Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Teoría monetaria en Marx y la crítica de un crítico

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Recientemente el economista Fabián Amico publicó una extensa crítica a la interpretación de las crisis capitalistas que he defendido junto a José Tapia (acaba de publicarse en España La Gran Recesión y el capitalismo del siglo XXI, Jośe Tapia y Rolando Astarita, editorial Catarata).

Esta polémica tiene una pequeña historia. Hace un tiempo un amigo me envió una crítica que Amico había realizado a nuestras posiciones (de Tapia y mías). A raíz de ello, escribí una serie de notas en este blog (véase 1; 2; 3; 4; 5). A estas notas responde ahora Amico con una nota publicada en la revista Circus (véase referencias). Centralmente, Amico critica la tesis (de los marxistas) que dice que el capitalismo sale de las crisis aumentando la explotación; la idea de que las economías están lideradas por la inversión (en términos marxistas, por la acumulación de capital); y dice que Tapia y yo defendemos la ley de Say. En su opinión, afirmar que la economía está liderada por la inversión, o acumulación, equivale a sostener que el crecimiento potencial de la economía está dominado por la ley de Say. José Tapia ha respondido las críticas a la idea de que la economía está guiada por la inversión en dos artículos (véase las referencias). En una próxima nota, voy a demostrar que el cargo de Amico, de que defendemos la ley de Say, no tiene fundamento, y es un disparate. Pero Amico no solo habla sobre la ley de Say, la inversión y el ciclo, sino también se refiere con bastante extensión a otras cuestiones que tocó la polémica. Una de ellas es la teoría monetaria de Marx. Debido a la cantidad de temas tocados, me voy a focalizar en solo uno de los disparates que dice Amico cuando trata la cuestión monetaria en Marx (tratarlos a todos demandaría casi un libro).

Antes de entrar en el tema, despejo una cuestión. En su escrito Amico afirma que he lanzado acusaciones morales contra él y los que comparten sus posiciones. Esto porque sostuve que su enfoque es armonicista. Pero lo cierto es que no me meto con la moral de Amico; asimismo no considero que Amico me hace algún cargo moral cuando sostiene que coincido con los neoliberales, o adhiero a la ley de Say. Se trata de caracterizaciones teóricas y políticas, y como tal deben ser recibidas. Quiero ser más preciso en esto: luego de escribir las notas me enteré de que Amico es defensor del gobierno K (columnista de Página 12; investigador invitado de CEFIDAR; ha participado en el programa 6,7,8). Pues bien, no encuentro nada moralmente reprochable en esto. Como tantos otros economistas, Amico tomó partido en defensa de un gobierno del capital, lo que está de acuerdo con sus posturas teóricas. De manera que estamos ante diferencias teóricas, y por supuesto políticas.

La teoría monetaria de Marx, según Amico

La polémica con Amico sobre el tema monetario se dispara a partir de mi afirmación (y de Tapia) de que la emisión de dinero de curso forzoso lleva al aumento de precios. Amico sostuvo que la idea de que la emisión de billetes tiene efectos inflacionarios es propia de la teoría cuantitativa, y no tiene nada que ver con la teoría de Marx. En respuesta (ver notas 1 y 2), le presenté a Amico los pasajes en que Marx explica por qué la emisión de billetes puede ser inflacionaria, y por qué es una posición muy distinta de la teoría cuantitativa del dinero, como el propio Marx se encargó de señalar. No conforme con mis explicaciones, en su reciente trabajo Amico vuelve a la carga con el tema. Explica que, según Marx, si la moneda tiene un valor como mercancía, habrá una cantidad de dinero para la circulación, si está dada la velocidad de circulación. Lo cual es correcto; pero entonces escribe: “Dada la cantidad (Q) de mercancías por la ley de Say, y la velocidad de circulación V por las condiciones institucionales, la cantidad de dinero que debe circular depende del valor relativo entre las mercancías y la moneda (P/Pg)”.

