Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

FMI, deuda externa y consignas transicionales

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Un lector del blog preguntó, en la sección Comentarios, si la consigna del Frente de Izquierda, “ruptura total con el FMI”, en el actual contexto, es de tipo transicional. Las consignas transicionales son aquellas que, en principio, impulsarían a las masas trabajadoras a avanzar en transformaciones socialistas, ya que no se pueden conseguir en el sistema capitalista. Por ejemplo, el control obrero de la producción es inaplicable en las condiciones normales del modo de producción capitalista. Solo se puede efectivizar en un sentido revolucionario en una situación revolucionaria, o con la clase obrera en el poder; si no existen estas condiciones, el control obrero es mera colaboración –vía alguna burocracia sindical- con la clase capitalista y el Estado.

Pues bien, nada indica que la demanda de ruptura con el FMI sea, en sí y por sí, una medida transicional. Un país se puede retirar del Fondo sin que para ello sea necesario transformar en algún sentido profundo las relaciones de propiedad existentes. Más aún, un país podría retirarse del FMI y continuar siendo, sin embargo, dependiente del crédito internacional. Por ejemplo, si padeciera déficits en su balanza de pagos –déficit en su cuenta corriente, salida de capitales, pérdida de reservas internacionales- estaría subordinado a las exigencias de los prestamistas, estuviera o no adherido al FMI. En ese marco, lo menos que se puede decir es que la mera salida del FMI no aportaría gran cosa a la solución de los problemas económicos.

Tampoco el no pago de la deuda es transicional

Precisemos también que la exigencia del no pago de la deuda externa tampoco es, en sí misma, una demanda transicional. De hecho, a lo largo de la historia, han sido muchos los países que dejaron de pagar sus deudas, sin que ello haya impulsado transición alguna al socialismo. En una nota anterior (aquí), cité el trabajo de Reinhart y Rogoff, “This Time is Different: A Panoramic View of Eight Centuries of Financial Crises” (NBER, abril, 2008), que muestra la recurrencia de defaults de deudas externas. Entre otros datos: “… desde su independencia al 2006, Argentina defaulteó 7 veces; Brasil lo hizo en 9 oportunidades; México en 8; Venezuela en 10. México, Perú, Venezuela, Nicaragua, República Dominicana y Costa Rica estuvieron en cesación de pagos o reestructurando aproximadamente el 40% de los años transcurridos desde que lograron la independencia hasta 2006. En el siglo XIX España defaulteó 7 veces; es el récord, pero Austria lo hizo 5 veces. Grecia 5 desde 1829, pero más del 50% de los años estuvo en default o reestructurando”.

La realidad es que los defaults están en la lógica de toda crisis capitalista: “… las fases alcistas son seguidas por crisis de sobreproducción, con violentas caídas de los precios y los valores. La acumulación de deudas por parte de los gobiernos, y su posterior liquidación violenta, no es ajena a esta dinámica. Es que los defaults de las deudas externas de los gobiernos forman parte de las desvalorizaciones de capitales, que acompañan toda crisis (lo que Marx llamaba las ‘revoluciones de los valores’). El repudio de las deudas o su pago con moneda envilecida, son las vías por medio de las cuales se realizan esas desvalorizaciones. Por esto también, en determinado punto, los representantes del establishment económico admiten que la única salida para restablecer la acumulación del capital pasa por el default y la reestructuración de las deudas” (ibídem).

Una consigna no es “en sí y por sí” transicional

En todo lo anterior lo más importante es entender que una consigna, por sí sola, no es transicional. Esta cuestión la explicó en su momento Engels, en crítica a Heinzen, un izquierdista que exigía la aplicación de medidas de transición al socialismo. En oposición, Engels señaló que se trataba de medidas imposibles de lograr en una situación pacífica, de dominio normal de la burguesía (véase aquí). Y si se intentaba aplicarlas en esas condiciones, se transformaban en quimeras, propias de esos reformadores sociales que buscan cambiar a voluntad las relaciones económicas. En otros términos, pasan a ser absurdos lógicos –en particular, es un absurdo lógico exigir al Estado burgués que aplique medidas de transición al socialismo.

