Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Yo no soy «heterodoxo»

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Hace unos días vino al país una serie de importantes profesores en Economía, pertenecientes a universidades extranjeras, que fueron presentados como “heterodoxos”. Precisemos que la “heterodoxia” se define por oposición a la “ortodoxia” de la economía neoclásica, en especial la walrasiana (modelos del equilibrio general y competencia perfecta). A grandes rasgos, podemos decir que los “heterodoxos” van desde los marxistas -en todas sus variantes- hasta keynesianos más o menos “progres” (Stiglitz, ¿es heterodoxo?), pasando por los sraffianos, los regulacionistas, los muchos matices de poskeynesianos, los estructuralistas, dependentistas, institucionalistas de izquierda (en la tradición de la New School de Nueva York), los neoschumpeterianos, y variadas combinaciones entre estas corrientes (y seguramente me estoy dejando a varios en el camino). Todos aparecemos, ante los estudiantes y la comunidad, compartiendo el mismo objetivo central, enfrentar al “neoliberalismo”, expresión política de la “ortodoxia”. Así establecida la divisoria, pareciera que entre los “heterodoxos” las diferencias son secundarias en relación a la “cuestión fundamental”, derrotar a la “ortodoxia”.

Este fue entonces el telón de fondo de los seminarios y conferencias que dictaron las eminencias “heterodoxas”. Entre ellas hubo marxistas (al menos, en el pasado lo eran), siendo Anwar Shaikh el más conocido y referenciado. Los seminarios tuvieron el apoyo del Gobierno; los profesores asistieron a reuniones en las que se afirmó, entre otras cosas, que las políticas que ellos pregonan son las que están aplicando muchos gobiernos latinoamericanos, incluido el argentino; todos aplaudieron, entusiasmados; y a su vez, recibieron el cálido aplauso de altos funcionarios del Gobierno; varios (entre ellas, Shaikh) elogiaron las políticas K en los reportajes que les hicieron los medios K; y presentaron “papers” para defender tesis “heterodoxas” del tipo “la emisión monetaria nunca genera inflación” que -¡oh casualidad!-, encaja con las últimas declaraciones de Marcó del Pont, la cabeza del Banco Central.

Pues bien, si esto es “heterodoxia”, aclaro que yo no soy “heterodoxo”. Soy marxista, y punto. Esto es, me ubico en un enfoque que, por su propia naturaleza, es crítico del sistema de explotación capitalista, de conjunto, y no simplemente de alguna de sus variantes. Dentro del marxismo es posible, por supuesto, encontrar muchas posiciones, y a veces muy enfrentadas. En este mismo blog puede verse, por caso, las grandes diferencias que tengo con los trotskistas, y con otras corrientes. Sin embargo, hay algo que distingue al marxismo: su postura crítica ante el capital, su Estado y los gobiernos que están al frente de esos Estados. Es que por su propia naturaleza, el marxismo constituye una crítica radical, subversiva, a un modo de producción que se basa en la explotación del trabajo humano. Éste fue, y sigue siendo, su sentido. Pero es imposible mantener este carácter crítico, cuestionador, subversivo, si se está “del otro lado del mostrador”, como lo están hoy muchos izquierdistas. Y el asunto no cambia por el hecho de que algunos reivindiquen alguna mayor intervención del Estado en la economía, o favorezcan a algún grupo empresarial argentino “frente al imperialismo extranjero”. Se trata de diferencias “tácticas”, secundarias, al interior del mismo régimen de explotación.

En síntesis, el contenido fundamental de la intervención de estas “eminencias marxistas” (el de los keynesianos de izquierda era previsible y lógico) en Buenos Aires ha sido avalar a aquellos que hoy están en altas funciones en el Estado, y desean, sin embargo conservar algún pergamino “de izquierda”, al menos. Con lo cual enviaron, además, un mensaje político central: “Hasta los más prestigiosos economistas heterodoxos, incluidos los marxistas más importantes, apoyan la gestión K”. En este respecto, considero que la intervención de estos prestigiosos académicos, ha sido un fuerte golpe para los marxistas de Argentina; esto es, para aquellos que mantenemos la crítica al capitalismo. La discusión con la “ortodoxia” neoclásica, en este contexto, no tiene relevancia alguna. Son fuegos de artificio para tapar lo esencial. El balance es que esta intervención favoreció globalmente al kirchnerismo, y los marxistas quedamos más aislados.

