Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Nahuel Moreno y las revoluciones “de contenido socialista”

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En una nota de 2011, “Conquistas democráticas y críticas trotskistas” (aquí), sostuve que el dirigente trotskista Nahuel Moreno planteaba que los avances democráticos que se obtuvieron en la mayor parte del siglo XX fueron conseguidos por revoluciones democráticas por su forma, pero de contenido socialista. Para aquellos que no lo sepan, Nahuel Moreno (1924-1987) fue el principal dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores, antecesor del Movimiento al Socialismo, de Argentina. Además, influenció a una franja del movimiento trotskista internacional (principalmente en América Latina).

Pues bien, un lector envió un Comentario al blog acusándome de mentir. Mi crítico escribió: “Nahuel Moreno no afirma que las reformas conseguidas a través de revoluciones sociales sean revoluciones socialistas. Las caracteriza como revoluciones democráticas que no van contra la propiedad privada de los medios de producción, pero que llevadas a fondo pueden transformarse en revolución socialista”.

Me interesa aclarar esta cuestión, no solo porque es fuente de confusión en los análisis políticos, sino también porque alienta una concepción pragmática y “luchista” en los partidos marxistas. Empiezo citando los pasajes que respaldan mi afirmación de la nota anterior citada.

Los textos

La idea de que en el siglo XX hubo muchas revoluciones “de contenido socialista” fue desarrollada por Nahuel Moreno en los últimos años de su vida. El texto fundamental en este sentido es Las revoluciones del siglo XX (Buenos Aires, Antídoto, 1986). Para ubicar el problema, recordemos que Lenin y los bolcheviques habían caracterizado a la Revolución rusa de Febrero de 1917 como una revolución burguesa. Burguesa porque, a pesar de que los obreros y soldados habían sido los protagonistas de la caída del zarismo, se habían impuesto un gobierno y un programa burgueses. Esto es, el carácter de clase de la revolución se definía por la dirección y el programa que se imponía. Era el mismo criterio con el que Marx y Engels habían definido a la revolución parisina de febrero de 1848 como una revolución burguesa (democrática, pero burguesa); de nuevo, a pesar de que la fuerza combatiente en la insurrección habían sido los trabajadores y el pueblo bajo de París.

Pues bien, Nahuel Moreno modificó ese criterio. Refiriéndose a la Revolución de Febrero de 1917, sostuvo que si bien era democrático-burguesa por la tarea que había cumplido (la derrota del zar para instalar un régimen democrático burgués), sin embargo: a) era parte de la revolución socialista internacional; b) era parte de la revolución socialista en Rusia porque el zarismo en gran medida era el poder de la burguesía; c) también era parte de la revolución socialista porque al zar lo había derrotado la clase obrera; d) era socialista porque la ponía a la orden del día la revolución socialista, única manera de solucionar los problemas de los trabajadores. Sin embargo, las masas no eran conscientes de esee contenido socialista (véase Las revoluciones… p. 38).

En consecuencia, qué dirección y programa se habían impuesto, pasaban a segundo plano, para poner la atención en “forma democrático burguesa pero contenido socialista”. En palabras de Moreno: “La revolución política de febrero [es] democrática burguesa en cuanto a su forma, socialista en su contenido” (p. 43, ibid.; énfasis añadido). La misma idea la encontramos en una escuela de cuadros del Partido, que dictó Moreno en 1984 (a la que nos referimos con más extensión infra). Escribe: “…por el carácter de clase del que hace la revolución [de febrero de 1917], y por la tarea que cumple —que en gran medida es anti burguesa, porque derrota a un régimen burgués—, es una revolución socialista, aunque sus objetivos sean democrático burgueses. (…) Pero ni la dirección de las masas ni las masas son conscientes de que es una revolución socialista; creen que es una revolución democrático-burguesa. Por eso es inconsciente” (p. 70).

