Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

El debate sobre Kronstadt es actual

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Habitualmente los dirigentes y candidatos de los partidos de izquierda, anticapitalistas, reivindican el programa de la democracia soviética (o de los consejos). Sostienen que “la liberación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos”, y que el poder deberá estar en manos de consejos de trabajadores, y otros organismos, en los que reine la más completa democracia. En este marco también defienden la idea de Lenin de la elección y revocabilidad de todos los funcionarios del Estado. Recordemos que en El Estado y la revolución, publicado en vísperas de la toma del poder, el líder bolchevique sostuvo que “la completa elegibilidad y movilidad en cualquier momento de todos los funcionarios, la reducción de su sueldo hasta los límites del ‘salario corriente de un obrero’, estas medidas democráticas, sencillas y comprensibles por sí mismas, al mismo tiempo que unifican en absoluto los intereses de los obreros y campesinos, sirven de puente que conduce del capitalismo al socialismo” (p. 46).

En vista de lo anterior, la izquierda anticapitalista presenta la experiencia rusa en 1917 como la mejor demostración de aplicación exitosa de la democracia de los consejos, incluida la libre elección y revocatoria de sus direcciones. Es que los bolcheviques ganaron, a partir de septiembre de 1917, la mayoría en el soviet de Petrogrado, y en otros soviets importantes, por medio de elecciones democráticas. Y en aquellos tiempos a nadie se le ocurría que el partido revolucionario pudiera imponer su voluntad contra la mayoría de la clase obrera. A título ilustrativo, citemos el pasaje de la Historia de la revolución rusa, en el que Trotsky transcribe una declaración del partido Bolchevique, de septiembre de 1917, que, entre otras cosas, afirmaba: “Nuestro partido, que lucha por el poder en nombre de la realización de su programa, nunca ha aspirado ni aspira a adueñarse de ese poder contra la voluntad organizada de la mayoría de las masas trabajadoras del país”. Trotsky comenta: “esto significaba: tomaremos el poder como partido de la mayoría soviética. Las palabras relativas a la ‘voluntad organizada de los trabajadores’ se referían al Congreso de los Soviets, que había de realizarse en breve” (p. 374, t. 2; énfasis agregado).

Pero incluso después de la toma del poder Lenin decía: “La naturaleza verdaderamente popular de los soviets es evidente en el hecho de que cada campesino envía sus representantes al soviet y está habilitado para revocarlos. (…) A la gente se le informó que el soviet es un órgano plenipotenciario: creían en ello y actuaron de acuerdo a esa creencia. El proceso de democratización debe ser profundizado, e introducido el derecho a la revocación. El derecho a la revocatoria debería ser dado a los soviets, como la mejor encarnación de la idea del poder estatal, de coerción. La transferencia del poder de un partido a otro puede ser hecha de manera pacífica, por la mera reelección” (“Informe sobre el derecho a la revocación en una reunión del Comité Ejecutivo Central de toda Rusia”, 4 de diciembre de 1917, énfasis agregado). También: “No puede haber restricciones y trabas burocráticas, ya que ellos [los soviets] se han creado por la voluntad del pueblo, y el pueblo es libre de revocar sus representantes en cualquier momento. Los soviets son superiores a cualquier parlamento, superiores a cualquier Asamblea Constituyente. El partido de los bolcheviques siempre ha declarado que el cuerpo supremo son los soviets” (“Discurso ante el Segundo Congreso de los soviets de toda Rusia de diputados campesinos”, 15 de diciembre de 1917; énfasis agregados).

La actualidad de la discusión sobre Kronstadt

Como hemos visto en las notas anteriores, en 1921 los bolcheviques rechazaron el pedido de elecciones libres en los soviets. Y muchos militantes y organizaciones de izquierda, que sostienen el programa de la democracia obrera, apoyan sin embargo lo actuado por los bolcheviques en Kronstadt, y sostienen que en circunstancias parecidas harían lo mismo. Por lo cual están diciendo, en esencia, que la democracia de los consejos es aplicable solo si está garantizado el triunfo de “el” Partido Revolucionario. Pero en ese caso, ¿qué queda del programa de democracia soviética? ¿Qué queda de la “plena elegibilidad y revocabilidad de los funcionarios”? Así, el debate sobre Kronstadt 1921 tiene efectos muy actuales. Un problema que presentan Paul Cockshott y Allin Cottrell, en un escrito relativamente reciente:

“Al igual que veía a la república parlamentaria como la forma ideal del gobierno burgués, Lenin consideraba al Estado de los Consejos, la República soviética, como la forma ideal de dictadura obrera. Sin embargo, lo fundamental de su recuperación de la consigna ‘blanquista’ de dictadura obrera fue el partido revolucionario blanquista-leninista. Así como el dominio de la Comuna de París por los blanquistas e internacionalistas fue la clave para que ganasen el poder, el dominio de los soviets por los bolcheviques fue la condición sine qua non del verdadero poder soviético. En la mayoría de las crisis revolucionarias se producen proto-Estados de los Consejos, siendo el ejemplo europeo más reciente el de Portugal en 1975. (…) Si los consejos están dominados por un partido revolucionario y se producen simultáneamente sublevaciones militares, todo ello puede conducir a una revolución socialista. Sin las sublevaciones o sin el dominio del partido revolucionario, el parlamentarismo acaba ganando”. Más adelante: “Quienes defendían un ideal Estado consejista contra el Estado soviético existente lo que hacían era intentar ocupar un terreno político que no puede existir, pues para que el Estado de los consejos exista, el partido Comunista tendría que ser abolido. Trotsky tuvo el buen sentido de ver las implicaciones de esto en Kronstadt” (p. 109-110).

El problema es que si el partido Comunista impone su dominio por decreto y a la fuerza a la clase obrera, ¿cómo se puede pedir la participación activa de esa misma clase en la construcción socialista? Y sin la actividad de las masas, ¿cómo puede avanzarse al socialismo? A fin de hacer más concreto el planteo, los trabajadores que apuestan, por ejemplo, por vías alternativas de construcción del socialismo, ¿no tendrán derecho a expresar de manera organizada su programa, en caso de que este pueda convencer a la mayoría de los trabajadores? Y si se impide la libre argumentación y decisión democrática, ¿cómo se piensa que se puede involucrar a los silenciados en la administración y gestión? Pero además, ¿cómo se puede instrumentar el programa de la libre elección y revocabilidad de funcionarios sin libertad de elección? Por otra parte, ¿con qué derecho una fracción política impone su orientación al resto? Supongamos, por caso, que un partido quiere avanzar rápidamente a la socialización completa de la economía, y la supresión del mercado, y otro partido propone organizar antes cooperativas, coordinadas a través del mercado. O que un partido sostenga que los sindicatos deben estar subordinados al Estado, y otro defienda la autonomía sindical. ¿Cómo es que una parte impone a la otra su postura, si no es a través de la discusión argumentada (que puede incluir la búsqueda de consensos y vías intermedias) y el voto democrático al interior de los organismos de las masas?

Vinculado a lo anterior, también se impone la pregunta acerca de quién decide qué organización es revolucionaria. Por ejemplo, en Argentina existen muchos partidos y grupos que se reivindican socialistas y revolucionarios. ¿Cómo se resuelve en un escenario semejante la participación, o no, en los consejos? (al pasar: incluso la participación conjunta en una lista de unidad sindical o estudiantil representa hoy problemas formidables para la izquierda. ¿Por qué desaparecerían las diferencias después de la toma del poder?). Además, si se suprime la actividad de los partidos soviéticos, las corrientes sociales y políticas que estos representaban con toda probabilidad tenderán a expresarse al interior del partido Comunista. Por lo cual se abriría el camino para considerar “enemigos de clase” e “infiltrados contrarrevolucionarios” a los militantes opositores a la mayoría.  Es que el argumento “si esta corriente obtiene la mayoría en los soviets, la revolución está perdida”, se transforma fácilmente en “si esta corriente obtiene la mayoría en el partido, la revolución está perdida”. Lo cual evidencia que no puede haber democracia al interior del partido si no existe democracia en todos los organismos de la clase obrera –consejos, comités de control obrero, sindicatos, etcétera.

Estas cuestiones atañen, naturalmente, a la vida misma de un proceso revolucionario. La razón es que sin intercambio libre de opiniones, sin posibilidad de contrastar líneas políticas, una revolución se asfixia, pierde contenido. No hay posibilidad de soñar siquiera con llegar a alguna forma de “democracia directa” sin democracia obrera. Menos todavía de ganar para el socialismo a las masas de pequeños propietarios, cuentapropistas, campesinos pobres y artesanos, etcétera (¿o se quiere insistir con recetas del tipo la colectivización a sangre y fuego soviética de fines de los 1920, principios de los 1930?).

Conclusión: la revolución socialista no tiene sustitutos

El problema fundamental: no es posible construir el socialismo imponiéndolo a la fuerza a la clase obrera, y a las más amplias masas empobrecidas. Tampoco hay posibilidad de que alguna vanguardia sustituya la acción de las masas. Así como es imposible tomar el poder sin el apoyo de la mayoría de la clase obrera, es imposible avanzar a la socialización sin la actividad consciente de las masas trabajadoras. La construcción del socialismo solo puede aprenderse a partir de la misma práctica, y esta debe ser de masas. Incluso formas de contabilidad basadas en el trabajo insumido en la producción y distribución no pueden ni siquiera esbozarse si no es mediante la participación democrática de las masas trabajadoras. Todo lleva a la misma conclusión: la revolución socialista no tiene sustitutos. En la historia hubo revoluciones burguesas “desde arriba”, pero una revolución socialista “desde arriba” es una contradicción en los términos. La revolución será obra de la clase obrera, o no será.

Textos citados:
Cockshott, P. y A. Cottrell, (2017): “Argumentos para un nuevo socialismo”, en Ciber-comunismo. Planificación económica, computadoras y democracia, P. Cockshott y M. Nieto, Madrid, Trotta.
Lenin, V. I. (1975): El Estado y la revolución, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales.
Lenin, V. I. (1977): Collected Works, Progress Publishers Moscow https://www.marxists.org/archive/lenin/works/cw/index.htm.
Trotsky, L. (1972): Historia de la Revolución Rusa, t. II, Buenos Aires, Galerna.

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El debate sobre Kronstadt es actual

Written by rolandoastarita

17/11/2017 a 11:19

77 respuestas

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  1. Pues entonces no hay nada que discutir. Las masas tienen razón y votan libremente. Pues ya está, los que no comulgamos con este sistema mejor nos dedicamos a leer libros.
    En cuanto a Kronstadt, se olvida mencionar el contexto, la situación estratégica de la base así como la situación que se vivía en Rusia después de 6 años de guerra. A mi modo de ver, lo peor fue que el Partido en vez de abrirse a la sociedad, se cerrase. Pero de ahí a idealizar la democracia y el sufragio universal. Cuando millones de personas votan a gentuza, sinceramente acabo pensando que la democracia es el peor de los sistemas porque los demás son peores. Sin embargo hoy día vemos países con mejores niveles de vida y que funcionan mejor siendo dictaduras. Pero esas democracias de «o me votáis o las empresas se marchan y la economía se hunde»…eso ni es democracia ni es nada. Mejor China que India. Mejor Cuba que República Dominicana.
    Una última cuestión en relación al debate sobre la Revolución Bolchevique. Me resulta patético que poco se haya avanzado en cuanto a reflexiones e interpretaciones en todo este tiempo. El debate que Trotsky sostuvo con Serge y otros tiene más provecho hoy día que casi todo lo que publican las editoriales. Tanto investigador, tanta universidad y se aprende más leyendo debates de los años 30 que textos actuales.
    Un saludo.

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    Miguel de Madrid

    17/11/2017 at 11:41

    • Según usted, cuando la lucha de clases se agudiza, la democracia obrera la guardamos en el armario. Lo que equivale a decir que no es un método de la lucha de clases. Apenas un adorno. Además, «nosotros los esclarecidos» decidimos qué voto «de la gentuza» sirve y es válido, y qué voto «de la gentuza» no es válido. El voto «de los que estamos instruidos en el marxismo» podría valer por 100 votos «de la gentuza». ¿Le parece, o es poca la proporción? ¿Qué tal que valga por 10.000 votos de «la gentuza»? Tengamos en cuenta que la clase obrera está llena de esa «gentuza». Por no hablar de los campesinos pobres, y las masas empobrecidas. Es cierto, con tanta «gentuza» suelta no hay que idealizar la democracia obrera.

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      rolandoastarita

      17/11/2017 at 12:11

  2. ¿Qué tal está el nuevo libro de M. Nieto?

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    Thompson

    17/11/2017 at 13:29

    • El libro me parece muy interesante, nos obliga a pensar. Estoy estudiándolo, pero en medio de muchas tareas.

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      rolandoastarita

      17/11/2017 at 15:53

  3. Hay que criticar la interpretacion marxista de clase social y politica o conciencia d eclase
    Una persona que viven en lomas de zamora y trabaja en la construccion, no por recibir un salario y no tener medios de produccion es igual de trabajador que una persona que vive en colegiales y trabaja como diseñador grafico. Claramente no son los dos de la clase obrera solo porque ninguno tiene medios de produccion y recibe salario, su parte politica es tan diferente que podriamos decir que el diseñador esta mas cerca de un burgues que del obrero de la construccion. Todo esto el marxismo no lo acepta. Por estas razones cree que tambien hay que criticar la idea misma de revolucion de la clase obrera.

