Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

¿Táctica transicional en 1917?

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Un lector del blog, llamado Marcelo Bordas, respondiendo a la nota anterior, escribió en Facebook: “¿Astarita quiere un ejemplo de que estas prácticas hayan funcionado? Pues la Revolución Rusa, ni más ni menos. Las consignas no eran “comunismo”, ni nada parecido, sino Paz, Pan y Tierra; todo el poder a los Soviets y Asamblea Constituyente”.

En alguna nota futura voy a explicar con cierta extensión las diferencias entre la táctica transicional de Trotsky y la orientación bolchevique, así como algunos notorios problemas que encuentro en el relato que hace Trotsky de lo que fue la línea bolchevique (para un adelanto, véase, por ejemplo, aquí). Por ahora solo quiero precisar que la misma afirmación de Bordas evidencia que su crítica es equivocada. Es que las consignas paz, pan y tierra (reparto de la tierra), y Asamblea Constituyente, efectivamente no eran “comunismo”, pero tampoco fueron demandas transicionales, sino mínimas. Tengamos presente que el programa mínimo “es un programa que, por sus principios, es compatible con el capitalismo y no rebasa su marco” (Lenin, “Observaciones para el artículo acerca del maximalismo”, diciembre de 1916). Es claro que la paz, la tierra para los campesinos, el pan y la AC, “por sus principios”, eran compatibles con el capitalismo.

En cambio, las consignas transicionales son intrínsecamente contradictorias con el sistema capitalista. Por ejemplo, repartir las horas de trabajo hasta acabar con la desocupación; establecer la obligación de trabajar (ningún adulto en condiciones de trabajar puede vivir a expensas del trabajo de otro); el control obrero generalizado; abolir el secreto diplomático. Razón por la cual Marx y Engels presentaron las medidas transicionales –en el Manifiesto Comunista– subordinadas “a la elevación del proletariado a clase dominante”. Es que, como explicó Engels, las medidas transicionales “preparan el camino para la abolición de la propiedad privada”. Por eso “son posibles porque está tras ellas todo el proletariado puesto de pie, apoyándolas con las armas en la mano”. Aclaraba, además, que si esas medidas se relacionaban con una situación “pacífica, burguesa”, estaban “destinadas a sucumbir” y entonces “no se podrían contestar las correctas objeciones de los economistas burgueses” (véase Engels, “Los comunistas y Karl Heinzen”, de 1847; lo he tratado aquí).

Para que se vea la distancia que separa este enfoque de Engels de lo que se hace habitualmente, es como si Del Caño, del PTS, explicara en la TV que el reparto de las horas de trabajo hasta acabar con el desempleo solo se puede efectivizar si la clase obrera está movilizada y armada, y aplasta a la reacción de la burguesía. O si explica que su condición de aplicación exitosa es la toma del poder por la clase obrera. Pero esto es precisamente lo que no dicen Del Caño y los demás trotskistas. Lo cual no se debe a alguna “traición”, sino a que es imposible desarrollar una política de transición al socialismo en una situación  de dominio “normal” de la clase capitalista. Es imposible porque es un absurdo lógico. Y cuando se lo quiere hacer, se termina en un vulgar (y lunático) reformismo pequeñoburgués (y no se puede responder a las objeciones de los economistas burgueses, como advertía Engels).

Por eso a Marx y Engels no se les ocurrió que podían agitarse demandas transicionales, dirigidas al Estado, en situaciones en que la clase obrera no tiene ninguna posibilidad de hacerlas efectivas (tampoco a Lenin, Rosa Luxemburgo, Liebknecht  y otros líderes socialistas). Por eso también, cuando en los años ochenta del siglo XIX unos radicales agitaban en Estados Unidos por la estatización de la renta de la tierra, Marx se refirió a esa consigna como una de las “medidas de transición contenidas en El Manifiesto Comunista”, y explicó que, como otras medidas similares, y tal como se explicaba en el Manifiesto, “son y deben ser contradictorias en sí mismas”. De ahí que no apoyara la táctica de agitar por sí misma la demanda transicional (véase carta a Sorge, 20/06/1881).

Volviendo ahora a la política del partido Bolchevique en 1917, se puede ver entonces que las consignas claves que, según Bordas, fueron transicionales, no fueron transicionales, sino mínimas. Por otra parte, “Todo el poder a los soviets” fue la consigna para la toma del poder (o sea, tampoco fue transicional), y sintetizó la estrategia revolucionaria: explicar a los trabajadores que para tener paz, pan, tierra y AC, los soviets debían tomar el poder.