Con lo cual Moreno abría el camino para hablar de revoluciones “de contenido socialista” (o “revoluciones inconscientemente socialistas”) a troche y moche, por todos lados y en todo lugar. Siempre que en los levantamientos participaran las masas trabajadoras, y enfrentaran al Estado, o alguna facción de la burguesía, la revolución tendría “un contenido socialista”. Por eso, Moreno habla de las revoluciones “abortadas”, que “no alcanzaron ningún logro socialista y se estancaron en una revolución política, que solo dio lugar a un régimen democrático burgués… Aparentemente, solo son revoluciones democráticas, nacionales, que triunfaron. Pero no es así porque… debajo de ese proceso lo que está en curso es una revolución socialista, aunque se exprese en una primera etapa como una revolución democrática o colonia” (Las revoluciones… p. 82; énfasis agregado). También se refiere a las “revoluciones parecidas a las de febrero”, como las de Francia e Italia en la inmediata posguerra, donde se derrotó al fascismo y se barrió al ocupante nazi. Dice: “Al decir parecidas a febrero aludimos al hecho de que fueron revoluciones socialistas [nótese, aquí directamente las califica de “socialistas”] que empezaron con un gran triunfo democrático” (p. 64, ibid.; énfasis añadido). Pero había más “revoluciones de contenido socialista”: la boliviana de 1952; la iraní que derrotó al Sha; la portuguesa de 1974; la española de 1931 y varias en América Latina “del mismo tipo” (p. 65). Entre estas últimas, Argentina 1982-3: según Moreno, la caída de la dictadura se había producido mediante una revolución “política, democrática”, del mismo tipo que la revolución rusa de febrero de 1917, o la revolución española de 1931 (véase pp. 19-20).

Las mismas ideas están contenidas en Escuela de cuadros: Argentina 1984 (ediciones El Socialista, 2015), a la que hice referencia más arriba. Así, con respecto a China Moreno sostiene que sacar al imperialismo y dar la tierra a los campesinos “ya es socialismo, ya es revolución socialista” (pp. 7-8). Luego: “Si hay un proceso de revolución democrática, esa revolución va a ser socialista por su propio contenido” (p. 8; énfasis añadido). Más abajo: “… la revolución democrática es anticapitalista y se combina de tal manera con la revolución socialista (p. 18; énfasis añadido). Luego: “… las revoluciones democráticas hoy en día son anticapitalistas y antiimperialistas, … (p. 18; énfasis añadido). También afirma que la revolución cubana que derrocó a Batista, o la nicaragüense que acabó con Somoza fueron “inconscientemente anticapitalistas” (p. 19). Más abajo habla de “la revolución democrática entendida como inconscientemente socialista” (p. 18). En p. 59 sostiene que la revolución democrática es más socialista que nunca. Luego, afirma que la revolución alemana que derriba al Kaiser, en 1918, “(e)s profundamente socialista, y la abortan los partidos que dirigen a las masas, que impiden que se transforme en una revolución socialista triunfante, aunque es socialista” (p. 72).

Espontaneísmo y “luchismo” oportunista

Aunque no lo puedo desarrollar aquí, quisiera dejar señalado que la tesis de “revoluciones de contenido socialista” alimenta el espontaneísmo, rebaja el rol de la teoría y de la crítica, e induce a la despolitización. Es que la idea de un “contenido socialista objetivo”, por fuera de las convicciones ideológicas de las masas, alimenta la creencia de que es suficiente con fomentar las luchas para acentuar el “contenido socialista”, que, en su debido momento, hará estallar por los aires “la forma burguesa”. Como si esa forma – programas, orientación política, ideología – no tuviera espesor propio, ni fuera esencial para el contenido. De ahí el “agitativismo luchista”, la idea de que basta con ser un buen y consecuente sindicalista; estar a la vanguardia de  los enfrentamientos con las fuerzas represivas; y tener slogans “de impacto” en las campañas electorales, para que el “contenido socialista” transforme, objetivamente, las formas políticas, y las masas adhieran al socialismo; o desemboquen en la revolución. Una idea contra la cual, ya hace muchos años, Lenin presentó argumentos convincentes (véase el folleto ¿Qué hacer?).

En definitiva, y lo que deseo resaltar ahora, es que no hay nada de inocente en el desplazamiento de la centralidad de los programas y direcciones políticas burguesas, las cuales se impusieron, una y otra vez a lo largo de la historia, en movimientos revolucionarios, sublevaciones populares, y similares. Es que la concepción espontaneísta empuja, en última instancia, a adaptaciones oportunistas frente a las “formas políticas”, sentenciadas como insustanciales frente al “contenido”.  La concepción opuesta, basada en el materialismo histórico, pone el acento en la lucha política e ideológica, en el “arma de la crítica”, y en educar en que, cuando las masas ponen los muertos y la burguesía pone el programa, no hay “contenido socialista” que valga. Simplemente hay renovación del dominio –en contenido y en forma– de la clase explotadora. Hay que decirlo de frente, sin medias tintas ni fraseología consoladora.

