La presidenta Cristina K sobre salarios e inversión
Discurso K sobre salarios e inversión
“En la ideología liberal nos dicen que tiene que haber inversión y para ello es necesario que no haya salarios tan altos, porque si los salarios son altos los empresarios no invierten”. La frase fue lanzada por la presidenta Cristina Kirchner en un acto realizado ayer, miércoles 20 de mayo, y fue entusiastamente aplaudida por el ministro de Economía, doctor Kicillof, y seguidores. La afirmación K tiene varias aristas merecedoras de análisis.
La primera cuestión es que no solo la ideología liberal dice que si los salarios suben por encima de cierto umbral la inversión se frena. También lo afirman los keynesianos, incluidos los de izquierda. Como he planteado en anteriores notas, Robinson, Kalecki o Kaldor eran conscientes del asunto; y los poskeynesianos en la actualidad han admitido que, a fin de que el sistema capitalista funcione, es necesaria una dosis de desocupación que mantenga a raya las demandas salariales (ver aquí y aquí).
Pero en segundo lugar, hay que subrayar que es la teoría del valor trabajo y de la plusvalía la que explica la naturaleza del fenómeno. En este punto, remito al capítulo 23 del tomo 1 de El Capital, donde Marx expone el argumento. Partimos de que si se produce un alza de salarios que no sea por el abaratamiento de los medios de consumo de los trabajadores, habrá una “merma cuantitativa del trabajo impago que debe ejecutar el obrero”. Sin embargo, esa merma “nunca puede alcanzar el punto que pondría en peligro seriamente el carácter capitalista del proceso de producción y reproducción de sus propias condiciones…”. Es que si el alza de salarios “embota el aguijón de la ganancia”, decrece la acumulación [o sea, la inversión] y con esto “el precio del trabajo desciende de nuevo a un nivel compatible con las necesidades de valorización del capital”. Por este motivo, “el propio mecanismo del proceso capitalista de producción remueve los obstáculos que genera transitoriamente” (Marx).
Puede verse entonces que no se trata solo de la “ideología liberal”. Las cosas hay que decirlas de la manera más clara posible: en el sistema de producción capitalista lo que importa es la valorización del capital. “Nada personal, solo negocios”, como decía un famoso «empresario». Es que la sociedad capitalista no es una sociedad de beneficencia, sino de explotación, y son los dueños del capital –esto es, de los medios de producción y de cambio- los que deciden cuándo y cómo invierten y reinvierten la plusvalía. Y en esta decisión, lo más importante es la perspectiva de ganancia. Los discursos que quieren tapar esta realidad hablando de “ideologías liberales”, solo cumplen un rol reaccionario; son cortinas de humo para ocultar la esencia del asunto. Por eso también los que aplauden estos discursos –La Cámpora, los intelectuales K agrupados en Carta Abierta- son funcionales a la reproducción de la ideología de la colaboración de clases. Lo cual explica por qué pueden identificarse políticamente con un Scioli, con un Randazzo y semejantes.
Por supuesto, en la visión de Marx existe, además del freno de la inversión, otra alternativa del capital frente al aumento de salarios: es el reemplazo de la mano de obra por la máquina. Es que en la medida en que se acrecienta el costo de la fuerza laboral, se hacen rentables las inversiones en máquinas y equipos que reemplazan al trabajo humano. Por esta vía se incrementa la desocupación, lo que pone presión sobre las reivindicaciones obreras.