La idea más importante es que las medidas del programa de transición –control obrero, reparto de horas de trabajo hasta acabar con la desocupación, obligación de trabajar, etcétera- no tienen un carácter transicional “en sí y por sí”, esto es, separadas del resto de medidas. Esta cuestión fue explicada por Marx y Engels en El Manifiesto Comunista, donde presentan un programa de tipo transición a ser aplicado por un gobierno revolucionario. Cada consigna, en sí misma, es insuficiente e insostenible: “…desde el punto de vista económico parecerán [las medidas transicionales] insuficientes e insostenibles, pero que en el curso del movimiento se sobrepasarán a sí mismas y serán indispensables como medio para transformar realmente todo el modo de producción”. Por eso años más tarde Marx desestimaría la política de un reformador social estadounidense, Henry George, quien exigía que la renta de la tierra fuera pagada al Estado. Marx planteó que se trataba de una medida transicional del tipo de las contenidas en el Manifiesto Comunista, pero que tomada de forma aislada, solo era una panacea de los economistas burgueses radicales (véase carta a Sorge, 20 de junio de 1881).

Pues bien, este criterio se aplica a las relaciones de Argentina con el FMI y la deuda externa. La ruptura con el FMI y el no pago de la deuda externa, para adquirir un carácter progresista –o sea, favorable a la clase obrera- deben estar articuladas con toda otra serie de medidas radicales. Por ejemplo, es imposible decretar un cese del pago sin que haya fuga de capitales; la cual debería ser enfrentada con medidas más radicales; pero para ello se necesita poder; con lo cual volvemos a encontrarnos con el argumento que Engels oponía a Heinzen: si no hay poder revolucionario capaz de aplicar de manera articulada el programa, todo queda a mitad de camino… y prepara la vuelta a la situación anterior.

En este punto, precisemos también que incluso dentro de un eventual marco revolucionario, un gobierno socialista puede verse obligado a negociar las condiciones del pago, al menos parcial, de la deuda; como estuvieron dispuestos a hacerlo los bolcheviques con sus acreedores, en 1922, en la reunión internacional de Génova. Esto es, la progresividad de la medida siempre debe evaluarse en relación a los objetivos que pueda plantearse una revolución triunfante, en una situación concreta determinada (véase también la crítica de Lenin a los ultraizquierdistas en “El izquierdismo, la enfermedad infantil del comunismo”). Todo lo demás es palabrerío hueco (o exaltación del nacionalismo burgués reformista). Hay que decirlo con todas las letras: el default de la deuda por parte del Estado burgués no encierra, en  sí, carácter socialista alguno. Son simplemente idas y vueltas para renegociar con los acreedores y sostener la continuidad de la explotación del trabajo.

Por último, y como hemos señalado en otros escritos –particularmente en “Crítica del Programa de Transición”- es necesario distinguir el programa mínimo y el programa máximo. El programa mínimo reúne las demandas que, en principio, se pueden obtener sin cuestionar la relación de explotación capitalista. Por ejemplo, la exigencia de aumento salarial, mejora de condiciones laborales, ampliación de libertades democráticas. El programa máximo condensa los objetivos, la abolición de la propiedad privada del capital en primer lugar. Esta distinción –que está en la tradición del movimiento socialista- cobra especial relevancia en períodos de retroceso, a nivel global, de la clase obrera y de las ideas del socialismo.

Descargar el documento: varios formatos siguiendo el link, opción Archivo/Descargar Como: FMI, deuda externa y consignas transicionales

Written by rolandoastarita

02/05/2019 a 10:36

24 respuestas

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  1. Hernan Buchi, ministro de Hacienda (1985-1989) de Pinochet, llevo las negociaciones con el FMI. La situacion social y politica en el pais de esos años (1980-1986) provoco grandes jornadas de protestas, y determino la inviabilidad del completo ajuste fiscal solicitado por el FMI. Ese fue el principio del fin para Pinochet y la causa de que la embajada norteamericana apoyara fuertemente la transicion democratica… las dictaduras ya no eran buenos pagadores de deuda

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    Cesar Hormazabal Fritz

    02/05/2019 at 13:34

  2. Excelente lo de Henry George, sólo que insuficiente: lo que es necesario es la nacionalización de la tierra, como proponían Walras y Gesell.