En definitiva, la realidad es que ni siquiera en aquella coyuntura –soviets, clase obrera en armas- los bolcheviques hicieron eje en la agitación de una o dos consignas transicionales, como pretende buena parte del trotskismo. Más aún, la orientación de las famosas “Tesis de abril”, de 1917, redactadas por Lenin y aprobadas por el Partido, sería considerada “propagandística” por el defensor del “consignismo transicional”. Es que las Tesis ponían el acento en explicar (no gritar una o dos consignas, sino explicar) a los obreros la situación y la salida que proponían los bolcheviques. En este respecto, es interesante recordar que Kamenev (un líder bolchevique) criticó la orientación de Lenin por “propagandística”. Lenin respondió: “¿Acaso no es precisamente el trabajo de los propagandistas, en este momento,  lo más necesario para liberar la línea proletaria de los vapores tóxicos del defensismo ‘masivo’ y pequeñoburgués?” (escrito entre el 8  y 13 de abril de 1917, tomado de Obras Completas, edición Cartago). Naturalmente, este criterio tiene poco que ver con repetir dos o tres consignas (para colmo, transicionales), con vistas a arrancar ya mismo una movilización que inicie “la escalera”.

Más en general, Lenin insistía en que los socialistas especificaran las condiciones concretas bajo las cuales las consignas podían aplicarse y desarrollarse. De nuevo, para bajarlo a tierra: si, por ejemplo, hablamos de establecer el control obrero, hay que explicar cuál es su contenido y bajo qué condiciones se puede establecer (poder obrero real, armamento, etcétera). Si se encubren estas condiciones, si no se dice la verdad, se hace el juego a la burguesía (véase Lenin, “Informe sobre el momento actual”, Séptima Conferencia del POSDR (b), mayo de 1917).

Agrego que la Tercera Internacional, bajo dirección de Lenin, tampoco adoptó alguna forma de programa transicional, y menos urbi et orbi. A pesar de que la coyuntura, al menos en Europa, era mucho más revolucionaria que cualquier situación que pueda existir ahora. ¿Sería porque la Internacional padecía una desviación intelectualista abstracta?

Para terminar, formulo una pregunta que ya hice en otras oportunidades. ¿Por qué los trotskistas nunca rebatieron el argumento de Engels contra Heinzen? ¿Por qué en la Cuarta Internacional nunca se mencionó ni se menciona ese texto? ¿Por qué ni siquiera se informa a la militancia sobre su existencia?

Aclaro: no pido que los trotskistas acuerden con Engels (o con Marx). Simplemente que registren que, históricamente, hubo una forma de hacer política bastante distinta de la que acostumbran. Y repito la pregunta formulada en la nota anterior: ¿en qué lugar y circunstancia, en estos últimos 80 años, la táctica transicional recomendada por Trotsky tuvo alguna aplicación exitosa?

Descargar el documento: varios formatos siguiendo el link, opción Archivo/Descargar Como: ¿Táctica transicional en 1917?

Written by rolandoastarita

22/09/2018 a 17:01

13 respuestas

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  1. @Lo cual no se debe a alguna “traición”, sino a que es imposible desarrollar una política de transición al socialismo en una situación de dominio “normal” de la clase capitalista.@

    Gracias Astarita.
    Ahí está la clave para comenzar a entender Hayek y los otros, y la libertad, la individualidad, y el libre comercio.
    Y el motivo por el qual devemos escapar del keynesianismo.
    Claro que refiero a los «buenos» trabajadores. No a los chantas. Estos están fuera. No se los deve considerar.

    *
    Por otro lado, un interesante editorial de Estadão (de Brasil)

    https://otambosi.blogspot.com/2018/09/pacto-pela-governabilidade.html

    Rescato importantes la última frase del tercer párrafo y el último párrafo:

    -> Os números, que não têm partido ou candidato, falam por si.

    -> Os principais líderes políticos, do governo e da oposição, precisarão reconhecer, longe do alarido da campanha e das rusgas ideológicas, a imperiosa necessidade de um compromisso nacional em torno da racionalidade da administração pública, sem a qual não haverá paz social, desenvolvimento econômico e governança estável.