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    cecilia

    17/11/2017 at 15:37

    • Ambos son proletarios con idénticos intereses objetivos de clase. Quizás no lo saben, pero lo son…

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      Gus

      17/11/2017 at 16:51

    • Hay fracciones de clase, ademas de familias y vinculos donde hay mas de una clase conviviendo y donde ademas se entrecruza el complejo entramado ideologico de cada generacion, localidad, identidad, etc.
      Hay que tomar en cuenta los fraccionamientos, inclusive la existencia de una pequeñoburguesia marginal y burocrata (que administra fondos de cooperativas y de diversas organizaciones estatales y paraestatales) en las barriadas de clase obrera, pero decir que la nocion de clase obrera no se aplica sin caracterizar de donde viene el «sueldo» ni profundizar ejemplos mas desarrollados de posibles fracciones nuevas o artificiales, es atacar sin un fundamentacion fuerte. Puede existir una aristocracia obrera o proletarios con aspiraciones parasitarias o burguesas, pero dudo que una categoria sea ninguneable sin mas que un ejemplo abstraido de lo concreto. Deberias especificar por que es mas cercano al burgues que al obrero con relaciones mas especificas. Saludos.

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      SDPA

      17/11/2017 at 19:25

    • Lo que intento mostrar con un solo ejemplo tan sencillo es que desde 1917 no hubo otra revolucion socialista, ni siquiera la china. porque las clases sociales ya no funcionan como antes por eso en capital gano el pro, ese diseñador de colegiales ni se sienta nada cercano a un obrero cabezita negra de lanus. Por mas que los dos sean de la misma clase en la definicion de manual de marx de hace un siglo y medio. Ni hablar de paises centrales.
      Hay que reeplantear completamente la nocion de clase de marx y repansar lo politico simbolico en le marxismo por que parece que no funciona tan sencillo la dialetica entre estructura y superestructura.
      Ahora si no quieren hacerlo por el hecho que los dos reciben salarios, entonces seguiremos con capitalismo por varios siglos mas

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      cecilia

      18/11/2017 at 00:36

    • Tu planteo es muy antojadizo, un albañil de Lomas puede tener casa propia, un diseñador gráfico puede alquilar en Colegiales, ambos pueden vivir en diferentes zonas de esos lugares -hay zonas de Lomas tan o más ‘top’ que Colegiales-; después hay que ver qué relación laboral posee cada uno, un diseñador gráfico que «recibe salario» puede estar completamente proletarizado e incluso tener más presiones por parte de su patronal que un albañil, de acuerdo a las condiciones de trabajo de cada uno, un albañil puede incluso estar más ‘realizado’ en su trabajo que un diseñador que trabaja en un cubículo de 2×2, sentado en el tablero -o la PC- diseñando algo que no le interesa y recibiendo sugerencias, correciones o simplemente órdenes de su ‘superior’, del mismo modo un albañil sindicalizado está en mejores condiciones que un diseñador gráfico sindicalizado (lo más probable es que este último no lo esté), un trabajador profesional asalariado en esas condiciones está más alienado que un albañil (lo digo con experiencia, como docente puedo afirmar que cualquier maestro/profesor que trabaje doble turno está infinitamente más alienado que cualquier albañil). Por supuesto hablo del diseñador que recibe un salario, un diseñador que tiene su estudio y trabaja por su cuenta está en una zona de transición hacia la pequeñaburguesía.

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      Luciano

      18/11/2017 at 02:39

    • Te saliste de la vaina nomás, intuía un dejo ‘lombrosiano’ en tu comentario anterior, pero ahora lo confirmo. Las relaciones no sociales no se definen por el color de piel, por otro lado el Pro ganó en todo el país, no solo en capital, y lo hizo con un amplio apoyo de ‘cabecitas negras’. La división de los trabajadores es fomentada desde el Estado y los partidos del regimen burgués (como botón de muestra están los discursos de CFK) por eso el albañil de Lomas tampoco se siente cercano a un obrero metalmecánico o a un chofer de colectivo o a un maestro y el diseñador de Colegiales no se siente cercano a otros profesionales.

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      Luciano

      18/11/2017 at 13:59

    • Las clases «funcionan» igual que siempre, cecilia. Siempre hubo fracciones y diferenciaciones al interior de la clase obrera. Diferencias de nación, de color de piel, de religión, de género, de tradiciones y constumbres, etc. Lo mismo ocurre al interior de la burguesía, ¿o pensás que los burgueses son todos blancos, liberales, bien educados? Por otro lado, el diseñador de colegiales se siente burgués y vota al pro, y el albañil de lanús que no se siente burgués vota al peronismo q también es burgués.
      La pertenencia a una clase impone límites objetivos a la acción de los sujetos. Si al empleador del diseñador muy aburguesado no le dan los números, el diseñador va a sentir con toda la fuerza de la realidad lo q es pertenecer a la clase obrera, por más «códigos éticos y estéticos» (por nombrar un caso actual) que comparta con su jefe. Por eso, creo, es que los intereses de clase son objetivos. Si es correcta la teoría del valor trabajo, de ella se derivan el interés del burgués de seguir explotando fuerza de trabajo y el interés del proletario de superar este modo de producción.
      Esto no implica negar o despreciar las diferencias. Hay q tomarlas en cuenta. Pero estas diferencias no anulan la vigencia del concepto de clase. Por sobre esas diferencias hay una igualdad que los une, y el propio desarrollo de las fuerzas productivas se encarga de diluir la impoetancia de esas diferencias y acentuar la igualdad. Los burgueses lo ven más claro, mientras la plata llegue al bolsillo poco importa si aquel con quien hace negocios es como el de la salada o si es refinado como la clase alta de nueva york. La gula de plusvalor los une.
      El socialismo no promete el paraíso social, no va a eliminar todas las diferencias y fuentes de conflictos. Solo pretende eliminar aquellos conflictos que derivan de la explotación del trabajo. Por eso el concepto de clase sigue vigente y es el criterio con el que deben trabajar los socialistas. Las otras diferencias No las va a resolver el socialismo científico.

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      Gus

      18/11/2017 at 15:28

    • justamente esa objetividad parece que la clase obrera no la ve hace un siglo, ese diseñodr de colegiales no comparte casi nada con el obrero de lanus por mas que los dos sean de calse obrera hasta aun mas por mas que lo echen y quede desempleado, es la politica no hay un preponderanzia de lo estructural en la realidad no se verifica. Las personas no tienen conciencia de clase, ya paso un siglo de la revolucion y ni una critica profunda desde la izquieda a marx, leyeron a Foucualt? ah no cierto no es dialectica, no es marxista etc etc.
      Asi no llega nunca la revolucion un siglo paso, un siglo. Y peor aun, tal vez no se repita ootra revolucion socialista y haya que pensar otro tipo de cambia al capitalismo y no porque a mi o a Foucualt se nos ocurre sino porque no hubo revoluciones. Ademas algo mas respecto a las errores de Kronstadt y sobre como evoluciono el socialismo en rusia, no se les ocurre pensar que tal vez es eso el socialismo o al menos una de sus formas y no es porque ocurrio en un solo pais o porque la burocracia todo el poder, si algo mas complejo que es la forma real no el socialismo real, sino la forma historica real que los hombres con esa teoria de marx constuyen el socialismo porque repito no veo otro desde hace unsiglo y basta de decir que la culpa es de otros

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      cecilia

      19/11/2017 at 17:21

    • Cecilia una cosa es la clasificación que realiza Marx a las distintas capas de la sociedad y otra muy distinta como algún individúo o sector se auto-defina, la primera tiene un carácter científico y por lo tanto objetivo ya que a través del mismo se comprende la lógica del movimiento de la sociedad y el carácter irreconciliable de la relación capital-trabajo. esto no implica la depreciación de la segunda por el contrario es muy importante para realizar políticas correctas para concientizar a la clase obrera y combatir la ideología burguesa.
      seguramente estas acostumbrada a planteos trotkistas que idealizan y mistifican la conciencia del obrero como si esta fuera innata, por el contrario hoy nadie tiene conciencia de clase en la definición que alguna vez realizo Lenin.
      por otro lado la adopción o no de la dialéctica tómalo como si sirve o no para entender un fenómeno. el enfoque semi estructuralista que toma foucault (el mismo no se consideraba estructuralista) sirve para ciertos fenómenos pero en el caso de la relación capital trabajo o entender el movimiento socioeconomico es en mi opinión muy rebuscada, entre otras cosas por que no define una prioridad explicativa. hay muchos autores marxistas que adoptan un enfoque estructuralista o por lo menos sin usar la dialectica y si bien parecen muy convincentes, se enredan muchísimo . en lo personal sin el apoyo de escritos alternativos sobre la dialéctica se me hubiera sido imposible entender lo mas mínimo del capital, pero una vez que lo captas es mucho mas fácil y coherente. si aparece otro método y resulta mas coherente para entender la realidad bienvenido sea ( siempre hago el chiste que si me demuestran científicamente que en realidad estamos dentro de la matrix y somos títeres de los reptilianos no me va a quedar otra que tirar a la basura todo lo que he leído), sin embargo hoy están estos metodos que en mi opinión son los mejores para entender la sociedad.

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      Gabriel

      19/11/2017 at 21:14

    • En las ultimas elecciones en Lomas de Zamora (y tambien en Lanus) ganó el PRO, lo que indica claramente que hubo una migración interna en la provincia de diseñadores graficos desde Colegiales a esa zona del conurbano. O puede ser que los trabajadores (cabecitas negras incluidos) que viven en Lomas de Zamora (al igual que en Colegiales, Lanus o en cualquier parte del pais) independientemente de su ocupación y salario votan corrientes de la burguesía. Así sean empleados en blanco, en negro, sindicalizados, no sindicalizados, etc.

      Esa es la realidad, ahora bien, ¿en que contradice esto a las categorías de Marx de clase? ¿En que contradice que no hayan revoluciones socialistas? En nada en absoluto.

      ¿O pensas que en la época que Marx pensaba las definiciones de clase los trabajadores sólo votaban socialistas? Si ese es el caso, todos los parlamentos hubieran tenido mayoría absoluta los socialistas. Y eso no paso

      Clase en si, clase para si, conciencia de clase, alienacion, etc. no tengo ánimos de ofender pero te hace falta entender las categorías, definiciones y conceptos de Marx. Saludos

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      Sergio

      21/11/2017 at 09:27

  4. Rosa Luxemburgo lo planteó a las semanas de Octubre: «Pero con la represión de la vida política en el conjunto del país, la vida de los soviets también se deteriorará cada vez más. Sin elecciones generales, sin una irrestricta libertad de prensa y reunión, sin una libre lucha de opiniones,…sólo queda la burocracia como elemento activo….dirigen sólo una docena de cabezas pensantes, y de vez en cuando se invita a una élite de la clase obrera a reuniones donde deben aplaudir los discursos de los dirigentes, y aprobar por
    unanimidad las mociones propuestas -en el fondo, entonces, una camarilla- una dictadura,
    por cierto, no la dictadura del proletariado sino la de un grupo de políticos, es decir una
    dictadura en el sentido burgués, en el sentido del gobierno de los jacobinos».

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    santiago

    17/11/2017 at 16:56

  5. Más allá de las dificultades materiales de la guerra civil y la reconstrucción, un comunista que no considere al estado como a un peligro, o que olvide esto por un momento y se permita cortar los lazos decisorios con las bases, sin tener la absoluta certeza de que esa acción no tiene vuelta atrás, y que se ha creado un monstruo con la vida propia de un estado como cualquier otro, que se ha liquidado el poder de los soviets irrevocablemente… ese comunista debe tener alguna concepción errónea en algún lado, y hay que revisarlo. O seguir en la fiesta.

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    Ezequiel

    17/11/2017 at 21:52

  6. Lo planteó Rosa Luxemburgo, en 1902 y en 1918. Lo planteó el mismo Trotsky antes de volverse leninista.

    Y lo plantearon los «izquierdistas infantiles», algunos de los cuales formaron luego la corriente del comunismo de consejos.

    Los troskistas que siguen manteniendo a pies juntillas la posición de Trotsky son inservibles como revolucionarios. Si encima nos dicen que ellos en esa posición harían lo mismo, entonces nos están anticipando que en un futuro deberemos combatirlos.

