La suma del capital constante (a precios de producción, $480) y el valor agregado ($480) coincide con la suma de los precios de producción, $960. Si consideramos que el valor del dinero permanece constante (representa x cantidad de tiempo de trabajo social), es claro que no se agregó ni quitó valor. Los precios de producción mantienen el equilibrio entre los sectores I (productor de medios de producción) y II (.productor de bienes de consumo). En particular, el precio de producción del capital constante, $480, es igual a la suma de los precios de los capitales constantes adquiridos como insumos, $480). Así, los precios de producción de los outputs se forman sobre la base de que la única fuente del valor es el trabajo vivo.
Cabe aquí una aclaración: a esta tabla 2 no se llega suprimiendo el tiempo ni suponiendo que haya habido alguna época en que los capitalistas adquirían sus insumos a precios-valores y los vendían a precios de producción. La realidad es que los precios de producción siempre se forman por aproximaciones sucesivas. En palabras de Shaikh: “… dentro de la contradicción en movimiento que es la producción capitalista de mercancías, la reproducción de la sociedad es necesariamente un proceso de prueba y error, en el cual las discrepancias de un tipo son seguidas constantemente por las de naturaleza opuesta… esta es la razón por la que Marx siempre habla de un proceso de regulación tendencial y no de alguna situación de equilibrio estático” (“The Transformation from Marx to Sraffa”, en Mandel y Freeman eds. Ricardo, Marx, Sraffaz, p. 48).
En cualquier caso Rallo, a fin de sostener la tradicional crítica a Marx sobre la transformación, tiene que desacreditar, de alguna manera, el ejemplo teórico de Moseley. Es que las relaciones establecidas en la tabla 2 se explican enteramente por la ley del valor trabajo. Aunque Rallo se cuida de decirlo. Recurre entonces a la variación en la distribución del valor agregado: los salarios aumentan un 20%. Es la tabla 3 de nuestra nota anterior.
Tabla 3

Ahora el capital total aumentó de $720 a $768. La plusvalía a repartir entre ramas, que era $240, bajó a $192. En consecuencia, la tasa de ganancia cae. Es evidente que en esta nueva tabla el valor agregado es igual al valor agregado en la tabla 2. Sin embargo Rallo dice (comentando su tabla VII) que “en contra de lo que sostiene Astarita, tras el cambio de salarios no ha habido ningún cambio en el valor agregado de esta economía. (…) El tiempo de trabajo social siguen siendo 960 horas de trabajo social que equivalen a 960 onzas de oro… el valor agregado no ha cambiado entre períodos por el hecho de que los salarios hayan cambiado”.
No puedo entender por qué mi crítico afirma esto. En primer lugar, el valor agregado no es $960 sino $480. Los $480 del capital constante es valor agregado en etapas anteriores, que aquí reaparece como precio de producción con que los capitalistas adquirieron los insumos necesarios para la producción. En segundo lugar, es fácil advertir que tanto en la tabla 2 como en la 3 el valor agregado es $480. Lo que ha cambiado es su distribución: en la tabla 2 $240 van a salarios y $240 van a beneficios. Una vez producido el aumento de los salarios, el reparto se altera: $288 van a salarios y $192 a beneficios. El valor agregado en cada fase no se ha alterado.
Relacionado con esta observación, otro problema: Rallo plantea que el aumento del 20% del salario equivale al aumento del 20% de las toneladas de trigo consumidas por los obreros (véase su tabla VI). Pero la realidad es que los salarios son abonados en dinero (onzas de oro en los ejemplos de Rallo), y no hay razón –dadas las variaciones de los precios de producción- para que ese aumento en términos de dinero se traduzca linealmente en un aumento de igual proporción de la cantidad de trigo (o una canasta de bienes salariales). Más en general, hay que tener en cuenta que el capital siempre se adelanta en la forma de dinero, no de mercancías.
Por otra parte, es claro que en tabla 3 surgen desequilibrios: la suma del capital variable y del beneficio del sector I ($177,5) no es igual al capital constante de II ($190), lo que es condición de equilibrio entre los sectores I y II. Además, hay una diferencia entre los precios de producción del capital constante que sale como output ($467,5), y el precio de producción al que fueron adquiridos ($480). Esta diferencia se debe a que, dada la nueva tasa de plusvalía, los precios de producción de los outputs deben modificarse en relación a los precios de producción a los que fueron adquiridos los insumos. Obsérvese que aquí no hay manera de readecuar los precios de producción a los cuales se compraron los insumos volviendo hacia atrás en el tiempo. Nótese, sin embargo, que en esta primera “ronda” de ajuste la suma de los precios de producción ($960) coincide con la suma de capital constante, capital variable y beneficio ($960).
Pues bien, todo el argumento de Rallo (en Anti-Marx) para criticar la transformación de Moseley es afirmar que el desequilibrio de los precios entre sectores I y II invalida el método secuencial. En este respecto, es notable cómo Rallo se desliza sobre las dificultades. Como ya señalamos, en relación a la situación expresada en la tabla 2 no dice palabra sobre si en ella rige la ley del valor trabajo. Pero surgido el desequilibrio en la 3, plantea volver a Bortkiewicz. En ningún momento informa a sus lectores que basta aplicar el método secuencial para que, luego de un período de tiempo, se restablezca el equilibrio. He preguntado por qué no explicó esto; no tenemos respuesta.
Por mi parte, he argumentado extensamente que los desequilibrios existen, que es un error barrerlos debajo de la alfombra recurriendo a las soluciones walrasianas. Pero Rallo parece relegar el tema a las “cuestiones adyacentes” que darían por resultado “no afrontar el fondo de las críticas que se han planteado…”. Como si en el centro de la discusión no estuviera, de un lado, la concepción de una economía sin tiempo (precios de insumos y outputs se resuelven al mismo tiempo); y del otro una economía en que los procesos son secuenciales.
