Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Capital bancario y tasa media de ganancia

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La explicación de Marx sobre la naturaleza y origen de la ganancia del capital comercial es relevante respecto a la tesis de la financiarización, muy difundida entre progresistas de izquierda e incluso marxistas. Los autores de la financiarización sostienen que las finanzas impusieron su hegemonía sobre el capital productivo a finales de la década de 1970. Y que en consecuencia, el sector financiero, y en particular los bancos, pasaron a obtener una tasa de rentabilidad sistemáticamente más elevada que los capitales productivos o mercantiles.

En una entrada anterior, de agosto de 2010, señalé que, desde el punto de vista teórico, no había razones para sostener que el capital bancario ejerce una suerte de dominio, a lo largo de décadas, sobre las otras formas de capital; y que desde el punto de vista empírico no existen datos sobre que el capital bancario obtenga, sistemáticamente, una tasa de ganancia más elevada que el resto de los capitales (véase aquí). En esta nota vuelvo sobre esta cuestión. Presento, en primer lugar el argumento de Marx y Engels; y en segundo término,  reciente evidencia empírica acerca de la rentabilidad del sector bancario desde la crisis financiera a hoy.

La tasa media de ganancia y el capital comercial en Marx

Recordemos que Marx engloba, bajo la categoría de capital comercial, al capital mercantil –dedicado a la compra y venta de mercancías- y al capital dedicado al manejo del dinero, típicamente los bancos (para una discusión de estas categorías, ver aquí).

Según Marx, la tasa media de ganancia – esto es, la tasa de ganancia hacia la que tienden, por competencia, todos los capitales, sean productivos o comerciales- está determinada por la ganancia global que genera el capital productivo, calculada sobre el capital productivo más el capital comercial (véase El Capital, t. 3, pp. 366-7, edición Siglo XXI). O sea, el capital comercial –y por lo tanto, el capital bancario– entra en la nivelación del plusvalor “para convertirse en la ganancia media, aunque no entre en la producción de ese plusvalor” (ibid., p. 368). Pero si esto es así, en la medida en que exista libre flujo de capitales entre ramas, no existe razón teórica para sostener que el capital bancario pu8ede obtener una tasa de ganancia sistemáticamente (o sea, a través de décadas) más elevada que la tasa promedio que obtienen el resto de los capitales.

En palabras de Marx, “… la competencia nivela las tasas de ganancia de las diversas esferas de producción [podemos agregar, y de las esferas comerciales] para formar la tasa media de ganancia… Y ello ocurre en virtud de la continua transferencia de capital de una esfera a la otra, en la cual momentáneamente la ganancia se halla por encima del promedio… Esta ininterrumpida emigración e inmigración del capital que se verifica entre las diversas esferas de la producción, origina movimientos de alza y baja de la tasa de ganancia que se compensan recíprocamente en mayor o menor grado, y que por ello tienen la tendencia a reducir por doquier la tasa de ganancia a un mismo nivel general y común” (ibid., p. 265).

Para explicarlo en términos modernos, si la tasa de ganancia de las ramas productivas fuese, en el largo plazo, más baja que en el sector bancario, no habría razón para que nuevos capitales no fluyeran a este último, empujando a la nivelación de la rentabilidad.

La crítica de Engels a Loria, y resonancias actuales

En el “Prólogo” a la edición del tercer tomo de El Capital Engels expresa, en polémica con Achille Loria, la misma idea de Marx sobre la tendencia a la igualación de la tasa de ganancia. Loria (1857- 1943) fue un muy conocido economista y sociólogo italiano, partidario de una suerte de “socialismo agrario” (decía que todo individuo debía poseer la tierra necesaria para su subsistencia). Afirmaba también que el capital comercial tenía la capacidad de forzar una ganancia media en el sector productivo extrayendo plusvalías desde las ramas con menor composición orgánica del capital, hasta igualar la tasa media de ganancia con la que obtendría la rama de mayor composición orgánica, si vendiera su mercancía a un precio directamente proporcional al valor (este argumento de Loria es sintetizado por Engels).

