Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Engels, tradición socialista y corrupción

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Frente a las nuevas revelaciones sobre el pago de coimas a altos funcionarios del gobierno anterior, incluidos Cristina y Néstor Kirchner, varias organizaciones de izquierda intentan disimular la gravedad del asunto, y/o desviar la atención de la opinión pública. “Es un show”; “es una maniobra electoral de Cambiemos”; “es una operación de los servicios de inteligencia”; “es por animadversión hacia Cristina”; “el juez y el fiscal son agentes de la embajada de EEUU”; “son fotocopias que no prueban nada”, son algunos de los argumentos más repetidos. Alternativamente, algunas publicaciones casi no mencionan el tema. La idea que parece sobrevolar es que la corrupción “nac & pop” es, de alguna manera, progresiva con respecto a la corrupción “neoliberal y pro yanqui” del gobierno de Cambiemos. En lugar de criticar de raíz todo el régimen político, parecen empeñados en atenuar las responsabilidades de un sector de la clase dominante.

Pues bien, en oposición a esta actitud, sostengo que, si bien la corrupción no es “la” causa del atraso del capitalismo argentino, o de la miseria en que están sumidos millones de hogares (como pretende el discurso dominante), los marxistas no deben defender a los políticos burgueses y empresarios metidos en la corrupción,  así se presenten como “nacionales y progresistas”. Y que no hay que tener miedo en llamar a las cosas por su nombre. López escondiendo bolsos con millones en un convento; Antonini ingresando al país cientos de miles de dólares sin declarar, y asistiendo luego a la Casa Rosada; empleados bancarios, jardineros y choferes “del poder”, infinitamente enriquecidos de la noche a la mañana; gente filmada contando cientos de miles de dólares en “la Rosadita”; secretarios presidenciales con propiedades valuadas en millones de dólares; poderosos empresarios (incluso de la empresa de la familia Macri) admitiendo ante la justicia que pagaban coimas para obtener contratos de la obra pública, ¿qué otro calificativo merecen que el de banda de ladrones y corruptos?

Pero además, los ministros, secretarios de Estado, diputados, senadores, jueces, fiscales, que miraron (y miran) para otro lado pretendiendo “no saber”, ¿qué son sino encubridores de la banda de salteadores? Sin embargo, mucha gente de izquierda también calla sobre estas complicidades. ¿Por qué tanto temor de hablar claro? ¿No se atreven a llamar cínico al cínico, e hipócrita al hipócrita? ¿Acaso el socialista no tiene la obligación, moral y política, de denunciar el sistema de engaño y encubrimiento de políticos y funcionarios del Estado, asociados al capital por miles de lazos, corruptelas y negociados? ¿O es que se tiene miedo de romper con posibles “compañeros” para las “unidades de acción patrióticas”?

En cualquier caso, y a fin de aportar elementos para el análisis, en lo que sigue presento algunos pasajes de cartas de Engels sobre un sonado caso de coimas y robos, que se destapó en Francia, a fines del siglo XIX. Se trató de sobornos a funcionarios del Estado, parlamentarios y periodistas por parte de la compañía Canal de Panamá, fundada por Ferdinand Lesseps, en 1879. Esta empresa proponía construir el canal, pero los fondos recaudados desaparecían rápidamente, a través de oscuras operaciones. Carentes de dinero, Lesseps y otros directivos sobornaron a parlamentarios y funcionarios para que los autorizaran a vender billetes de una lotería, destinada a recaudar fondos. También convencieron a miles de ahorristas de que invirtieran en acciones de la empresa. Sin embargo, en diciembre de 1888 Canal de Panamá se declaró insolvente, provocando la ruina de los pequeños accionistas y numerosas bancarrotas. El escándalo que siguió fue mayúsculo. Se formó una Comisión investigadora que obtuvo evidencia irrefutable se las coimas. Sin embargo, la Justicia tapó el asunto, y solo fueron condenados Lesseps y algunos otros ejecutivos de la empresa.

