Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Respuesta a una crítica de Jorge Altamira

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Días pasados un lector del blog me preguntó mi opinión acerca de la afirmación de Jorge Altamira (dirigente de Política Obrera) de que en Argentina hay una situación prerrevolucionaria. Respondí (aquí) que la situación en Argentina no es prerrevolucionaria y a fin de dar una perspectiva más general dije que Trotsky, en el Programa de Transición, cometió el error de caracterizar la situación mundial como prerrevolucionaria siendo que la clase obreras estaba, a fines de los 1930, en retroceso. 

Pues bien, en el periódico Política Obrera del 29/11/2023 Jorge Altamira (en adelante JA) dedica un artículo (aquí) a responderme. En él reafirma que hoy la situación en Argentina es prerrevolucionaria. Escribe: “Durante seis meses [se refiere al período mayo a noviembre de 2023] Argentina fue una especie de República de Weimar o de Rusia pos monarquía”. La República de Weimar estuvo en Alemania entre 1918 y 1933 (año en que subió al poder Hitler). La Rusia pos-monarquía hace referencia al período febrero – octubre de 1917. Dedico esta nota a los argumentos de JA. Empiezo por la noción de situación revolucionaria en Lenin y Trotsky.   

Situación revolucionaria según Lenin

La situación revolucionaria fue definida por Lenin en “La bancarrota de la Segunda Internacional”, de mayo-junio de 1915 (pp. 219-280, t. 26 Obras Completas, Moscú, Progreso). Lenin reivindica centralmente la resolución contra la guerra aprobada en el Congreso Socialista Internacional realizado en Basilea, en 1912. Según Lenin, los principales planteos eran: 1) la guerra provocará una crisis económica y política; 2) los obreros considerarán un crimen participar en la guerra y esta despertará su “cólera e indignación”; 3) esa crisis y ese estado de ánimo deberían ser aprovechados por los socialistas para “agitar al pueblo y acelerar el hundimiento del capitalismo”; 4) los gobiernos no podían desencadenar la guerra sin correr grave peligro; 5) los gobiernos temían la revolución proletaria; 6) los gobiernos debían tener presente la Comuna de París (o sea, la guerra civil) y la Revolución rusa de 1905.

Lenin define entonces los principales síntomas de una situación revolucionaria: 1) Existe una crisis en la política de la clase dominante “que abre una grieta por la que irrumpen el descontento y la indignación de las clases oprimidas”; 2) hay una agravación fuera de lo común de los sufrimientos de las clases oprimidas; 3) hay una intensificación considerable de la actividad de las masas. Estas en tiempos de paz se dejan expoliar “tranquilamente” pero en épocas turbulentas son empujadas “a una acción histórica independiente”.

Se pregunta luego si la situación –escribe en 1915- desembocará en una revolución, y responde “no lo sabemos ni podemos saberlo”. “La respuesta solo nos la dará la experiencia del desarrollo del estado de ánimo revolucionario de la clase de avanzada, del proletariado, y de su paso a acciones revolucionarias” (p. 232). De manera que, en el enfoque de Lenin, el estado de ánimo, la disposición a la lucha de las masas, es una variable central para definir si hay una situación revolucionaria. En tiempos de “paz” (o sea, en situaciones no revolucionarias) las masas se dejan explotar “tranquilamente”. En cambio, en situaciones revolucionarias los trabajadores apuntan “a una actividad histórica independiente”. Por supuesto, un marxista puede discrepar con esta noción de Lenin, y sostener que la disposición de lucha de las masas, o su resistencia a la explotación, no son importantes para la caracterización de una situación como revolucionaria. Pero en ese caso, sería bueno clarificar el porqué de la discrepancia.

Situación revolucionaria, según Trotsky

Tomamos como referencia “¿Qué es una situación revolucionaria?”, del 17 de noviembre de 1931. Comienza diciendo que las condiciones económicas y sociales de una situación revolucionaria se dan cuando las fuerzas productivas del país están en decadencia; se reducen los ingresos de las clases sociales, y el desempleo no es coyuntural y tiende aumentar.

Sin embargo, sigue Trotsky, con eso no basta para que la situación sea revolucionaria. Esta “se desa­rrolla sólo cuando el proletariado comienza a buscar una salida, no sobre los carriles de la vieja sociedad, sino por el camino de la insurrección revolucionaria contra el orden existente” (énfasis nuestro). Agrega: “Esta es la condición subjetiva más importante de una situación revolucionaria”. Además, en una situación revolucionaria la clase media desconfía de los partidos tradicionales y deposita su confianza “en un cambio radical, revolucionario de la sociedad (y no en un cambio contrarrevolucionario, o sea, fascista)”. Cambios que “son paralelos a los cambios en el estado de ánimo de la clase domi­nante. Cuando esta ve que es incapaz de salvar su sistema, pierde confianza en sí misma, comienza a desin­tegrarse, se divide en fracciones y camarillas”. De manera que Trotsky, igual que Lenin, otorga una importancia crucial a los cambios en la conciencia y a la actividad revolucionaria –por fuera y contra el orden establecido- de las masas obreras; así como a la actitud de la clase media.

Dos observaciones sobre el método materialista

Presentada la noción de situación revolucionaria, son apropiadas dos primeras observaciones metodológicas. La primera se refiere a que más importante que la definición, o el calificativo que aplicamos a un fenómeno social, o a una situación, es comprender esos fenómenos o situaciones que se expresan en las categorías. Marx lo señala en El capital: “No se trata aquí de definiciones bajo las cuales se subsumen las cosas. Se trata de funciones determinadas que se expresan en categorías” (p. 274, t. II, edición Siglo XXI). O sea, las categorías deben acercarnos a entender el fenómeno bajo estudio. Y la intelección del objeto bajo estudio se produce cuando se comprenden no solo los rasgos en común con otros fenómenos bajo análisis, sino también sus diferencias específicas. Si estas se borran entramos en “la noche teórica en que todos los gatos son pardos”. Por ejemplo, si se pasa por alto que en Rusia 1917 había soviets de obreros y campesinos, y en Argentina 2023 no hay ni asomos de doble poder, la categorización de “situaciones prerrevolucionarias” para ambas pierde sentido. O, peor, se convierte en palabrerío izquierdista carente de sustancia.

La segunda observación se refiere a que las definiciones y categorías no deben aceptarse dogmáticamente; ni porque alguien invoque un principio de autoridad. Por eso el momento de lo empírico es esencial. Por ejemplo, cuando Lenin dice que con el estallido en 1914 se había abierto una situación revolucionaria, debemos preguntarnos si efectivamente se produjo la reacción de las masas trabajadoras contra la guerra que preveían los socialistas que firmaron el manifiesto de Basilea. Según este, la crisis y el estado de ánimo de los obreros debían ser aprovechados por los socialistas para “agitar al pueblo y acelerar el hundimiento del capitalismo”. ¿Existió pues ese estado de ánimo?

Respuesta: al menos en Rusia y en Austria no hubo esa reacción. En su Historia de la Revolución Rusa Trotsky escribe: “Al empezar la guerra… los sectores conservadores levantaron cabeza, llevando consigo a una parte considerable de la clase obrera. Los elementos revolucionarios se vieron aislados y enmudecieron. En el curso de la guerra la situación empezó a modificarse, al principio lentamente, y después de la guerra de un modo cada vez más veloz y más radical” (cap. 8; énfasis nuestro). En cuanto a Austria, cuando estalló la crisis que desembocaría en las declaraciones de guerra –asesinato del archiduque Francisco Fernando- hubo masivas manifestaciones en Viena exigiendo la guerra contra Serbia.

Trotsky sobre situaciones prerrevolucionarias

La categoría de situación prerrevolucionaria fue desarrollada principalmente por Trotsky. La consideró una situación intermedia entre la revolucionaria y la no revolucionaria. Vemos la categoría a través de tres casos estudiados por Trotsky: Alemania entre 1930 y 1933; Francia entre 1934 y 1935; y Rusia pos caída de la monarquía.

a)      Alemania 1930

A principios de la década de 1930 en Alemania había, según Trotsky, una situación contradictoria, caracterizada por: a) la crisis de dominación de clase de la burguesía; b) la clase obrera empezaba a “evolucionar en el sentido de la revolución”, pero con lentitud; c) la pequeña burguesía se inclinaba hacia la contrarrevolución burguesa (véase p. 21 La lucha contra el fascismo, Barcelona, Fontamara, 1980). Sostiene que esa situación prerrevolucionaria debía convertirse “en revolucionaria o en contrarrevolucionaria” (p. 68, ibidem). Subrayamos: Trotsky consideraba que estaban dadas las condiciones –incluía en esto el grado de conciencia de los obreros- para agitar por consejos de fábrica (o soviets, en 1932); el control obrero de la producción; y el armamento de la clase obrera. Más el frente único para enfrentar al fascismo.

b)      Francia 1934 – 1935

En referencia a Francia, en 1934, Trotsky distingue una situación “pacífica”, “normal”, “democrática”, o sea, no revolucionaria, de una situación “agitada, crítica, inestable, que puede tan fácilmente transformarse en una situación revolucionaria como contrarrevolucionaria”. Por eso, siempre según Trotsky, situación en Francia, 1934, no era revolucionaria, pero tampoco no revolucionaria De ahí que la defina como “prerrevolucionaria”, no solo por la crisis económica, y las divisiones y desorientación de las clases dominantes, sino también, y muy principalmente, por el estado de ánimo de las masas y su disposición a la lucha. Este se manifestaba en el crecimiento electoral del PS y sobre todo el PC. Por lo tanto, y en base a este análisis, Trotsky sostuvo que la tarea inmediata era construir la milicia obrera, formar “escuadras de combate” para desarmar a los fascistas, y propone la consigna de armamento de los obreros y campesinos revolucionarios. (¿Adónde va Francia? finales de 1934).