De todas formas, hasta este punto (aumentaron los salarios un 20%) Rallo sigue el método de Moseley: los precios de los insumos no se transforman y el valor agregado se reparte entre salarios y beneficios. Sin embargo, surgido el desequilibrio, cambia –sin advertirlo a sus lectores y sin justificarlo- al método Bortkiewicz (su tabla VIII). Pero como dijimos repetidas veces, esa determinación simultánea (o apelando a un tiempo en reversa) es insostenible. No se trata de aplicar el método que nos dé la solución numérica que buscamos a priori, sino de aplicar el método que permita entender cómo funciona el capitalismo.
Siguiendo ahora con nuestro criterio secuencial, en la siguiente tabla, la 4 de nuestra primera respuesta a Rallo, se reduce la diferencia entre Iv + Ib con relación a IIc, pero aparece una diferencia entre la suma de los precios de producción ($951,38) y la suma del capital constante y el valor agregado ($947,52).
Tabla 4

Lo cual se explica porque en esta “ronda” se han adquirido los insumos a los precios de producción del output establecidos en la tabla 3 (una vez más, no todo ocurre al mismo tiempo). Si el capital constante en la ronda correspondiente a la tabla 4 se hubiera adquirido al mismo precio con que entró como insumo en la tabla 3, esa discrepancia no hubiera surgido. Pero el precio del otuput del capital constante tuvo que descender a $467,5 para que se igualara la tasa de ganancia. Esto ocurrió sin que variara el tiempo de trabajo necesario para producir esos medios de producción (o los medios de consumo). Precisemos que ese descenso del precio, de $480 a $467 ocurre, en la práctica, por vía del mercado, por competencia: el mercado no valida un precio de $480, dada la presión hacia la igualación de la tasa de ganancia.
Por otra parte, a medida que se desarrollan las secuencias de compras y ventas, siempre con los insumos adquiridos a precios de producción, se reestablecen los equilibrios. Así, en la tabla 9 los precios tienden a restablecer el equilibrio entre las ramas I y II (IIc = Iv + Ib). Y por otro lado, la suma del capital constante más el valor agregado es igual a la suma de los precios de producción, $927,97.
Tabla 9

De manera que, si se compara la suma de los precios de producción de tabla 3 con tabla 9, se observa que cayó de $960 a los mencionados $927,97. Esto es, el valor –expresado en el precio- disminuyó, pero no porque se hubieran reducido los tiempos de trabajo, sino por lo ya explicado, la necesidad de igualar la tasa de ganancia y la consiguiente caída de los precios de producción. Sin embargo, “al interior” de las tablas 2, 3 y 9 se verifica que ∑ Pr Pr = C + VA = C + V + B. Esta igualdad no rige, sin embargo, en la transición hacia el nuevo equilibrio, como hemos visto en tabla 4. A su vez, puede verse que la igualdad VA = V + B no es una opción del analista que hace matemáticas, sino una consecuencia necesaria del método secuencial.
La prueba de la teoría del valor trabajo y los argumentos de Rallo
Es claro y explícito que todo el argumento de Rallo contra la ley del valor trabajo se reduce a decir que la ley exige que la suma de los valores sea igual a la suma de los precios de producción. Si esta igualdad no se cumple (hemos visto que la suma de precios de producción de tabla 3 no coincide con la de tabla 9, a pesar de que no hubo variación en los tiempos de trabajo), la ley del valor trabajo colapsa. Para sostener esta tesis, Rallo recurre a Marx: en el capítulo 9 del tomo 3 de El capital encontramos el conocido ejemplo de cinco ramas, no conectadas entre sí, con distintas composiciones de capital e iguales tasas de plusvalía. A partir de esos supuestos, y sin transformar los precios de los insumos, resulta que la suma de los valores es igual a la suma de los precios de producción; y que la suma de las plusvalías es igual a la suma de los beneficios. En base a este ejemplo, y apoyándose en Bortkiewicz, Rallo construye su ataque último a la ley del valor trabajo.
Pero es una crítica muy limitada. Es que si Marx hubiera aplicado un esquema de reproducción (los outputs de una rama son insumos en la otra) probablemente hubiera tenido que cambiar el esquema numérico. Y entonces hubiera surgido la posibilidad de discrepancias entre suma de precios de producción y suma de valores cuando ocurren reajustes ocasionados por variaciones en la distribución del valor agregado. Pero si esas divergencias se explican por la misma ley del valor trabajo, ¿por qué se sostiene que la ley no rige? Más en general, la idea de que la teoría del valor trabajo deja de tener vigencia cuando surgen desequilibrios solo se puede sostener desde una postura a-científica. Observemos: las situaciones en las tablas 2, 3 y 9 se explican sencillamente por la ley del valor trabajo. Se produce luego la suba de los salarios y aparecen desequilibrios entre sectores I y II. ¿Situación desesperada para la ley del valor trabajo? No parece ser tan dramático: tras varias secuencias de ventas – compras, y producción, se vuelve al equilibrio. Tanto los desequilibrios como las rondas que llevan al nuevo equilibrio se explican por la ley del valor trabajo. Pero Rallo de nuevo no dice palabra sobre el asunto. ¿Será para no desviarnos del tema que discutimos?