La posición de Engels frente al escándalo Panamá está registrada en su correspondencia. Los pasajes que cito a continuación corresponden a las cartas contenidas en el tomo 50 de Marx & Engels Collected Works. Sin embargo, utilizo la traducción de los pasajes relevantes que tomo de Karl Marx – Friederich Engels, Materiales para la historia de América Latina (Pasado y Presente, 30, Córdoba, 1972). Lo que me interesa, antes que nada, es destacar la crítica frontal de Engels a la corrupción burguesa.

Algunas cuestiones a destacar en los pasajes de las cartas de Engels que transcribimos. Por un lado, su crítica de toda la corrupción, sin hacer distingos entre las fracciones burguesas implicadas. Su denuncia no se interrumpe aunque era consciente de que el escándalo podía ser aprovechado por aspirantes a Bonaparte para suprimir la actividad política.

En segundo lugar, es llamativa su convicción de que el escándalo abonaba el terreno para una revolución socialista. “La república burguesa desnucada”; o “es el comienzo del fin”, leemos en las cartas. Por eso la situación llevaría a los socialistas a la toma del poder. Engels preveía que pudiera haber episodios reaccionarios en el mientras tanto, pero en su opinión la dirección general del proceso estaba clara. Y deseaba que no se acelerara, para dar tiempo a la preparación de los socialistas.

Aunque, por supuesto, sabemos que nada de eso sucedió. En las “notas” de la recopilación realizada por Pasado y Presente se dice: “Más que a un desarrollo de las corrientes socialistas, sin embargo, el escándalo de Panamá, hábilmente orquestado por la prensa reaccionaria, dio pie a una ola antisemita…” (p. 339). Una demostración de que las llagas de la política burguesa no necesariamente generan conciencia socialista.

Por último, subrayamos la actitud que recomienda Engels: utilizar el escándalo para avanzar en la agitación socialista. Mostrar el carácter sistémico de la corrupción: la república burguesa es una república de hombres de negocios, escribe. Y en esto entraban todas las fracciones de la clase dominante: los monárquicos, los aspirantes a bonapartes, los burgueses radicales y variantes. El discurso de Engels no deja espacio para los compromisos con las “pandillas y bandas de ladrones”. Vayamos entonces a los pasajes.

La primera mención de Engels al asunto Panamá aparece en una carta a Paul Lafargue, del 22/11/1892. Dice: […] El asunto Panamá, si las circunstancias ayudan, bien puede convertirse, para la república burguesa, en la misma caja de Pandora que fue para la monarquía de Julio la gaveta de Émile de Girardin, de la que salía ‘un escándalo por día” [Engels se refiere a las revelaciones, en 1847, del periodista Girardin sobre la corrupción de la monarquía y el ministro Guizot]. Luego de pedirle a Lafargue que esté en París para seguir el desarrollo del escándalo, agrega: Cada nuevo hecho escandaloso que se ponga al descubierto será un arma para nosotros.

Luego, en carta a August Bebel, del 3/12/1892, escribe:

[…] Por lo demás, la época se coloca bajo el signo de la crisis. Si por la mañana leo el Daily News, o digamos los periódicos franceses que me llegan [Engels vivía en Londres], me encuentro totalmente inmerso en el año 1847. También entonces esperábamos cada mañana una nueva revelación escandalosa, y raras eran las veces que se experimentaba un desengaño. El asunto panameño supera todo lo que ocurrió, en materia de corrupción, tanto en los tiempos de Luis Felipe como bajo el tercer Bonaparte. Se han desembolsado 83 millones de francos en gastos de instalación, incluyendo en estos la prensa y el parlamento. El asunto desnuca a la república burguesa, ya que los radicales están tan metidos en el baile como los oportunistas [los oportunistas eran un partido de burgueses republicanos moderados, surgido de una ruptura del partido Radical]. Desde luego los implicados procuran echar tierra sobre el asunto, pero cuanto más se esmeran, tanto peor. Una vez abierta la compuerta de las revelaciones, y hallándose algunos irremediablemente enredados en el escándalo, estos tienen que cubrirse y para ello traicionan a sus compinches y alegan que todo su delito fue dejarse llevar por la corriente. Ya en estos momentos la comisión ha escuchado declaraciones tan tremendamente comprometedoras que no hay manera de enterrar el asunto; unos pocos podrán escurrir el bulto, pero hay una gran cantidad de identificados nominalmente, y además, cuantos menos sean los nombres, quedarán más asociados a la república burguesa. Cualquier cosa podrá sobrevenir aún, pero es el comienzo del fin. Por fortuna, todos los partidos monárquicos están absolutamente desprestigiados, y no es tan fácil encontrar un segundo Boulanger [Boulanger era un general que había aspirado a convertirse en un nuevo Bonaparte].