En la misma vena, en “Una vez más, ¿adónde va Francia?, de marzo de 1935, define la situación francesa como prerrevolucionaria, a la que caracteriza “por un elevado estado de movilización, efervescencia, y politización acelerada de las masas trabajadoras”. Ilustra: “Cualquiera que frecuente las reu­niones obreras sabe tan bien como nosotros que los discursos generales sobre las “reivindicaciones inmediatas” dejan muy a me­nudo a! auditorio en un estado de ceñuda indiferencia; por el contrario, las consignas revolucionarias claras y precisas provocan como respuesta una ola de simpatía. Esta diferencia de reacción de las masas caracteriza del modo más claro la situación política del país”.

c)   Rusia pos febrero de 1917

En el capítulo 11 de su Historia de la Revolución Rusa Trotsky caracteriza a la etapa abierta con la Revolución de Febrero de prerrevolucionaria, con la característica clave de la dualidad de poderes: el gobierno y el Estado burgués, por un lado; los soviets de obreros y soldados, por el otro. En las fábricas “los obreros se sentían cada día más los amos, y los patronos, unos huéspedes indeseables”. Los terratenientes estaban aún más inseguros. En las elecciones de “los órganos democráticos generales” (las dumas, zemstvos), y en los soviets, los obreros elegían a los socialistas contra la burguesía (véase cap. 9 de la Historia…). Enfatizamos, soviets de obreros y soldados, doble poder, corrimiento generalizado de las masas hacia la izquierda. Nada que ver con una situación en que la clase obrera consiente o acepta ser explotada “pacíficamente”.  

Argentina 2023 y la caracterización enfebrecida de JA

La historia social y económica comparativa puede ser muy útil cuando se la realiza prestando atención a los hechos empíricos y ateniéndose a la consistencia lógica de las categorías empleadas en el análisis. Pero si estos criterios elementales no se respetan, caemos en verdaderos dislates. Es lo que ocurre con la afirmación de JA de que en los últimos seis meses la situación en Argentina se asemejó a las de Rusia 1917 o Alemania 1930.

La realidad es que en Argentina se suceden regularmente elecciones y los partidos y candidatos enemigos del socialismo obtienen el 95%, por lo menos, de los votos. Las organizaciones de izquierda radical movilizan, año tras año, aproximadamente la misma cantidad de gente (por ejemplo, para los actos del Primero de Mayo). En los grandes gremios las burocracias mantienen su mando y control sin mayores inconvenientes. Por ningún lado hay siquiera atisbos de un poder dual; la explotación de la clase obrera se produce de manera “pacífica” y regular, propia de una situación no revolucionaria. Los marxistas, tenemos una influencia muy limitada. Y cuando millones de votantes tomaron distancia del peronismo, lejos de inclinarse a la izquierda votaron a Milei y LLA.  

Alguien, sin embargo, puede señalar la profundidad de la crisis económica (elevado nivel de pobreza, caída de salarios, alta inflación, indigencia) y las tensiones y disensiones entre las facciones de la clase dominante y los políticos que responden al capital. Pero eso no alcanza a definir a la situación como prerrevolucionaria. Lo fundamental: hoy en Argentina la correlación de fuerzas entre las clases sociales es desfavorable para la clase obrera. En muchas franjas de las masas trabajadoras hay desmoralización y confusión; o no se visualizan alternativas de izquierda, anticapitalistas, posibles. ¿De dónde saca JA que la situación es equiparable a una Rusia pos febrero de 1917, o Alemania 1930-1933? Incluso en el plano de lo ideológico: el desgaste y crisis del nacionalismo burgués estatista da lugar al avance de los discursos de ultraderecha liberales, y en oposición de estas, se reagrupan las filas del nacionalismo burgués estatista. ¿Cómo se puede decir que hoy en Argentina estén planteadas como tareas inmediatas las que son propias de situaciones prerrevolucionarias como los consejos (soviets)?

El disparate es “mundial”

El mismo nivel de disparate implicado en la referencia Argentina 2023 / Rusia 1917, o mayor tal vez, lo encontramos en la afirmación de JA de que estamos ante una situación prerrevolucionaria mundial. Es una caracterización delirante. ¿En cuál de los grandes centros del capitalismo – China, EEUU, Alemania, Brasil, India, Gran Bretaña para mencionar algunos- la clase obrera está volcándose a alguna forma de “acción histórica independiente”? ¿En dónde está organizándose por fuera y en contra de las burocracias sindicales y estatales, o por fuera y en contra de los partidos burgueses o pequeñoburgueses reformistas? ¿En qué lugar hay algo siquiera parecido a Rusia 1917?

Una cuestión de fondo, que hemos señalado en otras notas, y dejamos apuntado: el proyecto socialista, a nivel de las masas trabajadoras, se identifica con los regímenes stalinistas; o con los “socialismos siglo XXI”. El avance ideológico y político de corrientes como LLA y líderes como Milei no puede explicarse por fuera de este contexto histórico.

El Programa de Transición y la situación prerrevolucionaria

En mi nota anterior critiqué la afirmación del Programa de Transición de que, en 1938, millones de trabajadores se volcaban al movimiento revolucionario. A fines de los 1930 en EEUU, la URSS, Alemania, España, Francia, la revolución proletaria, la clase obrera, estaban en retroceso o atravesaban derrotas.

En su respuesta JA no niega este dato, pero defiende el programa fundacional del trotskismo citando otro pasaje del mismo que dice que la Cuarta Internacional había surgido “de las más grandes derrotas que el proletariado registra en la historia”. Lo cual plantea el problema de por qué, si estábamos en un período de “las más grandes derrotas”, Trotsky afirmaba que “grandes masas se vuelvan incesantemente a la revolución”. Estas dos afirmaciones son lógicamente contradictorias (no es dialéctica, sino incoherencia lógica). Es que el propio Trotsky era consciente de que las derrotas abren períodos de retroceso. En el mismo programa escribe: “Después del hundimiento de la Comuna de París, una reacción aplastante se prolongó cerca de 8 años. Después de la derrota de la revolución rusa en 1905 las masas obreras quedaron abatidas por casi el mismo tiempo”. En otro pasaje insiste con que “el proletariado mundial” venía sufriendo “trágicas derrotas” y que el período era de “reacción y decadencia”. Pero si esto era así –y lo era- no se podía decir que la situación mundial era, en 1938, “prerrevolucionaria”. Y si no era prerrevolucionaria, sino contrarrevolucionaria (o, a lo sumo, no revolucionaria), o sea, si la clase obrera estaba en retroceso y avanzaba la reacción a nivel mundial, la agitación de demandas transicionales no tenía sentido.

Lo más grave, sin embargo, es que los trotskistas siguieron durante décadas con la misma cantinela: “Masas de millones van a la revolución, pero los jefes reformistas y/o burocráticos las traicionan y salvan al capitalismo”. La matriz de este discurso (que hoy mantiene JA) es el PT y su inocultable ambigüedad. Es que, según el interlocutor al que haya que responder, se citarán los pasajes que dicen que millones se vuelcan a la revolución y que la situación mundial es prerrevolucionaria; o los que dicen que en 1938 la clase obrera estaba en retroceso y cundía el abatimiento de las masas. Un traje a medida para cada gusto. Curiosa forma de aclarar las cosas a los activistas y militantes.

Más de JA sobre programas

JA escribe: “En cuanto al Programa de Transición, Astarita lo critica, como buen kautskista. Karl Kautsky se formó en el período de los programas dobles – el reformista, inmediato, y el maximalista, en un futuro distante, sin conexión entre ellos”.

Aquí da a entender que defender la división entre el programa mínimo (“es un programa que por sus principios es compatible con el capitalismo”, Lenin, p. 392 t. 30 OC); y el máximo (medidas de tipo socialista, o de transición al socialismo, instrumentadas por la clase obrera en el poder), es propio de Kautsky. Es una presentación mutilada de la historia de los programas socialistas. Veamos algunas cuestiones:

Primero, JA no dice que la división entre programa máximo y mínimo fue defendida por Marx y Engels. ¿Tendrían el bichito “kautskista” en su cerebro y no se dieron cuenta?