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    La Cagámpora

    17/11/2017 at 23:59

  7. Hay que releer las declaraciones de lenin, sobre la oposicion obrera, durante el x congreso del partido comunista para tener una idea de hasta que punto consideraba que era necesario limitar la democracia interna para asegurar la revolucion

    «El marxismo nos enseña -y esta doctrina no sólo
    ha sido confirmada formalmente por toda la
    Internacional Comunista en la decisión de su II
    Congreso (1920) sobre el papel del partido político
    del proletariado, sino que lo ha sido también
    prácticamente por toda la experiencia de nuestra
    revolución- que sólo el partido político de la clase
    obrera, es decir, el Partido Comunista, está en
    condiciones de agrupar, educar y organizar a la
    vanguardia del proletariado y de todas las masas
    trabajadoras, la única vanguardia capaz de
    contrarrestar las inevitables vacilaciones
    pequeñoburguesas de estas masas, las inevitables
    tradiciones y recaídas en la estrechez de miras
    gremial o en los prejuicios sindicales entre el
    proletariado y dirigir todo el conjunto de las
    actividades de todo el proletariado, esto es, dirigirlo
    políticamente y a través de él dirigir a todas las
    masas trabajadoras. Sin esto la dictadura del
    proletariado es irrealizable.
    La falsa concepción del papel del Partido
    Comunista en sus relaciones con el proletariado sin
    partido, y luego en las relaciones del primer y
    segundo factores con toda la masa de trabajadores,
    constituye un retroceso teórico radical del
    comunismo y una desviación hacia el sindicalismo y
    el anarquismo, desviación que impregna todas las
    concepciones del grupo de la «oposición obrera».

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    elrojo6

    18/11/2017 at 01:07

  8. De mi parte saludos a sus iniciativas de elaboración y debate, y las considero valiosas para esclarecer los fundamentos teóricos a la hora de abordar y/o explicar situaciones concretas. El lugar de los comentarios es demasiado valioso, como quisiera estar en argentina comparado con la nuestra política venezolana nos llevan años luz,saludos y sigan adelante.

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    luis ramirez

    18/11/2017 at 09:12

  9. La masacre de los marineros de kronstadt puede considerarse como un punto de inflexión un en la historia de la revolución de octubre. Fue la victoria militar de la burocracia sobre la democracia obrera. Los reclamos de la comuna de Kronstadt fueron absolutamente justas. Reclamaron el cese de la represión contra las protestas de los trabajadores, libertad de los miles de encarcelados en Moscú y Petrogrado, principalmente, libertades democráticas y políticas para los trabajadores; protestaron contra un autoritarismo cada vez más ostensible del gobierno bolchevique. Pero, sobre todo, exigían todo el poder a los soviets, algo que Lenin y los bolcheviques se habían “olvidado”.

    Sobre todo, Lenin se “olvidó” de su programa plasmado en las “tesis de abril”; por nuestra parte estamos completamente de acuerdo con ese programa en todos sus puntos. Cada vez estamos más convencidos que una consecuente aplicación de dicho programa habría evitado el engrandecimiento de una burocracia horrenda en la Unión Soviética.

    Luego de Kronstadt la clase trabajadora soviética agachó la cabeza a la burocracia bolchevique. A partir de ahí quedó claro para los trabajadores soviético que un puñado de intelectuales revolucionarios bolcheviques eran quienes tenían la sartén por el mango, que el partido bolchevique era todo el Estado, vale decir, el poder judicial, la policía, el ejército, el poder legislativo, el poder ejecutivo, etc. Y que cualquier acto de insubordinación, desobediencia o desacato a los mandatos de esta burocracia seria cruelmente castigado
    Este partido, ante los ojos de las masas, se constituyó en el paso necesario para adquirir privilegios materiales y cuotas de poder. Motivo por el cual, ingresar a este partido se convirtió en una competencia entre toda clase de advenedizos y oportunistas que, de esta forma, pensaban lograr mejoras en su condición social, económica y política; con lo cual este partido afirmó su carácter burocrático, distanciado de la clase trabajadora y cuyos privilegios provenían de succionar el trabajo, del esfuerzo y el sudor de ella. En pocos años, la base social de este partido se constituyó en una nueva clase dominante opresora y explotadora de la clase trabajadora soviética.

    Se tiraron al tachó de basura las extraordinarias ideas de Lenin difundidas en abril de 1917 sobre que los soviets son la única forma posible del gobierno revolucionario, sobre la necesidad de que todo el poder del Estado pase a los soviets de diputados obrero de abajo arriba (gobierno de las organizaciones obreras y populares), la sustitución del ejército permanente con el armamento General del pueblo (pueblo armado), el control de la producción social y de la distribución de los productos por los soviets (economía pública), el carácter elegible y amovibles en cualquier momento de todos los funcionarios (democracia directa a todo nivel), etc.

    El partido se convirtió en una frenética disputa entre grupos y argollas alrededor de determinados líderes que pretendían llegar a los más altos puestos a como dé lugar. Triste paradoja del destino: intelectuales revolucionario pequeñoburgueses, luego de la captura del poder, terminaron distanciándose de la clase trabajadora y reafirmando su carácter de pequeñoburgueses por sobre los aspectos proletarios adquiridos en la etapa anterior. Es cada vez más cierto que si un intelectual proletario se desliga de la lucha de las masas trabajadoras corre el peligro de convertirse en un pérfido burócrata. Tal vez por ello, el Che Guevara se levantaba muy temprano en la madrugada para trabajar, hacha en mano, en los cultivos de caña y luego asistía a su oficina como jefe del Banco de Cuba.

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    Amauta

    19/11/2017 at 00:31

  10. Señor Astarita usted apela al espontaneísmo de las masas y parece obviar el debate que tuvieron tanto Lenin como Luxemburgo sobre éste tema. Parece ser que su posición es luxemburguista. Las masas espontáneamente nunca por sí mismas podrán la revolución. Y ahora puede sacar el famoso texto de Marx donde dice que las masas por sí mismas son las que hacen la revolución. SIn embargo Marx escribe eso en un contexto distinto dónde actualmente no tiene vigencia y el aporte de la vanguardia leninista es esencial (si se quiere ser leninista, claro). Además tiene una concepción de la vanguardia equivocada y errónea. Cuando dice:
    «Tampoco hay posibilidad de que alguna vanguardia sustituya la acción de las masas.»
    La vanguardia no es una sustitución de la «acción de masas.» La acción de masas es resistencialista y totalmente legítima pero la vanguardia no opera «con», «entre» o «sustituye» a las masas. El papel de la vanguardia (y para ésto es importante leer y comprender a fondo el Qué Hacer de Lenin) es elevar a las masas a una posición de vanguardia. Es decir, la vanguardia no es una especie de consejo superior (activo) que se sitúa por encima de las masas y las dirige como seres sin conciencia, sino que la vanguardia trata de elevarl la coneicnia espintánea de las masas (conciencia en sí) a una conciencia revolucionaria (conciencia para así) y obviamente ésto no puede aplicarse a todas las masas por igual ya que no son homogéneas (dentro de la conciencia de clase en sí unas están más preparadas que otras) y por lo tanto la palicación de ésto debe hacerso primero a las masas más avanzadas para después llegar a las amplias masas. Un saludo.

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    DMN

    19/11/2017 at 07:00

    • ¿De dónde saca que defiendo el «espontaneismo»? ¿Qué entendió de, por ejemplo, la nota sobre «La ideología burguesa del sindicalismo»? (aquí). ¿Qué habrá entendido de los balances sobre elecciones, o sobre la incidencia de la ideología burguesa y la imposibilidad de superarla con mera práctica y agitacionismo? (por ejemplo, aquí).
      Más en general, me pregunto qué habrá entendido del contenido de TODO este blog. A veces, cuando leo cosas como esta, no puedo dejar de experimentar una sensación de profundo desaliento.

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      rolandoastarita

      19/11/2017 at 09:33

    • Esta usted hablando del guiño de Lenin a la socialdemocracia? particularmente cuando cita a Kautsky en el quehacer?. Las masas necesitan de una vanguardia para elevar su conciencia, y esta tiene que proceder de un sector de la clase burguesa… El paternalismo les sale hasta por los poros… Es fácil identificar los puntos donde lo que hay de revolucionario en ciertos individuos se pierde en cualquier cosa. Como le llamaban? Socialdemocracia!
      Ahhh, pero le tengo la respuesta, de Marx y Engels, para que se regocije y tire al tacho semejantes inclinaciones paternalistas. Es casi como si los barbudos hubieran presagiado el futuro: «En cuanto a nosotros, y teniendo en cuenta todo nuestro pasado, no nos queda más que un camino. Durante cerca de cuarenta años hemos venido destacando la lucha de clases como fuerza directamente propulsora de la historia, y particularmente la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado como la gran palanca de la revolución social moderna. Esta es la razón de que no podamos marchar con unos hombres que pretenden extirpar del movimiento esta lucha de clases. Al ser fundada la Internacional, formulamos con toda claridad su grito de guerra: la emancipación de la clase obrera debe ser obra de los obreros mismos. No podemos, por consiguiente, marchar con unos hombres que declaran abiertamente que los obreros son demasiado incultos para emanciparse ellos mismos, por lo que tienen que ser liberados desde arriba, por los filántropos de la gran burguesía y de la pequeña burguesía».
      (Marx, Engels. Carta circular a Bebel, Liebknecht, Bracke y otros).

      https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/1879circu.htm

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      Ignacio Argonauta

      24/11/2017 at 09:45

  11. Señor Astarita igual estoy leyendo otro blog pero en sus conclusiones dice:
    «La construcción del socialismo solo puede aprenderse a partir de la misma práctica, y esta debe ser de masas.»
    Aquí está defendiendo el empirismo, el practicismo y el masismo para finalmente terminar caricaturizando el papel de la vanguardia que en modo alguno es el que usted dice:
    «En la historia hubo revoluciones burguesas “desde arriba”, pero una revolución socialista “desde arriba” es una contradicción en los términos. La revolución será obra de la clase obrera, o no será.»
    Si en otros apartados de su blog ha defendido lo contrario, entonces lo que tiene es una contradicción.

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    DMN

    19/11/2017 at 10:38

    • Afirmar que la construcción del socialismo se debe aprender a partir de la práctica no es espontaneísmo. Es sencillamente reconocer que los caminos de esa construcción no pueden preverse. Es la razón por la cual Marx escribió tan poco sobre cómo podría organizarse en concreto una sociedad socialista. Es la misma razón por la cual otros autores clásicos del marxismo tampoco elaboraron un «plan» deducido de alguna «teoría» para avanzar en la socialización. Es que los ritmos, medidas e instituciones económicas que lleven a la creciente socialización dependerán de múltiples factores que no pueden ser previstos (le recomiendo, entre otras cosas, leer la crítica de Engels al socialismo utópico).

      Lo anterior responde también a la cuestión de la supuesta «revolución desde arriba». Sin la participación de las masas no hay posibilidad de verdadera planificación, por ejemplo. De la misma manera, no se puede avanzar en la colectivización del agro, o de la pequeña producción «por decreto», a partir de medidas decididas desde el Comité Central del partido Comunista, sin contar con la aprobación de las masas. Y esto exige aprender de la práctica, incluso para conocer la disposición de las masas con respecto a la construcción socialista. He tratado largamente este asunto en la nota dedicada a la colectivización forzosa en la URSS. He señalado que en sus últimos escritos Lenin tomó aguda conciencia de este problema (de ahí su propuesta de la organización de cooperativas).

      Pero más en general, el mismo Lenin señala, una y otra vez, la necesidad de aprender de la práctica. Por caso, cuando habla del plan económico. La teoría solo podía dar sus lineamientos generales, pero había que «completarlo, desarrollarlo, corregirlo y aplicarlo SOBRE LA BASE DE LA EXPERIENCIA PRÁCTICA ATENTAMENTE ESTUDIADA». Lo escribe el «espontaneista» Lenin (22/02/1921). Por eso pedía «analizar concreta y atentamente NUESTROS NUMEROSOS ERRORES PRÁCTICOS y corregirlos de manera gradual e incesante». Para lo cual también exigía «menos presunción intelectual y burocrática, más estudio DE LO QUE NOS ENSEÑA NUESTRA EXPERIENCIA PRÁCTICA» (¡espantosa muestra de «espontaneísmo!!). ¿No se da cuenta, además, de que para aprender de la práctica es necesario que haya plena libertad de expresión y de organización para las masas obreras y campesinas?

      Por otra parte le recuerdo que la noción de «revolución socialista desde arriba» fue planteada por el PCUS y por Deutscher (los he citado en la nota sobre colectivización forzosa). Y lo que se demostró es que no hubo una «revolución socialista por arriba» ya que la transición al socialismo se bloqueó; incluso se rompió la alianza obrera y campesina, que había sido la base del triunfo de la revolución. Pero no es casual que los que quieren hacer «revoluciones socialistas por arriba» desprecien las enseñanzas PRÁCTICAS que se desprende de la práctica (muchas veces trágica) de millones de productores. ¿Cómo es posible que se quieran defender los procedimientos burocráticos de las «revoluciones por arriba» acusando de «espontaneismo» a los que planteamos la necesidad INELUDIBLE de la democracia obrera para construir el socialismo, y ponemos en evidencia los desastres a los que llevan los ucases burocráticos de transformación social?

      Por último, es precisamente la concepción MATERIALISTA (¿entiende lo que quiere decir?) la que explica por qué es imposible deducir un plan de transformación socialista desde la mera teoría, y por qué hay que aprender en un camino nuevo a partir de la experiencia de millones de personas.

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      rolandoastarita

      19/11/2017 at 12:33

    • «Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que se tendrá que dirigir la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual. Las condiciones de este movimiento se desprenden de la premisa actualmente existente.» Marx, La ideología alemana.

