Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Polémica sobre trabajo, valor y mercado

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En una nota anterior (aquí) me referí a una afirmación del profesor Juan Iñigo Carrera, que me atribuye la estúpida idea de que el trabajo abstracto «es una construcción de la conciencia». Dije en esa entrada que jamás sostuve tal cosa, y que es un invento del profesor, posiblemente derivado de su incapacidad para responder a mis críticas. Desafié, además, a JIC, o a alguno de sus discípulos, a que mostraran algún pasaje en el que yo hubiera afirmado que el trabajo abstracto es una construcción de la conciencia.

Pues bien, por estos días un lector del blog me envió un texto de alguien que se reclama discípulo del profesor Iñigo Carrera. Entre otras cosas, escribe: «Astarita, como vimos, dice primero: “para que exista valor, el valor tiene que tomar una forma objetiva en la mercancía”. Esto es correcto, así lo plantea y desarrolla Marx. Pero, paso seguido, sostiene: “el trabajo se objetiva como valor cuando la mercancía, el polo relativo, encuentra su equivalente”. Dónde dice Marx esto??? Hace falta ser muy inteligente para darse cuenta que si diría eso se estaría contradiciendo (y acá no hay dialéctica que lo salve)??? (…)  Astarita confunde objetividad del valor (la mercancía) con expresión del valor (en el intercambio). Si la objetividad del valor existe cuando la mercancía “encuentra su equivalente”, estamos diciendo exactamente lo mismo que los neoclásicos: el valor brota de la circulación. Y por tanto: de la conciencia de la valoración subjetiva!» (en la sección Comentarios del blog puede leerse completa).

También me han llegado críticas que, en esencia, dicen lo mismo: sostener que el tiempo de trabajo se objetiviza, o materializa, en la venta de la mercancía, equivale a decir que el valor se genera en la circulación.

En lo que sigue voy a demostrar que, efectivamente, Marx sostiene que el trabajo se objetiva como valor a través de la venta; que esta idea está en el centro de sus diferencias con la teoría del valor de Ricardo (y la defensa de este de la ley de Say); que no tiene nada que ver con alguna teoría subjetiva del valor, y que la teoría del valor de Marx – incluida su explicación sobre la realización del valor – es central para explicar la naturaleza de las crisis capitalistas.

Evidencia en el texto: capítulo 1, tomo 1, El Capital

Comienzo con lo más elemental. El discípulo del profesor sostiene que Marx nunca afirmó que los productos del trabajo solo adquieren objetividad, en tanto valores, en el intercambio. Pues bien, en el mismo capítulo 1 del tomo 1 de El Capital, leemos:

Es solo en su intercambio donde los productos del trabajo adquieren una objetividad de valor, socialmente uniforme, separada de su objetividad de uso, sensorialmente diversa” (p. 89, edición Siglo XXI). Y poco antes: “… de hecho, los trabajos privados no alcanzan realidad como partes del trabajo social en su conjunto, sino por medio de las relaciones que el intercambio establece entre los productos del trabajo y, a través de los mismos, entre los productores” (énfasis añadido).

Repito: “Es solo en su intercambio donde los productos del trabajo adquieren una objetividad de valor...”.

Repito: los trabajos privados alcanzan realidad como partes del trabajo social (y valor es trabajo social, objetivado) “solo por medio de las relaciones de intercambio”.

¿Cómo se puede decir que Marx nunca habló de objetivación del trabajo a través del intercambio, del mercado? Paso ahora a ubicar estas afirmaciones de Marx en el contexto de su teoría del valor trabajo.

Objetividad del valor, forma del valor e intercambio

La primera cuestión a precisar es que la objetividad del valor está en el corazón de la teoría de Marx, y en particular, de la forma de valor. Lo dice en el inicio de la sección 3 de ese primer capítulo: “La objetividad de las mercancías en cuanto valores se diferencia de mistress Quickly en que no se sabe por dónde agarrarla” (p. 58).

¿Por qué no se sabe por dónde agarrarla? Pues porque se trata de una objetividad social, no física. Y es de naturaleza social porque, como valores, las mercancías son productos de trabajos privados, pero que deben validarse como sociales. ¿Y cómo expresan esa propiedad social? Respuesta: “en la relación social entre diversas mercancías” (ibid.).

De manera que hay que explicar por qué las mercancías expresan su valor comparándose con otra mercancía. Marx lo hace en un pasaje que he citado muchas veces. Sostiene que el trabajo en estado líquido no es valor, y que solo se convierte en valor “al solidificarse, al pasar a la forma objetiva” (p. 63). Dice entonces que “para expresar el valor de la tela como una gelatina de trabajo humano es menester expresarlo en cuanto ‘objetividad’ que como cosa, sea distinta del lienzo mismo, y a la vez, común a él” (p. 63). Cierra el párrafo diciendo que “el problema ya está resuelto”. ¿Qué problema?

Pues el que ha planteado desde el principio, explicar la objetividad del valor. Para que el trabajo se objetive como valor de la mercancía (los 20 metros de tela, en el ejemplo de la forma relativa) debe expresarlo con la forma equivalente (la chaqueta, en el ejemplo de Marx). Pero entonces existe una continuidad de argumento entre la afirmación de que el trabajo invertido en la tela se objetiva como valor al compararse con el equivalente (p. 63) y la afirmación de que solo en el intercambio los productos del trabajo adquieren objetividad de valor (p. 68). Es que si se niega esa continuidad solo queda sostener que la objetivación ocurre a nivel mental, o ideal. Pero en ese caso, el valor no sería una categoría social sino individual. Y la ley del valor no sería objetiva. O sea, no se impondría a los productores “como se impone la ley de gravedad al que se le cae la casa encima”.

Para explicarlo de manera más fácil: supongamos que Juan ha producido 20 metros de tela, y en su cabecita ansiosa los equipara a 2 chaquetas. ¿Ha Juan con ello objetivado su trabajo privado como valor de cambio = 2 chaquetas, o sea, al trabajo contenido en 2 chaquetas? Respuesta: no lo ha hecho, porque no basta con su deseo. Si se quedara solo en sus ganas, la relación de los 20 metros de tela con la chaqueta sería solo teórica, imaginaria. Por eso, esa relación solo se pone en práctica en el proceso de intercambio (véase más abajo, pasaje de la Contribución…). Así, los 20 metros de tela tienen que cambiarse por la forma equivalente para realizarse como valor. Y este es el “salto mortal” de la mercancía, como ya Marx había señalado en la Contribución… y recuerda en El Capital (p. 129). De manera que en el mercado el productor de los 20 metros de tela se encontrará con precios (el lenguaje de las mercancías) que se le impondrán, al margen de sus deseos, de forma objetiva.

Repito y subrayo: no basta con equiparar mentalmente la forma relativa a la forma equivalente. Para que el trabajo privado se objetive como valor, o sea, como trabajo social, la mercancía debe vendersePor eso Marx dice que la mercancía adquiere una objetividad de valor en el mercado. No dice que el valor se genera en el mercado, sino que en este la mercancía adquiere la objetividad de valor. De ahí también la importancia de la forma del valor. Es que el contenido del valor, trabajo social objetivado, no puede existir sin la forma del valor, sin su expresión (el contenido no es un “en sí”). Por eso, el trabajo adquiere expresión dineraria en el precio, y la objetivación del valor solo existe bajo la forma del precio al que se vende la mercancía.

Es fácil advertir, además, que el planteo de Marx no tiene nada que ver con la teoría subjetiva del valor. Según esta, el valor depende enteramente de la conciencia, de la valoración – en el margen – de la utilidad del bien. La teoría del valor de Marx dice que el valor es una categoría objetiva, y que la ley del valor es objetiva. Es un error grosero afirmar que la idea de que el valor se realiza en el intercambio equivale a sostener que el valor es un producto de la conciencia.

Más pasajes sobre objetivización y realización del valor

La idea de la realización o efectivización del valor en el mercado la reafirma Marx cuando analiza la forma equivalente: “Si a la chaqueta, por ejemplo, se la considera como simple efectivización [Verwirklichung, que también se puede traducir “realización”], al trabajo de sastrería que de hecho se efectiviza [verwircklicht] en él se lo tiene por mera forma de efectivización [Verwirklichungform] de trabajo abstractamente humano” (p. 71).

Es evidente, además, que efectivización, o realización, no son sinónimos de creación del valor. Este se crea en la producción, que en esta sociedad capitalista es privada, o individual (a nivel de empresa). Pero ese trabajo privado debe efectivizarse, o realizarse, como trabajo social para que se objetive como valor. Y ese pasaje a forma objetiva, o materialización, solo ocurre en el intercambio. Dada la propiedad privada de los medios de producción, la realización del trabajo privado como social no puede ocurrir si no es en el mercado.

