Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

La lucha por las ocho horas de trabajo y la tradición socialista

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En los últimos tiempos algunos partidos de izquierda de Argentina han agitado con insistencia a favor de la reducción de la jornada de trabajo a seis horas por día, durante cinco días a la semana (o sea, 30 horas semanales). La demanda se defiende con dos argumentos centrales: por un lado, reducir la jornada de trabajo para disfrutar de más tiempo libre y reponer energías. En segundo término, para acabar con la desocupación (junto al aumento de salarios). Con la campaña electoral se ha intensificado esta agitación.

Con el fin de aportar elementos para el análisis y la discusión en la izquierda, en esta nota presento algunas ideas sobre el sentido que tuvo para el marxismo la lucha por la reducción de la jornada de trabajo.

Para empezar, debemos decir que históricamente el marxismo apoyó la demanda de reducción de la jornada de trabajo porque es clave para preservar la fuerza de trabajo. Como explica Marx en El Capital (cap. 8, t. 1), una vez adquirida la fuerza de trabajo, el capital busca utilizarla el máximo de tiempo posible, y el obrero intenta que no se agote prematuramente. Son dos derechos en conflicto, y entonces lo que decide hasta dónde se extiende la jornada laboral es la fuerza, la lucha de clases. Así, en sus orígenes el capital presiona por alargar la jornada de trabajo –la plusvalía debe entenderse como una prolongación de la jornada de trabajo más allá del punto en que el obrero repone el valor de su fuerza de trabajo-, y en una segunda etapa el trabajo pone límites y logra reducir los horarios de trabajo. Es una pelea del capital por aumentar la plusvalía absoluta; y de la clase obrera por reducirla. La plusvalía absoluta, recordémoslo, siempre está vinculada al desgaste físico de la fuerza de trabajo. En consecuencia, la reducción de la jornada de trabajo se ubicaba, en la óptica del marxismo, en el terreno de la lucha por la distribución. No cuestionaba el sistema social basado en el trabajo asalariado.

Por otra parte, los autores clásicos nunca consideraron que la reducción de la jornada de trabajo pudiera acabar con el desempleo. Marx y Engels nunca sugirieron semejante cosa. El programa del Partido Obrero de Francia, redactado por Marx, no decía palabra sobre reducir la jornada de trabajo para acabar con la desocupación. Concretamente pedía un día semanal de descanso, trabajo de ocho horas para los adultos, prohibición del trabajo a menores de 14 años. En ningún momento se sugiere siquiera que se pudiera acabar con el desempleo mediante estas reducciones. Tampoco los programas de la Segunda Internacional, inspirados por Engels, hablan de acabar con el desempleo reduciendo la jornada laboral. Ni Marx  propuso algo semejante a la Primera Internacional. La razón central es que el ejército de desocupados es alimentado, de forma casi permanente, por la utilización capitalista de la máquina (o de la automatización) para mantener a raya a los obreros. Y en tanto exista la propiedad privada del capital, esta presión sobre el trabajo se renueva una y otra vez. A ello se suman las crisis económicas periódicas, que multiplican súbitamente el número de desempleados (véase, por ejemplo, caps. 13 y 24, t. 1; cap. 15, t. 3. de El Capital). Agreguemos que la mecanización y las crisis periódicas no pueden eliminarse del sistema capitalista mediante la reducción de la jornada de trabajoMarx era consciente de estas cuestiones, y por esta razón no se le ocurrió sugerir que el desempleo pudiera eliminarse mediante el ingenioso procedimiento de reducir la jornada laboral.

No eran entendidas como una panacea

Lo explicado más arriba nos ubica en la perspectiva con que la Segunda Internacional, bajo inspiración de Engels, encaró la lucha por las ocho horas de trabajo, a fines del siglo XIX. Dos cuestiones nos parecen relevantes. La primera, es que el marxismo agitó la consigna de las ocho horas en un sentido distinto del que lo hacían los dirigentes sindicales reformistas (tradeunonistas). Estos buscaban limitar legalmente la jornada de trabajo a ocho horas, a fin de reclamar un pago extra por las horas que excedieran ese límite. Engels y los socialistas, en cambio, abogaban por una limitación efectiva de la jornada de trabajo a las ocho horas. El siguiente pasaje de una carta de Engels a Kautsky, con fecha del 20 de abril de 1892, sintetiza la diferencia:

“Las ocho horas propugnadas por la mayoría del Consejo de las tradeunions meramente implica el pago del salario ordinario por ocho horas, y que cualquier trabajo por encima de eso sea pagado como sobretiempo a una vez y media o dos veces la tasa ordinaria; por lo tanto, las ocho horas diarias demandadas por esta gente son muy diferentes de lo nuestro, lo que significa que en el curso del año, después del día de mayo, el conflicto va a estallar…”.

