Productividad y precios, marxismo y escuela austriaca

En una nota anterior, en polémica con Juan Ramón Rallo, sostuvimos que la teoría del valor trabajo de Marx encuentra una confirmación empírica en el hecho de que los precios de las mercancías producidas en las ramas con mayores progresos de productividad tienden a bajar más que los precios de las mercancías producidas en las ramas de menos avances de productividad. Cité, al respecto, estadísticas oficiales de Estados Unidos. Dijimos, además, que la teoría austriaca del valor no puede dar cuenta de este fenómeno. Esta última afirmación provocó la crítica de Rallo y partidarios de su posición. Básicamente sostuvieron que la teoría del valor austriaca asocia los aumentos de productividad con la caída de los precios.
Mi respuesta fue que, según la teoría austriaca del valor (Menger, Böhm-Bawerk, von Mises, Hayek, entre otros), cuando aumenta la productividad los precios pueden bajar, pero no necesariamente, ya que en última instancia están determinados –siempre según los austriacos- por las valoraciones de los consumidores. Por ejemplo, si suponemos la producción de una mercancía X que a la vez aumenta sus aplicaciones útiles (o sea, su valor de uso) y disminuyen los tiempos de trabajo necesarios para producirla, la teoría austriaca del valor entra en dificultades para explicar la caída del precio. La razón de fondo: solo puede vincular el aumento de la productividad con la caída de los precios a través del comportamiento de la demanda, y esta es determinada por las valoraciones subjetivas. Recordemos que el razonamiento base del enfoque es que a medida que aumenta la productividad en la industria que produce X, y aumenta su cantidad, cae su utilidad marginal y por lo tanto su precio. Es este razonamiento, sostenemos, el que quita sistematicidad a la relación aumento de productividad – caída tendencial del precio. En lo que sigue desarrollamos el argumento.
Aumentos de productividad, teoría del valor trabajo y teoría subjetiva
Empecemos con un ejemplo teórico para clarificar la posición de la teoría del valor trabajo. Supongamos que en la producción de X la productividad se multiplica por 5. En ese caso, según la teoría del valor trabajo, el precio-valor de X baja, tendencialmente, a la quinta parte, en tanto que el valor generado por jornada de trabajo permanece constante (una vez que el avance productivo se haya generalizado). O sea, la ley del valor se impone a través de la disminución –hecho objetivo– de los tiempos de trabajo socialmente necesarios para producir X. Se establece así una relación clara y sistemática: en la medida en que aumenta la productividad, disminuye el precio valor de cada mercancía. La demanda determinará cuánto se produce, pero no el precio valor (o el precio de producción, o sea, costo más una tasa de ganancia). Incluso si hay variaciones de productividad por cambios de escala, lo decisivo sigue siendo el tiempo de trabajo insumido en la producción.
En la teoría austriaca esto no es así porque el precio de X no está determinado por los costos de producción (más una tasa media de rentabilidad). Tampoco está determinado por las curvas de oferta y demanda “a lo Marshall”. Recuérdese que en este último enfoque la curva de oferta se deriva del supuesto de los costos (subjetivos) crecientes; y la curva de demanda de la utilidad marginal decreciente. Con el agregado que se supone que las curvas no son interdependientes. En el enfoque austriaco, en cambio, la formación del valor y el precio derivan solo y exclusivamente de las evaluaciones subjetivas de los consumidores sobre los productos terminados. Esto es, el valor no viene del lado de la producción, sino del lado del consumo (véase, por ejemplo, Böhm-Bawerk, 1930, pp. 220 y ss.). De ahí el problema de la imputación: los precios de los medios de producción, o de los servicios productivos, se establecen a partir de los precios de los bienes de consumo. La cadena va del valor y precio de los productos de consumo al valor y precio de los costos, y no al revés.
