Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Marx, sobre la ganancia del capital comercial

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A raíz de la nota sobre el carácter trabajo aplicado al transporte (aquí), algunos lectores del blog preguntaron de dónde surge, según la teoría de Marx, la ganancia (o plusvalía) del capital comercial, y si los trabajadores empleados por el capital comercial (o sea, que se dedican a la compra y venta, y actividades conexas), son explotados por el capital. En esta nota voy a referirme a la primera cuestión; en una próxima nota, trataré el tema de los trabajadores del sector comercial, asalariados del capital. Comenzamos con algunas nociones básicas.

Capital comercial y capital mercantil

Una primera cuestión a precisar es que dentro de la categoría capital comercial Marx incluye dos formas, o subespecies, el capital dedicado al tráfico de mercancías, y el dedicado al tráfico del dinero (véase El Capital, p. 343, t. 3; edición Siglo XXI). En algunos pasajes también denomina a la primera subespecie “capital mercantil”. Ambas formas se deben a que, cuando consideramos el capital global de la sociedad, una parte del mismo siempre se halla como mercancía, en espera a transformarse en dinero; y otra parte del capital siempre se encuentra bajo  la forma dinero, a la espera de transformarse en mercancía, como lo muestra la secuencia de la rotación del capital:

Dinero – Mercancía (fuerza de trabajo + medios de producción) – ….  Proceso de producción … Mercancía’ – Dinero’ (o sea, el monto de dinero adelantado + plusvalía).

Los puntos suspensivos indican que cuando ocurre el proceso productivo se interrumpe la circulación del capital. De manera que D  – M y M’ – D’ son las fases de la circulación, compra y venta, y …P… es la fase productiva. Según la teoría del valor trabajo, el valor se genera en el proceso productivo. En la compra o venta no se genera nuevo valor, simplemente se producen “modificaciones formales de la misma masa de valor” (ibid., p. 358). El problema que se plantea entonces es mostrar cómo y por qué el capital dedicado al comercio se apropia de plusvalía. Precisemos que, en lo que sigue, nos centramos en el capital mercantil (sobre el capital dedicado al tráfico de dinero, típicamente los bancos, y su conexión con el llamado capital financiero, puede consultarse aquí).

El capital industrial, la circulación de mercancías y la tasa de ganancia

Para comprender por qué y cómo el capital dedicado al comercio de mercancías se apropia de plusvalía, es conveniente examinar, con un ejemplo teórico, lo que ocurre con un capital industrial (o, más en general, productivo; por ejemplo, dedicado a la producción agraria) que no solo produce las mercancías, sino también se encarga de su venta (para simplificar la explicación, dejamos de lado ahora los costos implicados en las compras de medios de producción y fuerza de trabajo).

Supongamos entonces que ese capital industrial produce 10 mercancías A por mes, empleando 90c + 10v + 10s. El valor total es $110 y el valor de A es $11. Supongamos también que la relación entre capital constante / variable es igual al promedio social, de manera que el valor y el precio de producción coinciden. La tasa media de ganancia en este caso es 10% por mes. Sin embargo, esto sería así si el capitalista industrial pudiera vender las mercancías A instantáneamente, y sin tener que destinar trabajadores y equipos a la tarea.

De manera más realista, supongamos entonces que se necesita tiempo para vender las mercancías, y que en promedio se venden 5 A cada 15 días. De manera que el capitalista tiene inmovilizado en mercancías A, en promedio, un capital de $55. Supongamos que, además, invierte otros $5 mensuales en pago a un empleado que lo ayuda en tareas de comercialización. De manera que el capital invertido en la esfera de la circulación M’-D’ es $60. En consecuencia, el total del capital invertido es $160, y la tasa de ganancia mensual es 10/160 = 6,25%. La ganancia, como antes, es $10, pero es necesario invertir más capital para obtenerla, por lo cual baja la tasa de ganancia.

