Paul Krugman y el materialismo histórico
En su edición del 20 de julio La Nación reproduce un artículo de Krugman (aparecido en The New York Times), titulado “A grandes logros… baja popularidad”. En el mismo, Krugman trata de explicar “la paradoja Obama”. La paradoja consiste en que el gobierno habría obtenido grandes victorias –la más importante, la reforma del sistema de salud– y sin embargo tiene un bajo índice de aprobación pública. La explicación de Krugman es que se debe a la situación económica. Para eso recuerda una famosa frase, que se convirtió en caballo de batalla de la campaña electoral de Clinton contra Bush, en 1992: “Es la economía, estúpido”. Con esto Clinton quería decir que, a pesar de los éxitos de Bush en política exterior (caída de la URSS, Guerra del Golfo), lo que decidía era la situación económica de EUA de entonces. En su artículo Krugman recuerda que cuando la economía de EUA estaba en crisis, en 1982, la popularidad de Reagan era baja, y mejoró luego, con la recuperación económica. Lo mismo sucede en la actualidad con Obama. En apoyo a su explicación, Krugman cita a Larry Bartels, un profesor en Princeton:
“Las condiciones económicas objetivas –no las audaces publicidades televisivas, los debates y otros hechos efímeros de la campaña cotidiana– son lo más importante para las perspectivas de reelección de un presidente en ejercicio del cargo”. En definitiva, la base de lo político es lo económico.
Pues bien, esto es lo que viene a sostener la tan rechazada teoría de la historia, de Marx y Engels. Las condiciones económicas objetivas son lo más importante. Por supuesto, podemos admitir que la cuestión está expresada de manera tosca, casi primitiva, por los profesores. Pero la esencia del asunto es clara.
¿Qué dice el materialismo histórico? Que lo económico tiene prioridad explicativa en los fenómenos sociales y políticos. Subrayo, prioridad explicativa. La concepción materialista de la historia, de Marx y Engels, no sostiene que los fenómenos políticos, culturales, etc., y su evolución, estén determinados mecánicamente por lo económico. Pero sí afirma que si quiero explicar lo político, cultural, institucional, etc., debo partir de las relaciones económicas. Para ponerlo con un ejemplo sencillo, la pintura holandesa del siglo XVII expresa la próspera sociedad burguesa de la época, y no al revés. Lo cual no significa que sea posible explicar los valores de esa magnífica pintura por lo económico.
Es claro que este criterio de Marx y Engels se opone a una larga tradición intelectual, que continúa al día de hoy. Así, por ejemplo, Hegel pensaba que el motor de la historia estaba en el progreso de la conciencia humana, que avanzaba hacia la conciencia de sí misma, y de su libertad. Weber creía que la historia de la humanidad consistía en el camino de la razón hacia su máximo desarrollo. Keynes terminaba su Teoría General diciendo que el mundo está gobernado por “las ideas de los economistas y los filósofos políticos”. Y lo mismo sostiene el propio Krugman, a pesar de lo que escribe en su artículo. Así, en sus libros de economía, recurre a la teoría subjetiva del valor, y a los “gustos y preferencias intertemporales”, para dar cuenta de los fenómenos económicos más generales.
En contraposición a estas ideas, la teoría de Marx y Engels sostiene que no son las condiciones espirituales, sino las condiciones materiales que encuentran los hombres, y el modo en que producen, las que permiten entender sus formas de pensar. El motor del desarrollo no es la batalla de la conciencia humana consigo misma, el movimiento lógico de las ideas, o el avance de la razón, sino la lucha de la especie humana por procurarse los medios de vida.
Volviendo entonces a la situación actual en EUA, el descontento de gran parte de la población con el gobierno tiene que ver con la crisis y sus consecuencias en términos de desocupación, polarización social, baja de salarios e inseguridad frente al futuro. Es que para pensar, para hacer la historia, para preocuparse por la política o por votar, los seres humanos deben encontrarse “en condiciones de poder vivir”. Ésta es la base terrenal de todo análisis, explican Marx y Engels en La ideología alemana. Por aquí hay que empezar a comprender. Tan simple, y profundo como esto.
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Krugman y el materialismo histórico
En relación al marxismo reductor… creo que el prólogo a la crítica de 1859 ha hecho estragos. Toda la lengua y las imágenes del «economicismo» parecen salir de ahí. También las críticas de los no o anti marxistas. Ambos han jugado con las mismas barajas me parece. Pero todo un tema, a mi modo de ver más histórico que teórico. Sucintamente, pienso que la convención de la economía como un objeto homogéneo fue congruente con la voluntad de su administración autoritaria, más allá de las partes. «Científico» en la urss acabó significando prohibido. Más que un error intelectual me parece voluntad estatal pura y dura. Pero es un tema con muchas aristas. También hay que decir que cualquier pensamiento social más o menos potente es inevitable genere algún catecismo, una pedagogía y un suelo común y básico, por llamarlo de algún modo. En fin. Para terminar, excelentes las ilustraciones a los posts.
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Fabián
23/07/2010 at 01:32
Creo que a pesar de las diferencias entre los planteos marxistas y los demas, quizas se pueda recuperar algo bastante interesante a mi parecer, de weber.
En la etica protestante y el espiritu del capitalismo explica como los calvinistas anglosajones gracias a su particular forma de ver la vida (la vocacion, la angustia, el fanatismo y su austeridad) se volvieron el primer prescedente del modo de vida bajo el modo de produccion capitalista. Obviamente weber trata de obviar que esas clases eran pequeñoburguesas en medio de los imperios mas ricos de europa, sin embargo no me deja de parecer interesante la cuestion de como la religion pudo servir de vehiculo ideologico en el empoderamiento burgues, y tambien una pregunta sobre ello;
¿El proletariado no necesitara tambien algun modo de vida propio para poder combatir tanta influencia ideologica? Lo digo llendo mas alla de la actual militancia, lamentablemente tan vanguardista y
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Tøsh
10/02/2018 at 12:13