Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Izquierda y elecciones, balances alternativos

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Las elecciones primarias abiertas obligatorias (PASO) han significado una importante derrota para el gobierno de Cambiemos. La fórmula Fernández Fernández le sacó más de 15 puntos de ventaja. 

La izquierda obtuvo, de conjunto (FIT-U y N- MAS), entre el 3 y 4%.  Aunque a modo provisorio, desde la izquierda ya se ha adelantado un tipo de balance característico. Su mensaje central es que las perspectivas que se abren para los socialistas son muy buenas, a pesar de haber experimentado algún retroceso en la cantidad de votos. Más específicamente, los puntos destacados de este tipo de balance son:

  1. Los resultados electorales implican un revés para Trump, el imperialismo yanqui y el FMI. Expresan la aspiración de las masas de terminar con el ajuste, la baja de los salarios, etcétera.
  2. Es un freno al giro a la derecha en América Latina e impulsa las luchas contra gobiernos tipo Bolsonaro.
  3. Implica un cambio en la relación de fuerzas entre las grandes clases sociales, en beneficio de los trabajadores.
  4. Ahora los trabajadores van a exigir al nuevo gobierno que cumpla sus promesas. Por eso es una votación cargada de expectativas.
  5. La crisis económica argentina, y la crisis mundial, no dejan márgenes de maniobra. Además, se intensificarán las presiones del capital financiero, responsable del saqueo del país.
  6. AF y los gobernadores van a negociar con el FMI; así, va a desaparecer cualquier rasgo de gobierno progresista. Se intensificará la lucha de clases.
  7. En consecuencia la izquierda está en inmejorables condiciones para ponerse al frente del inevitable ascenso del movimiento de masas. Alternativamente, también para enfrentar el chantaje de los mercados y del capital financiero, ante los cuales claudica el gobierno F-F. En lo inmediato, la tarea es conseguir más votos para fortalecer el bloque de diputados, o concejales, que amplifiquen la convocatoria a la lucha.

De manera que todo es cuestión de perseverar en la misma orientación, ya que la clase capitalista tiene las opciones cada vez más acotadas.

Un balance alternativo

Mi balance es distinto. En primer lugar, lo que destaco no es la diferencia del 47 a 32% entre las dos fuerzas mayoritarias, sino que el 95% de los votos respaldaron a fuerzas enemigas del socialismo. Esto teniendo en cuenta que los partidos de la izquierda suavizaron todo lo posible su discurso –de hecho, un mensaje afín al socialismo pequeñoburgués y nacionalista- a fin de captar votos (por ejemplo, la idea de que “el problema es el capital financiero que saquea al país”; no el sistema capitalista que se basa en la explotación del trabajo).

En segundo término, si los puntos (1) y (2) del análisis citado en el anterior apartado son correctos, no se entiende por qué se sostuvo, durante la campaña electoral, que todos los candidatos eran por igual los candidatos del FMI y del imperialismo. Tampoco se entiende por qué, inmediatamente después del triunfo de F-F, los precios de los bonos y acciones argentinas se derrumbaron, y el dólar aumentó más del 20% (al momento de escribir esta nota). En todo caso, si F-F representaban un obstáculo para los planes del FMI, y si la causa de los males de los trabajadores es el plan del FMI, habría que considerar progresivo el voto a F-F con respecto al voto a Macri. Un razonamiento que, me consta, llevó a más de un izquierdista a votar a F-F.