    *
    Fuera Macri, Dujovne, Caputo y Marcos Peña!!

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    clemente

    23/09/2018 at 07:00

  2. Rolando un argumento recurrente del circulo del pts es que a los militantes se los instruia con las ideas de lenin, sin embargo ellos a las grandes masas aplicaban rudimentariamente los principios del programa de transicion. Es la base de la vanguardia iluminada, con la que ellos en la actualidad se manejan. Uno cuando entra a formar parte del partido se va instruyendo con las ideas de marx( aunque despues vira a una especie de superacion de la misma con las ideas de el estancamiento de las fuerzas productivas y los grandes monopolios, actualizado con terminos como grupos concentrado formadores de precios y grandes multinacionales con el aval militar del imperialismo yankee) pero a la hora de dirigirse a las grandes masas o incluso para reclutar mas militantes agitan ( segun las circunstancias) el PT, mostrando las contradicciones para que el obrero por si solo valla guiandose al camino del socialismo.

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    Gabriel

    23/09/2018 at 09:25

  3. Comparto una interesante y sintáctica radiografía de lo que está pasando con el FIT. Estimo, Rolando, que compartís este punto de vista. Saludos.

    http://razonyrevolucion.org/ni-politica-revolucionaria-ni-2019-la-descomposicion-del-fit-en-medio-de-la-crisis/

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    Martín

    23/09/2018 at 10:48

    • Leí el texto de RyR que enviaste. Dos cuestiones. Primero, no veo que la situación sea revolucionaria, o explosiva, como pretende. Si fuera explosiva bastaría que un pequeño grupo convocara a los trabajadores a parar las empresas y salir a la calle para intervenir en la crisis. Por ejemplo, como ocurrió cuando el Rodrigazo, cuando en muchas empresas la gente empezó a parar, llevándose por delante a la burocracia. O incluso cuando fue el plan Mondelli, a principios de 1976. El FIT puede tener vacilaciones y problemas, pero de todas maneras ha convocado a marchas y han sido minoritarias, no movió «el amperímetro», como se dice.

      En segundo término, pienso que lo que ocurre en el FIT es una expresión más de los problemas de fondo que deberíamos poner a debate en la izquierda. Por ejemplo, coincido con RyR que el PTS es pro-K (tratar de «compañero» a Kicillof no es una casualidad; aquí). Pero esto es parte de una cuestión más general, relacionada con el nacionalismo, la idea de que «el país es explotado por el FMI y EEUU», que por lo tanto está planteada la liberación nacional, y el capitalismo de Estado es progresivo.

      Lo mismo se puede decir del sectarismo (¿RyR se queja porque no le dejan participar en las discusiones internas del FIT, o interpreto mal?). Es parte de un problema más general del trotskismo. Por estos días, viendo quiénes firmaban una solicitada, tomé conciencia de la cantidad de grupos trotskistas que hay. Incluso grupos trotskistas que se reclaman del mismo tronco trotskista (por ejemplo, los herederos de Nahuel Moreno). A pesar de que dicen prácticamente lo mismo, están divididos y se critican «a muerte». Y esto ocurre no solo en Argentina (aunque tal vez en otros países en menor medida). En cualquier caso, pienso que hay un problema más «estructural» que puede explicar este comportamiento.

      Doy otro ejemplo, volviendo al acercamiento de algunos grupos trotskistas al kirchnerismo. En muchos grupos está la idea de que alguna suerte de «militancia en unidad de acción» con las alas «nacionales y populares» más izquierdistas puede hacer que esa militancia «nac & pop» gire al trotskismo. Pero, ¿por qué no van a pensar esto si toman como modelo tácticas como fue el entrismo en la socialdemocracia, que aconsejó Trotsky en los 30? Si Trotsky llegó a decir que había posibilidades de «bolchevizar» a la socialdemocracia francesa; si recomendó hacer entrismo en el Partido Socialista de EEUU, ¿por qué no estaría tolerado cierto «flirteo político» con el kirchnerismo?

      En definitiva, lo que hay que poner en discusión son enfoques en los que se ha educado a la militancia durante décadas. Para poner un último ejemplo, si Trotsky llegó a plantear el control obrero del Ejército de EEUU (o sea, del Pentágono), y esto es leído como la cumbre de la táctica revolucionaria, ¿qué podemos esperar de los discípulos?

