Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

El cretinismo parlamentario y la tradición del marxismo

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Desde que estalló la crisis económica partidos de izquierda y dirigentes sindicales reclamaron al Congreso una ley de prohibición de despidos. Finalmente, en mayo de 2016 el Parlamento aprobó una ley de prohibición de despidos por 180 días. Macri la vetó. Del Caño, del PTS, dijo que Macri había vetado “las únicas leyes [la otra era sobre tarifas] del Congreso que salieron a favor del pueblo. Con la subida del nuevo gobierno, en diciembre pasado, la situación no cambió. Sin embargo, a partir de la pandemia y el hundimiento de la actividad económica, el presidente Fernández dispuso, mediante  Decreto de Necesidad y Urgencia, la prohibición “de los despidos sin justa causa y por los causales de falta o disminución de trabajo y fuerza mayor”,  y de “las suspensiones por los causales de fuerza mayor o falta o disminución del trabajo” (Página 12, 1/04/2020).

La izquierda consideró la medida insuficiente, y reclamó medidas más contundentes, hasta revolucionarias. Dijo Del Plá: “Desde la banca del Partido Obrero vamos a insistir con nuestro proyecto de ley, que establece la prohibición de despidos y suspensiones por un año en el sector público y privado, abarca a todos los trabajadores en actividad… y establece la reincorporación retroactiva de todos los despedidos en los últimos dos años. Para las empresas que se declaran en crisis o bancarrota, el proyecto establece la creación de una comisión de control obrero con plenos poderes para acceder a la información contable y financiera de la empresa, y para elaborar planes para la continuidad productiva, como la reducción de la jornada laboral sin afectar el salario, si fuese necesario” (aquí).

De manera que de imponerse este reclamo el Congreso prohibiría los despidos, las suspensiones y rebajas de salarios y otorgaría poder a los obreros para controlar y sancionar a los capitalistas, no vaya a ser que se hicieran los distraídos. Revolución vía Congreso, en un Parlamento con mayoría de representantes del capital. ¿No sería mágico?

Sin embargo, los diputados desoyeron el reclamo revolucionario, y los despidos, suspensiones y bajas salariales se multiplicaron. Por lo cual hubo que insistir. De nuevo Del Plá: “El DNU contra los despidos… no lo cumple nadie. Nuestra banca reclamará como prioridad… que se prohíban efectivamente los despidos por un año y que se garanticen la integralidad de los salarios de todos los trabajadores” (aquí, énfasis añadido). “Prioridad, “garanticen”, “efectivamente”. ¿Cómo es que tardan tanto? Aunque Gabriel Solano informa que “el DNU es papel mojado” (aquí). ¿Insistir para que deje de ser papel mojado? ¿Por medio de una votación, “ahora sí”, de los diputados? 

A todo esto, y para no ser menos, Myriam Bregman, frente al DNU, decía “No puede perderse un minuto. Tienen que prohibirse las suspensiones y despidos. (…) El alcance de esa medida tiene que ser retroactivo al inicio de la crisis… ” (Izquierda Diario, 31/04/2020). “Urgente”, “no hay un minuto que perder”, “tienen que prohibir…” “que sea retroactivo”. ¿Relaciones sociales? ¿Intereses de clase? Son desvaríos teóricos. Con prohibiciones “en serio” y rápidas, esto se puede arreglar. Aunque poco después Bregman y Del Caño escribían: “se multiplican los reclamos y la bronca contra despidos, baja salarial y todo tipo de ataque patronal” (Izquierda Diario, 7/04/2020). Lo cual es expresión de un hecho socialmente objetivo en el capitalismo: la crisis, el cierre de empresas y la desocupación no se suprimen con decretos, ni con discursos y leyes. Pensar que pueda ser de otra manera, lo he planteado en otras entradas, es síntoma de esa “incurable enfermedad” que es el “cretinismo parlamentario”. Una expresión que rescatamos de las tradiciones del socialismo revolucionario, y mantiene plena vigencia. La presentamos brevemente.