Y en carta a Laura Lafargue, del 11 de septiembre 1892, luego de señalar la rapidez con que se había popularizado la demanda, dice: “… los trabajadores ingleses están tan hondamente infectados con el espíritu parlamentario del compromiso que no pueden avanzar un paso sin al mismo tiempo retroceder 3/4 o 7/8 de paso hacia atrás. Por lo tanto, el súbito despertar del entusiasmo por las ocho horas (tres años atrás considerada una imposibilidad por la misma gente que ahora reclaman por ella con la voz más fuerte) ha casi tenido éxito en darle un carácter reaccionario a ese grito. Es la panacea universal, la única cosa en la que pensar” (énfasis agregado).

En este respecto, parece claro que las ocho horas de trabajo hoy rigen en el sentido en que lo pensaban los sindicalistas reformistas. Actualmente los sindicatos aceptan el sobretrabajo como normal, y los trabajadores, dados los bajos salarios que reciben por las ocho horas, incluso solicitan hacer horas extra. Más aún, en muchas empresas el reparto de las horas extra es utilizado por los capataces y direcciones de personal para dividir a los trabajadores, o castigar a los activistas.

Pero en segundo lugar, y más importante, Engels observa, críticamente, que los sindicalistas reformistas habían convertido la demanda de las ocho horas “en la panacea universal”. Por eso, y en oposición a los sindicalistas, los socialistas explicaban a los trabajadores que las ocho horas eran solo una condición en la lucha por acabar la explotación.

Esta idea está magníficamente expresada por Clara Zetkin en el siguiente pasaje:

“Ciertamente, la demostración de mayo [se refiere al primero de mayo] fue decidida por el Congreso Internacional en París con el fin de mantener enérgicamente la reivindicación de la ocho horas diarias, y la legislación protectora del trabajo en general. Pero el carácter del Congreso y las discusiones que precedieron a la decisión indudablemente afirman que las reformas reclamadas no constituyen el objetivo final del movimiento obrero, sino solo medios para servir a esos objetivos. Son alimento en el camino de la clase obrera revolucionaria, en marcha a la conquista del poder político, y por medio de este, de la libertad económica y social: no son nada menos, pero tampoco nada más. Importantes como lo son –condiciones necesarias para el desarrollo poderoso del movimiento obrero- la clase trabajadora nunca venderá por un plato de lentejas de reformas su derecho primogénito a la revolución social. Las reformas mejoran la situación de la clase obrera, alivian el peso de las cadenas con que el trabajo está cargado por el capitalismo, pero no son suficientes para aplastar al capitalismo y emancipar a los trabajadores de su tiranía (“The Worker’s International Festival”, 1899, https://www.marxists.org/archive/zetkin/1899/05/festival.htm).

Textos de Rosa Luxemburgo también van en el mismo sentido. Lo fundamental es que los socialistas no ilusionaban a los trabajadores con falsas promesas. Como decimos hoy popularmente, “no vendían humo”. Es que si la reducción de la jornada de trabajo se presenta como una panacea –la “solución mágica” de los padecimientos de las masas explotadas y oprimidas- el mensaje pasa a tener un carácter apologético del capitalismo, y se convierte incluso en reaccionario. Por eso, en la tradición del socialismo revolucionario, la demanda de reducción de la jornada de trabajo era concebida solo como un paso adelante por generar condiciones para luchar por acabar con la explotación. La base del análisis de aquellos socialistas, por supuesto, era la teoría de la plusvalía y de la acumulación desarrollada en El Capital.

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La lucha por las ocho horas de trabajo y la tradición socialista

Written by rolandoastarita

04/07/2017 a 17:12

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53 respuestas

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  1. ¿Cómo se vincula esto con el Programa de Transición, «Escala móvil de los salarios y ESCALA MÓVIL DE LAS HORAS DE TRABAJO»?

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    fernando

    04/07/2017 at 17:32

    • Pero es imposible que un gobierno capitalista aplique un programa de transición al socialismo.

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      rolandoastarita

      04/07/2017 at 17:48

    • Pero es imposible que un gobierno capitalista aplique un programa de transición al socialismo.