Pues bien, en este solo pasaje hay casi más errores que palabras. Para entender por qué, recordemos que Ricardo pensaba que se cumple la ley de Say; que en consecuencia el dinero solo está destinado a circular; y que por lo tanto todo aumento de la masa de dinero, por encima del nivel “natural”, tiene efectos inflacionarios (al menos en el corto plazo, porque en el largo plazo actuaba un ajuste “a lo Hume” y el oro “en exceso” saldría del país). Por eso, siempre según Ricardo, cuando hay demasiado oro para las necesidades de circulación, el oro se convierte en un signo de valor de cambio inferior a su propio valor (para usar la expresión de Marx). Subrayo, este razonamiento de Ricardo se asienta en la aceptación de la ley de Say. Según Ricardo, la circulación de las mercancías está regida por la ley de Say. Pero esto no es lo que sucede en Marx. ¿De dónde saca Amico que, en la concepción de Marx, la cantidad de mercancías  en circulación está gobernada por la ley de Say? Precisamente en el capítulo 3 del tomo 1 de El Capital, cuando analiza la circulación de mercancías, Marx critica la ley de Say. ¿Cómo es posible que Amico desconozca algo tan elemental? La cuestión es clave, porque si Marx pensara que la circulación de mercancías está gobernada por la ley de Say, no podría considerar el atesoramiento como un factor decisivo, que desbarata la concepción cuantitativa de Ricardo. Efectivamente, en oposición a Ricardo, Marx subraya una y otra vez que solo circula el oro que es necesario, dada la velocidad de circulación, la masa y valores de mercancías, y el valor del oro; y el resto se atesora. Por eso también la crítica a la ley de Say está orgánicamente vinculada a su crítica de la teoría cuantitativa, y al rol del dinero “en cuanto dinero” (atesoramiento, medio de pago, dinero mundial).

Segundo error, y elemental: ¿de dónde saca Amico que en Marx la velocidad de circulación está determinada solo por factores institucionales? Esto es Fisher, no Marx. Por supuesto, Marx no va a negar que si los salarios se pagan por quincenas, la velocidad de circulación será mayor que si se pagan por mes. Pero esto no es lo decisivo, porque si solo se tomara este aspecto -caro a los teóricos cuantitativos- deberíamos concluir que la velocidad del dinero es estable. Y esto no es lo que sucede en la economía capitalista. La velocidad del dinero puede experimentar fuertes oscilaciones, porque está condicionada al ciclo de reproducción del capital. Cuestión que se vincula con lo que hemos señalado antes, la posibilidad de que se den coyunturas de atesoramiento generalizado. Por ejemplo, una crisis de realización -sobreproducción de mercancías- implica una contracción de la velocidad del dinero; y una crisis de realización tiene raíces en las contradicciones de la reproducción del capital. ¿Cómo se pueden desconocer estas cuestiones al presentar la teoría monetaria de Marx? Incapaz de entender lo básico, Amico ha pasado por alto que existe una conexión entre sostener que la circulación de las mercancías obedece a la ley de Say; obviar el rol del atesoramiento; y no mencionar siquiera la relación entre la velocidad de circulación y la facilidad o dificultad con que opera la venta, la metamorfosis mercancía-dinero. Todas cuestiones examinadas y criticadas por Marx.

Planteadas así las cosas, a continuación Amico se pregunta qué sucede -en la teoría de Marx- “si por alguna razón, la cantidad de dinero fuera diferente de la que resulta consistente con la velocidad (dada) de circulación y el valor relativo entre la mercancía monetaria y las demás mercancías?” Cualquiera que haya leído los tres primeros capítulos de El Capital respondería rápidamente que, según Marx, se alterarían las reservas de oro atesorado, de manera que los “canales” de la circulación no se desbordarían. Un ricardiano, en cambio, diría que, dado que todo el oro circula (ley de Say), los precios inevitablemente deben subir. ¿Qué responde Amico? La segunda alternativa. Amico hace pasar la respuesta ricardiana como si fuera la de Marx. Esto es, quiere convencernos de que, según la teoría de Marx, un aumento de la cantidad de oro generará un aumento de los precios. Para esto cita un largo pasaje de Marx, que en principio nos deja “descolocados”, porque en el mismo Marx parece defender el enfoque de Ricardo.