Descargar el documento: varios formatos siguiendo el link, opción Archivo/Descargar Como: Nahuel Moreno y las revoluciones “de contenido socialista”

Written by rolandoastarita

30/07/2019 a 16:40

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9 respuestas

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  1. Honestamente, nunca he leído a N. Moreno, pero teniendo en cuenta la evidencia textual presentada aquí por Rolando, y a la vista de la práctica política de cierta izquierda con origen en dicha escuela, que se condice claramente con lo que aquí se critica, desde ya opino que calificar a la revolución de febrero como una de contenido socialista es un disparate. La revolución de octubre fue, parafraseando al Lenin de los cuadernos filosóficos, precisamente la transformación socialista del contenido (burgués) del proceso revolucionario, y, consecuentemente, el abandono de la forma democrática-burguesa de dicho proceso. Pero para dicha transformación fue menester no solo la sustitución de la dirección burguesa al frente del proceso revolucionario, sino también el cambio revolucionario del programa y la orientación de clase de la política económica correspondiente. En definitiva, la actividad consciente de la tríada partido, clase y dirección. Considero una interpretación mecanicista de la teoría de la revolución permanente de Trotsky -que no viene al caso discutir aquí- por parte de Moreno, como la base de la idea de las revoluciones de «contenido socialista». La participación de la clase obrera en determinados acontecimientos de la política nacional, no tiene per se ningún contenido socialista, si no hay avances significativos en la conciencia de clase y en la organización políticamente independiente del proletariado.

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    luisgac

    30/07/2019 at 22:21

  2. Profesor, quisiera saber si tiene algun posteo con lecturas recomendadas para introducir principiantes adolescentes al pensamiento de izquierda.Y también que otros blogueros recomienda/sigue.
    Muchas gracias lo felicito por el blog

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    Michael Parenti

    01/08/2019 at 01:07

  3. Habría que preguntarle a las mujeres iraníes si la revolución iraní fue democrática para ellas, si tienen más o menos libertades que cuando el Sha. Por eso de lo que decía Marx que el nivel de emancipación de las mujeres daba la pauta del nivel de emancipación de la sociedad en general. Recomiendo la película animada Persépolis sobre la cuestión.

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    Lucas

    01/08/2019 at 13:50

  4. En los textos sobre el «entrismo» se parte de una confusión por más justa que sea la crítica a esa táctica. El 95% de los t rotskistas del mundo entero como tantas otras cosas de la obra de Trotsky, no la han entendido. Se trata de ser miembros de los grandes partidos de origen obrero, más no porque haya sectores que estos evolucionen hacia «la izquierda». Es porque en toda situación revolucionaria, cuando miles o millones deciden intervenir en la lucha de clases van hacia los partidos que conocen y no hacía los que no conocen. Es una oportunidad para los t rotskistas que son minoría abrir la discusión sobre conque programa deberían gobernar las grandes organizaciones obreras. Se trata de agrupar gente alrededor de ese programa. Que pasará después es otra historia que ya no depende de los t rotskistas. El entrismo en organizaciones nacionalistas burguesas como el PSUV de Venezuela o en el peronismo son casos particulares más no responden a la Ley de todas las revoluciones, que miles o millones van hacia las organizaciones de masas que conocen, no hacía las que no conocen

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    Ariel Quiroga

    02/08/2019 at 04:02

  5. Si, estamos de acuerdo, lo que hace Moreno es una revisión de lo que hace el marxismo para caracterizar todo fenómeno historico. Un ejemplo: los PC y los PS fueron caracterizados por Lenin como «obrero-burgueses», por su origen de clase y por su política. Si una «revolución de febrero» es hecha por la clase obrera y su programa y el gobierno que conquista es burgués es absurdo caracterizarla como «inconcientemente socialista». Es una revolución burguesa y punto. Y el peronismo es «obrero-burgues»? Ha tenido origen en la clase obrera o en una institucion de la burguesía, el Ejército? La respuesta es obvia. Lo mismo para el PSUV de Venezuela