En carta a Laura Lafargue, del 5/12/1892, luego de mencionar los escándalos de 1847, escribe:

Pero aquellos escándalos, y aun los del Segundo Imperio, nada son comparados con esta Gran  Carrera de Obstáculos Nacional del Escándalo. Cuando Luis Bonaparte sonsacó a los campesinos el dinero que tenían enterrado, se cuidó muy bien de hacerlo en favor de empréstitos estatales, que eran seguros; pero en el presente caso los ahorros del pequeño comerciante, del campesino, del fámulo y ante todo del ‘pequeño rentista’, que de todos es el que aúlla con más desesperación, se han perdido irremediablemente, realizándose así el milagro de transformar en abismo insondable un canal que aún no ha sido excavado. 1500 millones de francos… desaparecidos para siempre, salvo lo que fue a parar a los bolsillos de estafadores, políticos y periodistas; y se reunió el dinero mediante estafas y sucias artimañas con las que ni las de Norteamérica pueden parangonarse. ¡Qué base de operaciones para una campaña socialista!

El asunto se apoyaba, evidentemente en su misma enormidad. Cada cual se consideraba a salvo porque todos los demás estaban metidos en el baile como él. Pera a eso se debe, justamente, que ahora sean imposibles los tapujos; a los innumerables receptores de boodle [coimas]… por su mismo número les es imposible una acción común y concertada, pues cada uno pelea por su propia cuenta y lo mejor que puede, y no hay exhortaciones ni sermones que puedan evitar un sauve-qui-peut [sálvese quien pueda] general. (…). A mi parecer, es el comienzo del fin. La república burguesa y sus políticos mal pueden sobrevivir a este desenmascaramiento.

Engels considera entonces tres alternativas: una intentona monárquica; la aparición de algún candidato a un Bonaparte, o sea, un nuevo Boulanger, “o el socialismo”. Piensa de todas formas que las dos primeras conducen siempre a la tercera alternativa. Dice que eso le alegraría “siempre que no ocurra prematuramente y de manera demasiado repentina”.

En carta a Bebel, del 22/12/1892, escribe:

[…] Lo de Panamá se vuelve cada día más maravilloso. El asunto adopta por entero un giro dramáticamente crítico, tal como suele ocurrir en Francia. A cada momento parece como si pudieran cuajar los esfuerzos por enterrar el caso, pero entonces salta de nuevo por un lugar inesperado, con más violencia que antes, y sucede ahora que no hay ocultamiento que valga. Primero había que echarle tierra al asunto por medio de la justicia, pero las nuevas revelaciones obligaron a designar la comisión investigadora; luego se debía neutralizar a esta, pero la intentona no arrojó más que un resultado parcial, y ello solo porque se incoó el segundo proceso judicial, más riguroso (…)

Cuál será el resultado de todo esto, es claro: en último término, a nuestro favor. Pero es difícil vaticinar etapas intermedias en la veleidosa Francia. De todos modos, sobrevendrán varias de estas, antes de que nuestra gente pase decididamente al primer plano. Solo si París hiciera una revolución les tocaría el turno a los socialistas, ya que en París, como la Comuna, toda revolución se vuelve de por sí socialista. Pero París está menos soliviantado que el interior, y eso es bueno. (…) Si prosiguen los escándalos puede haber una crisis presidencial –Carnot [el presidente] está implicado por lo menos como encubridor de muchos chanchullos- y de todos modos el año que viene habrá elecciones parlamentarias. Por añadidura, elección de muchos concejales en París. De manera, pues, que están abiertas más vías legales de las que son menester. (…)

Sea como fuere, el desenvolvimiento interno de Francia ha adquirido ahora una importancia sobresaliente, y pronto se verá hasta qué punto la gente está a la altura del cometido que se le plantea. He de decir que tratándose  de crisis tan grandes como la presente, tengo mucha confianza en ellos. No en que venzan de inmediato y rotundamente –todavía pueden darse, en el interín, repugnantes episodios de reacción- sino en que al fin de cuentas salvarán con honor el compromiso. No conviene, por lo que a nosotros respecta, que la cosa vaya muy rápido. También nosotros necesitamos tiempo para nuestro desarrollo….