 Segundo, oculta que la primera y más desarrollada crítica a la política de agitar demandas transicionales en etapas no revolucionarias la hizo Engels (véase aquí). ¿Habrá sido Engels un kautskista temprano? Por otra parte, JA no explica por qué los trotskistas, o Trotsky, nunca respondieron esa crítica del compañero de Marx.

 Tercero, no dice que Marx, explícitamente, se negó a apoyar la demanda de nacionalización de la tierra, a pesar de la popularidad de esa consigna transicional en EEUU. De nuevo, la sospecha de un Marx “kaustkista”.

Cuarto, oculta que el ala revolucionaria de la Segunda Internacional mantuvo la división entre programa mínimo y máximo, y ello no le impidió difundir las ideas del socialismo en amplios sectores de la clase obrera.

Quinto, no dice que los bolcheviques tomaron el poder en Rusia agitando centralmente demandas mínimas y democráticas: paz, pan y tierra, Asamblea Constituyente y explicando que para lograrlas los soviets debían tomar el poder.

Sexto, oculta que en las vísperas mismas de la toma del poder Lenin defendió –contra una propuesta de Bujarin- la división entre programa máximo y mínimo. Incluso sostuvo que esa división debería mantenerse al menos en los primeros tiempos luego de la toma del poder (véase “Revisión del programa del partido”, octubre de 1917). ¿Sería Lenin otro kautskista en octubre de 1917?     

Séptimo, no dice que la Tercera Internacional, bajo dirección de Lenin, nunca votó un programa de transición urbi et orbe. Los partidos comunistas, siguieron con la división del programa tradicional.

Octavo, no dice que en Marx, Engels y Lenin el programa de transición es un programa a ser aplicado desde el poder por la clase obrera, y de manera articulada.

JA y mi crítica al PT y la agitación de demandas transicionales

 JA escribe: “Para Astarita el Programa de Transición comete el error de desarrollar la tendencia revolucionaria en una situación política y en las masas antes del día del Juicio Final. Es un reformista”.

No sé de dónde saca JA semejante cosa. Mi crítica al Programa de Transición tiene como eje la idea de que en situaciones no revolucionarias la agitación de consignas de transición al socialismo termina en absurdos y/o posiciones conciliacionistas con respecto al Estado burgués. En especial cuando esa agitación se combina con análisis enfebrecidos sobre “situaciones revolucionarias” o “prerrevolucionarias”.

Un ejemplo de esos resultados lo tuvimos cuando el Partido Obrero, dirigido por JA, sostuvo que las cooperativas que se formaron en fábricas ocupadas por sus obreros, luego de la caída de De la Rúa, tenían la tarea “de abrir el camino de la expropiación de la clase capitalista para el resto de la clase trabajadora”. Para lo cual el PO exigía que el Estado subvencionara esas experiencias de “control obrero”. Así los obreros tendrían tiempo para aprender a manejar las empresas; educarse revolucionariamente; y para difundir su actividad en las empresas todavía dominadas por el capital. O sea, con la ayuda del Estado capitalista los trabajadores y la izquierda estarían en magníficas condiciones para atacar al Estado y al sistema capitalista. Para colmo, se exigía una ley, a ser votada por el parlamento burgués (en el cual, dicho sea de paso, los partidos trotskistas no tenían un solo diputado) para poner en práctica el asunto. Al mismo tiempo que se convocaba a los trabajadores a despreciar la legalidad burguesa (véase aquí). Semejante bodrio político y táctico es una expresión depurada de los problemas que, hace más de 150 años, señalaba Engels cuando se pretende imponer un programa de transición al socialismo en condiciones de dominio del capitalismo sobre la clase obrera.

Programa mínimo, reformas, socialismo

JA escribe “Astarita es un reformista”.

Empecemos definiendo que por reformas entendemos a los cambios que no privan del poder, dentro del país, a la vieja clase dominante (Lenin, p. 160, t. 25 OC, 24 de mayo de 1914). En segundo término, precisemos que en la tradición socialista un reformista es alguien que limita su lucha a conseguir reformas en el capitalismo, respetando a rajatabla los marcos de la legalidad burguesa, el Estado y la propiedad privada. En este respecto, los marxistas, o los socialistas revolucionarios, criticamos al reformismo.

Sin embargo, los socialistas luchan por reformas. “Los socialistas no pueden renunciar a luchar por las reformas. Entre otras cosas… deben votar en los parlamentos en favor de cualquier mejora, aunque sea mínima, de la situación de las masas…” (Lenin, p. 487, t. 27, OC, febrero-marzo de 1916). Por eso, lo que distingue a los revolucionarios de los reformistas es que al mismo tiempo que desarrollan la lucha por mejoras explican que las contradicciones fundamentales del capitalismo (y los padecimientos de las masas que derivan de ellas) no se eliminan con reformas. Por eso, buscan ampliar la pelea por toda reivindicación democrática hasta llegar al ataque directo contra la burguesía (Lenin, pp. 266-267, t. 27 OC, enero-febrero de 1916). Es en este sentido que los marxistas no somos reformistas. Pero eso no implica negar la lucha por las reformas y el programa mínimo. “Somos partidarios de un programa de reformas que también debe ser dirigido contra los oportunistas” (Lenin, p. 147, t. 30, OC, septiembre de 1916). De ahí también la polémica con los ultraizquierdistas. Estos decían que en la época del imperialismo las mejoras para las masas eran irrealizables; por lo tanto, estaban en contra de luchar por las reformas y el programa mínimo (véase p. 62, ibidem).

Estos argumentos cobran actualidad a la hora de discutir el Programa de Transición. Es que, por un lado, el Programa afirma que en la época del imperialismo ninguna demanda “seria” es realizable. Literalmente: “cualquier reivindicación seria del proletariado y hasta cualquier reivindicación progresiva de la pequeña burguesía, conducen inevitablemente más allá de los límites de la propiedad capitalista y del Estado burgués”. Pero esto no es cierto. Es una realidad que desde el momento en que Trotsky escribió esto hubo conquistas democráticas y laborales. Entre las primeras, el sufragio universal; el derecho al divorcio; al aborto; el matrimonio igualitario. Entre las segundas el reconocimiento de los sindicatos; los convenios colectivos; las vacaciones pagas y el derecho a la jubilación. Muchas de estas demandas figuraban en los programas mínimos de los partidos obreros del siglo XIX. Entre ellos, el programa del Partido Obrero de Francia, redactado por Marx. Es claro, además, que estas mejoras fueron el resultado del desarrollo de las fuerzas productivas, luchas de las masas y concesiones de la clase dominante. Por eso el capitalismo desarrolló mecanismos consensuales de dominación e integración (por ejemplo, de las burocracias sindicales, o de los que fueron “partidos obreros”). Lo cual no se supera con la mera agitación de medidas de transición al socialismo.

Para terminar este punto, la lucha por las demandas del programa mínimo tuvo sentido en el siglo XX, y sigue teniéndolo. Lo cual no significa renunciar al socialismo. Es absurdo decir que, por el hecho de que Marx, Engels, Rosa Luxemburgo, Lenin, entre otros, lucharon por el programa mínimo, renunciaron o pasaron a un segundo plano la propaganda y agitación socialista.

El desarrollo de la conciencia de clase

JA escribe: “Astarita trata a la conciencia socialista como Kautsky, es decir como una acumulación paulatina”. ¿Dónde escribí o afirmé eso? Respuesta: en ningún lado. Es que el desarrollo de una conciencia socialista no puede ser solo “acumulación paulatina”, ni tampoco puro “salto cualitativo”. La razón es que uno no existe sin el otro. No hay salto cualitativo –en ningún orden de la vida social- sin épocas de acumulación paulatina; y no hay acumulación paulatina que no pueda desembocar en saltos cualitativos. Para un desarrollo más general de esta cuestión, véase aquí.

En seguida JA se mete con la idea universal hegeliana y su relación “con los vaivenes y contradicciones de la Historia”, para concluir que adhiero a la tesis del “fin de las ideologías” que, precisa JA, “es la ideología del capital financiero internacional”. Una afirmación que parece puesta para confundir y ensuciar la discusión. No puedo entrar en eso ahora; solo la relación entre el desarrollo de la idea hegeliana y la marcha real de la historia humana ha dado para escribir libros enteros, un poco más profundos que los divagues al pasar de JA. De todas formas, ese tema –la idea absoluta de Hegel, su relación con la historia- tiene poco y nada que ver con mi crítica a la idea trotskista del desarrollo de la conciencia de clase.

Lo central sobre esto en mi Crítica al Programa de Transición es, por un lado, que la afirmación de que “la agudización de la crisis social aumentará no solo el sufrimiento de las masas sino también su impaciencia, su firmeza y su espíritu de combate” era solo una posibilidad. Es que la respuesta de los explotados a la agudización de la crisis también puede ser la desmovilización, incluso la descomposición de la clase obrera (véase lo ocurrido en Venezuela), o la lucha y la radicalización, o alguna combinación de estos. Al pasar, señalo que esta es una de las razones por las que es imposible predecir el curso futuro de la lucha de clases y las evoluciones del capitalismo (ad notam de los gurúes “marxistas”).