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      Ignacio Argonauta

      24/11/2017 at 09:58

  12. me parece que lo que lleva a este razonamiento cuadrado y anticuado sobre Kronstadt es no solamente una tradición vetusta que es pasada de generación en generación por medio de una educación dogmática, verticalista, machista y embrutecedora en la cual los grandes cuadros van formando el pensamiento de los nuevos militantes que se suman a organizaciones «para hacer la revolución» (y terminan saltando de un partido a otro, siempre con una creencia cristiana de que ese SI es el partido verdaderamente revolucionario).
    Solo con esta verdadera fe cristiana estos nuevos militantes se somenten a una bajada de linea y un tipo de pensamiento tan rígido que en el campo de la teoría suena perfecto (aunque mecánica): organización de la vanguardia > conducción política acertada — en detrimento de todas las demás auto-proclamadas vanguardias.
    La forma es todo y el contenido nada. Para estos, «vanguardia» no nombra un hecho sino una promesa deducible de algunos textos. Se discute y se poronguea a respecto de EL programa más revolucionário, se busca todas las formas de apuntar las fallas de las demás organizaciones, se hace la mística del partido, se le obedece con fervor….. y lo que salta a los ojos de cualquier buen observador es que el 99% de estos militantes solo sabe involucrarse en la lucha de clases por medio de un aparato que les diga qué hacer (lo que más desean).
    Con gente así es que se producen Kronstadts y cosas peores. Para estos, hablar de masas es «espontaneísmo» y la lucha de clases sólo ocurre cuando hay un partido — no leyeron a Marx.

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    gomes

    19/11/2017 at 14:23

  13. «La revolución será obra de la clase obrera, o no será»
    Le puedo asegurar Astarita que no tengo nada en contra de los obreros (soy uno además, aunque nos dicen los capitalistas que nos mandan «empleados»), pero se ha preguntado usted cuántos obreros hay en el mundo (son minoría dentro de la clase trabajadora), son parte del capital, su otra contracara pudiéramos decir, buscan repartir el nuevo valor creado entre ellos y el capital, usando para ello a los sindicatos (y los partidos de izquierda); no le pregunto del nivel de conciencia de los obreros, porque usted lo sabe mejor que yo, en Argentina votan masivamente a Cambiemos y en Cataluña a Ciudadanos y PP, en Navarra a UPN (partido burgués de la región, en España a PP y PSOE). Creo que debiera pensar en otras fuerzas sociales para hacer la revolución…sin descontar a los obreros que puedan sumarse…aunque pocos, muy pocos en las condiciones históricas de hoy.
    Un saludo

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    Ramón

    19/11/2017 at 16:12

    • Los obreros catalanes no solo votan a Ciudadanos y el PP. También al PSOE y a las expresiones del nacionalismo burgués. Y en Argentina no solo a Cambiemos, sino también al peronismo, incluido el kirchnerismo. Esto es, a organizaciones que son todas igualmente enemigas del socialismo.
      Por otra parte, las tres grandes clases de la sociedad moderna son los capitalistas, la pequeña burguesía y la clase obrera. ¿De dónde puede surgir una fuerza social que acabe con la propiedad privada del capital si no es de la clase obrera? ¿O hay que ir a buscarla a otro planeta?

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      rolandoastarita

      19/11/2017 at 16:51

    • Astarita yo lo que veo el futuro muy pero muy jodido, porque no veo esa fuerza claramente, pero lo que si puedo decirle es que la confianza esa en los obreros como fuerza transformadora no la veo, estoy entre obreros y estos de revolucionarios no tienen nada, la palabra socialismo les asusta y la de comunismo les da pánico, además de que su situación material objetiva no los hace revolucionarios sino conservadores; en un despacho universitario (y no lo digo por usted) las cosas se pueden ver de otra manera, pero hay que pisar la calle, las fábricas y verá otra cosa.
      Pero hay otro aspecto en el cual trabajar: desempleados, marginados, inmigrantes, las mujeres que trabajan solo en la casa, estudiantes, etnias (porque la fuerza de trabajo mundial esta etnizada), homosexuales, ecologistas, decrecentistas, hay que abrir el abanico porque en todos esos sectores hay un gran caudal de energía anticapitalista que a veces no las hay en los obreros o sólo en los obreros, advierto que no excluyo a los obreros porque yo soy uno de ellos, y me considero anticapitalista (a propósito estuve en Cuba 15 días de vacaciones y allí hay ahora un debate sobre qué aprovechar del capitalismo para edificar el socialismo, yo les dije que el capitalismo no tiene nada bueno, ABSOLUTAMENTE NADA BUENO Astarita, que se fijen en otra cosa) . Los obreros Astarita no son anticapitalistas en última instancia, los obreros siempre han luchado frente a los capitalistas por apoderarse, repartirse una parte mayor del valor que producen, no por extirpar el capitalismo de la faz de la tierra, los obreros que usted u otro ve como fuerza transformadora es la contracara del capital, sin obreros no hay capital y viceversa. Ya le digo y no por ser pesimista veo muy jodido el futuro, la emancipación de los explotados; Lenin dijo que el imperialismo como fase superior del capitalismo era la preparación material más completa para la revolución socialista, pues le diré que ese imperialismo como desarrollado supremo del capitalismo cuando acabe dejará acaso una tierra quemada, así que con el permiso de Lenin que para mi ha sido el más grande líder político y revolucionario que ha conocido la humanidad de preparación material nada de nada, TIERRA QUEMADA es lo que vamos a heredar de esa fase última porque como sistema no es eterno, terminara algún día y por lo que vemos terminará y no gracias s sus supuestos sepultureros: los maravillosos obreros, se lo digo con sorna incluida.
      Un saludo desde España

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      Ramón

      20/11/2017 at 16:35

    • Este tipo de argumentos los leo y escucho desde hace más de cuatro décadas. En primer lugar, no sé por qué un homosexual, por ejemplo, tiene que convertirse en anticapitalista (y menos todavía en socialista). Incluso a partir de las experiencias de los «socialismos reales» no veo por qué estarán particularmente interesados en algo parecido siquiera al socialismo. Algo similar se puede decir de los ecologistas (hace ya más de un cuarto de siglo conocí a húngaros afectados por Chernobyl que no sacaban una sola conclusión socialista de su experiencia). Y así podría seguir. Los estudiantes no constituyen de por sí una clase social (¿qué tiene que ver un estudiante de un colegio privado de la alta burguesía británica, por ejemplo, con un estudiante de un suburbio empobrecido de Londres?).

      Por otra parte, miles de inmigrantes admiran hoy el capitalismo desarrollado, europeo o americano. ¿Qué tiene eso de impulso socialista? Esto sin contar que muchos de esos inmigrantes pertenecen a la clase obrera; como también pertenecen a la clase obrera millones de desocupados (es lo que se llama el ejército industrial de reserva). Ganar a esta gente a las ideas del socialismo es parte del mismo problema más general que presenta ganar para el socialismo a los trabajadores (sean estos homosexuales, inmigrantes, etcétera).

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      rolandoastarita

      20/11/2017 at 16:49

    • Astarita nunca me he referido a TODOS los homosexuales, TODOS los estudiantes, TODOS los ecologistas, etc, tampoco NUNCA he dicho que desprecio a TODOS los trabajadores, a lo que me refiero es que de la misma forma que el potencial para construir una nueva sociedad alternativa al socialismo no esta SOLO en los obreros (aunque si en muchos de ellos, creo que hoy no son ese muchos que digo la mayoría de ellos) SI puede estar entre muchos homosexuales, inmigrantes, estudiantes, mujeres que trabajan en su casa etc. Trato de despojarme de esa categoría que TODO lo cifra en los trabajadores que hoy por hoy no son una fuerza revolucionaria, más bien son una fuerza conservadora, mientras veo en sectores (NO EN TODO SINO EN SECTORES DE ELLOS) estudiantiles, homosexuales, feministas, e inmigrantes por no poner otros ejemplos caudal anticapitalista y no son obreros clásicos.Lea por ejemplo a Pedro Prieto y ya me dirá qué es, de dónde ha sacado sus conclusiones anticapitalistas; le pongo un solo ejemplo.
      saludos

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      Ramón

      21/11/2017 at 14:32

    • Afirmar que muchos homosexuales, muchos inmigrantes, muchos ecologistas, pueden adherir al socialismo, sinceramente aporta muy poco de novedoso. A lo que hay que aclarar que por sí misma la lucha por los derechos de los homosexuales, los inmigrantes, o por la ecología, por sí misma, no lleva al socialismo. Que algún ecologista, homosexual, feminista, etc. pueda sacar conclusiones socialistas de su experiencia y situación, no invalida la afirmación.

      La razón de fondo es que la única contradicción que no puede superar el capitalismo es la contradicción capital – trabajo. Es en este sentido que sostengo que la clase obrera es la única fuerza social que está en contradicción con el sistema capitalista (esto es, no lo está la pequeña burguesía). Sospecho que en esto tenemos diferencias profundas. Posiblemente sean una expresión más de las diferencias ideológicas que nos separan (por algo no soy nacionalista y usted es nacionalista).

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      rolandoastarita

      21/11/2017 at 15:05

    • Astarita, por favor, no mezcle el nacionalismo con esto que no tiene nada que ver una cosa con otra. Mire que lo considero a usted una persona inteligente, honesta y sincera, por eso le sigo y le admiro; otra cosa es que le presente mi punto de vista, hasta le puede resultar interesante saberlo, aunque soy un analfabeto a su lado, pero mezclar nacionalismo con lo dicho, que ni acaso lo he mencionado, es como se dice aquí en España mezclar churras y merinas (son dos tipos de ovejas).
      saludos

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      Ramón

      21/11/2017 at 15:17

    • Existe sin embargo una conexión muy común al nacionalismo de izquierda. Consiste en la idea de que la lucha consecuente por la liberación nacional desemboca en el socialismo. De hecho, grupos de izquierda han enfocado lo de Cataluña desde esa perspectiva. Es el mismo método con que se encaran las luchas de otros sectores. Por caso, la lucha consecuente contra la represión sexual y la homofobia lleva al socialismo. Idem con «la lucha consecuente» por la ecología, el feminismo, etcétera.

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      rolandoastarita

      21/11/2017 at 15:47

  14. La clase obrera esta dominada, hasta hoy, por la capitalista. Lease: posee el 10 % de la riqueza contra el 90 % que posen élites (Sistema-Mundo 2017).- No puede hacer revoluciones cuando quiera, sólo cuando puede, y eso será, más bien, cuando se cumplan todas o la mayoría de las condiciones que un politologo de altura (y muchos defectos) definio como situación pre-revolucionaria: miseria extensa, movilizaciones, partidos revolucionarios y gobierno débil. Mientras tanto, y sobre todo los obreros que no han sufrido pérdidas en sus rentas-es el efecto del voto económico egotrópico estudiado en la investigación científica: si mis salarios se mantienen voto al que esta en el poder, sea quien sea y haga lo que haga-, claro que los obreros votarán a PP, a Cambiemos, a la Mud. o a… Maduro. Saludos

