Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Subconsumismo en Keynes y Joan Robinson

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Continuando con la temática de las dos últimas notas, digamos que la diferencia entre el enfoque subconsumista y la explicación de las crisis por la sobreproducción puede verse de manera clara cuando comparamos el enfoque de Keynes, o de los referentes keynesianos, con el de Marx.

Por eso también sostiene que toda inversión “está destinada a resolverse, tarde o temprano, en desinversión del capital” (p. 106). Por caso, supongamos que alguien invierte en construir una casa y la alquila una vez terminada (el ejemplo es presentado por Keynes). Supongamos también que durante el tiempo en que la casa se mantiene en pie el propietario no gasta la renta que le reporta con el fin de amortizar su inversión. Esta reserva, pues, no aumenta la demanda (Keynes no parece considerar aquí la canalización de esos fondos al sistema financiero, y el crédito) y constituye una traba para la ocupación. Está operando, dice, un proceso de desinversión, que seguirá hasta que la casa no sea habitable. Keynes pensaba que ese proceso tenía relevancia en una economía no estática, especialmente cuando se producen oleadas de inversiones de capital a largo plazo, ya que los fondos de amortización restarían poder de demanda durante todo el tiempo previo al momento en que es necesaria la reposición de inversiones. En tanto los bienes se siguen utilizando se acumulan reservas financieras por amortización, que reducen la demanda efectiva, hasta el momento en que se hace necesario reponer las inversiones físicas.

Tengamos presente que en la Teoría general la demanda de bienes de inversión depende, en última instancia, de la demanda de bienes de consumo. Esto se debe a que Keynes considera que “el único objeto y fin de la actividad económica” es el consumo (p. 99), y que las nuevas inversiones solo se realizan si se esperan gastos de consumo futuro. De ahí la posibilidad de caídas de la demanda derivadas de fluctuaciones del ahorro. Por ejemplo, dice Keynes, un aumento autónomo de la propensión al ahorro provoca la caída de la demanda y de los precios de los bienes de consumo, lo cual genera una caída de la eficiencia marginal del capital (que depende de la demanda esperada, además de los costos) y de la inversión. Aquí, el problema de fondo, sugiere Keynes, es que de la baja del consumo en el presente no se deriva que el empresario prevea una suba de la demanda en el futuro. En este razonamiento (que, por otra parte, deja sin explicar por qué puede haber un aumento autónomo de la propensión al ahorro) el consumo de nuevo vuelve a ser la clave: “Un acto de ahorro individual significa, por así decirlo, el propósito de no comer hoy; pero no supone la necesidad de tomar una decisión de comer hoy o comprar un par de botas dentro de una semana, o de un año o de consumir cualquier cosa concreta en fecha alguna determinada. De este modo deprime los negocios de la preparación de la comida de hoy sin estimular los que preparan algún acto futuro de consumo” (p. 188). Es claro que aquí el consumo tiene “la voz cantante”.  

Por lo tanto, en la medida en que crecieran los fondos de amortización, las dificultades de la demanda se acrecentarían porque esta última “solamente puede derivarse de nuestro consumo presente o de nuestras reservas para el consumo futuro” (p. 99). Lo cual afectaría al capital “que no es una entidad que subsista por sí misma con independencia del consumo” (p. 101). Por eso, a medida que se hicieran inversiones – o sea, a medida que hubiera más casas, ferrocarriles, caminos, sistemas de suministro de agua “y cosas por el estilo” – se agravaría la dificultad para mantener viva la demanda, ya que toda inversión, dice Keynes, se resuelve en consumo.

La centralidad del consumo también se ve en el principio keynesiano de la demanda efectiva: los empresarios toman la decisión de contratar mano de obra en base a los costos esperados, por un lado, y por el otro, y más fundamental, por la demanda esperada. Previendo, además, que a medida que aumente el empleo (y por lo tanto, los ingresos) bajará la propensión a consumir y la inversión deberá cubrir crecientemente la brecha para llegar al pleno empleo. Con el agravante de que la inversión depende de la eficiencia marginal del capital (en qué grado supera a la tasa de interés), y la eficiencia marginal del capital tiende a caer a medida que más necesidades de consumo están satisfechas.