Accesoriamente, aclaro que he planteado –en mi Crítica y en otros textos- la necesidad de rescatar la idea de Engels, que la lucha de los socialistas debe llevarse en tres planos, el económico, el político (libertades) y el teórico. Esta reivindicación del rol de la teoría en la formación de la conciencia de clase echa por tierra el cargo que me hace JA de adherir a la tesis del fin de las ideologías. Pero además, no es cierto que la conciencia obrera, y las luchas evolucionen según la “escalera de demandas transicionales” que Trotsky recomendaba a sus partidarios. Las razones las presento en la Crítica al PT.

Lo anterior explica los pobrísimos resultados de la táctica que, según Trotsky, permitiría tender un puente entre la conciencia actual de las masas y la lucha por el poder. Lo he planteado en más de una oportunidad: La táctica “transicional” ha sido aplicada a lo largo de 90 años, por los más diversos grupos trotskistas, en cantidad de países y circunstancias, con infinidad de adecuaciones tácticas. ¿Alguien puede citar un caso en el que haya dado resultado, y las masas hayan desembocado en la lucha por el poder como resultado de esa agitación? No hace falta que los JA metan en esto a la idea de Hegel ni a la “astucia de la razón”, que no vienen al caso. Por favor, no se vayan por las ramas. ¿Dónde dio resultado?

El “Argentinazo” y las caracterizaciones de clase

JA escribe: “Cuando Astarita cuestiona la caracterización que hace Política Obrera de la situación presente, se escupe encima. No es la primera vez que lo hace, es más bien un hábito, porque el mismo desprecio por la perspectiva de una rebelión popular lo manifestó tres meses antes del Argentinazo”.

En primer lugar, cabe aclarar que no desprecio “perspectivas”, sino sostengo que el futuro no se puede pronosticar. Desarrollo esta cuestión más abajo. Vayamos pues al Argentinazo, y otras rebeliones populares.

La realidad es que, contra lo que dice JA, la cuestión no es si los marxistas despreciamos o no un fenómeno social, sino si es necesario partir de caracterizaciones de clase. En particular, en lo que respecta a los movimientos sociales, o a episodios de la lucha de clases –levantamientos, insurrecciones, etcétera- es clave definir su carácter de clase. El cual se determina por el programa, estrategia y direcciones que terminan imponiéndose como resultado de esos procesos. Por ejemplo, a pesar de que las revoluciones de febrero de 1848 en Francia, o de febrero de 1917 en Rusia, tuvieron a las masas como protagonistas, los marxistas las caracterizaron como revoluciones burguesas. ¿Por qué si fueron “populares”? ¿O es que Marx y Engels, o Lenin, despreciaban los movimientos populares? Respuesta: no, no los despreciaban. Pero eran objetivos. En esas luchas las masas pusieron los muertos y la clase dominante puso sus programas y sus representantes. Había que decir la verdad, y no hacer demagogia populista barata. Lo cual fue clave, tanto en la posición de Marx en 1848 como en la de Lenin en marzo – abril de 1917. Si Lenin hubiera calificado a las jornadas de febrero de 1917 de “febrerazo”, o de “rusazo”, eso no hubiera significado delimitación alguna con relación a las corrientes de la izquierda reformista o burguesa. El punto de partida para darse una política era definir el carácter de clase del levantamiento. Y la definición fue clara: se trató de una revolución burguesa, repito, por el programa y por la dirección que se hizo cargo del Estado. Lo cual, además, implicaba “echar vinagre y bilis en el jarabe de las frases democrático-revolucionarias” (Lenin, p. 166, t. 31 OC, abril de 1917).  

Este enfoque se aplica al llamado Argentinazo, que derribó a De la Rúa. Ese término pone el acento en la fuerza de la rebelión popular, pero pasa por alto el carácter de clase del levantamiento. Un sector de las masas se levantó –no las grandes concentraciones obreras- contra el gobierno y ganó las calles. Pero la estrategia y la resultante fueron determinadas por los políticos burgueses, Alfonsín y Duhalde en primer lugar. Y lo central a explicar era esto. Pero eso es lo que no hicieron los partidos de izquierda (incluyo en esto al PC y a los maoístas, castristas, nacionalistas). Cantaron loas al Argentinazo, y disimularon su carácter de clase. Hay que decirlo sin pelos en la lengua: Un levantamiento “popular” con un objetivo burgués puede ser progresivo –por ejemplo, si enfrenta a una dictadura para reemplazarla por una democracia burguesa- pero no deja de ser un movimiento burgués.

Otro ejemplo: los levantamientos contra los regímenes burocráticos stalinistas. ¿Fueron revoluciones de carácter proletario? Sí en lo que hace a quienes participaron. Pero fueron revoluciones burguesas por los programas y estrategias que se impusieron. Esos levantamientos aceptaban programas y líderes burgueses, y en consecuencia no podían ser caracterizados como “revoluciones proletarias”.

Más en general, en la entrada “¿Movimientos políticos sin carácter de clase?” (aquí) planteé: “… los reformistas pequeñoburgueses, los conciliadores, los nacionalistas más o menos izquierdistas, siempre tienden a presentar a movimientos políticos de masas como si fueran a-clasistas, o de naturaleza de clase indefinida. Es la forma de apoyar, de hecho, programas y estrategias burguesas o pequeñoburguesas. Se trata de oportunismo, y de la peor especie. En el fondo, son conscientes de que si explicaran a los trabajadores el carácter de clase de esos movimientos o partidos, introducirían una cuña en el “frente de unidad nacional” que tanto aman. Y no podrían seguir embelleciéndolo; esto es, no podrían seguir vendiendo “espejitos de colores”.

JA enredado en palabrerío “dialéctico” sobre el método de Trotsky

JA se pregunta: “¿Cuál es el método de Trotsky? Decir primero lo que es, no como un hecho en sí sino para sí, o sea histórico”. E ilustra esto citando el pasaje del Programa de Transición que dice que la Cuarta Internacional ha surgido de las más grandes derrotas del proletariado. Me pregunto qué tendrá que ver esta afirmación con las categorías “en sí” y “para sí”.

Es que en Marx el “en sí” y “el para sí” se refieren a las fases de toma de conciencia de la clase obrera. ¿Qué tiene que ver esto con que la Cuarta se fundó en un período de derrotas obreras? Por otro lado, en Hegel el “en sí” se refiere a lo que está implícito, a lo que es posible. Por caso, el embrión es “un hombre en sí” (Hegel en la Fenomenología). En cambio, el “para sí” es lo que se ha desplegado plenamente, se ha exteriorizado. Por lo que de nuevo me pregunto qué rayos tienen que ver estas nociones con que la Cuarta Internacional se haya fundado en un período de derrotas. ¿O es que JA quiere presumir de profundo dialéctico hablando “en difícil”? Además, cabe preguntar dónde Trotsky explicó que su método sea el que le atribuye JA, enredado en los “en sí” y “para sí”.

Desprecio por la evidencia para “ganar” una polémica

Uno de los aspectos más cuestionables del escrito de JA es la manera en que afirma cosas sin guardar el menor respeto por datos y evidencia. Aquí van algunos ejemplos de sus referencias a mis posiciones políticas y sus supuestas causas.  

JA escribe: “Astarita marcha por la línea recta: “después de una elección reaccionaria, viene un período reaccionario”. Pregunto, ¿dónde formulé tal “ley”? Respuesta: en ningún lado, es un invento de JA. Lo que sí dije es que el triunfo electoral de LLA es expresión de una reacción ideológica y política de derecha (por ejemplo, aquí). Además, no hago pronósticos acerca de cómo se desarrollarán las cosas de ahora en más en Argentina. Eso dependerá de muchos factores –entre ellos, y fundamental, la respuesta que dé la clase trabajadora a la ofensiva del capital y del gobierno- que no pueden predecirse.

Otra: JA sugiere que he compartido la idea de muchos intelectuales progresistas sobre que el voto a Massa representaba una defensa de la democracia. La realidad es que escribí varias notas criticando la idea de que el triunfo de Milei fuera el triunfo del fascismo, o de un régimen bonapartista dictatorial. No solo en notas (véase, por ejemplo aquí), sino también en los intercambios en “Comentarios” que tengo regularmente con lectores.  

Otra de JA: “Es también interesante leer los capítulos de “La estrategia de la izquierda en Argentina”, nuestra crítica al MAS, donde militaba Astarita. El MAS pronosticaba que la victoria de Menem conduciría a la revolución proletaria y al gobierno del MAS. El resultado miserable de este pronóstico impresionista debe haber sido traumático para Astarita”.

