Trabajo “incorporado” y trabajo “objetivado”
Una cuestión que atraviesa muchas discusiones sobre la teoría del valor de Marx, es la idea de que el valor es tiempo de trabajo incorporado, o gastado, en la producción de un bien. En particular, es bastante común identificar la noción de “trabajo objetivado”, de Marx, con el “trabajo incorporado” que encontramos en Ricardo o en Sraffa (y los sraffianos). De esta manera desaparece la especificidad de la teoría del valor de Marx, su diferencia esencial con la teoría de Ricardo.
A los efectos de ayudar a clarificar la cuestión, tengamos presente que en los Principios… de Ricardo el valor de los bienes está determinado “por la cantidad de trabajo requerida para obtenerlos” (p. 9); también afirma que “la cantidad de trabajo cristalizada en los bienes determina su valor de cambio” (p. 11). De hecho, el trabajo empleado de forma privada, en esta concepción, determina el valor de la mercancía. Una idea similar la encontramos en Sraffa en el caso hipotético en que no hay beneficio, esto es, en que todo el excedente va al salario. “Cuando hacemos w (salario) = 1, el total de la renta nacional va a parar a salarios y r (tasa de beneficio) es eliminado. (…). A este nivel, los valores relativos de las mercancías son proporcionales a sus costes-trabajo, es decir a la cantidad de trabajo que ha ido directa o indirectamente a producirlas”(Producción… p. 29). O también: “… cuando el salario absorbe todo el producto neto, la mercancía es igual en valor al trabajo que ha sido necesario, directa o indirectamente, para producirla” (p. 124). La misma idea es formulada por Pasinetti, al presentar el vector v de los coeficientes de trabajo verticalmente integrados. Este vector, dice Pasinetti, representa “las cantidades de trabajo directa o indirectamente ‘incorporado’ en cada unidad física de las mercancías que constituyen el producto neto del sistema”. Significativamente, agrega que es lo que Marx, “por definición llamaba valores” ((Lecciones… p. 101).
[Aclaración: el vector v es igual a a0 (I – A)-1, donde a0 es el vector de los coeficientes de trabajo directo, y (I – A)-1 es la inversa de Leontief. Cada columna j-ésima de (I – A)-1 representa una serie heterogénea de mercancías 1, 2,… n que es necesario emplear para obtener una unidad física de la mercancía j-ésima. Y cada fila i-ésima de (I – A)-1 representa la cantidad total de mercancía i-ésima necesaria para obtener una unidad final de cada una de las mercancías 1, 2,… n; he alterado levemente la notación de Pasinetti].
Trabajo objetivado en Marx
La formulación de Pasinetti es característica de una lectura en clave ricardiana de la teoría del valor de Marx: el valor es simplemente el trabajo que se ha incorporado a la mercancía. Sin embargo, en Marx la cuestión no es tan simple, porque lo que cuenta como valor es el trabajo objetivado (a veces utiliza el término “coagulado”, “materializado”; y también habla de “gelatina de trabajo”, o “coágulo de trabajo”), que no es solo trabajo empleado de forma privada para producir la mercancía, sino trabajo que ha sido sancionado como tiempo de trabajo socialmente necesario. Pero esto ocurre solo a través de la venta de la mercancía. Marx explica la cuestión en varios pasajes de su obra, pero para lo que necesitamos ahora es suficiente con el capítulo 1 del tomo I de El Capital.
Por un lado explica que “[u]n valor de uso o un bien, sólo tiene valor porque en él esta objetivado o materializado trabajo abstractamente humano” (p. 47). Pero esta “objetividad” del valor no es física, sino social. Escribe Marx:
“La objetividad de las mercancías en cuanto valores se diferencia de mistress Quickly en que no se sabe por dónde agarrarla. En contradicción directa con la objetividad sensorialmente grosera del cuerpo de las mercancías, ni un solo átomo de sustancia natural forma parte de su objetividad en cuanto valores”. Es por eso que la mercancía no puede expresar esta propiedad con su cuerpo natural; esto es, por más que le demos vuelta a la mercancía, “resultará inasequible en cuanto cosa que es valor”. Por lo tanto la objetividad en tanto valor solo podrá aparecer en la relación de la mercancía con otra mercancía. Es lo que explica Marx en el siguiente pasaje: “Si recordamos, empero, que las mercancías solo poseen objetividad como valores en la medida en que son expresiones de la misma unidad social, del trabajo humano, que su objetividad en cuanto valores, por tanto, es de naturaleza puramente social, se comprenderá de suyo, asimismo, que dicha objetividad como valores solo puede ponerse de manifiesto en la relación social entre diversas mercancías” (p. 58, énfasis añadidos). Y pocas páginas más adelante, plantea: “La fuerza de trabajo humano en estado líquido, o el trabajo humano, crea valor, pero no es valor. Se convierte en valor al solidificarse, al pasar a la forma objetiva. Para expresar el valor de la tela como gelatina de trabajo humano, es menester expresarlo en cuanto ‘objetividad’ que, como cosa, sea distinta del lienzo mismo, y a la vez común a él y a otra mercancía” (p. 63; énfasis agregado).
