Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Droga, Estado y globalización (3)

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La parte primera de esta nota aquí, la segunda aquí

Aquí va la segunda parte de la ponencia que presenté en 2006, en la Tercera Jornada sobre Toxicomanías UBA, Facultad de Psicología, Secretaría de Extensión, Cultura y Bienestar Universitario. La misma fue publicada en Obstáculos en el tratamiento de las adicciones, (ed.) Deborah Fleischer, y tiene por título “Droga, su relación con el valor y el capital. Acumulación, globalización y Estado”

Narco-capital

Lo anterior permite comprender algunas características del negocio del narco-capital. No hablo de narcotráfico, sino de narco-capital, porque incluye el capital dedicado a la producción, transporte y comercialización, y el involucrado en los mecanismos financieros. Se trata de un circuito global, aunque puede dividirse en subcircuitos relativamente autónomos. En muchas de las fases que recorre este capital en proceso se invierte más del tiempo de trabajo del que sería necesario en condiciones de libre producción y circulación. Así, por ejemplo, en condiciones de libre circulación el costo de transporte de la droga se abarataría si la droga se pudiera transportar en containers. En cambio, si hay que transportarla con «mulas», se exige una gran inversión en capital y en fuerza de trabajo por unidad de producto. Pero en tanto exista una demanda suficiente, en el mercado se valida socialmente esa mayor cantidad de trabajo y capital necesarios para colocar a la droga en el lugar de venta. Remarcamos también que el transporte –la fase específica del narcotráfico- genera valor de uso, y por lo tanto valor.

Pero además, en todo este proceso es imprescindible la intervención de trabajo improductivo. Hablamos de trabajo improductivo para referirnos al trabajo que no atañe estrictamente a la generación de valores de uso y valor, pero es necesario para el funcionamiento del circuito capitalista. Por ejemplo, la persona encargada del acto de la venta –lo que Marx llama la metamorfosis de la mercancía en dinero- no genera valor; si la venta se prolonga, el vendedor no agrega un átomo de valor a la mercancía, aunque trabaje más. Su trabajo es improductivo, pero necesario para la obtención de plusvalor. Otro ejemplo puede ser el del vigilador de una empresa: su trabajo, consistente en defender la propiedad privada, no agrega valor a los productos, aunque sea necesario para el funcionamiento del sistema capitalista.

Con respecto al narco-capital, y debido a las características propias de ilegalidad en que se mueven estos circuitos capitalistas, la actividad insume una enorme masa de trabajo improductivo. Esto es, trabajo que no genera valor, pero es necesario para el funcionamiento del narco-capital. Un ejemplo de este gasto improductivo es la operación del lavado del dinero en los circuitos financieros. Los trabajos de transferencia, transporte de dinero, disimulación, etcétera, no agregan valor a la droga, pero insumen enorme cantidad de trabajo.

A esto se suman los gastos improductivos que suponen los sobornos y “arreglos” de jueces, policía, instituciones, políticos y demás instancias institucionales y legales. Todas ellas se nutren de la transferencia de valor y plusvalía que se realiza desde otros sectores de la sociedad. Esto es importante porque aquí no está funcionando una relación capitalista en sentido puro; es una relación capitalista atravesada por relaciones políticas, jurídicas e institucionales, sin las cuales no puede funcionar el narco capital. La transferencia de valor desde otros sectores de la sociedad implica entonces una validación en el mercado de estos gastos improductivos, destinados a salvar los obstáculos legales y represivos que afectan al negocio. De todas maneras, la sostenida demanda de droga y el vuelco de recursos –capital y productores- estarían en el origen de la caída tendencial del precio de la droga en los mercados de los países desarrollados. Se ha calculado, por caso, que el precio de la cocaína puesta en Nueva York habría bajado a la quinta parte en los últimos veinte años.

El circuito capitalista de la droga

A partir de lo anterior se puede encarar el análisis del circuito capitalista de la droga. El circuito capitalista, en su sentido más general, es el circuito del dinero que compra fuerza de trabajo y medios de producción, produce una mercancía que está valorizada, es decir, contiene plusvalor, y se cierra cuando esa mercancía se vende por dinero (= capital adelantado + plusvalía). Luego el dinero obtenido vuelve a entrar al circuito. Es decir, el capital es valor en proceso de valorización, dinero que da dinero a través de una relación de explotación del trabajo asalariado.

