Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Francia, las 35 horas y desocupación

with 14 comments

Esta nota complementa la entrada “La lucha por las ocho horas y la tradición socialista” (aquí). En ella sostuve que en el sistema capitalista es imposible eliminar la desocupación disminuyendo las horas de trabajo. Dije también que esta idea se desprende de la teoría marxiana de la plusvalía y de la acumulación, y es confirmada por la experiencia histórica.

A fin de ahondar en el argumento, en este post presento los efectos sobre la desocupación de la reducción de la jornada laboral en Francia. El caso francés es ilustrativo de la política llamada “compartir trabajo” (labor sharing), que también se intentó en Alemania, Suecia y otros países. En Francia se sostuvo, a fines de los 1990, que la reducción de la semana laboral de 39 a 35 horas permitiría bajar sustancialmente el desempleo.

Contextualicemos esta medida (para lo que sigue, Philippe Askenazy, 2013, “Working time regulation in France from 1996 to 2012”, Cambridge Journal of Economics, vol. 37, pp. 323-347).

Después del triunfo de la Unión de Izquierdas en 1981, el gobierno estableció la prioridad de disminuir el desempleo a través de la reducción del tiempo de trabajo. Era un principio heredado del Frente Popular de 1936. En aquellos tiempos la propuesta de socialistas y comunistas había sido llevar la semana laboral a 40 horas e introducir dos semanas de vacaciones pagas para bajar la desocupación. En 1981 el objetivo planteado fue llegar a una semana laboral de 35 horas en 1985 (contra las 40 horas existentes entonces), también para bajar el desempleo. Para eso, el primer paso fue reducir la semana laboral a 39 horas, y agregar una quinta semana de vacaciones pagas. Sin embargo, el deterioro de las condiciones económicas entre 1982 y 1983 pospuso la reforma (con esto, de hecho, se reconocía que la medida no resistía la crisis capitalista).

En los 1990 la reducción de la jornada de trabajo se convirtió en una demanda clave de la Confédération Française Démocratique du Travail (CFDT), la principal central sindical reformista del sector privado. De nuevo, el objetivo proclamado era disminuir el desempleo. Las organizaciones empresarias respondieron que la reforma era aceptable si se implementaba sobre una base voluntaria. Con este consenso, en 1996 se aprobó una ley que promovía reducciones voluntarias. de entre el 10% y 15%, del tiempo de trabajo y la creación, proporcional a esas reducciones, de puestos de trabajo. Para eso el Estado otorgaría grandes incentivos fiscales a las empresas. Esto ocurría bajo el gobierno conservador de Chirac.

Sin embargo, en 1997 la izquierda volvió al poder, y el nuevo gobierno de Lionel Jospin propuso las 35 horas semanales como un medio para bajar el desempleo. La propuesta fue respaldada por los sindicatos, la CFDT en primer lugar. Los Verdes también sumaron porque pensaban que con 35 horas habría menos presión sobre el medio ambiente. Y la derecha del Partido Socialista asumió la propuesta (Strauss-Kahn era el ministro de Economía y Finanzas). Los empresarios y los conservadores se opusieron, pero su posición estaba debilitada por su anterior apoyo a la ley de 1996. La reducción se impuso.

En una próxima nota veremos que la reducción de la jornada de trabajo fue muy parcial, y tuvo como contrapartida la flexibilización del empleo. Ahora presentamos los efectos concretos de la reducción de la jornada laboral sobre el desempleo.

Fte: OCDE, cuartos trimestres de cada año.

En la nota anterior decíamos que las crisis económicas constituyen una de las formas principales por las cuales se genera el desempleo en el capitalismo. Puede verse en el gráfico cómo el desempleo aumentó de manera consistente con la crisis económica, desde 2007. De la misma manera se ve cómo bajó entre 1996 y 2001, con la recuperación económica; y aumentó con la recesión de 2001.

Agreguemos que hoy la desocupación en Francia es más alta que el promedio de la zona europea. En cuanto al desempleo juvenil, supera el 22%. En 2016 el 42,6% de los desempleados lo habían estado por más de un año; el 22% por más de dos años. El trabajo part-time alcanza al 14,4% del total del empleo (promedio de la OCDE, 16,8%).