Esto es, si por alguna razón el acto de venta no se puede realizar, el trabajo gastado no se convierte en valor. O también puede suceder que el trabajo gastado no se convierta en valor equivalente al tiempo de trabajo empleado. Por ejemplo, si un productor de tela ha empleado la tecnología y la intensidad imperantes en la rama de tejedores, supongamos 10 horas para producir A cantidad de determinada tela, pero en la rama hubo más producción de la que el mercado puede absorber, y vende la tela en el equivalente a 8 horas de valor, su trabajo privado de 10 horas se habrá convertido en solo 8 horas de valor. En otras palabras, se objetivó en 8 horas de valor.
Estamos entonces muy lejos de la interpretación de Pasinetti, o del concepto de valor de Ricardo o Sraffa. En la teoría de Marx la objetivación del trabajo como valor ocurre a través de la venta. Por eso insiste una y otra vez en que los productos adquieren objetividad de valor solo en el intercambio. Es por esta razón que el trabajo privado e independiente no puede ser directamente valor. Sin movernos del capítulo 1 de El Capital, por ejemplo: “… los trabajos privados no alcanzan realidad como partes del trabajo social en su conjunto, sino por medio de las relaciones que el intercambio establece entre los productos del trabajo y, a través de los mismos, entre los productores” (p. 89; énfasis añadido). Luego: “Es solo en su intercambio donde los productos del trabajo adquieren una objetividad de valor, socialmente uniforme, separada de su objetividad de uso, sensorialmente diversa”. También por la negativa, cuando explica que el equivalente tiene la peculiaridad (o sea, no sucede con el común de las mercancías) de que el trabajo privado invertido en su producción es directamente social: “… una tercera peculiaridad de la forma equivalente es que el trabajo privado adopta la forma de su contrario, del trabajo bajo la forma directamente social” (p. 72).
La cuestión de fondo en esta concepción de Marx es que en la sociedad productora de mercancías subyace una contradicción fundamental, a saber, que los trabajos se realizan bajo forma privada, pero deben validarse como partes del todo social. “Si los objetos de uso se convierten en mercancías, ello se debe únicamente a que son productos de trabajos privados ejercidos independientemente los unos de los otros. El complejo de estos trabajos privados es lo que constituye el trabajo social global. Como los productores no entran en contacto social hasta que intercambian los productos de su trabajo, los atributos específicamente sociales de esos trabajos privados no se manifiestan sino en el marco de dicho intercambio” (p. 89, énfasis añadido). La idea de que el trabajo invertido en forma privada es directamente social es de Ricardo, no de Marx.
Bibliografía:
Marx, K. (1999): El Capital, México, Siglo XXI.
Pasinetti, L. (1984): Lecciones de teoría de la producción, México, FCE.
Ricardo, D. (1985): Principios de Economía Política y tributación, México, FCE.
Sraffa, P. (1966): Producción de mercancías por medio de mercancías, Barcelona, Oikos.
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Trabajo “incorporado” y trabajo “objetivado”
Por todo lo que se ha discutido con anterioridad en notas vinculadas de este blog es obvio que estoy de acuerdo con tu posición (que has tratado de explicar hasta el cansancio, incluso a economistas marxistas) acerca de que no es el trabajo privado, sino el social (la producción social que se integra en el mercado, como dice Marzoa) el que determina el valor objetivado en cada mercancía. Entiendo que, en cambio, neoricardianos y otros que no se definen tales, sostienen la existencia de una ‘prevalidación’ , respecto de la cual solo hay cierta divergencia variable, conmensurable y menor. Mi duda estriba en si en el caso de Pasinetti, podemos hablar de validación por el trabajo privado. En la formulación matemática del modelo de Ricardo, no supone Pasinetti, al igual que Márx, una igualdad de las composiciones orgánicas en todas las ramas para deducir un esquema teórico, lo que induce a pensar en igualdad entre valores individuales y valores de producción? Su error consiste en pensar que esto ocurre en la realidad o que es irrelevante? Te aclaro que nunca leí tu crítica a Sraffa. La voy a leer a la brevedad.
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AP
09/06/2016 at 00:04
La distinta composición orgánica de capital entre las ramas no entra en la consideración de esta cuestión. En Pasinetti, como en Sraffa o antes en Ricardo, ni siquiera se plantea el problema de la validación de los tiempos de trabajo privado como trabajo social.
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rolandoastarita
10/06/2016 at 16:08
Para la economía clásica el valor es una cuestión mensurable que se constituye en la condición de posibilidad del intercambio en el mercado, dos mercancías se pueden intercambiar porque el mercado considera que contienen iguales cantidades de trabajo pero el concepto de trabajo objetivado de Marx no conduce acaso a lo mismo, el mercado sanciona la igualdad en trabajo que poseen las mercancías y por eso se intercambian. ¿Cuál es la consecuencia de una y otra concepción?
