Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Crisis, sobrecapacidad y coyuntura

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Rolando Astarita [Blog]  Marxismo & Economía El paro general del juevesEn una nota anterior sobre la crisis iniciada en 2007, planteé que la sobrecapacidad parecía jugar un rol importante, tanto en la caída de la tasa de ganancia hacia fines de los años 90, como en la débil recuperación de la inversión posterior a la recesión de 2001. La evidencia disponible indica que el exceso de capacidad también está pesando en la actual coyuntura, en Europa, y a nivel global. En esta nota vuelvo entonces sobre algunas cuestiones referidas a la sobrecapacidad, y presento datos relativamente recientes; debe entenderse como un complemento de las notas 1 y 2, sobre tasa de ganancia y crisis.

El significado de la sobrecapacidad y sus causas

La sobrecapacidad es una de las manifestaciones de la sobreacumulación del capital. Por lo general, cuando se habla de sobreacumulación de capital, se tiene presente la sobreproducción de mercancías, esto es, el hecho de que grandes masas de productos no encuentran salida en el mercado. En otros términos, se trata de la sobreacumulación de capital mercancía. Marx también se refiere a la sobreacumulación de capital cuando la plusvalía acumulada en la forma de capital dinero no encuentra manera de volver a invertirse de manera rentable (véase el cap. 15 del tomo 3 de El Capital). En cuanto a la sobrecapacidad, consiste en la sobreacumulación de capital fijo, esto es, en la construcción de plantas con una capacidad de producir una cantidad de mercancías muy superior a lo que puede absorber el mercado en condiciones “normales” de acumulación. La sobrecapacidad se mide con los índices de utilización de capacidad. Por ejemplo, en EEUU, la utilización de la capacidad promedio del conjunto de la industria, entre 1972 y 2011 fue del 80,3%. Durante la crisis de 2009 llegó a un piso de 67,3%, en tanto que en febrero de 2012 se ubicaba en 78,7% (los niveles más altos alcanzados en los años 1994-5 fue 85,1%; todos los datos los tomo de la página web de la Reserva Federal). Dado que se trata de promedios, la sobrecapacidad puede ser muy elevada en determinadas industrias; cuando afecta a industrias claves, ejerce efectos depresivos sobre el resto de la economía. La sobrecapacidad ejerce una presión bajista sobre la tasa de rentabilidad, no solo porque aumenta la inversión de capital por trabajador, sino también porque aumenta los costos fijos de las empresas. Además, por lo general es acompañada por presiones bajistas de precios.

En cuanto a las razones del fenómeno, existen en principio dos que se señalan en la literatura económica habitual. La primera tiene que ver con el principio de aceleración, y afectaría principalmente a las industrias productoras de bienes de producción. La idea es sencilla de captar intuitivamente. Supongamos que tenemos 10 empresas en una rama B, y cada empresa emplea una máquina X, que tiene una vida útil de 10 años. Supongamos también que la empresa Alfa fabrica 1 máquina X por año, y que cada año una empresa de B reemplaza su máquina. Supongamos ahora que en la rama B entra una nueva empresa, que demanda 1 X. Lógicamente, Alfa debe duplicar su producción (con los efectos que pueda tener en la ampliación de la planta) para satisfacer la demanda de la undécima empresa de B, más la demanda correspondiente al reemplazo por agotamiento de la máquina vieja. El problema es que una vez establecidas las 11 empresas en la rama B, la demanda de X se estabilizará en 1,1 máquinas anuales. Si Alfa elevó su capacidad productiva, tendrá sobrecapacidad. En consecuencia, y por el principio de aceleración, la inversión puede fluctuar de manera bastante violenta, generando períodos con exceso de capacidad productiva.

La segunda causa de sobrecapacidad que se ha señalado en la literatura deriva de la innovación de productos, la expansión de la demanda y su posterior “amesetamiento”. Supongamos ahora que se produce un nuevo bien de consumo X, cuya demanda se expande rápidamente a medida que más y más sectores de la población lo están adoptando. La demanda crece entonces a una tasa superior a lo que lo hace el resto de la economía. Debido al mercado en expansión, y a las altas ganancias, los capitales afluyen en masa a la rama, y la capacidad de producción se expande. Pero cuando X ha sido adoptado por la población, su demanda pasa a depender de su tasa de reemplazo, y del crecimiento vegetativo de la población. Habrá entonces, durante un período más o menos prolongado, sobrecapacidad en la rama que produce X.

