La lucha contra el fascismo en Argentina 2023, ¿qué balance?

En una entrada que subí el 8 de septiembre del 2022 (aquí) critiqué la idea de que en Argentina está en ascenso un movimiento, social y político, de naturaleza fascista. Específicamente, polemicé con el Nuevo MAS, que convocaba a formar comisiones para enfrentar al fascismo en las calles. Sostuve entonces que se trataba de un grosero error de caracterización, ya que “ningún sector significativo de la clase dominante tiene como objetivo, en un futuro más o menos inmediato, establecer un régimen fascista en Argentina”. Y a fin de clarificar el asunto, recordé que el fascismo no es solamente un régimen de represión y terror, sino “… es un sistema particular de Estado basado en la extirpación de todos los elementos de la democracia proletaria en la democracia burguesa. La tarea del fascismo no es solamente destruir a la vanguardia comunista, sino también mantener a toda la clase en una situación de atomización forzada”. Asimismo: “Cuando el Estado se convierte en un Estado fascista… su objetivo principal es destruir las organizaciones obreras, reducir el proletariado a un estado amorfo y crear organizaciones de masas que impidan la independencia social y política del proletariado. En eso consiste precisamente la esencia del régimen fascista” (Trotsky, en polémica con los stalinistas que veían fascistas por todos lados).
Es claro que si esto es el fascismo, y se caracteriza que en Argentina está en ascenso un movimiento fascista, la tarea más urgente y necesaria es enfrentarlo. Por lo tanto, transcurrido casi medio año desde que el NM lanzó esa política parece conveniente preguntarse cómo se desarrolló el asunto y en qué situación nos encontramos.
¿Qué balance?
Comencemos con la convocatoria a formar grupos, o comisiones antifascistas. ¿Hay balance de en qué resultó esa consigna? Hasta lo que conozco, no lo hay. ¿Cuántos comités o comisiones antifascistas se formaron en fábricas, barrios o centros educativos? Todo indicaría que muy pocos. Hasta donde alcanza mi conocimiento, no hubo prácticamente nada que tenga que ver con una respuesta de, aunque sea, un sector del movimiento de masas (¿algún lector tiene más datos sobre esto?). Por otro lado, ¿hubo bandas tipo camisas negras atacando a las organizaciones obreras, populares o estudiantiles? No las hubo (¿alguien tiene noticia en contrario?). ¿Enfrentamientos en las calles entre fascistas y antifascistas? Tampoco.
¿Y qué pasa con la práctica política del NM? ¿En qué quedó la actividad? Abro su diario digital y ni palabra del asunto. Sí se destaca la realización de un campamento juvenil bajo la consigna “el capitalismo no va más”. ¿Y la preparación práctica para la lucha en las calles contra las bandas fascistas? No hay noticia. Paralelamente, Manuela Castañeira convoca a la unidad de la izquierda para participar en las elecciones y pide un debate público con los dirigentes del FIT-U. Nada sobre enfrentar en las calles a las bandas de ultraderecha. El eje ahora parece ser electoral, sin perturbaciones fascistas importantes que estén previstas en el horizonte cercano. ¿Será que de septiembre 2022 a la fecha desapareció el peligro? ¿Los fachos se habrán replegado asustados ante la convocatoria del NM? Suena poco creíble.
En cualquier caso, las preguntas desnudan la liviandad con que se realizan las caracterizaciones y se lanzan, y luego esconden, líneas políticas sobre las que nunca se hacen balances. Es lo acostumbrado en algunos sectores de la izquierda para disimular pifias y maniobras oportunistas (con la excusa de combatir al fascismo el NM participó del acto gubernamental del 02/09/2022, de apoyo de CFK).
Para terminar: hay que hacerse cargo de lo que se dice y hace. Es de una irresponsabilidad extrema jugar con las consignas y las caracterizaciones, cambiarlas como quien se cambia de camiseta y continuar como si nada hubiera pasado. Esas conductas son propias de saltimbanquis sin brújula ni principios. No tienen nada que ver con el marxismo.
Para bajar el documento: https://docs.google.com/document/d/1NoomNdhprTkUHlRRo8NOu43PBw26RxuGWvhCkn6hjho/edit?usp=sharing
Boa tarde! Gostaria de saber o que você opina sobre a campanha Argentina 2050 de Razón y Revolución
Gracias!
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Rodrigo Silva
22/02/2023 at 16:25
Rolo, comparto tu criterio crítico y me parece acertado pero parcial. 100 años de la III Internacional, qué balance, 175 años del Manifiesto Comunista, 85 IV Internacional, 35 apertura democrático burguesa en Argentina, qué balance.