Escribe Amico: “Dice Marx: “Supongamos entonces que la suma de los valores de cambio disminuye (caída de PQ) por aumento de la fuerza productiva del trabajo, la misma cantidad de mercancías supone un valor inferior. O supongamos por el contrario, que la suma de los valores de cambio aumenta (aumento de PQ) … porque el valor de esta masa de mercancías … crece como resultado de una disminución de la fuerza productiva del trabajo. ¿Qué sucede en ambos casos con la cantidad dada de stock de metal … En el primer caso, el oro estaría, como signo de valor, por debajo de su valor efectivo, en el segundo caso por encima de dicho valor … En el primer caso, los precios de los productos subirían en el segundo, más bajo (sic en Amico). En ambos casos, el movimiento de precios de las mercancías, sea al alza o a la baja, sería efecto de la expansión o contracción relativa de la masa de reservas de oro por encima o por debajo del nivel correspondiente a su propio valor, es decir, la cantidad normal que se determina por la relación entre su propio valor y el valor de las mercancías que tiene que mover”. Subrayo, esta es la cita de Marx que transcribe Amico. En consecuencia, cualquiera que lea este pasaje, se quedará con la idea de que, según Marx, la expansión de la cantidad de oro, dada la masa y el valor de las mercancías, genera el aumento de precios, y viceversa. Como para que no queden dudas, Amico remata con el siguiente pasaje de Marx:

“El mismo proceso podría ocurrir si la suma de los precios de los bienes en circulación se mantuviera igual, pero la masa de reservas de oro se encontrara por debajo o por encima del nivel normal (aclara Amico: aumento o disminución exógenos de Qg, la masa de oro), abajo, si las monedas de oro desgastadas no fueran reemplazadas por una nueva producción de las minas; por encima, si la nueva oferta de las minas supera las necesidades del movimiento. En ambos casos se supone que los costes de producción de oro, es decir, su valor, sigue siendo inmutable”.

Amico comenta entonces que “el equilibrio se alcanza cuando la cantidad de oro en circulación alcanza su nivel normal” ya que “aumentarán los incentivos a producir oro en una situación en la que el precio del mercado está por encima del precio natural y “en la medida en que la cantidad de oro en circulación crece, el precio de mercado se ajustará al precio natural”. Concluye que esto explica que exista, para Marx, una incompatibilidad entre la teoría del valor y la teoría cuantitativa del dinero, porque los cambios exógenos en la cantidad de dinero no tienen el efecto de elevar de forma permanente el nivel de precios, ya que solo puede haber un desequilibrio temporal entre el “precio de mercado” y el “precio natural” de la mercancía monetaria. Todo esto lo encontramos en Ricardo. Cabe preguntarse entonces por qué habrá dicho Marx que su teoría monetaria era muy distinta de la de Ricardo. Misterio. Amico ha exhibido un largo pasaje de Marx, con un enfoque que cuadra perfectamente en Ricardo. ¿Qué sentido tiene todo esto?

El arte de tergiversar

Empiezo por una cuestión elemental. Amico no cita directamente a Marx, sino a un autor que cita estos pasajes de Marx. Lo más importante, Amico ni siquiera se molesta en decir de qué texto de Marx se trata. Pero esto es vital para que los lectores puedan consultar y comprobar si es correcta la interpretación que hace Amico de Marx. Dado que Amico no lo hace, presento el texto de Marx. Se trata de un pasaje de la Contribución a la crítica de la economía política, del capítulo 3, apartado C, “Teorías sobre el medio de circulación y sobre el dinero”. En la edición de Siglo XXI, los pasajes citados por Amico se encuentran en la página 164. Invito a los lectores a que lean las páginas 163 a 165 para que comprueben, por sí mismos, la manera en que se pueden llegar a tergiversar las cosas.