Sobrecapacidad vinculada a la competencia capitalista

Los anteriores casos de sobrecapacidad, vinculados con la demanda, no alcanzan, sin embargo, a explicar completamente el problema. Existe otra razón, que hace a la naturaleza de la competencia capitalista. Recordemos que la lucha competitiva está en el centro de la explicación de Marx de por qué y cómo ocurre el cambio tecnológico, y de las razones por las cuales tiende aumentar la inversión de capital constante (que incluye al capital fijo) por obrero. La competencia debe entenderse como una guerra entre los capitales; tiene poco que ver con la competencia walrasiana perfecta, a la que acostumbra la fábula neoclásica.

Una primera forma en que la competencia lleva al exceso de capital fijo está asociada a la búsqueda de plusvalías extraordinarias, que Marx trata en el capítulo 10 del tomo 1 de El Capital. Para explicarlo, supongamos que de nuevo tenemos 10 empresas en una rama, que aplican tecnologías similares, y cada empresa cubre el 10% de la demanda. Supongamos ahora que la empresa A invierte en una tecnología innovadora, que le permite duplicar la producción. Dado que el precio de venta está determinado por el tiempo de trabajo social que impera en la rama, A estará en condiciones de obtener una plusvalía, o ganancia, extraordinaria, debido a su menor costo de producción. Esta plusvalía extraordinaria que obtiene A ejerce una influencia alcista sobre la tasa general de ganancia. En la medida en que A obtenga ganancias extraordinarias, puede ampliar sus mercados (por ejemplo, iniciando una baja de precios, mejorando las condiciones de financiamiento para los compradores), o invertir en más investigación y desarrollo de tecnología, para obtener todavía más ventaja con respecto a sus competidoras. En consecuencia, el resto de las empresas de la rama están obligadas a invertir en la nueva tecnología. No lo harán para responder a cambios en la demanda, sino a las presiones competitivas. Sin embargo, si las 9 empresas restantes adoptan la nueva tecnología, la capacidad productiva se habrá duplicado. Dado que el resto de la economía no se expande a esa tasa, se desemboca en un escenario de exceso de capacidad. Esto ocurre a pesar de que es muy probable que las empresas adviertan que la inversión general en la nueva tecnología lleve a un exceso de capacidad. Pero la alternativa a no invertir es perecer. Por lo tanto, una respuesta racional es lanzarse hacia adelante, aun a sabiendas de que algunos no sobrevivirán. Naturalmente, la generalización de la tecnología lleva a la caída de los precios, ya que se reduce el tiempo de trabajo social necesario para producir el bien. Pero debido a la sobrecapacidad, la caída de los precios será más pronunciada aún. Paralelamente, se produce un fuerte incremento del stock de capital invertido por trabajador. El resultado es una caída importante de la tasa de ganancia; y también de su masa.

Una segunda forma (una variante de la anterior) en que la competencia puede llevar al exceso de capacidad ocurre cuando las empresas buscan realizar economías de escala. En la industria petroquímica y química, por ejemplo, son frecuentes. Pero si una empresa amplía sus plantas con el fin de bajar costos, las competidoras se verán obligadas a ampliar la capacidad para no perder la pelea. De nuevo, tenemos decisiones de invertir que no se deben a variaciones de la demanda.

Una tercera manera en que se llega a la sobrecapacidad ocurre por el afán de las empresas de no perder mercados. Por ejemplo, en la industria automotriz, muchas compañías hoy continúan abriendo plantas en diversos países con la intención de disputar los mercados, aunque a nivel mundial hay fuerte exceso de capacidad productiva. En los años previos a la crisis inglesa de 1847 Marx anotaba (y es corroborado por estudios posteriores) que las empresas ferroviarias continuaban abriendo ramales, a pesar de que no había cargas o pasajeros para todas, y los precios estaban en caída. El motivo era asegurarse, de todas formas, participación en los mercados.