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fernando moyano
22/02/2023 at 20:19
hace 99 años Trosky caia en desgracia en la URSS, después de la muerte de Lenin, nunca mas el troskysmo levantó cabeza como alternativa real de poder. Todas la revoluciones terminaron en manos de gente como Stalin (asesino paranoico), Maduro, Daniel Ortega, Kim Il Sung, Castro, es decir burocracias q viven muy por encima del Pueblo, la URSS implotó, etc., fue TODO solo mala suerte?. La Revolucion China estuvo en problemas y viró a un Capitalismo de Estado (en mi modo de verpara otros es solamente capitalismo) y sacó 800 millones de la pobreza extrema, haciendo hazañas tecnológicas (poner un vehiculo en el lado oscuro de la luna y un rover en Marte, etc.). Despues de Mandel y Nahuel Moreno, la calidad de los dirigentes cayó a la fosa de las Marianas, coincido con el cro. Moyano habria q hacer algun balance
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Horacio Camba (@horacio02061)
23/02/2023 at 17:25
Pero semejante balance, que prácticamente exige un análisis de toda la historia de la lucha de clases desde que el capitalismo se convirtió en el modo de producción dominante a nivel mundial, no lo puede hacer una sola persona, por más conocimiento que acumule en general y en particular en relación a la teoría económica y a la filosofía marxistas. Ese balance solo estaría al alcance de una «inteligencia colectiva» que emerja de un nuevo movimiento histórico políticamente independiente del proletariado con capacidad real para derrocar al capitalismo global. Me parece algo injusto pedirle a RA que realice en una nota semejante tarea. No obstante, creo que en el blog hay decenas de notas a modo de «hipótesis de trabajo» para, por lo menos, empezar a realizar dicho balance. E insisto: un balance que no está al alcance de ningún individuo por sí mismo y con sus propios medios.
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luisgac
23/02/2023 at 20:22
Castañeira llegó al punto mas bajo de los autopercibidos troskos nacionales no creo q falte mucho para q se incorpore a la izquierda K.
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Horacio Camba (@horacio02061)
22/02/2023 at 21:44
Profesor, está al tanto de la enésima refutación definitiva de Marx del ilustre, eximio y descollante Juan Ramón Rallo? Va a hacer una reseña del libro o no vale la pena. Saludos!
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Antonio Dorado
28/02/2023 at 18:12
Me pasaron el libro hace ya varias semanas. He leído algunos capítulos. Está plagado de errores, inventos de Rallo que atribuye a Marx. También, argumentos que he criticado en otras entradas y Rallo repite sin responder a las críticas Por ejemplo, la imposibilidad de comparar cuantitativamente la utilidad marginal con el precio.
Otro ejemplo: vuelve con la cantinela de por qué la «sustancia en común» que tienen dos mercancías al intercambiarse no puede ser una propiedad física, o la utilidad. Repite los viejos argumentos sin responder a las críticas que ya se le hicieron por decir esto. Para tener una dimensión del disparate, en p. 480 leemos: «“Las mercancías poseen otras propiedades comunes como por ejemplo la absorción, el albedo, el área, el calor, la capacidad eléctrica, la carga eléctrica, el color, la concentración, la conductividad eléctrica, la conductividad térmica, la densidad, la ductilidad, la dureza, la elasticidad, el flujo magnético, el flujo volumétrico, la fragilidad, la frecuencia, la impedancia, la inductancia, la intensidad, la irradiancia, la longitud, la luminancia, la luminiscencia, el lustre, la maleabilidad, la masa, el momento magnético, la opacidad, la permeabilidad, la plasticidad, la presión, el punto de ebullición, el punto de fusión, la radiancia, la reflectividad, la refractividad, la resistencia mecánica, la resistividad, la rigidez, la solubilidad, la temperatura, la tensión mecánica, la viscoelasticidad, la viscosidad o el volumen”. En mis apuntes escribo: «¿de dónde saca Rallo que todas las mercancías comparten semejantes propiedades físicas o químicas? Comparemos, por ejemplo, una determinada cantidad de tela (una mercancía) con una determinada cantidad de horas de trabajo contenidas en un servicio (otra mercancía) como puede ser la enseñanza de Economía. ¿Qué tiene que ver en esta supuesta igualación (ambas tienen valor de cambio, precio; ambas demandan tiempo de trabajo) con “la longitud”, “la radiancia”, “la solubilidad”, “la resistencia mecánica” y similares»
También en relación al valor, Rallo sugiere que Marx deriva su teoría del dinero del trueque. ¿Cómo se puede afirmar algo así? Además. los problemas que plantea la fundamentación del dinero con la teoría subjetiva Rallo los pasa por alto.