Engels dice entonces que Loria no podía explicar “de dónde obtiene el ‘capital improductivo’ el poderío como para no solo para arrancarles a los industriales esta su ganancia adicional, que excede la tasa media de ganancia, sino también para conservarla él mismo en sus bolsillos, exactamente de la misma manera en que el terrateniente embolsa la ganancia excedente del arrendatario en carácter de renta de la tierra. De hecho, según esto, los comerciantes percibirían un tributo  totalmente análogo a la renta de la tierra, y de ese modo establecerían la tasa media de ganancia” (ibid., p. 22). Luego de observar que “el capital comercial es un factor esencialísimo en el establecimiento de la tasa general de ganancia” (pp. 22-3), Engels dice que sin embargo “solo un aventurero literario… puede permitirse la afirmación de que ese tipo de capital posee el poder mágico de absorber todo el plusvalor excedente por encima de la tasa general de la ganancia – y por añadiduría, no necesita para ello de propiedad alguna de la tierra” (p. 23).

Pues bien, trasladada la crítica de Engels al presente, la pregunta que cabe hacer a los Lorias actuales es de dónde saldría el poder de los bancos para obtener una tasa de ganancia más elevada que el promedio del resto de la economía, a lo largo de décadas, eludiendo las restricciones que imponen la competencia y la ley del valor. En otros términos, ¿por qué mecanismos el Citi, el J. P. Morgan, el Deutsche, y similares, obligarían a compañías como Exxon, Toyota, Google, Wal-Mart, General Electric, y similares, a entregarles, invariablemente, una parte de su plusvalía, para conformar una tasa media bancaria superior al promedio del resto de las ramas? He formulado repetidas veces esta pregunta. Hasta ahora, no encuentro que los partidarios de la financiarización la respondan.

Nueva evidencia empírica

En la nota anterior, ya citada, señalé que no existía evidencia empírica de que los bancos obtuvieran, en el largo plazo, una tasa de ganancia más elevada que las ramas productivas (o que la rama mercantil). De hecho, la tasa de ganancia de los bancos parece oscilar más pronunciadamente que la tasa de otros sectores –por ejemplo, servicios públicos en los países adelantados- pero no es más elevada a lo largo de décadas. Este dato hoy se puede completar con los que aporta el informe de la consultora McKinsey, de noviembre de 2018, “New rules for an old game: Banks in the changing world of financial intermediation”, https://rb.ru/media/reports/Banks-in-the-changing-world-of-financial-intermediation-GBAR.pdf.

Después de señalar que en la década transcurrida desde la crisis financiera los bancos elevaron sus niveles de capitalización, el informe dice que su desempeño ha sido estable, “pero no espectacular”. Globalmente el ROE (return on equity, ganancias sobre capital accionario) promedio de los bancos ha oscilado entre el 8% y 9% desde 2012. Si bien la capitalización global de mercado aumentó de 5,8 billones de dólares en 2010 a 8,5 billones en 2017, sus ingresos se incrementaron al 2% anual en los últimos 5 años, bien por debajo del crecimiento promedio histórico, de un 5% a 6% anual promedio. Es que la intermediación financiera guarda, transfiere, invierte y maneja riesgos de fondos por unos 260 billones de dólares. El ingreso total asociado con la intermediación –la inmensa mayoría capturada por los bancos- fue de aproximadamente 5 billones de dólares en 2017, o aproximadamente 190 puntos básicos (o sea, 1,9%; en 2012 fue de aproximadamente 220 PB).

Según el informe, “comparado con otras industrias, la ganancia sobre capital accionario está claramente en la mitad de la manada” (énfasis agregado). Además, el ratio precio de la acción / valor libro de las empresas (una manifestación del grado de valorización bursátil en relación a los llamados “fundamentos”) fue, en el período 2012-17, consistentemente más bajo que el de otros sectores principales, y parejo con el de ramas de pobre desempeño en el período, como servicios públicos y materiales. Cuando se analizan otros indicadores, como precio bursátil / ganancia, la perfomance tampoco fue destacada. Agreguemos que estos resultados se mantienen si extendemos el período de análisis a 2007. Entre los factores que están atacando la rentabilidad, el informe señala la entrada de nuevos intermediarios financieros y empresas de alta tecnología (entre ellas, manejo de datos), que también están incursionando en la rama. Es una de las formas modernas en que opera la presión hacia la nivelación de la tasa de ganancia, a la que se refería Marx.

Para concluir, sobre las diversas formas de existencia del capital

 La discusión anterior se inscribe en un debate más amplio acerca de la relación entre las diversas formas de existencia del capital, esto es, entre el capital comercial e industrial (o agrario, o dedicado al transporte, etcétera), y también entre los capitalistas involucrados en el ciclo del capital –o sea, los que reciben plusvalía bajo la forma de ganancia de la empresa- y los capitalistas dinerarios, que ingresan plusvalía bajo la forma de interés. Sostenemos que se trata de diversas formas de existencia del capital, entre las cuales existen tensiones y diferencias, pero también unidad esencial, en tanto todas ellas están hermanadas en  la explotación del trabajo. En este respecto, compartimos la crítica que en su momento hizo Bonefeld (en The Recomposition of the British State during the 1980s, Aldershot, Inglaterra), al enfoque “fraccionalista”, que interpretó al monetarismo en términos del dominio del capital financiero sobre el capital productivo (y la tesis de la financiarización, aunque desde otro ángulo ideológico, viene a decir lo mismo).