En tercer lugar, considero equivocada la idea de que el triunfo de F-F es expresión de un cambio en la relación de fuerzas entre las grandes clases, el capital y el trabajo. El triunfo de F-F demuestra, por encima o por fuera de las turbulencias de superficie, y de la crisis económica, la estabilidad de la dominación de la clase capitalista sobre los asalariados. La clase obrera y las masas oprimidas votaron una candidatura y un programa burgués, que tiene el apoyo de la burocracia sindical, y de los aparatos de gobierno de la mayoría de las provincias e intendencias. Para que cambie la correlación de fuerzas entre el capital y la clase obrera, lo que debiera producirse es una ruptura, en algún grado significativo, de la clase obrera con los aparatos de la burocracia sindical y el control político de los partidos de la burguesía, el peronismo en primer lugar. Lejos de esto, todo lo que ha ocurrido es un típico recambio burgués, con algunas tensiones, y en medio de una fuerte crisis económica. Los gobiernos funcionan como fusibles del sistema, y las oposiciones “como deben ser” canalizan descontento hacia el callejón sin salida del legalismo y el recambio dentro del sistema. De ahí la importancia de no poner el acento en los aspectos personales, sino en el carácter sistémico de la explotación, la naturaleza del Estado y la recurrencia de las crisis económicas. Por eso, insisto, el punto saliente es que el 95% del electorado dio su apoyo a partidos abiertamente anti-socialistas; defensores del sistema del trabajo asalariado, y del Estado capitalista. En este punto, sigo la idea de Engels: las elecciones sirven, a los socialistas, fundamentalmente, para hacer conocer nuestras ideas, y para efectuar un recuento de las fuerzas con que contamos.

En cuarto término, no comparto la secuencia, infantilmente lineal, e ingenua, de “las masas están siempre inclinadas a la lucha; son traicionadas por las direcciones; terminan rompiendo con los partidos burgueses y adhiriendo al socialismo revolucionario que, desde siempre, supo expresar sus verdaderos intereses de clase”.

La realidad es que las cosas no funcionan de ese modo. Es que las ideologías tienen espesor propio, e inciden en la disposición a luchar o a organizarse. Por ejemplo, el peso del discurso “nos han dejado un desastre, es peor de lo que pensábamos, no podemos hacer milagros”, no debería subestimarse. Como tampoco debiera subestimarse el rol de los aparatos sindicales; o de los aparatos, vinculados al Estado, de los movimientos sociales “dispuestos a poner el hombro para la nueva etapa que se abre”. Estos discursos confunden y desmoralizan. Hay que tener presente que no siempre la principal forma de dominio de la clase capitalista es la represión directa. Y las frustraciones a que llevan los recambios de superficie –siempre aupados en promesas del más diverso tipo- no son un factor despreciable en la continuidad del domino de clase.

Pero no se trata de conjeturas, sino de una larga experiencia histórica. Para dar algunos ejemplos de situaciones que he vivido (y que cualquiera puede constatar). Cuando comencé a militar, a finales de los 1960, el diagnóstico de muchos era: “las masas luchan por la vuelta de Perón; la burguesía no puede integrar a Perón; por eso la demanda por su vuelta llevará a una situación revolucionaria; la dirección peronista reformista será superada, y la izquierda tendrá influencia de masas”. Luego, en 1973, cuando Perón ya había vuelto al país, el nuevo pronóstico era “cuando las masas luchen por efectivizar sus reivindicaciones, que el gobierno de Perón no puede cumplir, superarán a Perón y al peronismo”. Durante el gobierno de Isabel Perón (con su Triple A, hiperinflación, desbarajuste) la creencia en que “las masas agotan su experiencia con el peronismo” estuvo bastante extendida en la izquierda. Lo cual no impidió que en 1983 el peronismo renaciera con apoyo en millones de trabajadores. Años más tarde, cuando la crisis de Alfonsín y el voto a Menem, muchos dijeron que las masas superarían al menemismo – peronismo en cuanto se dieran cuenta de que el salariazo, y otras promesas, eran solo promesas y engaños. Pero a pesar de la experiencia, el siempre esperado “giro a la izquierda de las masas peronistas” no se produjo; a Menem le siguió la Alianza, una alternativa tan procapitalista como el menemismo. Y así podríamos seguir con otros episodios. Para no aburrir, cito un caso más, esta vez a escala internacional: cuando cayeron la URSS y los regímenes soviéticos, el pronóstico de muchas corrientes trotskistas fue: “en cuanto las masas trabajadoras experimenten el capitalismo, girarán hacia la izquierda, hacia el socialismo”. Como es conocido, nada de esto ocurrió. Peor aún, en muchos países del ex bloque soviético hoy gobiernan partidos ferozmente reaccionarios.