Cretinismo parlamentario y la tradición del marxismo

Engels utilizó la expresión “cretinismo parlamentario” en Revolución y contrarrevolución en Alemania, para referirse a la actuación de la izquierda en la Asamblea de Frankfurt. Escribe: “desde el mismo comienzo de su carrera legislativa [la izquierda] ha estado más contagiada que cualquier otra minoría de la Asamblea de la incurable enfermedad denominada cretinismo parlamentario, afección que imbuye a sus desgraciadas víctimas la solemne convicción de que todo el mundo, toda su historia, todo su porvenir se rige y determina por una mayoría de votos emitidos en esa singular institución representativa que tiene el honor de contarlos entre sus miembros y que cuanto sucede extramuros de su sede: las guerras, las revoluciones, la construcción de ferrocarriles, la colonización de continentes enteros, los descubrimientos de oro en California, los canales de América Central, los ejércitos rusos y cualquier otra cosa más que pueda pretender a influir algo en los destinos de la humanidad no es nada en comparación con los inconmensurables sucesos que dependen de la solución de cada problema importante, cualquiera que sea, de los que ocupa justamente en esos momentos la atención de su honorable Cámara” (aquí).

A su vez Marx, en El 18 brumario de Luis Bonaparte, hizo referencia a “aquella peculiar enfermedad que desde 1848 viene haciendo estragos en todo el continente, el cretinismo parlamentario, enfermedad que aprisiona como por encantamiento a los contagiados en un mundo imaginario, privándoles de todo sentido, de toda memoria, de toda comprensión del rudo mundo exterior… (p. 81, edición Fundación Federico Engels, Madrid).

Para terminar este apartado, y al fin de evitar falsas polémicas, preciso que Marx y Engels jamás negaron la utilidad de la agitación parlamentaria en pos de reformas favorables a la clase obrera. Pero esto es una cosa, y otra muy distinta es el cretinismo parlamentario.

 Materialismo y el “crudo mundo exterior”

Destaquemos también que el fundamento último de la crítica de Marx y Engels al cretinismo parlamentario es su concepción materialista de la historia. Lo explica Marx en el “Prólogo” a la Contribución a la crítica de la Economía Política: lo jurídico y político tienen como base real la totalidad de las relaciones que los seres humanos establecen en la producción social. Por lo cual “no es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino, por el contrario, es su existencia social la que determina su conciencia” (pp. 4 y 5, edición Siglo XXI). Pero por eso mismo hay que distinguir entre “el trastocamiento de las condiciones económicas de producción” [por ejemplo, el que ocurre en una crisis y depresión económica] “y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en  suma, ideológicas, dentro de las cuales los hombres cobran conciencia de este conflicto y lo dirimen” (p. 5).

Traducido a lo que nos ocupa: el “rudo mundo exterior” no desaparece por más leyes o decretos “de necesidad y urgencia” se aprueben o dicten. Por eso, en tanto permanezca el dominio del capital, ese tipo de medidas son “papel mojado”, y “no las cumple nadie”. Y esto hay que decirlo a las masas.

Descargar el documento: varios formatos siguiendo el link, opción Archivo/Descargar Como: El cretinismo parlamentario y la tradición del marxismo

 

Written by rolandoastarita

28/04/2020 a 17:49

13 respuestas

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  1. Como ven el «Proyecto Venus» como Utopia Comunista del siglo 21 ???

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    Nico

    28/04/2020 at 18:58

    • No tiene nada que ver con el artículo, pero vi que están pegando este link en otras notas del blog así que me tomo el atrevimiento de contestarlo.
      El «proyecto Venus» fue un modelo de sociedad tecnocrática que se puso de moda en internet durante el 2008-2011, de la mano de los pseudo-documentales de «Zeitgeist» que le dieron un espacio de difusión bastante amplio. Es básicamente una sociedad retro-futurista idílica (sin dinero, sin gobierno y sin conflictos de propiedad, guerras, etc), al estilo de la ciencia ficción de los años 50, donde una computadora central toma todas las decisiones, gestiona todos los recursos de manera óptima y elimina (estoy tentado de decir «mágicamente») la escasez de recursos, los problemas ambientales, y demás menudencias.