Puede verse entonces que la sobre inversión puede originarse en las guerras competitivas. Hasta cierto punto, los capitales están “obligados” a sumarse, uno tras otro, a la carrera inversora, so pena de quedar en el camino. Pero por esta vía, se acelera una dinámica que desemboca en la caída de precios y de la rentabilidad, y el colapso. Y en la medida en que la crisis no elimine el exceso de capacidad, la recuperación se posterga o, en todo caso, es débil y vacilante.

Sobrecapacidad hoy

Existen datos que indican que hoy hay fuertes sobrecapacidades en ramas claves de la industria, en particular en Europa. “Las menguantes ventas de autos, las brutales guerras de precios y una sobrecapacidad han dado lugar a pérdidas tan grandes que algunos fabricantes europeos contemplan considerables recortes y cierres de plantas que la ayuda gubernamental evitó durante la crisis económica de 2008-2009”, informaba The Wall Street Journal Americas del 6 de marzo de 2012. ACEA, la asociación de constructores de autos, considera que al menos habría un 20% de exceso de capacidad en la industria. Esto a pesar de que algunas plantas ya cerraron, en el curso de la crisis. Por ejemplo, Fiat clausuró una planta en Sicilia y Opel cerró otra en Bélgica; además la sueca Saab fue a la quiebra. Pero el problema no desaparece. Las plantas improductivas ya no pueden seguir siendo subsidiadas por los gobiernos, que enfrentan graves problemas de deudas. Además, la sobrecapacidad de la industria alcanza dimensiones mundiales. En 2011 la industria mundial tenía capacidad para producir 94 millones de unidades anuales, pero la demanda era de solo 64 millones. El salvataje de GM y Chrysler agregó a los problemas. En tanto, en China y otros países las compañías continúan agregando capacidad.

También hay sobrecapacidad en el acero. Analistas de Ernest & Young calculan que había, en 2011, una sobrecapacidad de 493 millones de toneladas de acero a nivel mundial. En 2011 la capacidad de producción se habría incrementado en 80 millones, hasta alcanzar aproximadamente 1890 millones, y la industria se sigue expandiendo en China, India, Rusia, Brasil y Corea del Sur. Por caso, de 2005 a 2011 China duplicó su producción de acero. En este escenario, no es de extrañar que los productores de EEUU y Europa enfrenten grandes dificultades. ArcerlorMittal (la empresa más grande de acero del mundo) tuvo que frenar la producción de sus plantas en Francia, Alemania, Luxemburgo, Polonia y España, y cerró definitivamente dos hornos de fundición que poseía en Liege, Bélgica. Las plantas de la empresa estaban produciendo unas 28 millones de toneladas de acero al año en 2011, cuando en 2007 producían 36 millones.

La industria petroquímica y química es otra de las ramas en que existe sobrecapacidad, en especial debido a la fuerte expansión de la inversión en los países del Golfo. Lo cual también pone presión sobre las petroquímicas europeas, y asiáticas, cuyos costos son más elevados. Por ejemplo, KPMG International calculaba que aproximadamente 14 plantas fraccionadoras petroquímicas de las 40 existentes en Europa serán no rentables en 2015 debido al desarrollo de nueva capacidad que está ocurriendo alrededor del mundo. El cierre de estas plantas representaría la pérdida del 26% de la capacidad de Europa. A nivel mundial, cerrarían 40 sobre 200 plantas. Paralelamente, los productores del Medio Oriente están intentando expandir sus actividades hacia las de mayor valor agregado.

Por otra parte, a lo largo de 2010 y 2011 también hubo sobrecapacidad y fuertes guerras de precios en una variedad de otras industrias: del etanol, en biocombustibles, acero inoxidable, papeles para revestimientos, flotas pesqueras, paneles solares, turbinas de viento, transporte marítimo, cámaras fotográficas. También en la industria de la leche y quesos (Suecia y Dinamarca entre los países más afectados).