La realidad es que me fui del MAS en 1988 –con la fracción que formó el PTS. Un año antes del triunfo de Menem. Además, en 1989 comencé a cuestionar la idea –generalizada en el trotskismo- de que en la URSS y el Este de Europa se abría una etapa de revolución política, socialista. En paralelo, criticaba las caracterizaciones “con inflador” (la clase obrera siempre volcándose a la lucha; ascenso mundial de luchas de masas, etc.). Lo cual dio como resultado mi rápida y expeditiva expulsión del PTS. A JA todo esto lo tiene sin cuidado. Sin respeto por los hechos, sugiere que pienso como pienso porque estoy traumatizado por una supuesta experiencia en el MAS, en 1989-1990. O sea, mis problemas para no adherir a la caracterización “situación revolucionaria mundial” serían psicológicos (cualquier semejanza con métodos stalinistas no es casualidad).  

Más sobre datos empíricos

El caso ahora es en referencia a los ciclos económicos. JA escribe. “Para nuestro crítico de la Academia, la tierra es plana – a toda crisis le sigue una recuperación y a esta una nueva crisis, que afecta por igual, dice, aunque de un modo diferente, a obreros y patrones. Es la aburrida danza del Capital”.

La realidad es que no hay corriente del pensamiento económico que niegue la existencia de los ciclos económicos (no los niegan siquiera los teóricos del “ciclo real”). También Trotsky se refirió al carácter cíclico de las fluctuaciones económicas. Aunque, acorde con su tesis del estancamiento de las fuerzas productivas, sostuvo que bajo el capitalismo monopolista las recuperaciones no superan el punto más elevado de la etapa anterior. En cuanto a Marx, dio mucha importancia a los ciclos. En resumen, no hay manera de negar la existencia de los ciclos económicos. La evidencia empírica es abrumadora. ¿Cómo se puede afirmar que decir que existen fluctuaciones económicas equivale a afirmar que la Tierra es plana?

Pero además, dado que la tendencia de largo plazo no se puede pensar sin el ciclo, la tesis de que las recuperaciones no superan el punto más elevado del ciclo anterior exige respaldo en los datos. ¿Y qué dice la evidencia? Pues que por lo general, en las economías capitalistas desarrolladas, el pico alcanzado en la expansión de un ciclo supera el pico alcanzado en el ciclo anterior. Una excepción fue, en EEUU, el pico de 1937 que fue más bajo que el pico de 1929. Pero fue una excepción. El producto de EEUU, o de cualquier país desarrollado, hoy es mayor que hace 30, 50 o 70 años. De nuevo, la evidencia sobre esto es abrumadora. Las alusiones de JA a los terraplanistas están fuera de lugar.

Por otra parte, JA se cuida de decir que la idea de que existirá un fin del capitalismo por razones económicas la tuvieron Smith y Ricardo, entre los clásicos, pero fue criticada por Marx. Tampoco dice que en la Segunda Internacional, cuando la polémica sobre el derrumbe (fin siglo XIX), la idea de un fin del capitalismo por razones económicas fue defendida tanto por reformistas como por representantes de la izquierda. Además, y contra lo que sugiere JA, Kautsky sostuvo (en 1902) que las crisis capitalistas se harían cada vez “más extensas y agudas”, y llegaría un punto en el que el capitalismo desembocaría en “el estancamiento y la depresión crónica” (véase la recopilación de textos por Lucio Colletti, El marxismo y el ‘derrumbe’ del capitalismo, México, Siglo XXI, 1983). De todas formas, prometo no hacerle el cargo a JA de “kautskiano”.

Cuestión de método 2, sobre futurología

Señalo otra cuestión de método, que conecta con lo discutido en el apartado anterior. Se refiere a que las caracterizaciones y análisis deben hacerse sobre la base de los datos, hechos y tendencias actuantes hoy. Se trata de un criterio materialista, enfatizado, entre otros, por Lenin. El mismo se evidenció en su polémica con los populistas rusos, en el cambio de siglo. Los populistas decían que el capitalismo en Rusia no tenía futuro, que no se podía desarrollar. Lenin respondía no solo explicando las leyes de la acumulación del capital, sino también demostrando con datos las tendencias actuantes, reales, en la economía rusa.

Otro ejemplo, posiblemente más claro: cuando fue la discusión sobre firmar la paz con Alemania, a inicios de 1918, quienes se oponían argumentaban que la revolución alemana estaba a punto de estallar, y por lo tanto convenía postergar la firma del tratado. La respuesta de Lenin fue que en tanto la revolución alemana no se produjera, y dadas las condiciones objetivas existentes, había que firmar la paz. Lo contrario equivalía a lanzar “frases revolucionarias” en el vacío. Escribía: “La frase revolucionaria es la repetición de las consignas revolucionarias sin tener en cuenta circunstancias objetivas que se dan en un cambio concreto de los acontecimientos en un estado de cosas determinado. Consignas magníficas, atrayentes y embriagadoras pero desprovistas de base: esa es la esencia de la frase revolucionaria” (p. 357, t. 35 OC, febrero 1918).

 Esto tiene que ver con que la política socialista no se puede determinar en base a predicciones de lo que ocurrirá en el futuro, sino en base a los hechos actuales; las tendencias deben desprenderse de esos datos. Por ejemplo, si decimos que una de las tendencias del capitalismo es la concentración del capital, tenemos que tener datos que muestren que esto es así. Lo mismo si decimos que hay crisis periódicas de sobreproducción, o cualquier otra afirmación.

Dos temas son fundamentales. El primero, que es imposible decir qué ocurrirá en el futuro, por la sencilla razón de que el curso de la historia no está predeterminado. Es imposible prever, por ejemplo, de qué manera evolucionarán las fuerzas productivas (¿quién podía prever en 1970 cómo evolucionarían la informática y las comunicaciones?). Así como tampoco es posible predecir la evolución de la lucha de clases. O los cambios en las ideologías. La evolución futura no está determinada por la sencilla razón que la historia la hacen los seres humanos, que actúan en escenarios siempre cambiantes. Esta es una de las polémicas centrales que tenemos con los economistas neoclásicos –un extremo son los teóricos de “expectativas racionales”- que se empeñan en asimilar la economía a la física, y sostienen que sus modelos matemáticos pueden predecir el futuro cada vez con mayor precisión.

JA dice, sin embargo, que lo central es “delinear un pronóstico que sirva de guía de acción”. Es un error. La predicción de lo que ocurrirá en el futuro tiene poca o nula influencia en la política de hoy. Para verlo con un ejemplo: supongamos que en determinado país se impone un golpe militar que establece una dictadura feroz, que secuestra y asesina militantes y activistas. La tarea del momento es tomar medidas de seguridad, denunciar la represión, organizar en lo posible la resistencia. Son tareas determinadas por las condiciones actuantes en el presente. Supongamos ahora que viene un gurú marxista y nos informa que dentro de cinco, siete o diez años esa dictadura caerá a pedazos, y que eso ocurrirá aunque hoy no veamos síntoma alguno de ello. ¿Modifica eso las tareas del presente? Respuesta, en nada las modifica. Las tareas y la orientación del presente no se derivan del pronóstico de lo que ocurrirá dentro de determinado número de años, sino de lo que ocurre hoy.

Otro ejemplo: en 1903 ningún socialdemócrata preveía el estallido de una revolución en Rusia con surgimiento de soviets. ¿Afectó esto a la táctica política aplicada por los socialdemócratas en 1903? Respuesta, en absoluto. ¿Impidió, por otra parte, que en 1905 los revolucionarios se dieran una táctica correcta –militar en los soviets, desarrollarlos como organismos de doble poder- a pesar de no haber previsto su surgimiento en 1903 o 1904? Respuesta; de nuevo no lo impidió.

Como bien dice Trotsky, y con carácter más general, “tenemos que ba­sar nuestra política en los hechos de hoy, no en los de mañana” (en ¿Adónde va Francia?; énfasis agregado). En otros términos, no necesitamos gurúes. No solo no los necesitamos. La militancia debería desconfiar de estos supuestos predictores del curso futuro. No existe tal “ciencia”. Nadie puede conocer el futuro. Sí se pueden conocer –con estudio, con investigación, no suplantando hechos con deseos- las tendencias y contradicciones presentes, actuales. Y solo en base a ellas, establecer tendencias. Es todo, ni más ni menos.

Un ejemplo de análisis materialista vs futurología

Ilustramos lo anterior todavía con otro ejemplo. Se trata de los análisis que hizo buena parte del trotskismo (¿o todo el trotskismo?) de la situación en Rusia y el Este europeo en los años 1989-1991. La idea predominante era que se había iniciado una acción histórica independiente de las masas, que no solo barrían a la burocracia sino también defendían las conquistas de Octubre y avanzarían al socialismo. Entre otros pronósticos, todavía en 1988 JA publicaba un texto en el que predecía que la reunificación de Alemania solo podría ocurrir vía una guerra de los países imperialistas “contra los Estados obreros”. Como se sabe, Alemania se reunificó sin que se cumpliera la predicción de JA (lamentablemente nuestro futurólogo tiene dificultades para recordar su magnífica predicción, véase aquí).