Otra: Rallo escribe que “el mensaje central de la teoría del valor trabajo “es que el precio de equilibrio de una mercancía no puede desviarse sostenidamente de su coste marginal de producción (p = CM), que ese coste marginal de producción es constante con independencia de la escala de producción…” (p. 519). La realidad es que Marx admitió que los rendimientos pueden ser constantes, crecientes o decrecientes. Es un invento de Rallo la idea de que la curva de oferta, en Marx, debe ser horizontal.
Ligado a lo anterior, Rallo sostiene que para Marx la demanda no tiene ninguna incidencia sobre el valor. En este respecto, desconoce las DOS determinaciones de la teoría del valor trabajo de Marx. Ese desconocimiento le permite afirmar, muy suelto de cuerpo, la TVT no rige cuando una mercancía se vende por debajo de su valor debido a la debilidad de la demanda (para responder remito al capítulo 3 t. 1 de El capital).
Vinculado a lo anterior, según Rallo, Marx habría afirmado que si una mercancía se produce en una cantidad que rebasa el límite de las necesidades sociales (en el lenguaje de Rallo, son las unidades extramarginales) esas mercancías serían no útiles porque no satisfacen ninguna necesidad social (véase p. 532). Pero JAMÄS Marx afirmó semejante cosa. Si, por ejemplo, se produjo más tela de lo que el estómago del mercado puede absorber, la tela se venderá por debajo de su valor (tiempo de trabajo invertido en su producción) pero esto no niega que para su comprador sea un objeto útil, un valor de uso. Si la tela no se vende, y queda en stock, seguirá teniendo valor de uso potencial en tanto no se deteriore definitivamente. Cuando se produce una crisis de sobreproducción, las mercancías invendidas abarrotan los mercados, pero esto no ocurre porque hayan dejado de tener valor de uso, y menos porque se hayan satisfecho en general las necesidades sociales, sino porque no se pueden realizar como valores. Todo esto es crucial en la crítica de Marx al capitalismo.
Otra, esta vez sobre la competencia: Afirma Rallo que “si los consumidores en el mercado no tratan dos mercancías como idénticas entonces… sus precios divergirán de sus valores porque se comportarán como precios de monopolio” (p. 525). Recordar que, según Marx, la TVT se afirma a través de la competencia. Pero según Rallo, si dos mercancías no son idénticas, no hay competencia, y por lo tanto la TVT no se aplica. Este es el sentido de meter el criterio «idéntico». Si no son «sustitutos perfectos» no hay competencia, según Rallo. Frente a esto, y muy rápidamente, hay que decir que muchas mercancías efectivamente son idénticas por sus propiedades físicas, y reproducibles. Los llamados commodities es el caso paradigmático. Pero por otro lado, y más importante, aunque para los consumidores las mercancías de determinado tipo no sean exactamente iguales (no son sustitutos perfectos) sí son pasibles de competencia. Así, un consumidor puede preferir, a igualdad de precio, o con poca diferencia de precio, X a Y. Esto es, X no es sustituto perfecto de Y. Sin embargo, si el productor de Y baja el precio –supongamos porque logró mejorar la tecnología de producción- el consumidor puede reemplazar X por Y. Esto es, siendo consciente de que no es el mismo producto, responde a la guerra de precios que ha desatado el productor de Y. Pero esto nos muestra también que el precio de X no es de monopolio, aunque sea preferida a Y (antes del cambio tecnológico en la producción de Y).
En otro largo capítulo repite las críticas de Steedman a Marx (basado en Sraffa), pasando por alto las diferencias fundamentales entre Sraffa y Marx que muchos marxistas hemos señalado, una y otra vez. Pero a Rallo parece no importarle, con tal de atacar a la teoría de Marx. En otro largo capítulo trata de responder a las críticas que hice a la imputación recurriendo ahora al análisis marginal.
Cuando trata la teoría de las crisis de Marx hace otro lío, porque pasa por alto que la explicación de las crisis por parte de Marx no se basa en la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. En el mismo sentido, sugiere que Marx defendió una tesis del fin del capitalismo por caída de la tasa de ganancia (cuando la realidad es que Marx dice, explícitamente, que esa es una idea de Ricardo, no de él). Cuando se refiere a los modos de producción que Marx trató, pasa por alto por completo el modo de producción asiático. Tampoco registra la discusión sobre las «Formen» de los Grundrisse (a pesar de la atención que le dieron los marxistas.).
En fin, está lleno de problemas, pero lo grave es que escribió casi 1600 páginas (yo estoy lejos de haber terminado semejante mamotreto). Lo cual me plantea un problema porque, en la medida que voy avanzando (no es lo único que tengo que hacer en la vida) encuentro más y más problemas, errores, afirmaciones infundadas, tesis que no tienen punto que ver con la realidad del capitalismo.