Consecuencias sobre la coyuntura

La sobreacumulación de capital fijo se constituye así en uno de los factores que afecta negativamente a la inversión, y por lo tanto contribuye a la debilidad de la demanda. Por lo general, los análisis ponen el énfasis en los problemas de la deuda, y en la caída de la demanda que se deriva de la misma. Los gobiernos reducen el gasto fiscal, los deudores hipotecarios también intentan aumentar el ahorro para afrontar los pagos, y de conjunto el resultado es que baja aún más la demanda, aumentando las dificultades para cubrir las deudas. Es indudable que el nivel de endeudamiento, con su secuela de quiebras y desvalorización de activos, está pesando, y mucho, en el escenario actual. Pero no por ello debería pasarse por alto la incidencia de la sobrecapacidad. Ambos factores explicarían por qué la economía europea sigue en recesión, las economías de otros países adelantados (EEUU en primer lugar) crecen a tasas débiles, y las  de muchos países no desarrollados empiezan a crecer a tasas menores que las de 2010 y 2011. En China, en particular, el fenómeno de la sobrecapacidad también parece acentuado. La sobreacumulación no ha desaparecido. Por esta razón, y a pesar de la mejora reciente de algunos indicadores, continúa abierta la posibilidad de una nueva recesión mundial. En un escenario de débil crecimiento, con un sistema financiero frágil, el default de algún país (como Grecia, en particular) o de alguna gran empresa, disparará, seguramente, la nueva caída.


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Crisis, sobrecapacidad y coyuntura

Written by rolandoastarita

22/03/2012 a 10:00

25 respuestas

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  1. El ej. que das de ArcerlorMittal no es un caso de sobrecapacidad ligado a la demanda?

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    oti

    22/03/2012 at 11:14

    • No tengo claro que se deba solo a la caída de la demanda mundial. Puede haber sido un factor, pero no el único. China y otros países han continuado agregando capacidad, incluso cuando la demanda mundial se estaba debilitando.

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      rolandoastarita

      22/03/2012 at 11:22

  2. Es decir, si se reducen los ingresos en el Occidente europeo y en USA, si aumenta la desocupación, es lógico que los planes de producción de las empresas se ajusten hacia abajo. Por ej., si 500 millones de occidentales que compran mercancías provenientes de producción China se ven afectados por la crisis financiera, los ajustes, despidos, etc., es «normal» que en China haya sobreacumulación, en la medida que esos excedentes no puedan ser colocados en el mercado interno.

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    oti

    22/03/2012 at 11:30

    • Sí, pero eso es parte del problema. Es que la sobrecapacidad puede permanecer aun cuando la economía sale de la recesión. Es lo que ha sucedido, por ejemplo, a comienzos de los 2000 en muchas ramas (textiles, petroquímica, automóviles, líneas aéreas). En la industria del automóvil hoy se habla de sobrecapacidad no solo porque hay capacidad ociosa debido a la crisis en Europa, sino porque incluso en condiciones normales (supongamos, una economía mundial creciendo al 3% anual) las plantas tienen capacidad para producir más de 90 millones de unidades, y la demanda no alcanza a los 70 millones.

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      rolandoastarita

      22/03/2012 at 11:34

    • Quizá la economía mundial creciendo al 3% no sea una «condición normal» como para que en el mercado de autos se absorba la capacidad de producción de las 90 millones de unidades. Tengo entendido que el uso de la capacidad instalada siempre es menor a su potencial. Nunca se usa la capacidad al 100%.

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      oti

      22/03/2012 at 11:53

    • Sí, pero esto mismo es lo que dice la nota. Hay una utilización promedio, diríamos normal de las empresas, que puede rondar el 85%, como lo muestran los datos de EEUU citados. Una caída de la utilización por debajo del 70% la vemos en las crisis.

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      rolandoastarita

      22/03/2012 at 11:57

  3. Habría que ver en qué se está aumentando la capacidad en China, podría dudarse, dados los problemas en Occidente, de que fuera en las empresas exportadoras. Pero es evidente que en los últimos años China invirtió enormes recursos (no medidos per cápita sino en cantidad de U$S en términos absolutos, comparado con cualquier otro país) en la construcción de infraestructura. Rusia, ahora, parece que se dispone al mismo camino.

