Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Myanmar: limpieza étnica y violaciones en masa

with 13 comments

Entre los comentarios que suscitó la nota “Defender lo elemental del ideario socialista” (aquí), sostuve que la exaltación nacionalista y étnica muchas veces fue de la mano de la violencia sexual contra las mujeres. Algunos lectores del blog dijeron que lo mío era una exageración, provocada por mi rechazo al nacionalismo. Respondí que si bien no parece darse siempre, existieron sin embargo numerosos casos en los cuales el nacionalismo y etnicismo fueron acompañados de la violencia sexual masiva contra las mujeres. Y sigue ocurriendo.

En concreto, en Myanmar, asistimos a un nuevo caso donde la violación masiva de mujeres está al servicio de la limpieza étnica lanzada por el gobierno y el ejército contra los rohingya. Esta es una minoría étnica, lingüística y musulmana que sufre una opresión extrema: necesitan permiso de las autoridades para casarse o viajar; no tienen derecho a poseer tierra ni propiedades; y hace poco se les prohibió tener más de dos hijos. Peor todavía, desde hace meses están padeciendo asesinatos en masa, violaciones masivas y la destrucción de sus aldeas. Transcribo algunos testimonios de los ataques sexuales.

“Decenas de mujeres musulmanas rohingyas han sido atacadas sexualmente por fuerzas de seguridad birmanas, según médicos de las Naciones Unidas. Ocho profesionales médicos que trabajan en Bangladesh informaron que atendieron a 25 mujeres desde fin de agosto con lesiones físicas que son compatibles con ataques violentos. Médicos de las Naciones Unidas también atendieron a cientos de mujeres con ese tipo de lesiones en octubre y noviembre (de 2016), después de la primera ola del conflicto entre funcionarios birmanos y musulmanes rohingyas” (“Doctors report horrifying gang rape attacks on Rohingya women”, The Independent, 25/09/17, http://www.independent.co.uk/news/world/asia/doctors-un-rohingya-muslim-women-refugees-burma-rape-sexual-violence-a7965251.html).

“Ayesha Begun, una mujer rohingya refugiada en Bangladesh relata que los soldados entraron en la villa en la que vivía, en Myanmar, y reunieron a las mujeres de la casa en un cuarto. A ella le arrancaron su bebé de sus brazos y lo patearon como si fuera una pelota de fútbol. Luego la desnudaron, le pusieron un cuchillo en la garganta y comenzaron a violarla. Doce soldados se turnaron para violar a las mujeres en el curso de lo que ella piensa fueron varias horas” (“Rohingya refugees share stories of sexual violence”, Annete Ekin, 29/09/17, http://www.aljazeera.com/indepth/features/2017/09/rohingya-refugees-share-stories-sexual-violence-170929095909926.html).

Atrocidades similares se cuentan en “Rohingya Recount Atrocities: ‘They Threw My Baby Into a Fire”, J. Gettleman, New York Times, 11/10/17, (https://www.nytimes.com/2017/10/11/world/asia/rohingya-myanmar-atrocities.html; fue reproducido por La Nación, 11/10/17).

La violación como arma de guerra y afirmación étnica-nacionalista

Para ubicar en perspectiva los horrores que están ocurriendo en Myanmar, reproduzco pasajes de escritos que tratan sobre las violaciones en masa en situaciones de conflictos nacionales o étnico-nacionales.

“La violación toma muchas formas, incluyendo la violación masiva de mujeres civiles como recreación y/o premio por una victoria militar, la violación masiva de mujeres civiles como una estrategia o arma de guerra, y la esclavización de mujeres y niñas para dar servicios sexuales a soldados y oficiales” (“Feminist Perspectives on Rape”, Stanford Encyclopedia of  Philosophy, Fall 2017 Archive, https://plato.stanford.edu/entries/feminism-rape/#WarRapGenRap). La esclavización de mujeres para ser explotadas sexualmente ocurrió durante la ocupación japonesa de China y Corea, en la Segunda Guerra; y por rebeldes en Sierra Leona, con mujeres y niñas secuestradas. Debería agregarse las violaciones masivas cometidas por el Ejército Rojo en Alemania (también en Polonia y Ucrania, aunque en menor medida), durante la Segunda Guerra. Además, hubo violaciones en masa en Chipre, los territorios de la ex Yugoslavia, Ruanda y Sudán. Más adelante:

“Dado que la violación en la guerra con frecuencia busca socavar y destrozar los lazos de familia, comunidad y cultura, existen importantes puntos de conexión entre la violación durante la guerra y la violación genocida. El genocidio es un intento de destrozar a un grupo racial, étnico, religioso o nacional, total o parcialmente, cometiendo toda una serie de actos contra los miembros del grupo. Los actos incluyen no solo el asesinato, sino también causar un serio daño corporal o mental, creando condiciones de vida que intentan destruir físicamente al grupo, e imponer restricciones que buscan impedir nacimientos dentro del grupo” (ibid.). En algunos casos, como ocurrió en Yugoslavia, las violaciones buscaban provocar el embarazo.