Una cuestión de fondo: el carácter científico de una teoría debe ser evaluado en base a su poder explicativo y su consistencia lógica. En este sentido, la teoría del valor trabajo es válida en la medida en que explica por qué y cómo se forman los precios de producción, y por qué y cómo se determina la tasa media de ganancia. Y, más esencial, explica por qué y cómo se genera la plusvalía (o la ganancia, interés, renta). Rallo, en cambio, escribe: “el problema esencial no es que Moseley (o Shaikh) sea incapaz de explicar el proceso de reequilibrio, sino que su solución –que, como resultado final, es la misma que la de Bortkiewicz– no respeta la doble igualdad agregada entre, por un lado, valores y precios de producción y, por otro, plusvalía y ganancia”.
Este pasaje es posiblemente lo que más me impactó de todo lo que escribió mi crítico. Es que aquí admite que Moseley, apoyándose en la ley del valor y en el método secuencial, puede explicar el proceso de reequilibrio. Sin embargo, siempre según Rallo, la ley del valor trabajo, y el método secuencial, colapsan cuando aparece el menor desequilibrio. Pero… ¿no es que la ciencia debe echar luz sobre lo que ocurre, y en particular, sobre los procesos y los cambios?
Pero además, y muy significativo, esa explicación es la que no puede brindarnos la teoría de Bortkiewicz. La razón es sencilla: hace abstracción del proceso, no solo del que lleva al reequilibrio, sino también, y esto es más esencial, del que lleva a la formación de precios de producción y la igualación de la tasa de ganancia. Es que en una teoría económica en la que no hay tiempo (o este es reversible a voluntad y conveniencia del economista) no hay forma de entender procesos. Por eso el método Bortkiewicz se transforma en una caja negra de la que salen resultados sin que estén justificados en relaciones causales. Lógicamente, desde ese enfoque es fácil la descalificación de la teoría de Marx.
Tomemos incluso un caso teórico de igualdad entre la suma de los beneficios y la suma de las plusvalías, e igualdad entre la suma de los precios de producción y la suma de los valores: ocurre cuando el plusproducto consiste de las mismas mercancías en la misma proporción que las que conforman el capital constante y el capital variable. Un caso que regiría si toda la plusvalía se acumula y la acumulación avanza a la misma tasa en todas las industrias (“crecimiento balanceado”). Ese resultado fue establecido por Morishima y otros, incluso aplicando el método iterativo. Lo cual enlaza con la posibilidad de que, debido al consumo capitalista, ocurran transferencias de valor, bajo la forma de precios de producción, que no son registradas en la siguiente ronda. De manera que surgen discrepancias entre los valores agregados y los precios de producción agregados. Pues bien, en el caso de tasa de acumulación máxima, la ley del valor explica de manera directa los precios de producción, las ganancias y las igualdades señaladas. Y en el caso en que una parte de la plusvalía se destine al consumo capitalista, la ley explica las discrepancias en los agregados. Lo cual es lógico: si la ley rige en el caso de máxima acumulación, ¿por qué dejará de gobernar los precios cuando, por caso, los capitalistas destinan un 5 o 10% de su plusvalía al consumo?
Pero no se trata solo de la formación de los precios de producción y de una tasa media de ganancia. La ley también explica la correlación entre la caída tendencial de los precios relativos de algunos productos y el hecho que pertenezcan a las ramas que han obtenido mayores avances de productividad. Marx consideraba que este era un test importante para la teoría del valor trabajo. He citado, con fin ilustrativo, datos de las estadísticas nacionales de EEUU. ¿También con el objetivo de “desviar” los temas de discusión?
Resumiendo sobre la ley del valor trabajo:
- La ley dice, esencialmente, que las mercancías, en tanto valores, son receptáculos de trabajo humano.
- Demuestra que la plusvalía se origina en la producción, no en la circulación; y es trabajo gratis arrancado al obrero
- Explica la formación y naturaleza de los precios de producción. Explica por qué los precios de producción divergen de los precios valores, y por qué esa divergencia tiene límites.
- Demuestra que la tasa de ganancia no es arbitraria (como ocurre con el tradicional mark-up de la economía neoclásica). Y que la tasa de ganancia es una función positiva de la tasa de plusvalía.
- La formación de los precios de producción, y de una tasa media de ganancia, demuestra por qué los capitalistas participan, como clase, de la explotación de la totalidad de la clase obrera. Lo cual resulta en conflictos entre el capital y el trabajo sobre los salarios, la duración de la jornada laboral y la intensidad del trabajo.
- La ley explica el porqué de la correlación tendencial entre variaciones promedio de los precios de producción y las variaciones de productividad.
Podríamos preguntar cuál de estos fenómenos, reales y fundamentales, de las economías capitalistas pueden ser explicados por la teoría subjetiva del valor. En cualquier caso, parece comprensible el empeño de un representante de la escuela austriaca en negar el carácter científico de la ley del valor trabajo de Marx. En el fondo, lo que está en juego es la crítica a una sociedad que se basa en la explotación del trabajo.
Para bajar el documento: https://docs.google.com/document/d/1fiUfmUGEei80VenzYfKMusb9BTcv72WTXDbx1VbKTnc/edit?usp=sharing
Querido Rolo, saliendo un poco del tema (y no), ¿por qué es más sencillo encontrar los libros del profesor Juan Ramón Rallo, pero no sucede lo mismo con los tuyos? ¿Hay alguna forma en que esto se pueda resolver?