Dos cuestiones a señalar: en primer lugar, que la tasa de ganancia contribuye a la mistificación del origen de la ganancia (y por lo tanto, de la plusvalía). Es que la tasa remite a la idea de que es todo el capital –el invertido en equipos, materia prima, fuerza de trabajo y también el invertido en la esfera de la circulación- el que genera ganancias. Esto es, los $60 invertidos en la circulación parecen generar $3,75 de ganancia, igual que si estuvieran invertidos en fuerza de trabajo. En segundo lugar, puede verse que a mayor tiempo que requiera la circulación mercantil, más cantidad de capital deberá estar inmovilizada en la misma, y mayor será su incidencia negativa sobre la tasa de beneficio. Una cuestión de importancia durante las crisis económicas.

El capital mercantil

En base al punto anterior, estamos en condiciones de comprender el origen de la ganancia del capital mercantil. Como hemos adelantado más arriba, el capital mercantil es el capital que se autonomiza y se dedica al tráfico de mercancías, librando al capital industrial de la tarea de la comercialización, y de la necesidad de mantener, por un tiempo más o menos prolongado, una fracción del capital bajo la forma de capital mercancía en espera de su transformación en dinero. Para seguir con el ejemplo numérico anterior, ahora el capitalista industrial vende A al capitalista mercantil a un precio que es igual al costo ($10) multiplicado por 1 + la tasa de ganancia de 6,25%. Esto es, vende A al capitalista comercial en $10,625. El capitalista mercantil, que ha invertido $60 en el negocio de comercializar A, vende esta en $11, de manera que tiene una ganancia de $0,375 por cada pieza, a la vez que recupera el capital adelantado. Así, si a lo largo del mes vende las 10 A, obtiene una ganancia de $3,75 con $60 de inversión (6,25% de beneficio).

Es importante retener que la ganancia del capital comercial no surge porque los precios de venta se eleven por encima del precio de producción (o del valor, si ambos coinciden), sino por el hecho de que el capital industrial vende la mercancía al capital mercantil por debajo de su precio de producción. O sea, el capital comercial realiza ganancia solo porque no toda la plusvalía está realizada aún en el precio de la mercancía al que vende el capital industrial (véase Marx, ibid., p. 368). Y esto ocurre porque la tasa media de ganancia está determinada por la ganancia global que solo produce el capital productivo total, calculada sobre el capital productivo más el capital comercial (véase p. 367).

Por otra parte, puede verse que el tiempo de rotación del capital comercial –que está influenciado por el ciclo económico- interviene en la determinación de la tasa de ganancia. Cuanto menor sea el tiempo de rotación del capital comercial, mayor será la tasa de ganancia, y viceversa. Cuanto mayor sea el costo asociado a la comercialización, mayor será su influencia restrictiva en la masa de plusvalía producida anualmente (véase Marx, ibid., p. 395).

En definitiva, el capital dedicado a la circulación participa de plusvalía que solo se ha generado en la producción. Los costos de esta circulación “se reducen a los costos necesarios para realizar el valor de la mercancía, para transformarlo ya de mercancía en dinero, ya de dinero en mercancía, para mediar su intermediación” (ibid., pp. 370-1). Marx agrega que todos estos costos “no se efectúan en la producción del valor de uso de las mercancías, sino en la realización de su valor; son costos de circulación puros; no entran en el proceso directo de producción, sino en el proceso de circulación, y por ende en el proceso global de la reproducción” (p. 371).

En una próxima nota trataré el caso de los trabajadores empleados por el capital comercial.

Descargar el documento: varios formatos siguiendo el link, opción Archivo/Descargar Como: Marx, sobre la ganancia del capital comercial

 

AGREGADO (y advertencia): Después de publicada la nota, y pensando de nuevo el asunto, llego a la conclusión que el razonamiento que presento en esta nota NO es correcto. Creo advertir que el problema central está en los costos en que incurre el capital comercial y su relación con el precio de venta final (y por ende, con la plusvalía). No encuentro satisfactoria la manera en que Marx resuelve este problema. Voy a volver a escribir sobre el tema, al menos para plantear dónde veo el problema y ver si podemos avanzar con la colaboración de los lectores del blog que estén interesados en esto. 