En este marco, además, quiero precisar mi posición frente a Shaikh. Lo hago porque en varias notas he reconocido mi deuda intelectual con este economista. En particular, Shaikh me ha ayudado a superar la tesis “preeminencia del monopolio”, y esto ha sido importante para muchos de mis trabajos posteriores. Sin embargo, desde hace años he planteado también muchas críticas y discrepancias con sus posiciones: he criticado su tesis de que los países atrasados están condenados a padecer déficits comerciales crónicos; también su modelo de tipo de cambio, que considero inaplicable a los países atrasados; he criticado su explicación del intercambio desigual en comercio intra-industria; también su visión sobre la evolución de largo plazo de la tasa de ganancia; su tesis sobre las ondas largas Kondratiev; y su respuesta al teorema Okishio, referido a la ley tendencial de la tasa de ganancia. Algunas de estas cuestiones se pueden encontrar en este blog, otras en mis libros. De todas formas, hasta ahora, se trataba de diferencias más bien teóricas. A partir del apoyo que vino a dar Shaikh al gobierno K, mis diferencias son políticas, y profundas. En una palabra, Shaikh está claramente “en la heterodoxia”, tan cara a los círculos progres-izquierdistas de la economía argentina. Yo no me considero parte de esa corriente. Simplemente, sigo siendo marxista, en cualquiera de los sentidos “amplios” (pero no colaboracionista del capital y su Estado), en que se quiera pensar esto.


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Yo no soy ‘heterodoxo’

Written by rolandoastarita

04/04/2012 a 09:45

15 respuestas

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  1. Hola Rolando,

    Hace tiempo que queria ver este tema discutido. Gracias por dedicarle tu tiempo. Aca en la Universidad de Massachusetts, que en un pasado distante se le caracterizaba como el hogar de una economia politica radical- entiendase marxismo- hace tiempo que la nocion de heterodoxia se ha convertido en la nueva bandera de lucha. Tanto es asi que un marxista como David Kotz se atreve a decir que simplemente es un cambio de palabra, que antes se usaba la palabra «radical» y ahora la palabra «heterodoxo». Es como los que dicen que lo que ahora en la musica latina llaman salsa antes le llamaban mambo…

    Si bien los distintos campos marxistas querian encontrar conexiones entre Marx y Keynes, Marx y Althusser, Marx y Veblen, habia una critica y un proyecto explicitamente anti-capitalista.

    Y pues las cosas han cambiadpo y gente como Robert Pollin son heterodoxos y apoyan al gobierno de Obama y nunca cuestionan la dimension imperialista de el estado norteamericano ( sin mencionar su apoyo desenfrenado a Israel). Para ellos ser radical es cuestionar las politicas de distribucion de ingreso- para nada se cuestiona las actividades trasnacionales que generan ese ingreso y la explotacion local de los trabajadores. Y bueno, para decirte mas, a un postkeynesiano como Peter Skott lo he escuchado en mas de una ocasion preguntar porque es tan importante la nocion de la explotacion…

    En fin, sospecho que de las peores cosas que le ha pasado al marxismo fue entrar y ser adaptado por la academia.

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    Ian J. Seda-Irizarry

    04/04/2012 at 12:35

    • Sí, coincido, existe un marxismo que se ha adaptado a las necesidades de la clase dominante. Aquí algunos economistas marxistas (aunque ahora no sé si siguen reivindicándose «marxistas») han entrado directamente al gobierno K, ocupando altos puestos. El caso más notorio es el doctor Axel Kicillof. Desde el punto de vista teórico, desde antes de su adhesión al peronismo K, yo había escrito una breve crítica a su tesis doctoral, en la que trata de presentar a un Keynes «partidario de la teoría del valor trabajo» (hice una crítica aquí). Un disparate que lo elevó al rango de «doctor». Luego lo condimentó con una explicación de la inflación en Argentina por «formadores de precios concentrados»; que es otra tesis muy cara al populismo burgués criollo.
      Lo lamentable es que este tipo de literatura alimenta al izquierdismo local «ad usum». De hecho, cuando estudiamos con alguna atención estas producciones, encontramos que la teoría de Marx ha sido reemplazada por alguna forma de «capitalismo monopolista», con ingredientes del enfoque «competencia perfecta/competencia imperfecta», más mucho subconsumismo, tercermundismo nacionalista y la infaltable tesis de «la culpa de todos los males la tiene el capital financiero».