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Antonio Degante
08/04/2023 at 01:37
No está en mis manos resolverlo. Y pienso que en el fondo hay una cuestión económica, atravesada por la situación en que se encuentra la izquierda. Para ver el asunto de forma práctica: un librero recibe cantidad de nuevos libros por mes o por semana. Tiene poco espacio para exhibir los libros. ¿Para qué va a ocuparlo entonces con el libro de un marxista, para más datos desconocido, que con toda probabilidad estará mucho tiempo ocupando lugar antes de venderse? El contexto, por supuesto, es de ascenso del anti-socialismo y del anti-marxismo (por caso, los seguidores «ilustrados» de Milei son profunda y furiosamente anticomunistas). No es de extrañar que los libros que defienden al sistema capitalista sean los más demandados.
A lo anterior se agrega que mis posiciones son rechazadas por la inmensa mayoría de la izquierda. Y no solo la que está en el FIT, o cercana al FIT. La izquierda kirchnerista, o que apoya a CFK («nacionales y populares», PC y simpatizantes, PCR, etcétera) no tiene interés alguno en lo que yo haya publicado.
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rolandoastarita
08/04/2023 at 11:03
Le dejo la cuarta respuesta del profesor Rallo a este último artículo suyo. Saludos
https://juanrallo.substack.com/p/cuarta-contrarreplica-a-rolando-astarita
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Mando23
08/04/2023 at 13:00
Rallo repite argumentos sin responder lo que se le ha planteado. Veamos, si no, los dos primeros párrafos.
Escribe:
«La solución al problema de la transformación de Marx requiere que se cumpla la doble igualdad agregada entre “suma de valores=suma de precios de producción” y “masa de plusvalía=masa de ganancia”.
Esta es una exigencia impuesta arbitrariamente. Lo que requiere la transformación es explicar cómo se forman precios de producción, regidos por la ley del valor trabajo, que igualen las tasas de ganancia entre ramas. Rallo no puede responder algo tan simple como el hecho de que si toda la plusvalía se acumula, las igualdades se cumplen, y esto se explica por LVT. Pero si hay consumo capitalista, las igualdades no se cumplen, y esto de nuevo lo explica la LVT. El argumento de Rallo: las igualdades no se cumplen, de manera que la LVT, aunque explica por qué no se cumplen, es inválida.
Luego escribe: «Moseley aparentemente logra mantener esa doble igualdad agregada suponiendo que los inputs se adquieren a sus precios de producción». La realidad es que Moseley muestra cómo entre períodos la igualdad suma de precios de producción / suma de valores no se mantiene. En el caso que presenté del ajuste (luego del aumento de los precios) hay desigualdades al interior de cada período de transición, hasta que se vuelve al equilibrio. Desigualdades que se explican, de nuevo, precisamente por la ley del valor de Marx. Junto a esto Rallo dice que Moseley «supone» que los insumos se adquieren a sus precios de producción, como si tuviera igual validez la suposición opuesta, que los capitalistas adquieren sus insumos a precios-valor. Explicamos una y otra vez por qué este supuesto no puede ocurrir (y es la base del razonamiento Bortkiewicz), pero no contesta y sigue con lo mismo.
Pues bien, pienso que ya hay suficiente escrito como para que cada cual saque sus conclusiones.
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rolandoastarita
08/04/2023 at 14:40
La cosa es que Rallo repite una y otra vez, como argumento de autoridad, que la «exigencia impuesta arbitrariamente» no es de él, sino del propio Marx. Es más, llega a acusarle de no disputarle «esa evidencia textual».
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sheshonq10
08/04/2023 at 15:56
No hay que discutir de manera dogmática, y como si se tratara de citas de «autoridad», máxime cuando estamos tratando de borradores que Marx no publicó. Pero además, en el mismo capítulo 9 del tomo 3 EC Marx dice que los capitalistas adquieren la mercancía a precio de producción y dado que el precio de producción puede divergir del valor de la mercancía, también el precio de costo de una mercancía, en la cual se halle comprendido este precio de producción de otra mercancía, puede hallarse por encima o por debajo de la parte de su valor global formado por el valor de los medios de producción que entran en ella. Por consiguiente, es posible que «si en una esfera particular de la producción se equiparara el precio de costo de la mercancía al valor de los medios de producción consumidos para producirla, siempre es posible un error» (pp. 207-9 ed. Siglo XXI). Pero el «error» no es subjetivo.
Luego de decir que el precio de costo de la mercancía está dado, precisa que «por mucho que el precio de costo de la mercancía pueda divergir del valor de los medios de producción consumidos, al capitalista le resulta indiferente ese error del pasado».
Es claro que aquí cuando habla de «errores» está abriendo la posibilidad de desigualdades y desequilibrios. Y es en este contexto, en un borrador, que Marx dice que en su ejemplo (5 ramas no interconectadas) la suma de los precios de producción resulta igual a la suma de los valores y la suma de los beneficios es igual a la suma de las ganancias. Lo cual no puede ser tomado como una exigencia de que, suceda la variación que se quiera, no habrá desajustes («errores») y algunas de las sumas citadas no concuerden, como ocurre en una situación estática.
Lo significativo, además, es que adoptando el método de Marx (en particular, los insumos no se transforman) y ahora interconectando las ramas, las sumas concuerden, una vez establecidos los nuevos equilibrios. Y que esto se explique por la ley del valor trabajo. De la misma manera, si consideramos la posibilidad de que los capitalistas transfieran valor vía los precios de producción de sus bienes de consumo, pueden surgir diferencias en los totales de valores y precios de período en período (a contrario de lo que ocurre si toda la plusvalía se acumula). Aunque esto no lo dijo Marx. ¿Por eso tiene que considerarse incorrecta la teoría del valor trabajo? ¿Aunque explique ese fenómeno? ¿Qué clase de argumento científico es este?