      ¿Cómo se llega a ese diseño social? No define ningún proceso claro más allá de «juntemos mucha gente que crea en la causa, haga donaciones y ayude a construir una ciudad donde se pueda probar». ¿Qué construcción, programación, algoritmos, proceso de toma de decisiones tiene esa computadora central? Nadie lo sabe, el autor nunca presentó planos, diseños, especificaciones ni nada parecido… lo más cercano son unos dibujos y maquetas con estética retro-futurista y unos detalles que son graciosísimos (ciudades circulares!). ¿Cómo funcionaría la economía en esta sociedad de abundancia? Todo sería gratis. Y así con cualquier pregunta u objeción que se le pudiera hacer, todo muy lindo pero ningún detalle.

      En su momento este «movimiento Zeitgeist» tuvo bastante popularidad en internet, organizaron grupos de difusión y activismo (casi la misma cosa, ya que la principal forma de activismo fue difundir los videos de Zeitgeist/Proyecto Venus y organizar charlas al respecto) en varios países y los autores de ambos hicieron charlas y conferencias en varios países, pagadas por los activistas. Un par de años después los líderes de ambos movimientos se separaron y siguió cada uno por su lado, cayendo de a poco en el olvido. El movimiento ya estaba pobremente organizado desde antes, y después de la separación sobrevivió poco y nada.

      El autor del «Proyecto Venus», Jacque Fresco, fue básicamente un chanta de toda la vida que a lo largo de sus 101 años se hizo pasar por ingeniero, diseñador industrial, psicólogo, médico, especialista en prótesis, lo que fuera con tal de que le dieran un poco de cámara y reconocimiento. En Youtube se pueden encontrar algunas entrevistas en las que manda fruta sobre los temas más variados que se puedan imaginar. Desde que «no existe la naturaleza humana y todo comportamiento es determinado por el entorno» hasta que los vegetales pueden sentir dolor. Son como charlas de café en las que todo va bien mientras se trate un tema de manera general, pero cuando le preguntan por soluciones o cuestiones específicas, comienza el guitarreo.

      Lo único más o menos remarcable es que en la crítica que hacen los videos de Zeitgeist al «sistema monetario» se cuela mucho de la ideología libertaria basada en la escuela austríaca, en particular el odio a los bancos centrales, la idea de inflación como un impuesto invisible, y el término «moneda fiat» usado de manera peyorativa (porque para ellos el oro es mejor). Por suerte, ahora que Zeitgeist es cosa del pasado, los libertarios eligieron a otros seres de luz como Jesús Huerta de Soto y Javier Milei para hacer propaganda…

      Haría falta un artículo largo para desmentir de a uno los planteos de Zeitgeist y del PV (ya los hay en varios sitios), pero en síntesis, es algo con lo que no vale la pena perder el tiempo. Lo digo por si hay algún lector del blog que se topa con este material y le llama la atención.

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      Juan Manuel

      28/04/2020 at 22:58

  2. Hola Rolando, gracias por el artículo. Como ex militante de partido de «izquierda dura» sé el esfuerzo tremendo que se hace desde la militancia en general, y lo mal dirigida que está esa energía, ya que por una parte se elevan reclamos clasistas y se participa en el movimiento obrero, pero todo confluyen en el cretinismo parlamentario. Creo que compartir masivamente este artículo breve u otro con el mismo contenido sería ideal para movilizar el cerebro de los activistas, para que activen en campañas que no sean absurdas, en pugna con los aparatos ridículos que existen hoy en día. Aunque seguramente será una batalla dura por las formaciones super arraigadas de ponerse el partido en la camiseta, más aún que el socialismo, y no sé si sólo subjetivas. Por otra parte, te confieso que no había leído muchas críticas por izquierda al trotskismo, y te pregunto si te inscribis dentro de alguna corriente en particular, o si sabes de si estas críticas son formuladas tambien por otras personas, movimientos, partidos, más allá de las citas clásicas de Marx o Engels en contra del cretinismo parlamentario, sobretodo en el presente, pero también si ves alguna continuidad histórica después de Marx o Engels en estas ideas de crítica al cretinismo parlamentario. Saludos.