En carta a Friedrich Albert Sorge, del 31/12/1892:

[…]  Por lo demás, hace tiempo ya que los norteamericanos han proporcionado al mundo europeo la prueba de que la república burguesa es la república de los hombres de negocios capitalistas, en la cual la política es un negocio como cualquier otro; y los franceses, entre los cuales los políticos burgueses gobernantes conocían desde hacía tiempo esa verdad y la practicaban en secreto, finalmente lo han aprendido también a escala nacional gracias al escándalo de Panamá. Pero para que las monarquías constitucionales no puedan pavonearse virtuosamente, cada una de ellas tiene en casa su pequeño Panamá.

El asunto de Panamá, empero, es con seguridad el comienzo del fin de la república burguesa y puede ponernos, dentro de poco, en una situación de suma responsabilidad. Toda la pandilla oportunista y la mayor parte de la radical está tremendamente comprometida; el gobierno procura echar tierra sobre el asunto, pero esto ya no es posible, porque los documentos probatorios están en las manos de gente que quiere voltear a los actuales gobernantes… Todos… tienen pruebas más que suficientes contra las bandas de ladrones; las retienen, sin embargo, primero para no gastar de una vez toda su pólvora y segundo, para dar tiempo tanto al gobernó como a los tribunales de meterse en un callejón sin salida. Todo esto no puede sino convenirnos; poco a poco sale a la luz suficiente material para que la agitación no ceda un ápice y los dirigentes se metan cada vez más en el atolladero, pero también para que el escándalo y las revelaciones ejerzan su efecto hasta el último rincón del país, ya antes de la inevitable disolución de las cámaras y las nuevas elecciones que, con todo, no deberían tener lugar con demasiada anticipación.

Que las cosas se aproximan notablemente al momento en que nuestra gente se convertirá en los únicos gobernantes posibles, no cabe duda. Solo que no debieran ir demasiado rápido; nuestra gente en Francia tardará todavía en estar madura para el poder.

En un artículo sin título, publicado en Vorwärts, 13/01/1893: […] Los jefes de la república burguesa radical-oportunista –ministros, senadores, diputados- están todos enredados en el escándalo Panamá: unos como sobornados, los demás como cómplices y encubridores.

Esta última frase de Engels se puede aplicar, punto por punto, a Argentina 2018. Senadores, diputados, jueces, funcionarios de Estado desde los presidentes para abajo, más empresarios, están todos enredados en el escándalo, ya sea por haber sido partícipes directos, ya sea por cómplices y encubridores. No debe haber lugar para el disimulo.

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Engels, tradición socialista y corrupción

 

Written by rolandoastarita

06/08/2018 a 16:42

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26 respuestas

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  1. Hace diez años definí al gobierno bicéfalo K como una verdadera ‘cleptocracia’ que al turco lo dejaría como un bebé de pecho. Evidentemente, la realidad superó toda expectativa. La izquierda, lejos de ilusionarse con el ‘bonapartismo’ antimperialista ‘producto distorsionado del ascenso revolucionario que eclosionó en 2001’ debía combatirlo en toda la línea, siendo la denuncia de sus fabulosos negociados un elemento clave.

    Con más razón hoy, la izquierda que no quiere despegar de los potenciales ‘compañeros’ ‘ adversarios estratégicos’ (sic) debería estar en la primera línea entre los que exigen salga a la luz toda la podredumbre de un gobierno burgués hipócrita, explotador como el que más, represor y ladrón.

