Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

¿Hacia una depresión global?

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En el día de ayer, lunes 9 de marzo, los mercados accionarios experimentaron la peor caída desde 2008. Ocurrió después de una fuerte caída del precio del petróleo, y nuevas noticias sobre la expansión del coronavirus, que aumentaron significativamente la preocupación por la posibilidad de una recesión mundial. El Dow Jones bajó casi un 8%. Las pérdidas en Francia, Alemania y España también rondaron el 8%; la bolsa de Milán se derrumbó 11%. La de México cayó 6,4%. La de San Pablo, Brasil,12,7% (en el año la pérdida es del 35%). El Merval, de Buenos Aires perdió 13,7%. En las últimas semanas, y hasta el cierre de ayer, Wall Street perdió 19%. Las bolsas europeas cayeron, en promedio, 23% desde su máximo de febrero. El precio del petróleo cayó, en EEUU y Europa, 25%; en Asia el 30%. Las cotizaciones de las empresas petroleras tuvieron pérdidas de dos dígitos: BP cayó 20%, Shell 18%, Total 17%, Chevron 14%, Petrobrás 29% (perdió 55% de su valor en el año); el ADR de YPF cayó 28% (en lo que va del año, y hasta ayer, bajó 59%). Los países latinoamericanos vieron devaluadas sus monedas.

Pero más grave, cuarentenas masivas, como en Italia (60 millones de personas) o China (100 millones), constituyen escenarios nuevos y de curso impredecible. A lo que agregó ahora la guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudita. Como reconoció un ejecutivo del fondo BlackRock, entrevistado por The New York Times, hoy la incertidumbre es mayor que en el pico de la crisis financiera de 2008. Naturalmente, los inversores buscan refugio en títulos gubernamentales. Ayer llevaron el rendimiento de los bonos del Tesoro de 10 años a un record mínimo, 0,4949% (cuando suben los precios de los títulos, por aumento de la demanda, baja su rendimiento). El oro, otro refugio, subió 1,6%.

Subrayamos, domina la incertidumbre en el sentido en que Keynes hablaba de incertidumbre: no hay elementos para poder siquiera calcular probabilidades de cursos futuros. Nadie sabe, por ejemplo, cuánto se podrá extender el virus -¿se debilita con la llegada del calor?- o cómo se afectará la producción global en la medida en que se siga extendiendo. Sin embargo, todo indicaría que sí se puede afirmar que se dan condiciones para una depresión global. Esencialmente porque la actual crisis se desarrolla sobre economías que nadan en un mar de deudas, debilidad de la inversión y crecientes desequilibrios. Pero antes de entrar en esta cuestión, permítaseme una reflexión más general, referida a la vigencia del enfoque materialista.

Virus y concepción materialista

Una primera cuestión que quisiera subrayar es que la aparición del coronavirus nos ha recordado, dramáticamente, que somos seres constituidos sobre una base biológica. He planteado esta cuestión cuando traté las nociones de trabajo abstracto y concreto. Decía en esa nota:

“… el punto de partida del análisis marxista no son individuos optimizando el consumo de bienes dados, como acostumbra decir el relato neoclásico, sino individuos que trabajan asociados, gastando su fuerza humana de trabajo para generar los bienes que les permitan reproducir la fuerza de trabajo. Y este es el contenido último del trabajo abstracto; es el gasto humano de energía, de nervios y músculos. Es un condicionamiento físico y fisiológico, ya que una sociedad de productores no puede consumir más energía para trabajar que la reposición energética de su fuerza de trabajo total que le permite el consumo de los bienes que produce. Naturalmente, las formas bajo las cuales los seres humanos igualan sus gastos de energía, y comparan los tiempos de producción, cambian históricamente, según se modifican las relaciones sociales de producción. Sin embargo, esas formas no hacen desaparecer el hecho de que el gasto humano de energía constituye la sustancia de todo trabajo”. Y un poco más adelante, agregaba:

“La afirmación de que el contenido del trabajo abstracto es gasto humano de energía, entendido en el sentido fisiológico, va en contra del enfoque dominante en la teoría social crítica, que ha hecho todo un punto de la separación tajante de las sociedades humanas con respecto al resto de los seres vivientes; y de la separación del ser humano de su base biológica”. Y citaba a autores de Critical Human Ecology, quienes afirman que “en la teoría social crítica existe una tendencia a negar el rol del entorno biofísico sobre las sociedades humanas. Los teóricos sociales críticos se focalizan principalmente en factores culturales cuando estudian sociedades, pasando por alto que existen constricciones materiales que atraviesan la historia, y que la producción material y la reproducción –los intercambios materiales entre las sociedades y sus entornos- constituyen el fundamento de toda sociedad” También: “Los límites naturales no pueden ser superados por la mera acumulación de conocimiento cultural. En última instancia, dado que los seres humanos son entidades biológicas, las sociedades humanas están constreñidas por muchos de los mismos principios ecológicos y termodinámicos que moderan el crecimiento y reproducción de otras especies” (aquí). Este enfoque materialista parece ineludible en el análisis de la crisis en desarrollo.

