Trotsky y Pannekoek sobre los sindicatos
Como complemento de la nota sobre el carácter de clase de la burocracia sindical (aquí y aquí), y con el fin de aportar elementos para el análisis, transcribo pasajes de sendos textos de Trotsky y Pannekoek.
El texto de Trotsky es de 1933. Refiriéndose a los sindicatos británicos, el viejo revolucionario afirmaba que la burocracia de los sindicatos se había transformado «en lugartenientes del capital en la explotación intensificada de los trabajadores». Luego agregaba: «… la burocracia de los sindicatos persigue a los trabajadores revolucionarios… en esencia, transforma a los sindicatos en una suerte de campos de concentración para los trabajadores… (…)…la burocracia de los sindicatos se ha vuelto una parte, definitivamente, del aparato capitalista, económico y gubernamental…». Luego: «… la burocracia reformista se ha transformado en la policía económica del capital…» (“The I.L.P. and the New International: A Criticism of Its Paris Declaration”, The Militant, 30 septiembre de 1933, https://www.marxists.org/history/etol/newspape/themilitant/1933/index.htm).
De Anton Pannekoek (1873-1960) lo que siguen son pasajes tomados de “El sindicalismo”, publicado en 1936 (http://www.mil-gac.info/spip.php?page=article_es&id_article=115).
Después de señalar que el sindicalismo “fue la primera escuela de entrenamiento en virtud proletaria, tanto en solidaridad como en el espíritu del enfrentamiento organizado”, y que “expresaba la primera forma del poder proletario organizado”, Pannekoek señala que en los sindicatos de Estados Unidos e Inglaterra “esta virtud a menudo se petrificó y degeneró en una estrecha corporación gremial, con una verdadera mentalidad capitalista”. Luego, observando cómo habían evolucionado los sindicatos con el crecimiento del capitalismo, añade:
“Se convierten en grandes corporaciones de miles de miembros, extendiéndose por todo el país, con secciones en cada pueblo y cada fábrica. Deben nombrarse funcionarios: presidentes, secretarios, tesoreros, para conducir los asuntos, manejar las finanzas, a nivel local y central. Ellos son los jefes, que negocian con los capitalistas y que por esta práctica han adquirido una destreza especial. El presidente de un sindicato es un pez gordo, tan grande como el empleador capitalista mismo, y él discute con aquél, de igual a igual, los intereses de sus miembros. Los funcionarios son especialistas en el trabajo sindical, que los miembros, completamente ocupados en su trabajo de fábrica, no pueden juzgar o dirigir ellos mismos.
De manera que las corporaciones sindicales ya no son simplemente un conjunto de trabajadores; se convierten en un cuerpo ordenado, como un organismo viviente, con su propia política, su propio carácter, su propia mentalidad, sus propias tradiciones, sus propias funciones. Es un cuerpo con intereses propios, que están separados de los intereses de la clase obrera. Tiene una voluntad de vivir y luchar por su existencia. Si en algún momento los sindicatos dejaran de ser necesarios para los trabajadores, éstos no desaparecerían instantáneamente. Sus fondos, sus miembros, y sus funcionarios: todas estas son realidades que desaparecerán inmediatamente, sino que continuarán su existencia como elementos de la organización.
Los sindicalistas, los dirigentes obreros, son los portadores de los intereses especiales del sindicato. Siendo originalmente obreros de la fábrica, adquieren, por la larga práctica a la cabeza de la organización, un nuevo carácter social. En cada grupo social, una vez que es suficientemente grande para constituir un grupo especial, la naturaleza de su trabajo moldea y condiciona su carácter social, su modo de pensar y actuar. La función de los sindicalistas es completamente diferente de la de los trabajadores. No trabajan en las fábricas, no son explotados por los capitalistas, su existencia no es amenazada continuamente por el desempleo. Se sientan en oficinas, en posiciones bastante seguras. Tienen que llevar adelante los asuntos de las corporaciones y hablar en reuniones de trabajadores y discutir con los empleadores. Por supuesto, tienen que ponerse del lado de los trabajadores, y defender sus intereses y deseos contra los capitalistas. Esta es una posición, sin embargo, no muy diferente de la del abogado quien, como secretario de una organización, se pone del lado de sus miembros y defenderá sus intereses al máximo de su capacidad”.
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Trotsky y Pannekoek sobre los sindicatos
El SMATA es un fiel reflejo de lo que escribís en las anteriores notas y de estas citas que compartís.