Por otra parte, las afirmaciones más fuertes de Marx, realizadas en torno a la igualación de la tasa de ganancia y los precios de producción son: a) los precios de producción son regidos por la ley del valor trabajo; b) los precios de producción, en promedio (las afirmaciones son siempre en grandes números) están correlacionados negativamente con los aumentos de productividad. Mostramos que a y b se verifican, teórica y empíricamente. Mostramos que el proceso secuencial lleva al restablecimiento de los equilibrios cuando estos se alteran (por cambios en las variables, etc.). Pero nada de esto es tomado en cuenta. «Si la suma de los valores no es igual a la suma de los precios de producción, está todo mal». Le mostramos que es la propia ley del valor la que explica por qué surgen esas desigualdades y por qué pueden tender a desaparecer, a través de procesos de ajuste, pero es en vano.
Por supuesto, esta cerrazón también se explica. El problema para los austriacos es que se les cae el argumento «hay una contradicción entre el tomo 1 y el tomo 3 de EC». Por eso no les interesa comprender lo que ocurre, ni indagar en el poder explicativo de la teoría del valor. Obsérvese en este último respecto que Rallo ni siquiera pudo admitir que los capitalistas deben, en promedio, adquirir los insumos a precios de producción, y que por lo tanto la solución Bortkiewicz pierde sentido. Lo argumenté en una buena cantidad de formas, dijimos que no hay economía sin tiempo (la recontratación walrasiana no existe) pero no hubo caso. Aunque no tiene argumentos, no puede siquiera admitir que lo de Moseley se acerca más a la realidad que lo de Bortkiewicz. Llega un punto entonces en que no vale la pena seguir escribiendo. Cada cual que saque sus conclusiones.
De todas formas, remarco: hay que leer a los autores, aunque sean nuestros referentes, con criterio científico. Por caso, yo estoy de acuerdo en que no hay que transformar los insumos no porque Marx no los haya transformado, sino porque en la realidad del capitalismo los insumos se compran a precios de producción. Si Marx hubiera afirmado que se compran a precios valores, pues seguramente hubiera estado en desacuerdo con Marx.
Como apostilla final, es interesante que cuando Engels planteó el desafío de la transformación (en el prólogo al tomo 2 de EC) lanzó la pregunta de cómo se conciliaba la ley del valor trabajo con la igualación de las tasas de ganancia, siendo desiguales las composiciones orgánicas. El método secuencial de Moseley da una respuesta acabada.
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rolandoastarita
08/04/2023 at 17:17
Me parece adecuada la respuesta de Rolando Astarita a J.R Rallo, un profesor economista muy activo como conferenciante y youtuber asimismo, que suele llevar bastante mal el hecho de que los dogmas de partida liberales , y particularmente del estrellato austríaco , presentan notorias contradicciones y apreciables carencias en cuanto a poder explicativo. En los medios liberales españoles J.R. Rallo es considerado una estrella, que es capaz de » demoler» a Karl Marx y el marxismo, sin ver que deforma considerablemente a Marx, lo cual resalta al leer estos dos tomos de su Anti Marx. Por otra parte me parece relevante el trabajo de Andrew Kliman sobre estas cuestiones.
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F.Martin
12/04/2023 at 08:47
1- La «ley» del valor-trabajo dice que el valor es receptáculo del trabajo humano, sí, eso no se pone en duda, pero eso no implica que sea receptáculo SOLO del trabajo humano (falta el riesgo) ni tampoco que sea receptáculo de TODO el trabajo humano, porque el trabajo humano erróneo no tiene valor de uso y por tanto es un desperdicio (por exceso o por defecto). No todo el trabajo es valioso, hay que ACERTAR. Eso es lo que aporta la teoría del valor subjetivo, ir desde el acierto hacia atrás para calcular bien el valor de ese trabajo. Personalmente creo que Marx hubiera podido estar de acuerdo con esto pero él era un poquito anterior al boom marginalista, si hubiese vivido 20 años más quizá hubiese podido afinar más sus ideas.
2- La plusvalía no es trabajo gratis arrancado al obrero porque el cálculo de qué, cuánto y cuándo hay que producir conlleva un riesgo de equivocarse (desperdiciar el trabajo) y ese riesgo tiene que compensarse. ¿ Y a quién se le compensa ? ¿ A un capitalista ? Sí y no, el capitalista solo es un obrero de hace diez años que ahorró, por tanto si no se le compensa se le estaría «arrancando su trabajo» a ese otro obrero que trabajó hace diez años para ahorrar e invertir ahora, arriesgando a equivocarse.
Nadie explota a nadie… por estas razones…aunque creo que sí hay espacio para hablar de explotación en otro ámbito que no viene a cuento en este debate.
Creo.
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Pablo Jiménez
16/04/2023 at 04:56
Hola, Pablo.
Tu primer punto ya ha sido respondido multitud de veces en este blog. Con leer el primer capítulo del primer libro de «El Capital» habría bastado para comprender que para Marx no todo el trabajo es valioso. Al hablar de las mercancías comenta que el trabajo humano gastado en ellas sólo cuenta en tanto se ha gastado en una forma útil para otros, es decir, tiene que satisfacer necesidades ajenas.
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Leandro García
16/04/2023 at 19:56
Correcto, por eso digo que Marx aceptaba que había un trabajo inválido y que, siguiendo ese razonamiento, podría haberse acercado más al concepto de valor subjetivo de ese trabajo. Pero eso lo dejó demasiado al margen, esa pieza la dejó suelta cuando debió hincar ahí bien los colmillos.