Lo importante entonces es que los movimientos generales del salario “están regulados exclusivamente por la expansión y contracción del ejército industrial de reserva, los cuales se rigen, a su vez, por la alternación de períodos que se opera en el ciclo industrial” (Marx). Este es el fundamento último del planteo marxista de que las reformas por mejorar la distribución del ingreso en el modo de producción capitalista tienen límites que son internos al sistema (sobre distribución del ingreso, véase aquí y siguientes). En la disputa por salarios nunca debería perderse de vista que en tanto subsistan las relaciones de producción capitalista, los sindicatos estarán obligados a reemprender una y otra vez la pelea. Por eso Rosa Luxemburgo comparaba –en Reforma o revolución– la lucha sindical con el trabajo de Sísifo, con un “tejer y destejer” permanentemente
Agreguemos que en una economía atrasada tecnológicamente y dependiente como la de Argentina, la reacción empresarial frente a la presión de los salarios se expresa muy frecuentemente en los pedidos de devaluación de la moneda (una forma de bajar los salarios en términos del dólar); y en el freno de las exportaciones, o el aumento de las importaciones, en tanto el tipo de cambio “no es competitivo”. Lo cual explica por qué el gobierno K devaluó fuertemente en 2014 (véase aquí); o por qué, de conjunto, el capital hoy discute cómo puede subir el tipo de cambio sin que esa suba se traslade a salarios. Y también explica por qué el Gobierno K está del lado de los empresarios en las actuales discusiones salariales, poniendo un techo salarial que está por debajo de la inflación acumulada en el último año. O por qué el gobierno avanza en la reducción de salarios por medio del impuesto a las ganancias. O por qué el Estado no hace prácticamente nada para frenar el trabajo precarizado. Concretamente, ¿qué queda del discurso de la presidenta K (y de los aplausos de sus funcionarios) cuando ponemos en la balanza la manera en que el propio Estado –con el Ministerio de Economía en primer lugar- precariza el trabajo de sus empleados y baja salarios en respuesta a la recesión? Respuesta: no queda nada. Por eso, es pura hipocresía despotricar contra “la ideología liberal” cuando se está haciendo lo que recomienda la Economics de todos los colores del capital: controlar salarios para asegurar las ganancias del capital.
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«La presidenta Cristina K sobre salarios e inversión»
Me parece interesante el análisis pero al mismo tiempo adolece de un pequeño, pero no menor problema, en ese equilibrio entre salarios y ganancias que está presentando con dos actores, o polos, propio del siglo XIX, no se ve que exista el Estado, en el sentido de reorientar parte de los flujos. Flujos como por ejemplo son las retenciones a un bien cuyo precio esta, por razones ecológicas y geográficas, muy por encima de la productividad media mundial, como es la agroindustria, y que como logra sobreganancias les son retenidas en parte; o por ejemplo la reorientación que se realiza en forma de subsidios al consumo, y por lo tanto a un bien salario, en areas metropolitanas, en forma de rebajas directas de tarifas energéticas o de transporte; o por ejemplo la asignación universal, subsidios al consumo popular en cuotas con tasas subvencionadas, y lo mismo para compra de bienes durables, etc. todo esto implica una fuerte transferencia a sectores los trabajadores y sectores medios y populares. Estas políticas estatales, estuvieron sustentadas principalmente en las retenciones mencionadas, pero también en el aumento de la recaudación de la cual, si bien sabemos, una importante parte deriva del consumo de los propios trabajadores, se aumentó principalmente en base a la presión sobre sectores medios y altos en cuanto a impedir y perseguir la evasión, lo que quedó demostrado ya que crecía por encima de las tasas de crecimiento e inflación. Esto implica una transferencia directa de ciertos sectores, agro, comerciantes, rentistas, etc. al Estado y de allí a bienes salarios y sectores populares, dependiendo de esas transferencias se debe reanalizar los actores, no están solo los clásicos dos actores, hay un tercero que decide políticas específicas de redistribución y no se puede soslayar en el análisis. No me parece que este actor tenga efecto neutro en la distribución y reorientación de estos flujos, lo cual se puede ver en la participación efectiva del ingreso que varió a favor de los trabajadores en los últimos años. Me parece.
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Fernando
21/05/2015 at 19:23
La nota trata de un tema específico y delimitado: lo que dice el Gobierno sobre la relación salarios – precios. La cuestión de las retenciones y su relación con la renta agraria la trato con cierta extensión en «Economía política de la dependencia y el subdesarrollo. Tipo de cambio y renta agraria en la Argentina» (editorial UNQ, Bernal, 2010).
