La teoría marxista de la acumulación y crisis (5)
La parte 4 de la nota, aquí.
La tesis de la crisis por estrangulamiento de las ganancias ha recibido un tratamiento más complejo por parte de Makoto Itoh. Pero además, según Itoh, en Marx existirían dos teorías de la crisis. Presentamos lo esencial de su planteo.
La tesis de Itoh de las dos teorías de la crisis de Marx
Makoto Itoh pertenece a la escuela marxista japonesa de Kozo Uno. De hecho, su teoría de la crisis, que presentamos en este apartado, y que identifica con la segunda teoría de la crisis de Marx, sigue la orientación propuesta por Uno (véase Itoh, 1987, p. 459-60).
Itoh sostiene que la teoría de la crisis de Marx no está completa, y que en su obra se encuentran dos tipos diferentes de teorías, a las que denomina, respectivamente, “tesis del capital excedentario” y “tesis de las mercancías excedentarias” (1987, p. 130). Plantea que en los Grundrisse y en Teorías de la plusvalía, y en escritos anteriores, Marx habría explicado las crisis, esencialmente, por “mercancías excedentarias”. Y este enfoque habría subsistido en muchos pasajes de El Capital. Por ejemplo, en el capítulo 15 del tomo 3 (discusión sobre la LTDTG), Marx parece explicar la limitación de la producción capitalista “por la dificultad de realizar la plusvalía en el proceso de circulación”. De la misma manera, en el capítulo 30 de ese tomo 3, Marx plantea que el origen último de las crisis es la desproporción entre ramas y el limitado consumo de las masas. O sea, aquí Marx considera que las crisis provienen de la sobreproducción de mercancías por encima de la demanda (Itoh, p. 131-2).
Sin embargo, Marx criticó la tesis de las mercancías excedentarias del tipo subconsumista, que habían defendido Sismondi o Maltus. Por ejemplo, en crítica a Proudhon, demostró que las crisis no se pueden explicar porque los trabajadores no pueden comprar su propio producto., ya que solo pueden consumir, del valor nuevo generado, el equivalente al capital variable. Además, si el subconsumo es un fenómeno permanente, no se puede explicar el carácter cíclico de las crisis (Itoh, p. 148). Y el mismo problema encerraba la explicación de las crisis por las desproporciones entre las ramas productivas (pp. 143-4). ¿Por qué entonces habría crisis por “excedente de mercancías”? Por eso, sigue Itoh, ya en los Grundrisse, y más aún en El Capital, Marx busca explicar la necesidad lógica de la crisis con la LTDTG. Pero la tendencia a la baja de la tasa de ganancia, un movimiento de largo plazo, difícilmente puede dar cuenta de la naturaleza cíclica de las crisis. Además, esa caída no sería necesariamente un obstáculo a la acumulación capitalista, ya que el volumen absoluto de plusvalor, que depende de la plusvalía relativa, puede continuar aumentando, junto a la acumulación del capital, aunque a un ritmo más lento (p. 139).
Teniendo en cuenta estos problemas, Itoh sostiene que en El Capital Marx enuncia una nueva teoría de las crisis, basada en la tesis del capital excedentario. La misma estaría expresada, fundamentalmente, en el capítulo 15 del tomo 3; y en el capítulo 23 del tomo 1, dedicado al análisis de la acumulación. Como también señaló Dobb y los teóricos del profit squeeze, en este capítulo 23 Marx plantea la posibilidad de que la demanda creciente de fuerza de trabajo, en el marco de una acumulación extensiva, provoque un estrangulamiento de las ganancias por suba de salarios. Itoh señala que, sin embargo, aquí Marx “no muestra claramente la necesidad teórica y el significado de esa sección” (p. 149).
Por otra parte, en el capítulo 15 del tomo 3, Marx contempla una situación en la cual se agotó la oferta de la fuerza de trabajo, y el capital solo puede contratar más trabajadores aumentando los salarios en un grado tal que afectaría a la ganancia. Es la “sobreacumulación absoluta” del capital. Según Itoh, aquí están los elementos para una explicación de las crisis cíclicas. Aunque se trata todavía de una explicación incompleta, que Itoh intentará desarrollar (véase el siguiente apartado). En cualquier caso se trataría de una nueva teoría, producto lógico de las reflexiones de Marx, desde las Teorías de la plusvalía, a El Capital (p. 147). ¿Y los pasajes en que aparece la tesis de la crisis por “exceso de mercancías”? Pues serían “residuos” de los esfuerzos anteriores, en los Grundrisse y en Teorías…, por desarrollar la teoría de la crisis de Sismondi y de Malthus (p. 148).
