Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Cuba: crisis, globalización y giro al mercado (11)

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La parte 10 de esta nota, aquí 

Los efectos del régimen burocrático

En la crítica a Claudio Katz, que he citado en la parte anterior de la nota, Guillermo Almeyra se pregunta “sobre los efectos políticos y morales”, en escala internacional y en la misma Cuba, de la línea política seguida por el castrismo. La pregunta de Almeyra nos parece central, ya que el éxito de la transición al socialismo depende de que sea apoyado por otros procesos revolucionarios a escala internacional. Por eso, la manera en que son asimiladas, por parte de los trabajadores que viven bajo el capitalismo, las orientaciones de los Estados “socialistas”, tiene una importancia difícil de exagerar: el futuro de un proyecto anticapitalista y emancipador solo se sostiene si los pueblos consideran viable la construcción de una sociedad sin explotadores ni opresores. Una cuestión que atañe a los que viven bajo el dominio del modo de producción capitalista, como a los que lo hacen en los “socialismos reales”.

Naturalmente, esa comprensión está mediada por la propaganda capitalista (o imperialista); pero también por los testimonios de gente común que viaja hacia o desde los países “socialistas”, así como por múltiples canales de información, que se han ido extendiendo y profundizando con la globalización de las comunicaciones y la intensificación de los viajes.

Pues bien, en este respecto hay que admitir que los regímenes de tipo burocrático stalinista, que en la conciencia popular se identifican con el socialismo, no son considerados una alternativa deseable, o viable, para las más amplias masas, a nivel mundial. Por ejemplo, en América Latina ninguna corriente política actualmente puede progresar argumentando que su proyecto es alto parecido a Cuba (Corea del Norte es aún menos referencia). Dicho de manera más directa y bajo forma de pregunta: ¿Cuál es el efecto sobre la representación del socialismo que produce el testimonio de un trabajador cubano que es echado del Estado, o privado del derecho de salir del país, por ser crítico de la línea oficial? ¿Y cuál es ese efecto cuando por todos los poros surgen evidencias de que, en nombre del socialismo, burócratas del Estado o del partido, directores de empresas y altos militares llevan una vida con todas las comodidades, en tanto amplias capas de la población padecen por necesidades básicas insatisfechas, o se vuelcan a la prostitución y otras actividades “en el margen”, porque no avizoran otra salida? Incluso gente de izquierda que visita Cuba, y se preocupa por conocer cómo vive y piensa el cubano común, termina por admitir lo que es indisimulable. Pero dada esta realidad, y su negación «oficial» (incluyo aquí al coro de intelectuales «nacional-popular-marxistas» que mira para otro lado), no hay manera de reconstruir un programa socialista. Accesoriamente, preciso que solo personas muy despistadas pudieron creer que el proyecto socialista podía reconstruirse bajo la bandera del chavismo, esto es, de la mano de la lumpen burguesía, de burócratas corruptos y oportunistas, y de los militares venezolanos.

Pero el problema excede la situación actual de Cuba (o de Venezuela), ya que lo que está en juego es la experiencia global de los regímenes stalinistas burocráticos, las razones de su colapso, y sus consecuencias a nivel de la conciencia y las convicciones de los trabajadores. Hay que comprender que el eslogan burgués de “no hay alternativa” –el límite de los cuestionamientos de masas al capitalismo hoy parece fijado en los reformismos sin perspectiva “a lo Syriza”- es el resultado último de lo que se experimenta como el “fracaso del socialismo”. Un problema que afecta también a los trabajadores que viven en los territorios del ex bloque soviético (o en la ex Yugoslavia, o en China, etcétera), y a los cubanos. Por eso, en tanto estas cuestiones no se salden con una discusión en el movimiento socialista, habrá pocas esperanzas de remontar su actual crisis ideológica y política.

Por otra parte, esta crisis ideológica y política, a la que han contribuido las prácticas y discursos stalinistas en todas sus variantes, no se supera con la mera “experiencia de las masas trabajadoras”. Lo sucedido cuando comenzaba la crisis final del bloque soviético es ilustrativo: por aquellos años muchos trotskistas que viajaron a los países del Este y a la URSS desde Occidente, se encontraron con la desagradable sorpresa de que aun los militantes más izquierdistas de esos países depositaban sus esperanzas en alguna forma de “socialismo sueco”, o de régimen socialdemócrata “moderado” y capitalista. Paralelamente, el capitalismo avanzaba sin pausa, y sin provocar alguna resistencia seria por parte de las masas trabajadoras. A manera de argumento-consuelo, por aquellos días muchos pronosticaron que apenas la gente viviera las consecuencias del capitalismo “salvaje”, volvería sobre sus pasos para establecer alguna forma de socialismo autogestionado por los trabajadores. Pero nada de esto ocurrió. E incluso hoy, a pesar de que muchos trabajadores de Rusia y otros países del ex bloque añoran aspectos positivos del viejo régimen (por ejemplo, seguridad laboral, servicios públicos gratuitos), las corrientes anti-capitalistas son minoritarias. Lo cual demuestra que los procesos históricos no son lineales, ni las reacciones se producen por simples “actos reflejos”; y se evidencia también que las ideologías definitivamente inciden en la manera en que se procesan los hechos económicos y sociales.

Tal vez esto ayude entonces a comprender por qué hoy no aparecen fuertes resistencias, desde la clase obrera cubana, a la entrada del capital y de la lógica del mercado en la isla. Lo cual, a su vez, debilita la posibilidad de reconstruir el movimiento anticapitalista a nivel mundial. Un trabajador de un país capitalista que ve cómo en Cuba se conceden ventajas gigantescas a la inversión extranjera (ver aquí), tiene derecho a preguntarse cuánto de lo que hace su propio gobierno es cuestionable. El internacionalismo no es una abstracción, es una posibilidad real sustentada en la mundialización de las fuerzas productivas, y en sus expresiones políticas e ideológicas transfronteras. Accesoriamente, señalemos que no encajar estas cuestiones en los análisis, puede llevar a grupos de izquierda a repetir errores cometidos a comienzos de los 1990, cuando pronosticaban un “ascenso del socialismo de masas a nivel mundial”, disparado por esa pretendida gran revolución anti-burocrática y anti-capitalista que se produciría en la URSS, y que no ocurrió.

Por otra parte, y por fuera de los efectos derivados de la “construcción socialista real”, existe un segundo canal por el que se hace sentir la influencia de un gobierno “socialista” a nivel internacional: son sus caracterizaciones y posiciones políticas e ideológicas frente a gobiernos y Estados extranjeros. Así, por ejemplo, cuando Fidel Castro declaraba (2/08/1980) que el presidente López Portillo pasaría a la historia “como uno de los grandes estadistas de México”, esa definición incidía en la conciencia de los obreros y campesinos mexicanos, y en las posibilidades de los partidos de izquierda marxista de desarrollar una crítica a los gobiernos y el régimen del PRI. Una cuestión que se vincula con el criterio con que un gobierno revolucionario encara sus relaciones exteriores en un mundo rodeado de regímenes hostiles.