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rolandoastarita
21/05/2015 at 20:13
Estimado compañero Rolando: La nota me pareció excelente y seguramente la voy a publicar en la próxima edición de nuestro periódico.
Ocurre que me desenvuelvo en una región de la República Sojera de los ricos y, por lo tanto, las ideas políticas son todas capitalistas con supremacía de los peronistas ahora devotos del nuevo dios, o becerro de oro, Cristina. De los otros (un 40 %) ni qué hablar. Por ello, creo necesario tirar un cable a tierra (o anzuelo) con un recuadrito cuyo texto (en borrador) diga algo así como el adjunto. Seguramente usted pueda hacer algo mejor, no me cabe ninguna duda ¿Se anima? ¿Tiene tiempo?
Un abrazo
Guillermo Fossaluzza
El gobernante hace lo que puede y no lo que quiere
El artículo de Astarita está muy bueno sobre todo para ser analizado, discutido y reflexionado en el marco de un comité, unidad básica, centro cívico, etc.
Es un análisis teórico del capitalismo dentro del cual se desenvuelve nuestro país y casi todo el mundo. Teoría que es más que seguro la conoce la presidente de la Nación, el ministro de Economía y tantos otros políticos. No obstante aquel seguro conocimiento, a la hora de pronunciar sus discursos dicen a la población otra cosa. Se entiende que el gobernante hace lo que puede y no lo que quiere. De ahí que, seguramente este gobierno nacional pretenda otra cosa como por ejemplo seguir avanzando sobre medidas beneficiarias para el pueblo en general y, en particular, para los trabajadores.
Es muy probable, también, que dadas las condiciones internacionales, regionales y locales, no se pueda avanzar como hipotéticamente se quiere.
No obstante lo señalado sería muy honesto, si realmente se piensa en profundizar este supuesto modelo, que se lo diga, que sean claro y no que se emitan mensajes engañosos como por ejemplo que las paritarias son totalmente libres cuando los propios gremios oficialistas reconocen, sin pudor, que arreglaron en el 27 % de aumento por sugerencias del gobierno. En este sentido sería mucho más honesto, o sería honesto, explicar a los trabajadores que se eligió la política ortodoxa de reducir sus salarios para contener la inflación la que, también y sobre todo, mina sus ingresos reales, y para garantizar las ganancias empresarias.
En esta democracia no hay reyes ni dioses gobernando, por lo tanto se debe explicar con exactitud y, si fuera necesario con toda crudeza, de qué se trata. Si no se lo hiciera, no pocos pueden llegar a pensar que Scioli, Randazzo y Fernández es lo mismo que Macri cuando en realidad, más allá que todos son capitalistas, las diferencias están a la vista.
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Semanario La Nueva Voz
21/05/2015 at 20:57
Quisiera preguntarle, si se pusiera por ley (que se que no va a ocurrir) el dinero digital, ¿cómo podrían llevar dinero a paraísos fiscales, como cobraría de drogas ,prostitución, trabajos en negro, robos etc.
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Paco
22/05/2015 at 02:22
No veo cómo se puede imponer por ley un tipo especial de dinero.
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rolandoastarita
22/05/2015 at 12:10
Estimado Profesor,agradezco su respuesta, pero creo que no leyó correctamente mi comentario, y de hecho no lo contesto -con derecho-, no estoy hablando de las retenciones en sí, sino de todo flujo que desde el gobierno redistribuye ingresos y cómo dichos flujos cambian, e influyen en la puja entre salarios y capital por ser componentes indirectos del salario. O sea propongo que su análisis al no tener en cuenta esa redirección de flujos afectando directamente a bienes salario, omite al actor Estado como actor económico directo (no político solamente) y como actor de la discusión, dejandoen su nota la puja de salarios solo entre capital – trabajo, cuando actualmente el peso del Estado es enorme a través de subsidios directos al trabajador. O sea para ponerlo sencillo, no es lo mismo que en el próximo gobierno se de un aumento similar a la inflación pero se quiten todos los subsidios a los servicios, al transporte, y al consumo, el salario real caería fuertemente. O por ejemplo si se quitara la AUH automáticamente impactaría entre los ingresos reales de un sector importante de la población, de allí a los pequeños comerciantes locales, etc. Muchos sectores hoy viven gracias a esos flujos redistributivos, que si se cortaran quedaría fuera de la economía y pasarían a engrosar el ejercito de reserva presionando sobre el salario a la baja. Insisto, si no se analiza este actor, y estos flujos, hablar de la puja salarial como un problema entre capital y trabajo solamente, es en abstracto.