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    Lautaro

    29/04/2020 at 19:16

    • En cuanto a las posiciones políticas que defiendo tengo que decir que muy poca gente está de acuerdo con ellas. La mayoría de la militancia de izquierda es castrista – chavista (y con ciertas simpatías por el peronismo). En temas de economía, la mayoría adhiere a concepciones tipo corriente de la dependencia (liberación nacional, y cosas por el estilo). La militancia trotskista, en su mayoría, creo que ni siquiera se molesta en leer lo que escribo. Muchos incluso me consideran un enemigo (al pasar, para los peronistas de izquierda que conocen mi pensamiento yo soy «un agente de la derecha», como me ha dicho un militante de ese palo). De manera que políticamente estoy muy aislado. He militado un poco más de 20 años en el trotskismo, y mucho de lo que escribo sobre tácticas políticas, o análisis económicos y políticos es a partir de esa experiencia. Pero soy consciente de que por ahora las cosas no cambian.

      Conozco alguna gente que hace una crítica al parlamentarismo (cretino) y la adaptación al nacionalismo y al Estado; pero lo hacen desde posturas más bien ultraizquierdistas.

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      rolandoastarita

      29/04/2020 at 22:25

    • Hombre profesor, creo que sobra los de «desde posturas más bien ultraizquierdistas» ya que no conozco ninguna tendencia política que «vaya más allá de la izquierda», si usted la conoce le agradecería una entrada.

      Dicho lo cual voy a hacer una propuesta terminológica que voy a tratar someramente por extensión.

      Existe una izquierda coherente, ¿a esta se refiere como «ultraizquierda»? que entiende que de lo burgués es imposible que salga un resultado no burgués, esto es, si el Estado es una institución burguesa, como se acordó en la I Internacional, pues ser coherente con una posición de izquierdas sería ir contra el capitalismo y todas sus instituciones, el Estado como la vertebradora y legitimadora del sistema y sin la cual no se sustenta.

      Unos que dicen ser de izquierda, hay varias ramas, pero:

      O no salen de Aristóteles, el capitalismo supuestamente no pero el Estado sí, es burgués el Estado, cierto, pero exactamente igual que hace la derecha progresista hacen a este una crítica moral, no sistémica y pretender constituirse en aristocracia, el gobierno de los mejores, que curiosamente ellos se autodefinen como los mejores, faltaría, y ya puestos si ellos controlan el Estado todo irá fenómeno, algo que viendo la historia está claro que el plan no tiene fallos posibles. Estos,según usted, ¿tienen falta de yodo o no? porque para mí SÍ, en mayúsculas, dicho rotundamente. Poca crítica he visto en el blog sobre el Estado, sin adjetivos, continúe usted ese proceso de crítica a los dogmas, se sorprenderá lo que puede aportarle la historia. Idem para la fantasía de los partidos, los partidos burgueses son malísisisisisimos, pero claro, los constituidos por los aristós no pueden ser malos, por naturaleza, eso sí, hagamos un partido y pongamos un esfuerzo ímprobo para después acabar con él, etc, etc, etc, Gramsci y tal, ya me entendéis todos y la magia de la lógica socialista autoritaria, hay que ser muy marxista para no ver la tontería supina que es, pero bueno.

      La otra rama sería lo que el profesor llama también izquierda pero que yo siguiendo a Roman Jackobson y sus propuestas para que la comunicación pueda llevarse acabo de forma exitosa, para que esta sea eficiente y clara. No podemos llamar izquierda nada más que bajo el marco conceptual que estos individuos pretenden vendernos y visto lo visto el profesor compra por más que después matice y tenga claro a lo que defienden pero es un gasto de energía innecesario en mi opinión con lo que propongo ya que cualquier crítico mínimamente despierto entiende que son derecha porque apoyan el sistema socioecónomico, cultural y político imperante y por tanto conservadores y ese es el fin de sus reformas. Derecha progresista es lo que propongo como adjetivo pertinente, ahora el sustantivo y núcleo del sintagma nominal que engloba el adjetival creo que es inamovible y que clarifica la comunicación.

