Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Marx, Mill y la teoría de las ventajas comparativas

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Hasta donde alcanza mi conocimiento, Marx no trató las teorías burguesas de comercio internacional de su época, esto es, ventajas absolutas, de Adam Smith, y ventajas comparativas de David Ricardo. Sin embargo, dejó algunos pasajes en los que hace mención al enfoque de ventajas comparativas. Entre ellos, el más conocido está en el tomo 3 de Teorías de la plusvalía, en el capítulo «Desintegración de la escuela ricardiana» (p. 88 de la edición Cartago, Buenos Aires). En ese pasaje da a entender que la teoría de las ventajas comparativas, en la formulación de John S. Mill, encierra una teoría de la explotación de los países atrasados por los adelantados. Una tesis que repiten algunos marxistas.

Dedico esta entrada al análisis de esta cuestión, en particular, a la relación entre la teoría de las ventajas comparativas y la teoría de la explotación (de la plusvalía) de Marx. A fin de introducir el tema, comienzo recordando las teorías de Smith y Ricardo.

Ventajas absolutas y ventajas comparativas

La teoría de las ventajas absolutas de Adam Smith dice que a un país le conviene producir aquellos bienes para los cuales la producción ofrezca mayores ventajas, y comprar en otras naciones los bienes para cuya producción tenga menores ventajas. Por ejemplo, si EEUU e Inglaterra producen tela y alimento, pero EEUU produce más alimento que Inglaterra por unidad de trabajo, e Inglaterra más tela que EEUU por unidad de trabajo, EEUU tiene una ventaja absoluta en la producción de alimento, e Inglaterra una ventaja absoluta en la producción de tela. Es beneficioso entonces que EEUU se especialice en producir alimentos, y compre la tela a Inglaterra; y que Inglaterra se especialice en producir tela y adquiera el alimento producido en EEUU.

A diferencia de la anterior, la teoría de las ventajas comparativas de Ricardo pone el acento en los costos relativos inter-ramas. La idea es que un país debe especializarse en producir aquellos bienes en los que tenga mayor ventaja relativa. Retomando el ejemplo anterior, supongamos ahora que EEUU produce más alimento y tela que Inglaterra por unidad de trabajo. Esto significa que tiene ventaja en la producción de ambos bienes. Sin embargo, si su ventaja es mayor en la producción de alimento que de tela, conviene que EEUU se especialice en la producción de alimento y adquiera tela producida en Inglaterra, y que Inglaterra se especialice en la producción de tela y adquiera alimento en EEUU. Lo explicamos con un ejemplo numérico (tomado de Chacholiades, 1992). Suponemos que en EEUU, con una unidad de tiempo de trabajo se producen 4 A; u 8 T. En Inglaterra, con una unidad de trabajo se producen 1 A; o 6 T. De manera que EEUU tiene una ventaja comparativa en la producción de A por sobre la producción de T (4/1 > 8/6). Supongamos entonces que EEUU produce 4 A que envía a Inglaterra a cambio de 12 T. Tengamos presente que en EEUU, con 4 A se obtienen 8 T. Por lo tanto, en el comercio con Inglaterra EEUU gana 4 T. A su vez, en Inglaterra 4 A encierran 4 unidades de trabajo, en tanto que 12 T encierran 2 unidades de trabajo. Por lo tanto, Inglaterra adquiere 4 A con solo 2 unidades de trabajo. Puede verse, además, que hay intercambio desigual en términos de tiempos de trabajo: EEUU, el país más adelantado, está cambiando 1 unidad de trabajo (plasmada en 4 A) por 2 unidades de trabajo inglés (plasmadas en 12 T).

Precisemos que, según Ricardo, no existe movilidad internacional de capital y trabajo. Por lo cual, además, se supone que la mano de obra y el capital están en una situación “de manta corta”: si se produce más A en cualquiera de los países, se reduce la producción de T; y viceversa. Por último, y como ha enfatizado Shaikh (1991), la teoría cuantitativa del dinero es clave para la explicación de Ricardo. Es que en un primer momento solo exporta el país que tiene ventajas en la producción de las dos mercancías. Por consiguiente, ingresa oro (y sale oro del país que debe importar ambos productos). Según la teoría cuantitativa, la entrada del oro al país exportador provoca el alza de los precios (y lo inverso ocurre en el país que exporta oro). Así, llega un punto en que se hace rentable para el país atrasado producir la mercancía en la que tiene menor desventaja.