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    antonio

    20/11/2017 at 15:50

  15. Excelente nota. Muy bien ubicadas las citaciones de los dirigentes de Octubre. Como aporte al debate aporto este fragmento de programa escrito ya hace muchos años: El que debe tomar el poder es el partido
    Los revolucionarios agrupados en partido no luchamos para que un aparato político tome el poder y desde allí, dirija con mano de hierro la construcción del socialismo. No tenemos una visión elitista respecto del ejercicio del poder, en que una disciplinada formación política, operando sobre la insurrección de masas proletarias despolitizadas se apropia de los frutos de la victoria. Una concepción semejante solo puede conducir a la erección de un absolutismo con pretensiones socialistas. Ello no significa minimizar el rol del, o los partidos revolucionarios, indispensables para difundir la conciencia socialista y para orientar a la vanguardia de lucha en cada viraje de la situación política. En todo caso, el partido revolucionario luchará por la toma del poder por las organizaciones revolucionarias de masas y será en su seno donde dará una pelea constante por que se abra paso la orientación correcta. Los cuadros del partido serán la dirección del proceso revolucionario en la medida que sepan ganar el apoyo de la mayoría de la clase, no solo en la toma del poder, sino, a lo largo de la ulterior transición. No apuntará a conformarse como un poder paralelo y mucho menos substitutivo. En tanto el partido, o los partidos revolucionarios hayan contribuido a educar una amplia vanguardia en la estrategia revolucionaria y hayan podido formar decenas de miles de cuadros orgánicos a la clase, tanto las posibilidades de un giro reaccionario en las masas, como las de un deslizamiento ‘sustitucionista’ se atenúan, incluso bajo condiciones objetivas adversas (penuria económica-intervención extranjera- existencia de oposición contrarrevolucionaria etc.) Un partido revolucionario se comporta como dirección política del proceso revolucionario y no como autoridad jerárquica. En tanto su influencia se base en la persuasión, el ejemplo y el convencimiento racional y no en la opresión ejercida por una minoría sobre la mayoría, su accionar estará exento de todo residuo estatalista burgués. Esto no significa que el partido, al frente de la mayoría de la clase, no pueda ejercer coacción sobre otras fuerzas sociales o, incluso, fracciones de la propia clase obrera, nacional e internacional en tanto estas asuman posiciones reaccionarias. El partido ha de ser vanguardia en la resistencia a la intervención restauracionista o la contrarrevolución interna, ha de estar en la primera fila de una guerra revolucionaria. Pero será extremadamente cauteloso en la limitación de la democracia obrera, aún cuando para ello opere como vanguardia de la mayoría de la clase y desde ya, incurrirá en una desviación autoritaria cuando se postule como reemplazante de esta, sin importar el grado de apoyo que le brinden los trabajadores. Naturalmente, la evolución real de lucha de clases no puede ser contenida en un conjunto de fórmulas secas. Ciertamente, numerosas circunstancias históricas promovieron la concentración del poder en una minoría organizada como respuesta transitoria para la supervivencia de la revolución. La revolución rusa fue una de ellas. Pero aún aquí debemos diferenciar la impelente necesidad de la lisa y llana ‘vocación de poder’, con lo cual volvemos al punto de partida. El partido no lucha por la toma del poder para si mismo, como institución de un futuro estado proletario en que las libertades políticas y la función pública sea acaparada por una minoría. Lucha por la instauración del poder obrero, en los marcos de un estado comunal y por el ejercicio de la dictadura por la abrumadora mayoría de la clase. Postular de antemano que el partido lucha por la conquista del poder para si mismo, induce a establecer una distinción substancial entre este y el conjunto de la clase productora, entre un estrato superior, apto para la dictadura y uno inferior, incapacitado para luchar por su emancipación que se verá realizada por medio de este ‘instrumento desinteresado’ encarnación terrenal de la verdad y la virtud. La consecuencia de esta formar de pensar es la construcción de aparatos sectarios y burocráticos que, lejos de representar el germen de la dictadura revolucionaria de la clase, son la simiente amarga de la dictadura burocrática de partido-estado. Esta concepción, derivada de una fetichización abusiva del modelo bolchevique, del que se rechazan sus justos ejemplos y se adoran sus trágicos errores, es la que campea en la abrumadora mayoría de las organizaciones que conocemos. Si alguna vez se habla del poder para la clase trabajadora es sobreentendiendo que esta fungirá como apéndice del partido iluminado e impoluto y más precisamente, de su dirección, en especial término, su líder bienamado. A lo que conduce este tipo de construcción es historia conocida. Despolitización. Fanatismo. Perpetuación de las direcciones mediante el culto a la personalidad. Imposición de criterios, velada, mediante el cerco de presión, la persecución y la calumnia, o directa, mediante las expulsiones. Usurpación de las prebendas del aparato. Formación de una mentalidad de casta privilegiada. Desprecio por la independencia de la vanguardia natural respecto del partido. Boicot a toda iniciativa de esta, que no encaja en las alquimias del Comité Central. Calificación de ‘enemigo del partido’ o sea: de la revolución, a todo aquel que ose disentir y se niegue obstinadamente a prosternarse. Si esto no alcanza, aparece el rótulo de traidor o algo peor. No es de esperar que esta lógica de pensamiento cambie con el acceso al poder. Lo que hoy es una calumnia infame contra un compañero, la amenaza o el apaleamiento de un disidente, mañana serán las celdas de tortura y los campos de concentración. Hay que prevenir y corregir ahora, por que luego, será tarde.

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    AP

    20/11/2017 at 20:26

  16. Se me olvidó aclarar que el título corresponde a una serie de ideas ‘madre’ instaladas en la izquierda y que son criticadas una a una en el apéndice polémico. Caso contrario puede entenderse como un contrasentido.

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    AP

    20/11/2017 at 20:29

  17. Estimado camarada Ramón.

    Le confieso que leo con mucha incredulidad lo que Ud. cuenta de si mismo. ¿Ud. es un obrero que se da el lujo de pasar 15 días de vacaciones en cuba? ¿No será que también está pensando darse una vueltita por Rusia en ocasión del campeonato mundial FIFA? Me siento obligado a reconocer lo “maravilloso” que es el capitalismo español. Con razón hay miles de paisanos que han emigrado a esas tierras. Al parecer es un capitalismo muy “generoso” con la clase obrera. Incluso me imagino que la cosa es mucho mejor en países como Holanda, Noruega, Alemania, etc.

    Me parece muy natural que lo que menos desean esos obreros es que la situación cambie. Mas aún, lo más probable es que estos obreros sientan mucha desconfianza de los grupos electorales de izquierda que se presentan con una pose antisistema, más o menos ostensible. Estando las cosas tan bien para los obreros, el discurso de estos grupos ofreciendo redimir a los obreros de la explotación del capital parece una broma.
    Sin embargo, no vaya a pensar que todo el mundo es así. Me parece que la opinión que Ud. tiene de los obreros está muy influenciada por el nivel de vida de los obreros con los que se vincula.

    Personalmente me vínculo con trabajadores jóvenes que sobreviven con ingresos de 200 a 350 dólares mensuales. La mayoría de ellos tiene dos hijos en promedio. Muchos de ellos son provincianos que vienen a la capital a probar suerte. En provincias la cosa es más grave. La mayoría de los jóvenes trabajadores tienen carga familiar y sobreviven con menos de 200 dólares mensuales. Por supuesto que también hay trabajadores con ingresos de entre 500 a 600 dólares mensuales, pero son un sector muy reducido y poco significativo en toda la clase trabajadora. Aquellos que trabajan en empresas extranjeras (sobre todo mineras) son los que mejor ganan.

    Estamos hablando de trabajadores que en su mayoría son trabajadores agrícolas, comerciantes, cuenta propistas, empleados públicos y trabajadores de MYPES (medianas y pequeñas empresas)
    Le recomiendo que para su próximo viaje de vacaciones haga un recorrido por los países más pobres de Latinoamérica (Ecuador, Perú, Bolivia, Venezuela, etc.). Visite las barriadas y, sobre todo, las provincias más pobres. Converse con la gente y, a su manera, explíqueles a estas masas no proletarias que la única forma de librarse de la miseria es levantando las banderas proletarias. A Ud. Si lo van a escuchar; y hasta es posible que, con sólo ello, deje una valiosa semilla que rendirá frutos en el futuro.

    Tal vez, por primera vez en su vida va a observar en vivo y en directo las condiciones de miseria más espantosas de inmensas masas no proletarias. Seguramente que lo primero que se le vendrá a la mente es que hay suficiente leña seca para que una sola chispa pueda incendiar la pradera. Sin embargo, no es así. La misma miseria predispone a estas masas a caer en las manos de todo tipo de iglesias, charlatanes politiqueros, las mentiras del poder mediático, etc.

    Entonces tiene sentido lo que me comentó hace muchos años un turista alemán. Mas o menos así: “Todo este abanico de iglesias viene de los países desarrollados. Del mismo modo, el proletariado de los países desarrollados debería crear formas de asistencia y vinculación con las masas de los países pobres para que, como mínimo, conozcan sus derechos”.

    Estoy convencido que a nivel internacional es urgente una internacional comunista, y le pido al Prof. Astarita que reflexione sobre ello. El incendio revolucionario no se produce en todas partes. La primavera árabe fue una magnífica oportunidad. El caso es que, para cuando se produzca un estallido revolucionario, en cualquier parte del mundo, el centro mundial comunista esté en la capacidad de trasladar allí cuadros, financiamiento, armas, etc.

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    Amauta

    21/11/2017 at 04:24

    • ¿Qué usted se ha creído? ¿Por qué no puedo ir de vacaciones a Cuba?. Gano mensual mil 100 euros y los dedico a lo que me de la real gana, además los gano trabajando, otros ganan más que yo, y también otros menos y también otros no tienen siquiera trabajo. No iré a ver el fútbol porque no me gusta, tampoco buceo, pero quien es usted para decirme si puedo bucear o no en un balneario cubano, por ejemplo. Debo decirle además, que soy un anticapitalista pero como tengo 31 días de vacaciones las disfruto de la mejor manera que pueda hacerlo. No le veo nada de generoso al capitalismo español (eso es lo que ha dicho usted, ha visto que sandez ha dicho), es un capitalismo del centro de la economía-mundo capitalista donde los salarios son más altos que en los de la periferia, eso no es un secreto ¿usted no lo sabía?.
      Por otra parte, usted que añora una internacional comunista, ¿no sabía usted que los comunistas no son anticapitalistas?, me refiero a los comunistas institucionalmente como partidos y partidos-estados, no en el plano personal individual donde creo que hay muy valiosos compañeros.
      Tenga un poquito más de sentido común, no por ser obrero tengo que quedarme con hambre para sentir lo que es el hambre si tengo dinero para comer, andar descalzo para mostrar que soy pobre, dejar de cobrar mil 100 euros si puedo ganar mil 100 euros para decir que soy por ello un explotado y no puedo satisfacer determinados gustos. Posiblemente sea yo más explotado que usted, aun pudiendo ir de vacaciones a Cuba, la explotación no es vivir en la miseria, pasar hambre, ir descalzo por la calle, andar andrajoso, aunque también pueda implicar eso y de hecho también lo implica, explotación es desde el punto de vista de Marx la relación que hay entre el valor creado y el apropiado, en ese sentido seguramente aporto más valor al capital en relación al que me pagan que el de muchos obreros argentinos casi con toda probabilidad. Aún así mi solidaridad con los explotados, no solo argentinos, sino de cualquier parte es incuestionable.
      Ojalá Sr Amauta pudiéramos deshacernos del nudo gordiano con el cual el capitalismo nos tiene atado a todos, ¡ojalá!.
      Lo que si puede tener claro es que nunca vacacionaré en Cuba y le diré a los cubanos: «yo puedo veranear aquí porque trabajo más que todos vosotros, yo lo puedo hacer porque nosotros vamos más rápido en el trabajo que ustedes que son más lentos y de espíritu más pausado, yo veraneo aquí porque nosotros somos más desarrollados, más inteligentes, invertimos más en innovación, investigación y aplicación de la ciencia y la técnica, yo veraneo aquí porque nuestra ‘democracia’ es más avanzada, etc, etc». Más bien les digo que trabajo menos que ellos, gasto menos esfuerzo físico, mental y muscular y gano más y puedo disfrutar de cosas que ellos no pueden hacer por las injusticias del capitalismo que se caracteriza por el reparto desigual de los beneficios no solo entre las personas, sino entre las regiones geográficas, ¡qué lección de moralidad viene a darme usted a mi!. Eso nunca lo diré ni a los cubanos ni a nadie que viva en la periferia capitalista Sr Amauta, JAMÁS, si puedo hacer algunas cosas que los obreros cubanos (o argentinos por caso) no pueden hacer es, porque gracias a los mecanismos del capitalismo (que ojalá hubiese espacio aquí para explicarle) la mayoría de los ciudadanos que viven en la zona central del mundo capitalista se apropian indirectamente de la mayor parte del excedente de valor creado en la zona periférica del sistema. No me venga a dar lecciones de moralidad usted a mi por ir a Cuba.
      Gracias a Astarita por publicar este comentario.
      Saludos a Astarita.

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      Ramón

      21/11/2017 at 15:12

    • Amauta muchacho…te pasaste mil pueblos.

      Quizás lo que no has entendido es que el movimiento obrero en la península hispánica arrancó lo poco que tiene de las garras del capital. Fue en un momento político concreto, cierto, tras la muerte del dictador, (como otras conquistas se lograron a base de lucha en el resto de Europa tras la IIª GM y por el miedo a la URSS) y todas ellas se están perdiendo tras la implosión soviética y la ofensiva neocon que se defiende ante la crisis.

      Déjate de demagogias que cada cual hace lo que puede desde dónde le toca, incluídos los nacionalistas de izquierda… que parece ser ponen en jake al Estado español…cosa que no hace la izquierda (no nacionalista? española) y el movimiento obrero…si es que existe

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      Comunista abertzale

      30/11/2017 at 08:45

    • Estimado Comunista Abertzale, Desde mi punto de vista el compromiso de un comunista no se limita al proletariado de su país sino que es con todo el proletariado mundial. La perspectiva es la destrucción del capitalismo de la faz de la tierra. Todo ello se facilitaría si los comunistas de diversas partes del mundo adquirieran cada vez mayor conciencia de la necesidad de coordinar opiniones y acciones

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      Amauta

      01/12/2017 at 02:47

    • Amauta compi:

      Lo de la necesidad de la unidad internacional no lo cuestiona nadie. Claro que aquí se llega al nudo gordiano del asunto: debe ser internacionalista, es decir, desde mi punto de vista desde el respeto las distintas nacionalidades y sus procesos revolucionarios.

      El socialismo se desarrolla en marcos territoriales concretos que pueden abarcar distintas cuestiones y sensibilidades además de conceptos culturales que influyen en el desarrollo de los acontecimientos. Yo soy vasco y cargo mi mochila, con sus errores y aciertos. Se puede opinar respecto a un proceso, de acuerdo, pero siempre desde el respeto mutuo.