Como puede verse, el tipo de balance que critico está lejos de ser original. Pero es funcional a una táctica política centrada en el “luchismo” y el consignismo fácil. Las masas votaron a AF; las convocamos a la lucha para que se efectivicen las promesas; AF no puede maniobrar y ganaremos a los trabajadores al socialismo. Tal vez la mejor expresión de esta orientación sean las mismas publicaciones de la izquierda: centralmente, son boletines de luchas sindicales y democráticas, con fuertes resonancias de nacionalismo y reformismo pequeñoburgués. A tal línea política, un balance acorde de las elecciones.

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Written by rolandoastarita

12/08/2019 a 16:21

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37 respuestas

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  1. Importante baldazo de agua fría para más de un militante deshonesto.

    Qué esperar de la economía luego del día de hoy, que muchos vaticinaron cómo un derrumbe sin precedente alguno?
    Saludo grande profesor

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    Ramiro

    12/08/2019 at 17:26

  2. me acuerdo de a fines de los 80 se decía «el peronismo agoniza bajo una montaña de votos»…. y pasaron 30 años y nada che.

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    Dante Avila

    12/08/2019 at 19:42

    • Y mucho antes se estaba con la misma cantinela. Veamos este pasaje: «…el desarrollo dialéctico de la situación llevará inevitablemente a los sectores obreros y populares del peronismo a posiciones coincidentes con la de los comunistas y a la asimilación paulatina de la doctrina marxista leninista». Victorio Codovilla, «El significado del giro a la izquierda del peronismo», Anteo, Buenos Aires, 1962.

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      rolandoastarita

      12/08/2019 at 22:55

  3. Rolo, ¿no se explica la reacción de los capitalistas en Argentina con la posibilidad de un impago de la deuda? Leí aquí que pusiste como ejemplo de Ponzi la contratación de deuda para el pago de intereses en Argentina hoy.

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    • Macri también está obligado a renegociar la deuda, o va al default. La desconfianza de los capitalistas, al menos de grandes inversores tanto argentinos como extranjeros parece ser más general. Por ejemplo, temor a que haya expropiaciones de empresas (aunque el kirchnerismo haya pagado fortunas por YPF, por caso); a medidas como fue la intervención K al Instituto de Estadísticas y Censos (se falsearon índices para pagar menos intereses de deuda); y cosas por el estilo. Personalmente pienso que Alberto Fernández va a «hacer buena letra» con el FMI y los inversores, pero ahora hay mucha desconfianza. La caída de los títulos argentinos y la disparada del dólar van a ejercer una presión muy fuerte, y objetiva, sobre el nuevo gobierno.

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      rolandoastarita

      12/08/2019 at 23:01

  4. «Tampoco se entiende por qué, inmediatamente después del triunfo de F-F, los precios de los bonos y acciones argentinas se derrumbaron, y el dólar aumentó más del 20% (al momento de escribir esta nota)»

    Hola Rolando. ¿Qué explicación das vos de esto?

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    Fran

    12/08/2019 at 23:58

    • Semanas atrás hablaba con un amigo que tiene conocidos en Londres que manejan fondos de inversión. Me decía que la idea generalizada entre los inversores era que un gobierno K aplicaría medidas como el cepo cambiario, expropiaciones, posibilidad de defaultear la deuda. Mi amigo explicaba que nada de eso parecía estar en la agenda de AF, pero no convencía. Cada vez más, dada la globalización de las finanzas, el capital impone sus exigencias vía las salidas bruscas de los mercados (lo que se llaman crisis sudden stop). Es lo que está ocurriendo en Argentina. Es muy probable que esta sea la base para terminar de profundizar «el ajuste» sobre salarios, jubilaciones, condiciones de vida.