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mario
10/06/2016 at 14:04
En que si un año hay superproducción de papas, por la razón que sea, la sociedad, de todas formas, va a consumir más o menos la misma cantidad que el año anterior. Entonces, a pesar de que cosecharlas insume la misma cantidad de trabajo por kilo, las papas que lleguen al mercado una vez que la sociedad haya saciado sus necesidades, ya no tendrán el mismo valor, por más que los horticultores puestos sus horas en la cosecha. El trabajo de estos horticultores no puede ser «objetivado» en el mercado…
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Hugo
10/06/2016 at 18:03
Cordial saludo Profesor Rolando,
En Bogotá y en Ibagué, ciudades de Colombia seguimos de cerca tú blog, de hecho estamos leyendo de nuevo el primer tomo del capital.
¿Qué libros o autores nos aconsejas para acompañar la lectura del primer tomo del capital a propósito de la teoría del valor?
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Jhon Florian
10/06/2016 at 17:32
Me alegra que haya gente que se reúna a estudiar El Capital. Considero que es el texto básico para entender la economía capitalista de hoy. Sobre teoría del valor, indudablemente un libro que me parece imprescindible (aunque tengo matices en algunas cuestiones) es el de I. Rubin, «Ensayos sobre la teoría marxista del valor». De todas formas, para mi interpretación de la teoría de Marx me ayudé de muchos otros autores. La síntesis de estos aportes la hice en el capítulo 2 de mi libro «Valor, mercado mundial y globalización». De hecho, es una presentación ordenada de mis clases sobre el capítulo 1 de El Capital.
Si le parece bien, podría enviarme un mail (rastarita@gmail.com) y le envío digitalizado ese capítulo.
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rolandoastarita
11/06/2016 at 10:44
Profesor, ¿tiene escrito algún texto sobre sus matices con Rubin?
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lean
19/06/2016 at 23:54
Prof., creo que lo que usted intenta explicar, queda más claro con la idea que Marx desarrolla en el tomo I de El capital, sobre el «salto mortal de la mercancía» y el precio ideal, es decir como se convierten los trabajos privados (concreto) en trabajos sociales (abstracto). Aunque me hubiera gustado ver en su explicación, del tema tan debatido y poco esclarecido por la mayoría de los estudiosos de Marx (Rosdoslky y Rubin es un claro ejemplo de ello), sobre la relación entre trabajo objetivado-materializado y el trabajo simple y complejo. Tema aún no resuelto….
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Antuan L
13/06/2016 at 18:11
Compañero profesor Rolando Astarita.
¡Que artículo tan bello!. Siempre he pensado tras estudiar y dedicarle tanto tiempo a leer sobre el capitalismo que es el valor la clave que identifica a esta sociedad. ¿Qué produce el capitalismo?: ¿cosas, objetos?,¡no!, el capitalismo produce valor, es una «máquina» productora de valor (aunque para ello tenga que objetivarlo en algo cosificado, y como la producción de valor se agota, se agota el sistema. Los problemas que padece el capitalismo hoy en día son en esencia y en última instancia provocados por la crisis en la producción de valor, que es tan grave porque se ha unido también ¡y en que momento! la ecológica, energética, institucional, económica, política, cultural, etc.
Lo que ocurre es que el proceso para su comprensión es tan abstracto, teórico que es muy difícil hacerlo llegar a las grandes masas; en otras palabras no tiene muchos elementos para sacarle filo político, ¡porque si las masas supieran que por la irreversible tendencia a la producción del néctar de esta sociedad ésta crisis no tiene salida ni arreglo alguno!, ay cuántas cosas ocurrirían.
Gracias por su enseñanzas, en esto…como en otras muchas cosas usted es un maestro…también mi maestro.
Un abrazo desde España
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Rodolfo Crespo
17/06/2016 at 12:38
Eres tonto o que?
El valor de la mercancía viene de su demanda desde la sociedad. Ya has intentado comprar algo de Argentina en España o el contrario? El precio es mucho mas caro que simplemente el valor de la importación, exactamente porque hay gente buscando. Si no hay búsqueda, no hay oferta, si no hay oferta, porque lo producirían? conoces un tipo guapo llamado Ludwig von Mises? Sabes que es un estudio dialéctico?
No soy ningún maestro en filosofía, pero, cualquiera que sea el tonto, sabe que para que entiendas un asunto es necesario estudiar su contrario también así que quita ese «Economía» de tu blog que de economista no tienes nada.
Hasta luego.
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Marko Rogério Dalbianco Marchiori
12/01/2017 at 15:22
«Si no hay búsqueda no hay oferta». Primero, en términos generales esto es una obviedad. No hace falta estudiar economía para decir esto. Segundo, la generalidad de la afirmación no sirve de nada a la hora de entender por qué pueden existir coyunturas en la cuales la oferta no es correspondida por la demanda.
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rolandoastarita
13/01/2017 at 10:45