Una reflexión sobre la crisis política

A pocas horas de la derrota electoral del oficialismo se ha desatado una profunda crisis política. La vicepresidente presiona al Gobierno mediante la renuncia de los ministros y altos funcionarios alineados con ella. Y Alberto Fernández busca apoyo en gobernadores, intendentes, la CGT y los movimientos sociales oficialistas. Al momento de escribir estas líneas la crisis sigue abierta, y es imposible prever su evolución. Pero sí es necesario bucear en las raíces últimas del conflicto.
En este respecto, desde la izquierda (véase declaración del FIT-U) se ha adelantado un análisis que, sintéticamente, dice: a) el trasfondo de la crisis política es la derrota electoral; b) todas las partes en conflicto defienden, en esencia, la misma política económica, caracterizada por la subordinación al FMI; c) por lo tanto, aquí está en juego una discusión por cuotas de poder. No habría otro contenido. En particular, se subraya que el sector pro – K no representa ninguna propuesta progresista o nacionalista.
Se trata de la misma caracterización que sostenía la mayoría de la izquierda en la elección de 2019: “todos [Juntos por el Cambio, Frente de Todos] son agentes del FMI” (para una crítica, véase aquí). Pasados dos años se sigue con lo mismo: “son todos iguales”. Por lo tanto la crisis se debe solo a una lucha por el poder.
Simplista y reductiva
Pues bien, considero que la anterior caracterización de la situación de la clase dominante es simplista y reductiva. En la nota de 2019 decía: “… las fuerzas burguesas, o pequeñoburguesas, expresan intereses distintos, y tienen orientaciones distintas. No se pueden pasar por alto estas diferencias”. Por ejemplo, en la coalición oficialista están desde maoístas y PC, hasta burócratas y funcionarios de la tradicional derecha peronista. Es imposible que semejante sopa heterogénea tenga coincidencias de fondo en políticas y programa económico. Entre otras, existen diferencias en torno a cuánta intervención estatal (controles de precios, estatizaciones) en la economía; sobre si proteccionismo o apertura de la economía; sobre la relación entre exportaciones y mercado interno; sobre si financiar el déficit fiscal con más emisión monetaria o tomando más deuda; y sobre la cuantía de subsidios y planes. Los alineados con el pensamiento K pugnan por imponer una orientación más estatista y nacionalista, y los que se agrupan en torno a Alberto Fernández resisten esa presión. Y para el capital estas posiciones no dan igual. De ahí la euforia con las acciones y bonos argentinos cuando llegan noticias del retroceso del kirchnerismo; y la reacción opuesta cuando ven que avanza. Esto no se puede explicar diciendo “son todos iguales” y al capital (o al FMI) le da lo mismo quién gane.
Por lo tanto, es infantil negar que existen diferencias. Y estas se profundizaron a partir del resultado electoral. Por eso, algunos dirigentes dicen que la pérdida de votos del Frente de Todos se debe a que el gobierno no fue lo suficientemente “nacional y popular” (el argumento es contrafáctico; pero algunos también muestran el crecimiento de la izquierda). Y otros sostienen que la pérdida se debió a que la economía está muy mal, y es necesario avanzar hacia “los equilibrios macroeconómicos” (y muestran el crecimiento electoral de la “derecha pro-mercado ortodoxa”). Y entre estas posturas polares encontramos una variedad de posiciones. Es cierto entonces que todos dicen querer arreglar con el FMI, pero eso no agota las cuestiones en disputa. Con el agregado de que, por fuera de las negociaciones con el Fondo subyace la presión del capital que, de conjunto, exige lo mismo que el FMI –la “flexibilización” laboral en primer lugar- para volver a invertir.
La fractura es real
Por lo tanto, la fractura es real porque las diferencias son reales. Repetimos, no existe una clase dominante homogénea. En su seno hay tensiones y diferencias que se corresponden a posiciones de clase distintas, y tienen sus correspondientes expresiones políticas. Incluidas, cómo no, las expresiones “radicales” del estatismo y nacionalismo pequeñoburgués –aunque a veces se auto consideren “marxistas”. Las brutales peleas por el poder, como ocurre hoy en Argentina, enraízan en intereses, orientaciones y programas de clases y fracciones de clases distintas y hasta opuestas.