Por supuesto, no se puede negar que una reducción de la jornada laboral contribuya a generar algo de empleo (de hecho, sucedió en Francia, al menos durante un tiempo, como veremos en la próxima nota). Pero esto es una cosa, y otra muy distinta es afirmar que el desempleo puede eliminarse, en el capitalismo, reduciendo la jornada laboral y compartiendo el trabajo. En todos lados, y Francia es un caso paradigmático, el labor sharing ha tenido resultados muy limitados para disminuir el desempleo. Los marxistas deberían tener una visión crítica frente a estos remiendos del sistema que constantemente propone el socialismo burgués. No hay que engañar a la gente con espejitos de colores.

Written by rolandoastarita

08/07/2017 a 10:43

Publicado en Economía

Tagged with , ,

14 respuestas

Subscribe to comments with RSS.

  1. Reblogueó esto en Gerardo Daniel Rossi.

    Me gusta

    Gerardo Daniel

    08/07/2017 at 13:43

  2. 1.-La reducción de jornada y reparto de trabajo si podría, en mi opinión, eliminar el paro si se efectúa con rigor, exigencia plena Estatal y el acuerdo de todos los agentes: Estado, sindicatos y empresarios. Muy improbable y difícil esa situación ideal ya que, p.ej., la implementación en Francia, un país con fuerte peso sindical, ha sido muy raquítica, floja y sin continuidad. Lo reconoce Astaria »En una próxima nota veremos que la reducción de la jornada de trabajo fue muy parcial, y tuvo como contrapartida la flexibilización del empleo» y en el siguiente enlace queda claro. En Francia la reducción a 35 horas esta inoperativa de facto desde el 2.003.Por esta razón sus efectos sobre el empleo francés han debido ser muy escasos.
    http://www.lainformacion.com/mundo/jornada-semanal-quedado-reliquia-Francia_0_993802292.html
    2.-La plena ocupación no elimina o reduce el mal de capitalismo, la explotación. La explotación sobre los asalariados continuará, sólo que ahora con todos los obreros trabajando. La explotación viene SOLO de la desigualdad económica entre agentes económicos, es decir, la generada entre empresas (competencia) y entre empresarios y trabajadores. Siempre se ha llegado con la desigualdad a situaciones sociales extremas que hunden las sociedades por medio de guerras, colapsos, miserias económicas o pandemias. Esa desigualdad y explotación tiene una CAUSA UNICA, evidenciada empíricamente y teorizada desde Marx: la propiedad privada de los medios de producción, las cuentas de capital productivas »separadas‘‘. Ese es el mal histórico de todos los modos de producción hasta hoy, incluido el capitalismo. Y ese mal no se corrige con pleno empleo alguno. El socialismo es el modelo que propone hoy romper esa separación de capitales productivos y establecer una cuenta única de capital común. Un socialismo democrático y bajo control y mando de sus ciudadanos.
    Sobre la desigualdad económica histórica desde el Neolítico hasta hoy y su nivelador por excelencia, la violencia, un estudio realizado por un académico de prestigio no adscrito a la ideología marxista y una reseña.
    Walter Scheidel, The Great Leveler: Violence and the History of Inequality from the Stone Age to the Twenty-First Century,
    http://nadaesgratis.es/fernandez-villaverde/la-violencia-el-gran-nivelado

    Me gusta

    antonio

    08/07/2017 at 14:19

  3. Ante los «relatos» sobre el fin del trabajo, que algo algo de verdad pero también bastante de fantasma que los empresarios y sus usinas ideológicas y mediáticas agitan para bajar las pretensiones de los trabajadores respecto de la calidad del empleo y remuneración, el planteo de reducción de la jornada laboral mediante el reparto de las horas de trabajo (una cosa Y la otra) apunta a plantear que no hay nada de natural en lo que desde los ideólogos burgueses se plantea como un resultado lógico: si la tecnología reduce el trabajo necesario, serán entonces necesarios menos trabajadores. Pero justamente, si se pone en cuestión los mecanismos de funcionamiento de esta sociedad basada en la ganancia, la historia puede ser otra: puede servir para reducir el tiempo que todos trabajamos en esta sociedad. Poner en discusión las 6 hs, 30 semanales 5 dias a la semana y el reparto de las horas de trabajo para trabajar todos, apunta a poner en discusión esta posibilidad y discutir una perspectiva que apunte más allá del capitalismo, que sea anticapitalista, no proponer una «receta» para terminar con el desempleo acá y ahora.