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      rolandoastarita

      13/08/2019 at 08:39

  5. El punto 1 tiene algo de cierto. La clase obrera expresó su oposición al ajuste. También lo expresa en la huelgas y marchas. Pero se mantiene dentro de los límites de los proyectos burgueses, por lo q no le quedan demasiadas opciones.

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    Gus

    13/08/2019 at 00:52

    • Para mí no es prudente especular sobre lo que «la clase obrera» como bloque pueda llegar a querer cuando justamente una de las características de nuestra época es que la clase obrera no está organizada como clase. No tiene ni sus propios sindicatos ni sus propios partidos.

      Además, incluso como conjetura, la afirmación de que «la clase obrera votó contra el ajuste» me parece inconsistente. ¿Por qué no lo hizo ya en 2017? ¿Por qué eligió a Macri en el 2015?

      Tengo otra conjetura que proponer: hay un voto castigo al macrismo no por el ajuste (que mucha de la gente con la que hablo, incluso no macrista, percibe como necesario) sino por el fracaso en salir de la recesión. Y lamentablemente se apoyará activa y pasivamente el ajuste que vendrá en el próximo gobierno, si se tienen ilusiones que después de ese ajuste se reactivará la economía.

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      Ruben Tala

      13/08/2019 at 10:26

    • Coincido Ruben, del mismo modo que ahora se puede decir que la clase obrera se expresó en contra del ajuste, también se puede decir que en 2015 se expresó en contra de la inflación y la inseguridad (que es un síntoma de miseria y pobreza generalizada), aunque de modo más parcial, puesto que zonas claramente obreras apoyaron a Scioli, suponiendo lo que se venía con Macri (sin querer reconocer que con Scioli no hubiera sido muy diferente). Y sí, puede que haya de las dos cosas, es decir oposición al ajuste, y crítica por agravar la recesión. Como los obreros se mantienen dentro del marco poltítico burgués, no les va a quedar otra que seguir tolerando ajustes, aunque creo que el grueso va a tener una actitud más pasiva que activa. Y en todo caso, castigarán nuevamente con el voto en 2 años.

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      Gus

      13/08/2019 at 14:00

    • Rubén Tala: coincido.-

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      Mariano

      14/08/2019 at 10:32

    • » del mismo modo que ahora se puede decir que la clase obrera se expresó en contra del ajuste, también se puede decir que en 2015 se expresó en contra de la inflación y la inseguridad»

      Ok, sí, se puede decir del mismo modo. Para mí, equivocado.

      Estás presuponiendo un sujeto con una opinión uniforme, no hay manera de censar por qué vota cada quién ni tampoco creo que hayas hecho algún estudio basado en encuestas. Me parece una conjetura bastante compatible con la visión troskista, donde las masas siempre están en lucha y lo que hace falta es la táctica correcta para que superen a sus direcciones reformistas y se choquen contra la necesidad de la revolución socialista.

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      Rubén Tala

      14/08/2019 at 18:18

  6. Hola Rolo. Respecto al punto 5, la referencia a la crisis mundial es un ejemplo de los diagnósticos afiebrados de la izquierda o ya hay base para ese escenario económico? Desde que la guerra comercial amagó con transformarse en guerra de divisas parece que la prensa económica burguesa anda cada vez más pesimista.

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    • Para la mayor parte de la izquierda la economía mundial siempre está en crisis, o al borde de la crisis. Su enfoque básico es estancacionista (esto es, lo que prima es el estancamiento o «la descomposición de las economías capitalistas), y el crecimiento algo casi excepcional, y por lo general se lo explica por alguna razón exógena a lo propiamente económico (por ejemplo, «hubo crecimiento pero ficticio, a costa meramente de endeudamiento», etc).

      Con respecto a la situación actual, no se puede decir que la economía mundial esté en crisis. En 2017 el producto mundial creció 3,8%; en 2018 creció 3,6%; en 2019 3,2%. El FMI prevé un crecimiento de 3,5% en 2020. No son cifras de crisis. Sin embargo, es un crecimiento débil; la inversión se mantiene débil, también el aumento de productividad. En este marco se desarrollan además las tensiones y guerra comercial EEUU China. Son condiciones que pueden desembocar en una recesión a mediano plazo.