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    Ariel Quiroga

    02/08/2019 at 04:39

  6. Creo que es más complejo lo que plantea Moreno. El caracter de esos procesos es «Inconcientemente Socialista» porque es un Proceso objetivo sin un partido revolucionario a la cabeza. El partido revolucionario, Socialista y con centralismo democrático para la toma del poder es el que transforma en conscientemente socialista a esa revolución. Hay procesos que se dan de manera inconsciente con o sin un partido y pueden arrancar grandes conquistas y hasta pueden lograr expropiar (ejemplo Cuba o China). Pero si no tiene un partido revolucionario a la cabeza que lleve adelante una revolución consciente, eso retrocede y para poder solucionar los problemas objetivos que producen el capitalismo (aunque sea de manera parcial) van a haber nuevos procesos revolucionarios, que si siguen dándose sin un partido q lo dote de consciencia, van a haber procesos cómo esos de manera recurrente por la misma crisis q provoca el capitalismo. Entiendo el debate, pero, y lo digo respetuosamente, creo que es mucho más complejo lo que dice Moreno.

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    Francisco

    03/08/2019 at 00:31

    • No entiendo la afirmación «más complejo». ¿»Más complejo en relación a qué? En la nota reproduzco textualmente lo que dice Moreno, a saber: que una revolución tipo febrero ruso 1917 tiene un contenido socialista, definido por las masas que se movilizan, por el Estado y régimen que enfrentan, y por el hecho de que los problemas fundamentales de las masas solo tendrían solución en el socialismo. De manera que pregunto: ¿qué es «lo más complejo»?

      Por favor, tratemos de no embarrar la cancha. La diferencia en el método, o criterio, para definir el carácter de clase de una revolución, con respecto al marxismo clásico, es clara. Con el criterio de Moreno (literalmente citado en la nota), Marx y Engels debieron haber caracterizado a la Revolución de febrero de París como una revolución «de contenido socialista», a pesar de su forma burguesa. No lo hicieron. El acento estuvo puesto en el carácter burgués de esa revolución. Lo mismo puedo decir de la caracterización de Lenin de la Revolución de febrero de 1917. Ojo, no estoy afirmando con esto que se deba adherir al criterio de Marx, Engels o Lenin, contra el de Moreno, por una cuestión de «autoridad intelectual». Solo estoy planteando que se entienda que hay un cambio, y que el mismo es importante. Por algo Moreno escribió tanto sobre las revoluciones que llamó «de febrero». Él era consciente de que estaba introduciendo ese cambio. De manera que su análisis no se distingue del de Marx o Lenin por ser «más complejo», sino por ser distinto.

      Por otra parte, me doy cuenta -con lo que escribe usted, con el comentario anterior que respondo en la nota- que vale la pena volver sobre estos escritos de Moreno. Después de todo, buena parte de las organizaciones trotskistas siguen adhiriendo a estas ideas. En particular, voy a escribir una nota sobre su tesis del estancamiento y decadencia del capitalismo a partir de 1918. La tesis de Moreno de las revoluciones «de contenido socialista pero burguesas en su forma» tiene un soporte en la idea del estancamiento secular.

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      rolandoastarita

      03/08/2019 at 09:00

  7. Las Revoluciones de Nahuel Moreno.
    Si se utilizase, aunque solo fuese un mínimo, el concepto de estructura economica( esa estructura que domina y determina al resto de superestructuras: política, ideológica, social , religiosa,etc..) Concepto de estructura económica descubierto y teorizado por K. Marx , concepto que es hoy es un paradigma ‘real’ ,aunque no lo sea proclamado oficialmente, de todas las escuelas de pensamiento económico, mainstream o no, y estructura que es una evidencia empírica medible y cuantificable, objetiva y materialmente, al céntimo, quizás si se encontraría una respuesta al misterio de las revoluciones “de contenido socialista pero burguesas en su forma” de N. Moreno. Y quizás sería suficiente con una sola pregunta: ¿esas revoluciones traspasaban la propiedad privada de los medios de producción a una propiedad social. Propiedad social, además, con mando, dominio y control de sus trabajadores?. Va a ser, sospecho, que la respuesta a esa pregunta incomoda y de fácil verificación da que pocas o ninguna de esas revoluciones de N. Moreno se acercaban siquiera al socialismo. La estructura económica y la propiedad de esa estructura, es decir si se amplia esa propiedad o no, si se amplia el número de propietarios con mando y control sobre ella o no, es lo que determina el carácter socialista.
    Saludos,

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    antonio

    03/08/2019 at 10:19


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