Interludio: la tradición revolucionaria y el stalinismo

La cuestión que abordamos al finalizar el apartado anterior fue planteada repetidas veces por Trotsky (también por Lenin), y se respondía, en los años heroicos de la Revolución rusa, en base a un criterio definido: las acciones y políticas de un gobierno que se reivindicaba del socialismo debían apuntar a fortalecer la conciencia socialista de la clase obrera mundial.

En ese respecto, una de las explicaciones más claras de Trotsky la encontramos cuando se firmó, en 1939, el acuerdo entre Stalin y Hitler (conocido como el pacto Ribbentrop – Mólotov), al que siguió la ocupación del este de Polonia por el Ejército Rojo; y el inicio de la Segunda Guerra. Ese acuerdo de la URSS con la Alemania nazi impactó en la izquierda, pero los stalinistas lo defendieron diciendo –entre otros argumentos- que gracias al mismo el socialismo había avanzado en Polonia. La respuesta de Trotsky fue que con esa acción la burocracia soviética había “desorientado y desmoralizado” a la clase obrera mundial y que, comparado con ese crimen, la revolución social en dos provincias era de secundaria importancia (véase En defensa del marxismo). Para más males, la burocracia stalinista embellecía al gobierno nazi –recordemos que Molotov declaró, a horas del estallido de la guerra, que “una Alemania fuerte es una condición indispensable para una paz durable en Europa”. Todo lo cual aumentaba la desorientación de los trabajadores.

Subrayo que la crítica de Trotsky no era a la firma de acuerdos entre Estados. En muchos pasajes (véase La revolución traicionada, En defensa del marxismo y otros escritos de la época), explicó que cualquier gobierno revolucionario está obligado a firmar acuerdos con gobiernos capitalistas, y que en muchas ocasiones debe ceder posiciones, maniobrar o apoyarse en una potencia contra otra. Sin embargo, no por esto debe presentar como victorias lo que son concesiones forzadas por las circunstancias, ni embellecer al enemigo. Por caso, en la paz de Brest-Litovsk el gobierno revolucionario se vio obligado a ceder territorios a Alemania, pero jamás eso se caracterizó como un avance del socialismo; ni se presentó como “amigo” al gobierno germano. Para explicarlo con un hecho más cotidiano: una dirección sindical puede verse obligada a ceder terreno en un conflicto, pero no por ello tiene que presentar el asunto como un triunfo, ni calificar de “amiga” a la patronal capitalista. O para decirlo con un ejemplo castrista: Cuba puede estar necesitada de firmar acuerdos económicos con China, pero ello no autoriza a embellecer al gobierno chino diciendo que está en la avanzada de la construcción del socialismo.

Más en general, y volviendo a las tradiciones del gobierno soviético, había una regla fundamental en aquellos primeros años de la revolución rusa: los acuerdos con gobiernos burgueses no debían atar a la sección correspondiente de la Internacional Comunista. O sea, se establecía una división entre la Internacional Comunista y el gobierno ruso, de manera que la primera pudiera conservar la libertad de acción. Según Trotsky, esta independencia era absoluta. Marcel Laibman (Le Léninisme sous Lénine. 2 L’ épreuve du pouvoir) observa, empero, que la diplomacia leninista no habría sido tan “pura” como pretendía Trotsky: el caso más chocante fue el acuerdo comercial que firmó el gobierno soviético con Gran Bretaña, en 1921, en el que figuraba una cláusula que impedía a las partes recurrir a cualquier agitación o propaganda subversivas.

Sin embargo, y esto lo enfatiza Laibman, en lo básico, la división entre la Internacional y el gobierno soviético permitía mantener la agitación, y daba gran libertad a los revolucionarios para hacer conocer sus posiciones a los trabajadores. Lo cual se ve también en la relación con Gran Bretaña; pocos meses después la firma del citado acuerdo, el Foreign Office protestó por las reiteradas violaciones a la cláusula que impedía la agitación. El gobierno soviético respondió que los que actuaban así eran agentes de la Internacional Comunista. “El formalismo de tal argumentación podía no ser convincente, pero resultaba, bajo ciertas circunstancias, muy útil” (Laibman, p. 261). En el mismo sentido, en 1919 Gueorgui Tchitcherine (Comisario del Pueblo para Asuntos Extranjeros desde 1918) había declarado que en tanto “la diplomacia soviética es defensiva y debe dar pruebas de un sentido agudo de responsabilidad, cuando hablamos de tareas positivas de la Tercera Internacional, nos debemos cuidar de identificar a los partidos Comunistas que la conforman con el gobierno soviético donde los comunistas  también dominan” (citado por Laibman, p. 260).

Lo precedente explica la actitud del gobierno soviético con respecto a la revolución alemana, en 1923. El año anterior se había firmado, entre Moscú y Berlín, el pacto Rapallo, de colaboración comercial y parcialmente militar. Sin embargo, poco después “el partido Comunista de Alemania movilizó abiertamente a las masas para una insurrección revolucionaria… La tendencia revolucionaria de la política común al gobierno soviético y a la IC excluía, en ese período, por supuesto, la posibilidad de la participación de la República Soviética en un sistema de Estados interesado en preservar el orden existente” (Trotsky, “The Kremlin in World Politics”, julio 1939). En definitiva, la organización internacional de los marxistas revolucionarios y la independencia de acción para los partidos Comunistas constituían pilares de una estrategia que apuntaba a quebrar el aislamiento de la Rusia soviética mediante el triunfo de revoluciones proletarias. Esta política se mantenía en una innegable tensión con la necesidad de negociar y mantener relaciones con Estados capitalistas, pero no renunciaba a la actividad de la Internacional y sus partidos.

Sin embargo, a medida que avanzó la burocratización en la URSS, la Internacional Comunista se convirtió más y más en un instrumento subordinado a las necesidades del Estado soviético. Los partidos Comunistas perdieron autonomía y acompañaron, durante años, los virajes de Moscú. Hasta que en mayo de 1943 la IC fue disuelta por Stalin, como muestra de buena voluntad para con sus aliados, EEUU y Gran Bretaña. Desde entonces, ningún gobierno o Estado del “socialismo real” buscó reconstruir una Internacional socialista de los trabajadores. Cuba no fue la excepción. Lo cual está en la lógica de las “razones de Estado” que orientaron su política exterior.

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28 respuestas

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    Gerardo Daniel

    21/03/2015 at 14:43

  2. Si Stalin no firmaba el pacto con Hitler de la repartición de Polonia, Hitler hubiera ganado la guerra sin ningún problema. Esto cualquier historiador militar lo puede confirmar. Fue una brillante maniobra estratégica de Stalin que dejo a Alemania aún más lejos del territorio soviético. Que buque Astarita el discurso de Hitler después de la firma del tratado y que se fije a quién benefició más. Hitler estaba furioso y sabía muy bien que si Stalin le impedía posicionar sus tropas en la frontera este de Polonia la invasión de Rusia sería mucho más difícil. Por eso Hitler, desesperado, traicionó el pacto lo más rápido posible. Fue una dura derrota política para los nazis y más tarde para la Wehrmatch.