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fernando
22/05/2015 at 08:28
Leí su comentario y no respondo porque no hace al tema. En el análisis de la relación entre salario y ganancia siempre partimos del supuesto de un salario dado en el que están incluidos gastos que hacen a la reproducción de la fuerza de trabajo que están socializados por el capital (por ejemplo, salud, educación, obra pública, algunos productos subsidiados, etcétera). Por lo tanto, si decimos que el salario real baja el 5%, estamos teniendo en cuenta los costos de la canasta salarial DADOS los gastos que están cubiertos por el Estado. Para un análisis de cómo este tipo de gasto abarata el costo de reproducción de la fuerza de trabajo, véase aquí.
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rolandoastarita
22/05/2015 at 12:04
Estimado Profesor, agradezco su deferencia al aconsejarme sus artículos, los he leído con detalle, junto con el de Piketty, y si bien, claramente coincido en que este gobierno no expresa ningún tipo de camino al socialismo, como la propia presidenta admite, no estoy de acuerdo con tomar esos gastos socializados por el capital, DADOS para analizar la puja, sin detenernos a ver si son constantes, o si políticas específicas los estan variando en volumen, así como, y sobre todo, si la composición de quienes los están pagando varía o permanece constante. No es lo mismo que se los socialice a los salarios, como es el caso del impuesto a las ganancias sobre salarios, o los socialice a la renta agraria, o a mayor presión sobre los bienes personales (alias si es progresiva o regresiva la imposición). Agradezco nuevamente haberme ilustrado, voy a seguir estudiando para entender en profundidad el problema de la redistribución política del ingreso dentro del capitalismo. Muchas Gracias, Saludos.
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Fernando
22/05/2015 at 16:34
En esta nota no se discute en absoluto si el gobierno va al socialismo. Es un tema que está fuera de discusión. La nota discute una afirmación específica, y demuestra (en tanto no se me pruebe lo contrario) que la afirmación (aplaudida por todo el espectro K intelectual) es FALSA. Esto es al margen de que se analice si se han modificado o no los subsidios o los salarios.
En segundo lugar, en la nota se afirma que el tope salarial que ha impuesto el gobierno es MENOR que la tasa de inflación (real) registrada en los últimos 12 meses. A lo que hay que agregar la caída salarial provocada por el impuesto a las ganancias. Esto es para ilustrar el punto central de la nota. La afirmación es cierta al margen de lo que haya sucedido con los subsidios. Lo que importa aquí es la evolución de los precios de la canasta de bienes salariales, que por supuesto incluyen los bienes subsidiados. DADOS estos precios, los salarios BAJAN. Tratemos de no embarrar la cancha con cuestiones que no atañen a lo que se está planteando. Las cuestiones sobre si existen distribuciones al interior de la clase dominante (entre renta y ganancia del capital) no tienen por qué entrar en discusión en este punto.
Por último, el impuesto a las ganancias sobre los salarios no es una socialización del salario. Esto no tiene sentido. Es una quita del salario. De la misma manera, la renta agraria no se socializa porque se la apropie el gobierno (o el Estado). La socialización es algo bastante distinto. En cuanto a si los impuestos son progresivos o no, tampoco se discute en esta nota. Remito en última instancia a las discusiones que hubo en este blog sobre el IVA. Pero todas estas son cuestiones que no atañen, insisto, al eje que se plantea.