En el mismo sentido que el pasaje anterior, poco más adelante, Marx vuelve a señalar que solo hay valor cuando este posee una forma de manifestación, el valor de cambio. Cito: “La mercancía es valor de uso u objeto para el uso, y ‘valor’. Se presenta como ese ente dual que es cuando su valor posee una forma de manifestación propia – la del valor de cambio – distinta de su forma natural, pero considerada aisladamente nunca posee aquella forma: únicamente lo hace en la relación de valor, o de intercambio con una segunda mercancía de diferente clase” (p. 74). Si no tiene esa forma de manifestación propia, (el valor de cambio), la mercancía no se manifiesta como valor de uso y valor. Y esa manifestación solo se materializa en el mercado, en el intercambio. Por eso, más adelante, vuelve a decir que el intercambio relaciona recíprocamente a las mercancías “como valores y las realiza en cuanto tales” (p. 105; énfasis añadido).

También: “las mercancías, pues, primero tienen que realizarse como valores antes de que puedan realizarse como valores de uso”. ¿Dónde se realizan como valores? Si no es en la cabeza de los productores, esa realización solo puede ocurrir en el mercado.

En la Contribución a la crítica de la Economía Política

Ya dijimos que también en la Contribución… está planteado que el trabajo privado solo se realiza como valor en el intercambio, al validarse como trabajo social. Escribe Marx: “… desde un principio se la consideró [a la mercancía], en cuanto valor de cambio, en relación con todas las demás mercancías. Sin embargo, esta relación era solo teórica, imaginaria. La misma solo se pone en práctica en el proceso de intercambio. Por otro lado, la mercancía es, por cierto, valor de cambio, en la medida en que en ella se halla incorporada una determinada cantidad de tiempo de trabajo, por lo cual es tiempo de trabajo materializado. Sin embargo, tal como es en forma inmediata, es solo tiempo de trabajo individual materializado de un contenido particular, pero no tiempo de trabajo general” (p. 26; énfasis agregado).

Si el valor es tiempo de trabajo socialmente necesario objetivado, y la mercancía en su forma inmediata es tiempo de trabajo individual, en esa forma inmediata no puede ser valor. Razón por la cual el valor tampoco puede ser individual (nótese la semejanza entre la idea de que el valor es individual, y la afirmación de que los trabajos privados no necesitan validarse como sociales en el mercado).

Sigue Marx: “Por consiguiente, no es directamente valor de cambio, debe devenir tal” (ibid.; énfasis agregado). Más adelante precisa que “a fin de presentarse como valor de cambio, como trabajo materializado, la mercancía debe ser primeramente enajenada, vendida como valor de uso…” (p. 28; énfasis agregado).

Subrayo: para presentarse como trabajo materializado – esto es, como valor – la mercancía debe ser vendida.

Marx es todavía más explícito en la siguiente página. Luego de presentar los valores de cambio expresados en una única mercancía equivalente, escribe: “Pero, de hecho, los trabajos individuales que se presentan en estos valores de uso particulares solo se convierten en trabajo general, y en esta forma en trabajo social, al intercambiarse realmente entre sí en proporción a la duración del tiempo de trabajo contenido en ellas”.

Remarco: los trabajos individuales solo se convierten en trabajo general al intercambiarse. Repito: si el valor es trabajo social (no privado, sino social), objetivado, el intercambio es clave para que haya valor. Sigue Marx:

“El tiempo de trabajo social solo existe, por así decirlo, en forma latente en estas mercancías, y solo se revela durante su proceso de intercambio. No se parte del trabajo de los individuos en calidad de trabajo comunitario, sino, a la inversa, de los trabajos particulares de individuos privados, los cuales solo en el proceso de intercambio, y por supresión de su carácter originario, se revelan como trabajo social general. De ahí que el trabajo social general no sea una premisa acabada, sino un resultado en devenir. Y de esta suerte surge una nueva dificultad, la de que las mercancías, por una parte, deben entrar en el proceso de intercambio como tiempo de trabajo general, materializado, mientras que, por la otra, la materialización del tiempo de trabajo de los individuos, en cuanto general, es a su vez, solo producto del proceso de intercambio” (p. 29; énfasis añadido).

De nuevo en este pasaje: la materialización del tiempo de trabajo individual como trabajo general es solo producto del intercambio.

Luego refuerza la idea: “Por enajenación de su valor de uso, es decir, de su existencia originaria, toda mercancía debe adquirir su correspondiente existencia como valor de cambio” (ibid.). Más adelante, refiriéndose al dinero, señala que es “una cristalización del valor de cambio de las mercancías, que las mismas forman en el propio proceso de intercambio” (p. 33).

La misma concepción la encontramos en su crítica a la propuesta de los ricardianos de reemplazar al dinero por un bono de trabajo: “Las mercancías son, en forma inmediata, productos de trabajos privados aislados e independientes que, en virtud de su enajenación en el proceso del intercambio privado deben actuar como trabajo social general, o bien, el trabajo basado en la producción de mercancías solo se torna trabajo  social mediante la enajenación universal de los trabajos individuales” (p. 71; énfasis añadido). De nuevo entonces: la reducción del trabajo privado a trabajo social ocurre en el intercambio.

Poco más abajo, y refiriéndose a la venta (metamorfosis mercancía – dinero), Marx escribe: “Si no se logra esta transustanciación, la tonelada de hierro no solo cesa de ser mercancía, sino también producto, pues solo es mercancía por ser no valor de uso para su poseedor, o su trabajo es solo trabajo real en cuanto trabajo útil para otros, y solo es útil para él como trabajo general abstracto” (p. 75).

Sobre el valor en Ricardo, en Teorías de la plusvalía

 En Teorías de la plusvalía Marx critica la teoría del valor de Ricardo. Sostiene que este “no entiende que el trabajo del individuo debe presentarse como trabajo general abstracto, y en esa forma, como trabajo social. Por lo tanto, no entendió que el desarrollo del dinero se vincula con la naturaleza del valor, y con la determinación de este por el tiempo de trabajo” (Teorías… p. 114, t. 3; edición Cartago).

Es que en la obra de Ricardo “la conversión de las mercancías en dinero aparece como apenas formal, que no penetra profundamente en la esencia misma de la producción capitalista” (ibid.; énfasis añadido). En el tomo 2, también de Teorías…, Marx expresa la misma idea: en el enfoque de Ricardo, el dinero es solo “el medio por el cual se efectúa el intercambio”. O sea, lo considera “nada más que como un medio de circulación”. Y esto es sinónimo de su consideración “del valor de cambio como una simple forma transitoria, y en general, como algo puramente formal en la producción burguesa o capitalista, que por consiguiente no es para él un modo definido y específico de producción, sino nada más que el modo de producción” (p. 432, t. 2). Señala entonces Marx que Ricardo se preocupa solo por la determinación cuantitativa del valor de cambio, y olvida “la característica cualitativa de que el trabajo individual debe presentarse como trabajo social abstracto, general, solo por medio de su enajenación” (ibid.; énfasis añadido). Es notoria la semejanza entre la tesis del discípulo y la teoría de Ricardo, criticada por Marx. Para ambos, el mercado, la venta, es apenas un acto formal, sin importancia para la efectivización del valor.

Producción capitalista y realización del valor

Por lo explicado hasta aquí, en la producción se genera el valor, pero este debe realizarse en el intercambio. Una distinción esencial para entender las crisis de sobreproducción. Es que, por un lado, el capital tiende a expandir la producción al límite de las fuerzas productivas disponibles; pero por el otro, enfrenta limitaciones para realizar el valor. En el tomo 3 de El Capital Marx escribe:

“La obtención de este plusvalor constituye el proceso directo de producción… Una vez objetivada en mercancías la cantidad de plustrabajo susceptible de ser expoliada, el plusvalor está producido. Pero con esta producción de plusvalor solo queda concluido el primer acto del proceso capitalista de producción, el proceso directo de producción. (…) Llega entonces el segundo acto del proceso. Debe venderse toda la masa mercantil, el producto global… Si ello no ocurre, o solo sucede de forma parcial o a precios inferiores a los precios de producción, el obrero habrá sido explotado, ciertamente, pero su explotación no se realizará en cuanto tal para el capitalista, pudiendo estar ligada a una realización nula o solo parcial del plusvalor expoliado o, más aún, a una pérdida parcial o total de su capital. Las condiciones de la explotación directa y las de su realización no son idénticas” (p. 313; énfasis agregado).

Subrayo: si el valor no se realiza en la venta, la explotación del obrero no se traduce en plusvalía. Lo cual no quiere decir que la plusvalía se genera en la circulación, en la venta. ¿Tan difícil de entender?

Otro pasaje: “… cuando la mercancía determinada ha sido producida en una medida que en ese momento excede las necesidades sociales se habrá dilapidado una parte del tiempo de trabajo social, y la masa de mercancías representará entonces en el mercado una cantidad de trabajo social mucho menor que la que se halla contenida efectivamente en ella” (p. 237, ibid.; énfasis agregado). De nuevo, se ha empleado trabajo que no se objetiva como valor.

La misma idea en los Grundrisse

Reproduzco a continuación pasajes de los Grundrisse (edición Siglo XXI). Refiriéndose a la mercancía que se ha producido bajo la relación capitalista, escribe: “Como dinero el capital existía como valor. Ahora existe como producto y solo idealmente como precio; pero no como valor en cuanto tal” (p. 354, t. 1). O sea, M’ todavía “no es valor en cuanto tal”. Por eso, si fracasa la venta, el dinero adelantado por el capitalista para la compra de medios de producción y fuerza de trabajo “se habrá transformado en un producto sin valor y no solo no habría ganado valor nuevo alguno, sino perdido el originario”.