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    oti

    22/03/2012 at 11:38

  4. Entonces, esas 90 millones de unidades se pueden producir usando el 85% de la capacidad instalada?

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    oti

    22/03/2012 at 12:39

    • Sí, aproximadamente sería eso. Por ejemplo, en Europa hay plantas que están operando al 50% de capacidad.

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      rolandoastarita

      22/03/2012 at 13:53

  5. Lo mas interesante de la nota es que brinda suficientes datos para poder decir que el capitalismo es un sistema que lleva inevitablemente a este tipo de situaciones aun en casos normales (con las ventajas para el discurso socialista…) y que no es cuestion de especulacion.por otro lado demuestra que cuando se habla de crisis financiera, en realidad tiene raíces mas profundas. o sea, no se dan crisis solo por la especulacion financiera como se dice normalmente. a su vez, esta misma sobreinversion productiva es la que acelera e incluso puede generar la crisis de los mercados de capitales, contra la vision segun la cual en los ultimos años la inversion seria meramente especulativa.

    usted nombra el caso de las empresas productoras de maquinas herramientas, en ese sentido, es interesante acotar que las maquinas con sistemas de CNC valen hoy un cuarto de lo que valian 10 años atras cuando se las incorpora masivamente en todo tipo de industrias (si bien son de antes de los 2000)

    el tema de la industria automotriz da para todo, es increible la cantidad de fusiones, traspasos, recompras, etc que se han dado desde el 2000 para aca y mucho mas del 08 a la fecha, y todavia falta rato para que se acomode un poco, encima se siguen abriendo plantas (la mayoria son reconversiones de empresas que habian cerrado).

    el tema del acero me llamo la atencion, puesto que en un documento habia leido el problema que tenian los constructores de las grandes rascacielos a la hora de abastecerse de este insumo, por lo que era fundamental entre los primeros pasos de la organizacion de la construccion asegurarse la entrega de acero. lo volvere a analizar bien..

    en un viejo comentario en otra nota yo preguntaba si la crisis de fines de los 20 podia tener un origen de este tipo, en su momento no supe formular bien la pregunta, asi que sigo con la duda. saludos

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    Ilichito

    22/03/2012 at 16:44

    • Si la sobreacumulación sólo se manifestara como capacidad ociosa, sería un fenómeno relativamente limitado. No es la sobreacumulación, al menos en la actuaslidad, algo ajeno a los desarrollos especulativos, sino que estos últimos son una expresión de la primera, ya no bajo la forma de capital fijo desaprovechado sino bajo la forma de una gran masa de dinero que no encuentra oportunidades productivas de inversión y se desvía hacia burbujas de valorización ficticia que, por su parte, sólo se han hecho factibles a partir de mecanismos monetarios y financieros que son peculiares del período actual. No se trata entonces de un mero epifenómeno, que se instalaría en el plano de la «mera» apariencia (vos dijiste «meramente» especulativo) sino que atañe a aspectos esenciales de la reproducción capitalista o, más concretamente, a dificultades cruciales que en determinado período -el actual- encuentra el capital para reproducirse de modo normal.

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      Vico

      23/03/2012 at 10:36

    • Justamente, decía que la nota dejaba bastante claro (para quien supiese sacar las conclusiones) el hecho de que las crisis , y esta en especial, no se deben a fenómenos meramente especulativos.

      Y otro atisbo de conclusión que yo sacaría es que en el afán de ampliar capacidad (por los motivos que explica la misma nota) el capitalista se endeuda, si toda una rama se endeuda a la par de la competencia, esto sí puede dar origen a un problema expresado en lo financiero cuando la capacidad de la rama sea mayor a las necesidades del mercado, no todos podrán vender sus productos y empezarán a tener problemas para pagar. pero, repito, me parece a mi que lo financiero y especulativo es consecuencia de lo que pasa en el ámbito de la producción y no se separa irreversiblemente de este (luego se retroalimenta la cosa, pero es otra historia) que creo es algo parecido a lo que vos planteas, pero no me quedo muy en limpio igualmente.