    Invito a leer más al respecto en Ideas de Izquierda de mayo, donde está entre otras esta nota http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/trabajar-6-horas-una-utopia/

    Me gusta

    EM

    08/07/2017 at 18:50

    • No hay manera de «poner en cuestión los mecanismos de funcionamiento de la sociedad capitalista» ocultando los verdaderos problemas. Decir a los trabajadores que se puede acabar con la desocupación bajando a 30 horas y repartiendo el trabajo es vender humo y no tiene un milímetro de progresista. Después de todo, durante la Gran Depresión de los 30′, en EEUU, hubo un senador por Alabama, llamado Hugo Lafayette Black, que proponía las 30 horas semanales para acabar con el desempleo. El tipo también era miembro del Ku Klux Klan. Digamos que un bonito personaje. ¿Vamos a decir que con su propuesta de las 30 horas contribuía a poner en cuestión al sistema capitalista? ¿O que había que «exigir que aplique su programa»?

      Hay que hablar claro. Subrayo, no hay manera de acabar con la desocupación repartiendo horas de trabajo, en tanto subsista el sistema capitalista. Es una idea elemental de Marx, mal que les pese a ustedes. Y la difundo lo más abiertamente posible. Claro que a esta altura no veo la manera de hacer una síntesis entre las posiciones de ustedes y la mía.

      Aprovecho para decirte que el discurso electoral de Del Caño (ya lo escuché varias veces por TV) me parece lamentable. No se le cae una idea que tenga siquiera olor a marxismo ni por casualidad. Es socialismo vulgar… extremadamente vulgar.

      Me gusta

      rolandoastarita

      08/07/2017 at 23:41

    • Lo único que hace la «izquierda» hoy en día (y ya veo que también en Argentina) es distribuir las pocas migajas que aún el capitalismo produce, que cada vez son menos, es decir solo van a la cuestión redistributiva, de impuestos, eso es lo que se discute en la izquierda mundial, fiscalidad por todas partes profesor, pero eso no resuelve la cuestión de la transformación del capitalismo en otra sociedad mejor.
      Vuelvo a insistirle (perdone que sea pedante), cuando tenga oportunidad por favor introduzca un comentario sobre la falacia de aplicar las abandonadas políticas keynesianas como la solución mágica a los problemas del capitalismo de hoy. ¿Y por qué aparentaron ser «efectivas» en un periodo histórico anterior?. Es que la izquierda no tiene en la recámara otra cosa en ninguna parte, sigue aferrada a ella, y no es la solución.
      PD. Hoy leyendo La Jornada (una parte de cuyos trabajadores estuvieron en huelga contra la patronal, ¡sic!, ni los supuestos empresarios de izquierda se libran de las leyes de hierro del capitalismo, y no les queda otra que ir contra los trabajadores) Guillermo Almeyra esta a favor primero en defender a Maduro contra la gente de la MUD y después de vencida la MUD entonces enfrentarse a Maduro. Una estrategia un poco rocambolesca ¿no cree? primero soy tu aliado y después me convertiré en tu enemigo, suena bastante a ficción «Maduro debe ser defendido del golpe imperialista y sostenido como la cuerda sostiene al ahorcado. Una vez derrotado el intento oligárquico y golpista de implantar en Venezuela una dictadura sangrienta se podrá combatir en mejores condiciones contra la boliburguesía» http://www.jornada.unam.mx/2017/07/09/opinion/016a1pol.
      No se olvide de nuestro pedido sobre la inoperatividad de las políticas keynesianas hoy en día.
      Gracias

      Me gusta

      N.M.R.