    La paz de Brest que Astarita defiende fue muchísimo más polémica y perjudicial para Rusia. Se sabe muy bien que había infiltrados de los servicios Alemanes en el Estado Ruso y en distintos partidos (no sólo en el bolchevique) que estaban pujando porque Rusia saliera de la primera guerra. Es mentira que Lenin únicamente quería evitar la guerra para no ser «cómplice de las reparticiones capitalistas». La intención de sacar a Rusia fuera del conflicto tenía que ver con sus posibilidades de éxito militar en el mismo y el consecuente desbalance en el equilibrio de poder Europeo. En otras palabras, UK y Francia usaron a Rusia para debilitar a Alemania, y después la desestabilización de Rusia durante la revolución ayudó a frenar su avance sobre Europa. Esta movida que concluyó en Brest-Livotsk fue una maniobra brillante de las fuerzas capitalistas Británicas y Francesas para destruir a sus dos mayores adversarios, Alemania y Rusia. Sin embargo, con Stalin, sus intentos fracasaron rotundamente, y por eso tuvieron que recurrir a otro tipo de maniobras de desestabilización para poder tumbar al socialismo, como por ejemplo, guerras menos amplias pero más duraderas (para fundir económicamente a los socialismos), bloqueos y aislamiento económicos, espionaje. inflitración y sabotaje, etc. Así fue como las fuerzas capitalistas destruyeron a la URSS, y no por problemas de «productividad y corrupción» que es la muletilla barata de los economistas de cuarta que nos ofrece la revista The Economist.

    El oportunismo viene de la mano de Astarita que cuenta una historia disfrazada de «científica» para negar todos estos acontecimientos históricos y comprobables.
    Y otra cosa que me hizo enojar mucho, cuando dice en una parte que los socialismos se caracterizan por tener a los funcionarios enriquecidos mientras que el resto de la población se dedica a la prostitución!! Qué hipócrita al extremo que sos Rolando, si sabés muy bien que la droga, prostitución, y desigualdad entre ricos y pobres es muchísimo menor en los socialismos que en las naciones capitalistas,,, cuánto hipocresía que sale de este alumno de Redrado por dios!

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    Iosif

    22/03/2015 at 14:16

    • «Si Stalin no firmaba el pacto con Hitler, Hitler hubiera ganado la guerra sin ningún problema. Esto cualquier historiador lo puede confirmar». ¿Desde cuándo un argumento histórico contrafáctico «se puede confirmar»? Un stalinista, puesto a escribir, no tiene límites.

      De todas maneras, el argumento de Trotsky (que comparto) no fue a la firma del pacto en sí. El stalinista, en su ceguera fanática, ni siquiera es capaz de entender el argumento. La crítica es a toda la política que llevó a ese pacto, y a la forma en que se presentó ante las masas. Con dos agregados: Stalin confió tanto en el pacto (la historia de Trepper es ilustrativa al respecto) que la invasión alemana encontró a Rusia desprevenida. En segundo lugar, algún día los stalinistas deberían explicar por qué muchos pueblos recibían a los nazis como liberadores. ¿Cuál fue la respuesta de Stalin al finalizar la guerra? Condenarlos por traidores. Con la misma bestialidad con la que procedían, reescriben la historia a gusto.

      Pero el stalinista sigue adelante con los disparates (¿no será un trol?). Ahora resulta que la paz de Brest fue promovida por los servicios alemanes infiltrados «en el Estado Ruso». Los disparates ya son hilarantes. Los servicios alemanes infiltrados en el CC del partido Bolchevique y en la dirección de los soviets, dirigiendo la política de Lenin. ¿No terminará el stalinista repitiéndonos la calumnia reaccionaria del tren blindado para «traicionar» a Rusia?. Además, a todo esto, ¿qué hacía el camarada Stalin? ¿Aplaudía la traición promovida por «los infiltrados alemanes en la dirección del Estado soviético y el partido?

      Por si fuera poco, vuelve con la productividad, con Redrado, The Economist y dios (por las dudas), para terminar justificando la prostitución y la droga en Cuba («no es tanta como en el capitalismo», argumento que es un derroche de inteligencia) y calificando de «hipócritas» a los que sostenemos que la prostitución es una lacra que ningún socialista debería reivindicar. Alguien se puede asombrar, pero los stalinistas son esto. No hay inmundicia a la que no apelen para defender «la verdad de partido». Su naturaleza política es lo que manifiestan. Ni más ni menos.

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      rolandoastarita

      22/03/2015 at 14:44

    • Muy buena Iosif. Este sujeto se quita la careta en cuanto puede y se muestra su cara trotskista e ignorante en materia militar, estratégica e histórica. Astarita, haga un favor y deje de escribir 11 partes y las que queden sobre política que desconoce. Quede en temas de divulgación de la TVT y de economía marxista en general, porque en cuanto se sale de ahí y entra en política desbarra como ninguno.

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      Rolando trotsko

      23/03/2015 at 11:37

  3. 1-No es contrafáctico que los nazis quedaran a 20km de Moscú. Sin el pacto de Polonia la guerra estaba perdida. Interprételo como quiera. Fue un pacto militar , y Hitler pagó un costo político frente a las clases dirigentes de Alemania por tal tratado. Stalin mostró el pacto como lo que fue, una victoria de corto plazo importante.

    2- Stalin confío en el pacto y dejó desprevenida a Rusia?? En serio? Desde cuándo es usted estudioso de cuestiones militares? O no será que repite el manual de blasfemias de Kruschov durante el deshielo? Stalin decidió no poner todo el esfuerzo militar en Polonia y Ucrania simplemente porque los nazis los hubieran destrozado. No era el momento para atacar. Y los nazis no se encontraron con una Rusia desprevenida sino con un país que prácticamente había mudado toda su industria a Siberia y estaba listo para el contraataque.
    De desprevenido nada.

    3- El pacto de Polonia no implicó ceder, sino avanzar, y no se «vendió humo» respecto de tal maniobra. Por tal no puede ser comparado con Brest, donde sí se buscó mostrar el acuerdo como un triunfo del punto de vista socialista, cuando en realidad fue simplemente una rendición obligada. Nuevamente sobrevalora a Lenin para desprestigiar a Stalin, se apoya en uno para defenestrar al otro cuando los dos fueron en realidad una continuidad.

    4- Cuando revindiqué la prostitución? Nada más aberrante que eso, sólo califiqué de hipócrita el argumento que establece que, porque se encontraron cuatro putas en las calles de cuba entonces cuba está perdida y el socialismo real fue traicionado y no sirve. Cuantas putas encontraremos en Argentina, Brasil o Estados Unidos si nos ponemos a buscar? Ah no, capaz como la putas de allá son más productivas y se encuentran en «otro espacio de valor» entonces no cuentan como tales. No voy a decir «por Dios» porque veo que le llama la atención. De todas formas, la prostitución en Cuba creció después del colapso de la Unión Soviética de acuerdo a varios estudios sobre el tema. Pero aislar la cuestión de la «prostitución», separarla del contexto histórico de cuba y su guerra con EEUU, des-relativizarla de la prostitución en otros países, para adjudicarla al fracaso de la organización socialista de un país, es, por lo menos, un argumento muy manipulado.