Sigue Marx: “Suceda esto o no, en todo caso la desvalorización constituye un elemento del proceso de valorización, lo que ya está implícito en que el producto del proceso en su forma directa no es valor, sino que tiene que entrar en la circulación para realizarse como tal” (p. 355; énfasis añadido).

Repito: el producto que ha salido del proceso de producción, en tanto producto, no es valor. Para ser valor, debe entrar en la circulación y realizarse como valor.

Más abajo: “En el proceso de producción mismo – donde el capital estaba presupuesto continuamente como valor – su valorización solo aparecía como totalmente dependiente de su relación como trabajo objetivado con el trabajo vivo… Pero ahora, como producto, como mercancía, se presenta como dependiente de la circulación, que está al margen de aquel proceso” (p. 355; énfasis añadido). Por eso Marx dice que como mercancía, esta debe, a) ser valor de uso (ser objeto de la necesidad); b) “intercambiarse – en dinero – por su equivalente. El nuevo valor tan solo puede realizarse en la venta” (ibid.; énfasis añadido). Enseguida precisa que en el proceso de producción la valorización “se presentaba como absolutamente idéntica a la producción de plustrabajo”. Sin embargo, “ahora al proceso se le presentan barreras que quedan al margen del mismo”. ¿Cuáles son esas barreras? Primero, que la mercancía debe tener valor de uso. Y en segundo lugar, “hay que encontrar un equivalente disponible para ella” (p. 356).

 Contradicción de la producción capitalista y crisis

Refiriéndose a la relación entre producción y realización del valor, Marx escribe: “Una condición de la producción fundada en el capital es la producción de una esfera de la circulación constantemente ampliada” (p. 359; t. 1, Grundrisse). Pero esto es imposible de captar si se considera que la generación y realización del valor (y por lo tanto, la autovalorización del capital) se identifican sin más con la producción. Es lo que hace Ricardo: “Los economistas, que como Ricardo, conciben a la producción como identificada directamente con la autovalorización del capital, y por ende no se preocupan ni de las barreras para el consumo ni de las que se oponen a la circulación misma… solo centran su atención en el desarrollo de las fuerzas productivas y el crecimiento de la población industrial – en la oferta, haciendo caso omiso de la demanda (pp. 362-3, ibid.).

Subrayo: la identificación de la producción con la valorización del capital es propia de Ricardo, para quien la venta, la metamorfosis mercancía – dinero era “apenas una operación formal”. Por eso Ricardo y su escuela nunca comprendieron las crisis de sobreproducción, características del modo capitalista de producción. Es el resultado de pensar que los productos se intercambian en tanto productos, y no en tanto mercancías que deben realizar los valores en el intercambio.

Por eso dice Marx que la tesis de la imposibilidad de la superproducción no es más que la tesis de la identidad directa entre el proceso de producción y el proceso de valorización del capital (véase p. 377).  Luego, en crítica a Mill y su defensa de la ley de Say, insiste en que en cuanto valor, la mercancía “no se realizará mientras no se intercambie por dinero” (p. 365). Poco después critica a Mill porque según este, la oferta es igual a su propia demanda. Lo cual significa “que el valor se determina por el tiempo de trabajo, o sea, que el intercambio no le agrega nada al valor” (p. 377, ibid.).

La misma idea encontramos en Teorías… tomo 2. Explica que el proceso de producción del capital en sí mismo “no contribuye con ningún nuevo elemento de crisis” (p. 439), aunque “contiene” ese elemento, ya que es producción de plusvalía. Pero esto no puede mostrarse en el proceso de producción, “pues este nada tiene que ver con la realización, ya sea del valor reproducido o de la plusvalía. Esto solo puede surgir en el proceso de circulación, que también es, en sí mismo, un proceso de reproducción” (ibid.; énfasis agregado). Por eso también aquí surge una posibilidad más concreta de las crisis, que la considerada en la circulación simple de mercancías (donde el atesoramiento puede interrumpir la cadena M – D  – M).

En conclusión

Según la teoría del valor de Marx, para que el trabajo privado, o individual, haya generado valor, debe objetivarse como trabajo social general, y esto solo ocurre en el intercambio, en la venta. La prueba de esto son las crisis de sobreproducción: se han producido bienes en loa que se ha invertido trabajo privado, pero este no se realiza como trabajo social general, esto es, como valor. Por eso las crisis de sobreproducción son gigantescas no-realizaciones de valores. Una cuestión que se entiende si se puede diferenciar la teoría del valor de Marx de la teoría del valor de Ricardo.

Señalo por último que la posición que he criticado en esta entrada conecta con otras desgraciadas interpretaciones de la teoría del valor de Marx. Entre ellas, que el valor es individual, no social (aquí); y que es una propiedad física (aquí, aquí). Ahora, el invento es que el trabajo no se objetiva como valor en el mercado. Pregunto, ¿no pueden parar con los disparates?

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Written by rolandoastarita

16/10/2020 a 16:00

Publicado en Economía

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27 respuestas

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  1. Hola Rolo, el otro día veía tu entrevista con Jesús Rojo y me llamó la atención lo que comentabas con respecto a la tasa de ganancia y al teorema de Okishio. Dijiste que no se había podido refutar, incluso desde el marxismo, lo que el plantea, pero he leido un breve texto de Cockshott que traduje a español que habla de los problemas de la teoría que el propio Okishio reconoce. No se si pueda darle una leida y dar su opinión. Saludos.

    https://docs.google.com/document/d/1Wh1jz7quAzVPhw6xG2JF7gNWodg_0ODydtOVd8OsvjU/edit

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    mauricio

    16/10/2020 at 21:36

    • Este artículo de Cockshott confirma lo que dije en el reportaje: se cambian los supuestos sobre los cuales Marx estableció la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Entre esos supuestos: a) existe una igualación de la tasa de ganancia entre ramas; b)) los capitalistas toman sus decisiones de inversión de acuerdo a la tasa de ganancia; c) el salario real permanece constante; d) el capitalista innovador obtiene una ganancia extraordinaria, empleando una tecnología que abarata el producto; e) el resto de los capitalistas, presionados por la competencia, adoptan la tecnología innovadora, de manera que se establecen un nuevo precio de producción y una nueva tasa de ganancia.

      Según Marx, cumpliéndose estos supuestos, cuando se generaliza la tecnología la t. de g. es menor que antes de la innovación. El teorema Okishio demuestra que eso no se verifica (insisto, respetando los supuestos sobre los que Marx elabora la ley. En este respecto, todas las críticas que se han planteado al teorema, por parte de marxistas, han cambiado alguno de los supuestos. Lo de Cockshott es otro caso de esos cambios (y son muchos los cambios con respecto a lo planteado por Marx), y en este respecto no veo que refute el teorema Okishio.

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      rolandoastarita

      16/10/2020 at 22:32

  2. He intentado publicar este comentario desde el móvil pero no me lo permitía, vuelvo a intentarlo desde el ordenador:

    «De manera que hay que explicar por qué las mercancías expresan su valor comparándose con otra mercancía».

    Que algo sea necesario para expresar X no significa que ese algo sea necesario para que X exista.

    «Marx lo hace en un pasaje que he citado muchas veces. Sostiene que el trabajo en estado líquido no es valor, y que solo se convierte en valor “al solidificarse, al pasar a la forma objetiva” (p. 63)».

    La mercancía al terminar el proceso de producción es una realidad objetiva. ¿O no existe la chaqueta de forma objetiva al producirse, es una percepción subjetiva que existe?

    «Dice entonces que “para expresar el valor de la tela como una gelatina de trabajo humano es menester expresarlo en cuanto ‘objetividad’ que como cosa, sea distinta del lienzo mismo, y a la vez, común a él” (p. 63). Cierra el párrafo diciendo que “el problema ya está resuelto”.»

    Para expresar el valor, NO para que exista.

    «Pues el que ha planteado desde el principio, explicar la objetividad del valor. Para que el trabajo se objetive como valor de la mercancía (los 20 metros de tela, en el ejemplo de la forma relativa) debe expresarlo con la forma equivalente (la chaqueta, en el ejemplo de Marx)».

    No, el pasaje citado NO dice que para que el trabajo se objetive como valor debe expresarse con la forma equivalente. Dice que para expresar el valor éste debe expresarse en cuanto objetividad frente a algo que sea distinto.
    Algo que se debe expresar YA EXISTE PREVIAMENTE. Antes de escribir una entrada en el blog que exprese una idea la idea ya existe, de igual forma que antes de expresar un sentimiento éste también tiene existencia previa. La expresión de una idea, de un sentimiento o del valor NO CREA ninguna de estas tres cosas.

    «(…) No es el dinero el que hace conmensufables todas las mercancías. Al contrario. Es porque todas las mercancías, en tanto que valores, son trabajo humano objetivado, y por lo tanto conmensurables ellas mismas, es por lo que sus valores pueden ser medidos en una y la misma mercancía específica… El dinero».