      09/07/2017 at 07:53

  4. Increible que un planteo tan simple termine generando tanta confusion, Vamos a los siempre bienvenidos e ilustrativos ejemplos:
    Si en una fabrica se trabaja las 24 horas con tres turnos de 8 hrs cada uno empleando 25 trabajadores por turno nos da un total de 75 trabajadores en planta cada dia
    Por lo que si reducimos la jornada a 6 hrs se podria crear un nuevo turno sumando 25 nuevos trabajadores lo que nos daria un total de 100 trabajadores en planta
    Conclusiones:
    1- ¿Esta medida acabaria con el desempleo? NO, pero puede ayudar a reducirlo en mayor o menor medida
    2- ¿Seria beneficiosa para los trabajadores? SI, bien aplicada intentando que no se reduzca el salario minimo ya que esto tambien puede ser un arma de doble filo abriendo la puerta a la precarizacion
    3- ¿Es viable? SI, de hecho se aplica en paises capitalistas (Holanda- 29 hrs) pero no hay magia es como un subibaja alguien tiene que ceder, o se afecta la ganancia del capitalista o la de los trabajadores, pero evidentemente depende de la lucha de estos ultimos
    4- ¿De aprovarse esta medida estariamos caminando hacia una sociedad socialista? NO, de hecho seria uno de los tantos intentos de «humanizar» el sistema y puede ser progresivo para los trabajadores a corto plazo pero si uno desea que superen las relaciones del regimen actual me temo que habria que estudiar los conceptos de «ContraRevolucionario» y «Progresismo Conservador»(parece un oximorron pero no lo es) aunque para algunos esto sea la justificacion del tan vilipendiado «Cuanto Peor Mejor»

    Me gusta

    Matias

    08/07/2017 at 21:15

    • El asunto no es tan lineal ni simple como lo presenta. Hay que pensar en las experiencias que hubo y no aferrarse dogmáticamente a un esquema. En la próxima nota voy a completar lo de Francia, pero con lo que puse ya podría darse cuenta de que la reducción de la jornada de trabajo tuvo un efecto limitado sobre la creación del empleo. De hecho, el propio gobierno de Jospin admitía que se habrían creado unos 350.000 puestos de trabajo por la reducción de la jornada laboral; los cálculos más optimistas llegan a unos 600.000 (es muy difícil separar lo que se debió al efecto recuperación de la economía entre 1997 y 2002). La contrapartida, además, fue una gran flexibilización laboral.

      En Alemania y Suecia tampoco hubo un gran descenso de la desocupación con las políticas de «labor sharing». De todas maneras, en ninguna nota niego que pueda bajar algún punto el desempleo (y puede haber más tiempo libre). Lo que afirmo es que no se puede acabar con la desocupación por esta vía, como le están diciendo a la gente.

      Por otra parte, está el problema del salario y las horas extra. Es que si se mantiene el salario actual, y se reducen las horas de trabajo, es muy probable que los trabajadores acepten horas extra. Y las empresas muchas veces calculan que es más barato pagar horas extra que contratar nuevos trabajadores (sucedió en Francia). Es lo que ha sucedido con la conquista de las 8 horas (por eso en una nota anterior enfaticé la diferencia entre la forma en que los socialistas reclamaban las 8 horas, y el sentido en que lo hacían los reformistas). Para «bajarlo» a tierra, si decimos que para bajar la desocupación hay que bajar las horas de trabajo, habría que empezar ya mismo por hacer campaña contra las horas extra. Pero esto no se dice porque hay conciencia de que aquel que lo proponga se enfrentaría con el rechazo de amplios sectores de obreros.

      Le gusta a 1 persona

      rolandoastarita

      08/07/2017 at 23:18

  5. Q opina sobre esta medida para generar puestos de trabajo, q se aplica en uno de los mejores paises del mundo
    http://www.martintetaz.com/flexisecurity-para-crear-trabajo-y-proteger/