La cuestión central es, ¿cuál fue el error de método cometido por JA y otros futurólogos que hacían predicciones similares? Respuesta: no basarse en los datos del presente: facciones enteras de las burocracias y elementos restauracionistas se hacían de la propiedad estatal (en una suerte de “acumulación originaria” violenta); establecían las instituciones del capitalismo (por ejemplo, la bolsa de valores); y permitían que el mercado se impusiera por todos lados. En contrapartida, por ningún lado se detectaba organismos de poder obrero, ni siquiera en germen. En el plano ideológico, por lo menos una parte muy significativa de la clase obrera rusa y de otros países aceptaba la vuelta del capitalismo. ¿Cuál era entonces el análisis a hacer? Pues partir de esos datos para establecer la tendencia actuante en ese momento –no en un futuro indefinido. El impulso a la restauración capitalista era actual, detectable, tenía manifestaciones por todos lados. 

Sobre el “crítico de la Academia”

En varios pasajes JA me trata de “el profesor de Economía”. En otro me califica de “crítico de la Academia”. Cabe preguntarse, si yo fuera carpintero, o vendedor de soquetes, o tuviera cualquier otra ocupación, ¿haría referencia JA a mi condición laboral? En un intercambio con los militantes docentes universitarios de su grupo político, ¿también les dispensa ese trato? ¿O solo lo usa cuando hay discrepancias serias? Además, ¿qué significa la afirmación de que soy el crítico “de” la Academia? He consultado con gente cercana, incluso con algunas personas que militan en el trotskismo, y todos coincidieron: con esas expresiones JA intenta explotar un prejuicio, extendido en algunos círculos de revolucionarios, contra los intelectuales y/o profesores universitarios.

Estoy de acuerdo. La idea subyacente es «Astarita es un intelectual pequeñoburgués, vocero de la Academia (una institución burguesa) que tiene poco que ver con el socialismo revolucionario”. Además de estar “traumatizado” por una supuesta experiencia en 1989 en el MAS, yo tendría un problema de origen, que es de clase.   

Como he explicado en otras entradas, lo que se busca es quebrar moralmente a los críticos, y mandar un mensaje por elevación a todo el que se atreva a cuestionar. Llegado este punto, agrego una observación que es producto de charlas que tuve, en 1990, con Peter Fryer. Aclaremos que Peter fue corresponsal del Daily Worker, del PC, en Hungría, en 1956. Desde esa posición defendió el levantamiento del pueblo húngaro, en The Hungarian Tragedy, lo que le valió la expulsión del PC, junto a otros muchos militantes. Peter falleció en 2006.

Pues bien, en una de esas charlas Peter me decía que en muchos partidos de la izquierda era común que a los que provenimos de la clase media, o de la pequeña burguesía, se nos estampe una marca de “pecado original”, que es precisamente ese origen de clase. Lo cual es muy conveniente para que, apenas hacemos críticas, la respuesta sea «usted es un teórico, derrotista, ajeno a la clase obrera», y similares. Y no hay sacrificio que nos borre esa marca de cuna. Podemos entregar al partido la herencia que nos dejaron nuestros padres; proletarizarnos; enfrentar la cárcel, la tortura y el exilio. No importa, nunca basta. Siempre estamos bajo sospecha (y si damos clase en una Facultad, ni te cuento). Y lo peor es que nuestros jueces muchas veces son tipos que en su vida trabajaron en una fábrica, dirigieron una huelga, o participaron en una asamblea obrera «en serio». Pero siguen creyéndose la encarnación misma de la “conciencia proletaria y revolucionaria” (para lo que no escatiman en autocelebración).    

A esta altura de mi vida estas cosas no me afectan. Pero lastiman a muchos compañeros jóvenes. Hay que rechazar de plano esos procedimientos.  

Para bajar este documento: https://docs.google.com/document/d/1cm5lLFrg7Vvbsw11g2rdYNwWAIbBNBijWJkKe3WXMFs/edit?usp=sharing

Written by rolandoastarita

10/12/2023 a 17:02

Publicado en General

39 respuestas

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  1. Buenas tardes Rolando.

    ¿Usted tiene algún link para poder leer el programa del Partido Obrero de Francia redactado por Marx?

    Muchas gracias.

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    Avatar de N. O.

    N. O.

    10/12/2023 at 18:26

  2. Porque citar a Lenin o a Trotsky si fracasaron en la materia Revolución 1.0 ?

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    Avatar de karlmarxzone

    karlmarxzone

    10/12/2023 at 19:54

    • la palabra fracaso en términos históricos sociales no tiene para mi ningún vínculo con el uso cotidiano . pero se utiliza para maltratar a los que algo hicieron en ese tiempo .grabois el tacuara se lo dijo a altamira en la tele . esta discusión es sana para lo que no hemos tenido oportunidad d leer tanto sobre los padres del estudio del capitalismo . pero es cierto que en estos momentos , digamos del 60 para acá nos a costado encontrarle la vuelta ,o no la encontramos . hay un testimonio marxista de esos tiempos el prt y un brazo armado .también está la izquierda acepada electoralista , con ella es que se debate hoy . el sufrir de ese 50 / 60 % desposeido es muy grande , pero difícil de llegarle con la palabra socialista . pero podría hoy dejando de lado las útiles pero viejas palabras suponer que los pobres , los desposeídos sean el sujeto histórico . y si lo fueran cómo confrontarían con los no tan desposeídos , aristocracia trabajadora de hoy , la distancia en todos los sentidos es enorme , y se nota en la calle y en las opiniones .
      es para asustarse que la vicepresidenta halla dicho que para sostener el ajuste se necesita tiranía ? lo dijo en la tele . hoy no saben cómo resolver el intríngulis resultado electoral , para sostener el ajuste . si no lo logran que pasa ? . quién comanda la protesta , con palabras que incluyan el supuesto prerevolucionario o las marchas de siempre hasta hoy y sus pobrísimas sedativas palabras . esto lo escribí así porque algo básico de marxismo leí y no a mises .

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      Avatar de horaciorene4300yahoocomar

      horaciorene4300yahoocomar

      11/12/2023 at 12:39

  3. Altamira es un fracasado, inútil e inepto. Una cero a la izquierda. Un sobrante. Lo fue toda su vida. Tal vez destacó porque estaba inmerso en los grupúsculos de ineptos inoperantes que son los troskistas. Pero hoy a parte de eso a llegado a un estado de senilidad total. Hay que comenzar a ignorar los berreo de una mente nula y acabada.

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    Avatar de Gerardo Daniel

    Gerardo Daniel

    10/12/2023 at 19:58

  4. Segui con ateción los ultimos textos publicados en el blog en el contexto de las elecciones presidenciales y desde la lejania de otra realidad y mi distanciamiento del escenario politico argentino, estoy de acuerdo con la respuesta de Astarita, que está solidamente argumentada. Coincido con la conclusión que subyace en su texto que podemos aplicar tambien al espacio europeo. En fin, «malos tiempos para la lirica y tambien para el pobre Prometeo…. «y añado para la revolución. Por cierto me gustó especialmente el final, con la referencia a las acusaciones con las que se solventa la falta de argumentos ante las criticas internas o externas en los partidos de izquierda… y así nos va; y por último muy acertado el recuerdo a Peter Fryer y a sus colegas del CPGB, y yo añado aqui, especialmente a los historiadores que lo acompañaron entonces. José Gómez Alén (historiador, FIM España).

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    Avatar de jose gomez alén

    jose gomez alén

    11/12/2023 at 14:29

  5. Y digo yo, ¿las charlas con Peter Fryer no estarán juntando polvo en algún cassette TDK?

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    Avatar de José Mercado

    José Mercado

    12/12/2023 at 00:42

    • Somos pasado, somos instantes; pero claro un cerebro micorrizado por la clase parásita difícilmente lo pueda entender.
      Hoy me levanté con el pie derecho, no tengo paciencia.

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      Avatar de wanako

      wanako

      12/12/2023 at 17:41

  6. Dice Maquiavelo solo triunfan los profetas armados así q aprovechen qué milei quiere liberar al mercado de armas y espere la siguiente terapia de choque

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    Avatar de Maqui

    Maqui

    13/12/2023 at 09:30

    • para el tema armas habrá que esperar , la economía deteriora y daña , sí .- hay que poner atención a mediano plazo lo que este gobierno sociológicamente llama capital humano .
      el supuesto se inicia si pensamos que los 60 se dan a los 20 / 25 años del inicio del estado de bienestar y el acceso a los libros de esos hijos . igual es entendible lo de machiavello .

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      Avatar de horaciorene4300yahoocomar

      horaciorene4300yahoocomar

      13/12/2023 at 12:59

    • Otro idiota que no banca con su cuerpo lo que dice su bocota, típico de libertos, proges y demás subespecies humanas, cualquiera es profeta armado si los que ofrendan su vida son otros, la forma y no la sustancia, las mentes criminales no necesitan la vulgaridad de las armas, no puedo explayar mucho sobre ésto para que el profe no me saque del foro, mi pasado me condena al mismo tiempo que es mi liberación, sólo decir que las personas simples y pacíficas son el último bastión de la consciencia de clase.