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    CV

    02/05/2019 at 14:27

    • Es cierto que HG no planteaba la nacionalización de la tierra, pero su programa proponía aplicar un impuesto a la tierra que, en sus consecuencias, equivaliera a la abolición de la propiedad privada de la tierra. Esto porque su objetivo era que la renta de la tierra (se entiende, la renta diferencial) fuera a parar a manos del Estado; y en su visión, en consecuencia, a manos de la sociedad. Al ponerse impuestos sobre la tierra, la sociedad recapturaría la renta. Su programa entonces era «confiscar la renta», no la tierra. De todas maneras, en algunos países europeos su movimiento dio lugar a la demanda de nacionalizar la tierra.

      En cuanto a la cuestión que se discute en la nota, la nacionalización de la tierra, tomada en sí misma, tampoco es una medida «transicional». Como bien señala, Walras pensaba que debía abolirse la propiedad privada de la tierra para permitir el libre mercado. Ricardo, por su parte, pensaba que si se aboliera la propiedad privada de la tierra, se favorecería el desarrollo capitalista. Y Lenin, cuando discute el programa agrario de la socialdemocracia rusa, en 1905, señala repetidas veces que la nacionalización de la tierra no es una medida socialista.

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      rolandoastarita

      02/05/2019 at 14:54

    • Bueno, pienso que a esta altura debe estar bien claro que si por «transición al socialismo» se entiende la planificación centralizada de la totalidad de la economía (como modernamente defienden, por ejemplo, Paul Cockshott y Allin Cottrell), no soy «socialista». Ahora, si «socialismo» lo entendemos en el sentido de Gustav Landauer y Silvio Gesell, entonces sí se me podría aplicar esa etiqueta.

      FWIW, la planificación centralizada sí creo que podría funcionar bien en ciertos sectores de la economía, como explica Nove en un capítulo de este libro: https://www.amazon.com/Alternatives-Capitalism-Studies-Marxism-Social/dp/052137815X

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      CV

      02/05/2019 at 15:59

    • Acá:

      https://drive.google.com/file/d/1M_gTySn9r9s3Y2NzJjNcEDS36BqxF7jp/view?usp=sharing

      Aclaración: Aún no he leído el libro. Solo lo pongo a disposición del que no desee comprarle cosas a Amazon.

      Saludos.

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      Gerardo Daniel

      03/05/2019 at 09:45

    • Ah, excelente! Yo suponía que todos acá conocen Library Genesis, etc.

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      CV

      03/05/2019 at 13:05

    • Me imagino que si. Pero ya teniendo el link.

      Saludos.

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      Gerardo Daniel

      03/05/2019 at 23:18

    • ¿ en la actual cirscuntancia politica del SXXI, la nacionalizacion de la tierra, agroindustria y mineria, es una medida de socialismo pragmatico, en el sentido de que permite el mercado, resultando asi en una suerte de capitalismo «progre» ?. … depende de quien sea el dueño del gato

      No creo que la nacionalizacion de la tierra pueda darse dentro del contexto de una reforma capitalista, aunque eso le signifique una solucion. No esta en su ADN politico. Es el campo socialista el que puede llevar adelante esa consigna capitalista dentro de un marco politico subordinado … los procesos sociales no son blancos y negros, son una ampliaa gaamaaa de matices

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      Cesar Hormazabal Fritz

      04/05/2019 at 14:37

    • Yo no me opondría si la nacionalización de la tierra y su entrega en usufructo (o enfiteusis) la lleva a cabo el «campo socialista» (como sí lo haría con la centralización total de la economía).

      BTW, desde una perspectiva que no comparto totalmente, pero de un economista muy inteligente, puede ser de interés aquí «La transición socialista» de Serge-Christophe Kolm (Barcelona: Oikos, 1981).