Por último, ¿significa lo anterior que los marxistas debemos considerar más progresista a la fracción nacional-estatista? No, en absoluto. El programa nacional-estatista burgués, o pequeñoburgués, no tiene nada de progresivo para la clase obrera. El progresismo nacionalista burgués no tiene manera de responder a la huelga de inversiones, al movimiento globalizado de los capitales y a la presión que ponen sobre las políticas de los gobiernos. Por eso también en la actual coyuntura –entre otros elementos, quietud y desorientación de la clase obrera ocupada- no existe posibilidad alguna de que haya una salida progresiva, para los explotados y oprimidos, de la crisis en curso. Reconocer que existen diferencias en la clase dominante no es sinónimo de apoyar a alguna corriente burguesa contra la otra.
Para bajar documento: https://docs.google.com/document/d/1gz7rdy4hvzfwIzN_G0JHsDdu_LFk9ln_U7A97X_ER4s/edit?usp=sharing
¿Puede ser que sea «más efectivo» en términos discursivos plantear a la burguesía como un horizonte común, un enemigo en general? Quizás, plantear que son lo mismo es más útil para decir que son igual de malas ambas opciones.
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Santiago Medina
16/09/2021 at 18:01
Excelente, la reflexión y análisis que no se escucha. Sólo se escucha «consignismo» (el mismo de hace 40 años) y griterío
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Juan Carlos Mosca
16/09/2021 at 18:04
[…] Una reflexión sobre la crisis política — Rolando Astarita [Blog] […]
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Una reflexión sobre la crisis política — Rolando Astarita [Blog] | Alejandro Valle Baeza
16/09/2021 at 19:58
Hola Rolo:
Estoy de acuerdo con tus comentarios, como suele sucederme. El viejísimo discurso de la ixquierda de que ellos son todos iguales (todos agentes del FMI), de que mienten y no son verdaderamente nacionales y populares (como seríamos nosotros, supuestamente), etc. es una tontería que no resiste el menor análisis. Yo incluso sería más duro en la crítica de este tipo de discursos: sólo organixaciones políticas que están predispuestas a sustituir a las masas pueden dirigirse a ellas en estos términos, es decir, en términos tan manipuladores que implican que son masas de imbéciles. Dicho esto, agrego algo más para la discusión. Me parece que tu tratamiento de las diferencias existentes entre los distintos partidos burgueses (y al interior de la «armada brancaleone» gobernante, por supuesto) es un poco mecánica. Porque asumís un poco apresuradamente a mi gusto la idea de que los distintos partidos y facciones dentro del gobierno representan los intereses de distintas fracciones de la burguesía. La idea de que la nomenclatura del sistema de partidos (decía Lenin algo así, pero cito de memoria) representa la nomenclatura de las clases y fracciones). Y me parece que hay que tener cuidado con esta idea. Los partidos, en la democracia burguesa contemporánea al menos, no son representaciones estables de clases o fracciones de clases. Dicho muy brutalmente: sólo son aparatos determinados por el interés en su propia autoconservación (que depende de su acceso a, y su conservación de, sus cargos en el estado) y que en función de la coyuntura se acomodan a las exigencias de (lo que en cada caso entienden que es, aunque suelen equivocarse) el interés dominante. Y no mucho más. Si el peronismo es menem, alberto o cristina, es un asunto de circunstancias… También esto es importante discutirlo, en relación con los análisis tradicionales de la ixquierda. Abraxos. A
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alberto bonnet
16/09/2021 at 21:02
No discrepo con lo que decís. La nota es crítica de la idea de que todas las facciones políticas en pugna tienen el mismo programa económico, y que la lucha es simplemente por el poder. No por eso pienso que los programas y propuestas expresen de manera mecánica o directa intereses económicos. Esos programas y propuestas muchas veces están permeados por lecturas ideológicas, de manera que no tienen nada de mecánico. Por ejemplo, pienso que en buena medida el populismo expresa una reacción de sectores pequeñoburgueses o burgueses frente a la globalización de los mercados y las relaciones capitalistas. Una reacción que puede expresarse en el reclamo de más proteccionismo, o intervención del Estado (reclamos más o menos «normales»), pero también en expresiones totalmente ideológicas como, por caso, lo es la «teoría monetaria moderna» (la economía se recupera imprimiendo dinero). Y también están los intereses de autopreservación de funciones y cargos dentro del Estado, que señalás. También en esto se expresan intereses económicos.