Es que, como bien afirma Bonefeld, la tesis “fraccionalista” transforma la separación-en-la-unidad de las diferentes formas de capital en mera separación. De ahí hay un paso para que el análisis “progre-izquierdista” postule una suerte de colaboración de clases entre el capital “industrioso” (en muchos casos se agrega “nacional”) para enfrentar al capital “financiero parasitario” (en muchos casos se agrega “imperialista”, o “antinacional”). No es casual la popularidad de que goza la tesis de la financiarización entre la burguesía y pequeña burguesía ilustrada y de buena voluntad.

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Written by rolandoastarita

23/01/2019 a 15:23

23 respuestas

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  1. Rolando
    el libro de Werner Bonefeld es The recomposition of the British state during the 1980s no 1990s

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    cecilia

    23/01/2019 at 18:24

  2. no es azaroso que justamente la crítica al capital financiero como una suerte de «parásito» de la sociedad productora… sea uno de los pilares del fascismo histórico. En otras palabras, «como encausar la clase trabajadora a un cambio social radical que no toque el tema de la explotación».

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    lucas

    23/01/2019 at 22:39

  3. Rolo, gracias por la nota.

    Te consulto si pensas que el capital comercial y financiero puede tender a disminuir su participaciòn como parte del capital global. Me imagino que no debe ser facil la distinción entre capitales en base a los datos disponibles…pero estaba pensando que estos capital comercial y financieron pueden representar un costo para la competitividad global del capital de un pais en la medida que se queden con una parte de la plusvalìa y no aporten valor, por lo que se deberìa tender a reducir su peso… Esto podrìa verse por ejemplo en el avance de compañias como Amazon o Mercadolibre que ofrecen servicios de logistica y disputan mercado al capital comercial….

    Es una idea, no estoy convenicido, hay paìses como Inglaterra donde siempre se destaca que todo el tema de transacciones financieras tiene un rol muy dinamico en su economìa…

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    Juan

    24/01/2019 at 01:35

  4. Cómo te va Rolo, muy claro tu artículo sobre las diferentes formas en que se descompone el capital, y el contenido esencial de su unidad para sostener y ejercer la explotación de la fuerza laboral. Tu trabajo «Crítica de la tesis de la financiarización» me resultaron una clave de bóveda para poder comprender una parte fundamental de los errores sistemáticos teóricos con gravísimas consecuencias prácticas en las que se mueven la mayoría de los distintos sectores de la izquierda, además de los nacional/progresistas. Por caso, aquí en Argentina, la mayoría aplastante de esa izquierda coincide de manera alarmante con el «kirchnerismo» en la insistencia de un supuesto programa de «liberación nacional»; y repiten como loros consignas como «no al saqueo imperialista»; no a la «timba financiera». El colmo de estas imposturas de «izquierda», es que llegan a plantear la defensa de áreas nacionalizadas en contra de los «buitres imperiales», como si estuviéramos en el siglo XIX luchando contra el coloniaje; es decir, en un período previo al desarrollo del proletariado industrial, previo a la Globalización e internacionalización del capital. También es altamente recomendable la lectura de tu libro «Economía política de la dependencia y el subdesarrollo». Todos esos desatinos de la izquierda, además de aquellos sectores nacionalistas, confluye en mi opinión, en la actual debacle social económica y política de Venezuela (no sé si estarás pensando escribir algo al respecto). La defensa que hace gran parte de esa izquierda, en comunión con el estalinismo y el progresismo nacional tipo K, es vergonzante y nos está indicando el grado de descomposición (ignoro si definitiva…) de tales organizaciones. Detrás de una denuncia acerca de un complot de «guerra mundial contra Venezuela», o de un «golpe de Estado imperialista», se callan el hambre y la caída estrepitosa de la situación social, pero lo peor, no dicen una palabra sobre los 26 muertos por represión en estos últimos 3 días que lleva el régimen de Maduro contra la sublevación popular

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    Cesar Giulietti

    24/01/2019 at 17:59

    • Pienso que lo que está diciendo la izquierda por estos días acerca de lo que ocurre en Venezuela es sencillamente vergonzoso. El discurso de los stalinistas no debería sorprender. Después de todo, históricamente han defendido mugres burocráticas, militaristas y burguesas de todo tipo. Pero el discurso de los representantes del FIT realmente no me lo esperaba. Ayer y hoy escuché a Christian Castillo, del PTS, y a Gabriel Solano, del PO hablando por TV.