Ubicamos a Keynes entre los subconsumistas entonces porque el origen de las dificultades de la demanda radica en que la propensión marginal al consumo tiende a disminuir a medida que aumentan los ingresos; y en segundo lugar, porque toda inversión se debe resolver, en última instancia en consumo. En este punto tenemos una diferencia con la interpretación de Bleaney. Según Bleaney, Keynes no sería subconsumista porque “su teoría está basada en la demanda efectiva en general –consumo, inversión, gasto de gobierno, exportaciones, etcétera- y no se le otorga un lugar especial al gasto de los consumidores. El único punto de su obra que podría servir como gancho para colgarle una teoría subconsumista es su desarrollo de la idea de la propensión al consumo” (p. 284). Con respecto a la propensión marginal del consumo, Bleaney sostiene que si bien los estudios empíricos demuestran que los estratos más ricos de la población ahorran en una mayor proporción de sus ingresos que los estratos más pobres, el promedio de propensión a consumir se habría mantenido “bastante constante durante décadas y ninguna tendencia a la declinación pudo ser distinguida” (p. 285). Sin embargo, hemos visto en una nota anterior que economistas de orientación keynesiana tienden a explicar la Gran Recesión 2007-09 por la creciente desigualdad del ingreso, generada por el ascenso, en las últimas décadas, del neoliberalismo.

Joan Robinson, sobre la acumulación en Rosa Luxemburgo y Marx

La diferencia acerca del rol del consumo entre el enfoque keynesiano y el de Marx también puede verse en la “Introducción” de Joan Robinson a La acumulación del capital, de Rosa Luxemburgo. Según Robinson, Rosa Luxemburgo no admite que haya problemas en la relación ahorro – inversión, ya que da por garantizado que cada acto individual de ahorro de la plusvalía es acompañado por la correspondiente inversión real. ¿Pero qué induce a la inversión? Robinson responde que, según Marx, es la presión de la competencia la que fuerza a cada capitalista individual a aumentar su capital para beneficiarse de las economías de la producción en gran escala, ya que si no lo hace lo harán sus rivales y será vencido en la guerra competitiva. Pensamos que Robinson también podría haber precisado que, según Marx, el impulso a acumular está dado en el concepto mismo de capital, esto es, valor que se valoriza.

En cualquier caso Rosa Luxemburgo, sigue Robinson, no discute si ese mecanismo descrito por Marx provee un impulso adecuado a la acumulación, y busca una demanda prospectiva fuera del círculo de producción (en los mercados no capitalistas). Con lo cual Robinson introduce la problemática keynesiana. Es que en Keynes la dinámica de la acumulación “a lo Marx” no tiene lugar. Según la óptica keynesiana, la inversión tiene lugar solo si los capitalistas están seguros de que habrá un mercado en expansión para los bienes que producirá en nuevo capital (véase Robinson, p. 21). Robinson sostiene entonces que esta lectura del problema lleva directamente a la solución propuesta por Rosa Luxemburgo en la tercera sección del libro: la necesidad de los mercados no capitalistas (véase aquí para una discusión). Esto es, Robinson termina dando una fundamentación keynesiana a la teoría del imperialismo –su causa última- de Rosa Luxemburgo.

El enfoque keynesiano de Robinson (aunque no el de Rosa Luxemburgo, como hemos discutido en la nota citada) se ubica entonces en el terreno del subconsumismo. Ordenando un poco, su planteo es: a) existe una tasa de acumulación dictada por el progreso técnico; b) dada la distribución del ingreso entre obreros y capitalistas, y la propensión al ahorro de los capitalistas, puede haber una masa de ahorro que requiera una tasa de acumulación que excede la tasa de aumento del stock de capital apropiada a las condiciones técnicas. En consecuencia, habrá exceso crónico de oferta potencial de capital real sobre su demanda. Este exceso de ahorro solo podría ser capitalizado si hay una salida para la inversión fuera del sistema (y aquí empalma con el planteo de Rosa Luxemburgo de los mercados no capitalistas). Alternativamente, el sistema cae en la depresión crónica. Robinson precisa: “Esta es la tesis estancacionista, presentada por Keynes y elaborada por los modernos economistas americanos, Alvin Hansen en primer lugar” (p. 26). Recordemos que el texto de Robinson es de 1951, esto es, cuando el boom de posguerra estaba en sus inicios (en los 1960 la tesis estancacionista sería actualizada principalmente por Paul Baran y Paul Sweezy en El capital monopolista, en el mismo sentido de “exceso de excedente” en manos de los capitalistas).  