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      rolandoastarita

      04/07/2017 at 17:48

  2. Hola Profesor,

    muy interesante la nota. Mi critica a la propuesta de las 6 horas se quedaba solamente en su carácter ilusorio y utópico, pero esto me deja más clara la distinción de los límites hasta los cuales es una propuesta positiva para orientar a la clase obrera hacia la revolución.

    Lo que también me resulta interesante es la influencia de los sindicatos sobre la clase obrera y siempre el rol de su burocracia de poner palos en la rueda. No sé si existirá algún libro que cuente como fue creciendo el socialismo con Marx y Engels en esa época (1870-1905)

    Un saludo grande!
    Fernando.

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    Fernando Turri

    04/07/2017 at 20:20

  3. Una cosa es la reivindicación en sí y otra la justificación que se da. Pero lo cierto es que en la Argentina tenemos la misma jornada de trabajo que en la década del 30 del siglo XX (ley 11.544) con una productividad del trabajo mucho mayor. No hay razón para no reclamar una disminución de la jornada de trabajo a 6 horas. Obviamente no debe sembrarse la ilusión de que eso va a terminar con el desempleo. Pero no me parece incorrecta la consigna de las 6 horas. En los lugares de trabajo que funcionan las 24 horas implicaría agregar un turno. Hace también a la salud de los trabajadores. Durante 10 años viví en el oeste mientras trabajaba en el centro y perdía 3 horas diarias en ir y venir. 12 horas a disposición de mi capitalista. La jornada no se agota en el tiempo efectivo que trabajo para mi empleador.

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    Lucas

    04/07/2017 at 22:15

    • Lucas, estoy de acuerdo, quizá me expresé mal pero coincido en la distinción qué hacés. Mi idea no era criticar el planteo en sí de la reducción de la jornada laboral sino la manera en que es propuesta, en este caso por el PTS.

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      Fernando Turri

      05/07/2017 at 09:34

    • Claro que sería mejor para todos los que laburamos que se reduzca a 6hs. la jornada. Los trabajadores del subte, por ejemplo, lo lograron. Pero lo que critica el artículo es la consigna del PTS «Reducir la jornada de trabajo a 6hs. para acabar con la desocupación». Eso es una mentira enorme, y hay que decirlo.

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      Santiago

      05/07/2017 at 11:51

    • Me parece que el nivel de lucha de la clase obrera es insignificante para mantener, siquiera, lo arrancado al capital a principios del siglo XX y en su transcurso, así mismo me parece infantil agitar dicha consigna, sin un programa mínimo atrás.

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      smolnybolche

      06/07/2017 at 11:08

  4. Es una consigna transicional que, si no se la piensa como objetivo en sí mismo, si se explica su contenido anti capitalista (que hay que atacar necesariamente la ganancia de los empresarios), permite ser un medio de construcción política revolucionaria en un mundo donde el prima el reformismo, ya que efectivamente ningún gobierno capitalista aplicará un programa transicional (como «que todo diputado cobre como un docente»).

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    damian

    04/07/2017 at 23:45

    • Es notable cómo arraigan las concepciones reformistas. «Atacar la ganancia de los empresarios» no es necesariamente un medida anticapitalista. Un socialista vulgar también pide «atacar la ganancia» para redistribuir, sin por eso cuestionar el modo de producción capitalista (ver aquí).

      Por otra parte, precisamente lo que NO dicen los trotskistas cuando agitan la consigna de reducir la jornada de trabajo para acabar con la desocupación es que esa medida NO puede aplicarse si la clase obrera no toma el poder y encara un programa de transformaciones políticas y sociales revolucionarias. Por eso, inevitablemente, caen en el cretinismo parlamentario (ver aquí).