      Las cosas no están siendo fáciles para nadie, los procesos no son perfectos. es cierto que muchos van a acabar de manera catastrófica (como es el Venezolano) pero tendrá que ser su clase trabajadora la que finalmente asuma la vanguardia de la lucha y sus consecuencias. Los demás sólo podremos imaginar lo que nos gustaría.

      Un saludo.

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      Comunista abertzale

      01/12/2017 at 13:14

  18. Abajo los marinos de Kronstadt. Salve a los marinos de la armada argentina. Algo huele a podrido en Dinamarca.

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    AP

    21/11/2017 at 12:36

    • «Abrazo a Victor Hugo Morales»?!!! ¿A un mercenario de la burguesía progre? Qué cagada.

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      La Cagámpora

      23/11/2017 at 08:58

  19. Profesor, excelente nota. Dos preguntas saltandome el mar de discusiones.
    Menciona en el articulo a los cuentapropistas y tambien, artesanos y pequeños propietarios, ademas de claro obreros y campesinos, pero sobre estas tres primeras clases o fracciones, podria brindar una caracterizacion mas detallada o poseera alguna en algun articulo previo del blog? Encontre uno donde menciona las tres fracciones del proletariado argentino (Estatal, Privado y «La Reserva») pero me serviria de mucho para entender o extender mi estudio mas detalles sobre las 3 clases mencionadas en el presente actual.
    En segundo lugar, en el caso de argentina, ademas de la gran prioridad que es agrupar a la clase obrera fragmentada y dejarse «de joder» con la militancia «anti capitalista» y demas abstracciones del marxismo descafeinado, como se podria elaborar alianzas con las tres clases mencionadas o en que coyunturas concretas integrarlas en el movimiento de lucha? mas especificamente, que ejemplos historicos poseemos en el caso de argentina? Saludos y gracias por su investigacion, profesor con todas las letras.

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    SDPA

    21/11/2017 at 17:43

    • No tengo nada escrito en particular sobre cuentapropistas, artesanos y pequeños propietarios. Y por ahora es abstracta la cuestión de qué tipo de alianza podría establecer la clase obrera con esos sectores, dado el apoyo de la mayoría de los trabajadores a partidos de la burguesía, en primer lugar el peronismo.

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      rolandoastarita

      22/11/2017 at 16:48

  20. Para Ramón.

    En qué momento he dicho que sea una inmoralidad ir de vacaciones a Cuba. Y tratándose de Cuba hasta podría tener una connotación anticapitalista; aclarando que el socialismo burocrático cubano no es santo de mi devoción. Sin embargo, también me gustaría ir a Cuba, pero para unirme a la resistencia revolucionaria contra la oprobiosa dictadura burocrática que ha condenado a la clase trabajadora de la isla a la miseria. Le confieso que también me gustaría ir a Cataluña para decirles a los obreros (premunido de un espíritu bolchevique a lo Gabriel Miasnikov) que aquello de la independencia nada tiene que ver con sus intereses.

    Soy un comunista (ya que Ud. me comenta su credo político) que propugna un gobierno de las organización obreras y populares en el proceso de la construcción del socialismo. Debo decirle que algunas de sus expresiones me siguen asombrando; sobre todo aquello que las organizaciones comunistas no son anticapitalistas pero que los comunistas como individuos si podrían serlo. Efectivamente, esta teoría no la conocía. Entonces, cae por su propio peso, que Ud. es contrario a toda organización comunista. Como anticapitalista que es ¿cuál es el modelo de sociedad que Ud. propugna?

    Me parece muy acertada su afirmación de que la mayoría de los ciudadanos del centro capitalista mundial se apropian indirectamente de la mayor parte del excedente de valor creado en la periferia. A lo que habría que añadir que parte de dicha apropiación se refleja en los salarios de los trabajadores de esta región del mundo.

    Son las transnacionales las que se apropian directamente de dichos excedentes. Soy testigo de la horrorosa devastación humana y ambiental que provocan las transnacionales mineras. Sigue muy presente en mi memoria los niños que no podían mantener el equilibrio por el mercurio y plomo que tenían en sus cuerpos.

    No me queda la menor duda que un componente importante de los relativamente altos salarios de los trabajadores del centro lo constituyen la sangre, sudor y lágrimas de los trabajadores sobreexplotados y pueblos devastados en la periferia. Es un hecho que muchos obreros del centro no sean conscientes de ello.
    Es el dinero que se lo ganan trabajando y punto. Sin embargo, aunque en mucha menor cantidad, existen aquellos que si son conscientes. El simple hecho de serlo es ya un inicial paso de un futuro compromiso entre el proletariado del centro con las masas trabajadoras de la periferia.

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    Amauta

    22/11/2017 at 05:48

    • «No me queda la menor duda que un componente importante de los relativamente altos salarios de los trabajadores del centro lo constituyen la sangre, sudor y lágrimas de los trabajadores sobreexplotados y pueblos devastados en la periferia».

      Es la idea que adelantó Arghiri Emmanuel, sobre «naciones burguesas y naciones proletarias», y luego repitieron infinidad de tercermundistas y nacionalistas, incluidos marxistas-nacionalistas. Por caso, recuerdo haber escuchado, hace unos años, a una dirigente trotskista explicando que los trabajadores españoles «tienen altos salarios porque España es imperialista y explota a Argentina». Desde hace décadas el argumento teórico fundamental para sostener esto es la tesis de intercambio desigual, dada la desaparición del colonialismo clásico (aunque la dirigente en cuestión jamás tuvo idea de nada que tenga olor a teoría). La conclusión política que se desprende de esto es que no existen fundamentos reales para el internacionalismo. En otros términos, el proyecto socialista no tiene ninguna posibilidad. La revolución vendrá desde los marginados del sistema (por ejemplo, las masas campesinas del Tercer Mundo, los inmigrantes, los estudiantes que critican el consumismo, etc), tesis muy popular en los 1960 y 1970. No es casual, por eso, la adhesión de los nacionalistas izquierdistas de todo tipo a la tesis del intercambio desigual. Y la disposición a defenderla a cualquier precio. He criticado esta tesis en repetidas oportunidades.

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      rolandoastarita

      22/11/2017 at 09:04

    • «No es casual, por eso, la adhesión de los nacionalistas izquierdistas de todo tipo a la tesis del intercambio desigual. Y la disposición a defenderla a cualquier precio. He criticado esta tesis en repetidas oportunidades.»

      Yo le contesto señor Astarika que los salarios de los trabajadores del centro cada vez menos constituyen la sangre, sudor y lágrimas de los trabajadores de la periferia. Dentro del imperialismo a niveles de estado se está dando una profundización de la desigualdad…incluso dentro del imperialismo hay países de segunda y tercera. El capitalismo utiliza la deslocalización, la migración, la evasión de impuestos para combatir a la clase obrera del centro (esto es utilizado por la extrema derecha no para combatir la injusticia del capital sino para fomentar las políticas xenófobas y racistas), así que acusar a lo que usted denomina de nacionalismo de izquierda de defender el intercambio desigual me parece un argumento facilón… y sino ponga ejemplos.

      Es más, los grandes beneficios de las transnacionales españolas por ejemplo se obtienen en Latino América y eso para nada repercute en los precios por ejemplo de la luz, el teléfono o la gasolina en este mal denominado primer mundo. Pregunte usted cómo contrata o subcontrata por ejemplo Iberdola o Movistar en España, pregunte por los salarios… ¿será que las juntas de accionistas y sus beneficios ya no dependen de sus producciones y servicios sino del sistema financiero y las empresas mencionadas solo se preocupan de bajada de costos también en Europa por ejemplo?

      En ciertas tesis hay que tener cuidado porque parece algunas veces que un hecho objetivo se expresa como una acusación contra el proletariado del primer mundo: «No me queda la menor duda que un componente importante de los relativamente altos salarios de los trabajadores del centro lo constituyen la sangre, sudor y lágrimas de los trabajadores sobreexplotados y pueblos devastados en la periferia. Es un hecho que muchos obreros del centro no sean conscientes de ello.» Yo añadiría que es un hecho cómo la conciencia de muchos obreros de la periferia apoyan a gobiernos que devastan a la izquierda en latino América.

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      Comunista abertzale

      30/11/2017 at 11:59

  21. Compañero profesor Rolando Astarita
    He leído en este post esta aseveración suya a un participante en el interesante foro que siempre se despliega tras el artículo principal: “la única contradicción que no puede superar el capitalismo es la contradicción capital – trabajo. Es en este sentido que sostengo que la clase obrera es la única fuerza social que está en contradicción con el sistema capitalista (esto es, no lo está la pequeña burguesía)”. Creo deducir de ello que usted considera la relación capital-trabajo como la contradicción fundamental del capitalismo.
    Yo quisiera reflexionar sobre ello, son reflexiones, no van dirigidas contra nadie en específico, sino reflexionar.
    La verdadera contradicción fundamental del capitalismo pienso que está en la contradicción entre el valor y la vida social concreta. Para el marxismo tradicional en todas sus variantes, la contradicción fundamental del capitalismo es la que se da entre capital y trabajo asalariado, entre trabajo muerto y trabajo vivo, esto se puede leer en todas partes.
    Sin embargo, reflexionando sobre dicho antagonismo (que es real) esta oposición no es por el contrario más que un aspecto derivado de la verdadera contradicción fundamental, entre el valor y la vida social concreta.
    La lucha de clases fue, ha sido y es la forma de movimiento inmanente al capitalismo, la forma en la que se desarrolló la base aceptada por todo el mundo: el valor. El desarrollo lógico, que comienza con la contradicción interna de la mercancía y luego deduce todas sus consecuencias, considera las clases sociales, y sobre todo las dos clases por excelencia: la de los capitalistas y la de los trabajadores, no como las creadoras de la sociedad capitalista, sino como sus criaturas, no son sus actores, sino que son activados por ella.
    Trabajo asalariado y capital no son más que dos estados de agregación de la misma sustancia: el trabajo abstracto cosificado en valor, se trata de dos momentos sucesivos del proceso de valorización, de dos formas del valor, las clases no constituyen un antagonismo absoluto; son formas con ayuda de las cuales se realiza el sujeto automático, el valor; como alguien ha dicho en otras palabras el trabajo asalariado y el capital no existen más que en su oposición recíproca, en consecuencia, solo pueden desaparecer juntos.
    Sí como Marx dice, el capital no es una “cosa”, sino una “relación social”, esto significa que, tanto los trabajadores como los propietarios forman parte del capital, pero como los marxistas recaen en la definición burguesa del capital como conjunto de medios de producción; conciben la “relación” como una relación entre clases, en la que solo una de ellas “posee” el capital, y no como la relación tautológica del trabajo abstracto consigo mismo, que más adelante produce a los sujetos sociales.
    La clase capitalista y la clase obrera son consecuencias de la organización del trabajo social en las categorías del capital y del trabajo asalariado, y no sus creadores; es el valor el que constituye las clases y cuyo reparto es lo éstas se disputan, como alguien también ha dicho por ahí.
    Los “marxistas tradicionales” de todas las tendencias: leninistas o socialdemócratas, académicos o revolucionarios, tercermundistas o socialistas “éticos”, ponían (ponen) en el centro de sus razonamientos la idea del conflicto de clases en cuanto lucha por el reparto del dinero, de la mercancía y del valor, sin ponerlos ya en cuestión como tales, baste ver que una parte considerable de las “luchas sociales” actuales, en el mundo entero, es esencialmente la lucha por el acceso a la riqueza capitalista, sin cuestionar el carácter de esta supuesta riqueza.
    Lo que queda hoy de la lucha de clases es un corporativismo, un lobbismo para unos grupos de asalariados que no demandan otra cosa que sobrevivir en la competencia mundial, en cuyo accionar, a menudo van del brazo de sus empleadores, aceptando reestructuraciones “dolorosas” y/o reducciones de salario para mantener la “competitividad” de “sus” empresas y salvar “empleos”, con lo cual NO “TRAICIONAN” SU MISIÓN, SINO QUE HACEN EXPLÍCITA LA IDENTIDAD ENTRE CAPITAL Y TRABAJO ASALARIADO, QUE YA ESTÁ ESTABLECIDA CON EL VALOR, por ello tomo con reserva la afirmación del compañero profesor Rolando Astarita en el sentido de que “la clase obrera es la única fuerza social que está en contradicción con el sistema capitalista”; si me apuran un poquito diría ya en un plano coloquial (en el sentido de no estrictamente científico) que en contradicción con el sistema capitalista esta todo el mundo. Para que terminen riéndose de mi les diré, que el capitalista que dirige mi empresa (estrictamente su gerente) devenga más salario que nosotros los trabajadores, pero: trabaja todo el día a turno partido (mañana y tarde), vive estresado, termina la jornada vespertina a las 9 de la noche, trabaja los sábados con similares horarios (así que mucha vida familiar no tiene), cuando lo miras lo percibes ansioso, sometido a la tensión diaria de que las cifras de ventas tienen que ser no solo con ganancias, sino con ganancias siempre crecientes, condición sine qua non para no verse desplazado del cargo. En otras palabras, y advierto que esto no es una defensa de la clase capitalista, ¡el capitalismo es una sociedad infernal hasta para los propios capitalistas!, por más que los detentadores del capital no son víctimas inocentes pues se prestan de buena gana a su labor, también es cierto que tampoco son capaces de controlar un proceso impulsado por las contradicciones internas de una sociedad que tiene la mercancía como “célula germinal”. En realidad, los capitalistas no son más que los siervos de la autovalorización tautológica del capital, que reinvierten sus beneficios en el ciclo siempre incrementado de la producción. Y sí el capitalismo es así para los capitalistas, ¡imaginen como será y es para el resto!.
    Todas las revoluciones socialistas que hemos visto compañero y querido profesor Rolando Astarita dejaron intacto el modo de actividad y solo trataban de lograr otra distribución de esta actividad, una nueva distribución del trabajo entre otras personas, al paso que la verdadera revolución comunista deberá estar dirigida contra el modo anterior de actividad, eliminando el trabajo y suprimiendo la dominación de las clases al acabar con las clases mismas. De tal forma que el lema no es “liberar el trabajo” puesto que el trabajo ES libre en todos los países civilizados, DE LO QUE SE TRATA NO ES DE LIBERAR AL TRABAJO, SINO DE ABOLIRLO.
    Termino diciendo al compañero Amauta (cuyos escritos merecen mi admiración y respeto) que comparto la tesis de Ramón que los comunistas cuando han tomado el poder y se han constituido como poder-estado nunca se han comportado como anticapitalistas, al contrario luego de un periodo de autarquía y aislamiento de la economía capitalista todos han luchado y se han esforzado por integrarse de pleno en la economía capitalista mundial.
    Son solo unas reflexiones que invito a meditar, el importante y destacado Blog Marxismo & Economía del compañero profesor argentino Rolando Astarita es un buen lugar para ello.
    Un saludo cordial y afectuoso.