Por su parte, Anna Agathangelou, en un artículo centrado en las violaciones masivas en Chipre y los territorios de la ex Yugoslavia, sostiene que los escritos tradicionales sobre nacionalismo “silenciaron la dimensión de género del nacionalismo y de la masculinidad de la nación”. Plantea que las mujeres son un objeto de dominación en la constitución de todo etno-nacionalismo, y que el nacionalismo, en los casos de Chipre y los territorios de la ex Yugoslavia, se apoyó en el ataque sexual a las mujeres.

La autora enfatiza, de todas formas, que contra una idea muy establecida, la violencia sexual no es solo contra el Estado, la nación o el grupo étnico, sino también, y ante todo, un crimen contra las mujeres. Pero esta realidad se reprime con el objetivo de homogeneizar a la nación, o al grupo étnico. Dice que en los comienzos de 1993 el suelo yugoslavo se convirtió en el escenario de una guerra multilateral, que creció por fuera de todo control en el intento de “construir nuevas democracias”. Estos nuevos sistemas políticos se basaban en la exclusión, la discriminación y la violencia contra “los otros”, los miembros de grupos étnicos diferentes y aquellos que se negaban a identificarse a sí mismos en términos nacionales. Los diferentes nacionalismos  étnicos dentro de Yugoslavia dominan, humillan e intentaban destruir “al otro” a través de las mujeres. “La violación se convierte en un arma de guerra y herramienta de represión política” (“Nationalist Narratives and (Dis) Appearing Women. State-Sanctioned Sexual Violence”, Canadian Women Studies/Les Cahiers de la Femme, vol. 19, pp. 12-21, 2000, file:///C:/Users/usuario/Downloads/7925-7823-1-PB.pdf.).

Pienso que es imposible minimizar, o disimular atrocidades como las que están ocurriendo en Myanmar con los rohingya, y en especial con las mujeres rohingya. Aunque quede por investigar más en profundidad el porqué y el cómo de esta no infrecuente relación entre la agresión étnico-nacionalista y la agresión sexual en masa.

Descargar el documento: [varios formatos siguiendo el link, opción Archivo/Descargar Como:
Myanmar: limpieza étnica y violaciones en masa

Written by rolandoastarita

13/10/2017 a 12:18

13 respuestas

Subscribe to comments with RSS.

  1. Estas atrocidades nos hacen pensar en la expansion de la fragilidad de conciencia y el debilitamiento del autogobierno en amplias masas de seres. Y tambien sin duda la necesidad de condenar todo exaltacion nacionalista q se sustente en el avasallamiento de otros no nacionales.
    Y tambien indefectiblemete la cuestion de la defensa de los que conparten ciertos valores respecto de por ejemplo los nacionalismos genocidas. No quiero caer en un pensamiento muy elemental pero de estos episodios esta llena la historia humana y no hay muchas herramientas para combatirloa efectivamente mas que el combate mismo.

    Me gusta

    rperezorue

    13/10/2017 at 16:50

  2. Profesor es afin a linea ideologica del instituto de economia marxista español
    http://www.institutomarxistadeeconomia.com
    Del economista Xabier Arrizabalo???

    Me gusta

    Sergio

    13/10/2017 at 19:59

  3. Otro caso de violencia sexual sistemática y generalizada es la llevada a cabo por la dictadura baazista en la guerra civil siria (se puede consultar este informe: http://guernica37.org/wp-content/uploads/2017/07/Voices-from-the-Dark.pdf). Aunque no se puede reducir a un conflicto nacionalista, las divisiones étnicas y religiosas han jugado un papel importante delimitando los campos (de todos modos, el genocidio en curso se dirige hacia todo/a opositor al régimen). Cuando se les enfrenta a esta cuestión, los fanáticos stalinistas simplemente miran para otro lado, cuando no reivindican estas atrocidades. Lo peor es que militantes pertenecientes a corrientes a priori más críticas ponen en duda los testimonios de las víctimas apelando al típico argumentario «antiimperialista». Creo que es indicativo del grado de descomposición de la izquierda y de la pérdida de una perspectiva humanista y emancipadora.