Algunos temas pueden parecer menores, pero cuando se suman obtenemos un menjunje de cuestiones a aclarar y discutir. Doy otro ejemplo de una afirmación que puede parecer simple. En pág. 45, según Rallo, Marx afirma que “El capitalismo es… un modo de producción que se reproduce a sí mismo de manera amplificada: cada vez más trabajadores tienen menos y cada vez menos capitalistas tienen más, lo que conduce a una explotación cada vez más amplia y profunda”.
Algún lector desprevenido puede pasarlo por alto, pero esa frase tan sintética tiene más de un problema. En primer lugar, ¿de dónde saca Rallo que según Marx «cada vez más trabajadores tienen menos»? Marx no adhiere a la tesis del empobrecimiento creciente en términos absolutos de la clase obrera. ¿Por qué Rallo le atribuye esta idea a Marx? Segunda cuestión, ¿de dónde saca que cada vez hay menos capitalistas? La clase capitalista crece numéricamente a medida que se desarrolla y despliega el capital. Tercero, Marx efectivamente habla de polarización social (concentración creciente de la riqueza en un polo, creciente clase obrera que se empobrece RELATIVAMENTE), pero no es esto lo que «conduce a una explotación cada vez más amplia y profunda», sino al revés, es la explotación «cada vez más amplia y profunda» la que genera la polarización creciente.
Como puede verse, es una «pequeña tontería» de Rallo pero con consecuencias, ya que lleva a una crítica muy común y superficial, a Marx a partir del hecho real de que la clase obrera hoy no es más pobre, en términos absolutos, que hace 80 o 100 años. Como demuestra Marx, con su teoría de la plusvalía relativa, la tasa de explotación puede aumentar, o sostenerse, y al mismo tiempo aumentar el salario real. Pero a Rallo estas cuestiones no lo perturban. «Según Marx, los obreros cada vez tienen menos».
Pues bien, por ahora seguiré tomando nota de estos desaguisados y luego veré cómo y cuándo ir publicando una crítica. Repito, no es lo único que tengo que hacer en la vida (entre otras razones porque a pesar de haberme jubilado, sigo dictando dos materias en la UNQ). Me voy a tomar mi tiempo. Posiblemente en 2 o 3 meses comience a publicar una crítica.
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rolandoastarita
28/02/2023 at 19:30
Gracias profesor espero con ilusión su crítica cuando lo haya leído todo. Comentarle (y le dejo en paz) lo que responde Rallo despues de leer ese comentario. En comillas lo que responde Rallo
«Claramente, de momento, Astarita ha leído muy superficialmente el libro. 1) La tesis del empobrecimiento absoluto no la sostengo aunque explicó de dónde podría salir. Tener menos se refiere a tener menos propiedad, no menor salario»
Si no la sostiene no creo que se le puedan reprochar a usted sus deficiencias redaccionales en una página donde dice que los obreros tienen menos los capitalistas más y además son menos. Que no respondae a lo que dice usted de que en ninguna parte se dice que los capitalistas son «menos»
»
2) No es la explotación más amplia y profunda lo que genera una polarización creciente. Existe una relación dialéctica entre ambas: a mayor concentración del capital, mayor subsuncion real del obrero y mayor explotación. Y a mayor explotación, mayor concentración del capital»
O sea que el capital se concentra y luego explota y después se vuelve a concentrar.
»
3) Yo no he dicho que no haya competencia si no hay sustitutividad perfecta. He dicho que, si la reproducibilidad no es plena (y no lo será sin sustitutividad perfecta y m)esa competencia no será suficiente para igualar a largo plazo precios a valores»
Me parece que aquí está metiendo conceptos de la economía neoclásica en el análisis de Marx y no tienen en cuenta el análisis dinámico de la competencia que hace este (guerras de precios, por reducir costes etc)
»
4) En ningún momento equiparo a Marx con Sraffa. No sé de dónde saca eso. De hecho, cito a Sraffa para criticar a Marx. Lo que tiene que hacer es explicar cómo la teoría del valor solventa el problema de la producción conjunta, no decir que Marx no es Sraffa. Obvio»
Yo creo que lo que dice usted es que Rallo saquea la crítica de Steedman basada en Sraffa y da por hecho que está crítica no malinterpreta a Marx, lo cual es controvertido. No le está diciendo que iguale a Sraffa y a Marx
«5) Tampoco ha leído el capítulo sobre las crisis. Donde ya explicó que la teoría del colapso, que Marx sí suscribe en los Grundrisse con mucha claridad, es una posible interpretación de Marx en la que no hay consenso entre los marxistas»»
Según Kliman por ejemplo de lo que habla Marx es de crisis recurrentes (como es el caso) no del colapso. En todo caso no todas las interpretaciones son igualmente válidas y los Grundrisse es una obra no publicada en vida de Marx.