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      rolandoastarita

      04/04/2012 at 13:26

  2. Hola Rolando, te agradezco por esta nota. Cuando me enteré de que iban a estar estos economistas que, durante la carrera, habían sido una voz refrescante, sinceramente me entusiasmé y hasta lamenté no haber podido concurrir por desarrollarse la charla en horario laboral. Sin embargo, esta nota me hace re-pensar la situación y, ciertamente, hubiera sido extraño que fueran invitados por la UBA y tan promocionados, incluyendo voces del gobierno, si todavía mantuvieran posiciones tan radicales como las que recuerdo haber leído. Aunque también, re-pensando, es posible que lo que recuerdo se encuentre teñido y sobrevalorado dado el entorno ortodoxo que tiene la carrera de Economía…
    Coincido con tu opinión respecto de la pérdida de espacio que viene sufriendo el marxismo, con las «transmutaciones» de marxistas en peronistas-kircheristas e incluso con la idea que se quiere instalar (si es que acaso ya no se encuentra instalada) de que prácticamente cualquier política que no sea neoliberal es marxista. El marxismo ya ha batallado y debe seguir haciéndolo tratando de despegarse del «fracaso» de la URSS, ahora debe hacerlo también para ser entendido como distinto de la heterodoxia.
    El capitalismo ha sabido adaptarse a las coyunturas, por qué no iba a utilizar incluso el término «marxista» a su medida para seguir adaptándose y en un futuro quizás mostrar esta etapa histórica como un nuevo fracaso del marxismo?.

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    Romina

    04/04/2012 at 14:29

  3. Lenin solía decir que la fuerza del marxismo era tan grande que obligaba a muchos de sus enemigos más acérrimos a disfrazarse de marxistas. Trotski decía que no se puede ser un revolucionario en el comedor y un reformista en la cocina. Creo que estos criterios se ajustan perfectamente a muchos académicos citados. Me defrauda un poco lo de Shaik. Parece ser que la ‘radicalidad’ del discurso es inversamente proporcional a cuantos peldaños se puedan subir en la escalera del prestigio burgués. La parábola del ‘golden boy’ es mucho más plana.

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    AP

    04/04/2012 at 16:45

  4. Rolando, ¡excelente nota! Saludos

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    Armando

    04/04/2012 at 18:16

  5. Excelente blog.
    No solo el post que acabo de leer. En general toca todos los temas que me interesa.
    Felicitaciones Rolando por este monumental trabajo.
    Saludos desde G.Catán.

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    Colors

    04/04/2012 at 20:17

  6. Rolando, también me entusiasme mucho en principio por los nombres que se presentaban en las Jornadas, y me sorprendieron negativamente las declaraciones de Shaikh (como dijo ud por en algún comentario más propias de un keynesiano que de un marxista); aunque no tuve posibilidad de escuchar la posición de otros panelistas «reconocidos» marxistas como John Weeks y Cirus Bina. Pero de movida algo me resulto «sospechoso» respecto al evento (sin que suene a chupada de medias), siendo un congreso organizado por la UNQ y siendo usted profesor de esa casa de estudios con gran pertinencia en las temáticas propuestas, me extrañaba mucho su no participación (que presumo fue en realidad una no invitación).
    Un abrazo Rodrigo

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    rodrigo

    05/04/2012 at 12:14

    • Acerca de la no invitación a marxistas locales, creo que la Universidad está en su derecho. Puede considerar, por ejemplo, que los marxistas locales no teníamos mucho que aportar. Lo interesante, sin embargo, es que se invitó a hablar en la Jornada a la ministra de Economía del gobierno de Scioli, y al intendente de Quilmes. La ministra no ahorró elogios para la gestión Scioli, y nos dio a entender que, después de todo, esa era la política preconizada por las luminarias «heterodoxas» allí presentes. Estas últimas, faltaba más, aplaudieron entusiasmadas el gran aporte teórico-académico de la ministra. Cuando se anunciaba la intervención del intendente de Quilmes, me retiré del acto.

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      rolandoastarita

      05/04/2012 at 12:23

  7. Rolo: Coincido plenamente, no se puede ser marxista y al mismo tiempo defender el estado burgués y sus instituciones. Ser marxista es ante todo estar en contra del Estado burgués y la explotación del hombre por el hombre. Un abrazo

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    Guillermo

    06/04/2012 at 13:06

  8. Hola Rolando,
    Aunque personalmente estoy en las antípodas del marxismo, leo siempre tu blog porque me resultan muy interesantes tus planteos, siempre alejados de los de la «izquierda boba» autóctona.