    Me gusta

    Nacho

    14/10/2017 at 16:36

  4. Astarita
    Increíble y la presidenta del país Nobel de la Paz, represaliada durante años por el mismo ejército que ella es su jefa máxima. En este mundo Astarita todo esta en función del capital.
    Y el tal Xabier Arrizabalo al menos dentro de la izquierda anticapitalista aquí en España no lo conoce nadie.
    Saludos

    Me gusta

    Nardito

    15/10/2017 at 14:21

  5. Astarita
    17 de 23 estados ganan los chavistas en Venezuela. ¿Qué le parece la noticia?. Los marxistas (algunos) se parecen mucho a los burgueses cuando las cosas NO OCURREN COMO DEBIERAN OCURRIR: en Cataluña unos nacionalistas advenedizos que aparecen (¡cuando creíamos que los más avanzados en esa materia del independentismo en España eran los vascos!) y que presumiblemente son mayorías, porque la «mayoría silenciosa» que no obstante hizo ruido el domingo 8 octubre no quiere medirse en las urnas de un referéndum y ahora unos trasnochados chavistas se vuelven a imponer en unas elecciones que como siempre ocurre en el campo burgués quien pierde no reconoce la derrota, acusa al otro de dictador, tramposo, golpista, sedicioso, antidemocrático etc, etc.
    Saludos

    Me gusta

    Nardito

    16/10/2017 at 06:28

    • «17 de 23 estados ganan los chavistas en Venezuela. ¿Qué le parece la noticia?».
      No me parece nada. Dadas las condiciones en que se realizó esta elección, ese dato no me brinda ningún elemento para saber qué grado de apoyo tiene el gobierno de Maduro en la población venezolana.

      Me gusta

      rolandoastarita

      16/10/2017 at 09:08

    • Es curioso. En un post sobre Myanmar, la limpieza étnica y las violaciones masivas se trae a colación las elecciones venezolanas, lo que no tiene nada que ver, sólo para chicanear.

      Con respecto a las violaciones masivas creo que en parte es un intento de humillar a la comunidad atacada (a sus mujeres pero también a sus varones), violentando a sus mujeres, y derrotándola en todo sentido.

      Además, un intento de limpieza étnica es en sí mismo un acto de barbarie que es realizado por sujetos bárbaros o barbarizados. No es ilógico que hagan lo que hacen. A pocos días del asesinato del Che, me parece oportuno recordar parte de un discurso que dio en la ONU, cuando hablaba sobre el imperialismo y cómo barbarizaba al hombre blanco («animal carnicero que se ceba en los pueblos inermes»). Una política de limpieza étnica es una política de un animal carnicero que se ceba en un pueblo inerme. Sea imperialista o no, su naturaleza bárbara afecta a quiénes la llevan a cabo (aunque antes de participar en ella esos mismos hombres tuvieran una vida normal que no hiciera presagiar lo que eran capaces de hacer).

      Me gusta

      Lucas

      17/10/2017 at 12:50

  6. No creo que sea para chicanear (palabra que además no conozco dentro de ignorancia seguramente) pero como el tema es actual y en el Blog (muy acertadamente, por cierto) se dialoga con Astarita de todo, por eso esta formulada.
    En relación al «grado de apoyo tiene el gobierno de Maduro en la población venezolana»: según Petras la oposición en relación a 2015 3 millones de votos menos ; y «las condiciones en que se realizó esta elección», seguramente como la hacen en este mundo burgués en todas partes donde los de abajo no contamos o contamos poco, pero eso es en todas partes no solo en Venezuela. Lo que ocurre es que muchos hubiesen querido una derrota fulminante del chavismo, pero como la historia es la que es no la que quisiéramos ver eso es lo que pasa…pero repito no hay doble intención en la pregunta.
    Aquí en España (anécdota) y seguramente en Argentina y en todas partes, cuando le hacen una entrevista a algún político del bando que sea NUNCA RESPONDE LAS PREGUNTAS, en realidad a quien hay que atender es a lo que preguntan los periodistas en cuya pregunta ya esta implícita y a veces explícita la respuesta, incluso en tales preguntas los periodistas dicen cosas que nunca dirían en la tertulia (ya se sabe por qué: por la censura). Cuando Lucas protesta por i pregunta parece hacer lo que los periodistas aquí y en todo el mundo burgués hacen: proyectarse.
    Saludos a Astarita