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rolandoastarita
22/05/2015 at 17:21
Rolando, donde dice «(…) Partimos de que si se produce un alza de salarios que no está acompañado por el abaratamiento de los medios de consumo de los trabajadores, habrá una “merma cuantitativa del trabajo impago que debe ejecutar el obrero” (…)» ¿No debería darse un alza de bienes de consumo salariales para que no decaiga la tasa de ganancia?
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Ilichito
23/05/2015 at 15:51
La frase se refiere al alza un alza del salario real. Este alza puede deberse al abaratamiento de los medios de consumo del trabajador, y en ese caso no tiene por qué afectar la masa de trabajo impago; o puede deberse a que el aumento del salario se produce a costa de la reducción del trabajo impago. Tal vez para ayudar a la comprensión sea conveniente reemplazar «acompañado» (que es la expresión que utiliza Marx y repetí textualmente, pero está puesta en el sentido de que es la causa del alza de salarios) por «provocado».
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rolandoastarita
23/05/2015 at 16:18
Agregado: a partir de tu comentario comparé la traducción de Pedro Scaron, de Siglo XXI (es la que utilicé para escribir la nota) con la edición alemana.
Según Scaron: «Prescindiendo por entero del alza de salarios acompañada por una baja en el precio del trabajo, etcétera, el aumento de los salarios solo denota, en el mejor de los casos, la merma cuantitativa del trabajo impago que debe ejecutar el obrero» (p 768, t. I).
Según traduzco del alemán: «Prescindiendo por entero del alza del salario del obrero con caída del precio del trabajo, etcétera, su aumento significa in el mejor de los casos solo la disminución cuantitativa del trabajo impago que debe ejecutar el obrero» (p. 676 t. I, Verlag Marxistische Blätter, 1976). Voy a corregir en la nota de acuerdo a esta última traducción.
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rolandoastarita
23/05/2015 at 16:53
Agregado 2: me quedé pensando en que «mit» (es la palabra que utiliza Marx, y que Scaron traduce por «acompañada»), tiene la acepción de «compañía» (mit mir, conmigo, etcétera) pero también de «medio». Por ejemplo, en mi diccionario de alemán-castellano, se pone el ejemplo de «mit Post» traducido como «por correo» («con correo» no da la idea de medio). Me doy cuenta entonces que es perfectamente lícito traducir «alza de salarios por baja del precio del trabajo».
Gracias por la observación, ha sido muy útil.
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rolandoastarita
23/05/2015 at 17:02
Gracias a usted por la respuesta, ciertamente se prestaba a confusión traducido de esa manera. En cambio, «alza de salarios por baja del precio …» queda más «limpia» la idea que transmite.
Un abrazo!
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Ilichito
23/05/2015 at 17:40
Estimado profesor, agradezco nuevamente su deferencia en contestar, por lo que voy a constreñirme a los límites de la nota y de sus respuestas:
1) Usted dice: » La nota discute una afirmación específica, y demuestra (en tanto no se me pruebe lo contrario) que la afirmación (aplaudida por todo el espectro K intelectual) es FALSA.» según entiendo la expresión es: “En la ideología liberal nos dicen que tiene que haber inversión y para ello es necesario que no haya salarios tan altos, porque si los salarios son altos los empresarios no invierten”.
El primer problema para falsear esta expresión, que me parece difícil de falsear por un problema lógico, más que económico o político, es que la presidenta dice sencillamente «tan altos» y «altos», la implicación que ese «tan altos» encierra es enigmática, subjetiva y relacional.
Aparentemente, y tomado relacionalmente, se podría referir al nivel actual de salarios, el cual para muchos sectores identificados con ideas liberales ya les parecen «altos» -críticas que son tanto a los aspectos indirectos como directos del salario y sobre todo teniendo en cuenta el contexto de aludida crisis-, esto por otra parte podría hacer inteligible porque hace alusión a los liberales.