Concretamente, Marx está criticando la concepción monetaria de Ricardo, y los pasajes que Amico dice que expresan las ideas de Marx, son los pasajes en los que Marx está desarrollando la posición de Ricardo. Esto es muy claro ya desde la página anterior; además, el texto está colocado en un apartado en el que Marx está criticando teorías monetarias distintas de la suya. Pero Amico no solo se guarda bien de explicar de qué se trata, sino que incluso suprimió el pasaje en el que aparecía claro que Marx no se estaba refiriendo a su posición, sino a la de Ricardo. Efectivamente, después de preguntarse Marx ¿Qué sucederá en ambos casos con la cantidad dada del metal circulante? (“dada” está subrayado en la edición de Siglo XXI), Amico pone puntos suspensivos, y pasa directamente al “primer caso”. Pero… ¿qué dice Marx en esa parte suprimida por Amico? Pues lo que Amico no quiere que el lector sepa, para seguir atribuyendo a Marx la posición de Ricardo. Cito entonces a Marx, completo:

“¿Qué sucederá en ambos casos con la cantidad dada del metal circulante? Si el oro es solo dinero porque circula en cuanto medio de circulación, si está obligado a permanecer dentro de la circulación como papel moneda de curso obligatorio emitido por el Estado -y en esto piensa Ricardo-, entonces la cantidad de dinero circulante, en el primer caso, se tornará superabundante en proporción al valor de cambio del metal; en el segundo caso se hallaría por debajo de su nivel normal” (p. 164). Todo lo resaltado en itálica es lo que Amico no cita. Pero esto es clave, porque el pasaje no deja lugar a dudas de que Marx está reseñando la posición de Ricardo, no la suya.

Primera pregunta elemental: ¿Quién piensa que el oro “solo es dinero en cuanto medio de circulación”? ¿Ricardo o Marx? ¿Puede responder Amico esta sencilla pregunta? Segunda pregunta elemental: ¿Quién piensa que el oro “está obligado a permanecer dentro de la circulación” como sucede con el papel moneda? ¿Ricardo o Marx? ¿Puede responder nuestro investigador del CEFIDAR esta segunda pregunta, también sencillísima? Evidentemente, en ambos casos es Ricardo, no Marx, el que piensa de esa manera. Ricardo es quien piensa que el oro está condenado a circular siempre. Marx criticó en muchos pasajes esta idea. Por eso también es Marx quien, en la página siguiente, señala la contradicción entre la teoría del valor de Ricardo y su teoría monetaria. Marx ve la contradicción en Ricardo. Es que según Ricardo, el valor del oro está dado por sus costos de producción; pero de acuerdo a la teoría cuantitativa, su valor “de mercado” oscila con su cantidad. Esto lo piensa Ricardo, no Marx. Marx critica a Ricardo por esto. Es increíble que Amico no entienda algo tan simple. Es Ricardo, no Marx, quien se mete en las discrepancias -en el corto plazo- entre el valor de mercado del oro y su valor “real”. Ricardo lo hace porque ha mezclado la teoría cuantitativa en el asunto, a partir de su aceptación de Say (y de su teoría del valor trabajo). Por eso Marx explica que, según Ricardo, el oro circulante es signo de valor de un valor mayor o menor que el que contiene en realidad, y agrega:

En concordancia con la teoría ricardiana de los valores de cambio en general, el aumento del oro por encima de su valor de cambio, es decir del valor determinado por el tiempo de trabajo en él contenido, acarrearía un aumento de la producción del oro, hasta que un aumento de la producción del oro lo volviese a rebajar hasta su magnitud de valor correcta” (p. 165, énfasis mío).