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rolandoastarita
17/09/2021 at 08:14
No veo claro cual seria la.fraccion de la clase dominante que apoya la postura kirchnerista de aumentar el gasto financiado con emisión. Más bien veo un apoyo bastante cerrado a políticas de austeridad y flexibilización.
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Gus
16/09/2021 at 23:16
Hay fracciones de la clase dominante que se han beneficiado del capitalismo de Estado y defienden políticas del tipo «nac & pop». El ejemplo más a mano es la propia familia Kirchner. También cantidad de empresas contratistas del Estado. También están los sectores de la burguesía «nacional» que adoptan parcialmente propuestas «nacional y populares» típicas del kirchnerismo. A lo que hay que agregar la masa de personajes vinculados al Estado que ejercen funciones de control de las masas trabajadoras y participan de la explotación del trabajo (por caso, la burocracia sindical, o los que manejan las redes de ayuda social). Se puede decir que no expresan los intereses del capital «en general». Pero forman parte del aparato de clase de dominación, y en tanto tales, tienen sus propios intereses económicos.
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rolandoastarita
17/09/2021 at 08:24
Los textiles están contentos, fijate cuanto aumentaron los precios después que aumentaron los aranceles a la importación. La «industria» fueguina también, los traficantes de efedrina, los que ganan por tener algun conocido/pariente en el Estado que les hace ganar licitaciones por mas que no sean la mejor oferta…
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german
17/09/2021 at 13:09
Hola Rolo. Bien esto como puntapié inicial y espero que sea eso, puntapié inicial. Coincido con lo que dice Alberto Bonnet pero no descarto que ese aspecto lo desarrolles más adelante. Asimismo quisiera decir que comparto la crítica al simplismo, pero hay otras cosas más que deben ser señaladas. He escuchado opiniones de la izquierda diciendo que no hay salida ni por acá ni por allá. Estaría bueno decir algo más, cuál sería el camino para la clase trabajadora.
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fernando moyano
16/09/2021 at 23:42
A esta altura deberíamos dejar de decir «la izquierda». Deberíamos decir «los que quieren ser tercera fuerza», en todas las notas solamente se habla de eso. Por ejemplo en una nota tildaron que la elección fue muy buena para el FIT-U pero una derrota histórica para el oficialismo, dicen «podemos dar el batacazo y ganar mas bancas», nunca preocuparse por el trabajador. Una de las peores crisis que tuvo el pais y siguen hablando de «el peronismo y la oposición de derecha», no vaya ser que pierdan 10 votos de «peronistas de izquierda».
La nota en cuestión: https://prensaobrera.com/politicas/de-la-derrota-electoral-historica-a-la-fractura/
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D
17/09/2021 at 01:49
En España se están dando situaciones muy raras ahora mismo también. Un mercado de la luz que no entiende nadie (para analizar la ley del valor y como opera sería interesante), una subida de precios general, sectores enteros de la economía sufriendo la crisis, pero a la vez ha aumentado el empleo y el gobierno de coalición ha subido el salario mínimo.
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David Martín
17/09/2021 at 07:25
Que lindo ver a los peronchos matándose entre ellos. Y sobre todo al PCCE que va a tener que seguir militando esto…
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Gorilón
17/09/2021 at 09:27
«el movimiento es una bolsa de gatos, usted escucha gritos y piensa que se están matando pero se están reproduciendo»
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German
17/09/2021 at 15:27
Rolando leyo esto que opina?
https://razonyrevolucion.org/contra-el-partido-del-orden/?fbclid=IwAR2wyhHSSMjTdJLQ3l9fR2DMEv0YP6LPteFLy_vG8D0xQIhinvR2_mypcAs
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maria paz
17/09/2021 at 12:51
No conocía esto. No sé de dónde saca RyR que los partidos de izquierda tienen «poder de convocatoria masiva». Haber obtenido un 7% de los votos no significa que el FIT-U tenga ese poder. Además, hay que aclarar que para una intervención revolucionaria no basta con algunas manifestaciones más o menos numerosas. ¿Qué programa tendrían esas manifestaciones? ¿Qué relación con la producción, con la huelga general de masas? La realidad es que los partidos de izquierda no tienen ese poder que se les atribuye.