Pero entonces, sostenemos, no se puede establecer una relación directa entre el aumento de la productividad y los cambios de precios, sin hacer supuestos cruciales acerca de las evaluaciones de la utilidad en el margen por parte de los consumidores. En otros términos, ya no se puede afirmar, como hace la teoría del valor trabajo, que “en la medida en que aumenta la productividad bajan los precios valores”. Por ejemplo, en uno de los pocos pasajes de La acción humana en que Mises trata la relación entre productividad y precios, escribe: “Es evidente que si los empresarios redujeran sus precios en la medida en que disminuyen sus costes de producción, en su calidad de empresarios y vendedores de sus mercancías no obtendrían ventaja alguna de la baja de los salarios. La ganancia pasaría íntegra a los consumidores y, por ende, a los asalariados en cuanto consumidores; los empresarios sólo se beneficiarían en cuanto consumidores” (p. 704-5). Es lo opuesto de lo que sucede en la teoría del valor trabajo.
La relación productividad – precios en Böhm-Bawerk
A fin de avanzar en la discusión, en lo que sigue nos centramos en Positive Theory of Capital. En particular, en el libro IV Böhm-Bawerk examina la relación entre aumentos de productividad y evolución de los precios. Su punto de vista, acorde con la escuela iniciada por Menger, es que la productividad influye en el precio a través de la incidencia que la cantidad ofertada tiene en las valoraciones de los bienes por los consumidores. Böhm-Bawerk sostiene entonces que cuando las mercancías son producidas para la venta, el precio es determinado por la valuación del último comprador (p. 199). “El precio, del principio al fin es el producto de evaluaciones subjetivas” (p. 210). En ese marco, los determinantes de los precios individuales son 1) la cantidad de deseos dirigidos a la mercancía, esto es, la extensión de la demanda; 2) las evaluaciones que los compradores ponen en la mercancía; o sea, la intensidad de la demanda; 3) el número en que los bienes son ofrecidos para la venta (extensión de la oferta); 4) las cifras que los vendedores ponen en sus evaluaciones (intensidad de la oferta).
Precisa luego que, en última instancia, estas evaluaciones se establecen según el principio de la utilidad marginal decreciente. Aunque en la industria moderna las ventas son realizadas por productores y comerciantes de profesión, de manera que el valor subjetivo de sus propias mercancías es, en la mayor parte, nulo. “Finalmente el resultado es que, en tales ventas, el efecto limitante que sería ejercido por la valuación del último vendedor prácticamente no entra en juego y el precio de hecho es limitado y determinado solo por las evaluaciones de los compradores” (p. 220). En los mercados grandes el precio de mercado está determinado por la valuación –en realidad, monetaria- de los compradores (p. 221). Las evaluaciones de los compradores determinan la demanda, y como oferta frente a esta demanda tenemos el stock en manos de los productores de las mercancías terminadas. El punto de intersección de los dos lados de las evaluaciones, explica Böhm-Bawerk, determina el precio de cada producto: al aumentar la demanda de la mercancía X, aumenta su precio; al aumentar la oferta de X, baja su precio.
Es lo que dice en general la economía burguesa, pero lo específico de los austriacos es que estos movimientos se deben solo y exclusivamente a las variaciones en la evaluación de esos bienes por los consumidores. La caída del precio de X cuando aumenta su oferta no se explica pues por la caída del costo, sino por el efecto del aumento de la cantidad de X en la valuación monetaria de los consumidores, siempre según la ley de la utilidad marginal decreciente. Pero entonces, para que el precio de X baje al aumentar la cantidad en oferta (por aumento de productividad) hay que asumir que la intensidad y extensión de la demanda no se mueven al alza. Si lo hacen, el efecto del aumento de la oferta de X en las evaluaciones monetarias de los consumidores queda contrarrestado, total o parcialmente. Por eso la teoría austriaca del valor solo demuestra la posibilidad de que el precio baje con el aumento de la productividad (o sea, del stock de X ofrecido), no su necesidad, como ocurre con el movimiento tendencial de los precios en la teoría del valor trabajo. Todo dependerá, en última instancia, de las evaluaciones subjetivas de los consumidores.