    Me gusta

    Nardito

    18/10/2017 at 18:32

  7. Compañero profesor Rolando Astarita
    El tema de las mujeres y el nacionalismo ha sido tratado en los últimos post, y se trasluce una idea (tal vez esté yo equivocado) de un nexo entre ambos muy estrecho.
    Quisiera decirle algo: Hace ya unos años leí un libro de Antony Beevor, año 2006 editado, titulado «Un escritor en guerra: Vasily Grossman en el Ejército Rojo, 1941-1945», allí el autor (que es el periodista Vasily Grossman, ya que lo que hace Beevor es y editarlo) dice que los soldados soviéticos (muy «internacionalistas») cuando llegaron a Alemania cometieron todo tipo de desmanes contra las mujeres alemanas, así que en relación al tema que se atreva alguien a tirar la primera piedra al aire, a lo mejor venían muy reprimidos y saciaron sus apetencias sexuales en el este de Alemania empleando para ello la ventaja que eran los vencedores. Invito a su lectura porque hay muchas cuestiones más en dicho texto.
    Agrego, además, que el anticololialista cubano José Martí que al decir de la poetiza chilena Gabriela Mistral «era el hombre más puro de la raza» (sic), en su poema «Caballo de batalla» confesó, pasional como era el antillano, al venir de una casa de putas (disculpad la palabra, pero no encuentro otra) esto: «¡Y tantas cosas nobles como pudieran hacerse en la vida! Pero tenemos estómago. Y ese otro estómago que cuelga: y que suele tener hambres terribles», ¡Y eso compañero profesor Rolando Astarita que éste era el mejor hombre de la raza!.
    Para terminar decirle, además, que la escuela “Crítica del Valor” que se configuró en el curso de los años 80, alrededor de la cual se funda en 1986 en Nürnberg (Núremberg en español) la revista “Krisis: Contribución a la crítica de la sociedad de la mercancía”, con la participación de Robert Kurz, Roswitha Scholz, Ernst Lohoff, Christian Rehm, Norbert Trenkle and Claus-Peter Ortlieb, conocida por ello como el Grupo Krisis fomentará, desde su posición marginal, y a través de su revista, seminarios y debates, el desarrollo de la “Crítica del Valor”, con la crítica en primer lugar a la sociedad fetichista del valor-trabajo y a la consecuente centralidad del trabajo abstracto, sin embargo, se escindió desgraciadamente en el año 2004 después de un conflicto entre miembros del colectivo que lleva a la exclusión de Robert Kurz y Roswitha Scholz de la redacción de la revista por, entre otras cosas, un rechazo o negación de la condición escindida del valor, como defendían tanto Kurz como Scholz, que suponen que la parte del hombre no aprovechable por el trabajo asalariado, es decir, todo lo sensual o emotivo, es separada de éste, y relacionada con lo femenino, que se asigna a la mujer, mientras el modelo del sujeto del valor es masculino, blanco y occidental. ¿Por qué le cuento esto? Porque ¡hasta los marxistas que han tratado de desarrollar creativamente el marxismo! cuando han tocado el tema de la mujer han seguido (no todos, desde luego) siendo machistas, “varones” y masculinos. Gloria a Robert Kurz que defendió las tesis opuestas junto a la compañera Roswitha Scholz. Así que, profesor Astarita, el desplazamiento y relegamiento de la mujer, el abuso de que ha sido objeto durante toda la historia no podemos achacárselo a los nacionalistas solamente, éste ha sido, sobre todo, una constante del «sistema-mundo capitalista», sin excluir a las sociedades no capitalistas que han existido hasta que fueron absorbidas-destruidas e incorporadas a la órbita del capitalismo, pero hay constancia de que éstas fueron más adelantadas en ese sentido, sin aún llegar a la aspiración de una mujer desplegando en la sociedad toda su magnitud en igualdad con los hombres.
    A pesar de su carácter abstracto, el valor no es “neutro” en el plano del sexo, pues se basa en una escisión: todo lo que es susceptible de crear valor es “masculino”. Las actividades que en ningún caso pueden adoptar la forma del trabajo abstracto, y sobre todo la creación de un espacio protegido en el que el trabajador puede descansar de sus fatigas, son estructuralmente “femeninas” y no se pagan. Esta es una de las razones por las que la sociedad capitalista ha negado durante tanto tiempo el estatus de “sujeto” a la mujer como, por ejemplo, el derecho al voto.
    En la sociedad mercantil, solo aquel que gasta trabajo abstracto es considerado un sujeto de pleno derecho. Las demás actividades, por muy fatigosas o necesarias que sean, aquellas que no logran la “dignidad” de hacerse consumir directamente por la máquina de la valorización, permanecen marcadas por el signo de la inferioridad. Es pues consecuencia de la lógica del valor que la mujer que cuida al suegro de cierta edad se considere como que no “trabaja”, mientras que su marido, que fabrica bombas o llaveros, sí lo hace.
    Por supuesto, en las últimas décadas muchas mujeres se han convertido en “sujetos” en el sentido de la mercancía, y en ocasiones incluso han alcanzado puestos de dirección, pero para lograrlo han tenido que convertirse en “varones”; en efecto, la “escisión” producida por el valor implica también que el sujeto capitalista desarrolle en sí mismo solo aquellas cualidades que son necesarias para el éxito en el mundo del trabajo, consideradas estructuralmente como “masculinas”: autodisciplina, razón, lógica, dureza para consigo mismo y con los otros. Su propia parte “femenina” se delega enteramente a las mujeres, que deben utilizarla para “amueblar” el reposo del guerrero. El hecho de que hoy tales cualidades, que evidentemente son culturales, puedan desligarse de sus portadores biológicos no hace más que reforzar el mecanismo estructural: aquel que, sea hombre o mujer, se comporte en el mundo del trabajo según criterios tradicionalmente “femeninos” como la compasión no llegará demasiado lejos. Y esto no es palabrería, trabaje como yo en una empresa capitalista y no solo lo va a comprobar, sino que lo va a sentir en carne propia.
    Y le comento esto no para ir a la gresca con usted ni para chicanear, como he visto decir a Lucas acerca del comentario de un forista, sino para comentarle de un tema que es central y medular a la hora de transformar el capitalismo en otra cosa más justa, democrática e incluyente; no es, por tanto, una cuestión baladí, ni solo ni sobre todo de los «pobres» nacionalistas que ahorita van a ser también responsables de que el sol nos deje de trasmitir su luz cuando por causas naturales se produce un eclipse de ese astro mayor.
    Como siempre mi saludo cordial y afectuoso desde España.