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      rolandoastarita

      23/09/2018 at 12:06

    • No veo que el autor se refiera a una situación actual revolucionaria o explosiva, al menos en esta nota (coincido con vos en que no la hay, al menos por el momento). Habla de una crisis de gran envergadura, económica y política.
      Lo que sucede en el FIT es que no existe un debate real y sincero, de fondo. Son esquivos a este tipo de debates. Están constantemente preocupados por la «lucha electoral» y viven con el temor de ser vistos como utópicos o irrealistas si plantean en público -ni hablar en los medios- verdaderas propuestas socialistas. Respecto a RyR, por lo que he leído en sus notas, pareciera que le exige constantemente al FIT que realice una convocatoria de «todas las fuerzas de izquierda». Pero tampoco queda claro con qué objetivos.
      Entiendo que tenés una postura muy marcada en contra de la figura de Trotsky. Ahora bien, podemos pretender que las fuerzas «más representativas» de la izquierda de nuestro país dejen de lado ciertas conductas de raigambre trotskista? Para ellos Trostky es intocable. Cómo limar todas esas diferencias para armar un frente en el que confluyan todas las fuerzas de izquierda si ni entre los innumerables grupos trotskistas se ponen de acuerdo?
      Frente a este panorama, es muy difícil no caer en la desmoralización.
      Saludos.

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      Martín

      23/09/2018 at 18:41

    • El problema con RyR es que navega en la indefinición. Por un lado, si se los consulta directamente. admiten que la situación es no revolucionaria. Por otro, deslizan la idea de que la unidad del FIT en torno a una agitación socialista bastaría como para cambiar el signo de la misma. Lo que es evidente es que pese a ciertos avances (reconocen que Argentina no es una semicolonia y por ende no hay tareas de liberación nacional pendientes- últimamente han criticado también la teoría del monopolio-) no despegan de la lógica transicional propia al trotskismo. Solo aplican modificaciones, como, por ejemplo, el rechazo al planteo de Asamblea Constituyente y lo substituyen por una ‘Asamblea Nacional de Trabajadores’ remedando el planteo del Partido Obrero en la etapa post 2001. En su favor puede decirse que han criticado con dureza la adaptación de los principales cepos trotskistas al nacionalismo peronista, en especial el kirchnerismo. En el plano organizativo tampoco parecen tomar distancia del ‘centralismo democrático’ en realidad, burocrático, que caracteriza al trotskismo, incluso con un sesgo personalista muy acusado.

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      AP

      24/09/2018 at 21:00

    • Coincido en que la postura de RyR no está bien definida, aunque en lo personal lo hago sin un conocimiento cabal y directo, ya que mi contacto se limita a la lectura de las notas publicadas de su página web y en alguna que otra exposición de Sartelli, a quien estimo responsabilizas por el marcado sesgo personalista de la organización.
      Entiendo que es una organización de reciente formación, la cual, al menos en mi ciudad, Rosario, tiene casi nula actividad y/o representación, pero creo que en general presenta algunas puntos interesantes que los partidos del FIT son esquivos a debatir.

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      Martín

      25/09/2018 at 17:13

  4. LA CONSIGNA DEL MOMENTO: «POR UN NUEVO ORDEN ECONÓMICO, SOCIAL, POLÍTICO Y AMBIENTAL, CON ÉTICA- MORAL Y CON TRANSPARECIA Y RESPONDABILIDAD» HASTA LA VICTORIA, SIEMPRE QUERIDOS CAMARADAS!

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    CÉSAR ANTONIO CHIROQUE MONDRAGÓN

    23/09/2018 at 11:34

  5. A principio de año RyR habian escrito una extenso articulo donde entre otras cosas hablaban de el error de leer religiosamente a los teoricos clasicos y de empezar a pensar en un programa revolucionario teniendo en cuenta la complejidad de los tiempos que vivimos
    http://razonyrevolucion.org/empezar-de-nuevo-breves-notas-para-la-organizacion-de-la-voluntad-revolucionaria-a-comienzos-del-siglo-xxi/

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    Carlos

    23/09/2018 at 22:55

  6. En Cuba, Nicaragua, Granada, Angola, Vietnam sobre todo y China. Que no está en contradicción con lo que usted argumenta. El problema básico del Troskismo es creer que la lucha revolucionaria termina con Trotsky muerto en México, y no hay más aportes hasta sus «partidos». Estamos en otra etapa, previa a la participación de masas . Es medio zorro plantear críticas a posiciones que ni siquiera saben en qué etapa estamos.