    Me gusta

    Lucio

    08/07/2017 at 21:38

  6. Respuesta muy humilde a Matías
    Su respuesta parte de un error matemático, si 24 horas emplean a 75 trabajadores a razón de 8 horas cada uno, esta claro que 100 trabajadores en 24 horas trabajarán menos, es decir 6 horas. ¿Qué es lo que ocurre? Y por eso le digo su error matemático, si la masa salarial total que desembolsa el capitalista en 24 horas para 75 trabajadores era de 100 euros, pues cada trabajador devengaba 1.33 euros, mientras que (si no cambian las condiciones) después los 100 trabajadores (25 extraídos de las listas del desempleo) como producirán lo mismo (24 horas siguen siendo 24 horas, si las condiciones de productividad no cambian, que es lo que hemos supuesto) devengarán 1 euro cada uno, es decir el salario se les ha reducido. Porque compañero Matías (y se que a usted lo mueve una buena intención) el capitalista NO puede pagar más salarios que los existentes por igual producción. Aquí en España hay personas que trabajan 3 horas diarias pero ganan en proporción a esas horas, no ganan más, viven gracias a que viven en núcleos familiares donde hay más ingresos.
    Lo que usted dice de países desarrollados donde se ha reducido la jornada laboral es que ene estos países las condiciones históricas de vivir en la zona central del capitalismo los obreros ganan más que el valor de fuerza de trabajo, por eso los recortes que ha vivido Europa se han llevado tan bien. En España hay jubilados que cobran más de 2 mil euros, mientras el salario mínimo es 825 EUROS, pero ese salario Matias lo cobra no todo el mundo, como la estructura productiva española es la que es, muchos veces se necesitan personas para unas horas al día, no para toda la jornada.
    Los trabajadores debemos más bien atenernos a la máxima de Marx en Salario, Precio y Ganancia: «Al mismo tiempo, y aun prescindiendo por completo del esclavizamiento general que entraña el sistema de trabajo asalariado, la clase obrera no debe exagerar ante sus propios ojos el resultado final de estas luchas diarias. No debe olvidar que lucha contra los efectos, pero no contra las causas de estos efectos; que lo que hace es contener el movimiento descendente, pero no cambiar su dirección; que aplica paliativos, pero no cura la enfermedad. No debe, por tanto, entregarse por entero a esta inevitable guerra de guerrillas, continuamente provocada por los abusos incesantes del capital o por las fluctuaciones del mercado. Debe comprender que el sistema actual, aun con todas las miserias que vuelca sobre ella, engendra simultáneamente las condiciones materiales y las formas sociales necesarias para la reconstrucción económica de la sociedad. En vez del lema conservador de: «¡Un salario justo por una jornada de trabajo justa!», deberá inscribir en su bandera esta consigna revolucionaria: «¡Abolición del sistema de trabajo asalariado!»»
    No es una utopía.

    Le gusta a 1 persona

    Diosdado Rojas Ferro

    09/07/2017 at 10:17

  7. Es muy enriquecedor la lectura del siguiente articulo de Kautsky «La crisis del capitalismo y la reducción de la jornada laboral»: https://www.marxists.org/deutsch/archiv/kautsky/1937/03/arbeitszeit.htm

    Me gusta

    Dunedain

    09/07/2017 at 18:44

    • Gracias por el envío, no conocía este trabajo. Efectivamente, es muy ilustrativa la posición de Kautsky. Algunas observaciones.

      En primer lugar, distingue el objetivo de reducción de la jornada de trabajo para evitar el desgaste excesivo de la fuerza de trabajo (como sucedió históricamente y lo registra El Capital), del objetivo de reducir la jornada para disminuir la desocupación.

      En segundo término, (y dejando de lado su idea de que con el mmonopolio las crisis se hacen crónicas), su preocupación es que una reducción de la jornada laboral puede aumentar los costos del capital, baja del beneficio y perjudicar a la economía capitalista. Sobre las consideraciones que hace acerca de esto:

      a) que en las empresas con alta composición de capital se pueden compensar los mayores costos salariales con un uso más prolongado de las instalaciones (no responde el caso de 3 turnos de 8 horas reemplazado por 4 de 6 horas).
      b) que en las empresas con alto peso de los salarios en los costos, se pueden mejorar la organización del trabajo de manera de acelerar el tiempo de rotación del capital (en un sentido más general, es lo que pensaban los reformadores socialdemócratas en Francia; por lo general, esto va unido a aumentos de los ritmos de producción, que Kautsky pasa por alto).
      c) la intervención del Estado para bajar la renta de la tierra y los intereses, en beneficio del capital productivo (para bajar los intereses, incluso contempla la estatización de la banca).

      A lo anterior se suma la propuesta de mayor libertad de comercio (bajar las tarifas proteccionistas) y la intervención del Estado en los monopolios, llegando a la estatización, con el objetivo de abaratar los precios de los «commodities». Significativamente, no dice palabra sobre las horas extraordinarias (¿hay que prohibirlas? Como mostraré en la próxima nota sobre el caso francés, este punto es decisivo).