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    Erec

    17/10/2020 at 06:42

    • «La mercancía al terminar el proceso de producción es una realidad objetiva. ¿O no existe la chaqueta de forma objetiva al producirse, es una percepción subjetiva que existe?». La mercancía al terminar el proceso de producción es un producto. Su valor es solo potencial. Para que sea un cuerpo de valor debe enajenarse. Esto demuestra que el valor no es un «en sí». No existe al margen de esa enajenación. Es lo que explica Marx una y otra vez: el valor se realiza en el mercado. Si no se realiza, no hay valor. Si se produjeron viviendas que no se venden, el trabajo invertido en ellas no generó valor. La vivienda es una realidad objetiva – es un producto físico – pero no tiene valor. Por eso Marx dice que como producto (o sea, antes de la venta) el capital existe como producto (M’),solo idealmente como precio, y «NO como valor en cuanto tal».

      Por eso es equivocada su afirmación de que «algo que debe expresarse ya existe previamente». El valor del producto no existe como valor al margen o por fuera de la venta. Por eso, si la venta fracasa, el valor no se realiza. No queda guardado en algún lugar. No es un «en sí». Por supuesto, la venta, no crea el valor. Pero lo realiza. Por eso Marx dice, una y otra vez, que el valor SOLO SE REALIZA EN EL INTERCAMBIO (con su enfoque, esto es inentendible) Esto significa, desde el enfoque dialéctico (y Marx llama muchas veces la atención sobre la importancia del enfoque dialéctico) que es propio de la esencia el manifestarse (lo opuesto a lo que dice Kant). Por eso la forma del valor ES ESENCIAL. Es la gran diferencia con Ricardo y Mill: para estos, que la venta es un acto puramente formal. Como dice Marx, «no agrega nada». Pero en la concepción de Marx la venta AGREGA LA REALIZACIÓN DEL VALOR. Dicho en otros términos (también de Marx), en la enajenación la mercancía «adquiere su correspondiente existencia como valor». Esto significa que no existe, como valor, al margen de esa enajenación. Dicho de otro modo: si el bien es producto del trabajo individual, y el valor es trabajo social. el valor no puede existir previamente a la relación social de la mercancía tela con la mercancía chaqueta.
      Por eso la enajenación afecta al contenido. Por eso si fracasa la venta no hay valor (decimos «la mercancía no vale nada», a pesar de que sabemos que se invirtió trabajo en ella.

      Todo esto está en la base de la teoría del valor de Marx. Se vincula con el hecho de que el valor no es una propiedad física, ni es individual. Si fuera una propiedad física, o individual, podría existir con independencia de si se realiza, o no, la venta de la mercancía. Que es, en esencia, la concepción de Ricardo. No es la de Marx.

      De todas maneras, entiendo que no puedan digerir los repetidos pasajes en los que Marx dice que el valor solo se realiza en el mercado, mediante la enajenación de la mercancía.

      Hay una lógica en esto: han sostenido que 1 hora de trabajo simple siempre genera 1 hora de valor, sin importar las diferencias de tecnología. Fue la manera de negar la noción de trabajo potenciado de Marx. Y tuvieron que negar esa noción para negar la teoría de la renta de la tierra de Marx. Para esto plantearon que el valor es físico, y que esa es la posición de Marx. Lo critiqué, demostré que no es la posición de Marx, y no pudieron responder.

      Luego dijeron que, según Marx, el valor es individual. Lo critiqué, demostré que esa no es la posición de Marx, y no pudieron responder.

      Finalmente, dijeron que el valor existe al margen de su realización en el mercado, al margen de la enajenación, y que esa es la posición de Marx. Muestro con cantidad de citas que Marx afirma que la mercancía solo adquiere existencia de valor en la enajenación, en el mercado, y no pueden responder. Pero no importa, siguen diciendo que el valor existe «previamente» a la venta, a la enajenación.

      Agrego: su incursión en la relación «lo que existe» y «lo que se manifiesta», desde el punto de vista de la dialéctica, es realmente desafortunada. Mejor dicho, lo pone del lado de Kant, y en oposición a Hegel y Marx. En Kant el contenido puede existir al margen del fenómeno, de lo que aparece. En Hegel y Marx, la esencia de la esencia es el manifestarse. No existe un mundo por detrás, que no se manifiesta. Toda la relación entre contenido del valor (tiempo de trabajo social objetivado) y forma del valor, en Marx, está influenciada por Hegel, no por Kant. Para que exista el contenido, debe realizarse la venta, esto es, 20 metros de tela deben valer una chaqueta, efectivamente (no idealmente), en el intercambio. Por eso Hegel dice que la forma es esencial para que haya contenido. Por eso Marx reprocha a Ricardo (su base filosófica era Locke) por no dar importancia a la forma del valor (la considera una mera forma inesencial).

      Incluso su ejemplo de cómo escribo una nota del blog demuestra incomprensión de la relación dialéctica entre forma y contenido. Es que la idea que expreso en el blog (digamos, el contenido) no existe al margen de su formulación verbal. Como bien dicen Marx y Engels en «La ideología alemana», «la realidad inmediata del pensamiento es el lenguaje». Esto es, no existe el pensamiento al margen de su expresión en el lenguaje. Elaboro mis pensamientos mediante el lenguaje, antes de escribir la nota. Y por el acto de escribirla, a su vez, modifico mis pensamientos. La forma lenguaje entonces expresa contenidos, pensamientos, pero estos no existen al margen de su expresión en el lenguaje. El caso del lenguaje, además, es muy ilustrativo, ya que no puede existir un lenguaje individual. Lo cual tiene su relación con la forma del valor: no es casual el énfasis que Marx pone en el lenguaje de las mercancías, esto es, el lenguaje de los precios. Es la plasmación del carácter cosificado de las relaciones entre los productores privados. En lugar de comparar directamente sus trabajos, comparan estos a través de las mercancías, de «cosas que valen». Este lenguaje, el de los precios, no es un en sí, ya que solo existe en la medida en que las mercancías se intercambian en el mercado. Es la forma en que se expresa el contenido: los trabajos privados, que deben hacerse sociales por la enajenación mutua de las mercancías.

      De todas formas, siento que a ustedes no hay argumento que les entre. Repito, he citado cantidad de pasajes de Marx en los que este dice que el valor solo se realiza en el mercado, en la enajenación de las mercancías. De la misma manera que he citado cantidad de veces que, por caso, una hora de trabajo simple puede equivaler a 5/4 horas de trabajo también simple. O que el valor no puede ser individual; ni existir entonces al margen de la relación social entre mercancías. Pero todo esto los tiene sin cuidado. Parece que todo vale.

      Y en todo esto, hacen permanentes maniobras discursivas. Tomo de nuevo el pasaje que he citado tantas veces, p. 63 del t. 1 de El Capital (Siglo XXI). Marx dice ahí que el trabajo en estado líquido crea valor pero no es valor. Y agrega: «Se convierte en valor al solidificarse, al pasar a la forma objetiva». ¿Cómo pasa a la forma objetiva? Marx repite la idea: «Se convierte en valor al solidificarse, al pasar a la forma objetiva». O sea, pasar a la forma objetiva es clave para que el trabajo se objetive como valor. Marx entonces da la respuesta de cómo ocurre esto: «Para expresar el valor de la tela como gelatina de trabajo humano, es menester expresarlo en cuanto ‘objetividad’ que, como cosa, sea distinta del lienzo y a la vez común a él y a la otra mercancía.

      El problema ya está resuelto». ¿Qué problema ya está resuelto? Pues el problema de cómo pasa el trabajo invertido en la tela a la forma objetiva. ¿Y cómo pasa? Marx dice entonces que para expresar el valor de la tela como gelatina de trabajo humano es necesario expresarlo como objetividad en otra cosa, distinta del lienzo, pero a su vez común al lienzo (ya que es otra mercancía que contiene trabajo). Marx entonces dice que así «está resuelto» el problema de cómo se objetiva el trabajo. ¿Qué dice usted? Pues que Marx no dice ahí que para que el trabajo se objetive como valor debe expresarse en la forma equivalente. Es negar lo que tiene delante de los ojos. Marx escribe que «para expresar el valor de la tela como gelatina de trabajo humano es necesario expresarlo como objetividad en otra cosa». ¿Me puede decir qué es esa «otra cosa», que no sea el equivalente? ¿Qué es esa expresión «en cuanto objetividad que como cosa sea distinta del lienzo mismo? ¿Qué es? ¿La Luna? ¿No se evidente que Marx se está refiriendo a la chaqueta, al modo equivalente? Incluso lo dice explícitamente en el siguiente pasaje, cuando afirma que la chaqueta, en esa relación con la tela, encarna valor.