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Pablo Jiménez
19/04/2023 at 15:02
Respecto al segundo punto, no estas tirando la teoria de la explotacion, estas justificando el hecho de que se esta explotando a alguien. Habria que demostrar que es contradictorio. Todo capitalista explota quiera o no bajo definicion marxista al tomar plusvalia, si la vemos como una compensacion al riesgo no cambia nada, sigue siendo plusvalia y sigue habiendo explotacion. No es una cuestion moral, el capitalista podra ser la persona mas respetuosa con sus trabajadores como un maravilloso ser humano, pero eso no quita que al obtener la plusvalia del obrero esta explotandolo.
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Juan Martin
27/04/2023 at 20:12
Claro que no es una cuestión moral, es una cuestión de compensar lo que se aporta y si el capitalista corre con todo el riesgo y se le compensa justamente entonces eso no es explotar a a nadie porque si no se tomase ese riesgo no habría producción. De nuevo, no todo trabajo es valioso, solo es valioso el TRABAJO ACERTADO, aquél trabajo que tendrá valor de uso en el futuro. Pero ¿ qué pasa con el trabajo desperdiciado ? Que se pagan de todas formas los salarios que se necesitaron para producirlo, los paga el capitalista, gane o pierda después. Eso hay que compensarlo, eso es parte fundamental de la prima de riesgo, eso no es explotación de nadie: eso es justicia. Y más que justicia, es que si no se hiciese así la gente dejaría de invertir y, a la larga, la producción se recortaría enormemente.
Cosa distinta es si esa compensación es completamente justa o queda algún resquicio de «explotación»… ahí creo que podría haber más discusión.
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PabloJ
29/04/2023 at 14:30
La explicación-justificación del interés del capital que da la escuela austriaca no descansa en el riesgo, sino en la preferencia temporal (bienes presentes / bienes futuros). Esto es, en una economía «de rotación pareja», según Rothbard, o Mises (y otros), en la que hay certidumbre y ausencia de riesgo, hay una «tasa pura de interés» que es igual al rendimiento del capital. En mi opinión se trata de un disparate, pero esa es la sustancia de la explicación austriaca del origen del interés del capital. Con otro problema: la escuela austriaca no puede explicar el hecho de que, en condiciones normales de acumulación del capital, la tasa de ganancia empresaria supera a la tasa de interés (algo que se puede comprobar sencillamente consultando las cuentas nacionales de EEUU, por ejemplo). Para la escuela austriaca (en Mises, por caso, es muy claro) la ganancia que supera el interés no es un fenómeno habitual y sistemático. En cuanto a la incidencia del riesgo en esa tasa de ganancia, la opinión de los mismos austriacos está dividida.
Por último, para discutir la teoría marxista por lo menos debería enterarse de qué va la cosa. En el enfoque de Marx el trabajo no tiene valor; no cabe entonces hablar de «trabajo valioso». Por otra parte, el trabajo desperdiciado no genera valor. Además. ¿qué justificación es esa de «el capitalista asume riesgos», luego tiene derecho a la plusvalía? Un propietario de esclavos asume riesgos al comprar esclavos, ¿Justifica eso el régimen esclavista? El capitalista compra fuerza de trabajo y se apropia de plustrabajo gratuitamente. ¿Por qué la compra de fuerza de trabajo debería justificar la apropiación de ese plustrabajo?
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rolandoastarita
29/04/2023 at 14:54
El capitalista no se apropia de nada gratuitamente, se apropia de lo que tiene que apropiarse: del pago del riesgo. Si acomete una inversión, paga a los trabajadores lo convenido y luego no vende la producción…¿ Se lo cobra luego a los trabajadores ? No. Pues tendrá que cobrar él ese riesgo, sí o sí. La interpretación del interés puro de la Escuela Austriaca no viene a cuento -tampoco estoy muy de acuerdo con ella-, cualquier economista y cualquier empresario le dirá lo mismo: o cubro mis riesgos o no invierto. Puede expresarlo como guste, con términos marxistas o estrofas alejandrinas pero eso es así.
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PabloJ
02/05/2023 at 16:23
En primer lugar usted está comentando una nota que polemiza con la posición de los austriacos. ¿Cómo es eso que la teoría austriaca del interés «no viene a cuento»?
En segundo término, el riesgo no puede explicar el hecho sistemático de que existen las ganancias y los intereses, o sea, el rendimiento del capital. Esto se puede ver en los empresarios que toman coberturas contra riesgo apelando a derivados (futuros, opciones, swaps, etc.). Estos instrumentos explican la diversificación del riesgo, no la generación de plusvalías. Realizadas las coberturas, las ganancias se tienen que originar en el trabajo productivo; la cobertura no las puede explicar). Por otra parte, es una contradicción lógica sostener al mismo tiempo que los empresarios ganan porque asumen riesgos (en ese caso deben invertir) y a renglón seguido afirmar que no invierten si no están cubiertos contra riesgos. Si un capitalista invierte y está cubierto contra riesgos, hay que deducir que la ganancia que obtiene por esa inversión no se debe al riesgo.
Pero además, supongamos que un empresario vende futuro asegurando el precio de venta del producto (por ejemplo trigo). En ese caso, el comprador del futuro tendrá ganancia si el precio del trigo aumenta (el vendedor del futuro habrá perdido de ganar); y sufrirá una pérdida si el precio del trigo baja. Con lo cual se demuestra de nuevo que es absurdo explicar las ganancias por el riesgo, ya que lo que gana uno lo pierde el otro. Más en general, si juego a la ruleta y apuesto, asumo un riesgo. Si gano, esa ganancia no la habrá generado el riesgo que asumí; simplemente se trata de un parte (la otra va a la banca) de las pérdidas de otros apostadores que también asumieron riesgos. El riesgo no habrá generado ningún valor nuevo.
