Rolando Astarita [Blog]

En una nota anterior (aquí) denuncié que alguien creó una página falsa en Facebook utilizando mi nombre. Al momento de escribir publicar esta entrada, esa página sigue en pie, a pesar de las denuncias.

El sujeto que hizo esto también creó una página falsa utilizando el nombre de Juan Iñigo Carrera. Además, realizó posteos atribuyéndolos a JIC o a mi persona.

En lo que sigue, reproduzco un texto de JIC, que amplía la denuncia anterior.

Razones de mi incorporación a Facebook

Ante todo, va mi saludo y reconocimiento a todas/os quienes se han interesado por la apertura de mi cuenta.

Hasta ahora no había creado una cuenta personal en Facebook porque tengo en claro que mi modalidad y ritmo de trabajo difícilmente se ajusten a la dinámica de esta red social. Pero me vi necesitado de crear este sitio para hacer frente a la bajeza política hecha por alguien, cuya identidad desconozco, que abrió una cuenta falsa a mi nombre. Para darle la apariencia de legitimidad usó fotos mías que son públicas e información de actividades del CICP publicadas en el sitio del centro.

La intención que persigue quien procede de este modo se evidencia en los posteos incoherentes que publicó simulando que eran míos. Y queda más clara todavía teniendo en cuenta que, para completar su manipulación, también abrió una cuenta falsa en Facebook a nombre de Rolando Astarita, quien tampoco tenía una cuenta propia allí.  Desde esta cuenta falsa, falsificó un posteo con referencia a supuestos intercambios que habríamos tenido en privado respecto de nuestras discrepancias. Y en este falso posteo, queda en evidencia que el próximo paso consistiría en la fabricación de una falsa discusión pública que nos imputaría a nosotros dos.

Son públicas y notorias las profundas diferencias entre los puntos de vista de Astarita y los míos respecto de la relación social general actual y sus formas concretas, cuestiones que hemos discutido fuertemente, como es propio de una discusión política. Y lo hicimos con esa fuerza porque, más allá de nuestras profundas diferencias, compartimos una misma condición: los dos estamos poniendo en juego con nuestros trabajos el objetivo político al que hemos dedicado nuestras vidas.

En las antípodas de esta producción nuestra, está la vacuidad intelectual y degradación política del/a diletante que, pese a que alguna vez ha de haberse preguntado por las determinaciones de la renta de la tierra y su papel en los procesos nacionales de acumulación de capital, hoy se ha quebrado hasta el punto de creer que la discusión política no sirve, en el mejor de los casos, más que para divertirse falsificando discursos y hasta las personalidades ajenas. Triste ejemplo de hasta dónde llega el oportunismo del «todo vale» posmoderno. «… Con la cara del cortesano, que con vista corta, y sin embargo sonriendo, condena la cosa seria», citaría Hegel. Aunque siempre puede resultar también que la vacuidad intelectual encierre, directa o indirectamente, una prestación de servicios.

Es para bloquear esta forma de falsificación, y evitar la posibilidad del engaño a quienes se encuentran con estos sitios que pretenden cobardemente suplantar la personalidad de otros/as apuntando a la destrucción de su subjetividad política, que decidí abrir la presente cuenta en Facebook. A partir de esta razón, veré hasta dónde me será posible incorporar la dinámica de esta red como herramienta para mi forma de trabajar.