      Pero además, muestro la conexión entre este pasaje y la cantidad de pasajes en los que Marx dice que solo en la enajenación las mercancías adquieren la propiedad objetiva de valor. Marx: “Es solo en su intercambio donde los productos del trabajo adquieren una objetividad de valor, socialmente uniforme, separada de su objetividad de uso, sensorialmente diversa”. Lo cual encaja y continúa lo citado antes. ¿Qué hacen ante esta evidencia? Pues no responden, y siguen con la cantinela: el valor no se realiza en la venta.

      Sinceramente, llega un punto en que solo me queda pedir a los lectores que vean con sus propios ojos y saquen conclusiones. Con ustedes, tengo la penosa impresión de estar discutiendo con una secta a la cual le resbala cualquier argumento científico.

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      rolandoastarita

      17/10/2020 at 11:05

    • Si no actuan con mala fe deliberada, solo puedo entender la manera de pensar los discipulos de iñigo carrera porque no comprenden que significa «realizacion» o «objetivizacion» del valor. Supongo que creen que «realizar» es sinonimo de «crear», entonces la realizacion (repito, entendido como creacion) no puede ocurrir en la venta sino en la produccion, entonces el valor existe antes que la venta, y entonces ese valor ya creado solo se expresa comparando mercancias.

      Pero si el valor es trabajo socialmente necesario como va a existir valor antes de la venta? como saben que ese trabajo insumido en la produccion fue socialmente necesario si no es a traves del mercado? donde esta lo SOCIAL en un trabajo privado que no llega al mercado? Hace agua por todos lados esa idea, hay que ser muy rebuscado para torcer asi a Marx.

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      german

      17/10/2020 at 13:15

    • La discusión con esta gente me recuerda a otras que he tenido con sectas de izquierda. Por ejemplo, con sectas que dicen que el capitalismo está en crisis crónica desde hace más de un siglo. Llega un punto en que veo que no hay manera de establecer un razonamiento. Lo único que les importa es ganar una discusión; y si no la pueden ganar, confundir y embarrar el terreno todo lo posible para que nada quede claro. La muestra más clara de esta actitud en el debate con JIC y sus seguidores fue cuando, confrontados a explicar por que Marx sostuvo que una hora de trabajo simple potenciado genera más valor que una hora de trabajo simple no potenciado, respondieron que Marx se había olvidado de escribir «más valor de uso», y dieron por cerrado el asunto. No hay manera de que les entre siquiera alguna duda; defienden el dogma que han establecido contra viento y marea-

      De todas maneras, y aprovechando estos debates, tal vez escriba algo sobre la relación entre forma y contenido en la concepción de Hegel, y su diferencia con el «en sí» kantiano. Entender la dialéctica forma – contenido ayuda a entender la dialéctica forma del valor – valor en Marx.

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      rolandoastarita

      17/10/2020 at 15:07

    • En primer lugar, quiero señalar una cosa: en una nota anterior (https://rolandoastarita.blog/2011/03/15/metodos-de-discusion-en-ambitos-de-izquierda/), el autor de este blog, Rolando Astarita, denunció una cierta forma de debatir en la izquierda en la cual, y cito literalmente sus palabras “ante diferencias se lanzan invectivas injuriosas y calumnias del más diverso tipo”.
      No puedo estar más de acuerdo con la necesidad de denunciar esa práctica, según la cual en vez de debatir de forma honesta y refiriéndose a los argumentos del contrario, se cae en el insulto o el ataque a quien sostiene la postura con la que uno difiere.
      Es por eso que me ha parecido sorprendente ver que, ante un comentario mío en esta entrada en la cual mostraba de forma respetuosa una discrepancia con unas ideas expuestas por usted, Rolando Astarita, la respuesta mi comentario por su parte ha contenido acusaciones personales de pertenecer a una “secta” y de no importarme los argumentos científicos (“Con ustedes, tengo la penosa impresión de estar discutiendo con una secta a la cual le resbala cualquier argumento científico.”, “La discusión con esta gente me recuerda a otras que he tenido con sectas de izquierda.” “ defienden el dogma que han establecido contra viento y marea-”,), tono condescendiente (“¿Qué es? ¿La Luna?” “entiendo que no puedan digerir los repetidos pasajes en los que Marx dice que…”), acusaciones de mala fe (“Lo único que les importa es ganar una discusión; y si no la pueden ganar, confundir y embarrar el terreno todo lo posible para que nada quede claro.”).

      Me sorprende y apena el tono pueril y ridículamente hostil de la respuesta a mi comentario. Reto a cualquiera que lea estas líneas que busque mi comentario inicial y por favor señale dónde adopto yo un tono agresivo, falto al respeto o hago alguna cosa que no sea exponer unas ideas en las que difiero con Rolando Astarita, y me explique el motivo por el cual usted, Astarita, puede permitirse faltarme al respeto adoptando ese tono al contestar.

      Parte usted además de un error garrafal y que hace que la cosa sea incluso más triste. Asume desde un primer momento que soy parte de lo que llama una “secta” alrededor de Juan Íñigo Carrera, refiriéndose todo el rato a mí en la segunda persona del plural (“ han sostenido…”, “ Y tuvieron que negar …” “Luego dijeron…” etc.). Yo NO CONOCÍA Íñigo Carrera hasta hace (si no recuerdo mal) medio año, así que sus intentos de agruparme con los seguidores de Carrera y de atribuirme a mí ideas que no he sostenido (como que el valor es un “elemento físico”) son absurdos y convendría que se los ahorrase porque no aportan nada al debate. Esgrímalos ante quien los sostenga, máxime cuando es USTED el que en una nota anterior acusaba justamente al tal Carrera de “deshonestidad intelectual” por atribuirle ideas que usted no ha defendido, con lo que no entiendo la hipocresía de caer en la misma falta que usted mismo reprochaba.

      La respuesta que yo hice podrá coincidir con lo que dice Carrera o no, pero me es indiferente, puesto que ni soy seguidor ni he leído de hecho en profundidad lo que escribe ese señor. Llegué a mis propias conclusiones mediante mi lectura de los textos de Marx y siguiendo las ideas de otros autores como Michael Posner y Maya González, porque este debate, aunque usted lo reduzca a una cuestión entre usted y el señor Carrera, ha sido sostenido por numerosos otros autores dentro del marxismo, no todo gira alrededor de usted. Así que el atribuir a la otra parte lo que han dicho tercero o las faltas de respeto (sobre todo las que no se formulan cara a cara sino tras una pantalla de ordenador) sobra en un debate intelectual. Por supuesto partimos de una asimetría de poder en este blog puesto que usted puede aprobar o rechazar los comentarios. Confío en que por honestidad intelectual aprobará este comentario pero no puedo garantizarlo. Lo que sí que puedo garantizar es que lo leerá, así que en su conciencia quedará si, además de haber faltado a la verdad asumiendo cosas sobre mí falsas (que si soy seguidor de otro señor, que si actuo con mala fe etc etc.) y faltando al respeto, ni siquiera tiene la decencia de admitir una respuesta donde contesto a esas acusaciones (y sin acusarle de falta de luces como hace usted al decir que “cuesta digerir” una idea etc.).

      Entrando en el tema del debate y a partir de ahora ignorando su tono agresivo y faltas de respeto y centrándome en los argumentos: no, sigo sin estar de acuerdo en lo que expone.

      “La mercancía al terminar el proceso de producción es un producto. Su valor es solo potencial. Para que sea un cuerpo de valor debe enajenarse. Esto demuestra que el valor no es un “en sí”. No existe al margen de esa enajenación. Es lo que explica Marx una y otra vez: el valor se realiza en el mercado. Si no se realiza, no hay valor. Si se produjeron viviendas que no se venden, el trabajo invertido en ellas no generó valor. La vivienda es una realidad objetiva – es un producto físico – pero no tiene valor. Por eso Marx dice que como producto (o sea, antes de la venta) el capital existe como producto (M’),solo idealmente como precio, y “NO como valor en cuanto tal”.”

      No. De nuevo, esto es trasladar el foco de la determinación última de la magnitud del valor a la circulación y no a la producción que es lo que Marx resaltaba. El valor existe al finalizar el proceso objetivo porque es entonces el momento en el que el artículo ha sido objetivado, ha cobrado existencia como producto. Es cuando acaba el estado “fluido” y comienza el estado “coagulado” del trabajo. EL trabajo ahí se ha convertido en valor. Otra cosa diferente es que la EXPRESIÓN objetiva (no la forma objetiva en la que se “solidifica” según el pasaje) necesite de expresarse en dinero (algo “materialmente diferente”).

      Dicho de otro modo: si el bien es producto del trabajo individual, y el valor es trabajo social. el valor no puede existir previamente a la relación social de la mercancía tela con la mercancía chaqueta.

      De nuevo, no. El intercambio es preciso para la existencia del valor en el sentido en el que señala Marx de que una mercancía debe estar producida “para el propósito de intercambiarse”, y en este marco, la ley del valor opera regulando la producción que por lo común toma la forma de la competición en el mercado. Pero la necesidad de existencia de ese marco para que la producción de un artículo cuente como mercancía y por tanto exista el valor NO implica que es necesaria la concreción de la venta particular DE ESE ARTÍCULO EN CONCRETO para que tenga valor (sino para que se realice).