El pasaje de Teorías

Veamos ahora el pasaje de Teorías… al que hice referencia en la introducción de  la nota. En primer lugar, Marx  hace referencia a ganancias que puedan hacerse “con triquiñuelas” y dice que en ese caso “lo que gana uno lo pierde el otro”. O sea, la pérdida y la ganancia en un único país se anulan entre sí. Este tipo de ganancias entonces, no tendrían interés teórico, y podríamos dejarlas de lado. Sin embargo, inmediatamente después Marx escribe: “Pero no ocurre así con el comercio entre distintos países”.

Pues bien, aquí el problema es, en mi opinión, que no se entiende por qué, si se trata de ganancias (y pérdidas) por pequeñas maniobras y estafas en el comercio entre países, no se aplica el mismo criterio que cuando se trata del comercio al interior de un país. Más aún, tampoco hay manera de establecer una teoría sobre las ganancias en el comercio internacional obtenidas mediante “pequeñas maniobras y estafas”. Máxime cuando Marx siempre intenta analizar el fenómeno económico en sus rasgos esenciales, esto es, según la ley económica. Y esta es la única manera en que progresa la investigación científica.

Inmediatamente después, Marx se refiere a la teoría de Ricardo: “Y aun de acuerdo con la teoría de Ricardo, tres días de trabajo de un país pueden intercambiarse por uno de otro país…”. Lo hemos visto en el ejemplo anterior. Sigue Marx: “En este caso la ley del valor sufre una modificación esencial. La relación entre días de trabajo de distintos países pueden ser semejantes a las que existen entre el trabajo especializado complejo y el trabajo simple, no especializado, dentro de un país”.

La pregunta que se suscita al leer esto es por qué, al tratarse de comercio entre países, la ley del valor trabajo sufre esa «modificación esencial”. En Ricardo, la modificación fundamental con respecto a lo que ocurre al interior de un país es que supone que no hay movilidad de capital y trabajo entre los países. Pero Marx no hace referencia a esa particularidad, y compara el intercambio de más trabajo por menos trabajo con lo que ocurre en la relación trabajo complejo / trabajo simple. ¿Por qué entonces se modificaría de manera tan sustancial la ley del valor trabajo en el comercio internacional? Más aún, los intercambios entre mercancías que, al ser producidas con tecnologías inferiores a los promedios de la rama, demandan más trabajo, por mercancías que, al ser producidas con tecnologías promedio o superiores al promedio, demandan menos trabajo (siendo iguales los grados de complejidad), son acordes a la ley del valor trabajo.

Pero el asunto se embrolla más con lo que Marx dice a continuación: que en ese caso de intercambio entre cantidades distintas de trabajo, hay explotación del país atrasado por el país adelantado; y cita a J. S. Mill en su apoyo. Escribe: “En este caso, el país más rico explota al más pobre, inclusive cuando este último gana en el intercambio, como explica John Stuart Mill en su “Some unsettled questions”. Por lo que nos preguntamos si Mill planteó que hay explotación entre países, y en ese caso, en qué consistía. Veamos entonces qué dice Mill en el texto citado por Marx.

Mill y ventajas comparativas

En ese texto, en lo esencial, Mill intenta completar la teoría de ventajas comparativas de Ricardo. Es que, en su opinión, Ricardo se limitó a mostrar en qué consisten las ganancias, y razonó como si cada uno de los dos países, haciendo intercambio separadamente, ganara toda la diferencia entre los costos comparativos de las dos mercancías. Sigamos entonces el razonamiento de Mill.

Suponemos que en Inglaterra se producen 10 mercancías A, que equivalen, en tiempo de trabajo, a 15 mercancías B producidas también en Inglaterra. En Alemania, 10 A equivalen a 20 B, producidas todas en Alemania. De manera que Inglaterra: 10 A = 15 B; Alemania: 10 A = 20 B.