    Esa forma de argumentar es parecida a la de Ronald Reagan cuando contaba sus famosos «chistas anticomunistas», por ejemplo, cuando se burlaba de que en Rusia para comprar un auto se tardaba 10 años y además sólo el 10% del país tenía automóvil propio. Todas calumnias ridículas que se construyen separando la historia es períodos cortados y separados del resto, y después adjudicar las formas de esos cortos períodos a argumentos de índole política.

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    Iosif

    22/03/2015 at 17:43

    • a) Trate de disimular un poco su ignorancia. «Si Stalin no firmaba el pacto con Hitler, Hitler hubiera ganado la guerra sin ningún problema» es un razonamiento contrafáctico.

      b) Stalin confió tanto en el pacto que Rusia siguió enviando insumos a Alemania hasta las vísperas mismas del inicio de la invasión. No sólo eso: en los 1930 eliminó a gran parte de los militares que habían ganado la Guerra Civil, descabezando el Ejército Rojo. Además, las atrocidades cometidas por el stalinismo durante la colectivización forzosa hizo que pueblos enteros recibieran a los nazis como libertadores en los primeros tiempos de la guerra. ¿Se puede concebir sentencia más lapidaria de lo hecho por la burocracia?

      c) Sencillamente, me dan ASCO los que defienden la posición de Fidel Castro ante la prostitución en Cuba. ¿Le queda claro el abismo que existe entre usted y yo? Para ser más preciso: me dan ASCO los que relativizan el drama de la prostitución hablando del «contexto histórico» y del «socialismo», cuando paralelamente crecen los privilegios de la burocracia dirigente en Cuba, se hacen negociados con capitales extranjeros y se aplaude la extensión de las relaciones mercantiles. Los que en este contexto justifican la prostitución solo pueden vivir en un mundo de hipocresía y doble discurso.

      d) En definitiva, gente como usted ha llevado a que las banderas del socialismo estén desprestigiadas a los ojos de millones de trabajadores en el mundo. Para ustedes el socialismo es un régimen bestial de represión, campos de concentración, partido único y pensamiento único. No es casual que Stalin mandara asesinar a prácticamente todos los viejos miembros del Comité Central que tomaron el poder junto a Lenin. Ustedes fueron la contrarrevolución al seno de la revolución, y han seguido siéndolo hasta el día de hoy. Ustedes son la negación de los ideales del socialismo en todos los planos. La bestialidad de sus argumentos está acorde con lo que ustedes han representado, y siguen representando en la historia del socialismo.

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      rolandoastarita

      22/03/2015 at 23:24

    • Para Iosif

      Le recomiendo la lectura del libro «Guerra Absoluta. La Rusia Soviética en la Segunda Guerra Mundial: una historia moderna», del autor Chris Bellamy. Ediciones B. S. A., 2011. Barcelona (España). ISBN: 978-84-666-4748-9.

      En la página 155 de su libro Bellamy escribe lo siguiente:

      «El ejército rojo había perdido a cientos de sus oficiales más capacitados en las purgas de 1937. Como se recordará, éstas habían eliminado a 3 de los 5 mariscales; entre ellos Tujachevsky, probablemente el cerebro militar más brillante de la Unión Soviética, y tal vez del mundo en ese momento, y el único alto mando soviético con experiencia para dirigir un ejército invasor en un país extranjero. Las purgas [provocadas y dirigidas por Stalin, nota nuestra] también eliminaron a 13 de los 15 generales de ejército, 50 de los 57 generales de cuerpo, 154 de los 186 generales de división y 401 de los 456 coroneles. En total 26.000 oficiales, incluyendo 6 de cada 7 coroneles y generales. Si las proporciones se aplicaran a las fuerzas armadas más profesionales del mundo en la actualidad, en palabras de un general con experiencia,’no quedaría suficiente para dirigir ni un carrito de helados'»».

      Así estaba el Ejército Rojo en junio de 1941 -en un total desastre- cuando Alemania invadió a la URSS, provocando la muerte y la prisión de millones de soldados y ciudadanos soviéticos. Fue en toda la línea un ataque sorpresa. En este aspecto Stalin se negó a creer las advertencias que le dieron a tiempo sus servicios de inteligencia sobre la invasión alemana.

      Por estas razones el responsable mayor de este desastre fue Stalin, sin ninguna duda.

      Le recomiendo que lea este libro para que entienda porqué la guerra le costó a la URSS más de 26 millones de muertos y la responsabilidad que tuvo Stalin en.esta tragedia.

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      La duda metodica

      23/03/2015 at 02:03

    • «Según la filosofía trotskista, ecléctica y pragmática, es verdadero todo lo que nos resulte útil y práctico para el fin perseguido. Lleva implícitos, pues, el individualismo, el voluntarismo y el espíritu de aventura, que niegan o desconocen la existencia de leyes sociales. Sostiene, de hecho, que la revolución puede «Inventarse» o incentivarse. Cree en la exportación y la importación de una revolución que, en definitiva, es la revolución «por encargo», que tan duramente criticara Lenin, y no la que surge de las entrañas de la misma sociedad.

      Su estrella polar es la absurda tesis de Trotski sobre la «revolución permanente», sin fronteras, universal y simultánea. Sostienen que no hay etapas, que sólo es una invención, innecesaria, la llamada «revolución democrática, agraria y antimperialista». No hay que perder el tiempo, sino marchar directamente a la revolución socialista, bajo todos los cielos y en todas las épocas.

      Esta falsa tesis conduce de la mano a la conclusión tremendista del «todo o nada», de que «tanto peor, tanto mejor», y a la concepción cuartelera y militarista que Trotski pretendió imponer a los sindicatos y al Estado Soviético, en su lucha contra el leninismo.»

      Fernando Nadra en Reflexiones sobre el terrorismo.

      Por no hablar de que era Trotskiy el que quería que el voto fuera PÚBLICO y no secreto, como así lo quería Stalin. Tampoco del APOYO que dio TROTSKIY a Stalin cuando Bujarin era el que podía optar al poder. Así podríamos seguir hasta la eternidad. Lo que nunca entenderé es la manía de hacerse con la figura, no hablo ya ni de contenido, de Lenin… es como que con él ya os limpiáis de toda culpa, de toda incongruencia, de todo oportunismo. Usted, Astarita, vive en las nubes y se pasa por el forro la realidad histórica, concreta. Se produce la siguiente ecuación: justamente cuando se daba socialismo para usted no se daba; justo cuando se da es cuando se da. Dicho con otras palabras: el comunismo que usted predica sólo existe en su mente.