      Y esto sería, compañero Lautaro bajo mi punto de vista como está la cuestión del yodo en el ámbito de la «izquierda», los primeros sería como la leche entera, los segundo en el mejor de los casos semidesnatada pero que se parecen a la entera lo que un huevo a una castaña y la desnatada.

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      vacioynausea

      07/05/2020 at 10:16

    • Por corrientes o posturas ultraizquierdistas entiendo aquellas que niegan la importancia de luchar por reivindicaciones mínimas.

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      rolandoastarita

      08/05/2020 at 10:19

  3. Rolando, sepa que no esta solo, hay mucha gente que aprecia su trabajo y lo sigue dia a dia, queria preguntarle ¿que opinion tiene usted del nuevo mas? pregunto por que un amigo muy cercano y coherente milita en ese partido pero desconozco a fondo lo que es el partido, tengo entendido (no estoy seguro) que usted milito en el viejo mas.

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    Daniel Q.

    30/04/2020 at 14:52

    • Gracias por el aliento. De todas formas hay que reconocer que estamos bastante solos.
      Sobre el Nuevo MAS, no se distingue mucho del resto de los partidos que conforman en FIT. En general, no se entiende por qué están tan divididos los grupos trotskistas cuando, en esencia, dicen más o menos lo mismo. Incluso sobre el tema de la nota, el NM también estuvo agitando a favor de una ley que prohibiera los despidos. De manera parecida,cuando fue la polémica por las tarifas de electricidad, gas, etc., el NM agitaba para que los precios fueran establecidos por decreto, por el Estado.

      Yo milité en el trotskismo, primero en el viejo Política Obrera (antecesor del Partido Obrero), luego en el PST, que dirigía Nahuel Moreno, que fue en antecesor del MAS. Fui trotskista desde 1969 hasta poco después de la caída de la URSS. Ya antes de eso había comenzado a cuestionar dogmas del trotskismo, como que las fuerzas productivas están estancadas desde 1914. Con la caída de la URSS pensé que había que profundizar en otras cuestiones, como la caracterización de esos regímenes como «estados obreros». Y también empecé a cuestionarme otras «verdades», como el análisis de tipo triunfalista sobre la lucha de clases; el nacionalismo, el estatismo, la agitación de consignas de transición, etc.

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      rolandoastarita

      30/04/2020 at 16:22

  4. Profesor ud cree que un empleado sin cualificación que solo sabe trabajar como un burro,puede administrar una empresa?
    Trabajo en una industria ?Yo si en Glucovil,Niza y Dellepiane solo hablaban de futbol y asados,a los 2 días se funden.

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    Matias

    01/05/2020 at 01:27

    • En primer lugar, el trabajo del ser humano se distingue cualitativamente del trabajo de cualquier animal. No quiero extenderme ahora sobre esto, pero si quiere conocer la postura de Marx sobre el asunto lo invito a leer la primera parte del capítulo V del tomo 1 de El Capital (diferencia entre el tejedor y la araña, el albañil y la abeja que construye el panal, etc.).

      En segundo término, confieso que me molesta su tono despectivo hacia el trabajo que realizan millones de seres humanos: «trabajan como burros». Pero es un tema de sensibilidad, sobre el que prefiero no opinar.

      En tercer lugar, para entender el proceso de trabajo no es imprescindible haber trabajado en una industria. De todas maneras, y aunque por lo general no me gusta hablar de mi historia, le puedo contar que trabajé unos 6 años en industrias, principalmente metalúrgica y mecánica.

      En cuarto lugar, y más importante, no entiendo cuál es el conocimiento que tiene un accionista, que se dedica a recoger dividendos, sobre el proceso industrial que lo coloque por encima del obrero «común» para opinar sobre lo que debe hacer ese obrero «común». ¿O es que ser accionistas les confiere algún tipo de superioridad espiritual superior? Entre ellos, ¿no charlan de fútbol (¿tema de burros e incultos?) y sí de la función de ópera a la que asistieron el fin de semana?