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rolandoastarita
02/05/2023 at 17:15
Aparte las objeciones que ya le han hecho, hay otro aspecto muy cuestionable. Entre los elementos peculiares de su argumentación hay uno que se repite de manera persistente entre los defensores de ciertas formas de capitalismo: dice que el empresario tiene derecho a una compensación porque «arriesga» (bien puede ser un capital heredado, por cierto), pero el que baja a una mina o sube a un andamio y arriesga su vida (todo lo que tiene) es el obrero. Si su tesis se cumpliera y se remunerara una actividad en función del riesgo asumido, los mineros congoleños, que perecen a razón de dos por cada kilo de coltán obtenido, deberían ser las personas más ricas del mundo, pero son pobres de solemnidad.
Muy significativo que sólo asigne valor «compensable» al capital y no a la vida del trabajador.
Saludos
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Alejandro F. Giraldo
25/05/2023 at 19:13
Pabloj. Supongamos que un capitalista tiene consigo el “ buen viento de los negocios” y firma con otro-s un acuerdo de compra de toda su producción en un lapso temporal determinado .Entonces va poniendo en marcha el proceso para producirlo, pero no arriesga nada, y por ello según tu planteamiento no tendría que apropiarse del “ pago del riesgo”. ¿Habría ganancia capitalista? .Y habiéndola , pues necesariamente el capital no opera para nada , sino por la ganancia …. ¿de dónde proviene si no existe tal riesgo?.
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F.Martin
03/05/2023 at 15:09
Si un capitalista consigue ese chollo puede sacar ganancia sin riesgo, por supuesto, solo le estaría «comiendo la merienda» a otros capitalistas menos afortunados; pero la cuestión es: ¿ Pueden todos los capitalistas asegurar la venta de su producto ? Y la respuesta es: No. Es imposible que todos los contratos se anticipen porque no se sabe qué va a deparar el futuro, alguien debe correr con el riesgo y ese alguien es el capitalista, o «los capitalistas como clase» si así se me entiende mejor. No existen contratos de futuro que garanticen cualquier cosa, cualquier venta, para eso tienes que irte a futuros «a medida» y eso no podría cubrir todo el espectro de contratos porque es imposible: Necesariamente alguien incumpliría.
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PabloJ
08/05/2023 at 15:12
Usted afirmó que la ganancia proviene del riesgo. Le presento entonces el caso del capitalista que vende futuro y transfiere el riesgo al comprador del futuro. Ese capitalista invierte (adquiere medios de producción y fuerza de trabajo) y obtiene una ganancia (que un austriaco identifica con el interés del capital). No hubo riesgo y hay ganancia para ese capitalista. Usted afirmó que si no hay riesgo no hay ganancia. Su razonamiento no se sostiene.
Por otra parte, el hecho de que el riesgo se diversifique no explica la ganancia (o el interés) del capital.
Otro ejemplo: un bono del Tesoro de EEUU está libre de riesgo y rinde interés. ¿Cómo se explica? De nuevo, con su «tesis» -el interés del capital se explica por la existencia de riesgo) no hay forma. Los referentes de la escuela austriaca fueron conscientes de la limitación de explicar el interés del capital por el riesgo. De ahí su supuesto de la economía que rota de forma equilibrada, en un escenario sin riesgo, donde el interés del capital se explica por las preferencias temporales.
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rolandoastarita
08/05/2023 at 15:30
Como dije anteriormente no me convence la explicación de las «preferencias temporales» de la EA y por lo tanto no las defiendo. Lo que defiendo es que las ganancias surgen del riesgo y solo del riesgo y que eso no es explotación de nadie. Voy a corregirme a mí mismo, no del riesgo, sino concretamente de la incertidumbre. Un bono estatal tiene riesgo, solo que está más diversificado, está escondido en la ley de los grandes números, pero hay riesgo, tanto por la inflación que cause como por la posibilidad de impago -que la hay-. Y es imposible cubrir toda la incertidumbre del sistema con derivados porque alguien impagaría. ¿ Eso quién lo soporta ? ¿ Nadie ? ¿ Si no se vende lo que se fabrica se le descuenta a los obreros ? No sé qué es lo que no se sostiene de mi argumento.
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PabloJ
11/05/2023 at 15:31
Ahora pasamos a la «incertidumbre». Pero sigue sin tener sentido. Ejemplo: en Argentina la incertidumbre acerca del rendimiento de las inversiones es, desde hace décadas, y en promedio, mucho más elevada que en EEUU. Pero los rendimientos, en promedio, han sido mucho más bajos: si alguien invirtió en plazos fijos, bonos o acciones en 1980, o en 1990, en Argentina, al día de hoy tiene mucho menos patrimonio que aquel que haya invertido en EEUU. ¿Cómo se puede explicar este resultado con su tesis?
Más en general, los activos que cotizan en mercados con elevada volatilidad (elevada incertidumbre) en promedio no tienen rendimientos superiores (más bien ocurre lo contrario) que los activos que cotizan en mercados de baja volatilidad (bajo nivel de incertidumbre). También períodos de elevada incertidumbre (alta volatilidad de los precios) no se correlacionan con elevados rendimientos de las inversiones; y períodos de baja incertidumbre (baja volatilidad) tienden a correlacionarse positivamente con rendimientos más elevados.
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rolandoastarita
11/05/2023 at 15:47
Escribe J.R Rallo en El Confidencial:”Y, a su vez, si sus beneficios ( empresariales) se incrementan gracias al abaratamiento relativo de los salarios, cabrá esperar que su demanda de mano de obra también aumente: contratar trabajadores se vuelve más rentable cuando el coste laboral unitario disminuye.