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      rolandoastarita

      13/08/2019 at 13:56

  7. Hola, Rolando!
    Cómo va!

    Veo que entre varios economistas se ha sembrado una especie de clima conspiranoico. Al parecer, el día de la devaluación (ayer), el BCRA comercializó algo que rondaba (más-menos) los 500 millones de USD’s. Según argumentan los economistas, días atrás se ha estado operando con la misma cantidad, para lo cual no encuentran explicación del porqué de la corrida y se lo atribuyen a «una voluntad abierta del gobierno de no intervenir». Alberto Fernádez ha dado esa explicación también, seguramente asesorado por su equipo. ¿Esto tiene algún tipo de razonabilidad o es sarasa? ¿Tenés alguna explicación alternativa?

    Desde ya, ,¡muchas gracias!

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    Ariel

    13/08/2019 at 14:16

  8. Sacar aproximadamente un 4% recurriendo al reformismo no tiene mucho sentido. Más cuando en Brasil Bolsonaro ganó reivindicando la dictadura del 64.

    ¿Por qué no aprovechar la campaña para hacer propaganda por el socialismo? Las personas están dispuestas a prestar oídos a discursos radicalizados y de hecho lo hacen. Sin embargo la izquierda, que podría tener, si fuera verdaderamente socialista, un discurso radical (de raíz) propiamente dicho, lava sus consignas a más no poder y vende humo.

    Creo que el gran triunfador de la izquierda este domingo fue JM de la TPR (¿sigue existiendo?) que desde que ganó Macri en 2015 viene diciendo que había que formar un Frente Único Anti-Macri. De hecho se lo vio en el bunker del Frente de Todos. Al menos la idea prendió en el PJ-K y sus variantes.

    Hoy La Nación mencionaba que si se sumaban los votos, que CFK y Massa habían obtenido en 2017 en la Provincia de Buenos Aires, daba casi el mismo resultado que lo que sacó Kicillof (aprox. 49,4%). Es así que de los reformistas de izquierda el ganador fue JM. De lo que se concluye que para ser un reformista efectivo en la Argentina hay que ser peronista o estar en el peronismo. La izquierda será revolucionaria o no será nada, o será peronista.

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    Lucas

    13/08/2019 at 14:28

    • Marino de hecho está en la lista de diputados de la pcia de Buenos Aires por el FDT, aunque en los últimos puestos.

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      Juan

      13/08/2019 at 18:39

    • Lucas, tu comentario ignora completamente la naturaleza bonapartista del peronismo. El que milita en él es porque de alguna manera está de acuerdo con su premisa nacional-clerical-restauradora (en el sentido que el rosismo le dá a este término). Si vos creés que el peronismo, en cualquiera de sus variantes es «reformista» (así, a secas), se entiende entonces tu propuesta inocua e inútil de radicalizar el discurso de la izquierda. En última instancia, coincidís con la tendencia altamirista de llamar a la rebelión popular, sin ningún análisis de la correlación de fuerzas y del desarrollo actual de la conciencia de clase en las mayorias populares. Es interesante lo que acaba de manifestar un personaje como Guillermo Moreno, refiriéndose a J.A.: «Todo troskista maduro termina en el peronismo». Parece que también te describe a vos. Saludos!

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      Mariano

      14/08/2019 at 11:11

    • Es increíble cómo el militante promedio de izquierda está entrenado en tergiversar las posiciones de los demás para luego discutir con la tergiversación.

      Hacer propaganda por el socialismo no es «llamar a la rebelión popular sin ningún análisis de la correlación de fuerzas y del desarrollo actual de la conciencia de clase en las mayorías populares».