Afectada la fuerza de trabajo, se desata una espiral descendente

Lo planteado en el apartado anterior se concreta en que la expansión del virus está afectando, de forma directa, a la fuerza de trabajo, la fuerza productiva imprescindible –al menos, dado el grado actual de desarrollo tecnológico- para poner en movimiento a las fuerzas productivas de conjunto. Esto es, no hay posibilidad alguna, por ahora, de que se pueda prescindir del trabajo humano. La observación es pertinente dado que muchos científicos sociales descalifican la teoría del valor trabajo con el argumento de “ya no es actual, porque el trabajo humano ha sido reemplazado por la robótica y la automación”. Sin embargo, si la fuerza laboral está obligada a quedarse en casa por cuarentena, o enfermedad, no hay posibilidad de poner en movimiento a las fuerzas productivas de conjunto. Ni de hacer circular el producto social. Pero esta situación lleva a la caída del producto.

Por otra parte, la necesidad de frenar los contagios empuja a la caída del consumo (turismo, servicios recreativos, restaurantes), lo que a su vez contrae más la producción. Esto es, la demanda cae porque caen los ingresos (salarios, rentas, ganancias del capital, etcétera) y porque varían, por razones “fisiológicas”, los hábitos de consumo. En consecuencia caen al mismo tiempo producción, circulación y demanda, en un movimiento en espiral descendente. Por todos lados aumenta la capacidad ociosa –por ejemplo, aviones en tierra o semivacíos, ídem restaurantes, shoppings, etcétera-, llevando a crecientes pérdidas y, en un plazo más largo, a suspensiones o despidos de trabajadores.

Paralelamente, va a empeorar la situación fiscal: hay caída de ingresos tributarios, y aumento de los gastos en salud pública. Lo cual pondrá más presión sobre los mercados financieros y potenciará la crisis. Precisemos también que en la medida en que se extienda el virus a países subdesarrollados, sus servicios sanitarios y sociales pueden verse sobrepasados, agravando las penurias de los trabajadores y la población en general.

A su vez, la caída de la producción y la demanda en países centrales –China en primer lugar- afecta de lleno a países exportadores de petróleo, alimentos y otros commodities. Lo cual agravará las dificultades en las cuentas externas, deprimirá más la demanda mundial y dará lugar a mayores desvalorizaciones de capitales. En este respecto, la situación es distinta a la de 2008. Es que en 2008 se venía de un período de fuerte ascenso de los precios de las materias primas; por consiguiente muchos países exportadores de commodities tenían reservas que ayudaron a sostener la demanda mundial; además, habían reducido sus niveles de endeudamiento. Pero más importante aún, entre 2009 y 2012 China impulsó la demanda con ingentes inyecciones de gasto estatal. Nada de esto ocurre ahora: los precios de los commodities –y el petróleo en primer lugar- están en descenso; los niveles de endeudamiento de los países atrasados aumentaron; y China frenó la producción.

Pero además, en la medida en que la producción se ha globalizado, la espiral descendente se hace global. Ningún país capitalista puede escapar de esta dinámica. Las cadenas internacionales de valor, en particular, hacen sentir los efectos negativos de la caída en cualquiera de sus eslabones, afectando al resto de la cadena. Con el agravante de que esas repercusiones bajistas se intensificarán si recrudecen medidas proteccionistas. Lo hemos visto en el Brexit, o en las disputas entre EEUU y China, entre otras. Ahora pueden intensificarse, por ejemplo, mediante las devaluaciones competitivas o; o, peor aún, por políticas xenófobas y reaccionarias (cierre de fronteras, ataque a inmigrantes).

Una economía débil y en un mar de deudas

 En septiembre del año pasado, en una nota “Economía global 2019; actualización” (aquí) decíamos que desde el final de la crisis de 2008-9 la situación de la economía mundial no era de depresión, o recesión, pero tampoco de fuerte crecimiento. Las economías de la zona del euro y Japón continuaban estancadas; el crecimiento era débil en Estados Unidos y Canadá; y relativamente importante en los países atrasados. Desde 2009 hubo un prolongado período de crecimiento global débil, o semi-estancamiento, y baja inversión.