La admisión de la relación inversa, del costo de producción al precio
En muchos pasajes Böhm-Bawerk enfatiza que, en el enfoque austriaco, es la evaluación de la utilidad marginal la que determina el precio de X, y a partir de este se determina el precio de costo. Sin embargo, debe abrir un espacio para la relación inversa, esto es, la que va del costo al precio. El planteo (cambiamos levemente su notación) es: supongamos que se pagan $2 por día de trabajo, y el precio de una unidad de X es $6, o sea, equivalente a 3 días de trabajo. Supongamos luego que se descubre una fuerza natural más productiva que permite producir X en 2 días. En la medida en que los productores mantengan el precio en $6, solo satisfacen la necesidad de X los consumidores que estén dispuestos a pagar $6 por 2 días de trabajo. Pero esta situación permite realizar beneficios, de manera que más poderes productivos se vuelcan a producir X; en consecuencia, la producción de X aumenta hasta que su precio baja a $4 (2 días de trabajo; cualquier resonancia con la teoría del valor trabajo no es casualidad). De manera que ahora demandarán X los consumidores que estén dispuestos a pagar $4 (o tengan la capacidad para pagar ese precio). Pero con esto hemos desembocado en una teoría del precio por el costo: dado el precio (establecido por el costo de producción), se determina la demanda. Ya no se puede afirmar que “el precio, del principio al fin, es el producto de evaluaciones subjetivas”.
De ahí la aclaración que se ve obligado a hacer Böhm-Bawerk: “… todo esto no está en oposición –sino es su cumplimiento pleno- a la ley de la utilidad marginal, de la cual la ley de costos, correctamente entendida, es solo un caso especial adecuado a un grupo especial de fenómenos” (p. 232; énfasis añadido). En seguida agrega que si la producción fuera llevada a cabo en circunstancias ideales, no trabada por limitaciones de tiempo y espacio, sin fricciones y con conocimiento perfecto de las necesidades de las personas, “la ley de los costos, en la medida en que podemos hablar de ley, regiría en plenitud ideal (in ideal completeness; p. 233).
Lo significativo es que Böhm-Bawerk haya tenido que recurrir a la “ley de costo” para explicar el nuevo precio por aumento de la productividad. Es la mejor demostración de la incapacidad de la teoría austriaca de vincular, con la premisa de que el precio surge de las evaluaciones de los consumidores, los incrementos de productividad con la caída de los precios.
Aumento de productividad y la demanda en el sistema capitalista
Razonando con los criterios de la teoría austriaca, es claro que si ante el aumento de la oferta la variación al alza de la intensidad y/o extensión de la demanda fuera pequeña, podríamos despreciarla, o no tenerla en cuenta. Pero eso no es lo que ocurre en el capitalismo cuando se extiende la producción para el mercado, y aumenta la productividad. Es que no hay nada que diga que la utilidad marginal de las mercancías que son arrojadas al mercado deba necesariamente descender a medida que aumenta el stock de oferta. Por ejemplo, si la mercancía X se produce con menores costos (caída del tiempo de trabajo necesario para producirla), pero también incorpora mejoras en lo que respecta a su uso, puede ocurrir que aumente la valuación de X por parte de los compradores (en términos de Böhm-Bawerk aumenta la intensidad de la demanda), al tiempo que bajan los precios. Pero si esto es así, no hay manera de sostener que los precios dependen solo de la evaluación subjetiva de los consumidores. Y no se trata de un fenómeno raro, o especial. Por caso, en las últimas décadas las industrias de computadoras personales, las notebooks o los teléfonos móviles registraron grandes aumentos de la productividad, al tiempo que se ampliaban sus aplicaciones útiles y los precios bajaban. Es difícil cuadrar estas evoluciones en la tesis “los precios dependen solo de las evaluaciones de los consumidores y los costos no determinan los precios de las computadoras, de las notebooks y teléfonos móviles, sino derivan de esas evaluaciones”.
Pero el problema se ve más claro cuando tomamos en cuenta el aumento de la demanda en extensión. Es que cuando el mercado de un nuevo producto está en expansión, no hay razón para suponer que la utilidad en el margen que le asigna al mismo cada nuevo consumidor disminuya con respecto a la utilidad que le asignaban los anteriores consumidores del nuevo producto. Lo cual no obsta para que, en la medida en que se perfeccionan las técnicas productivas, bajan los costos de producción y por lo tanto bajan los precios, a pesar de que no disminuya la evaluación de la utilidad marginal. Más aún, puede ocurrir que en la medida en que se extiende el mercado la utilidad marginal que le asignan las personas que todavía no han accedido al nuevo bien no solo no disminuya sino aumente.