    Va de suyo que las implicancias salpican a todo el arco de la burguesía, macristas en primer lugar (IECSA¡) que solventaron al poder de turno a cambio de contratos leoninos, fabulosos sobreprecios y jugosos retornos

    Dado que el diablo no se corta las uñas (a los sumo se las emprolija) no es dado esperar que de todo esto salga una justicia profunda y verdadera. Se exigirá el máximo rigor que la ley permita, pero como decía Fierro: La ley es como el cuchillo, no corta a quien la maneja. La corporación política, judicial, represiva no se expurga a si misma. Solo hay chivos expiatorios. Los socialistas deben aprovechar esta circunstancia para conectar la corrupción sistémica con la explotación de los trabajadores y plantear su propia salida, que es la revolución y el comunismo.

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    AP

    06/08/2018 at 21:05

  2. Aquí una nota interesante. En el haber: Una buena descripción del entramado de corrupción conformado por clase capitalista, instituciones y gobierno. Acertada denuncia sobre la actitud de la izquierda. En el debe: Exagera la crisis. Plantea la investigación ‘independiente’. Carece de programa máximo.
    http://razonyrevolucion.org/carta-abierta-al-fit-y-al-conjunto-de-la-izquierda-argentina/

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    AP

    06/08/2018 at 21:22

  3. Si bien coincido que es absurdo buscar diferencias entre la corrupción macrista o k, no veo que puede sacar la izquierda metiendose en esa discusión. Acaso algún argentino confia en la honestidad de nuestra dirigencia? Incluso la base kirchnerista tiene asumido la corrupcion de los suyos, no les mueve un pelo: «robó pero hizo» sentencian encogiendose de hombros. Denunciar la corrupcion sistemica del capitalismo es necesario, pero lejos esta de causar algun impacto profundo hoy en dia como en los tiempos de engels. Es sabido por todos, y solo indigna cuando no es tu color politico. Y en si, ciertamente hay un uso mediatico de todo ese circo a favor del Gobierno, no estaria entiendo que puede sacar la izquierda metiendose hasta el fondo de todo eso. De todas formas comparto la critica: si va a meterse, que no capitule hablando de los nac and pop. Saludos!

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    GT

    06/08/2018 at 23:39

  4. Rolando, me interesa lo que señalas acerca de que Engels pensaba de que agitando el escándalo se iba a contribuir a despertar las conciencias socialistas y nada de eso pasó. Incluso quienes aprovecharon políticamente fueron los reaccionarios. Como deberian intervenir los partidos socialistas hoy para evitar justamente eso? En los casos concretos de Argentina y de Brasil, adonde se han suscitado discusiones importantes entre los partidos de la izquierda trotzkista.
    A mi me parece correcto cuando el planteo es del tipo: no vamos a defender a ningún político del régimen, y menos si está sospechado de corrupción porque la corrupción es sustancial al capitalismo.
    En cambio, si el.planteo es que cristina, devido y cia se robaron todo y solo los socialistas podemos meterlos en cana, me parece un terreno más fértil para que acumulen sectores mas reaccionarios…que vienen a empobrecer a la clase. Cuando estamos en una fase ascendente parece improbable que caiga un gobierno por corrupción…

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    Hugo

    07/08/2018 at 02:39

  5. Marx, tanto en el «18 de Brumario» como en «La Comuna de 1871», denunció con nombre y apellido a los políticos contrarrevs. que necesitaban tomar el poder para no dar con sus huesos en la cárcel.
    Jamás consideró el «si denunco a éste beneficio al otro».

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    santiago

    07/08/2018 at 11:24

  6. Totalmente de acuerdo con la nota de Astarita. Para algunos que se dicen de izquierda el país como tal no existe: sólo es un espejo de la lucha interimperialista. Alguno llegó escribir que el robo a cutro manos de los K y que el macrismo lo saque a luz sólo es un resultado de la lucha geoeconómica entre yanquis y chinos.

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    Teitelbaum

    07/08/2018 at 11:30

  7. «Engels se refiere a las revelaciones, en 1447, …» -> Es 1847, aunque todos nos damos cuenta.