      La idea central que sostuvieron fue que la gigantesca movilización del 23/01 es parte de un golpe imperialista para sacarle el petróleo a Venezuela (y sus socios chinos). Ni una palabra sobre la reivindicación más generalizada de los cientos de miles que salieron a las calles, que tiene como centro libertades democráticas elementales, libertad a los presos políticos y elecciones con garantías democrático-burguesas elementales.

      Es una tradición del socialismo que frente a una dictadura defendemos una democracia, aunque sea capitalista. Pues bien, hasta eso tan elemental se ha perdido. El nacionalismo hace estragos. Todo el eje es «nacional». El hambre generalizado, los millones de emigrados, las muertes por la represión, las torturas, todo pasa a segundo plano con el argumento de «defender a la patria amenazada». Es el argumento usual para justificar o disimular la represión a movimientos de masas. Los stalinistas justificaban el aplastamiento del pueblo de Berlín, o de Hungría, o de Checoslovaquia, con la excusa «detrás de ese levantamiento está el imperialismo». Y este razonamiento «base» no solo lo mantienen los PC y similares hasta el día de hoy, sino ahora también lo adoptan los trotskistas.

      Hasta ahora (si bien con crecientes dudas) votaba críticamente por los candidatos del FIT. Ahora veo que fue un error.

      El marxismo es un humanismo. Si no se comprende esto, no hay proyecto socialista viable. No se puede construir algo nuevo sobre montañas de cadáveres. No se puede defender a un gobierno que ha llevado de hecho casi a la disolución social de la clase obrera venezolana, con el argumento «las manifestaciones que piden libertades son pura manipulación imperialista».

      En una nota anterior (aquí) escribí: «debemos recuperar al comunismo como un humanismo. Y no me vengan con la pavada de que me falta “endurecerme en la lucha de clases”. Por supuesto, soy un “intelectual pequeño burgués”, como reza el discurso partidario usual, pero he vivido (en 1976) el descenso a los infiernos de las desapariciones forzadas, la tortura y la muerte, y no hay nada de esa experiencia que me haya “endurecido” como para renegar del humanismo socialista. Si queremos cambiar el mundo, no es para convertirlo en un infierno para la “otra mitad” que no está de acuerdo con el socialismo.Todo esto implica superar esa indiferencia del que se ve a sí mismo por encima del sufrimiento humano porque se cree cumpliendo una “misión histórica”. Hay que dejar atrás ese argumento deshumanizante».

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      rolandoastarita

      24/01/2019 at 23:15

    • Buenos días a todos.

      Le respeto mucho, profesor Astarita, pero lo que sostiene respecto del «humanismo socialista» no tiene sentido alguno, ni mucho menos base en los escritos y la praxis de los mejores revolucionarios que la clase obrera ha dado. Antes al contrario, el mismo Marx señaló que el capitalismo, como momento de transición hacia la sociedad de productores libremente asociados, se abría paso en tanto que forma histórica de la organización social de la producción a través de la violencia, la guerra y la muerte. Lo hizo en la denominada «acumulación originaria», y lo sigue haciendo de continuo, en el movimiento de su acumulación, en su búsqueda incesante de fuentes de plusvalía. Y eta violencia, esta guerra, esta degradación medioambiental, son, mal que nos pese, una necesidad real para el pleno desenvolvimiento de las fuerzas productivas, base material sobre la que se ha de erigir el «nuevo mundo».

      En Marx y en el resto de revolucionarios de la clase obrera, nunca cupo ese «humanismo» que usted menciona, y nadie se atrevió a sostener nunca, entre las filas del materialismo histórico, que el socialismo era una «forma de humanismo». Así como no existe el trabajo indeterminado, sino el trabajo históricamente determinado; así no cabe hablar de una «humanidad» indeterminada, sino una humanidad que se construye y desarrolla a través del antagonismo social de la lucha de clases. La «humanidad», en este sentido, es tan sólo una forma ideológica, fetichista, en la que fácilmente se cae preso. Y que, en lo concreto, toma forma en posicionamientos políticos abierta o soterradamente interclasistas. Que precisamente usted caiga en tales posturas, siendo prócer entre quienes defendemos la necesidad de resituar el conflicto capital – trabajo asalariado en el centro de los análisis, llama la atención de modo significativo.