Obsérvese que en el enfoque keynesiano el subconsumo genera, más que sobreproducción o sobreinversión debilidad de la inversión, subinversión o subacumulación. Por otra parte, en el planteo final de Robinson vuelve a aparecer con claridad la diferencia con Marx: en este las dificultades de la acumulación no surgen por alguna relación entre tasa “técnica” de acumulación y oferta potencial de fondos a invertirse; tampoco por una distribución del valor agregado entre obreros y capitalistas que determine una oferta de capital por sobre la plusvalía “técnicamente adecuada” para la acumulación con progreso tecnológico. La cuestión central en Marx, es el impulso del capital a la acumulación con el objetivo de aumentar la producción de plusvalía sin tener en cuenta los límites de la demanda. Es que en Marx el único objeto, y fin, de la actividad del capitalista, es la valorización del capital; no el consumo, como ocurre en Keynes. Son enfoques opuestos.  

Textos citados:

Baran, P. y P. Sweezy (1982): El capital monopolista, México, Siglo XXI.

Bleaney, M. (1977): Teorías de las crisis, México, Nuestro Tiempo.

Keynes, J. M. (1986): Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, México, FCE.

Robinson, J. (1951): “Introduction” to The Accumulation of Capital, Rosa Luxemburg, London.

Descargar archivo: https://docs.google.com/document/d/1mWWMfVWEm9VACftQySe6K8ig1pDLp14YNgjKw7Z567c/edit?usp=sharing

Written by rolandoastarita

30/04/2021 a 15:44

Publicado en General

16 respuestas

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  1. Buenas profesor, tengo una duda: Usted reniega de la tendencia al estancamiento en las economias capitalistas, entonces como explica que economías como la de Japón tengan exactamente la misma renta per capita que en 1994? O que en Estados Unidos el crecimiento de la productividad se haya ido desacelerando desde los años 60(exceptuando el periodo entre finales de los 90 y la crisis financiera)?

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    Dolha

    01/05/2021 at 09:14

    • En primer lugar, seamos sinceros y convengamos en que no tenés una duda, sino una posición.
      En segundo término, no «reniego» (un verbo más apropiado a los que cambian de creencias religiosas), sino niego que haya prevalecido la tendencia al estancamiento del modo de producción capitalista en los últimos 70 u 80 años. Esto es, soy crítico de la tesis del estancamiento crónico (una tesis que, dicho sea de paso, ha sido defendida no solo por marxistas, sino también por corrientes reformistas y burguesas).
      En tercer lugar, la crítica a la tesis del estancamiento crónico, o tendencia al estancamiento, no niega las crisis de sobreproducción, las recesiones y depresiones, como la ocurrida en Japón desde 1992, la Gran Recesión 2008-09, la depresión en Grecia, España, Irlanda, y así podría seguir.
      Por último, sobre estas cuestiones es conveniente estudiar los datos. Por ejemplo, en la nota https://rolandoastarita.blog/2020/06/09/estancamiento-desde-los-1970/ presenté algunos datos. Entre otros, los que muestran que no existe evidencia alguna de que el desarrollo de las fuerzas productivas en el siglo XIX haya sido mayor que el ocurrido en los últimos 70 u 80 años.

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      rolandoastarita

      01/05/2021 at 11:52

    • Agregado: se me pasó responder el argumento de desaceleración de la productividad en EEUU. En primer lugar, una desaceleración del crecimiento de la productividad con respecto a los picos alcanzados en las décadas de los 1950 y 1960 no es sinónimo de estancamiento. En todo caso será de menor tasa de crecimiento, o de inversión. Nada que lleve a concluir que estamos ante una tendencia secular al estancamiento.
      En segundo lugar, veamos los datos (índice de productividad por obrero, BLS). Promedios de crecimiento de la productividad anual, por décadas:
      1950-1959: 2,9%
      1960-1969: 2,8%
      1970-1979: 2%
      1980-1989: 1,5%
      1990-1999: 2,1%
      2000-2009: 2,7%
      2010-2019: 1,2%
      Algunas observaciones: a) en los 20 años que van de 1950 a 1969 no se advierte ninguna tendencia clara a la desaceleración de crecimiento de la productividad; b) se desacelera claramente (pero no se estanca) entre 1970 y 1989; c) aumenta en la década 1990-1999 con respecto a la anterior; d) vuelve a aumentar en la década 2000-2010 alcanzando prácticamente los niveles de crecimiento de la década de 1960. e) se desacelera claramente en 2010-2019 (he tratado el asunto en varias notas dedicadas al semiestancamiento, o crecimiento débil de las economías capitalistas luego de la crisis de 2008-09). Parece un poco aventurado concluir de estos datos que se confirma la tesis del estancamiento crónico.