      Hacer propaganda por el socialismo es explicar que la raíz de los problemas de las «mayorías populares» (¿por qué les cuesta tanto hablar de «clase obrera»?) es el capitalismo, y que no hay reformas posibles en el marco del capitalismo que puedan eliminar esos problemas. Eso implica abandonar las consignas socialdemócratas vendehumo propias del trotskismo (como impuesto a la banca, reducción del IVA, etc); lo que no significa por otra parte dejar de luchar por las reivindicaciones mínimas.

      Un discurso radical es aquél que va a la raíz del problema, no aquel que llama a inmolarse ante las balas del Estado. Eso es lo que le falta a la izquierda. La izquierda mezcla reformismo con luchismo. Es luchismo reformista.

      El estado de conciencia de las masas es responsabilidad de la izquierda que se dice revolucionaria pero que sólo hace campaña reformista y no socialista. Si nadie habla de socialismo, si nadie cuestiona de raíz al capitalismo, la conciencia de las masas no va a tener un interlocutor que la ayude a avanzar en la crítica radical. Todos le dicen que se puede hacer un capitalismo más humano. Desde el trotskismo al peronismo. Todos proponen reformismo.

      Ahora bien, proponer reformismo, como hace el trotskismo vernáculo, es proponer gestionar el capitalismo argentino. Los más efectivos en gestionar el capitalismo argentino han sido los peronistas porque son quienes han tenido más capacidad para encuadrar las demandas inmediatas de la clase obrera. De ahí que no tiene sentido hacer campaña reformista por un 4% de votos.

      Dejen de escudarse en el supuesto estado atrasado de la conciencia de las «mayorías populares». Por favor, háganle honor al bueno de León Trotsky que ya en su conocido trabajo «Clase, partido y dirección» criticó a quienes se escudaban en ese supuesto estado de conciencia para justificar el abandono de posiciones revolucionarias.

      ¿Qué es eso de la «naturaleza nacional clerical restauradora en el sentido rosista»? ¿Cómo el rosismo puede darle la impronta al peronismo si existió 100 años antes? ¿No será que en sus inicios el peronismo pudo haber buscado una mística rosista para fundamentar un discurso de legitimación de algún modo popular, lo que no quiere decir que eso sea cierto?

      Buena parte del feminismo argento apoya a la variante peronista (no es ni clerical ni restauradora), un sector de la colectividad judía argentina, aunque minoritario, apoya a la variante peronista (no es ni clerical ni restauradora).

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      Lucas

      15/08/2019 at 12:35

    • Ah ok, Lucas. Es evidente que hablamos desde experiencias distintas. Tengo casi 60 años, fui delegado sindical en mi lugar de trabajo cuatro mandatos consecutivos, electo por la mayoría de mis compañeros. No milito en la actualidad en ningún partido y no coincido con muchas de las cosas que salen del FIT, pero lo seguiré votando porque es -por ahora- la única posibilidad de recuperar lo que es una perspectiva socialista para nuestro país. Es desde ahí que hablo, por eso empecé mencionando la naturaleza bonapartista del peronismo, cualquier otro análisis sobre el populismo argento que ignore este principio está frito, como el decir que la impronta peronista está marcada por la composición social de sus integrantes (!!??). Si vas a hacer propaganda socialista desde ahí, puedo imaginarme las carcajadas de tu auditorio «obrero». La única posibilidad de provocar un cambio en la conciencia de los trabajadores es empezando por recuperar el lenguaje de clase, esto es, nombrar a «los capitalistas» como lo que son: BURGUESÍA. Y haciéndoles ver a nuestros compañeros trabajadores como lo que realmente son: ASALARIADOS. Es así de básico, como el ABC en la escuela primaria, y esto no tiene nada de propaganda, es pura teoría en acción.

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      Mariano

      16/08/2019 at 11:33

  9. hola Rolo que pensas de esta ultima subida del dolar y de su acentuacion cual crees que seran las politicas del gobierno y de el próximo de F F para que la inflación no se les vaya de las manos?

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    smolnybolche

    13/08/2019 at 16:31

  10. ¿ que le merece las medidas propuestas por el fit? https://www.laizquierdadiario.com/La-izquierda-propone-tres-medidas-urgentes-para-enfrentar-el-robo-de-los-banqueros-y-los-grandes retrotraer las tarifas a 2016 es vender humo descaradamente, en otros medios salieron a pedir control de cambios e impuestos a la renta.