Dicho de otro modo, un incremento de los salarios reales como el que propugnan los empresarios no solo impactaría negativamente sobre los beneficios empresariales, sino acaso sobre la creación de empleo (esto último dependería, en realidad, de la evolución del gasto agregado tras los cambios distributivos en la renta: si el consumo aumenta más de lo que se reduce la inversión no tendría por qué ocurrir). De ahí que subir los salarios sea un arma de doble filo: compensar a los trabajadores por la pérdida de poder adquisitivo que ciertamente han experimentado desde 2020 podría reducir el atractivo que esos trabajadores poseen para muchos empresarios a día de hoy”.
https://blogs.elconfidencial.com/economia/laissez-faire/2023-05-03/subida-salarios-beneficios-empresariales_3621337/
Moraleja: o veneno o ahorcamiento….pero eso sí ,hay libertad de elección y el salario remunera la totalidad de la fuerza de trabajo empleada … y a través de la compra del producto, según Ludwig von Mises.Ver:Implicaciones económicas y políticas de salarios, desempleo e inflación. http://www.redliberal.com
Os dejo otra perla de Huerta de Soto:”En este sentido general, el ser humano, más que homo-sapiens es homo-empresario”.Conferencia. https://www.jesushuertadesoto.com › 2014/01 PDF
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F.Martin
04/05/2023 at 12:44
«la función empresarial es la primera capacidad del ser humano. es lo que por
naturaleza más nos distingue de los animales, esa capacidad de crear y
descubrir cosas. en este sentido general, el ser humano, más que homo-
sapiens es homo-empresario. ¿quién es, pues, empresario? pues la madre
teresa de calcuta, por ejemplo. »
Gracias F.Martin por esta joyita, a estos libertos se los supera con el simple ejercicio de escribir sin pensar.
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wanako
04/05/2023 at 19:57
PabloJ: «cualquier economista y cualquier empresario le dirá lo mismo»
a) Economista y empresario son lo mismo.
b) Economista y empresario coinciden por azar (la naturaleza es malvada).
c) Economía es ciencia (conflicto de interés).
d) Empresa es forma jurídica (conflicto de interés).
e) Economista no empresario es contador.
f) Empresario no economista es arriesgador.
g) El profe Rolando es empresario confundido por Marx.
h) La ganancia es explotación.
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wanako
04/05/2023 at 23:55
Pabloj .Posibilidades y estrategias comerciales. Dos ejemplos:https://www.raisin.es/inversion/que-son-contratos-futuro/
https://protegoseguros.com/la-proteccion-de-las-ventas/
Cuando no hay riesgo,el capital no se limita a » comerle la merienda» a otro-as capitalista-s, sino que extrae plusvalía y la capitaliza.Sin riesgo también hay generación de ganancia…el caso es explicar a qué se debe. Pero la EA y similares han de atacar a Marx y el materialismo histórico con argumentos que van de falaces a débiles .Es cuestión de la defensa ideológica del capital frente a su impugnación revolucionaria.
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F.Martin
08/05/2023 at 16:47
PabloJ:
««los capitalistas como clase» si así se me entiende mejor. No existen contratos de futuro que garanticen cualquier cosa»
El léxico es a primera vista, el menor de tus problemas, a menos claro que, te hayas topado justo con el único capitalista sobre la corteza terrestre que tenga la bonita costumbre de pagar salarios por anticipado, desobedeciendo así las reglas de su propia clase, salario es entonces para el obrero, una promesa de pago, un contrato a futuro (que no garantiza cualquier cosa), y más temprano que tarde, aparece el riesgo de no cobrar.
Y sí, ahora se te entiende mejor, el riesgo es extraño, mejor no arriesgarse.
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wanako
10/05/2023 at 07:02
Pabloj.” .Sobre: Lo que defiendo es que las ganancias surgen del riesgo y solo del riesgo y que eso no es explotación de nadie”. Te pongo otro supuesto.Un empresario comercial español adquiere grano en Rumanía, proveniente de Ucrania, cargado en trenes y camiones.El precio de coste es superior al precio medio del grano de España, porque los costes son superiores y el riesgo lo mismo (guerra, hurtos en los cambios en los medios de traslado, sobre todo).Lo sabe, pero pretende venderlo en Portugal, donde hay problemas de oferta, pero la operación se frustra porque en ese intervalo tales problemas se han solventado al llegar grano en barco en cantidad suficiente. Tiene que venderlo por tanto en España.El gran riesgo asumido es evidente y la incertidumbre es evidente que es elevada . Cuando por fin lo recibe no le queda más remedio que venderlo al precio medio nacional a una cooperativa de panificación. Por su parte otro empresario lo adquiere en el mercado nacional, a un precio por tonelada menor que el ucraniano , con menos riesgo y menores costes de carga y transporte. También lo vende a la misma cooperativa panificadora al mismo precio medio nacional .Conclusión:por tonelada final vendida gana más quien menos riesgo ha tenido y quien ha operado con menor incertidumbre. Tu explicación sobre el origen de la ganancia no vale.
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F.Martin
12/05/2023 at 04:15
Cordial saludo.
aunque solo conozco algunos rudimentos de la teoría del valor, desearía encontrar una fuente bibliográfica para introducirme a lo que manifiestan en este debate aparte los 10 primeros capitulos del capital, para al menos tener una mayor comprensión.
gracias de antemano.
Por cierto una curiosa faceta de Rallo como traductor.
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carlos mesa
15/05/2023 at 15:30
Se me pasó responder esta consulta. Le sugiero que me escriba a mi mail (rastarita@gmail.com) para precisar qué le interesa profundizar.
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rolandoastarita
16/05/2023 at 17:30