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      rolandoastarita

      01/05/2021 at 12:44

    • Muchas gracias por la respuesta profesor, tengo unas cuantas objeciones, la primera, la situación en Japón no es la de una «crisis de sobreproducción», la renta per capita es la misma hoy que en 1994, ni siquiera ha vuelto a alcanzar el pico de 1995, con la crisis de la COVID 19 probablemente tarde aun más. La segunda, la productividad por hora trabajada en los países desarrollados(España, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Estados Unidos) ha pasado de crecer a tasas del 3-5% a principios de los años 70 a crecer a tasas del 0-1,5% a dia de hoy, evidentemente puede crecer el producto per capita más rapido aun cuando cae el crecimiento de la productividad(puede haber crecimiento extensivo) pero a larga el crecimiento economico tendrá que ceder

      Los factores de este semi-estancamiento no son coyunturales sino estructurales(baja natalidad, un progreso tecnico que se esta desacelerando o una falta de oportunidades de inversión), más que un estancamiento crónico(en el sentido de que las fuerzas productivas dejan de desarrollar) se podría plantear como una desaceleración fuerte del crecimiento economico

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      Dolha

      01/05/2021 at 13:15

    • No solo tenés una posición tomada, sino también constato que no hay dato que la modifique. En la nota a la que me remití en el comentario anterior, entre otros muchos datos dije que el producto global, en dólares corrientes de 2010, en 1975 era US$ 5,9 billones, En 2018 fue US$ 85,9 billones. En dólares constantes pasó de 23,09 billones a 82,7 billones. Se multiplicó por 3,6 (Bco Mundial). Mostré que tal tasa de crecimiento era por lo menos igual (de hecho es mayor) que las tasas de crecimiento del siglo XIX (que nadie duda de calificar de desarrollo de las fuerzas productivas).
      Por otro lado, ya dije que hubo una caída de la tasa de crecimiento de la productividad en los países de la OCDE después de 2009. Se debió fundamentalmente a la caída de la inversión. Pero a partir de esto, ¿se puede decir que es una prueba del estancamiento crónico del capitalismo? En este respecto, además, no tiene sentido tomar un pico de crecimiento anual de productividad (como fue en los años 1960 y 1970 en los países de la OCDE) para «probar» que prevalece el estancamiento crónico.
      Tomemos el caso de los países europeos. En primer lugar, entre 1760 y 1800 el crecimiento anual de la productividad en Gran Bretaña se calcula en 0,5%. Entre 1800 y 1831 habría sido 1,3% anual. Cualquier marxista coincide en caracterizar esas décadas como de desarrollo de las fuerzas productivas. Hasta ahora no conocí a nadie que dijera que, dado que el promedio de crecimiento anual de la productividad fue menor al 1,5%, por caso, el capitalismo estaba estancado.
      Luego, tomando datos de Angus Maddison: el promedio de crecimiento de la productividad de Francia, Alemania, Japón. Países Bajos y Gran Bretaña, entre 1870 y 1913 fue 1,6% anual. Entre 1913 y 1950 fue 1,6% anual. Entre 1950 y 1973 fue 5,3% anual (triplicó el promedio 1870-1913). Luego, entre 1973 y 1984 fue 2,8%, la mitad del período del boom, pero 80% superior al período 1873-1913 (que cualquier marxista considera de desarrollo de las fuerzas productivas).
      Tratar la crisis japonesa excede las posibilidades de un comentario. De todas formas, es absurdo querer demostrar que el capitalismo está en estancamiento crónico, o con tendencia al estancamiento crónico, con el argumento «japón lo demuestra». Pero la verdad es que creo que no hay argumento que te haga cambiar de opinión. He discutido muchas veces estas cuestiones con los defensores de la tesis del estancamiento crónico, y nunca pude aclarar nada (en particular, los trotskistas con su tesis del estancamiento del capitalismo desde 1914 son maestros en negar cualquier dato que vaya en contra del dogma). No veo el sentido de seguir este intercambio. Presento datos del crecimiento a largo plazo de las economías capitalistas, y es como si nada.
      De todas maneras, estoy pensando que es conveniente presentar en una nota del blog las cifras de largo plazo de la productividad, como complemento de la nota https://rolandoastarita.blog/2020/06/09/estancamiento-desde-los-1970/.