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    ivanpablovsky

    13/08/2019 at 17:17

    • Plantean volver las tarifas al nivel de 2016. Creen que los precios se establecen a voluntad por decretos del Estado capitalista. ¿Por qué no establecer las tarifas al nivel de 2010, por ejemplo? ¿O el precio del pan a nivel de 2016? ¿Y la carne? ¿Y el dólar? Y ya que estamos firmando decretos, ¿por qué no suprimir por decreto el sistema de trabajo asalariado?

      Lo mismo con los salarios siguiendo la inflación. En Argentina ese tipo de indexación ya ocurrió, desembocando en hiperinflaciones; con resultado de estas, los salarios en términos reales siempre terminaron más bajos. Son todos remiendos, curanderismo social de la peor especie (ni a Proudhon se le ocurrían estos disparates). A veces pienso que esta gente ha perdido la brújula por completo.

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      rolandoastarita

      13/08/2019 at 19:44

    • Yo no seria tan pesimista, el PTS (la izquierda diario) tiene un sector muy importante que ya hace algunos años que coquetea con ideas tipo keynes (obra publica para reactivar) etc. No lo veo tan claro en el PO, el desabarranque de Pitrola, no creo que haya sido por el hecho de vender humo para ganar votos, sino simplemente porque opina sobre lo que no sabe. Lo de el pts es grave , ya que hay sistemáticamente planteos demagogicos y «simbiosis» con ideas ajenas al marxismo. Sin embargo la pasividad , de los otros sectores del fit es para destacar.
      La indexacion es un parche util en tanto se haga en plan economico de conjunto. Lo de la nota es un consignismo vacio, una venta de humo.

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      ivanpablovsky

      14/08/2019 at 13:29

  11. Rolo, coincido completamente con el balance, pero me gustaría, sobre todo, rescatar el siguiente párrafo:

    «Para que cambie la correlación de fuerzas entre el capital y la clase obrera, lo que debiera producirse es una ruptura, en algún grado significativo, de la clase obrera con los aparatos de la burocracia sindical y el control político de los partidos de la burguesía, el peronismo en primer lugar.»

    Creo que en este párrafo está el quid de la cuestión, y sobre el que deberíamos poner la atención y enfocar la discusión cuanto antes: cómo lograr esa ruptura a la que haces referencia?

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    Martín

    13/08/2019 at 18:38

    • Me parece importante destacar que la ruptura de la clase obrera con el peronismo, y con las direcciones sindicales burocráticas, no se va a conseguir con alguna maniobra táctica, ni con alguna consigna milagrosa, como parece creer buena parte de la izquierda. Máxime con el peso negativo de las experiencias con los regímenes stalinistas; más desastres que defiende la izquierda, como lo de Venezuela. Habría que reorientar el trabajo hacia los tres planos que recomendaba Engels: las luchas económicas, las políticas y la lucha ideológica. La lucha económica habría que llevarla a cabo teniendo en cuenta los consejos de Marx en «Salario, precio y ganancias». La distinción y la crítica del nacionalismo debería estar en primer plano. Y apostar a un trabajo de largo plazo.

      La primera tarea es ganar a las ideas del socialismo y del internacionalismo a la vanguardia. Entiendo por vanguardia a los activistas, la gente más dispuesta a la lucha e interesada en la política. Es necesario revisar la idea de que se acumulan fuerzas llamando permanentemente a la lucha. En fin, es un cambio de enfoque global lo que planteo. Sé que nado contracorriente, pero no veo otra salida.

