Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Cuba y el “honor de recibir al amigo Daniel”

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“Es un honor recibir a mi amigo Daniel”, dijo Castro al término del encuentro en La Habana, de clima “cordial y fructífero”, en el que debatieron temas vinculados a la integración regional, la relación bilateral y las perspectivas que se abren luego de la apertura del vínculo cubano-estadounidense. (…) Scioli destacó “las condiciones que genera Cuba para la inversión extranjera (…) En la mesa de diálogo también se habló de la visita que hará el papa Francisco a La Habana en septiembre y del rol decisivo que tuvo el líder religioso en el acercamiento con Washington. (Página 12, 23/07/15)). “Aunque no se pudo ver otra vez con Fidel Castro, el gobernador emprendió el regreso al país “muy contento” -según sus propias palabras- y con una promesa especial del presidente cubano: “Para mí amigo Daniel, a cuya toma de posesión el 10 de diciembre de 2015 iré”, le escribió -de puño y letra- en la primera página del libro con su biografía, escrita por el ruso Nikolai Leonov, que le regaló (Clarín, 23/07/15). Granma (22/07/17) calificó el encuentro de “fraternal”.

Es importante que pongamos este encuentro en perspectiva; en especial cuando muchos defensores del castrismo “miran para otro lado”, y disimulan el contenido político del asunto.

En primer lugar, este apoyo político al gobierno kirchnerista se ubica en la política de largo plazo del castrismo de respaldo a programas, organizaciones y regímenes cuyo carácter de clase es inequívocamente burgués. El argumento “para la tribuna” de izquierda es la oposición al “neoliberalismo” y a la «derecha reaccionaria». Es la vía tradicional por la cual las organizaciones stalinistas defienden la colaboración con el capital. La trayectoria y política actual del partido Comunista argentino, convertido en una rama del kirchnerismo, es ilustrativa al respecto (ver  aquí). Y la política de Cuba encaja perfectamente, y desde hace décadas, en esta orientación. En la nota en que analizamos el giro de Cuba al mercado, decíamos:

“… la orientación más general de la política exterior del castrismo tiene como rasgo principal la negativa a desestabilizar, en cualquier sentido anti-capitalista, o anti-burocrático, las estructuras sociales y las instituciones políticas establecidas. En otros términos, el consejo para los trabajadores y las organizaciones de izquierda es que acepten el “no hay alternativa” al capitalismo (ver aquí). Fue la orientación que prevaleció en Nicaragua, incluso antes de que cayera el bloque soviético, o se derrumbaran los “socialismos africanos”; y la que también dominó en otros lugares del mundo, hasta el presente. Para agregar algunos otros casos ejemplares a los ya mencionados:

Fidel Castro apoyó la política del presidente español Adolfo Suárez durante la transición del franquismo; consideró al rey Juan Carlos un “defensor de la democracia” y poseedor “de una alta autoridad moral”; otorgó la Orden José Martí a Felipe González; respaldó políticamente a Indira Gandhi (discurso del 7/03/83); expresó su admiración por los gobiernos de François Mitterrand, de Francia y Olof Palme de Suecia; calificó al primer ministro canadiense Pierre Trudeau de “gran amigo y personalidad extraordinaria”; afirmó que tenía “una buena opinión” del Carter, ya que “fue lo más honrado que se puede ser en el cargo de presidente de EEUU” (reportaje de Ramonet); y caracterizó a Juan Pablo II como “un dolor de cabeza para el imperialismo” (16/01/98). En los 2000 apoyó a los Kirchner, de Argentina; a Lula y Rousseff, de Brasil; a Correa, de Ecuador; a Evo Morales, de Bolivia; y a Chávez y Maduro, de Venezuela. Es imposible sostener una alternativa anticapitalista y socialista a nivel internacional con estas posiciones; y por lo tanto, tampoco es posible afirmarla al interior de Cuba” (aquí).

El elogio a Scioli entonces no desentona. Se trata de una orientación de largo plazo, cuyo sentido conservador, insisto en ello, la izquierda nacional y popular trata, por todos los medios, de disimular.

En segundo lugar, y como lo dicen los mismos protagonistas, el encuentro se inscribe en el giro, cada vez más abierto, de Cuba hacia el capitalismo y el mercado. Lo cual es el objetivo último de Washington. También de la nota sobre Cuba:

“El objetivo del gobierno de Obama es “lograr lo inevitable”: que la entrada de mercancías y capitales fortalezca una acumulación de capital de decenas de miles de pequeños empresarios, para generar una evolución económica y social que pueda terminar, en el mejor de los casos, en una implosión, dando paso a una democracia burguesa abierta. Alternativamente, como “segundo mejor”, ir hacia un capitalismo de Estado, en asociación con el capital privado y extranjero, al estilo de China o Vietnam. Esta última parece ser la vía a la que se juega la mayoría (todo indicaría que existen resistencias) de la dirección del PC de Cuba” (aquí).

La ley de inversiones extranjeras, los acuerdos con China y Rusia, y medidas similares adoptadas recientemente por Cuba, se ubican entonces en esta tendencia. Por eso, además del apoyo político a Scioli, está el horizonte de negocios capitalistas. En todo esto no quedan ni rastros de algo que suene a socialismo, o crítica anticapitalista.

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Cuba y el “honor de recibir al amigo Daniel”

Written by rolandoastarita

23/07/2015 a 10:03

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3 respuestas

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  1. ¿Cual entonces es la solución para los problemas económicos de Cuba o como se podría entonces desarrollar las fuerzas productivas de la isla si no es abriéndole las puertas a la iniciativa e inversión privada? ¿Que se propone desde el marxismo o el socialismo en términos genéricos?

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    Alfonso Palomino

    23/07/2015 at 18:21

  2. El apoyo de los Castro a Chávez fue totalmente desestabilizador y destructor de la de por sí precaria estabilidad burguesa venezolana; y es que solo les importó el petroleo venezolano no el populismo de Chávez. Populismo a secas, esto es, pura vocación de poder, nada de una política burguesa de largo plazo.

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    mario

    25/07/2015 at 14:36

  3. Estimado Alfonso Palomino,

    genéricamente hablando los revolucionarios NO planteamos CUALQUIER solución a los problemas económicos de cuba. Desde un punto de vista revolucionario tiene que ser una solución que garantice la justicia social y la democracia económica. Vale decir, una solución que se encamine por la senda hacia una sociedad sin explotadores ni explotados.

    En este sentido es necesario una gran esfuerzo para desarrollar las fuerzas productivas pero no para beneficio de una minoría de la sociedad. Seguramente la iniciativa e inversión privada será necesaria en Cuba por un buen tiempo en importantes sectores de su economía, dado el grado de desarrollo incipiente de esta. Esta economía privada convivirá con una economía pública, la que tendrá un desarrollo más acelerado y diversas formas de manifestación. Esta economía pública tendrá un carácter dominante y mayoritario pues será expresión de la organización para la producción de las amplias masas populares.

    Este modelo no es posible en la Cuba actual. Lo impide una burguesía burocrática, militar y partidista en el poder. Es necesario que una rebelión popular en Cuba derroque a esta clase dominante, la desaloje del poder y establezca un poder revolucionario de democracia directa, sustentado en la concentración del poder en las asambleas populares, a partir de las cuales surja un gobierno de la asamblea nacional popular. Sacar a Cuba del atraso y la miseria será un esfuerzo muy grande de su pueblo. Desde nuestro punto de vista sólo será posible con una República de las Asambleas Populares en Cuba.

    Saludos.

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    amauta

    30/07/2015 at 03:22


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