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      rolandoastarita

      01/05/2021 at 15:48

    • Profesor, continuando con la discusión, soy consciente que el producto global se ha multiplicado varias veces en las ultimas decadas, pero conviene decir que yo me estaba refiriendo a los países capitalistas avanzados, además y esto es lo importante, puede haber crecimiento economico(crecimiento del producto) sin que crezca la productividad(se pueden construir fabricas, infraestructura, maquinaria…) pero solo a mediano plazo, un caso historico(aunque no fuera una nacion capitalista) es la Union Sovietica, su modelo de crecimiento fue extensivo, al final como no crecía la productividad, el crecimiento del producto terminó desacelerandose. Si quiere datos sobre la productividad en los paises avanzados aqui los tiene(https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7539177), la tendencia es decreciente desde la tasa de los años 70. No es un estancamiento cronico(puesto que eso es contrario a las dinamicas del capitalismo) pero si se ve una desaceleracion gradual.

      Es cierto lo que dice, pero el problema es que se ha de tener en cuenta la alta cantidad de mano de obra disponible y acumulación de factores productivos(construccion de fabricas o maquinaria), aun asi esa tasa es mucho mayor que años anteriores a la Revolución Industrial, se debe principalmente a que el modo de produccion capitalista aun estaba desarrollandose.

      Repito, mi punto no es el de un estancamiento cronico(como muchos trotskistas u otros marxistas defienden) sino el de la una desaceleracion gradual ya que evidentemente nadie puede sostener con seriedad que las fuerzas productivas han dejado de desarrollarse en 1914 o en 1929 o en 1973

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      Dolha

      01/05/2021 at 18:29

    • No veo sentido a seguir respondiendo. Los datos, la evidencia empírica, parece que le importan un comino. Siga entonces con lo suyo.

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      rolandoastarita

      01/05/2021 at 23:10

    • Creo que están hablando de 2 cosas distintas. No quiero ser el tercero en discordia, pero creo que Rolando demuestra claramente que A NIVEL MUNDIAL, no existe ni estancamiento ni semiestancamiento crónico de las fuerzas productivas, mientras que Dolha menciona de alguna manera la «tendencia decreciente en el crecimiento económico» (para ponerlo en los términos de Alan Freeman) en algunos países adelantados que de todos modos no estaría indicando que el capitalismo como un todo tiende al estancamiento o al semiestancamiento.

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      luisgac

      01/05/2021 at 20:22

    • Un error frecuente de los defensores de la tesis estancacionista es tomar como referencia el punto más elevado de crecimiento del capitalismo (notoriamente el período 1950-1973) y deducir de allí una tendencia al estancamiento entre 1950 y 2020 (o 2019, si se quita la actual depresión). No tiene sentido. Varias veces he planteado que cuando examinamos los datos de crecimiento desde el siglo XIX, lo que tiende a predominar son promedios de crecimiento que no son de «boom años 1950», pero tampoco de estancamiento. Obsérvese, por ejemplo, los promedios (registro Maddison) 1850- 1913. Con respecto a la productividad ocurre algo similar.
      De todas formas, el tema productividad exige un tratamiento particular, ya que, por lo menos, encierra dos aspectos: a) la relación inversión – aumento de productividad (una relación que no es mecánica, sino compleja); b) la relación «técnica» innovación tecnológica – productividad. Teniendo en cuenta que la innovación tecnológica puede ser de procesos (atañe directamente a la productividad) o de productos (y aquí la incidencia en la productividad vuelve a ser compleja). Gordon y otros economistas que están planteando una tendencia al descenso de la productividad, la explican por esta relación técinica. Al margen de si es así (el tema es controversial, los datos no permiten por ahora sacar conclusiones de tendencia de largo plazo), esta probelmática no tiene que ver con el planteo estancacionista (a lo Keynes, Hansen, Sweezy, Trotsky) que critico en la nota.