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      Rolando trotsko

      23/03/2015 at 16:29

    • Corrección: »Se produce la siguiente ecuación: justamente cuando se daba socialismo para usted no se daba; justo cuando no se da es cuando se da»

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      Rolando trotsko

      23/03/2015 at 16:31

    • ¿No puede dejar de escribir pavadas? ¿O le sale natural? Ni siquiera adhiero a la teoría de la revolución permanente, ni a la táctica trotskista del programa transicional. ¿No puede criticar con un mínimo de honestidad intelectual? ¿Tanto se le ha metido el método stalinista en los sesos?

      Por supuesto, voy a seguir escribiendo sobre Cuba, el castrismo y el stalinismo todo lo que quiera. Por caso, en la próxima nota, viene, entre otros asuntos históricos, la actitud de Fidel Castro y el PC cubano con la dictadura argentina de Videla. Entiendo que los ponga un poco nerviosos, y que quieran que me limite a hablar de la TVT. Pero no les voy a dar el gusto. Y es realidad «histórica y concreta». A ustedes hay que presentarlos como lo que fueron y son. Justifican cualquier inmundicia hablando de «alta estrategia político-militar». Dan vergüenza.

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      rolandoastarita

      23/03/2015 at 16:49

    • ACLARACIÓN: En este blog no se admiten comentarios con agresiones personales. Menos todavía comentarios que contengan insultos basados en supuestas «características psicológicas nacionales».
      Por otra parte, en este blog nos reservamos el derecho a borrar comentarios considerados trol, o que solo buscan provocar. Más todavía si se hacen desde un anonimato insultante.
      Al que no le guste, que haga su propio blog y publique allí sus idioteces e insultos. Como se dice habitualmente, «la casa se reserva el derecho de admisión».
      Por último, al que le parezca que esto viola la democracia, que haga su propio blog y practique la democracia que le guste. Nadie le obliga a leer o frecuentar este blog. Para más información, consultar aquí.

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      rolandoastarita

      27/03/2015 at 08:33

    • Realmente causa asombro y vergüenza ajena el nivel al que pueden caer individuos como Iosif y «Rolando trosko» (comentario aparte, para usar ese nombre como careta para ocultar su identidad hace falta nunca haber superado la adolescencia intelectual)
      Más allá de que a esta altura estamos hablando de claros defensores del capitalismo, uno esperaría de un adulto que por lo menos intentase argumentar algo. De esta forma solo aportan más argumentos contra su propia posición.
      Mis saludos al compañero Prof. Astarita como muestra de apoyo por tener que andar soportando toda esta basura humana.

      Saludos.

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      Gerardo Daniel

      24/03/2015 at 08:54

  4. Un comentario al paso. En “El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo”, Lenin no presenta al pacto de Brest Litovsk como una victoria sino como una concesión del tipo que hace una persona que es asaltada por maleantes y tiene que entregarles sus pertenencias. Es decir, ese pacto revela una derrota momentánea de Rusia ante Alemania y no una victoria.

    Con respecto a que la IC fue subordinada a los intereses del PCUS por parte del estalinismo, me interesaría saber su opinión respecto de una polémica un tanto más antigua pero similar, en lo que se refiere a la posición que tenía Bordiga, en vida de Lenin, por la que sostenía que la política del frente único obedecía a necesidades diplomáticas del PCUS.

    Saludos.

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    Lucas

    26/03/2015 at 16:23

    • No conozco qué argumentos presentaba Bordiga para defender esa posición. Todo indicaría sin embargo que la política del frente único correspondió a un período defensivo. Ya se había producido la derrota en Alemania, en Hungría, había retroceso en Gran Bretaña, claramente en Italia. A veces hay que saber retroceder, no se puede estar siempre a la ofensiva. De todas maneras, quisiera leer lo que decía Bordiga. ¿Dónde lo encuentro?

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      rolandoastarita

      26/03/2015 at 20:10

  5. Perdón por la demora en contestar. La posición de Bordiga contra el Frente Único proletario está en las Tesis de Roma, donde lo limita al plano sindical. La respuesta a la acusación de que el FU obedece a razones de estado de la URSS la contesta Trotsky en su discurso sobre el FU que dirige prácticamente contra Renault (PCF) y contra Terracini (PCI). Hay cartas de Gramsci donde sostiene que la posición de Bordiga, y en ese entonces también Terracini (no estoy seguro que también fuera la de Togliatti pero creo que si), implicaban la revisión de la política del III Congreso de la IC. Eso también lo dice Trotsky en su discurso.

    Tesis de Bordiga: https://www.marxists.org/espanol/bordiga/roma1922.htm
    Respuesta de Trotsky donde se hace mención a las razones de estado (p.6):http://www.grupgerminal.org/?q=system/files/discursofrenteunico1922trosky.pdf

    Saludos

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    Lucas

    14/04/2015 at 18:55

    • Hace muchos años que no leo esos documentos, pero son muy interesantes. En las Tesis de Roma, que son de 1922 se codifican dos aspectos que serán matriciales en la llamada ‘sinistra italiana’. Por un lado el abstencionismo electoral. Por otro, el luego llamado ‘frente único por abajo’. Son aspectos que aparecen l concretizados e incluso matizados (en lo que respecta a la cuestión de la táctica parlamentaria sobre el asunto dell’ Aventino) en las tesis propuestas por la fracción de izquierda encabezada por Bordiga y Damen, para el Congreso de Lyon de 1926. Las tesis de Roma fueron respondidas en una carta firmada por el Comité Ejecutivo de la Tercera Internacional. Zinoviev trata de refutar dramáticamente la insinuación diciendo de que de ser cierta la acusa, la dirección bolchevique merecería que se la fusilara. De todos modos, Bordiga en 1922 se circunscribía al caso italiano y lo funesto de un frente con los socialistas. Esta posición la reivindicará hasta su muerte en 1970. Con la derrota consumada del levantamiento alemán, el ‘frente único’ por abajo es vindicado como una táctica que debía haber sido extensiva. Bordiga es uno de los grandes olvidados de la historia revolucionaria y en general, las críticas de la llamada ‘ultraizquierda’ siempre sufrieron la tendencia a ser descalificadas sin que se las hubiera estudiado demasiado en aras de cierto dogmatismo ‘leninista’ bastante irreflexivo y cierto ‘trotskismo’ autoproclamativo. Su obra, así como la producción política de la corriente que fundara es totalmente merecedora de ser estudiada y revaluada a la luz de la historia.

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      AP

      14/04/2015 at 21:46

  6. AP: ¿Tiene la carta de del CEIC y la crítica de Zinoviev? Trotsky la menciona en su discurso pero no la he leído.

    A mi las Tesis de Roma me parecen bastante esquemáticas, mecánicas por decirlo de algún modo. Me parecen superiores de las Tesis de Lyon de Gramsci, claro que escritas cuatro años después de las tesis de Roma. De todos modos, creo que Gramsci fue el único cuadro dirigente del PCI que no subestimó al fascismo en 1922.