Más en general, es infantilismo izquierdista (y bastante estúpido, por cierto) pensar que la agitación de algunas consignas, y más por grupos minoritarios, puedan generar un movimiento de masas que enfrente al régimen capitalista. Las revoluciones no se inventan en los escritorios de algunos intelectuales de buena voluntad. Quienes hemos tenido alguna experiencia de militancia en el movimiento obrero sabemos que las cosas no funcionan así. Por ejemplo, recuerdo las grandes movilizaciones -con formación de las Coordinadoras obreras- que hubo en rechazo del Rodrigazo, en 1975. El clima de rebelión en esos días se respiraba en las fábricas. Por eso en muchas grandes plantas bastó que grupos de activistas, a veces con acuerdo de delegados de la burocracia, llamáramos a parar, y el movimiento se extendía como reguero de pólvora. Eso no se inventa. Y con el agregado que, una vez desplazado López Rega, el movimiento se debilitó. Repito, solo con un poco de experiencia en la lucha de clases cualquiera sabe que las cosas no son como RyR pretende que sean.
Por lo demás, acuerdo con RyR en que el programa y la orientación del FIT-U se inscriben del campo «nacional y popular». Y que cada vez de manera más acentuada los partidos del FIT-U dan pruebas de electoralismo y adaptación a la ideología burguesa. Una especie de keynesianismo radical nacionalista.
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rolandoastarita
17/09/2021 at 14:12
Rolo
Vos pensas que argentina es un espacio de acumulacion de reciclaje de capital chatarra? por el retraso de la productividad argentina con respecto al mercado mundial? acaso eso no se da en muchos sectores en muchisimos paises de america latina tambien? ademas la gran mayoria de las pymes en argentina son reiclaje de capital chatarra y viven gracias al subsidio del estado y proteccion (frente al exterior) por plata generada en el agro?
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mariana
17/09/2021 at 16:29
No sé qué es «capitalismo chatarra». Es la primera vez que leo esta expresión. Las empresas argentinas viven principalmente del valor generado por sus obreros. El valor agregado por el trabajo agrícola es salario (obreros agrícolas) + ganancia (de los capitalistas agrícolas) + renta (de los propietarios de la tierra). Una parte de este producto va al Estado, por impuestos (retenciones incluidas). No hay manera de decir que este último ítem sostiene los ingresos de cientos de miles de pymes. No entiendo de dónde salen estas cosas, ni quién las dice.
Un consejo: no perder el tiempo con cada invento que aparece por ahí. Está lleno de chiflados teóricos, que se pretenden originales lanzando a la circulación disparates mayúsculos-.
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rolandoastarita
17/09/2021 at 17:06
Lo q si es cierto es q el grueso de las divisas las aporta el agro y la agroindustria. Con lo q se financia el déficit comercial de la industria. En especial el sector pyme.
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Gus
17/09/2021 at 19:32
Cuando se dice que la industria sobrevive gracias al campo creo que se refiere a que los dolares que necesita la industria para importar insumos o maquinaria los obtienen de la balanza comercial positiva del campo. En su «mejor» momento la industria automotriz era deficitaria en 12 mil millones de dolares anuales y los MOA son el 90% de las exportaciones argentinas. Cada vez que baja el precio de las commodities vuelve la «restriccion externa» y la industria termina bajando la produccion.
Recuerdo que Milciades Peña habia hecho una investigacion en «Fichas de investigacion economica y social» en los ’60 donde mostraba lo deficitaria e improductiva que era la industria argentina y el mito de la industrializacion peronista. Uno lee eso y parece casi calcado a lo que pasa hoy, tambien los relatos de los «nacionales y populares».
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German
17/09/2021 at 21:45
Una cosa es que la balanza industrial es deficitaria, y otra muy distinta decir que la industria vive del agro. En todos los países hay ramas de la actividad económica que presentan déficit y otras superávit, lo cual no significa que las primeras vivan de las segundas. Y no tiene sentido tampoco hablar de «capital chatarra» para referirse a las ramas deficitarias. Más en general, durante largos períodos potencias económicas como Gran Bretaña o EEUU tuvieron déficits en sus balanzas comerciales, y eso no habilita a decir que se trataba, o trata, de «capital chatarra».