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    Ilich Ramírez

    24/09/2018 at 01:39

    • Compañero, podrá recomendar textos o bibliografía sobre los casos de Nicaragua, granada, angola y Vietnam? Me encuentro en búsqueda de datos de experiencias y teoría para la Praxis.
      Saludos y gracias desde ya.

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      SPDA

      24/09/2018 at 10:36

  7. Lo que me resulta muy interesante, vengo aquí siguiendo el debato de los últimos post escritos, es decir, de las consignas trasicionales y la réplica que se hace al comentario sobre la revolución de 1917 es un duda que desde posiciones comunistas, esto es, ácratas, siempre he tenido: Si se tiene la suficiente fuerza y al proletariado detrás en armas, ¿qué razón hay para no ir directamente hacia una implantación del comunismo sin pasar por el socialismo? más teniendo en cuenta que al comunismo sí se ha llegado, no solo las experiencias en la España de 1937 donde los partidos comunistas se aliaron con la burguesía para ir contra los anarquistas o los kibut israelíes o la ucraniana de 1919 donde el ejército rojo hizo un buen trabajo coordinadamente con el blanco, si no además reforzado porque ninguna experiencia socialista ha pasado del capitalismo de Estado.

    Desde luego me parece que lógicamente no se sostiene, no hablemos ya de históricamente en lo que me parece que Marx era en lo referente a la concepción político un conservador ya que, y tomando la referencia que se hace a Hegel en el artículo de este mismo blog sobre «Métodos de discusión en ámbitos de la izquierda» se argumenta muy acertadamente cómo el contenido viene dado en una forma concreta y por tanto no se sostiene que el contenido Estado, que es lo que apoya Marx, por otra, muy fino en sus apoyos y análisis si atendemos a la deriva histórica de estos, primero el Partido Demócrata alemán y después el SPD, a la consecuencia de la aniquilación del Estado. Vamos un sin sentido todo, sería como decir que tú lo necesitas es un coche, te pasas la vida ahorrando y cuando tienes el dinero te comprar un patinete eléctrico, porque… (inserte aquí la tontería que guste), eso es lo que tanto Marx como Engels, por lo menos en los textos que he tenido la oportunidad de leer comentan, no encuentro nada salvo un recelo hacia la naturaleza humana y donde su programa máximo es el socialismo, con el comunismo, tan deseable que ni lo persiguen en su programa máximo, hacen como los cristianos con la venido de Jesucristo, ya que muchos dijeron que ahora era, que ahora sí de verdad de la buena, se cansaron y para que tuviera su pronóstico más fuerza pues lo que dijeron fue, en algún momento del futuro, sine die. Así podemos coger todos los ejemplos en la historia de movimientos revolucionarios que llegan al poder y nos hacen en 2×1, que está bien si son las ofertas del supermercado, pero no lo está tanto si vas a tener que hacer 2 revoluciones, con la incertidumbre que eso conlleva porque vas a tener que quitar a la camarilla formada de la primera.

    Así las cosas, está claro que la gente se planté, si dentro del capitalismo el marxismo no puede proponer nada, ¿entonces qué hago y más en tanto en cuanto no hay una revolución en ciernes?, desde fuera del ombligismo del corpus marxista lo que decimos es fácil de comprender, acción directa, en vez de atar a las personas a partidos políticos jerarquizados de pensamiento único esas mismas fuerzas han de ser destinadas a crear espacios autogestionados que hablen a la población de alternativas posibles ahora, bajo las condiciones objetivas actuales, centros culturales autogestionados, comunas, centros sanitarios autogestionados (vease el caso de Grecia, los otros ni hablo porque están geográficamente más repartidas) las cooperativas autogestionadas en Méjico. Eso es lo que empondera a la población, lo que da ejemplo a los desmoralizados y los que no creen no vías muertas históricamente ya recorridas. Pero claro, para eso hay que ser también revolucionario en la político y de izquierdas en la ontología del ser.

    Siempre desde mi análisis y mi punto de vista.

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    vacioynausea

    26/09/2018 at 13:02

  8. Excelente nota Rolando. Quisiera preguntarle si considera que la actual consigna del FIT de «ruptura total con el FMI» en este contexto es una consigna transicional. Saludos

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    Edu

    27/04/2019 at 20:30


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