      Y usted dirá, y traerá a colación un buen número de entradas de este blog en su respuesta, que nunca ha sostenido tales posturas abiertamente. Es cierto. Pero a ello cabe argüir, con Marx, el «no lo saben, pero lo hacen». Y basta con atender a la caracterización del socialismo que hace en el mismo comentario que yo replico: «Si queremos cambiar el mundo, no podemos convertirlo en un infierno para la «otra mitad» que no está de acuerdo con el socialismo (¡sic!)». ¿Cuál es esa otra mitad? ¿La burguesía, tal vez? ¿Y qué socialismo es este, con el que se puede, o no se puede, estar de acuerdo? Tal vez sea un socialismo indeterminado, como la humanidad a la que se alude también, que surge como opción social y política, y no por la misma necesidad histórica. No me extraña que, como he visto en otras entradas, haya lectores suyos que hablen de la necesidad de «convencer» a los trabajadores de que «el socialismo es mejor». No le puedo imputar la responsabilidad de lo que otros opinan, desde luego; pero no es menos cierto que usted mismo, con comentarios así, da alas a las más disparatadas teorizaciones.

      Seguimos. Un saludo.

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      FormerlyKnownAsArebolas

      25/01/2019 at 08:58

    • Es claro que discrepamos. Reivindico la reivindicación de Marx del dictum «nada de lo humano me es ajeno». Reivindico al marxismo entendido como realización única y real de la aspiración de los seres humanos al pleno desarrollo de sus potencialidades, contra las «construcciones socialistas» basadas en burócratas, milicos, arribistas y oportunistas que solo tratan de explotar a las masas trabajadoras, bajo nuevas formas. Sostengo que el socialismo no se construye sobre montañas de cadáveres, como han pretendido hacer una y otra vez pretendidos «revolucionarios».

      El desarrollo más completo de estas ideas aquí, aquí, aquí, aquí. También, por supuesto, en la extensa nota dedicada a la colectivización forzosa y a la «construcción socialista» en la URSS en los 1930 (aquí y siguientes). Y también la crítica a toda forma de control burocrático estatista (por ejemplo, aquí).

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      rolandoastarita

      25/01/2019 at 09:42

    • Considero que es muy, pero que muy peligroso, asimilar burocracia (o «burocratización») con violencia política; y lo hago aun compartiendo, en general, el planteamiento que a sus palabras subyace: la necesidad histórica que se materializaba en todos los casos que usted alude, no se correspondía, ni en todo ni en parte, a los intereses históricos del proletariado. La historia se ha encargado y se encargará de mostrar que el ejercicio del poder político es irrenunciable para la clase obrera organizada; que es necesidad, y no «opción». Como muestra ahora el caso venezolano que las luchas interimperialistas tienen también a esta violencia abierta como recurso necesario para su resolución, y que bien puede pedirse a Maduro o a cualquier otro dirigente que no la emplee, pero se pierde de vista, así, que la voluntad individual o colectiva no es una voluntad incondicionada, sino una voluntad perfectamente determinada. Está perfectamente puesta la necesidad de la actuación de Trump, Guaidó, Maduro, Xi Jinping y todos los demás jugadores de esta partida. Pero, y vaya por delante, los intereses de ninguna de estas facciones se alinea con los de la clase obrera.

      Queda aquí la cosa, que tampoco es cuestión de ahondar más si el tema de la entrada no guarda relación directa y, como usted bien ha dicho, profesor Astarita, existe una fuerte discrepancia de pareceres. Saludos.

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      FormerlyKnownAsArebolas

      25/01/2019 at 12:18

    • No creo que podamos superar esta diferencia. De todas maneras, ¿dónde he afirmado que la clase obrera no debe emplear la fuerza, o la violencia, para liberarse? Lo que estoy afirmando es que el socialismo no puede triunfar sobre montañas de cadáveres y millones de personas en los campos de concentración. Más aún, afirmo (contra lo que opina gran parte de la izquierda) que eso no es socialismo. Al menos, no es el socialismo que visualizaron Marx y Engels. El ejercicio del poder es irrenunciable PARA LA CLASE OBRERA. No se trata del poder y dominio de algún sector «obrero» (sea o no genuinamente obrero) SOBRE (O CONTRA) la clase obrera. De la misma manera, el socialismo no se podrá imponer a los pequeños propietarios a base de sangre y fuego (ejemplo histórico clásico: lo que hizo el stalinismo durante la colectivización forzosa).