De esta forma, se había configurado un crecimiento anémico, “sostenido en el aumento del crédito y un mar de deudas”. Entre otros datos, citábamos un informe de la UNCTAD, que decía: “A principios de 2018, el volumen de la deuda mundial había aumentado a cerca de 250 billones de dólares —el triple de los ingresos mundiales— en comparación con los 142 billones de dólares registrados hace un decenio. La estimación más reciente de la UNCTAD indica que la relación entre deuda mundial y PBI es en la actualidad casi un tercio mayor que en 2008”. A su vez el Banco Mundial señalaba que: “en las economías emergentes y en desarrollo [la deuda] aumentó de un 15% del PBI, promedio, al 51% en 2018”. La OCDE alertaba que la deuda privada crecía rápidamente en las economías más grandes: entre 2008 y 2018 el stock global de bonos corporativos no financieros se había duplicado, en términos reales, llegando a casi 13 billones de dólares. En el mismo sentido, el FMI anotaba que en EEUU la deuda corporativa había pasado de 4,9 billones de dólares en 2007 a 9,1 billones a fines de 2018; un aumento del 86%. Y mucha de esa deuda se había destinado a la recompra de acciones y pagos de dividendos.

Pero no solo había aumentado la deuda corporativa, sino también se había modificado, para peor: aumento de la emisión de bonos con calificación BBB, tanto en Europa como en EEUU. Decíamos en la nota que estos bonos son aptos para inversores institucionales, pero que una caída de su calificación –por ejemplo, a causa del debilitamiento de la economía- “desataría ventas forzadas de los fondos que tienen obligación de mantener sus colocaciones en grado de inversión”.  Por otra parte, si bien había bajado la emisión de bonos basura, se habían incrementado los créditos apalancados. Se trata de préstamos riesgosos para empresas (una descripción en la nota citada, aquí). Decíamos: “En EEUU su volumen más que se ha duplicado desde 2010. Y cada vez más se usan para fondear la toma de riesgos financieros a través de fusiones y adquisiciones, compras apalancadas, pagar dividendos y recompra de acciones”. Préstamos que fueron potenciados por instrumentos financieros opacos, aptos para toda clase de maniobras especulativas.

Consecuencia: la crisis se inserta en un escenario de debilidad

La crisis desatada con la irrupción del coronavirus, se inserta en esta situación financiera, y de debilidad de la acumulación. Y es esta combinación –interacción potenciada entre la esfera de la producción y la circulación, y la esfera de las finanzas y el crédito- la que puede arrastrar a la economía global a la depresión. Es que así como la suba de los precios de los activos potencia el apalancamiento, y este lleva a mayores subas, cuando viene la caída de los valores el movimiento se da en reversa, hacia abajo y en espiral (sobre el apalancamiento, aquí).

Esa posibilidad se deja ver en las cifras de las deudas. Según Bloomberg, hoy la deuda de las empresas estadounidenses supera a la de los hogares por primera vez desde 1991. Empresas de energía, en especial las que invirtieron en shale, están muy endeudadas; también empresas de viajes, como American Airlines y Hertz. Siempre según Bloomberg, la deuda corporativa pasó de 10,7 billones de dólares en diciembre de 2008, a 16 billones en septiembre de 2019. El valor de los bonos de alto rendimiento (o sea, inversiones peligrosas) alcanza 1,3 billones, contra 786.000 millones de dólares hace una década. Casi la mitad del mercado de bonos en grado de inversión está calificado BBB; a ellos se aplica la posibilidad de una caída de calificación, que obligaría a ventas masivas. A su vez, el mercado de préstamos apalancados alcanza 1,15 billones de dólares.

Tengamos en cuenta que los mecanismos recesivos se entrelazan y potencian, con el potencial de arrastrar uno tras otro a todos los sectores. En particular, estas dinámicas son inherentes al crédito, el cual actúa como elemento unificador. En palabras de Marx: “En un sistema en el cual toda la conexión del sistema de reproducción se basa en el crédito, si el crédito cesa súbitamente y solo vale ya el pago en efectivo, debe producirse evidentemente una crisis, una violenta corrida en procura de medios de pago. Por ello, a primera vista toda la crisis sólo se presenta como una crisis de crédito y de dinero. Y de hecho, sólo se trata de la conversión de las letras en dinero. Pero estas letras representan, en su mayor parte, compras y ventas reales, cuya amplitud, que supera en mucho las necesidades sociales, concluye por constituir el fundamento de toda la crisis” (El Capital, p. 630, t. 3). Por eso, cuando se desatan estas dinámicas, todos los activos están en un nivel de correlación cercano a uno; o sea, no hay manera de atenuar las desvalorizaciones masivas recurriendo a la diversificación de las inversiones.