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      CV

      04/05/2019 at 19:04

    • Hola Rolando, ¿qué opinión tiene de la propuesta Milei-Giacomini? Me gustaría saber su punto de vista. https://www.lapoliticaonline.com/nota/119080-el-plan-giacomini-milei-para-desarmar-las-leliqs-con-usd-20-000-millones-del-fmi-y-bajar-la-inflacion/

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      Walter

      07/05/2019 at 20:28

    • Según entiendo, proponen fortalecer el balance del Bco Central tomando más deuda con el FMI. ¿Qué clase de saneamiento del activo del BC es este?

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      rolandoastarita

      08/05/2019 at 09:03

  3. Muy clarificador Rolando. Le agradezco por tomarse el tiempo de responder mi pregunta. Saludos

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    Edu

    04/05/2019 at 10:10

  4. Hablando de las «consignas transicionales» de casi todos los grupos trotskistas de Venezuela, junto con el Frente de Izquierda de los Trabajadores de Argentina (FIT), conformado por el Partido Obrero (PO), Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) e Izquierda Socialista (IS), y otros más, Manuel Sutherland polemiza con esta corrientes en forma lapidaria.

    Ver aquí: https://www.facebook.com/manuel.sutherland/posts/10157530326555572

    Las siguientes son las opiniones de Sutherland ante las «medidas revolucionarias», ¿transicionales?, propuestas por las corrientes trotskistas, que en forma totalmente desconectada de la realidad, plantean una «salida obrera y revolucionaria», aquí y ahora, en Venezuela.

    «Debate con amigos sobre las «Medidas Socialistas revolucionarias para salir de la crisis e igualar salario con canasta básica en el corto o mediano plazo»

    1. Imagínate que se da la revolución clásica leninista. Lo que ustedes llaman «medidas revolucionarias socialistas» son impuestas sin guerra civil, ni nada, para no poner el caso de mayor destrucción económica.

    2. Ello implica, como dice el PSL (N.E. Partido Socialismo y Libertad venezolano, trotskistas morenistas, pertenecientes a la Unión Internacional de los Trabajadores, Cuarta Internacional -UIT-CI, Izquierda Socialista en Argentina) expulsar a las transnacionales que extraen petróleo. Estatizar «casi» todo. Si Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA) está quebrada, y si desde 2011 pide al Banco Central de Venezuela dinero para pagar la nómina, es imposible que invierta NADA en extraer petróleo, la escasa producción actual, 70% menor a 2011, caería mucho más.

    3. Si expropias lo poquito de las transnacionales que tienen acá, ellas te llevarán a juicio internacional y tomarán CITGO , definitivamente. Ahí se pierde mucho más (8 mil millones de dólares que acá no los hay en sus posesiones minúsculas)». (N.E. Ver aquí: https://es.wikipedia.org/wiki/Citgo)

    4. Si expropias la banca, lo microscópico que hay, estaría «bien», pero eso no recapitalizaría en nada a la banca nacional y cerraría la vía de créditos foráneos, forma rápida de hacerla crecer.

    5. Si haces una moratoria de deuda agresiva, no pagas nada, (el gobierno desde 2017 no paga casi nada) pero NADIE te haría un préstamo, y el país estaría con el 30 % del capital que rodaba en 2013… en el mejor de los casos. No habría forma de recapitalizar ni aumentar la inversión en NADA.

    6. Si expropias las miserables empresas chicas extranjeras, te quedarías con chatarra inútil, y cerrarías la puerta a inversiones nuevas. No habría capital de inversión importante.

    7. Si expropias a empresas nacionales, el 99 % de ellas, son microscópicas, son cuasi talleres con menos de 100 obreros, con una obsolescencia muy fuerte. Eso taparía el regreso de capitales en manos de venezolanos que pudieran invertir parte de lo fugado que es enorme.

    8. Si expropias a ambos, el dinero «fugado, o saqueado» sería congelado por juicios de acreedores de deuda y víctimas de expropiación, no retornaría un sólo dólar. Lo que destroza el «sueño» de obligar a la banca mundial, lo peor del capitalismo junto con los milicos, a devolver plata nuestra.

    En fin, las medidas «socialistas revolucionarias» se pudieran hacer, pero luego de acometerlas, en el supuesto negadísimo de existir partido o fuerza para hacerlas, la sociedad quedaría más pobre, y quedaría como dice Engels redistribuir la miseria de forma equitativa.