Algunos ejemplos. Las suspensiones son informadas primero por los delegados, luego por la empresa. Ante los retiros voluntarios se notifica a los trabajadores “que sobra gente” y que no se puede hacer nada al respecto. En los baños, lugar donde se podría repartir volantes o conversar clandestinamente hay pegados carteles de los delegados pidiendo se cuiden las instalaciones que “son de todos”. Lo mismo en el comedor. En la cartelera gremial abundan los folletos con promociones para vacaciones, ganadores de sorteos y todo esto al lado de una foto del Papa que también “es nuestro”. Los dirigentes no trabajan, los delegados tampoco. Pasan mas tiempo hablando con los jefes que con los operarios. Todo esto sucede a la luz del día. Es una situación normal que no les produce el más mínimo rubor. Y diría que in siquiera ya intentan mostrarse combativos para despistar.
Cumplen una función específica, bajo absoluto control de la patronal.
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el oscuro
03/10/2015 at 11:30
Reblogueó esto en Gerardo Daniel Rossi.
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Gerardo Daniel
03/10/2015 at 13:21
Rolando,
Me parece muy bien que cites a Pannekoek en tus notas, ojalah dichas citas fuesen más recurrentes, y menos recurrentes las de Trotsky (creo que darle demasiado espacio a Trotsky es darle cabida al oportunismo del cual era devoto). Sería interesante además contrastar el fetiche al partido del segundo respecto a la concepción del primero.
Por ejemplo, de Pannekoek en Partido y Clase :»La creencia en los partidos es la razón principal de la impotencia de la clase obrera; por lo tanto, nosotros evitamos la creación un nuevo partido. No porque seamos demasiado pocos —un partido de cualquier tipo comienza con pocas personas–, sino porque un partido es una organización que apunta a dirigir y controlar a la clase obrera.» ó «Dijimos antes que el término “partido revolucionario” era contradictorio desde un punto de vista proletario. Podemos decirlo de otra manera: en el término “partido revolucionario”, “revolucionario” siempre significa una revolución burguesa.»
Lo interesante es dar a conocer diferentes concepciones comunistas, a izquierda del leninismo, que han sido profundamente olvidadas por la historia.
Saludos
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Soil Sciences
03/10/2015 at 16:02
Coincido totalmente.
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Danilo Castelli
06/10/2015 at 00:32
Me parece genial la reflexión «progresista» que se hace en este artículo. Sigo sin entender a qué apunta y qué quiere demostrar… me parece más que obvio que cuanto más grande es una organización social mayor va a ser el grado de especialización de sus miembros, y mayor tiene que ser la centralización del poder tal que se jerarquicen y organicen todas las funciones involucradas. ¿Es esto motivo suficiente para describir a los sindicatos como organizaciones fascistas al servicio del gran capital? No.
Esta forma de pensamiento nos lleva a creer que una vez realizada la revolución socialista la primer tarea consistiría en eliminar la división del trabajo y achicar el tamaño de toda organización social, tal que no se forma una «casta de burócratas explotadores».. es esto realista? es sano para el pueblo obrero? es la principal amenaza del pueblo obrero en el presente? Tampoco.
Para que exista un grado de descentralización del poder en las organizaciones es necesario que también exista una descentralización de la economía, y esto implicaría desmantelar la división del trabajo. Qué consecuencias tendría esto para la productividad en el corto plazo? Astarita no discute estos problemas. Simplemente «tira para atrás» y sabotea todo intento de fortalecer a la patria obrera. Como buen trosko, es funcional a la derecha y a las potencias imperialistas.
En conclusión la única forma que, por ahora, tenemos de elevar a la masa obrera a una situación de superación cultural y a una conquista mayor de sus derecho políticos es librando una lucha directa contra el gran capitalismo imperialista, tal que las naciones libres eleven su nivel de riqueza. Las grandes organizaciones obreras, jerarquizadas (desafortunadamente), son la única alternativa que tenemos de luchar contra amenazas mil veces peores como por ejemplo Macri.
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nscr98@gmail.com
03/10/2015 at 17:15
Cuando se quiere leer cualquier cosa se lee cualquier cosa, este comentario es un ejemplo.