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rolandoastarita
18/09/2021 at 10:59
Rolando sería muy interesante que pudieras desarrollar acá en el blog alguna entrada sobre el vínculo entre las diferentes ramas de la economía argentina y el papel que cumple el Estado en el sostenimiento de la industria relativamente atrasada que se desarrolla en el país, como también el lugar que ocupa el sector agropecuario dentro del conjunto. Me parece que sería muy útil para muchos de nosotros para tener más en claro varias cuestiones sobre cómo se realiza la ganancia industrial a pesar de la falta de competitividad de muchas empresas y sobre qué peso real tienen las transferencias de renta de la tierra. Digo esto habiendo leído tus libros, en los cuales sé que tocás estas cuestiones.
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BoyBlue
20/09/2021 at 10:33
Es un tema interesante, pero por ahora no voy a poder tratarlo. Quiero publicar algunas entradas más referidas a la historia de la lucha socialista, los programas y las tácticas de los marxistas. De todas maneras, adelanto un asunto: por estos días vi de pasada que algunos sostienen que las ganancias de la industria argentina provienen de renta agraria transferida por medio del Estado. No entiendo cómo se puede sostener algo así. La recaudación del Estado por vía de los derechos de exportación cobrados a los granos oscilan entre los 9.000 y 10.000 millones de dólares (y esto con buenos precios y cosechas, como ocurre en esta campaña). De ese total, además, una parte significativa la usa el Estado para sus gastos corrientes. Otra parte va a subvenciones, en energía fundamentalmente. El PBI de Argentina ronda los 500.000 millones de dólares. Es imposible que la ganancia de la industria provenga de la renta agraria. No hay manera de que cierren los números. No entiendo de dónde salen esas cosas.
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rolandoastarita
20/09/2021 at 15:53
Gracias por tu respuesta Rolando. El planteo que hacen es que la renta de la tierra se apropia también por otra vía principal, que es la sobrevaluación de la moneda local, la cual abarataría los medios de producción y de vida importados, lo que redundaría en una reducción de los costos de los capitales industriales. A eso se suma toda la idea de que en la circulación los capitales medios se apropian de una parte de la renta y la plusvalía de los capitales más pequeños (capitales más chicos que siguiendo esta línea son en sí masas de renta).
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BoyBlue
21/09/2021 at 11:40
«la sobrevaluación de la moneda local, la cual abarataría los medios de producción y de vida importados, lo que redundaría en una reducción de los costos de los capitales industriales». Sigo sin entender cómo razonan. Efectivamente, un tipo de cambio real bajo abarata las importaciones de medios de producción, pero esto también afecta a los productores nacionales de medios de producción. Además, el TCR bajo (supongamos, a nivel de paridad de poder adquisitivo, o por debajo de esta), dada la baja tecnología y productividad hace más difícil para la industria nacional competir con importaciones de bienes de consumo. En el mismo sentido, encarece, en términos de dólar, el valor de la fuerza de trabajo; lo que es otra traba para sostener la competencia.
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rolandoastarita
21/09/2021 at 16:45
Hace lo que te piden, Rolo!!! Inventa un camino como si fueras un predicador!!!
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Sergio Washington Piñeiro Miguens
17/09/2021 at 16:30
Con profundo dolor te escribo esta reflexión, púes siempre admiré tus conocimientos teóricos en relación a la economía y el marxismo. Pero tengo que decirte que disiento con tu crítica al Programa de Transición..-y no me voy a explayar respecto a esta puja discursiva con nadie que me antecede en los comentarios. Ya me pareció indignante tu declaración pública contra el FIT U. Creo que has perdido detrás del escritorio la realidad y el esfuerzo que realizan estos cros, con dificultades, errores algunas veces pero fundamentalmente vanguardias en sus puestos de lucha, sindicatos, barriadas obreras o marginadas . Creo que te falta como antaño poner los pies en la calle, luchar como has hecho en otros tiempos y no convertirte en un Zamora cualquiera. Lo lamento por vos, hay que poner los pies en el barro para criticar y tomar partido, dudo que publiques esto, pero me apena que una persona con tu pasado solo trata de escribir y no de cambiar la sociedad injusta en la cual vivimos.