Alguien puede preguntarse si no estoy presentando ejemplos traídos de los pelos, raros eventos que puedan ocurrir en casos excepcionales (el “grupo especial de fenómenos”, del que habla Böhm-Bawerk). Pero no es así. Las oleadas de innovaciones tecnológicas a lo largo de la historia del capitalismo siempre exhiben una dinámica esencialmente similar: la producción se extiende, aumenta la productividad, bajan los precios por reducción de los costos, y la demanda se ordena en torno a los precios. Tomemos un caso arquetípico, la introducción de la cadena de montaje de Ford: a partir de 1913 la productividad se multiplicó casi por 10, y el precio del vehículo bajó de 850 a 260 dólares. Es imposible explicar esa caída del precio por simples cambios en las evaluaciones subjetivas de la utilidad marginal del vehículo. Hemos visto que el propio Böhm-Bawerk se ve obligado a dejar de lado esa tesis ante este “extraño fenómeno”. La realidad es que, dado el nuevo precio, adquieren los automóviles Ford los consumidores que estén dispuestos a pagar 260 dólares por ellos. De nuevo, la demanda se ordena a partir de la caída del precio que es consecuencia directa del aumento de la productividad. Y esto ocurre a cada momento en el capitalismo, a medida que en tal o cual industria se producen aumentos de productividad. La teoría austriaca del valor no tiene forma de encajar estos desarrollos objetivos.
Textos citados:
Böhm-Bawerk, E. (1930): Positive Theory of Capital, New York.
Mises, L. (2011): La acción humana. Tratado de Economía, Madrid, Unión Editorial.
Para bajar el documento: https://docs.google.com/document/d/150k94wqySUt1sfiRq6TC6DVRwqQ-JfLFhfxzbFp412w/edit?usp=sharing
Debate Ramal (Marxismo) vs Giacomini (Liberalismo)
Tematica:
– Teoría del valor
– Estado y propiedad privada
– Capitalismo y socialismo
– Moneda, bancos y crisis
– La crisis argentina
Saludos
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Nico
23/04/2023 at 12:02
Q opinan sobre las nuevas y no tan nuevas propuestas del Socialismo:
1- Ciber-Comunismo de Paul Cockshott y Maxi Nieto
2- Economía Participativa (Parecon) ideado por Michael Albert, un politicólogo egresado de la Universidad de Harvard, y Robin Hahnel, un economista egresado del MIT (Massachusetts Institute of Technology)
3- Proyecto Venus de Jacque Fresco como Utopia Tecnologica, Ecologica y Comunista mundial a alcanzar sobre una Economia Basada en Recursos
4- La teoria del «Decrecimiento» postulada por el profesor Anarquista Español Carlos Taibo como metodo para evitar un colapso a causa del capitalismo y el cambio climatico
Y donde traza un horizonte que, de la mano de una combinación de elementos precapitalistas y anticapitalistas, se ve marcado por verbos como decrecer, desurbanizar, destecnologizar, despatriarcalizar, descolonizar y descomplejizar
https://www.climatica.lamarea.com/carlos-taibo-frenar-crecimiento/
https://www.economiasolidaria.org/noticias/12-preguntas-sobre-el-decrecimiento-carlos-taibo/
5- Socialismo Participativo de Thomas Piketty
https://www.sinpermiso.info/textos/el-socialismo-participativo-de-thomas-piketty-un-socialismo-utopico-de-pretensiones-cientificas
6- Socialismo de Mercado
7- Renta Basica Universal
Saludos
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Carlos
23/04/2023 at 12:05
Opino que esto no tiene absolutamente nada que ver con el tema de la nota que estás comentando. Y no es la primera vez que copias y pegas el mismo comentario.