En conclusión se dan los elementos para que asistamos a una espiral fuertemente descendente de la economía de EEUU, y posiblemente europeas, que arrastraría a la economía global. La Reserva Federal ha inyectado dinero en el mercado, y lo mismo harían otros bancos centrales, pero esto difícilmente revierta la caída de la producción y la demanda. Lo importante es tener presente la interacción entre caídas de la producción y la demanda, agudización de las dificultades financieras, y repercusión de estas de nuevo sobre la producción y la demanda, agudizando la crisis. Subrayo, es un escenario, por lo menos, posible; y la caída, o desaceleración de la economía mundial es ya un hecho. Para los trabajadores se avecinan tiempos de aumento del desempleo, caída de los ingresos y empeoramiento de las condiciones de vida.

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Written by rolandoastarita

10/03/2020 a 18:40

Publicado en Economía

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30 respuestas

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  1. Creo que al más que interesante e informativo texto, sólo le cabe la crítica de desplegar un derrotismo casi suicida y probablemente injustificado.
    «Para los trabajadores se avecinan tiempos de aumento del desempleo, caída de los ingresos y empeoramiento de las condiciones de vida.»
    ¿Es que los trabajadores tienen vedada por completo la posibilidad de actuar, luchar, organizarse y arrancar distintos grados de victorias -en última instancia, últimas- a un régimen del capital completamente en crisis?
    Saludos y gracias por compartir los datos y análisis.

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    riveravaldez

    10/03/2020 at 20:55

  2. Hola, en relación al tema de la interacción de las condiciones biológicas y sociales que condicionan las diferentes sociedades históricamente, incluido el capitalismo, es muy interesante este artículo https://cominsitu.wordpress.com/2020/02/28/social-contagion-microbiological-class-war-in-china-chuang-2020/ que analiza los desequilibrios que produce en el medio natural la producción capitalista y el mercado global, favoreciendo la aparición de epidemias con características propias.

    Un saludo,

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    Julio Gallego

    11/03/2020 at 06:39

  3. Buen día Rolando: ¿podrías ampliar esta idea?: «Por eso, cuando se desatan estas dinámicas, todos los activos están en un nivel de correlación cercano a uno; o sea, no hay manera de atenuar las desvalorizaciones masivas recurriendo a la diversificación de las inversiones». Saludos cordiales.

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    alecus

    11/03/2020 at 12:04

    • En la teoría de formación de carteras se sostiene que una forma de diversificar el riesgo es invirtiendo en activos que no estén correlacionados, o que tengan una baja correlación. Por ejemplo, si invierto en acciones de una empresa que fabrica papel y otra que fabrica cuadernos, estoy invirtiendo en dos activos altamente correlacionados (así, si cae uno, cae el otro; la correlación se acera a 1). En cambio, si invierto en acciones de la empresa que fabrica papel, y en otra que se dedica al turismo, estos no están correlacionados. La teoría dice entonces que para protegerse del riesgo hay que diversificar.

      Lo que digo en la nota es que cuando se producen grandes convulsiones en los mercados, todos los activos son afectados. Esto lo admitió Myron Scholes (Premio Nobel, uno de los creadores de la fórmula para calcular el valor de opciones; lo he tratado en una nota anterior) cuando trató de justificar el fracaso del fondo LTCM, que él asesoraba. En 2000 escribía Scholes: «Los patrones de correlación y las variaciones de todas maneras no son estacionarias, especialmente cuando los precios del mercado se mueven dramáticamente. (…) Cuando los valores de casi todos los tipos de activos se están moviendo en grupo, la diversificación no ayuda a reducir el riesgo. Los patrones actuales de correlación que se registran parecen estar cercanos a uno. En estos tiempos la volatilidad del beneficio y las pérdidas serán mucho mayores de lo que predecía el VaR» (una medida del riesgo). Cuando escribí la nota tenía la intención de citar a Scholes, pero finalmente no lo hice para que no fuera tan extensa.

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      rolandoastarita

      11/03/2020 at 13:00

  4. Una(s) duda(s) con respecto a la frase «Con el agravante de que esas repercusiones bajistas se intensificarán si recrudecen medidas proteccionistas».
    Entiendo que se refiere obviamente al camino que pudieran tomar las economías desarrolladas. ¿Qué hay del argumento que ya se comienza a escuchar fronteras adentro con respecto a la necesidad de protegernos, blindarnos, desconectarnos, etc. para minimizar los coletazos de esta crisis? Quienes lo sostienen indican que durante la crisis del 2008 los efectos de la misma se hicieron sentir mas levemente en la Argentina que en otras economías atrasadas precisamente por estar de alguna manera «desconectados» del mercado mundial y con cierta cantidad de políticas proteccionistas. Indican además que de la última oleada de salida de capitales de la periferia hacia los países desarrollados (seguramente a EE.UU. en primer término), a la Argentina le toca una porción muy pequeña debido a las restricciones a la compra de divisas imperante. A simple vista parecerían estos argumentos de bastante sentido común en estos momentos. Por otro lado, recuerdo alguna opinión de Marx al respecto de políticas proteccionistas en cuanto a que era una buena manera de «fabricar» fabricantes (no es textual).
    ¿Cuál es su opinión al respecto de protegerse, blindarse, etc. para el caso de las economías atrasadas y dependientes? Un abrazo.