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    Lucas

    15/04/2015 at 14:40

    • No la tengo a mano en este momento. La cité extensivamente en una polémica hace unos diez años. La puedo buscar si le interesa y enviársela, si es tan amable de facilitarme un mail. Lo de quien no subestimó al fascismo hay que ponerlo en el contexto general. Primero habría que preguntarse quien fue el responsable de que en 1919-20 hubiera situación revolucionaria y no hubiera partido comunista. De haber existido partido el fascismo habría sido barrido con el conjunto del régimen y podría haber cambiado el curso de la historia europea y posiblemente mundial. Cuando el PCI se funda en 1921 tenía 100.000 militantes con los 45.000 de las juventudes socialistas que adhirieron en masa. Lástima que hasta 1920 la IC se mantenía firme en mantener la adhesión del PSI el solo requisito de la expulsión de los dirigentes socialpatriotas. Es un tema largo para discutir. Saludos.

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      AP

      15/04/2015 at 18:29

  7. Para empezar, le diré que su evaluación de Cuba como «régimen burocrático» tiene la marca del desconocimiento de Cuba in situ, y es evidente que Ud. la quiere retratar desde lejos, sin probablemente haber estado jamás en ella. Ya desde esa base, sin haberla visto en profundidad o quizás sin siquiera haberla visitado por un período más o menos largo, los supuestos que Ud. tiene de Cuba se basan fundamentalmente en lo que los medios masivos de comunicación, abrumadoramente privados y de derecha, dicen sobre ella. El discurso sobre Cuba entonces resulta manipulado, y manipulador. En una respuesta a alguien que le escribió un comentario, habla Ud. de la «actitud» del gobierno con respecto a la prostitución. Todos sabemos que ese es un tema delicado. Ya lo que le respondió ese comentarista tiene bases: vírese primero para los países donde el capitalismo campea por sus respetos de manera absoluta, como la propia Argentina o como los mismos países del Primer Mundo, o industrializados, y veamos la situación de prostitución en ellos, y sabrá que es muchísimo peor. Soy cubano, y conozco el problema de las calles de la Habana, la única gran urbe de Cuba, mucho mejor que Ud., porque he vivido en ella 40 años, toda mi vida. En Cuba no se estimula ni se ampara la prostitución, ni mucho menos está organizada por el estado, como pretenden algunos medios de comunicación al servicio del neofascismo financiero actual. (si el término neofascismo financiero le sugiere algo, bien, si no lo convence o le molesta, me lo dice y le digo mi opinión al respecto). Sin embargo, en los medios y en ciertas organizaciones «no gubernamentales» e «internacionales», te dan palos porque bogas, y te dan palos porque no bogas. Si la policía cubana arresta a los proxenetas y los encarcela tras juicio basado en la constitución, o si impone multas y manda a estudiar a las prostitutas tomadas en plena faena pública con pruebas, entonces esas organizaciones acusan a Cuba de que no respeta las «libertades individuales» y los «derechos humanos». Si en lugar de hacer eso, se hace lo actual, que es perseguir a los proxenetas y organizadores de la prostitución, pero a las prostitutas se les deja relativamente tranquilas, precisamente por esas acusaciones, entonces vienen otras, las de que el gobierno «castrista» lo estimula supuestamente para que el turismo prospere. O sea, que a Cuba siempre la van a atacar, y gente como Ud. que se hace pasar por marxista, se hacen eco de esas calumnias. Otra cosa, en Cuba hubo errores, como una estatalización excesiva de las actividades, sobre todo de las comerciales internas, y de servicios como la gastronomía, que probaron la ineficacia, al menos en los tiempos inmediatamente anteriores y el presente, de una gestión totalmente estatal de la economía interna. Sin embargo, de ahí a acusar a Cuba como practicante del estalinismo, va la distancia tan grande como el desconocimiento que tiene Ud. de Cuba. En primer lugar, en Cuba no ha existido jamás un culto a la personalidad como el que se llevó a cabo con Stalin. Ah, es cierto, en América Latina tenemos una tradición de caudillismo que nos viene de la herencia cultural española, principalmente. Eso se ha reflejado igual en el pueblo cubano, que muchas veces ha seguido más al líder que a ideologías más o menos abstractas, aunque yo prefiero seguir ideologías y sus flexibilizaciones prácticas, siempre y cuando se hagan en bien de las mayorías. Otra cosa, y creo que es lo más importante que Ud. pone a un lado, ignorándolo olímpicamente: el BLOQUEO ECONÓMICO Y FINANCIERO DE LOS EE.UU. contra Cuba durante más de medio siglo. Únicamente un país con cierta eficiencia en distribuir los recursos podría haber sobrevivido y aún mantenido las conquistas sociales de salud y educación, como las mantuvo Cuba. ¿Tiene Ud. idea de cuán bajo cayó el PIB en Cuba hacia los años 1992 y 1993? A menos de 1900 millones de dólares, como total anual. Ese PIB, en una nación de más de 10 millones de habitantes, era sencillamente ridículo, y aún así Cuba mantuvo, con ese mínimo casi inconcebible, un sistema de salud absolutamente gratuito, y un sistema educacional idéntico, hasta el nivel de la universidad, que dicho sea de paso, tiene un nivel excelente en comparación con muchas universidades ranqueadas del mundo, pero claro, la UH no sale en las listas que publica Oxford, o Cambridge, sobre las mejores universidades, porque no está en sus esquemas, lo cual es simplemente otra manipulación, una más entre tantas. ¿Conoce Ud. cuáles son las pérdidas que ha tenido Cuba por concepto de ese bloqueo? Ignorar eso es ignorar prácticamente lo esencial sobre Cuba, porque Cuba es un país que ha vivod más de medio siglo en resistencia para sobrevivir. ¿Conoce Ud. las leyes Torricelli y Helms Burton que se implementaron en los años ’90 para ahogar al pueblo de Cuba y matarlo de hambre y/o de enfermedades? Cuando se obvia algo así en un «análisis», todo lo demás queda parcializado y con tendenciosidad hacia la derecha. Saludos.

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    Domingo Monterrojo

    21/08/2016 at 03:11

    • Considero que sus argumentos están respondidos en la nota. Solo preciso aclarar una cuestión: los datos que presento en las notas no están tomados de diarios de Miami, sino en su inmensa mayoría de escritos producidos al interior de Cuba, incluso de escritos oficiales.

      Por supuesto, echarle la culpa de todo al bloqueo es muy cómodo, y es lo tradicional que han hecho los apologistas de regímenes stalinistas. Argumentos del estilo «en Cuba se reprimió a los homosexuales porque hubo bloqueo del imperialismo», o «Castro y el PC cubano apoyaron a Videla, Mengistu, Idi Amin o al régimen de Corea del Norte porque hubo bloqueo del imperialismo» no resisten el menor análisis. O, en todo caso, conforman a los espíritus que están dispuestos a conformarse con cualquier cosa (como hace años se conformaban con los argumentos de la burocracia soviética para justificar cualquier cosa).