      El determinante último de la magnitud del valor de una mercancía es, en las palabras del propio marx, el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción.
      “Lo que determina de forma exclusiva la magnitud del valor de cualquier artículo es por tanto la cantidad de trabajo socialmente necesaria, o el tiempo de trabajo socialmente necesario para su PRODUCCIÓN” (Capital, Volume I, pág 129, Penguin Edition, traducción y énfasis propios).

      “Dicho de otro modo: si el bien es producto del trabajo individual, y el valor es trabajo social. el valor no puede existir previamente a la relación social de la mercancía tela con la mercancía chaqueta.”

      Exacto, la relación social de la mercancía tela con la mercancía chaqueta como CATEGORÍAS, no como artículos individuales. Los artículos individuales, como ejemplos de la categoría de la que forman parte como mercancía tienen un precio ya mucho antes de venderse, puesto que de hecho tener precio es un prerrequisito para poder venderse. Este precio lo tienen inmediatamente al emerger de la producción, como queda claro de la cita que aporté y a la que no ha contestado:
      “No es el dinero el que hace conmensurables todas las mercancías. Al contrario. Es porque todas las mercancías, en tanto que valores, son trabajo humano objetivado, y por lo tanto conmensurables ellas mismas, es por lo que sus valores pueden ser medidos en una y la misma mercancía específica… El dinero”.

      Tema aparte es que el valor que tiene ya la mercancía (y su magnitud) al emerger de la producción y antes de venderse pueda ser cognoscible o no. Son temas apartes, puesto que la esencia de algo (el valor) es diferente y previa a su dimensión fenoménica y por tanto a nuestra capacidad de conocer ese algo. Fíjese que en la cita anterior Marx habla de que las mercancías, en tanto valores, son trabajo humano OBJETIVADO y POR TANTO CONMENSURABLES. Es ése carácter, el hecho de que el valor se trate de trabajo humano objetivado, lo que permite que éste se mida en dinero. Si la medición en dinero en sí fuese la “objetivación” (y no la EXPRESIÓN de esa objetividad) el pasaje sería absurdo.

      “Incluso su ejemplo de cómo escribo una nota del blog demuestra incomprensión de la relación dialéctica entre forma y contenido. Es que la idea que expreso en el blog (digamos, el contenido) no existe al margen de su formulación verbal.”

      Termino comentando brevemente este excurso suyo. No ha rebatido mi analogía porque la ha desviado a otra que no es la que yo utilizaba. Yo no he dicho que una idea sea independiente del lenguaje. He dicho que la idea que usted tenía (vinculada como usted señala al lenguaje, cosa que repito que no he mencionado yo) es independiente de ser expresada EN UNA NOTA DEL BLOG, NO EN EL LENGUAJE. Diferencia crucial en la que se basa mi analogía que usted pasa por alto.
      Cuando usted formula la idea en su cabeza de hablar de X tema, esa formulación está vinculada al lenguaje, lógicamente (pensamos en términos etc.), pero es previa (como no puede ser de otra manera) a que la plasme en una nota en el blog, escribiendo párrafo tras párrafo y luego le dé al botón de “publicar”. ¿O es que acaso es imposible formular una idea sin antes que esté ya expresada en nota de blog o pronunciada por sus cuerdas vocales?
      ¿Es que no se le ocurre primero una idea de lo que quiere escribir y LUEGO lo escribe y LUEGO lo publica? ¿Acaso no decimos “dame un momento antes de hablar, que ordene mis pensamientos”? ¿Es que no existe la secuencia temporal? ¿Es simultáneo el pensamiento y formulación de conceptos de la pronunciación de palabras que los expresen en una conversación?

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      Erec

      23/10/2020 at 19:00

    • Le pido que intente ser más breve. Estos son comentarios, no un artículo. Si desea publicar artículos, este no es el lugar. Por lo demás, ratifico lo que escribí en la nota. En particular ratifico que existe una conexión lógica entre negar que el valor se realiza en la venta, la concepción física del valor y la concepción del valor como una categoría individual.

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      rolandoastarita

      23/10/2020 at 20:02

  3. Bienvenido a la dialéctica, señor Astarita, que tanto ha criticado, bienvenido a la filosofía marxista. También le recuerdo que, existiendo varias determinaciones esenciales en toda realidad _el momento de la producción y el del intercambio son ambos esenciales para la existencia y determinación, cuantitativa y cualitativa, del valor abstracto_ sin embargo no todos están al mismo nivel ontológico, y siempre existe uno predominante, que es el genético, y que en este caso es la producción; eso también es dialéctica marxista. La génesis del valor está en la producción, sin la cual no habría dialéctica de los dos momentos esenciales que son producción-intercambio.

    Por cierto. Deje ya de argumentar ad personam, y de decir que quienes no están de acuerdo con usted solo quieren «ganar» el combate. Qué le da derecho a este juicio? A usted solo le interesa la verdad, mientras a los demás solo la cuestión erística? Desde qué altar de pureza se arroga el derecho a tal prepotencia? Deje también la artimaña sofística de desprestigiar vulgarmente a quienes se le oponen, metiéndolos a todos en el saco de «ustedes», ustedes los nacionalistas-populistas-chavistas. Da grima tal argumentación de tan baja estopa.

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    Nicolai

    17/10/2020 at 22:18

    • Otro invento: que he criticado la dialéctica. ¿Puede citar dónde? ¿No tienen límites con los inventos? Escribí una y otra vez sobre las figuras de la dialéctica en la teoría del valor y del capital de Marx. Pero a ustedes nada les importa. Inventan y mienten. Repito la pregunta: ¿en qué escrito critiqué la dialéctica?

      Otro invento: que considero a JIC y sus discípulos chavistas. ¿Dónde dije tal cosa? En ningún lugar, pero a ustedes de nuevo los tiene sin cuidado. Todo sirve para ensuciar.

      Otro invento: ahora insinúa que he negado que la génesis del valor es la producción. Una y otra vez cité a Marx diciendo que el valor se crea en la producción, que si no hay producción no hay valor. Pero no era eso lo que estaba en discusión, sino la afirmación de que el valor se realiza en la venta. El discípulo de Iñigo Carrera lo negó. Demostré que la realización del valor en el intercambio está en el centro de la teoría del valor de Marx. ¿Qué responden? Pues que el valor se crea en la producción, como si eso alguna vez lo hubiera negado.

      Todo me confirma que lo único que les interesa es ganar discusiones. Me inventaron la afirmación de que el trabajo abstracto es producto de la conciencia. Los desafié a decir dónde dije tal cosa y no pudieron señalar una frase siquiera. Después inventaron que en la teoría de Marx el valor no se realiza en el mercado. Les contesto con una abrumadora cantidad de pasajes, de diversas partes de la obra de Marx, que muestran acabadamente que estamos ante otro invento de ustedes. Por supuesto, no pueden responder, y aparecen ahora con que he criticado la dialéctica; y con la insinuación de que niego que el valor se genera en la producción.

      Pues bien, me cansé de estar respondiendo estas mentiras. No tengo por qué estar aguantando trols. No le vuelvo a publicar una nota hasta que no muestre algún pasaje en el que he criticado el tratamiento dialéctico de Marx del valor.

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      rolandoastarita

      18/10/2020 at 07:52

  4. La clave aquí es Mistress Quickly. Es en lo primero que pensé cuando leí el comentario que reproducía la crítica de uno de los discípulos de JIC.

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    luisgac

    17/10/2020 at 23:39

  5. Excelente nota y excelente comentario de respuesta a Erec.

    Sólo hay una cosa que chirria: al final de la sección «Sobre el valor en Ricardo, en Teorías de la plusvalía» dice: «Es notoria la semejanza entre la tesis del discípulo y la teoría de Ricardo, criticada por Marx. Para ambos, el mercado, la venta, es apenas un acto formal, sin importancia para la efectivización del valor.»

    ¿Quién sería el discípulo? Por un momento pensé que podía referirse a Marx mismo (creo que en algún lado puso que se consideraba ‘discípulo’ de Ricardo, ¿o estoy diciendo cualquier cosa?), pero no cuadra por la segunda frase.

    Saludos.
    P.

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    pescaulineafina

    19/10/2020 at 14:39

    • Me refiero al discípulo del doctor Juan Iñigo Carrera que escribió la crítica a mis interpretación de la teoría del valor-trabajo de Marx. Todo su argumento – y es en esencia lo que dicen el doctor Iñigo Carrera y sus seguidores – descansa en la idea de que el valor no se realiza en el mercado.

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      rolandoastarita

      19/10/2020 at 17:03

  6. Estas discusiones como dice el profesor son antiguas en el marxismo y para nada deberían ocurrir en el plano de los grandes estudiosos del pensamiento marxiano. Pero en novatos como yo lejos de estériles son muy válidas esclarecedoras y útiles. Profe es cierto que gastan su tiempo y que los ataques personales y de hombre de paja pueden sacar a uno de quicio. Pero si le sirve de consuelo yo he aprendido mucho más de marxismo con este debate y su forma de esclarecerlo que en todo un curso de estudio.