Utilizamos ahora esta categoría de capital para analizar el negocio del narco-capital dividido en las fases de producción, de transporte y comercialización, y financiera; esta última implica el reciclado de parte de la plusvalía generada en el negocio del narco-capital “a la superficie”, para actuar ahora como capital, blanqueado y legalizado. La magnitud en cifras del capital involucrado en esto es difícil de calcular, entre otras cosas debido a la propia naturaleza del fenómeno. Pero según datos del FMI (de 2002) el negocio global ilegal en el mundo movería un valor equivalente a entre el 3 y el 5 % del producto bruto interno mundial. Esto sin contar con lo que ya está legalizado. Se puede considerar con seguridad que una parte importante de esta suma está vinculada al narco capital (otros negocios son el tráfico de armas, de seres humanos, la prostitución, contrabando, lavado de dinero por ilícitos de todo tipo).

El narco capital entonces comprende varios circuitos que, como dijimos antes, pueden ser relativamente autónomos: narco-producción, narco-tráfico, y la parte narco-financiera o narco-dineraria. Todas son diferentes formas de existencias del  capital en reproducción. Estos circuitos se desarrollan en el marco de la globalización. No solo la producción se realiza en una parte del planeta y la venta en otra, sino que muchas veces la misma producción está internacionalizada; por ejemplo, el cultivo se realiza en un país, pero la preparación de la droga para el consumo puede terminarse en otro país. Y la fase del lavado está también internacionalizada.

En lo que respecta a la producción, sin embargo, se plantea la posibilidad de que haya dos modos de producción. Es que cuando se trata del productor campesino -el productor simple de mercancía (droga)- no estamos ante un capitalista. El campesino que no emplea mano de obra asalariada no es un empresario capitalista, aunque esté ligado al circuito capitalista de la droga, al narco-capital. Además si al campesino se le paga sólo el equivalente a la reproducción de su fuerza de trabajo, es explotado por el circuito capitalista que lo enlaza, en tanto productor mercantil, con el mercado mundial. Se trata de un modo de producción no-capitalista, subordinado al circuito capitalista globalizado. La competencia y la presión bajista de los precios en los mercados mundiales de muchos productos agrícolas obligan a los campesinos de países subdesarrollados a dedicarse a la producción de la materia prima para la droga, para sobrevivir. Su inserción en los mercados mundiales está mediada por el narco-capital, y por los obstáculos legales e institucionales, todo lo cual debilita su fuerza negociadora en tanto productor mercantil.

El capital, en cambio, por lo general domina directamente la segunda fase de la producción, en donde se emplean laboratorios, productos químicos, mano de obra más o menos especializada; y, como ya dijimos, las otras fases del circuito. También puede dominar la primera fase de la producción si, por ejemplo, establece plantaciones en las que emplea trabajo asalariado. En muchas fases el capital incorpora mano de obra asalariada no especializada y descalificada (tal vez una diferencia con el trabajo del “mafioso” tradicional, que empleaba personal especializado), que realiza trabajos segmentados. Es el caso de las «mulas», en donde en apariencia el capital paga una remuneración superior al valor de la fuerza de trabajo; pero dadas las características de trabajo altamente peligroso (para la salud y por la represión), en promedio estos asalariados o asalariadas no salen de la pobreza. Se reproducen en cuanto fuerza de trabajo explotada por el narco-capital, y descalificada. También en la fase de la distribución, que debe llegar capilarmente a todos los rincones, se emplea mano de obra fraccionada y descalificada, altamente explotada, que asume buena parte del riesgo del negocio. Una situación social de pobreza y desocupación estructural constituye una fuente de aprovisionamiento inagotable de esta fuerza de trabajo, dispuesta a arriesgar su libertad e incluso su vida, para sobrevivir trabajando en una relación de dependencia y extrema alienación.

Algunas implicancias para el análisis político

Todo lo anterior tiene implicancias políticas, dado que no se puede entender el narco capital si no es con la participación de instancias institucionales en el negocio. Esto deriva en que se instala, en muchos países, una lógica de lucha por el control de los aparatos estatales que supera en intensidad y profundidad lo que ha sido la pelea “tradicional” por el poder. Tradicionalmente las fracciones del capital podían luchar (y lo siguen haciendo) por tener representación e influencia en el plano gubernamental y estatal; pero esta pelea no era necesariamente determinante para su supervivencia. En el narco-capital, en cambio, el acceso al control de palancas estatales es vital para el mantenimiento del circuito y para insertarse en los circuitos globalizados. Existe entonces una base material para explicar lo agudo de determinados enfrentamientos políticos por el poder.