Written by rolandoastarita

29/11/2018 a 12:47

Publicado en Economía

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3 respuestas

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  1. Los hechos confirman entonces que, como señaló Marx, no sólo el trabajo manual sino también el trabajo asalariado productor de bienes intangibles o inmateriales (como es el trabajo de los investigadores, docentes, informáticos, trabajadores de la salud, artistas, etc.) es objeto de explotación pues crea valor y es fuente de ganancia (plusvalía) para los capitalistas. Y ocurre lo mismo en el caso de los asalariados que trabajan en los servicios (transportes, comunicaciones, bancos, etc).
    En el Capítulo VI (llamado inédito) del Libro I de El Capital, escribe Marx, refiriéndose al trabajo productivo e improductivo:
    ….”como con el desarrollo de la subsunción real del trabajo en el capital o del modo de producción específicamente capitalista, no es el obrero individual sino cada vez más una capacidad de trabajo socialmente combinada lo que se convierte en el agente real del proceso laboral en su conjunto, y como las diversas capacidades de trabajo que cooperan y forman la máquina productiva total participan de manera muy diferente en el proceso inmediato de la formación de mercancías o mejor aquí de productos -éste trabaja más con las manos, aquél más la cabeza, el uno como director (manager), ingeniero (engineer), técnico, etc., el otro como capataz (overlooker), el de más allá como obrero manual directo e incluso como simple peón- tenemos que más y más funciones de la capacidad de trabajo se incluyen en el concepto inmediato de trabajo productivo, y sus agentes en el concepto de trabajadores productivos, directamente explotados por el capital y subordinados en general a su proceso de valorización y de producción. Si se considera el trabajador colectivo en el que el taller consiste, su actividad combinada se realiza materialmente (materialiter) y de manera directa en un producto total que al mismo tiempo es una masa total de mercancías, y aquí es absolutamente indiferente el que la función de tal o cual trabajador, mero eslabón de este trabajador colectivo, esté más próxima o más distante del trabajo manual directo. Pero entonces la actividad de esta capacidad laboral colectiva es su consumo productivo directo por el capital, vale decir el proceso de autovalorización del capital, la producción directa de plusvalía y de ahí, como se deberá analizar más adelante, la transformación directa de la misma en capital”…
    “…Milton, pongamos por caso, que escribió el paraíso perdido (who did the paradise lost), era un trabajador improductivo. Al contrario, el escritor que proporciona trabajo como de fábrica a su librero, es un trabajador productivo. Milton produjo el Paradise lost tal como un gusano produce seda, como manifestación de su naturaleza. Más adelante vendió el producto por 5 £ y de esta suerte se convirtió en comerciante. Pero el literato proletario de Leipzig, que produce libros -por ejemplo compendios de economía política- por encargo de su librero, está cerca de ser un trabajador productivo, por cuanto su producción está subsumida en el capital y no se lleva a cabo sino para valorizarlo. Una cantante que canta como un pájaro es una trabajadora improductiva. En la medida en que vende su canto, es una asalariada o una comerciante. Pero la misma cantante, contratada por un empresario (entrepreneur) que la hace cantar para ganar dinero, es una trabajadora productiva, pues produce directamente capital . Un maestro de escuela que enseña a otros no es un trabajador productivo. Pero un maestro de escuela que es contratado con otros para valorizar mediante su trabajo el dinero del empresario (entrepreneur) de la institución que trafica con el conocimiento (knowledge mongering institution), es un trabajador productivo . Aun así, la mayor parte de estos trabajadores, desde el punto de vista de la forma, apenas se subsumen formalmente en el capital: pertenecen a formas de transición”… .

    Dicho de otra manera, la explotación capitalista de la fuerza de trabajo no es sólo la apropiación -retribuida por debajo de su valor- de la fuerza física del ser humano, sino también de sus habilidades y conocimientos, de su capacidad de imaginar, de crear y de inventar.