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      rolandoastarita

      25/01/2019 at 12:33

  5. Astarita
    Muy buenas, y no tome la pregunta como una provocación. La pregunta es política no teórica.
    Sin usted estuviera de presidente de un gobierno ahora en el mundo (el que sea) y tuviera que posicionarse en relación a Guaidó o a Maduro, golpe de estado o mantener el statu quo ¿qué haría?, qué posición asumiría. En España, el Partido Popular, Ciudadanos y Vox apoyan a Guaidó, no lo consideran golpista; en México el presidente López apuesta por la política de «no intervención» legada desde los tiempos de Cárdenas; Cuba a favor de Maduro, etc, etc.
    Qué posición asumiría usted.
    En las calles se aprecia una polarización (bueno es un oximorón lo que estoy diciendo) ya que polarización hay en todas partes y estos tiempos más que nunca.
    Gracias y un saludo desde España

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    Ramon

    25/01/2019 at 08:21

    • Mi posición general frente a lo que está ocurriendo está en las notas del blog sobre Venezuela y también en el comentario que ayer hice al comentario del lector César Giulietti. Pero no tengo manera de imaginarme tomando posición política al frente de un gobierno capitalista. Soy marxista, no veo la manera de razonar desde el punto de vista de un gobierno capitalista.

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      rolandoastarita

      25/01/2019 at 08:30

  6. Se podría pensar como intervención política un programa mínimo democrático? Elecciones libres, libertad a todos los presos políticos, elecciones libres en los sindicatos,etc o

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    TODO

    25/01/2019 at 18:31

    • El programa por elecciones libres y libertad a los presos políticos (también para que se acabe la censura), ES UN HECHO, ya está en la calle, en las movilizaciones. Insisto en que me parece grave, y muy significativo, que la izquierda lo rechace, con el argumento (que es el mismo de Maduro, y del nacionalismo «progre») de que es un programa que procura convertir a Venezuela en una colonia del imperialismo. Con argumentos semejantes grandes sectores de la izquierda mundial apoyaron la masacre de Al Asad al pueblo sirio.

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      rolandoastarita

      25/01/2019 at 20:04

  7. Una opinión más-. Bien, Maduro no es una democracia socialista. No ha llegado a ese paso, ni llegará nunca a serlo porque esta en una fase regresiva y de retroceso (Roxa Luxemburg). Ese paso, un socialismo democrático, hasta ahora, todavía no se ha producido. NUNCA. Hasta aquí de acuerdo con ud. En lo que no coincidimos, nada, es en su preferencia (»Es una tradición del socialismo que frente a una dictadura defendemos una democracia, aunque sea capitalista»). de una democracia capitalista a una dictadura socialita. ¿Porque? Porque hasta ahora, también, el capitalismo no ha producido, ni la producirá, democracia alguna. Esto ni hace falta explicarlo, ¿o si? ¿Porque prefiere, entonces, una dictadura del capital a una dictadura socialista (dicho sea de paso, dictadura del CAPITAL SOCIAL, de la propiedad social). En mi criterio, una dictadura socialista, del capital social, es un paso adelante, superior, con respecto a una dictadura capitalista. Históricamente y objetivamente lo es. La 2º dictadura va después de la primera, para entendernos. Y lo hace así, por una causa conocida: la reilación de fuerzas. Exactamente sucede que la fuerza de las clases trabajadoras no ha dado para más hasta la fecha. Tanto elites capitalistas como elites burocráticas y de partido se apropiado para si mismas de los medios de producción. Hasta hoy. Es decir, a esa dictadura socialista le falta el siguiente paso: el mando, dominio y control de los medios de producción por parte de sus trabajadores. Ese paso pendiente de producirse y deseado. Dicho de otro modo y en resumen: la solución a una dictadura socialista (Maduro y todos los socialismos reales hasta ahora: Urss, China, Cuba, etc…) no puede serlo una dictadura capitalista (la realidad objetiva y material del día a día su ‘democracia burguesa. El listado de masacres explotadoras actual es conocido y aterrador), y si debiera serlo un democracia socialista.
    A favor de su tesis solo veo esto: puede que la relación de fuerzas actual (domino del capital, de los capitalistas, el 10 % de población posee el 90% de la riqueza patrimonial en el Sistema-Mundo) obligue a aceptar a una falsa democracia burguesa. Pero que aceptemos, p.ej, los terremotos, los fríos glaciares o el peligro de los depredadores del mundo animal en libertad (todos ellos son fuerzas mayores que nos someten) no quiere decir que estemos de acuerdo con ellos.
    Un saludo,