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    Miguel Ángel

    11/03/2020 at 22:41

    • Cuando escribí eso en la nota no tenía en mente el caso argentino en particular, sino lo que ocurrió durante la Gran Depresión, en los 30. En aquellos años la caída del producto mundial se acentuó por las medidas proteccionistas que tomaron casi todos los países; esas medidas llevaron al colapso del comercio mundial, y exacerbaron las rivalidades y pasiones nacionalistas. El mercado mundial literalmente se quebró (en especial, a partir de la instauración de áreas monetarias centradas en las monedas de las potencias).

      De todas maneras, y con respecto a Argentina, su economía es, en relación a los promedios mundiales, muy cerrada. En 2015 la participación de las exportaciones argentinas en el PBI era 11%, y de las importaciones 11,9%. Los menores ratios de América Latina. También menores que el promedio mundial (entre 28 y 29%), o que el promedio de la OCDE (28%). Esos niveles se registran desde hace años. La participación de las exportaciones argentinas en las exportaciones mundiales es muy bajo, y más bajo si se toma la participación de las exportaciones industriales.

      Pues bien, si el crecimiento de un país estuviera correlacionado negativamente con el grado de participación en el comercio mundial, Argentina debería haber experimentado, en promedio, tasas de crecimiento mucho más elevadas que el resto de los países. Esto debería haberse manifestado, en especial, en estas últimas 4 décadas de globalización de las economías capitalistas. Sin embargo, el desempeño de la economía argentina fue de los peores entre los países de desarrollo mediano. En particular, la tasa de inversión / PBI se mantuvo siempre a promedios bajos (en relación, por ejemplo, a las tasas que imperaron en los países asiáticos, tipo Corea o China). ¿Cómo se explica si el proteccionismo (bajo los gobiernos K u otros) fue tan beneficioso para el desarrollo?

      Por otra parte, es equivocado decir que en 2008 la caída de la economía mundial afectó poco a Argentina debido a una particular política proteccionista. Lo primero que hay que aclarar es que cuando se revisaron las cuentas del Indec (bajo conducción Todesca) resultó que en 2009 la caída del PBI fue del 6% (el Indec K había informado un crecimiento de 0,1%). En segundo término, se pasa por alto el hecho de que Argentina había tenido un fuerte crecimiento a partir de mediados de 2002. Esto es, enfrenta la crisis de 2008-9 en una situación relativamente buena (lo mismo ocurrió con otros países exportadores de materias primas). Y es indudable que ese crecimiento desde lo más profundo de la crisis estuvo muy impulsado por el tipo de cambio real alto (salarios en dólares bajos) y el boom de los precios de las materias primas. Cuando los precios de las materias primas se estancaron, y luego bajaron, las tasas «chinas» de crecimiento desaparecieron. De hecho, durante el segundo mandato de CFK la economía ya se estancó. En 2015 Argentina tenía fuerte déficit fiscal y también fuerte déficit (agravado luego durante los primeros años de macrismo) en cuenta corriente. Esto es, la constricción externa ya estaba de nuevo presente. ¿Cómo se puede seguir afirmando que una política «proteccionista» había evitado a la economía argentina esa constricción?

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      rolandoastarita

      12/03/2020 at 11:08

  5. Rolo, sé que no tiene nada que ver con el tema de la nota pero quisiera saber tu opinión sobre esto: https://twitter.com/Luis_Delia/status/1237838905841348609

    ¿Para vos D’Elia es un preso político realmente? ¿La izquierda debería pedir por su libertad?
    Al pasar, D’Elia llama «compañera» a Bregman, ¿será por el acercamiento constante entre el PTS y el kirchnerismo?

    Saludos.

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    Lucas

    12/03/2020 at 14:37

    • Amplio con esto:
      https://www.laizquierdadiario.com/Diputados-portenos-expresan-preocupacion-por-condiciones-de-detencion-de-D-Elia
      «La propuesta surgió de la diputada del FIT, Myriam Bregman y propone que “La legislatura de CABA manifieste su preocupación por la detención y el estado de salud del Sr. Luis D´Elía”. Sumaron sus firmas sus pares del FIT, Alejandrina Barry y Gabriel Solano; y del FDT, Victoria Montenegro y Ofelia Fernández.»