      El de Kautsky es entonces, de conjunto, de un programa reformista-estatista. Sostiene que la medida de reducción de la jornada de trabajo no debe ser aislada, sino debe erar vinculada a una reforma integral del sistema social. Y a un aumento del campo de acción del Estado en la economía. La clase obrera debe ser fuerte (paradójicamente, escribe el articulo cuando la clase obrera alemana estaba aplastada bajo el nazismo) y colaborar de manera enérgica y comprensiva con el Estado democrático y el gobierno. Es una muestra clara del sentido reformista burgués en que se puede agitar la demanda de «reducir la jornada de trabajo para acabar la desocupación». Posiblemente escriba una nota con este artículo de Kautsky; repito, me parece muy ilustrativo.

      Me gusta

      rolandoastarita

      10/07/2017 at 12:39

    • Franco

      13/07/2017 at 14:45

  8. El asunto, según está planteado, es una simple redistribución del trabajo y la ganancia… de los obreros. Pero de esta forma, ni el trabajo ni la ganancia se ven aumentadas, simplemente se reparte mejor o al menos entre más. Pero como bien dice el señor Astarita, antes de ello es necesario arreglar convenientemente el asunto de las horas extras, porque, si la reducción de horas es un acuerdo colectivo de los trabajadores para repartirse la oferta de trabajo y la ganancia, en ese escenario, las horas extras constituirían violaciones individuales de este acuerdo colectivo, apropiándose del trabajo destinado a repartir, de modo que neutralizarían e invalidarían la efectividad de tal medida.

    Por otra parte, conviene advertir que este tipo de medida no convendría aplicarla en paises que no tengan una gran productividad, ni en todos los sectores o actividades, porque cuando mayor es el nivel de estudios o habilidades requeridas para realizarlas, menor será la tasa de paro, por tanto, la reducción de jornada barrería por completo la demanda, de modo que se produciría un incremento de salarios, con lo que los obreros de menor nivel, además de su menores ingresos, les costaría más recurrir a este tipo de profesionales. Y la productividad debe ser la mínima para que la reducción de ingresos sólo implique renuncia de cosas superfluas, y no cosas como la educación de los hijos, porque, de ese modo, menor porcentaje de hijos de trabajadores tendrían acceso a estudios superiores, con lo que en el futuro la competencia sobre estos puestos inferiores sería más grande, afectando significativamente a los salarios y al mismo futuro del país.

    Me gusta

    neomarxismo

    12/07/2017 at 07:53

    • Cuando yo digo 35 h. como jornada laboral a la semana, no digo nada de las horas extras, porque esas no deben existir, no acepto trucos de los capitalistas. Los obreros debemos llevar la iniciativa en nuestra lucha contra la burguesía,y no hay escusas que valgan. He leido a Rosa Lusemburgo y dijo, las reformas son parte de la revolción y yo saqué la conclusión, en épocas donde había mucha acción y poca claridad en las ideas, de que las reformas no son el fin sino un medio para ir a la revolución que es el fin. Aquí está el problema, pasando a la teoría de las dos etapas donde a las reformas se las considera el fin. No es lo mismo, los convenios cuando el movimiento obrero está en acción que un pacto social con la burguesía y paralizas dicho movimiento.
      Por esto entre otras cosas creo que son necesarios los debates de base, las direcciones de las organizaciones obreras tienen que ser: serias, firmes, honradas (con el movimiento obrero ) y no burocráticas y marcar la línea de discursión, pero de principios y programa fundamentalmente, para que las bases lo discutan y lo comprendan. Tengo muchos años y suficiente experiencia como para que venga un listo, me cuente un cuento y me vaya tan contento. De esto pasa mucho desgraciadamente, y por esto no paso.
      Desgraciadamente oigo y leo poco la palabra obrero obrera, solo la oigo el 1de mayo en las manifestaciones y por rutina. Siendo la clase obrera, en estos mometos históricos, la más grande en extensión, y la más importante de cara al futuro.

      SALUDOS REVOLUCIONARIOS.

      Me gusta

      UN OBRERO CON MAYUSCULAS

      03/02/2018 at 11:00


Dejá tu comentario