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      Ilichito

      23/03/2012 at 17:06

    • Sobre el tema financiero, he insistido en que, a partir de 2000, se ha dado una «plétora de capital» (utilizando la terminología de Marx), esto es, una situación en que hay sobreacumulación de capital líquido que se vuelca al crédito y la especulación. Esta es la base que alimenta la burbuja en el mercado hipotecario. En la literatura del mainstream se registró el fenómeno como «global saving glut». Lo importante es que esta plétora de capital no era producto de una «autovalorización especulativa» del capital financiero, sino el resultado de plusvalía, generada por el trabajo productivo, que no volvía a la producción. Fue el alimento del consumo y de la construcción de viviendas.

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      rolandoastarita

      23/03/2012 at 18:00

  6. El problema sobre el papel que juega la especulación en las crisis está en el hecho que los auges y la sobreacumulación a la que se refiere Rolando siempre van acompañadas de gran apalancamiento, deuda y especulación financiera. Es imposible disociar esa especulación de la sobreacumulación. Uno mira en todos los períodos históricos y siempre van juntas, y cuando no se encuentran crisis del calibre de las actuales o de las últimas décadas, el componente especulativo es muchísimo menor. Entonces uno empieza a sospechar del rol de la especulación financiera, la que no invalida la propuesta marxista, sólo que hay que tomar más elementos.

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    oti

    23/03/2012 at 09:53

    • Sobre el rol de las finanzas, lo que he discutido es la tesis defendida por muchos marxistas, los poskeynesianos y otras corrientes, que dice que la crisis es provocada por la especulación financiera. Una de las expresiones más difundidas de esta tesis es la llamada «financiarización». Entre otras cosas, la tesis de la financiarización sostiene que el capital dinerario se valoriza especulando (compras y ventas en corto plazo, especulativas), lo cual es un disparate, desde el punto de vista de la teoría del valor trabajo. También sostiene que en realidad no hubo acumulación de capital productivo, ni sobreproducción en los últimos 30 años, al menos en el capitalismo desarrollado. He criticado esta visión en un trabajo «Crítica a la tesis de la financiarización», que integró un capítulo de «El capitalismo roto», publicado en España. Hay una versión de este trabajo en mi página web, pero en futuras notas voy a volver sobre algunos aspectos de esto. Me parece importante porque constituye la base teórica de las propuestas políticas típicas de Le Monde Diplomatique (Chesnais y compañía) y de los poskeynesianos (Lance Taylor, Eatwell), del tipo «hay que regular a los mercados para impedir las crisis»; y de otros que se centran en «el problema son los banqueros». En esta visión, la contradicción fundamental no es entre el capital y el trabajo, sino entre las finanzas (parasitarias, especulativas, etc.) y los pueblos (incluidos los capitales productivos y nacionales, por supuesto). Una expresión de esta tesis puede verse incluso en Lapavitsas (habría una nueva forma de capitalismo, caracterizada por la explotación de los acreedores sobre los deudores hipotecarios, etc.). Digamos también que es un discurso muy conveniente al kirchnerismo, en especial a sus alas que quieren que se las siga considerando «de izquierda». No es casual que el kirchnerismo esté tan interesado en fomentar congresos y conferencias con este marxismo, más los poskeynesianos. Con matices, todos vienen a decir más o menos lo mismo.