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    José Mercado

    07/08/2018 at 11:33

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    alejandro teitelbaum

    07/08/2018 at 12:12

  9. el método de agitar la corrupción como el gran balance del populismo lationamericano es la estrategia del soft-power del partido demócrata yankee, esto es, de las principales organizaciones gestoriales del capitalismo global. Y es que en períodos de recesión el contenido nacionalista y popular de las bases de estos gobiernos sería una obstáculo para el nuevo ciclo de acumulación global. Es un manual jurídico lo que se está aplicando en la región, y si vamos a hablar en términos políticos, hay que tener eso en cuenta más allá de tal o cual fracción de la clase capitalista. El objetivo de estos novedosos «mega-escándalos» es meter en prisión a los ex-presidentes e impedir que vuelvan a presentarse en elecciones, dado que tienen chances reales de ganar.
    Eso dicho, desde luego que en el contexto actual las organizaciones de clase que pretenden tener cualquier autonomía no deberían acercarse a ninguna de las opciones electorales presentes, es tiempo de reconstrucción. Pero al mismo tiempo, dar cualquier entidad para «escándalos» de corrupción completamente producidos desde las oficinas de ex-milicos y de los principales medios de comunicación burgueses es dar fe de que estos tienen la legitimidad para acusar. Como mucho sirve insistir en la «pérdida de la inocencia». El tema es que las bases peronistas no son nada inocentes — quienes realmente se están sintiendo defraudados por el tema de la corrupción ahora son los votantes macristas… (corrupción que ahora está siendo tapada por la corrupción del otro lado).
    Lo cierto es que la indignación nacional es puramente reaccionaria.

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    lucas

    07/08/2018 at 13:28

    • Digamos que el «anti-imperialismo» da para todo. Por ejemplo, para que la izquierda ayude a disimular la corrupción burguesa. Los tipos contando guita en la Rosadita son actores; los secretarios de Kirchner con viviendas valuadas en millones de dólares en Miami son inventos del imperialismo (partido demócrata, para más datos); un presidente vaciando YPF en asociación con los Eskenazi es un valiente patriota luchando por la burguesía nacional; y así de seguido. Todo vale para que nos tomen por idiotas.

      En fin, cuando leo estas cosas adquiero dimensión de la pérdida de las tradiciones socialistas y de la crítica marxista.

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      rolandoastarita

      07/08/2018 at 14:23

    • me sorprende que hayas encontrado algo sobre «anti-imperialismo» en mi comentario, de donde salió eso?
      por otro lado, hay que reconocer que hay mucha basura entre las tradiciones socialistas. Y el momento en que criticar la corrupción sea parte del canon de la crítica marxista, gustasamente dejaré de considerarme un marxista.
      Hay tantos equívocos políticos en las opiniones de Marx y de Engels, estoy seguro de que ellos mismos se orgullarían de los y las trabajadoras que pueden evaluarlas de forma autónoma y crítica (lo que es, en realidad, la verdadera continuidad de sus esfuerzos).

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      lucas

      08/08/2018 at 12:23

    • Pero si es evidente lo que afirmás. Centeno es un agente claro del «soft-power del partido demócrata yankee». Y lo mismo se aplica a la mujer de Vanderbroele (que para colmo, está loca); y a la chica del PSA que descubrió la valija de Antonini; y así podemos seguir. Y la denuncia de Engels a los canallas corruptos seguramente es parte de «la basura de las tradiciones socialistas». Qué duda cabe, campaña del «soft power» de vaya a saber uno de dónde.

      En fin, los argumentos que por estos días presenta la izquierda se parecen como dos gotas de agua a lo que dicen los K (digamos, un Brancatelli, un D’Èlía, un Segovia) sobre bolsos, anotaciones y adyacencias. Por suerte, muy lejos de la «basura de las tradiciones socialistas». La patria ante todo, faltaba más. ¿Qué tiene que hacer Engels en todo esto?