Es a partir de aquí que, por otra parte, puede entenderse el rol que atribuye Marx al dinero de curso forzoso, y los efectos de su emisión sobre los precios (la cuestión que discutí en las notas anteriores). Entender esta diferencia entre Marx y Ricardo con respecto al oro, y la crítica de Marx a la teoría cuantitativa, también es indispensable para comprender por qué Marx termina estos pasajes diciendo: “Esta depreciación, no del papel con respecto del oro, sino del oro y del papel reunidos, o de la masa global de los medios de circulación de un país, es uno de los principales inventos de Ricardo, que Lord Overstone y compañía exprimieron a su beneficio…” (p. 166; énfasis añadido). Son “inventos de Ricardo”, dice Marx. No se trata de la posición de Marx, sino de Ricardo.

Naturalmente, es imposible que Amico pueda comprender algo de la teoría monetaria de Marx si no parte de distinguirla de la teoría de Ricardo. Y a partir de aquí también es imposible que pueda entender por qué Marx sostuvo que la emisión de dinero de curso forzoso, dado un respaldo determinado, termina provocando la desvalorización del billete. Que es lo que sostuve en las notas anteriores. No voy a seguir a Amico en todos los dislates que dice sobre teoría monetaria. Con esto basta. Pero sí señalo que en las discusiones teóricas es necesario tener un mínimo de rigor y seriedad. No debería admitirse que se cite de esta forma, escondiendo debajo de la alfombra lo que no conviene, para mantener contra viento y marea posiciones.

Textos citados:

Amico, F. (2011): “Izquierda y economía vulgar: Marx no tiene la culpa”, Revista Circus, 09/07/11, http://grupolujan-circus.blogspot.com/2011/07/izquierda-y-economia-vulgar-marx-no.html.

Marx, K. (1980: Contribución a la crítica de la economía política, México, Siglo XXI.

Tapia, J. A. (2011): “Economía vulgar y conceptos económicos: Una respuesta a Fabián Amico” y

“Demanda agregada, inversión y causalidad: En respuesta a Fabián Amico, Eduardo Crespo y Nahuel Guaita”, en http://sitemaker.umich.edu/tapia_granados/working_papers___documentos_de_trabajo.


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Written by rolandoastarita

08/08/2011 a 13:01

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8 respuestas

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  1. Parece que a veces hay que contestar algo a toda costa, aunque no se sepa bien qué.
    En una versión digital que encontré en internet, el extracto citado está en la página 119:
    http://www.salvador-allende.cl/Biblioteca/Karl%20Marx/Contribucion-marx-es.pdf
    Saludos.

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    Ezequiel

    08/08/2011 at 18:36

  2. Hola, le expongo una inquietud que viene de la entrada anterior: si la sobrecapacidad estadounidense es todavía un resabio de la fuerte expansión de los noventa, una crisis de crecimiento de la economía China, por ejemplo, debería mostrarse como especialmente grave y duradera, dado que tiene tres o cuatro lustros creciendo a tasas altas y el algún momento la expansión debería frenarse bajo la forma de una crisis. Asimismo, una desaceleración o recesión en China, India y Brasil, ahora, sí que pondría muy mal a la economía mundial: ¿es esto lo que está en puertas?.

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    mario

    09/08/2011 at 19:07

    • Sí, es claro que una crisis en China sería especialmente grave. Además, también con respecto a China existen varios análisis que apuntan que se está acercando a un nivel de sobreinversión (construcción de sobrecapacidades) muy peligroso. De todas maneras sigo estudiando cómo actúa la sobreinversión en las etapas previas que llevan a crisis profundas. Marx señalaba el fenómeno en los años previos a la crisis inglesa de 1847; lo que es confirmado por estudios actuales (hubo sobreinversión en ferrocarriles y en menor medida en textiles). También habría habido sobreinversión en la década de 1920 en EEUU; y en los 1990 en sectores de las nuevas tecnologías; también hay sobrecapacidad mundial en ramas fundamentales, como automóviles y petroquímica. Una observación: esto no se puede explicar con la idea (que defienden algunos keynesianos «armonicistas» pro K) de que la inversión se adapta plásticamente a la demanda, a través del principio del acelerador.