Entonces, si Inglaterra envía 10 A hacia Alemania, y las cambia por 20 B (a la relación de intercambio existente en Alemania), obtendrá una ganancia de 5 B. En este caso, Alemania no obtiene ganancia alguna: cambia 10 A por 20 B, de la misma manera que cuando no comerciaba con Inglaterra. Si en cambio Alemania envía 15 B a Inglaterra, puede comprar 10 A con 15 B.  Ahora Alemania gana 5 B, lo mismo que antes ganó Inglaterra. E Inglaterra no ganó ni perdió. Esto es todo lo que dice Mill. No menciona que exista explotación de Inglaterra por Alemania, o de Alemania por Inglaterra. Por supuesto, estos intercambios pueden encerrar intercambio de más trabajo por menos trabajo. Por ejemplo, si suponemos que con 1 unidad de trabajo en Inglaterra se producen 10 A o 15 B; y que con 1 unidad de trabajo en Alemania se producen 10 A o 20 B, si Inglaterra cambia 10 A por 20 B producidas en Alemania, está cambiando 1 hora de trabajo en Inglaterra por 1 hora de trabajo en Alemania, pero que en Inglaterra equivalen a 1,33 horas de trabajo inglés.

Repito entonces: Mill no plantea, en el texto citado por Marx, que haya explotación de un país por otro. Solo le interesa investigar cómo se puede dividir la ganancia entre los dos países, un tema que Ricardo no habría contemplado. Por eso define su escrito como un complemento a la teoría de Ricardo (y este tampoco asoció las ventajas comparativas con la explotación de algunos países por otros). Según Mill, en los casos extremos toda la ganancia va para Inglaterra o para Alemania. Pero si la relación es intermedia, la ganancia se reparte. Por eso se pregunta cómo se determina esa relación de intercambio A / B. Explica que, cuando el comercio es cercano, las mercancías se intercambian según los promedios de las cantidades de trabajo invertido en producirlas. Pero cuando los productos se fabrican en países distintos, el valor de las mercancías no es proporcional al costo de producción. Esto se debe a que, según Mill, no hay flujos de capital entre países por pequeñas diferencias de rentabilidad.

En este marco, recurre a la oferta y la demanda para explicar cómo se fija la relación de intercambio, y concluye que lo más común es que la ventaja se divida en partes iguales. Luego hace intervenir al dinero, y la teoría cuantitativa, como Ricardo. No hay mucho más aporte. En conclusión, no encuentro justificativo para que Marx haya atribuido a Mill una teoría de la explotación entre países, basada en ventajas comparativas. 

Sobre intercambios desiguales de trabajo

El intercambio, sea en el mercado mundial, o entre países, de mercancías que han sido producidas por cantidades desiguales de trabajo es un fenómeno que no debería llamar la atención. Para verlo con un ejemplo sencillo, supongamos que en el país atrasado se produce la mercancía A en 10 horas de trabajo, y que en el país adelantado A se produce en 5 horas de trabajo (por caso, debido a una tecnología superior). Supongamos que el país atrasado exporta A al país adelantado (podemos suponer que lo hace mediante un tipo de cambio real muy elevado).

En consecuencia A, producida en el país atrasado se vende a un precio que representa 5 horas de trabajo social en el país adelantado. Esto es, hay intercambio desigual en términos de horas de trabajo (10 horas de trabajo con tecnología atrasada equivalen a 5 horas de trabajo con tecnología más adelantada). Sin embargo, no hay transferencia de valor, ya que el trabajo del país atrasado es desponteciado; genera menos valor por unidad de tiempo que el trabajo que emplea la tecnología del país adelantado. En sustancia, es el mismo caso que ocurre al interior de un mismo país. El caso, mencionado por Marx, de los tejedores manuales ingleses que necesitaban el doble de tiempo de trabajo para generar el mismo valor que generaban los trabajadores mecánicos, es ilustrativo. Los tejedores manuales, y sus patrones, no eran explotados por los trabajadores mecánicos, y sus patrones. Aunque sí existía un intercambio desigual en términos de tiempos de trabajos individuales; una hora de trabajo manual equivalía a ½ hora de trabajo con telar mecánico. Y la cuestión no tiene por qué modificarse, en su contenido, cuando se trata de comercio entre países.