    Respecto de este artículo, sólo quería llamar la atención sobre el hecho de que una persona que se toma en serio las «ondas de Kondratiev» pueda llegar a ser el intelectual más prestigioso, «conocido y referenciado» en una reunión.

    Es casi como hablar de un prestigioso médico que se especializa en frenología, o de un reconocido matemático que hizo importantes descubrimientos de astrología.

    Saludos y felicitaciones por el blog.

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    José

    06/04/2012 at 13:19

  9. Dos cuestiones.

    Primero don José : creo que fue Samuelson el que a propósito de la obra de Schumpeter sobre los ciclos económicos dijo aquello de «paparruchas pitagóricas», pero no me parece que considerase por eso a Schumpeter un indocumentado. Anwar Shaikh es un economista serio aunque no estemos de acuerdo con sus planteamientos o resultados. Quiero decir que, hoy por hoy, en economía política no existe algo semejante a la teoría celular en biología , así que cuidado con las comparaciones.

    Sobre «heterodoxia» y marxismo. Tengo un amigo que dice que los marxistas se dividen – nos dividimos- entre los que tratan de asimilar la declinación del «socialismo realmente existente» y los que no parecen haberse enterado del evento. Tiene mucha razón.

    Pero yo añadiría que, en lo referente a la actividad política, también es importante la posición ante el Estado. Piensen , por ejemplo , en las diferencias entre un Poulantzas y un Przeworski.

    Luego, claro, existen cuestiones mucho más «sórdidas», pero no veo como se pueda separar la política del interés. En este mundo.

    Y por cierto. Cómo le están sacudiendo a Kicillof los plumíferos de Repsol en la prensa española.

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    Karl Mill

    06/04/2012 at 15:09

  10. Rolando, hay algún enlace a las conferencias que dieron estos economistas? O a las entrevistas que mencionás? Yo solo encuentro esto en Página 12: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-190066-2012-03-21.html. Tendrás algunos otros enlaces? Muchas gracias.

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    F.

    07/04/2012 at 18:53

  11. Corto video de la presentacion de Shaikh aqui: http://www.youtube.com/watch?v=97iBQbI3IqU

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    Ian J. Seda-Irizarry

    07/04/2012 at 20:55

  12. Aunque con retraso he podido leer esta magnífica nota. He dado con ella buscando sus opiniones acerca de la política, económica y no económica, del gobierno K. Aquí, en España, apareció un partido que se reclama del populismo, admiradores de Laclau, que han sido la «sensación» de la temporada política y que, por supuesto, apoyan al «significante vacio» que representa Cristina K. Cómo milito en el marxismo y discuto con ellos con frecuencia me interesaba añadir argumentos. Con sus aportaciones he encontrado unos cuantos. Muchas gracias.

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    Ignacio

    26/06/2015 at 05:29

  13. «… ellos se reunían “para bien de la humanidad”, para su propio esclarecimiento, ellos eran espíritus progresistas y no unilaterales, eran intelectuales, etc., etc., y no era posible llamar “individuos extraviados” a personas tan dignas. Más aún, ellos debían saber primero lo que era en realidad el comunismo (¡estos perros, que durante años se han dicho comunistas y sólo han desertado por miedo a Grün y Eisermann, quienes se han arrastrado entre ellos utilizando como pretexto el comunismo!). Naturalmente que no me dejé atrapar por su simpático pedido de contarles, en dos o tres palabras, a ellos, ignorantes, lo que es el comunismo. Les di una definición extremadamente simple. No comprendía más que los puntos particulares en discusión y, partiendo de la comunidad de bienes, excluía la actitud pacífica, tierna o considerada para con la burguesía, incluyendo a los Straubingers y, finalmente, a la compañía proudhoniana con su conservación de la propiedad individual y lo que de ella deriva. Más aún, dicha definición no contenía nada que pudiera dar pie a digresiones y evasiones de la votación propuesta. Por ello definí los fines de los comunistas de esta manera: 1) Hacer triunfar los intereses del proletariado en oposición a los de la burguesía; 2) Hacer esto por medio de la abolición de la propiedad privada y su sustitución por la comunidad de bienes; 3) No reconocer otro medio de lograr estos objetivos que una revolución democrática por la fuerza.» (De Engels al comite de correspondencia de Bruselas, París 23 de octubre de 1946)

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    Fel

    20/07/2015 at 11:18


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