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      rolandoastarita

      02/05/2021 at 09:19

    • No gaste pólvora en chimango Rolo, aunque el intercambio me hizo despertar la curiosidad sobre su análisis de la crisis japonesa, sería muy interesante leerla

      Saludos

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      German

      01/05/2021 at 20:28

    • Si Dolha sostiene que hay una tendencia «al estancamiento en las economías capitalistas» debería explicar por que esto sucede y referirse a estadisticas. Ya que claramente no veo esta tendencia.

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      D

      03/05/2021 at 23:46

    • Rolando, coincido totalmente con que el truco consiste en comparar las tasas de crecimiento posteriores a 1970 con las tasas extraordinarias del boom de posguerra. Creo que ya he comentado esto en otro lugar, así que no voy a decir lo mismo que ya dije. Con respecto a la diferencia entre innovación de procesos e innovación de producto considero que la misma es muy interesante. Sirve para matizar. Por ejemplo, supongamos que se producen 100 unidades de mercancía A por trabajador, y al año siguiente más o menos la misma cantidad por trabajador, pero ahora es una mercancía A de calidad superior. No hay cambio en términos de «productividad física», pero A ahora puede contener más valor porque hay más trabajo calificado invertido, etc. Sin embargo, aquí está mi pregunta: ¿para que haya innovación de procesos (que genere un aumento de la productividad de la misma mercancía A) no debería haber antes innovación de producto, esto es, un sistema de maquinaria más adelantada? Siempre suponiendo aumento de la productividad por aplicación de tecnologías ahorradoras de mano de obra.

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      luisgac

      08/05/2021 at 21:12

  2. Datos del Banco Mundial sobre evolución del PBI per cápita a escala mundial
    https://datos.bancomundial.org/indicator/NY.GDP.PCAP.CD

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    Ernesto Manzanares

    01/05/2021 at 22:46

    • Gracias Ernesto. Sí, son datos contundentes. Pero no hay caso cuando se discute con gente aferrada a dogmas.

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      rolandoastarita

      01/05/2021 at 23:13

    • Me quedé jugando los datos de este gráfico. Poniendo y sacando paises y comparando. Es curioso como el PBI per capita en US parece tener un comportamiento desacoplado de lo que pasa en otros paises de altos ingresos (de la UE, Japon, Australia, reino unido). Como si lograra amortiguar las cosas en ese economía.

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      Hugo

      09/05/2021 at 02:10

  3. De hecho aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid que dicen por aquí, el crecimiento del sistema capitalista o no ni entro a discutirlo, por obvio, pero sí estaba pensando estos días una duda y mira por donde creo que no se va muy lejos ya que Japón es un ejemplo perfecto para plantear.

    https://datos.bancomundial.org/indicator/NY.GNP.PCAP.KD.ZG?end=2019&locations=JP&start=1962&view=chart atendiendo a los datos y si mi análisis es correcto, en Japón llevan con un bajo, y si el período es desde 2010 pues quitando ese año ni se acerca al crecimiento mediano mundial, ni a la moda. Tiene 4 años que no supera el 0’5% y solo 3 que alcanza por muy poco el 2%.

    Marx entiende que el capital es valor en camino de valorización como efectivamente se expone en el artículo, pero también contempla que puede valorizarse mediante una acumulación simple o amplificada. Si no estoy en un error, la simple que es la que me interesa, sería D-M-M’-P-D.

    Bien, una vez establecida la exposición del problema que encuentro la pregunta sería simple ¿por qué motivo un capitalista japones que no tuviera una multinacional invertiría en Japón cuando eso es jugar a la ruleta rusa con un revolver cargado de 6 balas ya que los tiempos de amortización del capital son enormes por el raquítico crecimiento y antes te va a venir una crisis en la que vas a tener que rezar todo lo que sabes?, expuesto en otras palabras, según yo entiendo Marx contempla que haya una acumulación simple en el capitalismo pero mi parece que no sería viable en un marco real más allá de muy pocos años ya que una crisis se lo llevaría todo por delante, ¿no lo cree así profesor?.

    Una segunda duda a raíz del artículo es como Keynes, si se centra en el consumo como objetivo telelógico del capitalismo, entiende que un capitalista puede preferir destruir sus mercancías antes que ponerlas en el mercado, ejemplo, los alimentos, más si cabe pensando que aunque hoy vayas a pérdidas mañanas tienes una posición más fuerte en el mercado por eliminación de competencia.

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    vacioynausea

    02/05/2021 at 15:29


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