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    cubano

    20/10/2020 at 13:04

  7. Hola Rolando!
    Cortita y al pie. Siempre recuerdo a un docente en el CBC que decia en relación al valor y en «esencia» sobre el plusvalor que: «se genera (crea) en la producción y se realiza (objetiva) en el mercado». Nunca mas me olvide de eso. No sé si esta frase aparece en algún pasaje de Marx.
    Muy bueno e interesante el debate.
    Saludos profesor

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    Claudio Villa

    22/10/2020 at 19:00

    • Completamente de acuerdo con ese docente del CBC. En mis clases muchas veces sintetizo el asunto de la misma manera.

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      rolandoastarita

      23/10/2020 at 06:14

  8. Hay mucha gente a lo que algo como «socialmente objetivo» no hay manera de que les entre en la cabeza, y mi impresión es que IC pertenece a este grupo, más que tener mala fe o tergiversar el debate a su favor. En su manera de ver el mundo o el conocimiento, eso cae dentro de «construcciones de la conciencia». Por eso pueden sostener algo tan absurdo como que una empresa improductiva produce más valor que otra que opere en la frontera tecnológica.

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    Fabián

    23/10/2020 at 00:02

  9. Estimado Rolando, me parece excelente su argumentación, pero me gustaría saber su opinión acerca de lo siguiente. En un mensaje anterior señala: «La mercancía al terminar el proceso de producción es un producto. Su valor es solo potencial. Para que sea un cuerpo de valor debe enajenarse». Pero por lo que entiendo la producción de mercancías en el modo de producción capitalista se realiza pagando un salario, lo que demuestra que la mercancía —mercancía desde ya porque se ha fabricado pensando en el intercambio— tiene no sólo un valor sino incluso un precio/costo de producción, pues el trabajo necesario para producirla se ha pagado (malpagado, si se quiere) desde antes de que el producto vaya al mercado; en tanto que se ha originado del trabajo enajenado del obrero, es ya un objeto fruto de una relación social, y en sí misma ha sido enajenada, pues ya no pertenece al obrero; por tanto tiene valor, tanto por el trabajo que contiene, como por la relación de producción que ella expresa. De lo que se apropia el capitalista en un primer momento es de la plusvalía de la fuerza de trabajo, que produce un numero mayor de mercancías en comparación con el salario pagado, y en un segundo momento al vender las mercancías en el mercado se apropia de la plusvalía de otros productores menos eficientes que requieren para su producción un tiempo superior al socialmente necesario. El valor ya contenido en la mercancía se «objetiva» no en otro valor, sino en la forma de precio de mercado que puede ser de hecho superior al valor (de ahí plusvalor) pero también inferior; de igual manera que si el mercado por circunstancias externas paga un sobreprecio esto no significa que aumente el valor de la mercancía ya producida, también si el mercado no quiere pagar no significa que la mercancía no contenga valor, sino que el precio de mercado en ese determinado momento no corresponde con este –por ejemplo cuando el petróleo se pagó en negativo. De antemano gracias por su respuesta y saludos!

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    Thor

    26/10/2020 at 08:34

    • La discusión sobre costo y precio de producción es lógicamente posterior a la discusión de qué es valor. Marx trata el tema en el tomo 3 de El Capital. Pero para entender su explicación del precio de producción es necesario entender primero qué es valor. Y la comprensión de qué es valor incluye entender por qué el trabajo no tiene valor. Planteo esto porque usted escribe, refiriéndose a la producción capitalista: «…el trabajo necesario para producirla [la mercancía]se ha pagado (malpagado, si se quiere) desde antes de que el producto vaya al mercado». Según la teoría de Marx, esta afirmación es equivocada. No se ha pagado el trabajo necesario para producir la mercancía, sino la fuerza de trabajo. Precisamente el salario es la forma mistificada en que aparece el pago de la fuerza de trabajo. Esto es, el salario aparece como pago del trabajo, cuando en realidad es pago de la fuerza de trabajo.

      Mi consejo: antes de entrar en el tema precio de producción (y su relación con el valor), le recomiendo estudiar qué es valor, qué es fuerza de trabajo, cómo se genera la plusvalía.

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      rolandoastarita

      26/10/2020 at 09:39

    • Tiene razón, no me explique claramente, precisamente lo «malpagado» se deriva que se paga la fuerza de trabajo, no el trabajo necesario; pero ese pago sí incluye el pago de lo necesario para la producción de la mercancía; precisamente la plusvalía se deriva de que no se paga la producción total, sino la fuerza de trabajo, equivalente a un salario mínimo para la sustentación del obrero. Pero el punto que me interesa es proponer que la mercancía producida en el sistema productivo capitalista, creada para el intercambio, ya tiene valor desde su producción antes del mercado, y no sólo a partir de la circulación, porque fue producida en el marco de una relación social capital-trabajo. Saludos!

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      Thor

      26/10/2020 at 13:39

    • De nuevo, su razonamiento es incorrecto. Suponiendo que se realice, el valor de la mercancía está compuesto por la parte que repone el capital constante + capital variable + plusvalía. De estos, el valor que repone al capital variable y el que conforma la plusvalía es valor nuevo, generado por el obrero. Ya con eso queda claro que ese valor debe realizarse en la venta. Se genera en la producción y se realiza en la venta de la mercancía.

      Por lo tanto, si el capitalista no logra vender la mercancía al precio que expresa el valor (dejo ahora de lado la complicación del precio de producción; supongamos que se trata de la industria con la composición de capital promedio de la economía), puede no realizar la plusvalía, parcial o totalmente. Si el precio baja más todavía, ni siquiera realizará el valor que repone el valor de la fuerza de trabajo. Esto es, el capitalista habrá pagado el salario (el valor de la fuerza de trabajo) pero no recupera lo invertido en capital variable. Algo que ocurre, por ejemplo, en las crisis capitalistas. Esto demuestra que ese valor de la mercancía no existe al margen de la realización.

      Pero también este criterio se aplica al capital constante. Marx lo explica muy bien en los Grundrisse refiriéndose tanto a lo invertido como capital constante como en capital variable. Explica que como valor, al momento de adquirir los medios de producción y la fuerza de trabajo el capital «existía como valor». Sin embargo, en el producto terminado «existe como producto y solo idealmente como precio; pero no como valor en cuanto tal» (p. 354, t. 1).

      Entender esto es fundamental para entender por qué puede ocurrir que no solo no se realice como valor el sobretrabajo, o el trabajo necesario, sino tampoco el valor del capital constante. Escribe Marx: «Para valorizarse, es decir, para conservarse como valor y reproducirse, [el capital ] tendría que pasar primero de la forma dinero a la de valores de uso (material en bruto – instrumento – salario); y con ello, empero, perdería la forma como valor, y debe entonces entrar nuevamente en la circulación para poner nuevamente esta forma de la riqueza universal» (ibid.)

      Más adelante, precisa: «Si este proceso fracasa… el dinero del capitalista se habrá transformado en un producto sin valor y no solo no habrá ganado valor nuevo alguno, sino perdido el originario. En seguida insiste Marx en que «el producto del proceso en su forma directa no es valor, sino que tiene que entrar nuevamente en la circulación para realizarse en cuanto tal. Por lo tanto, si mediante el proceso de producción se reproduce el capital como valor y nuevo valor, al mismo tiempo se le pone como un no-valor, como algo que no se valoriza mientras no entra en el intercambio. Por eso, más abajo, vuelve a decir que el capital, «como producto, como mercancía, se presenta como dependiente del proceso de la circulación… Como mercancía tiene que 1) ser valor de uso… 2) intercambiarse – en dinero – por su equivalente». (p. 355).

      En definitiva, su planteo es otra manera de decir que el valor existe con independencia de lo que ocurra en el mercado. Es la concepción que critico en la nota.

      Me llama la atención cómo cuesta entender estas nociones que son básicas en la teoría del valor de Marx. Posiblemente escriba una nueva entrada en referencia a su argumento; creo que serviría para profundizar en esta cuestión, que es vital Paralelamente, estoy terminando una nota sobre la relación dialéctica entre forma y contenido. Es importante entender que el hecho de que el capital constante, en el proceso de producción, haya perdido la forma valor, no es una cuestión secundaria, de «mera forma», como pensaba Ricardo, y los que creen (pienso que, en esencia, es su caso) que basta con que haya trabajo invertido para que haya valor.