De un modo mas concreto es imposible saberlo, porque la expresión misma es totalmente subjetiva, tampoco dice nada como «deben ser más altos que X de modo que restrinjan la tasa de ganancia a un N %», de allí que no hay forma real de inferir que ese «tan altos» signifique cruzar ese «umbral» al que usted hace referencia a partir del cual no habría inversión. Sobre todo si se acepta que este gobierno (y de allí mi mención al socialismo) jamás puso en duda que quiere «garantizarle» las ganancias a los capitalistas, tampoco su carácter capitalista, o sea garante de las ganancias. Con lo cual la primera falsación me parece compleja, por no arriesgar imposible desde el tramo lógico, a menos que se haga una inferencia política, y poner en boca de quien la dijo, cosas que no dijo literalmente.
2) Su segunda afirmación es » se afirma que el tope salarial que ha impuesto el gobierno es MENOR que la tasa de inflación (real) registrada en los últimos 12 meses. A lo que hay que agregar la caída salarial provocada por el impuesto a las ganancias.» A esta afirmación no puedo más que coincidir rotundamente, y creo que si se entendió lo contrario fue por falencias propias, pero me parece que deben hacerse a ella dos salvedades:
Una, que me parece que no es razonable ver solo la evolución del salario real año a año, sobre todo si queremos hacer inferencias del carácter de la política del gobierno, tal y como se realizan al final de su texto, ya que esta política de gobierno tiene 12 años de desarrollo, con lo cual debe compararse toda la serie, y podemos ver que todavía y con respecto a 2003 el salario real ajustado con cualquier índice de inflación, incluso el más alto, pero sobre todo si uno mira una canasta de bienes de consumo es superior al de ese año, creció hasta 2008/9 muy fuertemente, pasando por mucho a la inflación y luego creció suave hasta 2011, y se estanco para comenzar a decrecer año a año a partir de 2012/13. Si tomamos a la clase de conjunto, si uno toma la masa salarial al no haber crecido la desocupación de modo alarmante es inmensamente mayor, y la participación del ingreso de la clase creció. Por lo demás le otorgo.
Por otra parte me parece que se debe tener en cuenta, y esto si tiene que ver con lo que plantee antes, es que si luego de las paritarias, negociado un salario real inferior al del año pasado según inflación, el gobierno subsidiara de cualquier forma, o transfiriera nuevas partidas de forma de abaratar en algún modo los «medios de consumo de los trabajadores», o subiera el no imponible de ganancias, la ecuación a la cual llegamos tomando solo las paritarias se alteraría como punto de referencia y el salario real aumentaría, ya que eso, que era tomado como dado, sería variable. Por otra parte en el análisis del salario real de la serie completa, no encontré ningún informe que actualice todas las inferencias de esos beneficios al trabajador, los cuales son muchos y complejos, siempre se toma la canasta, por lo cual la participación en el ingreso parece ser la mejor evaluación a la mano.
Saludos, y gracias.
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fernando
23/05/2015 at 18:17
No sé bien a qué quiere llegar. Primero, sobre la frase de la presidenta, que es el centro de la nota, está dicha para confundir y engañar a la gente. Es parte de la mentira oficializada, que se baja sistemáticamente. Los neoliberales no dicen que en general los salarios altos perjudican la inversión, sino que a partir de determinado nivel perjudican la inversión. Que es lo que dicen los keynesianos, los PK, los marxistas y otros. Que es lo que aclara la nota. Comprendo que desde este punto de vista la nota moleste a los defensores del gobierno, y que quieran embarrar la cancha para que no se note la mentira. Pero las cosas como son.
Segundo, la nota no trata sobre la evolución del salario desde 2003. Por supuesto, el salario desde el 2003 aumentó. Es lo que sucede y sucedió en todos los países y lugares en que hubo una depresión económica con caída en picada del salario como ocurrió en Argentina entre 1999 y 2002. Pero si queremos comparar el salario de la depresión con el salario post-depresión, lo correcto es partir de 2002 y señalar que desde mediados de ese año la economía se empezó a recuperar, y decir que en mayo de 2003 estaba creciendo a una tasa anualizada superior al 7%. Sin embargo, la nota no trata eso porque no es su objetivo. Lo que dice la nota es que el Gobierno está haciendo exactamente lo que dicen las recetas de los economistas del capital cuando hay recesión o crisis: que en estos momentos hay que ajustar los salarios a la baja. Es lo que está haciendo el Gobierno. Por eso es pura hipocresía hablar de los neoliberales como si fueran los únicos que plantean estas recetas.