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      Avatar de wanako

      wanako

      13/12/2023 at 16:15

  7. Para abundar en la polémica entre programa mínimo y máximo: https://weeklyworker.co.uk/worker/1353/build-on-solid-foundations/

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    Avatar de Nómada

    Nómada

    13/12/2023 at 09:32

  8. Me gustaría un debate entre usted, Astarita, y Guillermo Moreno.Francamente no entiendo cual es la teoría del valor del peronismo y Moreno, si bien afirma que su teoría es objetiva también dice «los errores de la teoría marxista». Realmente creo que será más entretenido que estás polémicas que cansan y no interesan a nadie.Bueno, a casi nadie.

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    Avatar de Leon Saucedo

    Leon Saucedo

    13/12/2023 at 16:37

  9. Proletarios de todos los países unios. Unios para? Pues para luchar , lucha de clases por si no les suena, entonces si hay que luchar obviamente primero hay que armarse. Trincheras de ideas si, pero también se necesitan las trincheras de piedra y no se preocupen pives las crisis van a venir eso es seguro che como dicen los Stark en winter is coming

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    Avatar de Maqui

    Maqui

    13/12/2023 at 19:24

    • Armarse, como si las armas existieran por si mismas, como dadas por la naturaleza, hablan sin tiempo, sin espacio, sin contexto, ideas puras e instantáneas, mentes que no ven más allá de su nariz; las armas las crean los obreros contra sí mismos por inconsciencia de clase, los pacíficos son los intrínsecamente revolucionarios.

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      Avatar de wanako

      wanako

      13/12/2023 at 23:48

    • no creo que tirando piedras o el mortero del gordo tuviese en sí alguna idea . creo que los jubilados perdieron después y sin piedras .

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      Avatar de horaciorene4300yahoocomar

      horaciorene4300yahoocomar

      16/12/2023 at 13:26

  10. Interesante publicación. La discusión sobre la situación en Argentina y la comparación con Trotsky y Lenin ofrece una perspectiva rica y compleja. La noción de situación prerrevolucionaria, matizada por las condiciones y la conciencia, proporciona un marco analítico valioso para entender los desafíos actuales.

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    Avatar de Informadisimos

    Informadisimos

    14/12/2023 at 11:37

  11. Jaaa wanako los pacíficos son los verdaderos revolucionarios jajaja borraste en una frase 2000 o 3000 años de la historia humana eres el mejor. Por cierto cuando de niño y me decían te e voy a dar un golpe yo respondía tu no tienes valor para eso, pero siempre dando un paso atrás y subiendo la a guardia. También descubrí que algunos repetían esa misma frase pero con las manos abajo , el pecho erguido y la cara desprotegida bueno muchas veces sucedio lo que ya se imaginan. Por cierto wanako no estoy discutiendo teóricamente y filosóficamente el significado de las armas le estoy sugiriendo por su seguridad q las compren y aprendan a usarlas si no las llegan a necesita perfecto también . Por otra parte las ovejas no necesitan colmillos cada cual conoce su camino

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    Avatar de Maqui

    Maqui

    14/12/2023 at 14:33

  12. Wanako Los pacíficos son los intrínsecamente revolucionarios que frase más linda a lo Victor jará, a lo monseñor romero vaya a lo Luther king pero creo que los últimos 3000 años de historia humana dicen otra cosa bueno pongan su otra mejilla que de los ustedes pobres será el reino de los cielos. Déjenme aclarar nos que yo esté haciendo un llamado a la violencia es que la violencia va a venir ellos saben que van a generar una crisis saben que algunos se le van a enfrentar y se están preparando para aplastarlos claro siempre uno se puede someterse.

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    Avatar de Maqui

    Maqui

    14/12/2023 at 20:14

    • «las ovejas no necesitan colmillos cada cual conoce su camino»
      Esto te coloca en la categoría de lobo revolucionario supongo, todas las revoluciones terminaron reaccionarias, intereses de clase, hay que usar materialismo histórico.
      El problema más que tu ignorancia es el entusiasmo, tanto mayor velocidad tanto mayor el golpe.
      Categorías burguesas para definir a la burguesía, leen la historia a través de revistas de su época, no paran con la estupidez, no hay dialéctica, no hay nada, son fáciles de engañar ustedes.

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      Avatar de wanako

      wanako

      14/12/2023 at 22:53

  13. Bueno desde cuba era obvio que el gobierno de milei haría terapia de choque. Claramente van a ocurrir protestas y por supuesto se preparan para reprimirlas como dice milei si toman las calles habrá consecuencias de verdad espero que no haya muertos

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    Avatar de Cubano

    Cubano

    14/12/2023 at 20:36

  14. Wanako por lo menos dejaste de escribir en verso, lo cual me molestaba un poco confieso, y por historia me refiero a todos los golpes militares en Latinoamérica como terminaron los pacíficos pregúntale a Víctor jará, en cuanto a los lobos te diré q no son malos solo no se dejaron domesticar. Entonces wanako q problema puede haber en decirle a los trabajadores q se armen una persona pacífica puede estar armada de echo si quieres paz prepárate para la gyerra

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    Avatar de Maqui

    Maqui

    15/12/2023 at 09:37

    • No escribo versos, no es licencia poética, es dialéctica, es movimiento, para cada negación determinada surge una afirmación indeterminada [no es la ortodoxia marxista del cabernet sauvignon pero un malbec con soda no se le niega a nadie], esto significa que plantear armarse con un 40% de la población bajo la línea de pobreza es fantasía, hay muchos que ya ni carne pueden comprar, sin tener en cuenta que la violencia, como toda actividad humana hay que cultivarla, no se transforma un obrero en guerrero de la noche a la mañana, es un proceso histórico, como no tuvieron ese proceso los pueblos originarios de América que terminaron masacrados por la colonización, pero su legado continúa en un pensamiento latinoamericano, no utilizo categorías eurocéntricas burguesas, cómo decía JP Feimann «o te dedicás a pensar o vas a ser pensado».

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      Avatar de wanako

      wanako

      15/12/2023 at 15:37

    • «(…) los pueblos originarios de América que terminaron masacrados por la colonización, pero su legado continúa en un pensamiento latinoamericano»

      Asi le va al pensamiento latinoamericano: atrasado, reaccionario, racista, etc

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      Avatar de German

      German

      16/12/2023 at 11:56

  15. Wanako los pueblos originarios eran cualquier cosa menos pacíficos desarmados eran auténticos guerreros estaban peor armados no conocían el acero, la pólvora ni el caballo pero si ofrecieron resistencia al final fueron o sometidos o masacrados de nuevos te cargaste todos los movimientos de resistencia indigena desde Canadá a tierras del fuego hablas de herencia cultural pero al mismo tiempo quieres retratarlos como hippies en todo caso ese es tu Savio consejo para la clase obrera terminar como los pueblos originarios. Por cierto no tengo nada en contra de buenos los poetas ni de los buenos filósofos, recalco buenos, tienes algo publicado, las opiniones en blogs no cuentan como publicaciones

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    Avatar de Maqui

    Maqui

    15/12/2023 at 19:38

    • Los españoles no vencieron solos, eran pocos y sus armas poco servían contra miles de indígenas ,sin el el apoyo de otros pueblos originarios sometidos no hubiesen triunfado.Ni leyenda negra,ni rosa.Y cual es el legado que nos dejaron?que hay derechos ancestrales sobre la tierra y deben cobrar regalías en Vaca Muerta?La Machi? que viendo la orina sabe que enfermedad tenés?

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      Avatar de GUS LIZA

      GUS LIZA

      16/12/2023 at 08:52

    • El legado que nos dejaron es claro Gus: es malo si lo hace un europeo, pero bueno si lo hacemos «nosotros».

      Critican a los españoles por la esclavitud, pero defienden la «cultura indígena» donde ciertos pueblos tenían a otros pueblos enteros sometidos o los masacraban (mapuches, incas, aztecas, comanches, etc).

      Si un rey proclama que tiene derecho de sangre sobre toda la tierra es malo, si lo hace un indígena es bueno.

      Lo mismo con los empresarios: malos si son extranjeros, buenos si son la burguesía nacional.

      Y asi, ad infinitum. Es un pensamiento que trata de poner al lado perdedor como el mejor y el mas justo (algunos diciendo incluso que los salvajes eran los españoles y los civilizados eran los indígenas). Yo no veo a nadie defendiendo a los fenicios o los babilonios con tanto ímpetu, simplemente avanzaron, acá se quedaron estancados. Fijate que todavia lloran por «el oro que se llevaron»

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      Avatar de German

      German

      16/12/2023 at 12:12

  16. Guz claro que los españoles recibieron ayuda de pueblos indígenas sometidos tanto estos pueblos como los aztecas e incas por enemplo eran pueblos guerreros ese es mi punto sin leyenda de ningún. Color en cuanto a que la dominacion española que al final fue sobre todos esto y se debió a sus avances tecnológico acero pólvora viruela …ect .