    Me gusta

    Rodolfo Crespo

    19/10/2017 at 07:21

    • Rodolfo Crespo: muy interesante toda la información que brinda. Muy ilustrativa.

      Cuento una anécdota: tengo un amigo que nació en la URSS porque allí se habían radicado momentáneamente sus padres judeo-polacos que escapaban del nazismo. El padre de mi amigo pidió enlistarse en el frente polaco del ejército rojo para vengarse de aquellos polacos que habían ofrecido escondite a los judíos para luego entregarlos a los nazis y quedarse con sus bienes. Y según me cuenta mi amigo, lo hizo. Vale decir que en buena parte su motivación era estrictamente la venganza aunque se consideraba comunista. La verdad que me cuesta pensar que sea posible, en esas hecatombes humanas, independizarse de la barbarie y mostrar un lado más humano. Claro que hay muchos ejemplos de ello pero lamentablemente no son mayoría. En parte es una cuestión de conciencia, en parte de empatía por el sufrimiento del otro, ambos aspectos son inseparables ¿Cómo estaba la conciencia en la URSS luego de la colectivización forzosa y los campos de concentración?

      Me gusta

      Lucas

      19/10/2017 at 17:53

  8. Disculpe profe, podria existir alguna explicación económica al aumento del alquiler en CABA?

    Me gusta

    Pablo Córdoba

    19/10/2017 at 08:25

  9. Para profundizaar el tema se puede ver la pélicula «Las tortugas van al cielo», o «Las tortugas también vuelan». Si bien la película da cuenta de la vida de niñas/os en un campo de refugiados en el Kurdistán, previo a la invaión de EE. UU. a Irak en 2003, toca también, aunque sea casi elípticamente, el tema de violaciones a mujeres, más precisamente a niñas, y ncionalismo.

    Me gusta

    Cristian Fontana

    14/11/2017 at 09:12


Dejá tu comentario