Además, es de señalar que la participación en el narco-capital, como en otros circuitos ilegalizados, ha posibilitado que fracciones de las burguesías de países atrasados pudieran insertarse en los circuitos globalizados. Se trata en este respecto de una respuesta defensiva de estas fracciones del capital frente a la globalización. Este fenómeno no es sólo argentino. Arraiga en la necesidad de inserción de la superestructura político legal en la relación económica que está generando la narco-plusvalía y el narco-capital.

Brevemente aludiré a otras cuestiones. En primer lugar, que no se puede entender el circuito del narco-capital sin la participación de grandes instituciones financieras a nivel internacional. No hay manera de reciclar, transferir, manipular, reinsertar en los circuitos “de superficie” esas enormes sumas de dinero, si no es con la participación de bancos, fondos de inversión, y grandes  instituciones financieras transnacionales. En esta fase del proceso, además, tienen mucho que ver las tecnologías informáticas, la mundialización de las redes financieras y la aparición de instrumentos financieros altamente sofisticados y complejos, que permiten disimular y borrar las huellas de los movimientos del dinero. Con el agregado de una masa de capital que ya se ha blanqueado, y se reproduce bajo condiciones de normalidad capitalista. Lo que genera, a su vez, plusvalor que puede ser reinvertido en el negocio del narco-capital y viceversa.

Por otra parte, y desde el punto de vista de la reproducción del capital de conjunto, hay que distinguir el interés del capital en general, del interés del capital ligado al circuito del narco-capital. Sus intereses no coinciden necesariamente. Podemos señalar algunos elementos que hacen a esta tensión: para el capital de conjunto, (el capital en general), el negocio de la droga representa una deducción importante de trabajo productivo social, un desvío de la plusvalía de la acumulación. En segundo término, la droga amenaza a largo plazo la reproducción de la fuerza de trabajo, dada su incidencia en la salud. E incluso genera problemas para la propia clase dominante en tanto muchos sectores están afectados por el consumo.

Por último, la participación sistémica de las instancias legales y políticas en la plusvalía que proviene del negocio de la droga genera un problema en lo que hace a la exigencia del capital de conjunto de que el Estado garantice a todos “iguales derechos” en la lucha competitiva en los mercados. Existen por lo tanto dos lógicas que pueden colisionar y que colisionan en efecto muchas veces; aunque por momentos encuentran formas de convivencia. Esta tensión entre conflicto y convivencia puede ser fuente también de impulsos que se reflejan o expresan en movimientos políticos.  Muchas gracias».

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Droga, Estado y globalización (3)

Written by rolandoastarita

22/08/2015 a 11:06

8 respuestas

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  1. Compañero Rolando Astarita como puedo leer su libro “Keynes, poskeynesianos y keynesianos neoclásicos” de quien por comentarios de Paula Bach es sin duda un clásico entre los estudios de la teoría de Keynes.
    Gracias

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    Rodolfo Crespo

    23/08/2015 at 12:17

    • No está agotado. Lo vende la editorial de la Universidad de Quilmes. Por lo general los libros de la UNQ se encuentra en Prometeo (Corrientes al 1900, aproximadamente). Gracias por el interés.

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      rolandoastarita

      23/08/2015 at 12:51

  2. Rolo

    Cual es aproximadamente la tasa de ganancia de la droga?

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    Ignacio

    24/08/2015 at 16:55

  3. Ignacio. Lo que se estima, hasta donde llega mi conocimiento es que, por ejemplo, la producción y comercialización de cocaína tiene un margen de 1700% mínimo. No se como fue calculada esa cifra.

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    AP

    25/08/2015 at 08:50

    • esa no es la tasa de ganancia sino la diferencia entre lo que compra el mayorista o dealer y lo que la vende al consumidor , Carrefour compra latas de tomate a 1 y vende a 20, la tasas de ganancia no es del 2000%

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      Ignacio

      25/08/2015 at 16:12

  4. Ignacio. Ya se la diferencia entre margen y tasa de ganancia. Lo que presenté es un dato que circula a nivel periodístico. No encontré cálculos específicos de TG. Acá hay un trabajo vinculado a un país y período, que entre otras cosas muestra muy bien la tendencia descendente por competencia. Hay una aproximación sobre ‘margen de utilidad’ que oscila entre 2.5 y 6.5. Nada despreciable por cierto.

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    AP

    26/08/2015 at 13:12

  5. El trabajo es este: https://books.google.com.ar/books?isbn=9213481160
    2006 – ‎Business & Economics

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    AP

    26/08/2015 at 13:12


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