Tercero, si después de las paritarias el gobierno devolviera algo de lo que se está quitando a los salarios por vías de algún subsidio, habría que analizarlo en su momento. Pero no veo por qué hay que tratar una hipótesis que en estos momentos es puramente especulativa. Comprendo, por supuesto, que la gente que quiere embarrar la cancha y que no se entiendan las cosas, plantee estas especulaciones. Pero no tengo por qué acompañarlos en eso.
Cuarto, comprendo que en su afán de embarrar y confundir (es la típica defensa K ante lo indefendible) usted se niegue a responder el planteo que hice en otra respuesta, a saber, que el análisis del salario debe partir de la canasta básica tal como está ahora, que incluye los precios subsidiados. Preguntarse si con 5500 o 6000 pesos por mes, por ejemplo, una familia tipo puede vivir, pagando servicios (subsidiados), transporte (subsidiado), enviando sus hijos a la escuela pública (gratuita) o atendiéndose en un hospital público (gratuito) (por supuesto, sin contar las condiciones penosas de escuelas, hospitales, barrios populares, etcétera).
Quinto, ya llega a ser un poco irritante (pero solo un poco, estoy acostumbrado a discutir con la sofistería K) que diga que no se encuentran análisis de cómo inciden los precios reales (incluidos los subsidiados) en la canasta básica y el salario real cuando ha sido el propio Gobierno el que ha destrozado al INDEC. Lo cual encaja perfectamente, por supuesto, en la lógica de confundir, desinformar, embarrar, tergivesar (y aquí vuelve a entrar la cantinela del «neoliberalismo») y contar parcialmente la historia.
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rolandoastarita
24/05/2015 at 00:27
Fernando
Sobre la evolucion del salario real lea el trabajo de Claudio Lozano
Como bien dice Rolo, se debe comparar puntos iguales del ciclo economico.
Desde 2001 ( antes de caída real del salario) hasta 2014 el salario real subió 6% para los empleados en blanco y 1% para empleados en negro, ( el empleo en negro era del 37% ahora del 35% y la tasa de desocupación era del 14% ahora del 7%). Por lo tanto no se ve ninguna mejora en el salario de los trabajadores, si tomamos la distribución del ingreso o de la riqueza no hubo cambios cualitativos del gobierno de menem al de los K y la tasa de pobreza es igual 30% en 2001
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benjamin
24/05/2015 at 18:15
Muy interesante es leer la entrevista concedida por el secretario de aceiteros, Daniel Yofra, a Infobae. Demuele el argumento de la neutralidad del gobierno y con más razón que juegue a favor de los trabajadores. Un detalle interesante: Reintroduce el concepto de que ‘esto es una lucha de clases’.
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AP
24/05/2015 at 15:27
«Arreglamos un 36 por ciento con las patronales y el Gobierno lo rechazó. No nos dejó firmar el acta», se quejó Daniel Yofra, secretario general de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (Ftciodyara), que afirma contar con 20.000 afiliados.
Más claro echarle agua.
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AP
24/05/2015 at 17:55
«O por qué el gobierno avanza en la reducción de salarios por medio del impuesto a las ganancias»
No terminé de comprender esta frase. El cobro del impuesto a la ganancia en salarios no afecta el desembolso que efectúa el empresario, y por lo tanto no debería drenar el margen de ganancia.
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Leandro
27/05/2015 at 14:10
El impuesto a las ganancias, en tanto afecta al salario, significa una transferencia de valor, un incremento de la plusvalía. En este caso particular, es plusvalía que solventa gastos del capital en su conjunto, a través del Estado.
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rolandoastarita
27/05/2015 at 15:10