    Con un capital mucho más chico, los salarios REALES no pudieran CRECER porque no hay base productiva Para ello, no hay capital para que el obrero desarrolle su trabajo.

    Ejemplos?

    Cuba, Viet Nam, China (antes de su apertura) y un largo etc.

    Ahora, con esta base, si se propone esto, hay que hablarles claro a los obreros, y decirles que jamás llegarían a un salario de 600 dólares mensuales, más o menos la canasta Básica, y que la revolución exige más sacrificio de su parte, una vida más o menos igual a la actual, con algunas restricciones adicionales y con un aumento represivo importante, ya que si la población será pobre, se alzará, ante lo cual el gobierno dirá: «son unos burgueses que anhelan comodidades y lujos burgueses». Eso aumentará los gastos estatales y hará la situación peor.

    La verdad es que considero que ese camino no es el idóneo. Aunque claro, si ustedes me explican como hacer lo contrario, los aplaudo y les cargo la bandera roja que pondrían en la plaza Bolívar.» Fin de la cita.

    Sutherland sólo habla de la parte económica. Sin embargo, si analizamos el problema de la conciencia, con más de 3,5 millones de trabajadores exiliados, millones pasando hambre en Venezuela, las palabras «socialismo» y «comunismo» se han transformado en palabras totalmente odiadas por los trabajadores y el pueblo venezolano. El «Socialismo del siglo XXI» nos llevo a este desastre.

    Conclusión: las «medidas revolucionarias» de la inmensa mayoría de las corrientes trotskistas, anti Maduro y anti Guaidó, son absolutamente delirantes. No existe en Venezuela una tercera salida «revolucionaria». Esta es la cruda realidad. Nos guste o no nos guste.

    Es increíble: los trotskistas nunca han tomado en cuenta la correlación de la lucha de clases en Venezuela, donde la clase obrera prácticamente no existe como «clase en sí», con la mayoría de los sindicatos regimentados estatalmente. Esto después de 20 años de derrotas brutales y de la destrucción del 60% de las fuerzas productivas del país, provocadas por la dictadura genocida burguesa chavista.

    Que cada quien piense con cabeza propia y llegue a sus propias conclusiones.

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    La duda metódica

    05/05/2019 at 15:52

    • El tema en Venezuela es que si les decis socialismo o comunismo a los trabajadores, corren (a menos que les apuntes con un arma y con eso no se construye nada)
      La URSS arranco en una situacion economica adversa tambien, sin ir mas lejos, pero mal que mal acompañaban (o al menos lo de la represión fue posterior y no anterior)

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      German

      05/05/2019 at 21:46

    • Agregado de la crítica de Manuel Sutherland, economista marxista venezolano, de las «medidas revolucionarias» delirantes propuestas por las corrientes trotskistas, anti Maduro y anti Guaidó.

      En su facebook se han escrito los siguientes comentarios con las respuestas de Sutherland:

      Comentario de un lector : » Me parece que la complejidad de esta situación tiene que ver con que es imposible repetir esquemas (si alguna vez fuera posible) sin atender a la particularidad específica: se trata de una totalidad social que ya no puede reproducirse como tal. Y en donde la salida revolucionaria está totalmente desprestigiada.

      El socialismo, en las actuales condiciones, es rechazado a nivel de las masas, como salida a la crisis de la reproducción material de la sociedad.

      En ese sentido es, relativamente, un fenómeno bastante nuevo y que marca un retroceso por demás de grande»

      Respuesta Manuel Sutherland: fíjate q eso ni lo toque. Pero es muy importante. El socialismo es odiado junto con la izquierda en general, por masas q lo identifican con el chavismo. Ello hace que aún sea mucho más complejo el asunto de aplicar unas medidas que encima traerían mayores sacrificios, o la continuidad de los mismos, en el mejor de los casos.

      Creo que se subestima la destrucción real que sucede acá.

      Comentario: El socialismo sin la decisión activa de las masas no debería ser siquiera pensado.
      .
      Ya pasó mucha agua bajo el puente para estar pensando siquiera en imponer el socialismo «a pesar» de la voluntad de los trabajadores.