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    Teitelbaum

    29/11/2018 at 14:54

    • Pensando en el asunto de la ganancia comercial, me doy cuenta de que el razonamiento que presento en esta nota NO es correcto. Creo advertir que el problema central está en los costos en que incurre el capital comercial y su relación con el precio de venta final (y por ende, con la plusvalía). No encuentro satisfactoria la manera en que Marx resuelve este problema. Voy a volver a escribir sobre el tema, al menos para plantear dónde veo el problema y ver si podemos avanzar con la colaboración de los lectores del blog que estén interesados en esto.

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      rolandoastarita

      29/11/2018 at 16:07

  2. entiendo que desde la ciencia económica es importante el esfuerzo de teorizar y explicar los fenómenos al nivel de lo empírico, y por lo tanto los ejemplos prácticos, la formación de los precios, etc.
    Otra cosa es el tema del primer comentario al post, sobre la subsunción real de prácticamente todos los trabajos a la organización capitalista.

    No estoy capacitado para unir ambos polos de la cuestión, pero hoy día más que nunca estamos habilitados a entender que el sector de «servicios» se ha desarrollado mucho desde Marx y hoy tiene otro significado. Mientras Marx llamaba «servicio» el consumo no productivo de la fuerza de trabajo (por ejemplo los mayordomos, la educación privada «artesanal», etc), lo que hoy acostumbramos llamar «servicios» son en general trabajos inmateriales. Lo que pasa es que adentro de eso se mezclan distintas cosas como «peluquería» y «medicina», bien como «soporte técnico» o «ventas». Algunas de estas actividades hoy se encuentran organizadas por capitales y por lo tanto son trabajo productivo, aunque no ofrezcan un consumo productivo desde el punto de vista de la producción social (p. ej., una cadena de peluquerías con un propietario y muchos peluqueros y peluqueras asalariadas). Pero hay otras que son ya casi imposibles de separar del trabajo material, como la programación de las cadenas de montaje o el diseño industrial. Y es que ya en la etapa actual del capitalismo es imposible realizar un trabajo material bajo los criterios mínimos demandados por las fuerzas productivas sin el aporte de estos «servicios», realizados no sólo por ingenieros y gestores sino por asalariados de distintas ramas.

    Supongo que este proceso ya abarca buena parte de la producción y reproducción social, cuando los y las asalariadas de las grandes cadenas de mayoristas y minoristas ya casi no se separan del ciclo de producción de las mercancías. Eso se puede percibir incluso por la forma como se organiza el trabajo, dado que el toyotismo ha sido introducido en prácticamente todos los ambientes de trabajo de las grandes y no tan grandes empresas – lo que demuestra que las estrategias adoptadas por las empresas para organizar y disminuir costos de la fuerza de trabajo ya no difiere tanto entre la fábricas y los demás lugares de trabajo (lo que incluye también los y las trabajadoras de los bancos).

    Eso por el análisis social. El desafío para los economistas es describir la integración entre los capitales que realizan la producción material y los que la hacen llegar al consumidor. Quizás un punto de partida sería analizar justamente los casos en que esos dos lados se unifican, como por ejemplo, las empresas mayoristas y minoristas que ofrecen productos con marca propia, p. ej. Día, Wallmart, etc. ¿Qué diferencia hay entre vender productos «ajenos» y con marca propia? ¿Qué nos dice eso de la integración entre el capital industrial y el comercial? ¿Qué incidencia tiene en los capitales productivos el hecho de que las grandes cadenas minoristas cobran fortunas para exhibir productos en la parte intermediaria de la góndola, esto es, con mayor exposición al nivel de los ojos de los consumidores? También está el tema de la muerte del comercio «analógico» y la dominación de los «e-commerce» al rededor del mundo. ¿Tiene efectos eso en el capital productivo o todo pasa como si nada?

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    lucas

    29/11/2018 at 18:34


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