»
6) Claro que Marx admite que hay economías no constantes a escala. Yo mismo baso mi crítica a Marx en esos extractos del volumen III de El capital. Ahora, eso no cambia que las economías no constantes sean incompatibles con la irrelevancia de las preferencias subjetivas»
Creo que esto ya lo ha contestado en una entrada que Marx no hace ningún supuesto especial de rendimientos y que eso no es incompatible con su ley del valor (ni Marx niega el papel de la demanda)
«7) Si se produce más tela que la que el mercado puede absorber solo significa que si la utilidad marginal es inferior al coste, la tela no se venderá (o se venderá por debajo de coste) pese a ser un valor de uso.Por tanto,no es posible prescindir del concepto de utilidad marginal»
Más allá de la fraseología marginalidta y si se puede hablar de utilidad por debajo de coste que ya tal, lo que le dice usted es que Rallo afirma que Marx afirma que lo que no se vende por ser útil pero me la útil que el dinero que no se paga es inútil.
«8) Que hable del listado de sustancias materiales compartidas por las mercancías como si usara eso como crítica a Marx solo muestra que no ha leído el párrafo siguiente a ese listado, donde digo que la sustancia ha de ser social. Una lectura muy superficial.»
Si eso es así no sé a qué viene tan prolija enumeración. Por cierto ya habrá visto que antes dice que como el honor puede ser una mercancía la definición de la mercancía de Marx es ad hoc para que le cuadre con su teoría. Me pregunto cuál es el punto de ebullición del honor entonces.
» 9) marx deriva el dinero de la mercancía. La mercancía contiene potencialmente su forma de dinero y el dinero contiene potencialmente su forma de capital. Es una evolución dialéctica. Sorprende que no lo entienda»
Dejando de lado el peculiar manejo dialéctico que hace de lo que usted le acusa es que en algún punto dice que viene del trueque.
Y se despacha al final diciendo que es usted malo y/o suoerficial
10) Lo dicho: una lectura superficial o de mala fe. Si yo digo que esto puede interpretarse como A o como B (no hay consenso entre marxistas), no tiene sentido que diga que lo interpreto como A omitiendo B. Doy ambas opciones al lector.
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Antonio Dorado
01/03/2023 at 12:03
1) Rallo escribió que, según Marx, los obreros cada vez tienen menos. Lo he citado. Es la tesis del empobrecimiento absoluto. Ahora dice que «Tener menos se refiere a tener menos propiedad, no menor salario». Pero esto es decir lo mismo con otro lenguaje. Es que los obreros tienen como propiedad su fuerza de trabajo y sus medios de consumo. Decir entonces que tienen menos propiedad de bienes de consumo es lo mismo que decir que son más pobres en términos absolutos. ¿Por qué entonces dice que según Marx los obreros tienen cada vez menos (propiedad de los medios de consumo) si es consciente de que Marx no adhiere a la tesis del empobrecimiento absoluto de la clase obrera?
Segundo, dice que según Marx cada vez hay menos capitalistas. Eso no es cierto. Vuelvo a preguntar de dónde saca eso.
Tercero: afirma «cada vez más trabajadores tienen menos y cada vez menos capitalistas tienen más, lo que conduce a una explotación cada vez más amplia y profunda». Aquí, según Rallo, Marx afirma que la explotación «cada vez más amplia y profunda» es el RESULTADO de la pobreza creciente en términos absolutos de la clase obrera. Pero esto es pasar por alto que al forma principal de extracción de plusvalía en el capitalismo es la plusvalía relativa. La que da como resultado que la clase obrera pueda tener un salario real mayor (o mantener el salario real) al tiempo que la explotación se hace «más amplia y profunda».
2) Además de explicarse por lo que explico en (1), Rallo escribe: «O sea que el capital se concentra y luego explota y después se vuelve a concentrar». Repito, está mal, la secuencia es inversa. Es que el aumento de la concentración (que debe distinguirse de la centralización del capital) es posible porque el capitalista reinvierte plusvalía. Pero la plusvalía es resultado de la explotación del obrero. Si no hay explotación, no hay plusvalía, y por lo tanto, no hay concentración. Una secuencia que tiene que ver con la misma estructura expositiva de El capital: en los capítulos 4 y 5 t. 1 Marx explica cómo el capital genera plusvalía. En los caps 20/21/23 t. 1 explica cómo la plusvalía genera capital (y aquí entra la concentración del capital).
3) «Yo no he dicho que no haya competencia si no hay sustitutividad perfecta. He dicho que, si la reproducibilidad no es plena (y no lo será sin sustitutividad perfecta y m) esa competencia no será suficiente para igualar a largo plazo precios a valores».