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      rolandoastarita

      13/08/2019 at 19:51

  12. Voy a seguir votando al FIT, pero viejo, haciendo análisis son de madera, según los partidos que componen el frente estamos siempre ante una crisis capitalista y una revolución…

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    Martín

    14/08/2019 at 08:56

  13. »según los partidos que componen el frente estamos siempre ante una crisis capitalista y una revolución»…
    Lo dicen, precisa y exclusivamente, para hacer creer a la población y a ti que ellos estan haciendo bien su trabajo pero »solo falta un poco» para terminarlo y, por tanto, debes seguir pagandoles (via impuestos y Presupuestos del Estado) y debes seguir votandoles.Lo consiguen.

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    antonio

    14/08/2019 at 10:54

  14. Astarita
    Estoy totalmente de acuerdo con usted, pero el resultado es mejor que haya ganado Fernández a que lo hiciera Macri, no cree usted???. Si Hitler no hubiese llegado al poder cuando lo hizo, nos hubiese ahorrado 50 millones de muertos. Por lo menos hay que reconocerlo. Dicho esto suscribo su opinión 500%.
    Un saludo desde España

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    Ramón

    14/08/2019 at 19:00

    • Pero Macri no es Hitler, ni Cambiemos el partido nazi. Los reemplazos Fernández por Macri; Menem por Alfonsín; De la Rúa por Menem, etcétera, son cambios dentro de un régimen democrático capitalista. ¿De dónde saca usted que en Argentina, en los últimos cuatro años, hubo campos de concentración y genocidio?

      Sinceramente, no puedo entender cómo se afirman cosas así, es banalizar lo que fue el régimen nazi. Ni siquiera se puede decir que lo de Macri se haya asemejado a la dictadura de Videla, o algo semejante. Un marxista debe poder distinguir un régimen democrático burgués de un régimen dictatorial, o nazi, o fascista. Ustedes en España no pueden afirmar que el gobierno del PP, por caso, es similar al régimen franquista.

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      rolandoastarita

      14/08/2019 at 22:59

  15. Rolando, excelente analisis. En mi caso, cuando indago esta cuestión creo que el problema central del trotskismo argentino no es en si su programa sino su diagnostico. Los errores de diagnostico lo llevan a elegir las estrategias equivocadas -coqueteo constante con la base kirchnerista a mi juicio- por cuestiones como actuar como si el siglo 20 no hubiese ocurrido deformando radicalmente la concepcion de las masas sobre el socialismo. Hasta que el trotskismo no quiera hacer este revisionismo el dialogo con ellos es inconducente. De todas formas, leyendo lo que aqui se comenta creo que somos unos buenos cuantos quienes compartimos su vision, por lo que el dia de mañana espero logremos organizarnos politicamente. Un saludo

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    Edu

    15/08/2019 at 15:03

    • Edu. Completamente de acuerdo. Debemos organizarnos para la acción política. El marxismo no es opinión sobre la realidad, es intervención y modificación de la realidad. ¿una tarea a la altura de nuestras posibilidades, nuestra particular correlación de fuerzas?; ¿un estudio estadístico entre los votantes de «izquierda?, ¿apoyo y difusión a las tesis fundamentales de Astarita, en especial aquellas que lo diferencian del resto de la izquierda argentina (luchismo, crisis permanente, etc)?
      El hecho (indudable ¿?) de que un 4% de los votantes corresponde a un voto “duro”,capital político de izquierda, plantea el fracaso de tender puentes electoralistas a sectores medios, y abre la posibilidad de una agitación marxista no diluida, sino que directa, del tipo: “argentino, que el patrón no coma más de tu miseria”, “no es el FMI el culpable, es la patronal argentina”, “no al acuerdo nacional patronal con el FMI”.

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      Cesar Hormazabal Fritz

      19/08/2019 at 13:03

  16. Buenas Rolando, ¿qué opina del economista Juan Carlos de Pablo?

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    Walter

    16/08/2019 at 00:56

    • No tengo una opinión particular. Esto es, al margen de lo que opino sobre la teoría neoclásica, a la que adhiere de Pablo. Tal vez el matiz de diferencia con muchos otros economistas es que se trata de una persona muy culta, domina una amplia literatura económica.

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      rolandoastarita

      16/08/2019 at 08:06


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