Veámoslo todavía en el caso de las rentas, sea agraria, minera, petrolera. Supongamos que en los yacimientos mineros de tipo 1 se produce 1 A con 10 horas de trabajo, que equivalen a $100. En los yacimientos tipo B se producen 2 A con 10 horas de trabajo. Dado que el precio está fijado por la producción 1, los propietarios de los yacimientos tipo 2 reciben una renta de $100. ¿Explotan por eso a los trabajadores o propietarios de los yacimientos 1? Marx no plantea que exista tal cosa al interior de un mismo país, y no vemos que se pueda plantear, desde la teoría de la plusvalía. ¿Por qué entonces debería cambiar el asunto si se trata de las relaciones entre países? No hay manera de decir que un país atrasado, al recibir una renta por la venta de sus productos en el país adelantado, está explotando a este último. Aunque haya intercambio de más horas de trabajo (en este caso, del país adelantado) por menos horas de trabajo (en este caso, del país atrasado).

Para terminar, señalo que no basta con citar a Marx para dar por probado que algo es de tal o cual manera. Si Marx escribió que, según Mill, hay explotación de países, eso no es prueba de que Mill haya sostenido que existe explotación, por vía del comercio, entre países. Menos todavía es prueba de que la teoría de las ventajas comparativas implique explotación entre países. Ser marxista no pasa por repetir pasajes de Marx. Eso es propio de los loros, que imitan mecánicamente sonidos de su entorno, sin la menor comprensión de lo que significan. Algunos creen que por repetir citas de Marx hacen avanzar al marxismo. Pero solo hacen el ridículo. Y los peores son algunos loritos que han tenido larga educación en los manuales de la URSS y otras indigestas recetas stalinistas. Mal que les pese, la ciencia es algo un poco más serio.

Textos citados:

Chacholiades, M. (1999): Economía internacional, México, McGraw-Hill.

Mill, J. S. (1874): Essays on Some Unsettled Questions of Political Economy, Londres, 2da edición, https://delong.typepad.com/mill-questions.pdf.

Marx, K. (1974): Teorías de la plusvalía, Buenos Aires, Cartago.

Shaikh, A. (1991): Valor, acumulación y crisis, Bogotá.

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Written by rolandoastarita

28/02/2021 a 12:24

11 respuestas

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  1. Astarita
    Una pregunta, por favor, ¿las ventajas comparativas «nacieron» (están ya predeterminadas) o son «impuestas» dentro de los marcos de las relaciones capitalistas de producción?
    Gracias y un saludo

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    Ramón Vázquez

    28/02/2021 at 15:04

    • Lo de las ventajas comparativas es una teoría. Fue elaborada por Ricardo y luego adoptada, con las adecuaciones necesarias, por los neoclásicos (los países debían especializarse según fueran más intensivos, relativamente, en trabajo o capital). Es una teoría que tiene poco que ver con la forma en que históricamente las diversas regiones del planeta, o países, se incorporaron al mercado mundial. Cuando se estudia ese proceso histórico hay que incorporar en el análisis el colonialismo, la violencia militar, la ocupación de zonas por las potencias coloniales. Para mencionar un caso clásico, la apertura obligada de China al comercio del opio no tuvo nada que ver con «ventajas comparativas».

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      rolandoastarita

      28/02/2021 at 22:02

    • Deutschland über alles -> «La principal obra de Federico List (1841) se puede trabajar como una crítica y una propuesta alternativa a la de los economistas clásicos entonces dominantes; sobre todo en torno al libre comercio internacional y a la doctrina de las ventajas comparativas. Nadie como él se empeñó en cuestionar -básicamente por razones políticas- la teoría de las ventajas comparativas y las políticas de librecambio. Sabía que Inglaterra tenía interés en el comercio libre porque era una necesidad para ella a fin de exportar sus excedentes de industriales a cambio de insumos o bienes finales agrícolas (sobre todo de cereales; ver Ricardo, 1816) para mantener los salarios relativamente estables (y reducidos). En cambio, durante el siglo XVII, previamente a la Revolución Industrial, no era muy propensa al comercio irrestricto a escala mundial (p.ej. prohibió la exportación de lanas para establecer su propia industria textil). List terminó suicidándose en 1847, cuando percibía que sus propuestas no tenían acogida y asidero en la realidad alemana de entonces. Algunas décadas más tarde los principios de política adelantados por él fueron aplicados casi al pie de la letra a pesar de su «heterodoxia» en materia económica y de su «utopismo» en materia política (si bien tenía muy claras las alianzas políticas que era necesario establecer para materializar su proyecto).»