No juguemos con las palabras: decir que si no hay sustitutividad perfecta la competencia es insuficiente para que rija la LVT es negar, de hecho, el papel de la competencia. Para que se vea más claro: en Marx la competencia es un «látigo» que obliga al capitalista a invertir en tecnología, a acumular. Y esta competencia opera a través de las guerras de precios (no es casual que la economía «de la competencia imperfecta» haya barrido bajo la alfombra la guerra de precios). Y Rallo hace lo mismo, con el argumento de que si la sustitutividad no es perfecta la competencia será lo suficientemente apagada como para que no se manifieste en guerras de precios ni en la constricción que esa guerra le impone al capitalista. Según Rallo, solo habrá competencia en el sentido que la entiende Marx solo si una clase de mercancía X producida por un productor independiente puede ser producida exactamente (o sea, debe ser idéntica a X) por otros productores independientes. ¿Y cuál es el criterio para decidir si dos mercancías producidas por productores independientes pertenecen a la misma clase de bienes? Respuesta de Rallo: el criterio es “si los compradores consideran subjetivamente que dos mercancías, X e Y, son idénticas (que sirven indistintamente para satisfacer sus fines), entonces esas dos mercancías son la misma mercancía” (p. 524). Si esto se cumple, esto es, si los compradores consideran que las mercancías son idénticas (son “sustitutos perfectos entre sí”), entonces esas mercancías formarán una misma clase de mercancía que será reproducible en condiciones competitivas.
Rallo sostiene entonces que la TVT no tiene ningún criterio para determinar si dos mercancías pertenecen a la misma clase. Sostiene que no basta con apelar a las características materiales de los bienes, ya que “si los consumidores en el mercado no tratan dos mercancías como idénticas entonces… sus precios divergirán de sus valores porque se comportarán como precios de monopolio” (p. 525).
Pues bien, se trata de un criterio formal e irrealista. En primer lugar, hay que decir que muchas mercancías efectivamente son idénticas por sus propiedades físicas, y reproducibles. Los llamados commodities es el caso paradigmático. Pero por otro lado, y más importante, aunque para los consumidores las mercancías de determinado tipo no sean exactamente iguales (no son sustitutos perfectos) sí son pasibles de competencia. El propio Rallo admite que “la práctica totalidad de las mercancías en una economía capitalista son parcial o cuasi-perfectamente sustituibles” (p. 528). Y en este caso hay competencia por guerras de precios y se impone la constricción de la que habla Marx. Para dar un ejemplo práctico: en la industria del automóvil, por caso, dentro de determinado tipo de autos (p. ej. sedan, cuatro puertas, cierta cilindrada, etc.) la competencia se desarrolla por precios.
Así, un consumidor puede preferir, a igualdad de precio, o con poca diferencia de precio, X a Y. Esto es, X no es sustituto perfecto de Y. Sin embargo, si el productor de Y baja el precio –supongamos porque logró mejorar la tecnología de producción- el consumidor puede reemplazar X por Y. Esto es, siendo consciente de que no es el mismo producto, responde a la guerra de precios que ha desatado el productor de Y. Pero esto nos muestra también que el precio de X no es de monopolio, aunque sea preferida a Y (antes del cambio tecnológico en la producción de Y). Concretamente, si el productor de X subiera el precio por encima del precio de producción (y por encima del precio de Y) tendríamos el mismo efecto que cuando bajó el precio de Y por aumento de la productividad: el consumidor de X pasaría a consumir Y, aun con plena conciencia de que Y no es sustituto “perfecto” (no es idéntico) a X.
El criterio entonces es si efectivamente asistimos a guerras de precios, que son desatadas una y otra vez por las corporaciones con poder de fuego, aunque las mercancías no sean idénticas. En Valor, mercado mundial y globalización, en el capítulo dedicado a la cuestión del monopolio, y en base a casos citados por Business Week, Economist y Wall Street Journal Americas entre mediados de los 1990 y primeros años de los 2000 se registraban guerras de precios por lo menos en las ramas de semiconductores, automóviles, telecomunicaciones, acero, transporte de carga, química, bancos, computadoras personales, seguros, petroquímica, turismo y líneas aéreas en los mercados globales. Es absurdo pensar que todos los bienes en todas estas ramas fueran idénticos. Los bienes no eran sustitutos perfectos, y sin embargo estaban sometidos a competencia. En otros términos, no es cierto lo que afirma Rallo, que “Para poder determinar si una determinada clase de mercancía es reproducible competitivamente, la teoría del valor trabajo necesita previamente determinar si el resto de los productores son capaces de producir sustitutos perfectos de esa mercancía…” (p. 525). En la realidad del mercado capitalista millones de mercancías no tienen “sustitutos perfectos” (contrapartidas idénticas) y sin embargo las empresas que las producen están sometidas a los rigores de la competencia. Un hecho que es observado y registrado por los mismos capitalistas y por las revistas de negocios y Economía.