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      rolandoastarita

      08/08/2018 at 13:12

    • una lástima que te sobre tanta retórica, quizas te quemaste de tanto pelear en el mundillo militante que ya no te queda mucha paciencia para comentarios en un blog. Podrías informarte un poco mejor sobre la operación Lava Jato en Brasil, un poco más sobre la purga de Mohammad bin Salman en Arabia Saudita, algo me imagino que sepas sobre las purgas de Xi Jinping. No es una estrategia «del imperialismo yankee», es una estrategia de todos los imperialismos para administrar sus propios aparatos políticos y los aparatos políticos sobre los cuales tienen influencia. Pero en el caso mencionado, es notable la influencia particular del CIERTO sector del imperialismo yankee sobre las clases dominantes de nuestra región. Hablemos de las peleas intra-capitalistas, ¿porque no?
      Sobre la patria, me parece que los preocupados con la patria son aquellos que buscan generar indignación popular ante los escándalos de corrupción que desmedran la nación. Lo sabrán los brasileños, los sauditas, los chinos, los rusos, pueblos que viven una nueva oleada de progresismo anti-corrupción.

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      lucas

      08/08/2018 at 23:51

    • ¿Cómo que no tengo paciencia en el blog? El tipo de razonamiento y política que defendés la vengo escuchando y leyendo desde hace décadas. Y sigo criticándolo con toda la paciencia que me es posible. Debo de haber escrito más de 200 notas en este blog criticando las ideas que defendés. Más los libros y otros artículos. ¿De qué falta de paciencia hablás?

      Pero además, el tema supera en mucho el «mundillo militante» de izquierda. Tu postura es, en esencia, la vieja postura de los PC, que con el cuento del «anti-imperialismo», o del «golpe de la derecha», apoyaron siempre a alguna fracción de la clase dominante. Pero también fueron los argumentos de toda la vida del nacionalismo burgués y pequeño burgués. Por eso, es de un reduccionismo infantil pensar que se trata solo del «mundillo militante de izquierda».

      Lo que sí llama la atención es el grado en que ese «mundillo militante» adoptó el punto de vista «nac & pop» (o de la vieja tradición PC). Igual que hacen los ideólogos del nacionalismo burgués o pequeño burgués, frente a las innegables evidencias, la recomendación es que hablemos del Lava Jato, de Arabia Saudita, de China, del soft power del partido Demócrata de EEUU, en fin, de cualquier cosa que sirva para tapar la mugre «nacional y popular» criolla.

      Por eso no es casualidad que las denuncias de un Marx o un Engels de la corrupción burguesa sean leídas por ustedes como «basura de las tradiciones socialistas». Esas tradiciones les resultan inaguantables. Y es lógico, no hay manera de encajar la defensa del nacionalismo burgués senil en las tradiciones del socialismo revolucionario. Por eso tampoco es casualidad la coincidencia entre los argumentos kirchneristas y lo que por estos días está diciendo la mayor parte de la izquierda ante la corrupción K.

      Para terminar, es claro que tenemos puntos de vista opuestos. Y son opuestos no en cuestiones de táctica, sino en lo ideológico y en lo estratégico.

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      rolandoastarita

      09/08/2018 at 08:46

  10. Rolo
    Pensas que en el socialismo la corrupcion se eliminara o no sera sistematica solo por el hecho de cambio de la estructura de las relaciones de produccion?

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    carolina gomez

    07/08/2018 at 16:02

  11. Como bien decís, es importante separar la corrupción de la problemática estructural del capitalismo Argentino. No sea cosa que uno crea que acabando con la corrupción se pueda acabar con la miseria y el hambre. Además, en este punto, creo que de una manera u otra todos los sectores políticos burgueses están manchados. Que una empresa aporte para la campaña de un partido a cuenta de un favor futuro….¿no es corrupción también? Por eso, creo que la crítica fundamental al kirchnerismo debe pasar por el terreno ideológico/político/económico porque quizás pudo haber habido o podrá haber en el futuro un «kirchnerismo» sin estas corruptelas. Saludos!

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    Matias

    07/08/2018 at 19:10

  12. Tenemos el caso de Alfonsin que puede que sea uno de los presidentes menos corruptos de la historia de Argentina
    Aun asi su gobierno sufrio las contradicciones y descalabros del capitalismo vernaculo terminando en una crisis por aumento de pobreza e inflacion

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    Sergio

    07/08/2018 at 23:07

    • Los deptos de Moreau, el hotel del Coti, entre tantas cosas que funcionarios públicos radicales adquirieron en los 80 (sin tener otro ingreso privado justificante, como la «abogada exitosa») son muestras de que esas lacras eran como los k con discurso socialdemocrata. Solo no se dio difusión, calculó por la inestabilidad del regimen.