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      José Mercado

      02/03/2021 at 11:01

  2. Sobre el tema de las diferencias comparativas según Ricardo hay un trabajo de dos indios, Utsa Patnaik y Prabhat Patnaik publicado por Monthly Review en febrero, “El drenaje de la riqueza”, dejo el vínculo: https://monthlyreview.org/2021/02/01/the-drain-of-wealth/
    Como el título lo indica, marca la explotación y la extracción de riqueza del “Tercer” al “Primer” mundo a través de la historia, Estos indios, como es lógico, se detienen en el caso de la India y su explotación extrema por Gran Bretaña mostrando aspectos ignorados o falsificados, tema del que se ocupó Marx especialmente de la misma forma en que sobre el drenaje de la riqueza ya nos habla el Manifiesto Comunista con el robo del oro de América por España. Lo que después fue ampliado y conceptualizado como acumulación capitalista originaria. Recomiendo leer todo el trabajo pero aquí solo hablaré de la crítica que estos autores hacen a Ricardo en ese punto. Está en el subtítulo “Asimetría de capacidades productivas entre el norte y el sur”
    “Ricardo asumió en su modelo de ventaja comparativa que … ‘todos los países producen todos los bienes’ – mientras muestra que la especialización y el intercambio de acuerdo con la ventaja comparativa de costos conducen a un beneficio mutuo. Se ignoró el hecho material de que el costo unitario de producción no podía definirse para los bienes tropicales en los países europeos de clima frío, donde la producción de tales bienes era y siempre será cero y, por lo tanto, el costo absoluto no era definible, y mucho menos la ventaja comparativa de costos. … la falacia… que se asume … se utiliza para hacer una inferencia (el comercio es mutuamente beneficioso) que luego se aplica incorrectamente a los casos en los que el supuesto no es cierto. … Por el contrario, la evidencia histórica muestra que el país menos poderoso, obligado a especializarse en cultivos de exportación, pierde a través de la desviación de área …lo que lleva a una caída de la producción nacional de cereales alimentarios. También ve una disminución de la producción manufacturera nacional y un aumento del desempleo cuando se mantiene obligatoriamente abierta a las importaciones de manufacturas, ya que hay poca tierra sin usar para absorber a los que se quedan sin trabajo. “
    La verdad de esta afirmación es evidente, y me pregunto cómo es que la academia puede (no es el único caso, el taller de alfiles de Adam Smith como productividad por división técnica (y no social) del trabajo es otro caso escandaloso, y hay más) repetir y repetirr durante dos siglos una grosera falacia de este tipo.
    (moyano.fer@gmail.com)

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    fernando moyano

    02/03/2021 at 15:29

    • Por favor, ¿no se pueden escribir comentarios más breves? Si se trata de escritos, ¿por qué no envían un link, o la referencia?

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      rolandoastarita

      02/03/2021 at 16:07

    • El argumento contra Ricardo basado en el hecho de que hay países en los que determinados bienes no se pueden producir es muy flojo. No creo que Ricardo haya pretendido aplicar esa teoría a bienes que no se pueden producir en un país. Este tipo de críticas me recuerda a la que muchas veces hacen los defensores de la teoría subjetiva del valor a la teoría del valor trabajo: invalidan esta última porque, por ejemplo, no puede explicar el precio de una obra de arte.

      Para el que le interese el tema desde un enfoque teórico, recomiendo la crítica que hace a ventajas comparativas Diego Guerrero en el primer capítulo de «Competitividad: teoría y política», Barcelona, 1995, Ariel.

      Por otra parte, hay que evitar generalizaciones históricas que terminan en abstracciones. Por caso, ¿qué sentido tiene aplicar ventajas comparativas a, por ejemplo, el comercio en la Edad Media? ¿O intentar explicar el hecho de que Oriente era excedentario (acumulaba oro) en su comercio con Occidente, aplicando categorías que corresponden a desarrollos muy posteriores? ¿O tratar de explicar el saqueo colonial aplicando esquemas basados en el supuesto de libre competencia? (como es el supuesto de Ricardo en VC).