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      rolandoastarita

      21/08/2016 at 10:49

    • Agregado: aunque lo suyo no da para mucho, quisiera enfatizar en la «originalidad» de su argumento sobre el «delicado» (sic) tema de la prostitución en Cuba. «Si en Cuba hay prostitución, mire la prostitución que existe en los países capitalistas». ¿Con esto también se justifica lo que, «delicadamente» dijo Fidel Castro acerca del «delicado» tema? Además, ¿cómo se compagina el extendido fenómeno de la prostitución en Cuba con la construcción de una sociedad socialista? ¿No era que la prostitución es una expresión de las llagas sociales de la explotación de clase y la opresión de la mujer? ¿O hay que cambiar la doctrina socialista para justificar cualquier cosa?

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      rolandoastarita

      21/08/2016 at 12:22

  8. Se me olvidó poner el dato numeérico. Las pérdidas económicas que Cuba ha tenido por causa del bloqueo superan los 830 MIL MILLONES DE DÓLARES. Esto es un dato del año 2014, o sea, ya está caduco, pero observe la cifra: más de las cuatro quintas partes de UN MILLÓN DE MILLONES, o sea, nuestro BILLÓN del idioma español, no el «billion» anglosajón, que es mil millones. Esas pérdidas son astronómicas. Con la mitad de ese dinero, Cuba, un país relativamente pequeño y con un clima benigno, tendría una infraestructura industrializada, un transporte moderno, un desarrollo tecnológico e incluso humano muchísimo mayor. EL imperialismo yanqui ha jugado con Cuba la vieja carta de ahogarla, para culpar a sus dirigentes de ese ahogamiento. Y los que hablan de Cuba para fustigarla sin tomar en cuenta la magnitud y la perfidia del bloqueo, se hacen eco de ese juego macabro. Y el bloqueo no sólo ha sido en pérdidas económicas, que son gigantescas. El bloqueo ha ido acompañado de multitud de ataques de lo más variados, que han costado vidas humanas, o recursos en forma masiva. En los años ’60 fueron la fiebre porcina introducida por agentes de la CIA en Cuba, que costaron al país más de la mitad de la masa ganadera porcina. En esos mismos años fueron la agresión mercenaria a Playa Girón y el financiamiento de bandas asesinas en las montañas del centro del país. En 1981 fue la introducción, de nuevo por la CIA, cosa que fue probada y denunciada en la ONU, el dengue hemorrágico en Cuba, con vectores contaminados. Ello costó a Cuba una epidemia con cientos de muertos, por encima incluso de esa cifra oficial de 158, que es más que suficiente. No sé si conoce Ud. los atentados al vuelo de Cubana en Barbados, que costaron la vida a 73 personas, o en varios hoteles de Cuba en los años ’90, que también costaron vidas, para destruir el crecimiento del turismo en Cuba. Si desconoce todo esto, le aconsejo que lo conozca mejor, para que ello module de alguna manera lo que escribe, al menos desde un punto de vista del respeto a la cultura y a los padecimientos de todo un pueblo acosado por la mayor potencia de la Historia. Si lo conoce y no lo utiliza, entonces se hace Ud. cómplice de quienes intentan ahogara a Cuba, usando la manipulación como arma. Saludos.

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    Domingo Monterrojo

    21/08/2016 at 03:23

  9. Una vez más, muestra usted su desconocimiento de Cuba, remitiéndose a publicaciones, y evidentemente a las más manipuladoras. Cuando Ud. dice «el extendido fenómeno de la prostitución en Cuba», MIENTE por el modo de decirlo. Simplemente porque la prostitución en Cuba es un fenómeno incluso menor de lo que correspondería a un país con la disponibilidad de recursos financieros como Cuba y que depende en gran medida del turismo, o para decirlo de manera más directa: un país pobre y turístico cualquiera, en las condiciones de Cuba, estaría nadando en la prostitución, Y NO ES ESO LO QUE SUCEDE EN CUBA. Por supuesto, insisto, y por más que repita que esas no son sus referencias, lo demuestra en sus aseveraciones: si sus fuentes son los canales de televisión de Miami, Univisión, o las publicaciones de la mayor parte de los periódicos latinoamericanos que responden al esquema imperialista (grupo Clarín, El Nacional de Venezuela, por citar solamente dos, porque son decenas y se multiplican en la medida en que los financistas invierten en la guerra mediática), entonces simplemente está Ud. sesgando el asunto. No esoy justificando la prostitución ni la apruebo, simplemente le estoy diciendo que no es el fenómeno que Ud. pinta en sus textos, y evidentemente UD. DESCONOCE CUBA, y en eso simplemente no puede medirse conmimgo, que he vivido toda mi vida en ella, y conozco las calles de la Habana como la palma de mi mano. Vaya primero a Cuba, pásese un mes en la casa de alguien, vea la dignidad de la mayoría de los cubanos, y la indignidad de algunos, por supuesto, tómele el pulso a la Habana en serio, y después póngase a escribir. A mí no se me ocurriría hablar del porqué de la prostitución o de cierto sector de la delincuencia de Buenos Aires, PORQUE NUNCA HE ESTADO ALLÍ, y sería muy aventurado ponerme a escribir con causas y con acusaciones incluso a determinadas autoridades, por algo que NO CONOZCO DE CERCA. Por tanto, Ud. está escribiendo de referencias MANIPULADORAS, y se suma a la manipulación.

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    Domingo Monterrojo

    21/08/2016 at 18:44

    • Sus argumentos son infantilmente ridículos. En primer lugar, con su criterio no habría ciencia histórica posible. ¿Cómo alguien hoy puede escribir sobre la Revolución Francesa si no estuvo en ese momento para ser testigo directo? Cualquier estudio social o histórico se basa en documentos y testimonios. Y los escritos que cito en mi nota son, en su inmensa mayoría, de gente que vive en Cuba, incluso documentos oficiales.

      En segundo lugar, el fenómeno de la prostitución en Cuba sí es extendido, al punto que Fidel Castro se refirió públicamente al asunto. Y sobre esto no solo existen documentos escritos, sino también he recogido testimonios directos tanto de visitantes argentinos como de cubanos.