      La izquierda local defiende a los k por su oportunismo. Compra su discurso pequeño burgués (el ejemplo de hoy: el aborto es un derecho a disponer del cuerpo – tipico «sujeto» posmoderno el cuerpo, y encima desde el enteramente patrimonialista «disponer»-) para figurar esperando que algun clase mediero con sensibilidad social los siga.
      Cada día la emancipación de la clase laburante se ve mas distante con estos ventajeros.

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      Jose

      08/08/2018 at 22:37

  13. Contanos tu posición sobre el aborto, José…

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    seb

    11/08/2018 at 11:52

    • A favor, seb. Pero soy socialista. Se que hablar de que con una ley vas a ser dueño de tu cuerpo, es una mentira en el marco de un sistema donde la mayoría de la especie humana se debe vender como una mercancía, y es arrojada a la basura,( a engrosar la masa desocupada que solo sirve para bajar salarios) para mi cretinismo parlamentario. Si estoy a favor de que la mujer decida cuando y como. No estoy a favor de la promesa de ser libre en un mundo de esclavos. O sea, se habla del derecho de mujeres pobres pero no del derecho a no ser una mujer pobre. Espero haber sido claro.

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      Jose

      11/08/2018 at 21:02

    • Aunque no lo aclaró, sospecho que José apunta a que en términos socialistas, más relevante que la utopía de una libertad individual absoluta como articuladora de fenómenos sociales, es el hecho, para el caso del aborto, de la reproducción de la vida como necesidad social (la sociedad necesita reproducirse para subsistir), contrastado con la privatización que produce el capitalismo de dicha realidad: a los niños los crian sus padres, especialmente sus madres, muchas veces en soledad, sin compañeros.
      Una crítica socialista a la penalización del aborto podría pasar más por exponer esta contradicción y lograr q al menos no se condene al riesgo de morir a las mujeres que no acepten tomar individualmente a su cargo la responsabilidad por algo q constituye necesidas social; que por la reivindicación liberal de la libertad absoluta sobre el propio cuerpo.

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      Anibal gabriel

      11/08/2018 at 21:04

    • Pd: aca te linkeo una posición igual a la mia, pero de la ex izquierda revolucionaria
      http://www.pts.org.ar/Mi-cuerpo-es-mio-24145

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      Jose

      11/08/2018 at 21:07

  14. […] Engels, tradición socialista y corrupción […]

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  15. Gracias por las respuestas.
    Un saludo.

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    seb

    14/08/2018 at 10:24

  16. Es muy notoria la degeneración, cada vez más profunda, ideológica y moral de una izquierda que hace algunas décadas atrás fue una izquierda heróica, combativa y corajuda dispuesta a hacer saltar por lo aires el sistema oligárquico latinoamericano. Hoy es una vergüenza en lo moral. Tan avergonzado estoy de ella y tanto es el daño que han producido, que cuando me preguntan si soy de izquierda respondo que no.

    Pareciera que en la izquierda primara el eslogan de que “si la derecha roba porque la izquierda no puede robar”. Se nota muy claramente una degeneración moral en la izquierda que se reclama marxista que antes no había. Esta izquierda comprende a muchos activistas y cuadros que hace varias décadas estaban dispuestos a dar la vida por la revolución; pero ahora se han transformado: ahora están dispuestos a dar la vida por sus bolsillos.

    Es muy lamentable que una gran cantidad de activistas, cuadros y organizaciones políticas de este izquierda que antes fue combativa, hoy ha quedado reducida a la mugre moral. Este fenómeno se ve en todo el mundo, justificándose en las más sorprendentes y desvergonzadas formas formas de interpretar el marxismo.

    Pareciera que la perspectiva de la revolución al estilo de la Comuna de París y de la Revolución de Octubre, han quedado, para ellos, como utopías irrealizables, por lo menos, en este siglo. De esta forma, se han conformado con un programa de reformas que no cuestiona el capitalismo; se han adaptado a eso y, dentro de ese escenario, vienen adoptando las taras y la degeneración moral del capitalismo.

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    Amauta

    24/08/2018 at 05:07


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