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    antonio

    26/01/2019 at 07:53

  8. Muy buenas
    Usted dice que en Venezuela hay una dictadura. estoy de acuerdo con usted, pero dictadura como en todas partes, ¿dígame por favor donde no la hay? Durante 18 años, Venezuela ha cumplido con todos los requisitos de la democracia burguesa y con transparencia ejemplar ganó 23 de 25 elecciones. Eso es lo que yo le critico. En cuanto a personas que han emigrado, debo decirle que emigrantes por causas similares hay por millones en todo el mundo, solo que de algunos lugares ni les dan cobertura ni los dejan emigrar libremente como ha ocurrido en Venezuela (y en Cuba hasta que se terminó con Obama al final de su periodo la Ley de Ajuste cubano de 1966),; Angelina Jolie visitó a los venezolanos en Perú, aquello se difundió por todo el mundo, mientras en aquel momento había caravanistas de centroamérica que nadie se acordaba de ellos. Yo quiero una salida para Venezuela socialista y humanista (como usted), pero esa salida no puede ser como dice usted «frente a una dictadura defendemos una democracia, aunque sea capitalista». Pues no, porque no prefiero a Bolsonaro en relación con Lula; no prefiero a Peña Nieto en relación a López Obrador; no prefiero a las Damas de Blanco en relación Fidel Castro. Y desde luego no puedo preferir como salida de Maduro a los herederos de Carlos Andrés Pérez, rafael Caldera etc, etc.
    ¿Qué diría usted de los que se manifiestan a favor de Maduro? ¿esos ciudadanos que son?. Por lo menos tienen la misma dignidad como gente de apie que los que se manifiestan a favor de Guaidó, la misma. Y no creo que no pasen hambre también, ni siquiera creo que tengan viviendas mejores que los que apoyan a Guaidó.
    Mi salida es socialista, humanista y revolucionaria (y creo que en estos momentos no la hay), «la democracia, aunque sea capitalista», ¡para nada!, además debo decirle que la forma que mejor se adapta al capitalismo es la democracia, no se porque los marxistas la idealizan tanto, no se porque los marxistas la equiparan a las ágoras que nunca ha existido. ¿Quién ha dicho que el capitalismo se desenvuelve bien en una dictadura?. Eso es una mentira enorme, el capitalismo ha acudido a las dictaduras cuando la democracia capitalista (burguesa) se ha visto amenazada, pero tan pronto puede recuperarla otra vez (porque las condiciones anteriores a la dictadura vuelven a restablecerse) los propios capitalistas demuelen la dictadura, porque lo que los capitalistas necesitan para su valorización del capital es la dictadura de la democracia burguesa, no la dictadura a secas.
    Gracias por permitirme opinar, saludos y que pase un buen día

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    Luis

    26/01/2019 at 07:55

    • Existe una diferencia entre una dictadura capitalista y una democracia capitalista. O sea, hay una diferencia entre el régimen de Videla, y las democracias burguesas bajos gobiernos como los de Alfonsín, Kirchner o Macri. Es el ABC para entender por qué hay revoluciones con programas democrático-burgueses, y direcciones burguesas, apoyadas por las masas trabajadoras. Lamento mucho que la mayor parte de la izquierda (usted está en las generales de la ley) no entienda esto. Y si no entienden algo tan elemental, pues bien, me rindo. No veo manera que les pueda hacer entender que es mejor ir a la cárcel con habeas corpus y abogados defensores, que ser secuestrado y desaparecido. O que es mejor poder publicar un periódico de izquierda, que tener que distribuirlo clandestinamente.

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      rolandoastarita

      26/01/2019 at 09:40

    • @O sea, hay una diferencia entre el régimen de Videla, y las democracias burguesas bajos gobiernos como los de Alfonsín, Kirchner o Macri.@

      Del punto de vista político si. Mas del punto de vista económico? Todos inflacionistas y ninguno luchando por los más pobres.

      «Y si no entienden algo tan elemental, pues bien, me rindo.»

      Si, ríndase y comencemos a leer Stiglitz, Hayek.

      Porque «el marxismo es un humanismo» me resulta una expresión un poco confusa (hasta absurda).

      Concordo con que luche por un sistema «[…] entendido como realización única y real de la aspiración de los seres humanos al pleno desarrollo de sus potencialidades, contra las “construcciones socialistas” basadas en burócratas, milicos, arribistas y oportunistas que solo tratan de explotar a las masas trabajadoras, bajo nuevas formas.»