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Maria
17/09/2021 at 18:14
«Te falta luchar como en otros tiempos». Bonita manera de eludir las discusiones fundamentales: el nacionalismo, el estatismo burgués, el oportunismo electoralista… y la lista es larga. En fin, es el típico argumento de los aparatos en que te educaste. Siempre que cuestioné, el mismo «argumento»: «lo que pasa es que no querés militar»; «sos un intelectual descolgado de las masas»; «te falta ir a la lucha». El objetivo es acallar, quebrar moralmente (Nahuel Moreno era un maestro en esto, pero hay cantidad de discípulos aventajados). Y, por supuesto, eludir la argumentación razonada y con datos. Hay que atacar «ad hominem» («pujas discursivas» incluidas), a eso se reduce todo. Es el método preferido de los pequeños burócratas de aparatos, y sus infaltables discípulos.
En cualquier caso, para agredir en lo personal con sandeces no te hace falta El Capital ni la ciencia. O sea, podés prescindir de este blog.
Una aclaración suplementaria: el contenido de mi militancia política no lo voy a discutir con vos.
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rolandoastarita
17/09/2021 at 22:33
Un agregado: a ustedes el ataque personal a críticos y opositores jamás les causó dolor alguno, ni liviano ni profundo. Por favor, sin hipocresías.
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rolandoastarita
17/09/2021 at 22:36
Hay muchos militantes en otros partidos también y andan con «los pies en los barros». ¿ellos también tienen razón o solo los que coinciden con el programa de transición?
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Martin
18/09/2021 at 00:07
Tal vez escriba algo acerca de este asunto. Son procedimientos brutales de gente que está acostumbrada al trato brutal con tal de acallar a las voces críticas. Trato brutal y arbitrariedad: si X escribe en el periódico del partido, o en su revista teórica, está militando. tiene los pies en la tierra, y participa en la lucha de clases. Si X escribe por fuera de las publicaciones del partido, criticando las posiciones del partido, no es un militante, no tiene los pies en la tierra y no participa en la lucha de clases (con suerte, porque también se lo puede acusar de pasarse al enemigo). En todo esto no importa lo que escriba X. Por supuesto, para que X pueda publicar en los medios del partido, debe reproducir al pie de la letra la línea del partido. De nuevo, si lo hace, es un militante. Si en cambio X es crítico de la línea del partido, no podrá publicar en los medios del partido. Si expresa sus posiciones por fuera del partido, es acusado de fundido y de negarse a militar. De manera que siempre llegan al mismo resultado.
El lema es quebrar a los críticos. Y en esto no exagero un milímetro. Recuerdo que cuando milité en un partido trotskista el máximo dirigente aconsejaba «fundir» a disidentes -o sea, que dejaran para siempre la militancia- antes de que migraran a otra fuerza trotskista. Estoy seguro de que más de uno sabe de quién estoy hablando. Ese «gran dirigente», que incluía entre las actividades militantes lograr que militantes abandonaran la militancia por el socialismo, sigue siendo «gran dirigente». Y dice que lucha por la unidad de la izquierda.