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    Avatar de Maqui

    Maqui

    16/12/2023 at 14:36

  17. Que mala forma de discutir la de atacar a un espantapájaros, donde he dicho yo que los españoles eran malos y los indígenas eran buenos. Dige que los pueblos originarios (tanto los azteca como los tlaxcaltecas , mapuches, caribes, incas, apaches) eran guerreros y la dominación de estos pueblos proceso que duró siglos e bb algunos casos fue a causa del desarrollo tecnológico superior de los colonizadores europeos mejor armados. yo respeto que difieras de mis puntos de vistas pero no me atribuyas posturas que no son mias. Por cierto Guz eres chamán acaso que diagnosticas enfermedades viendo la orina lo digo por qué no has visto la mía lo digo desde el respeto en todo caso pásame tu diagnóstico no está de más precaver yo si te recomiendo antes de criticar tomate la molestia de leer o escuchar toda la opinión de la otra persona no solo un fragmento y en este caso Lee también las de wanako al que yo le estaba respondiendo además Guz no es la LA maqui sino el maqui por lo de máquiabello pero si querias ofender de manera sexista tampoco tengo problemas con eso dime la maqui me de igual

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    Avatar de Maqui

    Maqui

    16/12/2023 at 15:46

  18. Hola profe Astarita, le hago una consulta. Ante la comunicación 7918 del BCRA, sobre los BOPREAL por las deudas de importación… ¿es correcto caracterizarlo como «la estatización de una deuda privada»?… como se está leyendo en numerosos portales críticos a este nuevo gobierno (pero no todos muy críticos del anterior gobierno)

    Un saludo.

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    Avatar de Laudade

    Laudade

    16/12/2023 at 17:43

    • El problema está en la moneda de pago, que fija la comunicación 7918: pesos dollar linked!!! Ver: https://www.bcra.gob.ar/Pdfs/comytexord/A7918.pdf Para un detalle explicativo sobre dólar linked ver: https://www.infodolar.com/blog/index.php/que-es-dolar-linked/ (apartado sobre cuáles son los riesgos de comprar dichos bonos.

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      Avatar de Nómada

      Nómada

      17/12/2023 at 07:21

    • No veo que sea una estatización de la deuda privada (al estilo de lo que hizo Cavallo en 1982). Para ver por qué repasemos algunas cuestiones.

      De acuerdo al Gobierno habría unos 65.000 millones de dólares de deuda comercial, proveniente del gobierno Fernández Massa. Otros calculan una cifra menor, entre 30.000 y 40.000 millones de dólares. Esa deuda se generó por autorizaciones de importaciones del gobierno FM. Esas importaciones se pedían usando los SIRA (Sistema de Importaciones República Argentina), un instrumento que utilizaba el gobierno para gestionar las importaciones. Con las SIRA se fijaba la fecha en la que el importador debía entregar los pesos al BCRA para que este entregara los dólares para cancelar la operación en el exterior. Pero esos dólares no estaban (a pesar de que la importación había sido autorizada). O sea, los importadores tenían los pesos, pero el BCRA no tenía los dólares. De ahí que se origina la deuda comercial. Esta deuda es Estado (BCRA) / privados. Esta deuda la asumió el BCRA.

      Eliminado el SIRA, el gobierno ahora lanza el Bono para la Recuperación de la Argentina Libre (Bopreal), para ser suscrito por importadores con deuda pendiente. Solo lo pueden suscribir por importaciones pendientes de pago al 31/10/ 2023. La moneda de suscripción es pesos (al tipo de cambio fijado por el BCRA en la fecha) y el pago será en dólares. El bono vence el 31/10/2027. La tasa de interés será al 5% como máximo; y hay opción de rescate anticipado. Sigue siendo entonces una deuda Estado (BCRA) / privados. Los bonos podrán ser comercializados en el mercado secundario. La deuda, no desaparece, solo «se patea» para adelante.

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      Avatar de rolandoastarita

      rolandoastarita

      17/12/2023 at 12:03

    • Estoy de acuerdo con Rolando. No hay estatización de deuda privada de ninguna manera. Simplificando, las importaciones se pagan con exportaciones o deuda. El sector automotriz, por ejemplo, se endeudó con sus casas matrices y otros proveedores por algo más de 6 mil millones, comprando humo negro de la anterior administración, es decir, suponiendo que iban a poder acceder a las divisas al tipo de cambio oficial vigente en ese momento. Según algunos blogs especializados en el sector la «estafa», en todo caso, habría consistido en tomar deuda a tipo de cambio oficial y vender, en el mercado interno, a tipo de cambio paralelo, es decir, aprovechando los «tipos de cambio diferenciales». Pero ahora tendrán que adquirir estos bonitos nuevos al tipo de cambio actual que se acerca algo más al «blue» y con una tasa de interés no muy por encima de la inflación interanual registrada en Noviembre en USA. Que los cobren o no, supongo que dependerá de la evolución futura de las cuentas internacionales. La idea de la «estatización de deuda privada» la están vendiendo medios K (hasta donde pude ver). Es importante estar en la vereda de enfrente del gobierno Milei, pero hay que abstenerse de vender humo y confundir al personal.

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      Avatar de luisgac

      luisgac

      17/12/2023 at 19:53

    • Por eso dije, entre paréntesis, «hasta donde pude ver». Gracias por el enlace. Me gustaría decir que me sorprende, pero no me sorprende.

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      Avatar de luisgac

      luisgac

      18/12/2023 at 15:26

    • El ministro de Economía recibirá reclamos de los industriales vinculados con la necesidad de acceder al mercado de cambios para importar insumos destinados a la producción.se comunicó la creación de un bono atado al dólar para cancelar la deuda con importadores de bienes y servicios. ( ámbito )
      es una deuda ,el gobierno fm debió obligar a comprar con contado con liquidación , según la id, no lo hizo . y no vendió humo , sabían lo que hacían , y los uia también . estaba la obligación del negocio sira del bcra fm .
      ahora ,que se pretende no pagarla ?, decirles que nadie les puso una pistola en la cabeza . pero si ni pistola tenemos .

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      Avatar de horaciorene4300yahoocomar

      horaciorene4300yahoocomar

      18/12/2023 at 16:10

    • horaciorene4300yahoocomar
      El SIRA estaba constituido, metafóricamente hablando, desde luego, de puro humo: «Con las SIRA se fijaba la fecha en la que el importador debía entregar los pesos al BCRA para que este entregara los dólares para cancelar la operación en el exterior. Pero esos dólares no estaban (a pesar de que la importación había sido autorizada).»
      Si el Gobierno KFM y los industriales importadores de insumos sabían perfectamente lo que hacían, cuando vendían y compraban humo respectivamente, esto no modifica para nada este hecho contrastado. De la misma manera, los Bopreal van a ser puro humo en la medida en que no se logre encadenar unos cuantos años de superávit de cuenta corriente, etc. Por más que se pague en dólar linked (Pesos al tipo de cambio de la fecha de pago), si no están los dólares, pues no están. Es de suponer que su evolución en el mercado secundario, su precio y rendimiento, esté atado a esta perspectiva.

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      Avatar de luisgac

      luisgac

      18/12/2023 at 20:13

  19. Maqui: Gus habla de la Machi, una especie de bruja curandera mapuche, otra vez, el problema es el entusiasmo, a mayor velocidad mayor el golpe; además pasamos del ejército rojo del conurbano a reclamar una tésis para criticarlo, del pensamiento latinoamericano a la herencia cultural, la cultura tiene praxis, no es sinónimo de pensamiento, y para que sea latinoamericano se debe fusionar el latino y el americano, porque los pueblos originarios eran americanos no latinos, aunque parezca mentira.
    Y Gus pasa del pensamiento latinoamericano a las leyendas burguesas y los derechos de propiedad y regalías, también burguesas, usan categorías modernas para acercarse al pasado, picapiedrizan la historia a través de la revista Billiken, están a un paso de declarar que estos pueblos eran patriarcales, castrenses, machistas y misóginos; insisto, el problema es el entusiasmo.
    Cómo decían los ingenieros agnósticos «lo que vale la pena discutir, vale la pena evitarse», la culpa es mía.

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    Avatar de wanako

    wanako

    17/12/2023 at 22:08

    • Wanako para evitar mal entendidos resumo a un solo punto de desacuerdo contigo, que no es nada personal por cierto. Los pacíficos puede que hayan querido pero nunca han podido cambiar las relaciones de dominación y en el peor caso han Sido reprimidos salvajemente en el mejor de los casos han maquillado estas relaciones de explotación ayudando a perpetuarlas y legitimarlas de manera inconsciente o conciente. Por cierto esto es una opinión muy personal pero los a apoyo en hechos historicos recientes y de latinoamerica para no ir muy lejos

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      Avatar de Maqui

      Maqui

      18/12/2023 at 19:24


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