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      rolandoastarita

      23/03/2012 at 11:03

  7. En primer lugar convendría señalar que no debe identificarse capital financiero (una forma del capital que se valoriza capturando una porción de la explotación de la fuerza de trabajo) con capital ficticio (que se valorizaría de un modo puramente ficticio, desligado de la producción real de valor).
    Aparte de eso, creo que acá se están mezclando dos cuestiones distintas.
    Si lo entendí correctamente, estoy de acuerdo con Astarita en que, desde un punto de vista marxista, la idea de que la “financierización” causa las crisis es inadmisible. Más bien debería pensarse al revés: las tendencias del capitalismo hacia la crisis -es decir: sus dificultades para reproducirse normalmente- son la causa, no de la emergencia de formas financieras o, mejor dicho, formas especulativas del capital (esto en realidad es un producto del “normal” desenvolvimiento del capitalismo), pero sí lo son de su exacerbación. Desde el punto de vista metodológico, sin embargo, hay que tener en cuenta que las tendencias del capitalismo a la crisis están ya encerradas en la contradicción inherente a la mercancía (es decir: en las condiciones del normal funcionamiento del capitalismo e incluso de la sociedad mercantil) y, por lo tanto, hay que cuidarse de establecer una distinción absoluta (a-dialéctica) entre los mecanismos normales del capitalismo y sus procesos anómalos.
    Por otro lado, está la cuestión de la valorización puramente ficticia (es decir, sin base material en la producción de plusvalor, en la explotación -no remunerada- de la fuerza de trabajo asalariada, etc.). Por lo que sé, esta idea no fue descartada por Marx, sino que fue considerada e incluso especificada por él. La idea de una valorización puramente ficticia no representa un abandono del marxismo (esto es: de la teoría marxista del valor) si se asume que dicha valorización no puede jamás autonomizarse enteramente, sino que la subsistencia del proceso regular -normal- de valorización condiciona la existencia de procesos de valorización ficticia. Sólo es posible la existencia y subsistencia de procesos valorización ficticia cuando, por debajo de dicho proceso de valorización ficticia, las leyes de la acumulación capitalista tales como Marx las explicó siguen operando (aunque, como ya he comentado, la exacerbación de las formas ficticias de valorización es una expresión bastante aguda de las dificultades crecientes que el capital va encontrando para reproducirse normalmente).

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    Vico

    23/03/2012 at 12:59

  8. Comparto entrevista de El Cronista a Anwar Shaikh . http://www.cronista.com/contenidos/2012/03/23/noticia_0023.html Saludos.

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    Armando

    23/03/2012 at 21:49

    • Me siento muy alejado de Shaikh. Ya en lo teórico había tomado mucha distancia (he criticado su visión sobre el comercio de los países atrasados; su explicación sobre tipo de cambio; su tesis de las ondas largas, la respuesta que dio al teorema Okishio). Pero eran diferencias teóricas. Ahora vino aquí a avalar al gobierno capitalista K. Esto es, en el plano político también estoy a kilómetros de distancia. Parece un keynesiano, y no alguien inspirado en la teoría de Marx. En mi opinión, los marxistas estamos muy aislados y las fuerzas enemigas del socialismo reciben el apoyo de muchos ex marxistas. Lo de Shaikh es sintomático.

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      rolandoastarita

      23/03/2012 at 23:58

  9. Rolando, completamente de acuerdo con tu apreciación sobre Shaikh. Saludos.

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    Armando

    24/03/2012 at 14:55

  10. Compañero Astarita. Compañeros del blog. Aprovecho este espacio para difundir un conflicto obrero que, hasta el momento, viene teniendo muy poca repercusión en los medios, incluidas las publicaciones de izquierda. Aduciendo caída en las ventas, La empresa Pettinari, sita en Ruta 200 KM 34 del partido de Merlo Pcia de Buenos Aires, dedicada a la fabricación de semiremolques, acoplados y volcadoras, viene adeudando tres meses de sueldo a los trabajadores, situación que ha desencadenado, desde hace dos semanas una protesta en la puerta de la fábrica con corte de la ruta y acampe. Se encuentra en peligro la subsistencia de 360 familias y la continuidad laboral. En 2009, también por una fuerte caída de ventas (según la empresa la producción bajó de 15 a 10 unidades semanales) se produjeron más de 100 despidos entre contratados y personal con poca antiguedad. En esa ocasión, la patronal (negrera por excelencia) licenció con goce de sueldo por 4 días y al reingreso se negó la entrada al trabajo y empezaron a llover los telegramas. El sindicato (Smata) oficializó el paro pero no siguió los pasos indispensables en Ministerio de Trabajo propiciando los despidos ‘con causa’ y la patronal siguió sacando producción con supervisores y afiliados de Asimra. Hasta el momento no existe toma de la planta y al parecer el directorio de la empresa está negociando un subsidio con el estado. El sindicato ‘apoya’ desde afuera con alguna colaboración. Se ha instalado una olla popular. La lucha es muy defensiva y necesita de todo el apoyo posible.
    Desde ahora, gracias.