      Entonces está muy cerca del liberalismo.
      El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo. No hay lugar para la violencia.

      Mucho mudó de 1844 hasta ahora.

      Material interesante:

      http://www.eldiariodehoy.com/opinion/editoriales/103041/el-fin-del-reino-de-la-mentira/

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      clemente

      26/01/2019 at 21:45

    • Y quien te dijo que no podes leer a Hayek o a Stiglitz si sos socialista? Y encima resulta que si no estas a favor de la represion, la censura, los burocratas y los oportunistas sos un liberal?

      Como se nota que la ves de lejos papá, es fácil decir que otro se banque la persecusion, la represión, la censura, la inflación en nombre de la «construccion socialista» mientras vos estas tranquilo. Que falta de empatia. Los milicos parados sobre las regalias petroleras se cagan de risa de vos, de los trabajadores venezolanos y tu apoyo en nombre del «socialismo»

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      German

      29/01/2019 at 10:31

  9. Vuelvo al articulo sobre el capital financiero, desde la crisis del 2008-2009, el sector que muestra la mayor valorizacion es las tecnologicas (FAANG, Facebook, Apple, Amazon, Netlix y Google. Esto se refleja tambien en la Argentina, todo la vida la empresa mas cara en Arg fue YPF, (hoy vale 6100 millones de USD), sin embargo hoy la empresa mas cara del pais es Mercado Libre que vale USD 15.500 millones de USD). Amazon llego a valer 2 veces el PBI de Argentina. Esto no quiere decir que esta tendencia se vaya a mantener en el muy largo plazo, sino que es parte del capitalismo esta fluctuacion en el liderazgo de la acumulacion capitalista. El no entender esto puede llevar a severas confusiones cuando se quiere explicar y entender la conducta del imperialismo yankee,

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    horacio camba

    26/01/2019 at 22:14

  10. Me da la impresión de que uno de los grandes problemas de los movimientos y las personas que aspiramos a construir el socialismo, muy lejano desde donde escribo, España, es la falta de hegemonía cultural y política, que tiene la clase trabajadora asalariada. Chavez no la tenía, lenin y trosky, tampoco, como señaló Gramsci. La tarea es titánica y difícil, mucha organización y cultura democrática y menos pensar en las proximas elecciones (escribo pensando en España, en su izquierda. De vuestra realidad no digo nada porque no la conozco). trabajar en las organizaciones sociales, ciudadanas y de clase como sindicatos para establecer ese humanismo. En realidad, como sabemos todos, ganar unas elecciones no es tener el poder de las masas construyendo, ilusionadas, un futuro mejor. Pienso que Rolando tiene razón en esto, independientemente de que, en situaciones extremas no quede más remedio que utilizar la fuerza.

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    juan antonio trigo

    28/01/2019 at 06:13

    • Mi crítica a la brutalidad de los regímenes burocrático – stalinistas no significa aval a un planteo del tipo «la clase obrera debe renunciar al uso de la fuerza para acabar con el capitalismo». Tengo preparado sobre esta cuestión una nota en la que señalo algunas cuestiones referidas a cómo veía Marx la cuestión de la toma del poder (en respuesta a una tesis que dice que en su madurez Marx habría reemplazado el enfoque revolucionario por el reformismo).

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      rolandoastarita

      28/01/2019 at 09:56

  11. Veo que las intervenciones son muy heterogeneas. Creo que la base del marxismo es el materialismo y por lo tanto la economia en la sociedad actual. Me parece central hacer una caracterizacion de la etapa actual del capitalismo, no solo para responderle a Solano sino para construir una guia para la accion.
    Entiendo que hoy la acumulacion capitalista esta liderada por el capital tecnologico. Me parece que hay que empezar ese debate y dejar de actuar reactivamente, contestando a una burra oportunista como Miryam Bergman, Solano, Castillo, etc. (por mas que sean luchadores, etc., no entienden nada, creen que la puja capitalista hoy esta centrada en los recursos naturales como a principios de 1900s). Hoy el nivel del marxismo local ha caido al subsuelo. Ud. posiblemente sea la unica excepcion por su nivel y sobre todo su honestidad intelectual.
    El Marxismo es una conquista del pensamiento humano que hay que actualizar sin prejuicios, EMPEZANDO POR LA ECONOMIA, sino va a terminar en un museo, junto con el anarquismo, y el hacha de piedra (parafraseando a Lenin)

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    horacio camba

    30/01/2019 at 21:07


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