      Por último, el caso del taller de alfileres de Smith NO es reivindicado por la «academia» (la economía neoclásica). La razón es muy sencilla: el caso implica que hay rendimientos crecientes a escala, y esto destruye el supuesto de competencia perfecta. Lo «escandaloso» entonces es que la Economía neoclásica no pueda asimilar algo tan sencillo y real como que existen rendimientos crecientes a escala (y el pez grande con frecuencia se come el chico).

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      rolandoastarita

      02/03/2021 at 17:06

  3. No me he referido a el comercio en la Edad Media. El material de Patnaik y Patnaik a que hice referencia, publicado recientemente por Monthly Review (repito el link: https://monthlyreview.org/2021/02/01/the-drain-of-wealth/) se refiere a la realidad de la India a partir de la Compañía Británica de las Indias Orientales, y especialmente al dominio británico a partir de la Batalla de Plassey, 1757. Son cosas bien conocidas.
    Brevemente sobre el taller de alfileres de Adam Smith. Harry Braverman (Trabajo y capital monopolista) retoma el análisis de Charles Babbage citado varias veces en El Capital. La verdadera productividad de la división social del trabajo es la diferenciación de salarios, liberando a los trabajadores mejor remunerados de todo el tiempo de trabajo que pueda desplazarse a trabajadores mucho menos remunerados, superexplotados, en general mujeres y niños por su condición vulnerable. Eso permite que la cantidad total de tiempo de trabajo empleado en la misma masa de mercancías implique un capital variable mucho menor, o sea una tasa de plusvalor mucho más alta. La productividad es productividad de plusvalor, como es la regla en el capitalismo. Es muy discutible que la más extrema división técnica del trabajo contribuya a la mayor producción física de bienes, Braverman da muchos elementos que apuntan en sentido contrario. Espero haber sido breve.

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    fernando moyano

    03/03/2021 at 00:01

    • Sí, es claro que Marx al escribir el cap. 12 del t. 1 de El Capital está influenciado por Smith; el enfoque Braverman (que tomaron los regulacionistas y otros sobre la división del trabajo) no lo encuentro en Marx. De todas formas, de aquí no se puede derivar que la economía neoclásica reivindique el enfoque de Smith sobre rendimientos crecientes.
      Por otro lado, repito que el saqueo colonial no tiene nada que ver con la discusión teórica sobre ventajas comparativas. Tampoco el argumento «El país A no puede producir el bien X.

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      rolandoastarita

      03/03/2021 at 06:30

  4. Rolando, que opina del proyecto de ley que quiere pasar por congreso la deuda externa e investigar la deuda «macrista»?

    Saludos

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    Martin

    03/03/2021 at 12:16

    • No veo que cambie nada sustancial. No creo que tenga incidencia alguna en las negociaciones con el FMI, ni que modifique algo de lo que el Fondo va a exigir. Este pedido de investigación parece tener más bien un propósito de campaña electoral. Incluso habría que recordar que en su momento buena parte del PJ (con los gobernadores en primer lugar) avalaron que el gobierno de Macri recurriera al FMI.

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      rolandoastarita

      03/03/2021 at 22:07

  5. He leído su blogpost con gran interés. La teoría de las ventajas comparativas ha sido el foco de mis investigaciones en los últimos años. Le adjunto un link a mi último artículo:

    https://osf.io/u6esg/

    Aquí un breve resumen sus tesis centrales:
    – la contraposición entre las ventajas absolutas y comparativas surge de una mala interpretación de John Stuart Mill del famoso ejemplo numérico de Ricardo;
    – esta mala interpretación se debe a que Mill tenía una definición distinta del costo de producción que Ricardo. Para este último, el costo de producción era sinónimo del precio natural (o precio de producción, según Marx).
    – según la nueva interpretación de los cuatro números, Ricardo usó la misma regla de especialización que Smith. Por lo tanto, ni Ricardo tenía una teoría de las ventajas comparativas, ni Smith una teoría de las ventajas absolutas.

    Me gustaría conocer su opinión al respecto.

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