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      Lucas

      12/03/2020 at 20:55

    • ¿Vos tenés idea por qué está preso? Por tomar una comisaría que brindaba protección a un narco que asesinó a un militante de su agrupación. O sea, basicamente por una protesta le dieron varios años de prisión y le niegan la domicilaria teniendo diabetes y tres bypass (y con el coronovirus ya en el país). Mientras el mismo poder judicial le está otorgando ese beneficio a los genocidas de la dictadura y luego se los ve paseando por el barrio. Ahora si pensas que por ser kirchnerista la izquierda se debe desentender de esta injusticia es una bajeza. Mañana le puede tocar a militantes de izquierda. De hecho creo que tiene varios procesados durante el gobierno de Cambiemos.

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      Illich

      14/03/2020 at 03:24

    • Y olvidé mencionar que el asesino del militante, que motivó la protesta, estuvo preso menos tiempo que D’Elía y está libre.

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      ILlich

      14/03/2020 at 11:38

    • Una injusticia como la perpetua a los petroleros de Las Heras que CFK defendio? Perpetua basada en confesiones sacadas bajo tortura como el mismo fiscal admitio? Cuantas causas le armaron a la izquierda? Para que infiltraron gendarmes en organizaciones de izquierda?

      Les da la cara para hablar de bajezas, claro…hablan de lo que mas saben

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      German

      14/03/2020 at 19:16

  6. Cómo le va, Rolando? Muy sintética la nota, me gustó mucho.

    Aprovechando el contexto, y volviendo al caso argentino, lo invito a ver este debate entre Emmanuel Alvarez Agis y Myriam Bregman sobre el pago de la deuda.

    si bien conozco su posición, me gustaría saber si coincide con el planteo que hace Alvarez Agis sobre el (no) pago de la deuda y sus consecuencias.

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    Octavio

    13/03/2020 at 16:53

  7. ¿Podríamos hablar ya de una crisis como lo fue la de 2008 o la del 29?

    Se está hablando ya en esos términos pero alomejor se confunden caracterizaciones como depresión, recesión y crisis.

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    David Martín

    13/03/2020 at 22:29

  8. Buenas, señor Astarita le dejo dos artículos interesantes que desmienten que el coronavirus sea la principal causa de la caída de las bolsas.
    1. (https://rebelion.org/no-el-coronavirus-no-es-responsable-de-las-caidas-en-las-bolsas/)
    2. (https://rebelion.org/el-relato-oficial-del-coronavirus-oculta-una-crisis-sistemica/)

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    Dazer

    15/03/2020 at 19:02

    • Es lo típico de Eric Toussaint: una exhibición de lugares comunes (horizonte mental del reformismo «políticamente correcto») y superficialidades. La segunda nota incluso es peor.

      Sinceramente, si a usted esto le parece bueno le recomiendo que no siga leyendo mi blog. Después de todo, y como decía Hegel, la magnitud de pérdida de un espíritu se mide por aquello con que se satisface. Y a algunos parece que les basta con una dosis toussainiana.

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      rolandoastarita

      15/03/2020 at 22:11

    • No es solamente la opinión de Toussaint sino también la de Michael Roberts (¿es también un reformista?) en el que explica que desde al menos 2017 la rentabilidad del capital es baja y las ganancias globales son estáticas, el comercio y la inversión mundiales han estado disminuyendo. Al igual que indican que el impacto económico del coronavirus se encuentra primero en la cadena de suministro, no en los mercados financieros inestables.
      https://thenextrecession.wordpress.com/2020/03/15/it-was-the-virus-that-did-it/

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      Dazer

      16/03/2020 at 13:43

    • Sinceramente, no puedo entenderlo. Que la economía mundial ha tenido un crecimiento muy débil desde 2009 (de hecho, en otras notas hablé de semi-estancamiento); que la inversión ha sido débil; que hubo sobreacumulación de capital; que ese crecimiento débil nadó en un mar de deudas crecientes, lo he escrito, y lo han escrito otros (con más o menos matices). Más aún, en varias notas, escritas en los últimos años, he planteado que cualquier hecho podía disparar una recesión mundial. Incluso en la última nota reproduje partes de notas anteriores.