Destaquemos también que Itoh opone la teoría de la crisis por exceso de capital, de Uno y él mismo, a la teoría por exceso de mercancías, que había defendido la escuela ortodoxa Koza Ha, vinculada a la línea del Partido Comunista de Japón. En su visión, los teóricos de la escuela Koza Ha estaban obstaculizados “por una interpretación rígida y literal de los escritos de Marx” (p. 45).
Acumulación, crédito y cambio tecnológico en Itoh
A fin de explicar cómo la acumulación del capital termina generando las condiciones de la crisis, Itoh sostiene que en la fase de ascenso la acumulación de capital “procede normalmente en extensión más que en profundidad, sobre la base de los medios de producción existentes” (pp. 150-1). En la prosperidad “es poco probable que el capital trate de producir un plusvalor relativo”, reemplazando al capital fijo existente (p. 151). Sin embargo, cuando se llega a la sobreproducción absoluta del capital, donde la demanda de trabajo es tan fuerte que hay una tendencia al aumento de los salarios, la acumulación extensiva ya no es posible.
Sin embargo, Itoh se pregunta por qué la sobreacumulación de capital no puede simplemente dar lugar a que una parte del capital quede sin emplearse, sin que se desate una crisis. Para responder esta cuestión, introduce el crédito y la tasa de interés, analizados por Marx en la sección 5 del tomo 3 de El Capital. La idea es que en el período de prosperidad el giro del crédito comercial opera con facilidad, y la tasa de interés es baja; lo cual facilita y amplía la acumulación. Sin embargo, la situación cambia cuando se produce la sobreacumulación del capital. En ese escenario, “la demanda de capital dinero, en reacción a la baja de la tasa de beneficio provocada por el aumento de los salarios, surge como el resultado inevitable del proceso de acumulación del capital” (pp. 155-6). Es que cuando aumentan los salarios, no solo baja la tasa de ganancia, sino también se ven afectados los precios, de dos maneras. Por un lado, continúan aumentando los precios de los bienes producidos en los sectores intensivos en mano de obra (dada la igualación de la tasa de beneficio entre sectores). Por otra parte, aumentan los precios de ciertos bienes de consumo (o de sus insumos) si su oferta no se ajusta rápidamente. O sea, al final de la prosperidad los precios de mercado de ciertas mercancías aumentan a causa de la sobreacumulación de capital (p. 157). En esta situación, los capitalistas industriales, y más aún los comerciales, realizan un almacenamiento especulativo de mercancías. La elasticidad del crédito disminuye, y paralelamente aumenta la demanda de capital dinero para pagar los mayores salarios. En consecuencia, aumenta la tasa de interés.
El cuadro entonces es de alza de los salarios, baja de los beneficios y alza de la tasa de interés, que afecta a los aprovisionamientos especulativos. “La sobreproducción de capital en relación a la población trabajadora se manifiesta por un déficit del capital dinero para prestar” (p. 158). Los beneficios netos de los capitalistas industriales y comerciales caen fuertemente. Escribe Itoh: “La ruptura de las operaciones especulativas a gran escala marca generalmente el momento más evidente de la transformación de la prosperidad en crisis aguda. Los movimientos opuestos de la tasa general de ganancia y del interés provocan así el colapso del sistema de crédito” (p. 158). El colapso del almacenamiento especulativo provoca, a su vez, una fuerte baja de los precios de las mercancías. Aparece la insolvencia en cadena; los capitalistas y los bancos restringen fuertemente la emisión de nuevos créditos, a pesar del fuerte aumento de la demanda de capital dinero, para pagar antiguas deudas. La caída del crédito afecta al conjunto de la producción capitalista.
Con el estallido de la crisis aumentan los desocupados, y se produce una fuerte baja de los salarios. Se desvalorizan y destruyen capitales. Por otro lado, y a diferencia de lo que ocurría en la prosperidad, el capital fijo ya no es rentable, y se ejerce una fuerte presión para amortizarlo, a fin de renovarlo lo más rápido posible. Cuando se han amortizado grandes masas de capital, se renueva el capital fijo y se adoptan nuevos métodos de producción. Esta renovación del capital fijo se produce al mismo tiempo que se termina la depresión (obsérvese en este punto una cierta semejanza con la tesis de Schumpeter, de que las innovaciones ocurren hacia el final de la depresión). Finalmente, los capitalistas que han logrado adoptar los nuevos métodos de producción pueden reemprender la acumulación, aunque haya un bajo nivel de los precios de mercado (p. 162).
Texto citado:
Itoh, M. (1987): La crise mondiale. Théorie et pratique, Paris, Etudes et Documentation Internationales.
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