Sin entrar a discutir los lugares comunes nac&pop, una completa vaciedad…
Saludos
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Gerardo Daniel
03/10/2015 at 19:02
Estimado Gerardo Daniel, el sujeto da para eso, no le pida peras al olmo. Para esta gente, toda crítica de izquierda proviene de «troskos funcionales a la derecha, el imperialismo y la CIA». Con condimentos del tipo «quieren acabar con la división del trabajo inmediatamente». Todo para justificar que el explotador «nacional-popular-estatista» es necesario para el progreso de la humanidad; y que los intelectuales que denuncian a los «troskos funcionales a la derecha, el imperialismo y la CIA» son tan necesarios para ese progreso humano como el explotador «nacional-popular-estatista», al que defienden por cualquier medio.
Son los horizontes mentales de un 6,7,8. O del viejo discurso del PC, en donde toda crítica por la izquierda era, inevitablemente, catalogada de «troska» y «pro-imperialista». Llevan décadas repitiendo lo mismo, y tapando inmundicias cometidas en nombre del socialismo, o de la «liberación nacional».
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rolandoastarita
04/10/2015 at 11:44
perdon por preguntar aca
que piensa del libro Economía y política en la Argentina kirchnerista, por Adrián Piva?
gracias
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Ignacio
03/10/2015 at 17:34
No puedo opinar porque no leí el libro.
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rolandoastarita
04/10/2015 at 11:13
Rolando: hay un pequeño error de tipeo en la url citada al inicio, ya que falta un guión: http://www.mil-gac.info/spip.php?page=article_es&id_article=115
El artículo de Trotsky figura en el número del 30 de septiembre de 1933 de The Militant con el título «The I.L.P. and the New International: A Criticism of Its Paris Declaration, by Leon Trotsky» y se puede descargar desde https://www.marxists.org/history/etol/newspape/themilitant/1933/index.htm
Saludos,
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Gerardo
04/10/2015 at 12:18
Gracias por avisarme, lo arreglé y agregué la referencia sobre Trotsky
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rolandoastarita
04/10/2015 at 12:44
Grandizo Munis, junto a Benjamin Péret (ambos provenientes del trotskismo) desarrollaron en profundidad la tesis del caracter contrarevolucionario de los sindicatos, como parte del proceso de ruptura política con la IV Internacional. Aqui link para el texto en inglés:
Haz clic para acceder a Grandizo%20Munis-%20Unions%20against%20revolution.pdf
y en francés:
Haz clic para acceder a syndicats-munis-peret.pdf
en español aún o está on line.
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Ramon
05/10/2015 at 06:37
Compañero, acá hay cuatro tomos de escritos de Munis para descargar (incluyendo el texto que menciona):
https://bataillesocialiste.wordpress.com/2013/08/20/obras-completas-de-g-munis/
Saludos
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J
05/10/2015 at 15:00
Que bueno que alguien se acuerde de ese gran revolucionario que fue Grandizio Munis. Muy recomendable de su autoría : Jalones de derrota. Promesa de victoria, sobre la Revolución española. Muchos se acuerdan de su ruptura con la Cuarta junto a Natalia Sedova en torno al problema de la naturaleza social de la URRS a la que definirían como una dictadura a la cabeza de un capitalismo de estado. Pocos de su crítica a la política militar claudicante del SWP durante la segunda guerra mundial. Pese a enviarla al congreso de la Cuarta, o más bien por ello y ser un miembro pleno de la misma, el grupo liderado por Cannon lo dejó afuera olímpicamente.
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AP
05/10/2015 at 19:30
Sé que este artículo es off-topic acá pero quería hacerlo llegar de alguna manera y no sé tu e-mail.
https://www.facebook.com/notes/danilo-castelli/el-por-qu%C3%A9-y-el-hasta-d%C3%B3nde-de-mi-apoyo-a-la-izquierda/1052046491507423
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Danilo Castelli
06/10/2015 at 00:40
Muchas gracias por tu link compañero J . Desconocía que Bataille Socialiste ya los tuviera on-line. Hace años ayudé a recopilar y publicar los textos de Munis en la colección de sus obras escogidas, pero sin duda es una buena noticia que ahora estén a libre disposición en internet. Tenemos mucho que aprender de los viejos revolucionarios que conocieron personalmente a Trotsky pero que no se limitaron a repetir cansinamente las opiniones del viejo.Por cierto, no se si saben que Munis (Manuel Fernández Grandizo) fue quien pronunció el discurso fúnebre en el entierro de Trotsky.
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Ramon
06/10/2015 at 08:37