      Ahora bien, de aquí a afirmar que la aparición del coronavirus solo fue un «disparador» de la crisis hay un abismo. No es solo un «disparador», sino que LA AGRAVA. No sabemos cuánto, pero LA AGRAVA. Que es lo que no dice Toussaint. Para que pueda entenderlo: supongamos que una aerolínea en tiempos de boom transporta 110 pasajeros por unidad; en tiempos de crecimiento débil transporta 100; y en tiempos de recesión transporta 90. Si se desata una recesión, la caída del transporte a 90 tendrá repercusiones negativas sobre el resto de la economía y los mercados financieros. Ahora bien, si a causa de las medidas que se toman para impedir la propagación del virus la compañía pasa a transportar 50 pasajeros, o menos aún, ¿no estamos autorizados a decir que la irrupción del virus no solo «disparó» la caída de 100 a 90, sino que la agravó? Más en general, ¿no se da cuenta de que hubo un cambio cualitativo en la demanda y el output a partir de lo que ocurrió en China, y ahora se extendió a muchos otros países? ¿No se da cuenta que hoy la economía en la zona industrial de Italia, por ejemplo, ha sido golpeada en un grado mucho mayor que lo que hubiera golpeado una recesión derivada de las condiciones económicas existentes a fines de 2019, comienzos de 2020? ¿Tan difícil de entender?

      Por otra parte, aunque una cuestión de menor importancia, le pediría que trate de tener algo de precisión en el lenguaje. a) El comercio mundial no ha estado disminuyendo en los últimos años; una cosa es disminuir, y otra desacelerar su crecimiento. b) lo mismo se aplica a la inversión.

      Por otra parte, en la nota afirmo que el impacto del coronavirus se hace sentir primero en el output y en la demanda (no entiendo por qué deja de lado la demanda). Y este impacto repercute en los mercados financieros. Estos cayeron DESPUÉS de que se hiciera sentir el impacto en la producción (por caso, caída abrupta de la producción en China) Y LA DEMANDA (caída abrupta en el consumo, en servicios). A su vez, la caída en los mercados financieros REACTÚA sobre el producto y la demanda, agravando la crisis. Y esto ocurre de manera multiplicada porque la economía mundial ya nadaba en un mar de deudas. Al respecto, ¿por qué cree que discutí, incluso desde el punto de vista teórico, y con datos empíricos, la cuestión del apalancamiento en el blog? ¿Por qué cree que dediqué una extensa nota al tema de los derivados? Por supuesto, en todo esto lo de Toussaint equivale al aporte de un cero a la izquierda. Pero insisto, si a usted le satisfacen artículos como el que ha enviado, pues bien, quédese con eso. Me da igual. Solo me pregunto para qué frecuenta este blog.

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      rolandoastarita

      16/03/2020 at 14:54

  9. Q opina de este articulo de un economista afin al Kirchnerismo
    https://www.perfil.com/amp/noticias/opinion/opinion-leo-anzalone-coronavirus-oportunidad-economia-argentina.phtml?__twitter_impression=true
    Donde se pone enfasis en el desarrollo interno
    «Ahora bien, lo que es innegable es que el mundo no solo dejará de comprarnos, sino que también dejará de vendernos productos y acá es donde se ve una luz de esperanza para nuestra economía.»

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    Carlos

    16/03/2020 at 12:57

    • Varias veces respondí sobre esta cuestión. Es no entender qué es el sistema capitalista pensar que un país aislándose del mercado mundial pueda tener un gran desarrollo económico, sustentado solo en el mercado interno. Es la idea de «vivir con lo nuestro». Una especie de «capitalismo en un solo país» (peor que el programa stalinista del «socialismo en un solo país»). Es una utopía reaccionaria. El desarrollo de las fuerzas productivas hoy tiene, más que nunca, dimensiones planetarias. Encerrarse en las propias fronteras, esto es, cortar lazos con el mercado mundial, solo puede llevar a regímenes como el de Corea del Norte. Con el agregado de que ni siquiera Corea del Norte puede prescindir del mercado mundial. A tal punto no puede prescindir que exporta mano de obra esclava (o poco menos).

      Más todavía, hay que decir que la economía argentina ya es una economía cerrada, y sin embargo no por ello ha tenido un desarrollo superior al promedio de otros países. Mas bien ocurrió lo contrario. Sobre esto, en otra respuesta a preguntas de este tipo, escribí:

      «De todas maneras, y con respecto a Argentina, su economía es, en relación a los promedios mundiales, muy cerrada. En 2015 la participación de las exportaciones argentinas en el PBI era 11%, y de las importaciones 11,9%. Los menores ratios de América Latina. También menores que el promedio mundial (entre 28 y 29%), o que el promedio de la OCDE (28%). Esos niveles se registran desde hace años. La participación de las exportaciones argentinas en las exportaciones mundiales es muy bajo, y más bajo si se toma la participación de las exportaciones industriales.