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      rolandoastarita

      26/10/2020 at 15:03

  10. Estimado Rolando, le agradezco su disposición al diálogo, y en ese espíritu me gustaría realizar una aportación que espero no resulte excesiva. Creo que el punto de partida de esta polémica se refiere específicamente al apartado 4 del capítulo 1 del tomo I de El capital, “El carácter fetichista de la mercancía y su secreto», que aparece en las pp. 87 y siguientes en la edición de Siglo XXI. Le comparto mi lectura crítica de este apartado, intentando ser lo más breve y claro posible. Marx está rastreando el origen del valor, y argumentar su hipótesis de que el valor no es una característica de las cosas en sí mismas, sino que el valor es el producto de una relación social. Pero considero que en su argumentación Marx no parte desde el modo de producción capitalista, sino de un modo producción artesanal, y gran parte de esta polémica se debe a que Marx no lo explicita, sino que tenemos que develarlo a partir de lo aparente. Marx supone el intercambio de productos de trabajos privados, esto es, que estas mercancías son fruto directo del trabajo del productor; esta definición pertenece más a un modo de producción artesanal que capitalista. Y esto es así porque precisamente en esta relación de producción más sencilla aparece diáfanamente el origen del valor. Si yo como artesano independiente elaboro una mesa, esa mesa no tiene valor, por que aún no forma parte de una relación social; podrá ser útil para mí, pero aún no ha sido sancionada su utilidad social. Es sólo cuando la llevo al mercado que cobra un valor, al relacionar el producto de mi trabajo con la producción de otros seres humanos, pero mediante el intercambio de objetos (fetichismo). Queda claro entonces que el valor pues no está en la mesa sino en la relación de intercambio, con lo cual Marx ha demostrado que el origen del valor es una relación social; pero –y esto creo que es el centro de la polémica– esto no significa que en todos los modos de producción el valor se «objetive» sólo en el mercado. Específicamente en el modo de producción capitalista ya la mercancía en el momento mismo de su producción tiene un valor objetivado, tan objetivado que incluso podemos hablar de precio de producción aún antes de salir al mercado. La mercancía que no ha salido al mercado aparenta carecer de valor, pero sí que lo posee en tanto ya no es fruto de un trabajo independiente, sino de una relación social de explotación, en donde como usted bien señala, el capitalista paga sólo el valor de la fuerza de trabajo (en términos llanos la comida del obrero), no el valor total del trabajo realizado, y ese trabajo robado es la plusvalía y el origen de la ganancia. Saludos y muchas gracias!

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    Thor

    26/10/2020 at 15:42

    • Ahora cambió el argumento. Contesto A y dice B. Contesto B y dice C. Bien, respondo este nuevo comentario.

      Usted escribe: «Queda claro entonces que el valor pues no está en la mesa sino en la relación de intercambio…».
      No es así, desacuerdo. El valor está en la mesa. Por eso Marx insiste en la objetividad del valor. Es la mesa la que tiene valor. Es una propiedad OBJETIVA y social.

      Con respecto al modo de producción que correspondería al productor que no emplea trabajo asalariado, sino su propio trabajo, en el marxismo se lo ha caracterizado como producción simple de mercancías.

      Ahora bien, su nuevo argumento es que en la producción simple de mercancías el valor se objetiva en el mercado, pero esto no ocurre en el modo de producción capitalista. Parece claro que es una idea suya, no de Marx. Marx (lo he citado extensamenta) sostiene que en una crisis se ha trabajado, pero dado que la mercancía no se vende (o se vende a un precio inferior al que expresa monetariamente el trabajo invertido), el trabajo empleado no se realiza como valor.

      Veamos entonces quién tiene razón, usted o Marx. Primero, desde el punto de vista teórico, también en la sociedad de productores simples la mercancía como en la capitalista tiene un precio tentativo antes de ir al mercado (punto de partida para la crítica marxista de la teoría cuantitativa). De manera que en esto no hay diferencias. Pero sí hay diferencias en cuanto a las posibilidades de no realización del valor. Y en este punto, hay más posibilidades de que el trabajo no se objetive como valor en la sociedad capitalista que en la sociedad de productores simples. La razón es sencilla (y la explica Marx): en la sociedad de productores simples la posibilidad de crisis de sobreproducción es abstracta. En la sociedad capitalista, la tendencia a la sobreproducción es inherente al capital. Por eso, es mucho más frecuente que ocurran gigantescas desvalorizaciones de capital. Esto es, crisis de sobreproducción. ¿Por qué se caracterizan estas crisis? Pues por el hecho de que se han producido masas de bienes, pero el trabajo no se realiza como valor.

      Pero en esto el razonamiento no es solo teórico: hay amplia prueba empírica. TODAS las crisis capitalistas se caracterizan por este hecho: se ha trabajado, pero el trabajo no se objetiva como valor. Y esto ocurre al margen del hecho de que los capitalistas idealmente le pongan un precio más elevado al producto. Ese «precio de producción» anterior a la llegada al mercado, si hay crisis, no se realiza en el mercado. Basta un conocimiento elemental de qué es una crisis para comprobarlo. Marx lo dice muchas veces. Lo he citado. En notas dedicadas a crisis, he mostrado que esto es así. Hay, además, mucha literatura con evidencia empírica. ¿No le parece que debería, al menos, presentar algún argumento para afirmar que lo que sostiene Marx sobre la naturaleza de las crisis – esa NO REALIZACIÓN de los valores – no se registra?

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      rolandoastarita

      26/10/2020 at 16:13

  11. Rolando: muy certera (y paciente) tu respuesta a las tergiversaciones del Profesor “und Gefolge”. Me pregunto si has publicado algún comentario o reseña del análisis de Kicillof del primer capítulo de El Capital en su libro De Smith a Keynes. En mi opinión, deja comprometido a Marx con argumentos sobre el valor y su forma que son en su mayoría falaces y bastante pueriles. Marx recalcaba que el primer capítulo presentaba la mayor dificultad, pero creo que Kicillof (y otros) agregan mistificación y no luz al asunto.

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    Damián

    29/01/2021 at 15:34

  12. Astarita, también le comunico que hay ciertos errores de traducción, que hace la cuestión más problemática de lo que a priori parece, le pongo unos ejemplos. Es en la forma de valor, en el apartado sobre el equivalente, cuando habla sobre sus particularidades (en Siglo XXI, obvio). Por ejemplo: «Es, pues, una segunda peculiaridad de la forma de equivalente, el hecho de que el trabajo concreto se convierta en la forma en que se manifiesta su contrario, el trabajo abstractamente humano.» (pp. 72)

    Hay varias inversiones ahí, vamos a ver, sabemos que el trabajo concreto no es la forma del abstracto, pero el privado sí es la forma del social. Lo primero a lo que me enfrenté es que pone ambas cuestiones a un mismo nivel, como si ambos fueran procesos iguales, ambos relaciones de forma y contenido.
    Luego, pareciera que ambos «se convierten» o «adoptan» la forma del otro. Y en el segundo caso, dice que el trabajo privado «adopta la forma del social», se podría interpretar, incluso, como si el social fuera la forma del privado (esto último me parece la peor inversión).
    Además de que aquí Marx nunca habla de «forma en que se manifiesta». Bueno, la cosa es que la palabra que traducen como «convertir» (wird), perfectamente se puede traducir como «resulta» o, inclusive, como «es».
    Y tomando la 4ta edición, podemos traducir de esta manera: «una segunda peculiaridad de la forma equivalente es que el trabajo concreto resulta la manifestación de su opuesto, el trabajo humano abstracto».

    Otra frase de la misma sección (y página):
    «tercera peculiaridad de la forma de equivalente es que el trabajo privado adopta la forma de su contrario, del trabajo bajo la forma directamente social.» (pp. 72)
    Aquí en realidad sería: «el trabajo privado resulta la forma de su contrario, el trabajo en forma directamente social».

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    Armando

    22/02/2021 at 08:36

    • Otra traducción sesgada (esta por ejemplo se cita al principio): «Si los objetos para el uso se convierten en mercancías, ello se debe únicamente a que son productos de trabajos privados ejercidos independientemente los unos de los otros. El complejo de estos trabajos privados es lo que constituye el trabajo social global. Como los productores no entran en contacto social hasta que intercambian los productos de su trabajo, los atributos específicamente sociales de esos trabajos privados no se manifiestan sino en el marco de dicho intercambio. O en otras palabras: de hecho, los trabajos privados no alcanzan realidad como partes del trabajo social en su conjunto, sino por medio de las relaciones que el intercambio establece entre los productos del trabajo y, a través de los mismos, entre los productores.»
      Pero en esa segunda parte (“o en otras palabras”) pareciera estar contradiciéndose con la primera (los atributos específicamente sociales… no se manifiestan). Pero si vamos a la versión alemana vemos que eso está mal traducido, ya que no se ve por ningún lado una expresión que pueda ser traducida como “alcanzar realidad”. No hay ni realität ni wirklichkeit. Una traducción más apegada es:
      «O bien, los trabajos privados, de hecho, sólo se activan como partes del trabajo social total a través de las relaciones de intercambio en que se desplazan (versetzt) los productos del trabajo, y con ello, los productores.»
      También puede ponerse “operan como partes…” en todo caso ya su “realidad” como partes del trabajo social está puesta: ya el trabajo privado con el que se produce la mercancía produce valor, la cualidad social de las mercancías, y portadora de las potencias sociales de su productor, que debe personificar esa mercancía para realizar sus potencias sociales propias portadas por esta. Esas potencias están portadas por la mercancía, en su atributo de cambiable, por que el trabajo que la produjo es formalmente privado, pero en realidad tiene como contenido el ser social, aunque no se manifieste hasta el intercambio. Me gustaría saber su opinión al respecto de estos problemas.
      Un saludo!

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      Armando

      22/02/2021 at 09:06


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