      Respuesta de Manuel Sutherland: muy de acuerdo. Confieso que antes era partidario de meter el socialismo desde arriba y como sea, creo que esa es una desviación blanquista vanguardista y una pretensión ridícula e ignara. Por decir lo menos

      Comentario: ¿Quien no ha sido partidario de eso alguna vez? Fin de la cita.

      Con estos comentarios Sutherland se dio cuenta que no agregó en su nota principal el problema de la conciencia de clase de la necesidad del socialismo: el ideario socialista.

      Sin esta conciencia es imposible construir el socialismo y mucho menos sobre una montaña de cadáveres imponiendo la desde arriba la «revolución» socialista, en contra de la voluntad de los trabajadores.

      Que cada quien piense con cabeza propia y saque sus propias conclusiones

      Ver aquí: https://www.facebook.com/manuel.sutherland/posts/10157530326555572

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      La duda metódica

      06/05/2019 at 11:03

    • Otro agregado para aclarar algo importante:

      El «socialismo del siglo XXI», más todas las mentiras «izquierdistas» y «antiimperialistas» del discurso del régimen chavista, han servido para engañar a incautos y para ocultar a los no tan incautos que se enriquecieron a manos llenas depredando a mandíbula batiente las riquezas del estado burgués venezolano, con la destrucción brutal del 60% de las fuerzas productivas.

      De esta forma los milicos y burócratas del estado venezolano que forman parte de la lumpen-narco-chavo-burguesía, desarrollaron un capitalismo burocrático de estado, que acabó con PDVSA, las empresas básicas, la estatización de cientos de empresas que al final fueron saqueadas por los burócratas.

      También «expropiaron» más de cinco millones de hectáreas de campo productivo que ahora son un desierto improductivo.

      Canibalizaron todo con tal de enriquecerse. Sin piedad alguna.

      Marea Socialista, integrante del chavismo crítico, calculó que la fuga de dólares durante el régimen chavista ha superado los 500 mil millones de dólares. Para tener una idea concreta: esta cifra significa más de diez años de importaciones de bienes del país. Esta es la famosa «guerra económica del imperialismo». Mentira total: en realidad es la guerra económica salvaje y genocida contra los trabajadores y el pueblo venezolano. Es una guerra genocida con miles de muertos por hambre, enfermedades, inseguridad demencial y represión de protestas. Agregando a esta tragedia la emigración forzosa por hambre de más de 3,5 millones de venezolanos.

      Ver aquí: https://www.aporrea.org/contraloria/n257348.html

      En otras palabras, la izquierda «posmoderna» que sólo cree que la realidad es el «discurso», considera que el régimen de Maduro es «socialista, antiimperialista y revolucionario». Hay que ser muy estúpidos o muy cínicos para creer este cuento.

      Además de esa creencia, existe la afirmación «discursiva» de esta izquierda que Venezuela está bloqueada totalmente por el imperialismo norteamericano desde hace varios años. Cuando analizamos la realidad de los hechos vemos que el régimen chavista le ha vendido al «imperio» millones de barriles de petróleo durante 20 años, los cuales se pagan al contado (cash). ¿Dónde está entonces el bloqueo?

      Esta «izquierda» sigue los 11 principios de la propaganda de Goebbels, el genio de la propaganda nazi. Principios que la dictadura burguesa chavista ha aplicado religiosamente y talentosamente durante 20 años.

      Ver aquí: https://www.javipastor.com/los-11-principios-de-goebbels-aplicados-al-copywriting/

      En fin, el que crea que en Venezuela existe algo de socialismo o progresismo se ha fumado una lumpia al más rancio estilo de la izquierda nac & pop «posmo».

      Agregado. Aquí va la opinión de Engels,¡¡¡escrita en el año 1878!!!, sobre lo que significan las estatizaciones burguesas que la izquierda «posmoderna» cree que es socialismo. O que los trotskistas nacionalistas creen que estas estatizaciones son «directa o indirectamente, consciente o inconscientemente, pasos socialistas» (Engels dixit, afirmando que NO lo son), cuando las reivindican con la propuesta de sus «medidas revolucionarias transicionales».