      Pues bien, si el crecimiento de un país estuviera correlacionado negativamente con el grado de participación en el comercio mundial, Argentina debería haber experimentado, en promedio, tasas de crecimiento mucho más elevadas que el resto de los países. Esto debería haberse manifestado, en especial, en estas últimas 4 décadas de globalización de las economías capitalistas. Sin embargo, el desempeño de la economía argentina fue de los peores entre los países de desarrollo mediano. En particular, la tasa de inversión / PBI se mantuvo siempre a promedios bajos (en relación, por ejemplo, a las tasas que imperaron en los países asiáticos, tipo Corea o China). ¿Cómo se explica si el proteccionismo (bajo los gobiernos K u otros) fue tan beneficioso para el desarrollo?»

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      rolandoastarita

      17/03/2020 at 15:45

  10. Profesor, disculpe que lo moleste por este medio, pero no tenía su mail y los campus todavía no están habilitados. Soy alumno suyo en Tópicos de Microeconomía en la FCE-UBA, lunes y jueves de 17-19. Tenemos un grupo de whatsapp con los otros alumnos y queríamos preguntarle por la situación de la cursada: si vamos a continuar el cuatrimestre vía el campus o si hay alguna especificación o directiva que quiera hacer dado el nuevo estado de las cosas con la cancelación de las clases por un mes. Desde ya muchas gracias.

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    santiago

    16/03/2020 at 14:50

  11. Hola profe! Quería saber qué medio de comunicación vamos a tener hasta que se reanuden las clases en tópicos de micro. Gracias!

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    Joaquín Cantero

    16/03/2020 at 14:54

  12. Una pregunta. Argentina entra en default e hiperinflacion en forma segura?

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    fangri

    16/03/2020 at 22:04

  13. Hola Rolando, los Bancos Centrales están empezando a inyectarle dinero a algunas empresas y a la bolsa de valores (La FED inyecto 1,5 trillones de dólares la semana pasada) incluso En EEUU se está pensando darle 1000 dólares a cada ciudadano, por supuesto adquiriendo más y más deuda. ¿Qué efectos traería consigo aumentar el nivel de deuda de esta forma tan agresiva? ¿Cuál es el límite que tiene adquirir más y más deuda?

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    Daniel

    17/03/2020 at 18:48

  14. Profesor, ud en algún momento hizo referencia (no recuerdo si en un texto o en un comentario) sobre como imaginaba que podía producirse un cambio social, que de algún modo reduzca la plusvalía, acorte las diferencias entre beneficiarios del capital y dadores de fuerza de trabajo. Si mal no recuerdo, hablo de una democracia de productores, dándose su propio gobierno y creo que aclaro que había un camino inevitable que se daba con una toma de conciencia masiva. Ahora que asistimos a este escenario que ud describe, podría actualizar esa idea, sobre como imagina un posible cambio social hacia una sociedad de productores, gobernados sin la estructura del Estado capitalista y sin transferir plusvalía a los sectores que controlan el capital.

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    rperezorue

    17/03/2020 at 21:05

  15. Rolando, hoy veo en las noticias que Trump, en aplicación de la ley de defensa, se plantea intervenir en la producción de insumos médicos para hacer frente a la crisis sanitaria. En Francia se dice que se plantea la posibilidad de nacionalizar grandes empresas,etc. Teniendo en cuenta que después de la Gran Recesión hubo, evidentemente, no una inversión pero sí una fuerte desaceleración del proceso de mundialización del capital (el comercio internacional que crecía al doble del producto mundial de 1980 a 2008 luego creció al mismo nivel o incluso por debajo aplanando la curva que mide la participación de las exportaciones en el producto mundial),¿piensas que es posible que en importantes sectores de la burguesía internacional se pueda estar cocinando algún tipo de giro reaccionario hacia el capitalismo de estado?
    PD: para precisar, no me refiero al capitalismo de estado como un sistema económico en donde el sector privado capitalista ha sido totalmente absorbido por el sector público capitalista, porque en ese sentido no habría capitalismo, dado que si bien la competencia de capitales no explica las leyes generales del capital es el medio a través de la cual se aplican, como dice Marx. Me refiero más a un sistema de fuerte intervención estatal, pero donde el sector privado capitalista seguiría siendo el dominante. Más o menos como plantea PM en Marx y Keynes.

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    luisgac

    18/03/2020 at 19:42

  16. Hola compañero, me podrias explicar porquè las politicas expansivas de los bancos centrales no causaron crisis inflaccionarias en esos años? Para vos va a cambiar algo en el proximo periodo con las ultimas medidas de las bancas centrales juntas con las medidad fiscales de los gobiernos?

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    Michele

    29/03/2020 at 14:51

    • Básicamente porque desde fines de los 1970, principios de los 1980, los déficits en los países capitalistas desarrollados fueron financiados con deuda, no con emisión monetaria. Es lo que dio alas, por otra parte, al gigantesco crecimiento del mercado de títulos públicos, especialmente de bonos del Tesoro de EEUU.

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      rolandoastarita

      29/03/2020 at 16:54


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