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      rolandoastarita

      21/08/2016 at 23:35

  10. Ud. hace énfasis constantemente en la «complicidad» del «castrismo» con la dictadura militar argentina. Por un supuesto intercambio de votos pretende Ud. adjudicar a Cuba, o a su gobeirno, una complicidad total con las decenas de miles de desaparecidos que generaron las dictaduras militares ANTICOMUNISTAS de Videla y sus secuaces. Sin embargo, no parece Ud. dispuesto a pedir que Cristina Fernández, en su momento, o ahora a Macri, que rompa las relaciones diplomáticas o comerciales con el principal no ya cómplice, sino organizador, financiador y armador de la esa misma dictadura, que son los Estados Unidos. Ah quizás Ud. me diga que sería un suicidio económico de Argentina pretender que los EE.UU. no existen más en su esfera económica. Entonces, piense por igual para todos los países, más para Cuba, un país que lleva más de medio siglo bloqueado. Por supuesto, para Ud. el bloqueo NO SIGNIFICA NADA, y solamente lo usa para lanzarnos más fango, porque supuestamente lo usamos como «justificación», y no es así. Sabemos de nuestras ineficiencias, de los errores, porque algo nuevo, inédito, y frente a la mayor potencia económica y militar de la Historia, no tiene referencias como para seguir «libritos», y requiere flexibilidad, audacia y mucha firmeza. Pero 800 MIL MILLONES DE DÓLARES EN PÉRDIDAS, no son una simple «justificación». Son la diferencia entre el desarrollo y el subdesarrollo, por más que Ud. intente borrarlo de la mente de sus lectores. Y cuando Ud. toma partido contra el gobierno de Cuba, que a pesar de sus errores, es ejemplo de resistencia vertical ante el fascismo yanqui, Ud. no hace más que unirse a sus enemigos, y servirle de punta de lanza política y mediática. Si es Ud. trotskistas, de esos que se llaman trotskistas y que traicionaron los ideales del propio Trotski (otro que tuvo inmensos errores), entonces puedo comprenderlo perfectamente, porque han estado sirviendo a la maquinaria de manipulación imperialista, igualmente por más de tres cuartos de siglo. Mi impresión es que Ud. está muy lejos de ser marxista, y no me ha respondido, para nada, a lo que le dije sobre cómo los monopolios, haciendo uso de su poder monopólico y globalizante del imperialismo, bajan exprofeso los precios de materias primas como el petróleo, como parte de su guerra económica contra Venezuela, cuyo gobierno Ud. probablemente también odia. Dígame algo: Si Ud. fuera «marxista», ¿qué camino de revolución pretendería entonces Ud. tomar? No me hable de la «Revolución Mundial» en todas partes a la vez, que eso es una utopía irrealizable, por lo menos en un par de siglos. Dígame de qué manera se puede hacer REVOLUCIÓN en el mundo actual, según su credo «marxista». Un saludo.

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    Domingo Monterrojo

    21/08/2016 at 19:16

    • Sigo con lo de la dictadura. Al menos entre 1976 y 1978 tanto Cuba como la URSS se opusieron sistemáticamente a las denuncias en los organismos internacionales de los crímenes de la dictadura argentina. ESTO ES UN HECHO (al pasar, como ex detenido-desaparecido, puede imaginarse la gracia que me causa que un gobierno que se dice de izquierda haga semejantes porquerías). En cualquier caso, ¿Lo quiere justificar por el bloqueo? Es ridículo. No tiene argumentos.

      Sobre monopolios, imperialismo y petróleo, no veo que refute los argumentos que presenté en el blog. De todas maneras, cualquiera puede comparar lo que escribe usted y lo que escribí yo, y sacar conclusiones.

      Mis opiniones sobre el chavismo están también en el blog. De nuevo, cualquiera puede comparar posiciones y sacar conclusiones.

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      rolandoastarita

      21/08/2016 at 23:48

  11. Señor Domingo Monterrojo

    Usted afirma lo siguiente sobre Venezuela: «Mi impresión es que Ud. (Astarita N,E) está muy lejos de ser marxista, y no me ha respondido, para nada, a lo que le dije sobre cómo los monopolios, haciendo uso de su poder monopólico y globalizante del imperialismo, bajan exprofeso los precios de materias primas como el petróleo, como parte de su guerra económica contra Venezuela, cuyo gobierno Ud. probablemente también odia.»

    Para su conocimiento, Chávez comenzó su régimen con el barril de petróleo a 9 dólares, luego los precios aumentaron y durante varios años Venezuela recibió una fabulosa renta petrolera, con un promedio de 100 dólares por barril.

    Le pregunto a Usted: si el «el poder monopólico y globalizante del imperialismo» controla «exprofeso» los precios de las materias primas, ¿por qué no le aplicó el alicate a Chávez durante todo ese tiempo en que el barril estuvo a 100 dólares o más?

    Según su razonamiento fue para ¿favorecerlo? ¿Cómo se explica este regalo increíble del imperialismo norteamericano que siempre estuvo en contra del régimen de Chávez?

    Y ahora, según Usted, Venezuela está en la catástrofe debido a una famosa «guerra económica» del imperialismo que bajó el precio del petróleo «exprofeso» para fregar al régimen chavista. Por cierto, argumentación conspiranoica típica del stalinismo. Nunca se hacen responsables de nada. Siempre la culpa la tienen los demás.

    Por ejemplo, explíquenos ahora, por favor, ¿cuál fue la causa por la que el régimen chavista recibió los beneficios de la renta petrolera más fabulosa de la historia de Venezuela?. ¿Fue un regalo caritativo del imperialismo?

    En otras palabras, científicamente, su argumentación no vale ni medio. Y sirve para explicar cualquier cosa.

    Por otro lado,: ¿Sabía usted que organizaciones del chavismo crítico han denunciado que la lumpenchavoburguesía, formada por militares, burócratas estatales y nuevos ricos, se tragaron sin eructar la cifra de 475 mil millones de dólares, producto de la renta petrolera regalada «exprofeso», según su lógica, por el imperialismo?

    Ver aquí: http://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Nicmer-Evans-Se-desfalcaron-475-mil-millones-que-equivalen-a-9-anos-de-importaciones–20160216-0069.html.

    ¿No sería esta una de las tantas causas que han llevado a Venezuela a la catástrofe actual? ¿Corrupción elevada a la enésima potencia?

    Señor Monterrojo, ¿se da cuenta que su lógica no es científica y que su teoría del monopolio hace agua por los cuatro costados?

    Por favor, trate de poner sus neuronas en movimiento, piense con cabeza propia, y no repita como un loro un cuento chino absolutamente desgastado en el basurero de la historia.

    Saludos

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    La duda metódica

    22/08/2016 at 20:14

    • Comentario complementario sobre la «lumpenchavoburguesía», que ilustra sobre la validez de la tesis del monopolio. El caso lo he presentado muchas veces, pero los chavistas, castristas y afines siguen sin dar cuenta del asunto. Aquí va.

      Entre 2005 y agosto de 2008 Venezuela prestó a Argentina 7.599 millones de dólares; debido a los intereses, esto representó un aumento de 9.241 millones de dólares de la deuda argentina. En 2005 los intereses promedio fueron del 8,5%; en 2006 fueron del 8,1%; en 2007 del 9,6%; en la primera mitad de 2008 habían subido a 13,9%, y en agosto de ese año alcanzaron el 14,8%. Muchos bancos venezolanos realizaron extraordinarios negocios con la deuda argentina, en combinación con el gobierno de Venezuela. Pero no es eso lo que me interesa subrayar ahora, sino el astronómico nivel que alcanzaron los intereses. El gobierno «socialista» del Chávez le cobraba a un país dependiente una tasa muy superior de la que un banquero suizo le hacía pagar por esos años a Chile o Uruguay (para citar dos países también dependientes de la región). ¿Cómo explican esto con la tesis del monopolio? ¿Acaso no es el sector financiero el caso paradigmático de imposición de precios (tasas y condiciones de préstamo) monopólicas? Además, ¿cómo lo encajan en la tan proclamada lucha contra la explotación de las finanzas? ¿O en la lucha contra «el neoliberalismo depredador»? ¿Por qué no responden estas preguntas sencillas?

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      rolandoastarita

      23/08/2016 at 10:48


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