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      rolandoastarita

      05/07/2017 at 08:59

  5. Rolo, es el PTS (FIT) el que plantea, no solamente la reducción de la jornada laboral, sino también el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados. Llama la atención que en su crítica no haga mención a este aspecto inseparable en todas las formulaciones hechas sobre la reducción de la jornada. Polemiza con la mitad de un planteo y termina sacando conclusiones a la medida de sus premisas.
    En lo que respecta al reparto de las horas de trabajo, le puede parecer que es «vender humo», pero déjeme aclarar que este planteo no es un invento del Programa de Transición de Trotsky. Ha sido una medida defensiva levantada por la clase obrera desde sus orígenes. Sobre todo en épocas de crisis.
    El propio Marx, en el capitulo que habla sobre la población obrera sobrante, menciona el caso de los hilanderos ingleses que en 1863, en un momento de escasez de algodón y jornadas extenuantes, repartían un folleto en el que se planteaba el reclamo del reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados.
    La reducción de la jornada laboral es asimilable por los capitalistas. Es lo que ocurrió históricamente. Pero jamás aceptarían una reducción de la jornada tal que, acompañada del reparto de las horas de trabajo, eliminara al ejército industrial de reserva («condición de existencia» del sistema de producción capitalista, según Marx).
    Creo, de todos modos, que el problema es más general, de lógicas. Ud sostiene que levantar cualquier medida transicional bajo el capitalismo es un sin sentido. Y nos alerta sobre el peligro de generar falsas expectativas en que bajo el capitalismo se pueda terminar con el desempleo con una medida -el reparto de las horas de trabajo- que, reconoce, la burguesía no tomaría jamás. Al mismo tiempo sostiene que una demanda mínima como la reducción de la jornada laboral es justa, pero no sobrepasa las fronteras del reformismo. Entonces, ¿Qué hacer?. Su fórmula pareciera ser programa mínimo + propaganda.
    El sentido de la campaña por la reducción de la jornada es no solamente elevar las aspiraciones de la clase obrera, sino que además es un planteo que hermana a ocupados y desocupados contra el enemigo común.
    Decir que esto es «vender humo» porque el capitalismo no puede resolver el problema del desempleo suena a pedantería…

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    zurdaloca

    05/07/2017 at 01:42

    • Es claro que cuando se dice que para acabar con la desocupación hay que reducir las horas de trabajo, se entiende que esto permitirá aumentar el empleo. También se agrega «manteniendo el salario»; aunque algunos grupos enmiendan esta demanda pidiendo aumento de salario. En realidad, si se reducen las horas de trabajo y se mantienen los salarios actuales, habrá una mayor oferta para realizar trabajos a tiempos parciales.

      De todas maneras, no busqué entrar en estas cuestiones, sino simplemente destacar cómo planteó históricamente el marxismo la cuestión de la jornada de trabajo. En especial, señalar que es imposible eliminar la desocupación mediante la reducción de la jornada de trabajo. Por supuesto, en algún caso particular, puede haber una reducción de jornada de trabajo a cambio de que no haya despidos. Es el caso que usted cita de los hilanderos, pero también ha sucedido durante la crisis de 2008-9 en Alemania con algunas empresas automotrices. Hay un abismo entre esto y decir que se puede acabar con la desocupación en el capitalismo repartiendo la jornada de trabajo.

      La agitación de demandas que solo se pueden conseguir con un gobierno revolucionario que aplique un programa de transición al socialismo, en el contexto de un dominio del Estado burgués «normal», es algo extraño al marxismo. Aunque es cierto que no fue un invento de Trotsky. Mucho antes de que Trotsky escribiera el Programa de Transición, Karl Heinzen abogaba por la agitación de consignas transicionales. Engels criticó esta táctica (ver aquí). He señalado esta circunstancia muchas veces pero, por supuesto, los trotskistas no se dan por enterados. Nunca leí una refutación fundada de los argumentos de Engels por parte de los trotskistas. Marx también rechazó la utilización de consignas transicionales en circunstancias no revolucionarias. Pero de esto, tampoco dicen palabra. En la Tercera Internacional, bajo dirección de Lenin, tampoco se adoptó un programa transicional. De nuevo, los trotskistas en silencio sobre el asunto.

      En cuanto a qué hacer, sí, defiendo la combinación de luchas por demandas mínimas (en el sentido en que define Lenin las demandas mínimas) con la propaganda (en situaciones no revolucionarias). Lo he explicado muchas veces. Por supuesto, una demanda de reducción de la jornada de trabajo es una demanda mínima; no cuestiona el sistema de trabajo asalariado.

      Por otra parte, y como he explicado muchas veces, considero que agitar demandas de un programa de transición al socialismo para ser aplicadas por un Estado burgués es oportunismo puro. Y de la peor especie. Es una de las razones de fondo por las cuales no acuerdo con el FIT (las otras razones tienen que ver con que no soy nacionalista, ni considero progresivo al capitalismo de Estado).