      En quinto lugar, cuando Marx habla de la fuerza laboral se refiere al conjunto de la misma. Esto es, comprende los obreros que realizan trabajo simple, como aquellos que realizan los trabajos más complejos. Por caso, en la metalurgia son los oficiales y semioficiales torneros, ajustadores, matriceros, mecánicos, técnicos de mantenimiento, técnicos especializados en logística y transporte, ingenieros, programadores, etcétera. De conjunto este colectivo laboral posee un conocimiento muy superior a cualquier cosa que pueda concentrar el management de la empresa. Más aún, y por experiencia propia puedo dar fe de ello, más de una vez el management debe apelar a ese conocimiento del colectivo obrero para incluso entender procesos de trabajo. Sobre esta última cuestión, puede consultar el clásico libro de Harry Braverman, «Trabajo y capital monopolista».

      En sexto lugar, y vinculado a lo anterior, no hay que menospreciar el conocimiento que surge incluso del trabajo simple. Y el buen criterio que tienen muchos de esos trabajadores acerca de las formas en que se puede organizar el trabajo.

      En séptimo lugar, ¿acaso no existen casos de empresas dirigidas bajo la forma de cooperativas por los trabajadores? Ya Marx se refería a estas experiencias, que demostraban que los patrones no son imprescindibles para el funcionamiento de una empresa. Sobre esto, incluso lo traté someramente aquí. En esa nota escribí:

      «las cooperativas obreras demuestran –cuestión que señalaban ya los socialistas en el siglo XIX– que la función del capitalista, en lo que respecta al trabajo de supervisión, puede ser borrada si se elimina la propiedad privada. Recordemos que los capitalistas y sus defensores constantemente dicen que las empresas no pueden funcionar si ellos no están al frente de las mismas. Pero las cooperativas ofrecen la prueba palpable de que esto no es así. Las tareas necesarias para coordinar las actividades pueden ser realizadas por los mismos trabajadores, y no hace falta gente para vigilar a los trabajadores “para que no pierdan el tiempo” o “no falten al trabajo”. Las cooperativas obreras demuestran que la producción puede ser organizada de forma democrática, y que se pueden buscar los regímenes de trabajo más convenientes para los trabajadores»

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      rolandoastarita

      01/05/2020 at 09:42

  5. Un saludo a Rolando y a los lectores del blog en este peculiar día internacional de los trabajadores. Recordando la famosa carta de Marx a Kugelmann del 11 de julio de 1868, hoy queda bastante claro «que cualquier nación moriría de hambre, y no digo en un año, sino en unas semanas, si dejara de trabajar». Y sino véase la estimación anticipada del BEA para Q1 2020, y eso que allí los bloqueos empezaron bastante tardíamente.

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    luisgac

    01/05/2020 at 09:32

  6. Con la descripción que haces de tu vida militante ya no tengo duda; el Rolando Astarita, profesor y economista marxista cuyo «blog» sigo desde hace dos años es el mismo Rolo al que conocí en Bilbao a finales de los años 70. Hay que reconocer que te conservas muy bien y me refiero al mal genio que, por lo que observo, no ha disminuido ni un ápice y que, ya entonces te caracterizaba. Creo que puedes ver mi dirección de «e-mail» así que si quieres ampliar el comentario me puedes proporcionar tu dirección de «e-mail»privada.

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    Patxi Fernández

    01/05/2020 at 18:36

  7. Hola Rolando, como va? Me llamo la atencion de su articulo la cuestion de la lucha por conquistas obreras en el parlamento, tomando la idea de Marx y Engels. Contrariamente la izquierda trostkista, fundamentalmente la tendencia del PO, paraticipan en el parlamento solamente para desenmascarar al regimen capitalista, propagantizar las ideas socialistas y movilizar al proletariado por sus demandas al congres, todo esto con el fin de concientizar a la clase obrera.
    El problema de su tactica es que solamente se proponen leyes si solo existe una masa de obreros organizados demandado tales revindicaciones, si no existe tal moviemiento, todo proyecto puesto en el parlamento se vota en contra o se abstiene por insuficiente.
    Usted Rolando que piensa sobre el mismo y que tactica usaria en el parlamento para concientizar a la clase.

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    Julio

    01/05/2020 at 21:58


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