4) Rallo escribe: En ningún momento equiparo a Marx con Sraffa. No sé de dónde saca eso. De hecho, cito a Sraffa para criticar a Marx. Lo que tiene que hacer es explicar cómo la teoría del valor solventa el problema de la producción conjunta, no decir que Marx no es Sraffa».
No puedo desarrollar aquí el problema de la producción conjunta, pero sí señalo que, como han planteado ya otros marxistas, la cuestión de los valores negativos (central en el argumento de Steedman) ocurre en una problemática que no es Marx. En Marx, cuando existen diferentes tecnologías (que dan lugar a diferentes productividades), la misma mercancía, producida con esos diferentes métodos, tiene una multiplicidad de «valores individuales» ninguno de los cuales es, en general, igual al valor social de la mercancía. El valor social puede ser determinado por los productores que emplean la tecnología promedio, o los mayores o menores niveles de productividad. Por eso es absurdo decir, como hace Steedman, que según Marx el valor de la mercancía se define «por las condiciones promedio de productividad». Solo una vez que se ha aclarado esto, hay que pasar a la discusión de cómo operan las productividades distintas en la producción conjunta. Esto con otro agregado: la indeterminación matemática del valor individual (el caso típico de un proceso de trabajo que genera lana y carne, no hay manera de determinar los valores individuales de la lana y la carne) no implica la negación de la ley del valor trabajo. Desarrollaré estas cuestiones en un escrito, pero lo que quiero destacar ahora es que no hay manera de clarificar dónde están los problemas si no se clarifica la relación Marx Sraffa. Y en este respecto es decisivo el hecho de que para Marx el mercado juega un rol clave en la objetivación del tiempo de trabajo como valor, en tanto que en Sraffa (y en general en el análisis en base a las matrices) esa problemática desaparece por completo. Pero si esto es así, nunca se podrá entender cómo la TVT de Marx da respuesta al caso típico de la producción conjunta que he citado.
5) Sobre las crisis: ««Tampoco ha leído el capítulo sobre las crisis. Donde ya explicó que la teoría del colapso, que Marx sí suscribe en los Grundrisse con mucha claridad, es una posible interpretación de Marx en la que no hay consenso entre los marxistas»». Según Kliman por ejemplo de lo que habla Marx es de crisis recurrentes (como es el caso) no del colapso. En todo caso no todas las interpretaciones son igualmente válidas y los Grundrisse es una obra no publicada en vida de Marx».
Solo como referencia, porque no puedo desarrollarlo aquí, cito a Rallo, comienzo del cap. 6. del Anti-Marx:
«En Marx existen dos teorías sobre las crisis económicas —la teoría sobre la crisis sistémica y la teoría sobre las crisis cíclicas— pero ambas derivan de su ley de la reducción tendencial de la tasa general de ganancia o están vinculadas con ellas».
Primera cuestión: Marx no habla de crisis «sistémica». Habla de crisis. Segundo: cuando se refiere a las crisis cíclicas, las explica por sobreproducción. O sea, contra lo que dice Rallo, no las explica por la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Véase, por ejemplo, el análisis de Marx de la crisis de 1847 (escribí una nota en el blog). De la misma manera, cuando escribió sobre la crisis de los 1860, de 1873, no hace siquiera mención a la LTDTG. Y una y otra vez sí se refiere a las tendencias a la sobreproducción. También Engels en el Anti-Dühring, cuyos borradores Marx leyó (e incluso escribió un capítulo).
Por otra parte, Rallo polemiza largamente con explicaciones marxistas de las crisis que no se encuentran en Marx. Por supuesto, tiene todo el derecho a hacerlo, pero no entiendo en qué afecta a Marx. Por ejemplo, la discusión con la teoría de las crisis del Sistema Temporal Único (TSSI). La idea central de los defensores de este enfoque es que la crisis se produce por aumentos de la productividad (es la respuesta, además, al teorema Okishio). Pero en Marx el aumento de la productividad (caída del valor del capital constante) es una causa contrarrestante de la caída de la tasa de ganancia. En el Sistema Temporal Único (TSSI) el aumento de la productividad da lugar a la baja de la TG. Todo esto lo planteo sin desmedro de que personalmente considere que la LTDTG de Marx está mal formulada (véase la entrada en el blog sobre el teorema Okishio).