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    Rodolfo Crespo

    22/11/2017 at 14:25

    • Son como las conclusiones sacadas por Guy Debord y los situasionistas respecto al capital, y que se encuentran muy bien desarrolladas en la sociedad del espectáculo, texto que merece sus horas de estudio. Le hacen bien a la ultraizquierda estos análisis medios escabrosos.
      Saludos

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      Ignacio Argonauta

      24/11/2017 at 10:18

    • Ignacio no sé sí es escabroso el análisis pero refleja muy bien la realidad. Saludos.

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      nardito

      24/11/2017 at 15:27

    • Me gustó el planteo. La clase obrera es un producto del capitalismo y también debe ser abolida. El socialismo no es solo colectivizar los medios de producción, es abolir el trabajo enajenado. Es convertir a la economía en una instancia subordinada de la vida comunitaria organizada, y no como pasa ahora, que la vida comunitaria es organizada por una economía autonomizada.

      Creo que si se mantiene el enfoque de socialismo como abolición del trabajo enajenado, y no solo como un cambio en la organización social del trabajo, es posible prevenir regímenes burocráticos desde el inicio, ya que este objetivo también requiere organizaciones que no son las leninistas, donde una minoría se acostumbra a ver a las masas como un ejército a dirigir y tiene la perspectiva de tomar el poder para sí.

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      La Cagámpora

      26/11/2017 at 09:36

  22. Gracias por la observación Prof. Astarita. Creo que tengo que profundizar en el tema. Obviamente hablar de naciones burguesas y naciones proletarias es un contrasentido total.
    Saludos.

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    Amauta

    23/11/2017 at 03:42

  23. Estimado Rodolfo Crespo,

    es innegable que en esta primera oleada de revoluciones socialistas que se inició con la revolución de octubre, los partidos comunistas se hicieron del poder y terminaron adictos a los privilegios del poder. En ese proceso, al interior de dichos partidos se desarrollaron unas abominables burocracias, que vivían rodeados de todo tipo de privilegios a costa de la sangre, sudor y lagrimas de los trabajadores, dentro de los márgenes de regímenes autoritarios con total negación de los derechos humanos. Pero de estos dramáticos hechos no se puede llegar a la conclusión que los comunistas son así por naturaleza y siempre serán así. De ninguna manera.

    Los principales líderes bolcheviques con Lenin a la cabeza pagaron caro el noviciado en la construcción de una nueva sociedad revolucionaria. Dado lo inédito del asunto, no estuvieron lo suficientemente formados (carecieron de la experiencia necesaria) para orientarse acertadamente por los intrincados laberintos de un nuevo Estado obrero y campesino. En ese proceso cometieron muchos y fatales errores.

    El gran error de Lenin y de la mayoría de connotados bolcheviques fue creer que la única fuerza que podría construir el socialismo era el partido comunista y que la misión de las masas trabajadores era solamente obedecer; que el partido comunista era el destacamento más avanzado de la clase obrera y el único posible; en otras palabras, que en la sociedad “soviética” no había cabida para otros partidos. Que quede claro que el deceso de Lenin fue demasiado pronto y que existe una probabilidad de que otra pudiera haber sido la historia si hubiera podido vivir dos o tres décadas más.

    Pero, así como hubo comunistas equivocados dentro del partido bolchevique también hubo valerosos comunistas que se dieron cuenta del camino errado y dieron dura batalla por enmendar rumbos. De esta forma se alzaron las criticas de Rosa Luxemburgo desde Alemania; dentro del partido bolchevique se formó el grupo Oposición Obrera liderados por los camaradas Osinski, Kollontai y Maximov; el grupo comunistas de izquierda con Bujarin y Radek; el Grupo obrero de Gabriel Miasnikov, etc.

    Mención aparte merece Miasnikov, un obrero bolchevique valeroso e infatigable que se atrevió a desafiar a toda la burocracia en formación, incluido Lenin (se vio obligado a responderle una carta que le envió el obrero, todo se encuentra en internet).

    Todos estos camaradas pagaron con su vida su atrevimiento. Recomiendo la lectura de “La oposición bolchevique a Lenin” de Paul Avrich (se encuentra en internet). La vieja guardia del partido termino fusilada en su gran mayoría; estamos hablando del comité central que hizo la revolución de octubre. ¿y que fue eso? ¿fueron fusilados por error? O es que, tal vez, muerto Lenin, la parte sana del partido bolchevique se decidió a saldar cuentas con la burocracia dirigida por Stalin y perdieron.

    Estimado Rodolfo, no todo fue gris y pérfido en el partido bolchevique en el poder. Hubo un valeroso sector de bolcheviques que nos han dejado hermosas lecciones de dignidad, a quienes rindo homenaje.
    Saludos.

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    Amauta

    23/11/2017 at 03:49

    • Es decir:
      ¿De no ser por la prematura muerte de Lenin hubiera sido posible el socialismo en un solo país?
      ¿Las derrotas de las revoluciones alemana, húngara, china… no tuvo incidencia en el devenir de la URSS en estado totalitario?
      La posibilidad del «socialismo en un solo país», llevada a su máxima expresión por Stalin pero aceptada no solo por él, subyace en los habituales análisis del fenómeno burocrático en la URSS.

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      Robesus

      26/11/2017 at 07:14

    • Yo soy partidario de hacer un análisis marxista del bolchevismo, y creo ajeno al marxismo los análisis que simplemente dividen una praxis entre aciertos y errores (en comparación a un ideal o programa declamado), dignidad y traición, etc.

      El bolchevismo debe ser analizado y juzgado por lo que efectivamente hizo y no por lo que dijo que hizo o que iba a hacer, como cualquier otro partido. Debe ser juzgado por el carácter social de su programa y siendo que fue un partido verticalista debe tenerse en cuenta la composición social de su dirigencia y no solo la de su base.

      Este es el mejor análisis marxista del bolchevismo que conozco.

      https://www.marxists.org/espanol/wagner/1934/tesis.htm

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      La Cagámpora

      26/11/2017 at 09:43

  24. Interesante polémica sobre los marinos de la patriahttp://www.lanacion.com.ar/2084234-submarino-perdido-el-cruce-entre-dirigentes-de-izquierda-y-los-islenos-por-la-ayuda-britanica

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    AP

    23/11/2017 at 22:24

    • Lo de Gabriel Solano es nacional marxismo en su más pura expresión. Se trata de un discurso destinado a exacerbar el nacionalismo en la población. Cada vez me siento más y más alejado del programa del FIT.

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      rolandoastarita

      23/11/2017 at 23:11

  25. Para ser sincero, Rolando, compañero, amigo, yo también. No me queda ni una partícula de duda.

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    AP

    24/11/2017 at 12:12

  26. Veamos esta nota socialpatriota para solaz del marxismo:http://www.po.org.ar/prensaObrera/online/politicas/ara-san-juan-reclamemos-toda-la-verdad

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    AP

    25/11/2017 at 10:51

    • Si se lo bancan lean los comentarios. Hasta los fachos y los servicios se hacen un pic nic con tanto desfogue de nacionalismo¡

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      AP

      25/11/2017 at 11:04

    • Dudo que los servicios festejen y menos en una pagina de la izquierda. el fit en general clasifica sin embargo, de semicolonia a la argentina, llevando a estas mezclas extrañas y ridiculas. Que lamentablemente reflejan el estancamiento del partido de la vanguardia mas templada… (PO)
      Sin embargo creo que hay que tener una politica o pronunciamiento hacia estas cuestiones (44 muertos en un submarino, transfondo real) y sobre todo en el caso de las fuerzas, un acercamiento a su composicion que, si bien esta educada en el corporativismo patriotero propio de la guardia de reaccion, posee gente dentro de sus filas que de verdad cree que es el camino para una suerte de «socialismo de estado»

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      SDPA

      26/11/2017 at 14:39

  27. Rolando, me gustaría saber si conocés este texto. Si no, te invito a leerlo.

    https://www.marxists.org/espanol/wagner/1934/tesis.htm

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    La Cagámpora

    26/11/2017 at 09:45

    • No conocía este texto, gracias por el envío. Acabo de leerlo. Básicamente, no coincido en casi nada con lo que sostiene. No puedo explicarlo en un «comentario», pero me parece de un simplismo asombroso. Para señalar solo un aspecto, para sostener su tesis de que el «bolchevismo» fue en esencia el dominio de la intelectualidad pequeño burguesa revolucionaria sobre la clase obrera y los campesinos, y que no había diferencias en el contenido de clase de las revoluciones de febrero y de octubre (de 1917), reduce la economía de la URSS a «capitalismo organizado por el Estado». En una nota anterior discutí esta caracterización e intenté explicar por qué se trató de un fenómeno mucho más complejo. Pero esa complejidad también se ve en el llamado «bolchevismo».

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      rolandoastarita

      27/11/2017 at 11:08

    • Ok. Estaría bueno que hagas la crítica en algún artículo ya que un comentario no alcanzaría. Saludos.

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      La Cagámpora

      14/12/2017 at 08:01

  28. Excelente el texto recomendado por el camarada La Cagánpora. Su lectura es obligatoria. Estimado Robersus, permítame terminar de digerir el texto en mención y le respondo a sus preguntas con mejor fundamento.
    saludos.

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    Amauta

    26/11/2017 at 13:27

    • Interesante sin duda, aunque sin compartir todos sus argumentos.
      Pero para responder la pregunta acerca de si es posible el socialismo en un solo país no es necesario digerir tales tesis, basta con el Manifiesto comunista, el cual, como sabemos, acaba exortando a la unión de los proletarios de todos los países.

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      Robesus

      27/11/2017 at 09:42

  29. He encontrado tres textos de un debate algo antiguo entre dos marxistas en torno a la figura de Trotsky, muy relacionados con el tema de la nota. Van por orden cronològico
    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=98272 «Trotsky no existe» de Manuel Navarrete
    http://debatespolitica.com/513 «Trotsky molesta» de pepe gutierrez
    http://elcaminodehierro.blogspot.com.es/2010/07/leon-trotsky-el-primer-estalinista.html «Trotsky, el primer stalinista» de Manuel Navarrete
    Doy mi opiniòn: De forma velada, M. Navarrete intenta colarnos una defensa de Stalin. Lo que el viene a decir es: «Trotsky -y tambièn Lenin- tomò o abogò por medidas de tipo estalinista cuando tuvo responsabilidades gubernamentales, pero estaban justificados por el contexto històrico. Por consiguiente las medidas estalinistas de Stalin tambièn estaban justificadas por su momento històrico».
    Yo estoy de acuerdo en que la actuaciòn en Kronstadt o la propuesta de militarizar los sindicatos tenìan mucha similitud con el estalinismo -no asì las medidas que menciona sobre los generales zaristas, pero las conclusiones que saco son las opuestas: el «estalinismo» de Trotsky y Lenin es tan poco justificable como el del propio Stalin. Dicho esto, me parece que la diferencia de grado es tan enorme que pretender una equiparaciòn completa como la que sugiere el autor es una barbaridad.
    Respecto a Pepe gutierrez, lo ùnico que hace es irse por las ramas y hacer ataques e insinuaciones personales que no vienen muy a cuento.
    En fin si a algùn lector del blog decide leerse los artìculos me gustarìa saber su opiniòn, porque a mi me han llamado mucho la atenciòn. Un saludo.