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rolandoastarita
18/09/2021 at 11:15
Hola Rolo
Estamos de acuerdo y, sin embargo, me parece que no del todo… Vos decís que los distintos sectores políticos en pugna dentro del gobierno (y los distintos partidos burgueses, por extensión) tienen programas económicos diferentes porque expresan (aunque no de una manera mecánica, acepto, porque estarían «permeados por lecturas ideológicas») los intereses de distintas fracciones de la burguesía. Yo creo más bien que no existe nada así como «programas económicos» en sentido estricto (son la sanata que conocemos: del «modelo neoliberal» al «modelo de crecimiento con inclusión social», y así sucesivamente). Sólo existe en este caso la ilusión del gobierno de revertir este resultado electoral en dos meses (algo estúpido, de la manito de Aníbal Fernándex sobre todo) y de llegar mejor al 2023 (algo apenas menos estúpido, pero habrá que ver). Creo que simplemente se adaptan, implementando las políticas que (creen, aunque a menudo se equivocan) son funcionales a su acceso a, o su conservación de, el poder. Y en consecuencia no creo que el kirchnerismo haya expresado sin más «una reacción de sectores pequeñoburgueses o burgueses frente a la globalización de los mercados y las relaciones capitalistas» que «puede expresarse en el reclamo de más proteccionismo, o intervención del Estado». El kirchnerismo trató de integrar esos intereses, por cierto, pero subordinándolos a los intereses de la gran burguesía exportadora, de la que dependía en última instancia su suerte. Lo mismo hace Fernándex hoy. Y a la inversa, tampoco el macrismo se atrevió a acabar con ese proteccionismo, sino que buscó una nueva solución de compromiso entre ambas cosas, aunque nunca la encontró. Por último, en esa integración de intereses en conflicto, nunca están ausentes los intereses populares (y vos los ignorás), porque todo el mundo sabe que, salvo que quiera suicidarse de antemano, ningún gobierno puede ignorarlos. Macri (en línea con Duque, Pineda y tantos otros) mantuvo y expandió las políticas sociales del kirchnerismo. Esto no puede explicarse en función de la expresión de los intereses de cierta fracción de la burguesía, sino de los requisitos de su propia supervivencia (la «gobernabilidad», que le dicen). Decir que «son lo mismo» sigue siendo una tontería (empexando por la sencilla raxón de que, si fueran exactamente lo mismo, no podrían competir en este juego), pero decir que son distintos porque expresan de una manera estable intereses de distintas fracciones de la burguesía (hoy, en nuestra democracia capitalista de catch all parties y demás, no en el siglo XIX), no es adecuado. Abraxo
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alberto bonnet
18/09/2021 at 23:14
Cooncido con la nota, está bueno profundizar en la caracterización de clase. Juntos por el Cambio y el Frente de todos defienden políticas e intereses burgueses, pero no son lo mismo. Otro ejemplo: los primeros cerraron la campaña proponiendo eliminar las indemnizaciones por despido arbitrario, hasta donde conozco los segundos se oponen por su política estatista y de control burocrático de los sindicatos.
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omar
19/09/2021 at 11:52
Hola rolo. A raíz de tus discuciones respecto al programa de transición, la reivindicación del programa mínimo/máxima, tus discuciones con las distintas versiones de la teoría del estancamiento de las ffpp y también tu lectura de la crisis estructural argentina de largo plazo, te pregunto: ¿este cuasiestancamiento relativo (en comparación a otras economías) de largo plazo que sufre la argentina no acotaría mucho más de lo común lo «posible» del programa mínimo, dejándonos en una situación más similar a la imaginada por Trotsky cuando elabora subprograma de transición? A raíz de las discusiones que estuve leyendo respecto a la consignas levantadas por la izquierda en su campaña electoral (salario mínimo de 100 mil, jornada de 6hs, reparto de ha de trabajo, etc.) ¿Cuáles te parecen que deben ser las consignas de programa mínimo que habría que levantar en este contexto de alta inflación y desocupación, atraso salarial, etc ? Desde ya gracias por tu respuesta
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Ger
19/09/2021 at 14:28
Para María.
Hace muchos años conocí a un joven universitario que cursaba la carrera de matemáticas. A este joven, de origen humilde y con ideas socialistas, le aconsejé que terminando su carrera de matemáticas continuara sus estudios en la facultad de filosofía, pues lo veía con grandes aptitudes intelectuales y, además, conocía temas de filosofía y de economía política.
Además le aconsejé que se concentrara íntegramente en el estudio y qué no “perdiera” mucho tiempo en la lucha callejera, en los sindicatos, barriadas obreras o marginadas.
Me pareció que, para el caso muy especial de este joven, poner los pies en la calle no era algo imprescindible.
Para muchos activistas es imprescindible poner los pies en las calles y ligarse a las barriadas obreras o marginales a fin de que se conviertan en buenos activistas políticos. Pero para el caso de este joven, con características intelectuales excepcionales, que presentaba una gran y muy rara pasión por asimilar e interpretar temas de gran abstracción, el tratamiento debía ser otro. El partido debió acogerlo, apoyarlo, orientarlo, inducirlo a que desarrolle sus cualidades intelectuales al máximo.
Lamentablemente el sistema lo ganó, tuvo hijos muy tempranamente y ahora es un próspero comerciante.
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Amauta
19/09/2021 at 21:06