      Dice Engels:

      «Pero, recientemente, desde que Bismarck se dedicó también a estatizar, se ha producido cierto falso socialismo —que ya en algunos casos ha degenerado en servicio al Estado existente— para el cual toda estatización, incluso la bismarckiana, es sin más socialista.

      La verdad es que si la estatización del tabaco fuera socialista, Napoleón y Metternich deberían contarse entre los fundadores del socialismo. Cuando el Estado belga construyó sus propios ferrocarriles por motivos políticos y financieros muy vulgares, o cuando Bismarck estatizó sin ninguna necesidad económica las líneas férreas principales de Prusia, simplemente por tenerlas mejor preparadas para la guerra y poder aprovecharlas mejor militarmente, así como para educar a los funcionarios de ferrocarriles como borregos electorales del gobierno y para procurarse, ante todo, una fuente de ingresos nueva e independiente de las decisiones del parlamento, en ninguno de esos casos se dieron, directa o indirectamente, consciente o inconscientemente, pasos socialistas.

      De serlo éstos, también serían instituciones socialistas la Real Compañía de Navegación, las Reales Manufacturas de Porcelana y hasta los sastres de compañía del ejército. (Nota de Engels)». Fin de la cita.

      Engels: AntiDühring, año 1878.. Pág 373. Nota al pie 59.

      Ver aquí: https://www.fundacionfedericoengels.net/images/PDF/engels_antiduhring_interior.pdf

      Aclaramos que no es una cita de autoridad. La experiencia de 20 años de estatizaciones en Venezuela confirman totalmente la posición de Engels y el mismo Marx respecto a las estatizaciones burguesas.

      La izquierda nac & pop forma parte, interesada o desinteresadamente, de los «borregos electorales» del clientelismo político de la dictadura burguesa chavista.

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      La duda metódica

      06/05/2019 at 16:18

    • La duda metodica, he leido esos posts de Sutherland y parece dificil rebatir lo que afirma. Sabes si ademas de mostrar que una salida socialista es practicamente imposible, propone alguna otra alternativa? Gracias.

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      Anibal

      30/05/2019 at 12:37

  5. Rolo le pregunto acá porque no se en que otro lugar hacerlo, su pagina rolandoastarita.com esta caída o dada de baja. ¿No podra hacer una nota en este blog con los links de descarga de los trabajos que estaban allá? (Ya que eran largos y capaz no se adaptan bien al formato del blog). Mas que nada para que no se pierda acceso a esos trabajos.

    Y también le queria pedir si podia recomendar libros o autores por fuera de los clasicos marxistas (por ej, gracias a ud accedi a cibercomunismo de cockshott y tengo en vista a money and totality de moseley) que a usted le parezcan que aportan.

    Desde ya, gracias

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    Germán

    05/05/2019 at 21:54

    • Algunos escritos que estaban en la página los publiqué (con cambios) en el blog. Por ejemplo, el dedicado a la cuestión de la ética en Marx. Otras notas, que uso para Desarrollo Económico, te las puedo pasar si me enviás un mail.

      Iré recomendando textos a medida que vaya publicando otras notas.

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      rolandoastarita

      06/05/2019 at 15:11

  6. Hola Rolando, ¿qué opinión tiene acerca de la propuesta que lanzaron recientemente Milei-Giacomini sobre política monetaria? https://www.lapoliticaonline.com/nota/119080-el-plan-giacomini-milei-para-desarmar-las-leliqs-con-usd-20-000-millones-del-fmi-y-bajar-la-inflacion/

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    Walter

    07/05/2019 at 18:03

  7. excelente nota ! !

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    marcelo

    29/05/2019 at 15:14

  8. maria paz

    09/07/2021 at 15:46

    • Me parece un poco rígida la división «deuda considerada como stock o deuda considerada como flujo». Hay un stock de deuda sobre la que se pagan intereses (que registra la cuenta corriente) y transferencias de stock (por caso, cuando el gobierno de Néstor Kirchner pagó de una vez la deuda con el FMI utilizando reservas; lo que Keynes llamaría una «transferencia en términos reales».

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      rolandoastarita

      10/07/2021 at 09:23


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