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    David

    29/11/2017 at 20:05

  30. Estimado camarada Robesus:

    Estoy en completo desacuerdo que la labor política de partidos comunistas de diversos países se supedite a los intereses de una supuesta “patria del socialismo” (la URSS quiso asumir dicho status). Es inaceptable la actitud de muchos partidos comunistas (PC) que llamaron a las masas trabajadoras a apoyar a gobiernos reaccionarios siguiendo las ordenes de la URSS, sólo por el hecho de que esta supuesta patria del socialismo mantenía buenas relaciones con dicho gobierno. En realidad, estos PC’s fueron “agentes” a sueldo de la Unión Soviética y actuaban en función de las directivas de los burócratas soviéticos, olvidándose de los intereses del proletariado de sus países y del proletariado mundial.

    Algo muy repugnante fue la actitud de los burócratas soviéticos y chinos que, sin el menor rubor, establecían relaciones comerciales con dictaduras sanguinarias (Pinochet, Idi Amin, etc.). Más repugnante fue la actitud servil y mercenaria de aquellos PC’s siempre dispuestos a aplaudir y justificar las acciones de abuso imperial (invasiones a Checoslovaquia, Afganistán, etc. por parte de la URSS) y a negar los actos de genocidio de la burocracia soviética contra su propio proletariado (campos de concentración en la URSS, miles de presos políticos, etc.). El reconocimiento de muchos PC´s al PCUS como partido padre, al que le rindieron lealtad y obediencia, fue algo nefasto. La lealtad de un PC es a la clase obrera mundial y sólo con ella. Ciertamente, todas estas barbaridades ocurrieron bajo la sombra de la consigna de socialismo en un sólo país, enarbolada por la burocracia soviética.

    Es obvio que la victoria completa y definitiva del socialismo en un sólo país en el mundo es prácticamente imposible. Sin embargo, mas importante es definir si los marxistas deben apoyar una revolución aislada aun a sabiendas de que no será posible el socialismo en un solo país; o si deben llamar a los revolucionarios a desistir de esa revolución por ser algo inútil

    No está descartada la posibilidad en las próximas décadas de revoluciones triunfantes simultaneas. Tampoco está descartado el triunfo de una revolución aislada dirigida por una vanguardia proletaria. Sería una locura, para esta última, llamar a los revolucionarios a desistir de la revolución y devolverle el poder a la burguesía por el hecho de que es imposible el socialismo en un solo país.

    Una vez hecha la revolución, y, sobre todo, si en la vanguardia dirigente hay predominio marxista, ya no es posible dar marcha atrás. Además, debe tenerse muy claro que no es lo mismo que la vanguardia dirigente haga del poder un monopolio suyo, considerando ello con un derecho natural; o que cumpla con transferir el poder a las organizaciones obreras y populares consiente de que toda monopolización del poder por un grupo conlleva inevitablemente a la burocratización y la conformación de una nueva clase explotadora y represora de los trabajadores.

    En el primer caso llegaremos a un régimen de dictadura partidaria y a un horroroso totalitarismo contra los trabajadores en condiciones de semiesclavitud. Bajo este escenario la democracia burguesa sería la única alternativa para rescatar a esos trabajadores de la semiesclavitud. Incluso, el mismo efecto tendría si se tratara de revoluciones simultáneas en varios países capitalistas avanzados donde las vanguardias dirigentes se adueñan del poder mediante la fuerza, pretendiendo perennizarse en él.

    En el segundo caso, estaremos en un régimen de democracia directa a todo nivel (inédito hasta el momento, lo que es su principal desventaja) donde la fuerza creativa de las masas (superando innumerables dificultades, muchas de las cuales parecían imposibles de superar) logran cuajar un gobierno y una economía pública con capacidad de satisfacer las necesidades más elementales de los trabajadores. Estamos hablando de una dictadura de clase donde las asambleas designan o remueven en cualquier momento a sus representantes ante los órganos de poder, dentro de un régimen político donde es imposible que se desarrolle una burocracia y que cuenta con la protección de unidades militares que se supeditan a las decisiones de las asambleas y consejos donde millones de ciudadanos se entrenan como milicianos para la defensa de la revolución de posibles agresiones de los imperialistas. Finalmente, debe quedar claro que todo esto no será posible sin la guía científica de la vanguardia comunista que, desde las profundidades de las masas constituyen la sangre, el corazón y el ama de la nueva sociedad revolucionaria. Los comunistas debe ser los trabajadores más abnegados, los dirigentes más consecuentes, los académicos más brillantes, los artistas más talentosos, etc. De no ser así esta sociedad sería inviable.

    Una sociedad revolucionaria democrática y antiburocrática prontamente se ganará el apoyo militante del proletariado mundial. Esa será su mejor defensa al bloqueo económico imperialista y a sus pretensiones de invasión militar.

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    Amauta

    30/11/2017 at 05:23

  31. ¿Conoce la obra de Livio Maitan? ¿Opinión?

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    Thompson

    01/12/2017 at 09:17

    • No la conozco. De Livio Maitan solo leí alguna intervención, de hace muchos años, cuando era dirigente del Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional.

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      rolandoastarita

      01/12/2017 at 09:53

  32. Me atrevo a comentar, lo más sintéticamente posible, los tres artículos sobre Kronstadt. Tomaré del primero de los artículos el párrafo con el que lo inicia para reflexionar sobre el tema propuesto: “En los estudios y debates acerca de las causas que llevaron a la burocratización de la Revolución de Octubre, la cuestión de Kronstadt ocupa un rol prominente”.

    Con respecto a qué se entiende por “burocratización de la Revolución de Octubre” no está aclarado en estis artículos.

    Los mismos proponen explicaciones en cuestiones como la falta de “libertades”(1), si la dictadura del proletariado es del partido o de las organizaciones de masas, la centralización o descentralización de la revolución, una larga controversia entre el marxismo y el anarquismo que también, al menos en parte, lo ha sido dentro de las corrientes marxistas. O sea, el núcleo del tema planteado son “las causas”. Lo que pretendo es reflexionar precisamente sobre éstas.

    En primer lugar veamos de qué manera anticipaban los marxistas una posible revolución en Rusia antes de octubre y qué esperaban de ella.

    En el prefacio de enero de 1882 al Manifiesto Comunista Marx y Engels afirmaban: “Cabe, entonces, la pregunta: ¿podría la comunidad rural rusa –forma por cierto ya muy desnaturalizada de la primitiva propiedad común de la tierra- pasar directamente a la forma superior de la propiedad colectiva, a la forma comunista, o, por el contrario, deberá pasar primero por el mismo proceso de disolución que constituye el desarrollo histórico de Occidente?
    La única respuesta que se puede dar hoy a esta cuestión es la siguiente: si la revolución rusa da la señal para una revolución proletaria en Occidente, de modo que ambas se completen, la actual propiedad común de la tierra en Rusia podrá servir de punto de partida para el desarrollo comunista.”

    Lenín, en julio de 1908 en Material inflamable en la política mundial, declaraba “el proletariado debe seguir su propio camino independiente hacia la victoria completa de la revolución apoyándose en la necesidad de que el problema agrario en Rusia sea resuelto violentamente por las propias masas campesinas… señalándose como tarea la dictadura democrática del proletariado y del campesinado en Rusia y recodando que su lucha y sus victorias están indisolublemente unidas al movimiento revolucionario internacional.”

    Es decir, a la revolución en Rusia, último bastión del antiguo régimen, se la consideraba como antecesora de la revolución socialista en occidente y ligado su destino a ésta.

    Mientras se esperaba el triunfo insurreccional en occidente, principalmente en Alemania, Rusia salía, en 1921, de 3 años de guerra civil y las condiciones materiales en que se encontraba, ampliamente detalladas en Historia de la Revolución Rusa de E.H.Carr e Historia del partido Bolchevique de P. Brué, eran de manera muy resumida las siguientes:

    a. En 1917 la cantidad de obreros fabriles era de alrededor de 3 millones, en 1921 de 1 millón doscientos cincuenta mil.
    b. Las grandes ciudades habían perdido el 50% de su población, situación en la que se encontraban Moscú y Petrogrado.
    c. La infraestructura productiva semidestruida.
    d. El salario de los trabajadores cubría apenas un tercio de las necesidades básicas.
    e. Hambrunas en regiones del interior.
    f. Innumerables conflictos obreros y levantamientos campesinos.

    En infinidad de ocasiones los bolcheviques, Lenin en especial, pusieron de manifiesto la necesidad del partido de lograr una influencia decisiva en el campesinado como parte fundamental, junto al proletariado, de la revolución que se aproximaba, resaltando “Si en la lucha por la república y la democracia no pudiéramos apoyarnos en los campesinos además del proletariado, mantener el poder sería una causa perdida” (Dos tácticas de la Socialdemocracia en la Revolución Democrática, Lenin). El campesinado representaba el ala pequeño burguesa de la revolución, un aliado provisorio pero necesario. De esta manera presentaba ese período un agudo estudioso de la Revolución Rusa:

    “El factor decisivo fue la actitud de los campesinos, cuya lealtad al régimen bolchevique y la reluctancia con que se sometían a las requisas venían inspirados principalmente por el miedo a una “restauración blanca” y a la pérdida de sus tierras. Cuando, finalmente, desapareció este temor, quedó la puerta abierta al resurgir de los resentimientos normales ante exacciones opresivas cuya única justificación ya no existía. Los brotes de descontento campesino, que habían empezado con la desmovilización en septiembre de 1920, crecieron en extensión y violencia durante todo el invierno, hasta el punto de que Lenin, en marzo de 1921, admitía que “decenas de cientos de miles de soldados desbandados se están convirtiendo en bandidos”. Estos desórdenes difusos constituyeron el trasfondo y el preludio de la rebelión de Kronstadt de marzo de 1921… Las demandas de los campesinos ocuparon un lugar importante en la primera resolución de la asamblea de los amotinados del escuadrón naval…” E. H. Carr, Tomo II pag. 283, op. cit.

    Asomaban con virulencia los conflictos de clases.

    A los bolcheviques no les quedaba más que defender con todas sus energías la revolución a la espera de su expansión en occidente. Trosky así analizaba Kronsdat en 1938:

    Luego de algunos rodeos sobre la composición de clase de los marineros de Kronstadt, Trotsky apunta al centro del problema: “En 1921 Lenin reconoció abiertamente, más de una vez, que la defensa obstinada por el partido del comunismo de guerra se había convertido en un gran error…Cualesquiera que sean las causas inmediatas o remotas de la rebelión de Kronstadt, fue en su esencia misma un peligro mortal para la dictadura del proletariado”. O sea, una elección entre dos males, como lo define Victor Serge, de origen anarquista, en Memorias de Mundos Desaparecidos.

    La revolución rusa, aislada, fue descomponiéndose, administrando un orden económico y social que no correspondía a sus objetivos estratégicos, cargando sobre sus hombros todos los errores, a la espera de una revolución en occidente que no llegó, tal vez, porque no era su hora. Y si no era su hora entonces el “error” fue de la Historia que puso al frente de una revolución burguesa en Rusia al partido político destinado a destruirla.

    El curso de burocratización del Estado Soviético que siguió, como consecuencia principalmente del aislamiento de la revolución de Octubre, fue la forma que adquirió el proceso de agotamiento de sus energías revolucionarias. Se podrá discutir sobre las características que debería tener la dictadura del proletariado, si más o menos libertades, si en 1921 se podía hacer algo distinto en Kronstadt, pero, en mi opinión, pretender explicar la burocratización del Estado Soviético sacando lecciones de estos acontecimientos (Kronstadt), en realidad no se sacan lecciones, sino que es una forma de explicar las propias posiciones que son independientes de tales acontecimientos.

    (1) Dato curioso, los mencheviques y SR eran mayoría en el gobierno de Kerensky. En julio de 1917 el gobierno provisional lanzó una represión feroz sobre los bolcheviques, asesinando militantes, cerrando locales, encarcelando dirigentes, acusándolos de agentes alemanes. Cuenta Trosky en Mi Vida que Lenín le dijo “este es el momento, nos matarán a todos”.

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    Carlos

    31/12/2017 at 01:02

  33. Aquí me gustaría aportar varios análisis. Uno de la Corriente Comunista Internacional, que es muy crítico con la política de los bolcheviques al respecto, a pesar de lo cual siguen reivindicando a Lenin y a Trotsky. A mi me resulta imposible lo último, se me revuelven las tripas al ver lo que hicieron. Ya solamente viendo como funcionaba la checa, o la represión sobre cualquier otra fuerza independiente en los soviets confirman que era una dictadura del partido.

    http://es.internationalism.org/revista-internacional/197507/940/las-ensenanzas-de-kronstadt

    Sinceramente, no esperaría de los anarquistas de Kronstadt una cuarta revolución en un país en el límite de la hambruna. Solo puedo simpatizar con los valientes que se levantaron contra una dictadura tan brutal y que brutalmente fueron tratados.

    Tengo otro vínculo con una revista italiana de «izquierda ilustrada», es un tanto ecléctico y atrapatodo, pero interesante. Supongo que aplicando el traductor al italiano no será tan dificil.

    Un saludo a todos. En este blog se aprende un montón. Hasta puedo coincidir con Rolando en lo cansino del consignismo trotskista. Setenta años y no se dan cuenta que no funciona.

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    Alberto Esparcia

    21/02/2018 at 15:43


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