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    AP

    25/03/2012 at 23:08

  11. Rolando al leer el artículo me surgió una duda ¿Si encontramos un problema de sobreproducción qué tipo de relación existe exactamente con la tasa de inversión(creo recordar que comentaste algo)? ¿Y que papel juega en este sentido la llamada «guerra de precios»?

    Por otro lado me gustaría(si no es mucha molestia) que me indicases en que nota trataste el tema del tipo de interes como factor fundamental en las crisis(los liberales,especialmente austríacos señalan que la política de las autoridades centrales en este aspecto es la que acaba provocando crisis).

    Un saludo.

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    JHaydn

    26/03/2012 at 12:51

    • Por cierto,error por mi parte quise decir que se considera el tipo de interés como factor fundamental no que lo afirmases.

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      JHaydn

      26/03/2012 at 12:52

    • La sobreproducción estaría vinculada con la inversión a través de la tasa de ganancia, y la caida que se produce por su causa. Esquemáticamente, la secuencia es que la acumulación del capital genera presiones bajistas sobre la tasa de ganancia y la masa de ganancia. En determinado punto del ciclo, esto afecta negativamente a la inversión, desatando entonces una baja de la demanda. La caída de la demanda tiene como contrapartida la sobreproducción de mercancías. La tasa de ganancia y la masa de ganancia bajan aún más, deprimiendo entonces todavía más la demanda.
      Pienso que la tasa de interés no es un factor tan fundamental en las crisis, como sostienen los austríacos, porque no hay evidencia de que rija a la inversión de la manera que postula la mayoría del pensamiento econoómico. La tasa de interés se mueve con retraso con respecto al ciclo. A la salida de las depresiones se mantiene baja (hay abundancia de liquidez y poca demanda de crádito) y tiende a aumentar a medida que progresa el ciclo. Cuando comienzan a aparecer los síntomas de que hay problemas en la realización de las mercancías, la tasa de interés empieza a subir. Esto se debe a que se contrae la oferta de capital dinerario, y aumenta la demanda de cráditos (sigo aquí la idea de Marx, sobre que la tasa de interés está determinada por la oferta y demanda de capital dinerario). Esta suba de la tasa de interés agrava lo problemas que está teniendo la tasa de ganancia empresarial. Es en este sentido que afecta negativamente a la inversión. Discuto varias de estas cuestiones en el libro «Keynes, poskeynesianos y keynesianos neoclásicos»; en especial la naturaleza de la tasa de interés. También el «El Capitalismo en crisis». En las próximas semanas voy a preparar un trabajo para un libro colectivo que se va a publicar en España (me han pedido que trate la cuestión financiera en las crisis), y volveré sobre algunos aspectos de esto. Tal vez publique algo también en el blog. El problema aquí es que tengo varios trabajos pendientes, que quiero publicar, y estoy atrasado.

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      rolandoastarita

      27/03/2012 at 11:13

  12. Profesor, creo haber encontrado un pequeño error en el articulo cuando usted afirma que: ¨También hay sobre-capacidad en el acero. Analistas de Ernest & Young calculan que había, en 2011, una sobre-capacidad de 493 millones de toneladas de acero a nivel mundial.¨ No se estaría refiriendo a sobre producción en vez de sobre-capacidad? Por favor corregirme si me equivoco.
    Por otra parte, profesor, podría decirme cuales son los indices utilizados para medir la sobre-capacidad?

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    alfonso

    04/04/2013 at 18:22

    • Es correcta la expresión, me refiero a sobrecapacidad, no sobreproducción. Sobrecapacidad quiere decir que hay mucha capacidad ociosa; es otra forma más de sobreinversión.

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      rolandoastarita

      04/04/2013 at 20:30


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