Por otra parte, Rallo insiste en que en Marx, y en base a la LTDTG, hay una tesis del colapso final del capitalismo. Pero en el mismo cap. 15 del t. 3 de EC Marx dice que la tesis de un colapso puramente económico del capitalismo no es de él, sino de Ricardo. Más aún, en ese capítulo dice que si cae la acumulación debido a la caída de la tasa de ganancia, la misma crisis restablece la tasa de ganancia. Pero si esto es así, no hay manera de adjudicarle a Marx la tesis del colapso del capitalismo. Agrego que en «Teorías de la plusvalía» Marx precisa que Smith defiende una tesis de la crisis final del capitalismo, pero que él mismo no acepta.
6) En su libro Rallo escribe: «el mensaje central de la teoría del valor trabajo “es que el precio de equilibrio de una mercancía no puede desviarse sostenidamente de su coste marginal de producción (p = CM), que ese coste marginal de producción es constante con independencia de la escala de producción…” (p. 519). Le digo que Marx siempre admitió los rendimientos crecientes o decrecientes, y por lo tanto esa afirmación, de la página 519, es equivocada. ¿Qué responde ahora Rallo? Pues que «Claro que Marx admite que hay economías no constantes a escala». ¿Cómo se puede clarificar algo de esta manera?
7) Sobre la utilidad de las mercancías cuando la oferta supera a la demanda. En su libro, p. 532, Rallo escribe: «Si se producen unidades extramarginales, la ley del valor no rige con respecto a la totalidad de esa clase de mercancías (el conjunto de esas mercancías se venden por debajo de su valor de mercado): el trabajo dirigido a fabricar esas mercancías es «trabajo que [los productores de esa mercancía] hicieron de más y que queda de su cuenta: la sociedad no paga ese trabajo “excesivo”». Sostiene entonces que «No rige la ley del valor trabajo» si la oferta supera a la demanda. Pero esto solo se puede afirmar si se desconoce la segunda determinación del valor, presentada por Marx en el capítulo 3 del t. 1 de EC. Lo he señalado repetidas veces en polémica con los austriacos, pero no oyen. Siguen con la misma.
Por otra parte, en cuanto a la afirmación de Marx de que cuando la oferta supera las necesidades sociales, los valores no se realizan y las mercancías, en tanto no se venden, no llegan a los usuarios, no se realizan como valores de uso. Con esto Marx no quiere decir que dejen de tener valor de uso. Por el contrario, la contradicción (y una crisis es un estallido de las contradicciones del capitalismo) es que los seres humanos necesitan desesperadamente esos bienes, y no los pueden adquirir porque están desocupados, o les han bajado los salarios (fenómenos típicos de una crisis). Esto es, la contradicción valor de uso / valor se hace más aguda. Al punto que la necesidad de sostener los valores, o realizarlos en alguna medida, lleva a la destrucción de riqueza material, de los valores de uso (por ejemplo, cuando se liquidan físicamente existencias no vendidas).
9) «Marx deriva el dinero de la mercancía. La mercancía contiene potencialmente su forma de dinero y el dinero contiene potencialmente su forma de capital. Es una evolución dialéctica. Sorprende que no lo entienda».
Es correcto decir que Marx deriva el dinero de la mercancía. Pero esto no quiere decir que Marx derive el dinero del trueque, como hace Rallo. Veamos: en pp. 497 a 500 Rallo razona un trueque entre dos agentes que intercambian X e Y. Todo bien, explicado con la teoría del valor utilidad. Y habiendo dicho que es el procedimiento de Marx, cuando comienza con 20 mts de tela = 1 abrigo. Pero cuando llega a p. 500 uno de los agentes ya no tiene el bien Y sino dinero, onzas de oro. Rallo, por supuesto, está en su derecho, pero aquí hay que señalar que esto no tiene nada que ver con la teoría de Marx. Que el equivalente general sea dinero, oro, en Marx, representa un cambio cualitativo con respecto al equivalente ocasional, propio de un cambio episódico (donde, además, el bien del otro es el equivalente del propio, en términos de valor). Por eso, en Marx, entre el trueque ocasional y el dinero está la mediación (histórica, por lo demás) del intercambio generalizado de mercancías, el cual prepara la aparición del dinero. Pero en todo esto, la cuestión central es que la imposibilidad de pasar directamente del trueque al dinero se relaciona con la fundamentación del dinero en una teoría del valor que sea homogénea con la teoría del valor del resto de las mercancías. Cuestión en la que la teoría austriaca tiene no pocas dificultades (véase si no la explicación de von Mises del valor del dinero; hay una nota en el blog dedicada al asunto).
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rolandoastarita
01/03/2023 at 14:08
La paciencia de contestarle al vendedor de fruta podrida de Rallo. Admirable.
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Gerardo Daniel
01/03/2023 at 16:06