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      rolandoastarita

      10/08/2011 at 09:21

  3. Interesante replica profesor… Pero tengo algunas dudas, como se conecta la teoria del valor trabajo con los precios del mercado? es decir, en el mercado se venden mercancías a precios altos y tienen poco trabajo relativo. Valor y precio son lo mismo en Marx?

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    Alfonso

    13/03/2013 at 15:41

  4. Hola profesor Rolando,
    He llegado hasta este artículo, buscando algún texto que me asista para entender la teoria monetaria de Marx, en el ElCapital (no antes de esta obra), pero la teoría monetaria en relación a su polémica con la Ley de Peel. Voy a leer lentamente este artículo de todas maneras….
    Me gustaria que me orientara sobre este tema concreto referente a la discusión irascible en artículos de períodico americanos, de Marx contra la ley de Peel, que no acabo aún de comprender!! … aunque intuyo ciertos prejuicios en Marx enfrentados a la concepción de Hume y Ricardo sobre el concepto de dinero-metálico y de valor-del capital monetario. !El tema del Oro, otra vez, y las minas y las colonias! y esa acumulacion originaria de la que comenté por aquí…
    Pero de todas formas, no me cuadra que Marx pensando como pensaba acerca del dinero-como-crédito bancario y del capital-a -prestamo (en tanto capital ficticio) estuviera en contra de las restricciones de Peel a la emisión de dinero desde la nada sin respaldo….pues suspender la ley de Peel es un acuerto para Marx pero yo veo que es un desastre al permitir entonces más potencia creadora de Capital Ficticio …y llegar hasta donde estamos ahora.
    Espero una referencia suya, ya sea via algún comentario al respecto o ya sea algún articulo suyo escrito ya o bien de algún otro especialista…
    Muchas Gracias,
    ERS

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    ERS

    03/04/2013 at 20:14

    • No puedo explicar todo el asunto en un espacio breve, y además estoy con muchas cosas. Sintéticamente: la ley bancaria inglesa de 1844 ponía un límite a la emisión de billetes de banco, pero no se trata de los billetes de banco de curso forzoso. Los billetes de banco se emitían contra letras de cambio, que descontaban los comerciantes o industriales (por ejemplo, el que exportaba tejidos a India). Por este motivo, esos billetes no eran dinero de curso forzoso (digamos, no eran como los billetes con que nos manejamos hoy). Cuando vencía la letra de cambio, el deudor pagaba su deuda, y la emisión refluía. En última instancia, los billetes de banco que se emitían contra letras eran créditos monetizados. La crítica de Marx es que la ley de 1844 confunde los dos tipos de dinero, y aplica una medida que sería apta para el dinero de curso forzoso, a los billetes. Aclaro que James Steuart ya había visto esta diferencia de naturaleza en los billetes.
      Por este motivo, la disposición de 1844 agravaba innecesariamente las crisis, porque agudizaba la iliquidez cuando más hacía falta el dinero. Es interesante señalar que también The Economist se oponía a esa ley.

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      rolandoastarita

      03/04/2013 at 23:38

  5. «acierto» no «acuerto» quería escribir.

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    ERS

    03/04/2013 at 20:16

  6. Hola, muy buen articulo Don Astarita. Mi pregunta es que, aparte de en »Contribución…» y »El Capital» de Marx, ¿hay alguna síntesis de la teoria monetaria de Karl Marx?

    Gracias.

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    Karlos

    23/10/2013 at 09:43


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