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luisgac
25/04/2023 at 19:22
-Quería preguntarle que opina de los debates sobre «la planificación socialista», como por ejemplo el debate entre Alec Nove (actualmente le estoy leyendo) y Ernest Mandel. También quería saber que le parece Paul Cockshott y su teoría del cibercomunismo.un saludo desde Madrid y muchas gracias por todo, es un placer leerle. (bueno acabo de ver, que ya se lo preguntan arriba, espero no ser reiterativo, un saludo)
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David Babiker Moreno
23/04/2023 at 12:33
La teoría subjetiva es un despropósito. Además no puede dar cuenta de porque un objeto escaso aumenta su precio (Carencia que curiosamente le achacan a la teoría marxista)
Cuando un objeto escasea su utilidad no aumenta, sigue siendo la misma, pero dada las dificultades objetivas de reproducirlo mediante trabajo, aumenta su precio hasta que la ciencia y la tecnología permitan que sea reproducible.
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David Martín
24/04/2023 at 06:34
Para los austríacos ¿ el sujeto de la economía es el empresario o el consumidor? Y otra cosa , ya que a esta gente le fascina inventar modelos y mundos abstractos, que terminan confundiendo con el real, nadie hizo, desde nuestro lugar, un modelo abstracto en el que existan soviet de consumidores que determinen los precios? Incluso para ellos, un soviet es una asociación libre, no es un estado, de modo que no violamos los derechos inalienables del individuo. Por otra parte, recomiendo ver el debate entre Milei y Grabois en you tube, organizado por Fontevechia, en el cual Milei se comporta como una personal °normal° , sin gritar ni y vean l uso que hace del sistema de precio como el gran ordenador del mercado, y hasta donde lleva la soberanía del consumidor, el empresario propone, el consumidor dispone.
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Victor
24/04/2023 at 09:51
Los austriacos «modernos» como Rallo dicen que;
«Mayor oferta, es menor utilidad marginal. La demanda conoce que, para absorber mayor producción (como la utilidad marginal decrece en función de la cantidad), has de bajar el precio de venta.»
Parece un debate irresoluble el de si el valor económico es el TTSN o la utilidad marginal, el de si el precio de equilibrio es el de producción o el de la utilidad marginal del consumidor marginal
Creo que la mejor interpretación y defensa de Marx es la del filósofo español Martinez Marzoa en su «La filosofía de El Capital» que en esta conferencia defiende y contra la que no pueden debatir los austriacos, los deja fuera de juego…
El Capital y la ley del valor son la ontología de Marx sobre la sociedad moderna, no una teoría de precios
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Carlx
24/04/2023 at 15:13
O sea que quienes vamos al mercado conocemos que las empresas productoras han incrementado la producción….lo sabemos nada más salir a la calle , por una especie de ciencia infusa que nos comunica esa información…hasta ese momento solo conocida por las empresas productoras…Estas tonterías (ideológicas y mistificadoras) de la EA son las que intentan hacer pasar por ciencia rigurosa esta caterva de charlatanes
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F.Martin
25/04/2023 at 03:37
Yo discrepo, la teoría de Marx es mucho más que una teoría de precios, pero si trata de la formación de los precios y explica los movimientos de estos en función de los cambios en la productividad, la competencia y el plusvalor. Tampoco se prescinde de la demanda que es una de las mediaciones, como ha explicado bastantes veces el profesor Astarita y no se quieren enterar. Igual lo dice Marzoa. Decir que si aumenta la cantidad cambia la utilidad marginal (al bajar el precio al consumidor marginal «le compensa» comprar una unidad que antes no) aparte de una banalidad no refuta que es el cambio en la oferta el que ha modificado las consideraciones de utilidad a ese precio del consumidor.
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Antonio Dorado
25/04/2023 at 07:03
profesor se puede calcular la tasa de ganancia en argentina desde 1948 a 2023 con Se calcula restando al Valor agregado bruto a precios básicos en moneda de 2004 la Masa salarial a precios de 2004 y la Depreciación del stock de capital ? y Tasa de ganancia sobre capital total adelantado -%-”: Se calcula como el cociente entre la Masa de ganancias netas a precios corrientes y el Capital total adelantado a precios corrientes.?
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matias
26/04/2023 at 00:01