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      rolandoastarita

      05/07/2017 at 08:52

  6. No me parece una medida utopica, de hecho varios paises capitalistas la han implementado
    A la cabeza esta Holanda con una semana laboral de 29 horas y con un salario mensual de $3.900 Dolares
    http://marcianosmx.com/los-10-paises-con-las-menores-jornadas-laborales-y-sus-salarios/

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    Nico

    05/07/2017 at 02:46

    • La nota no dice que sea utópico la reducción de la jornada de trabajo. De hecho, a lo largo de la historia del capitalismo la jornada de trabajo ha tendido a reducirse. Lo que dice la nota es que es imposible acabar con la desocupación reduciendo la jornada de trabajo (o sea, repartiendo las horas de trabajo), en tanto subsistan las relaciones sociales de producción capitalista. No es difícil de entender.

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      rolandoastarita

      05/07/2017 at 09:07

    • habría solamente que comparar la productividad media del trabajo en holanda con la de argentina. Del contrario son solamente número al aire.

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      lucas

      05/07/2017 at 12:38

  7. -según el gobierno francés, la jornada de 35 hs. les implica tener un desempleo 1% menor al de 39 hs en igualdad de condiciones.
    -como dice otro comentarista, en Arg, insólitamente, la jornada legal es de 45 hs.
    -la jornada de 6 hs fue propuesta por Lafargue y, de manera anticientífica pero profundamente querible, por Koprotkin.

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    Santiago

    05/07/2017 at 12:45

  8. Rolando, concuerdo con lo que dice sobre los límites de una eventual reforma de ese tipo, que no excede el marco de una sociedad capitalista. Pero aun así me parece que el debate tiene otra arista tanto o más importante ¿Todos los países capitalistas tienen una economía tal que pueden darse «el lujo» de hacer reformas así? ¿Es que Argentina se asemeja a Holanda (mencionada más arriba en un comentario para demostrar la factibilidad de la reforma)? ¿Es posible que ciertas reformas que, en principio, se impulsan con el objetivo de beneficiar a los trabajadores, finalmente terminen por perjudicarlos? Y, por último, si en determinado país efectivamente existieran límites económicos para el tipo de reformas que se pueden materializar positivamente, llevando a resultados contraproducentes en caso que quisiéramos sobrepasarlos ¿sería acaso correcto, para quienes se dicen «socialistas» y defensores del bienestar de la clase obrera, seguir promoviendo de todas maneras esa política?

    Para contribuir a la reflexión, dejo esta cita de un artículo que acabo de leer:

    «A comienzos de los noventas, Indonesia duplicó el sueldo mínimo en respuesta a las amenazas de restricción de comercio por parte de EEUU -una política promovida por activistas estudiantiles estadounidenses. Esto llevó al cierre de muchas plantas de manufactura y el empleo se redujo entre un 12% y un 36%. Del mismo modo, cuando Nike y Adidas limitaron las horas de trabajo en las fábricas chinas para tranquilizar las conciencias de activistas estadounidenses «muchos trabajadores renunciaron, reclamando que las horas extras no eran suficiente.» En Sudáfrica, cuando funcionarios del gobierno intentaron cerrar fábricas textiles por no cumplir con las leyes de sueldo mínimo de 2010, «trabajadores textiles desesperados amenazaron con atacar a los funcionarios y quemar sus vehículos antes que perder sus trabajos».»

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    Pedro B.

    05/07/2017 at 17:53

  9. Profe Astarita: muy interesante la nota sobre las 6 horas de trabajo sin reducción del salario, pero como bien, lo demuestra la entrada tiene límites insalvable,en caso, de una eventual reforma de ese tipo en Argentina, que no excede el marco de una sociedad capitalista.

    Hace unos días leí una nota del «marxista» francés Michel Husson , donde este intelectual de la izquierda gala, hace un esfuerzo descomunal por demostrar que reducir las horas de trabajo es posible para combatir la desocupación, pero se olvida de mencionar que vivimos en el sistema capitalista. La 6 horas me arriesgaría a afirmar que en Francia fue un fracaso, porque las empresas galas no las respetaban. En fin esto es lo que perjudica a la izquierda mundial «hacer humo» para conseguir un candidato.

    Profe le dejo link y si es posible pueda contestar que piensa sobre la posición de Michel Husson sobre las 6 horas y su defensa a la misma. file://impresiones/pc-02/PDF%20_TRABAJO%20PRACTICO.pdf

    Un saludo.

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    Víctor Hugo

    05/07/2017 at 20:22

  10. Rolo, si tu fórmula es agitar el programa mínimo (+ propaganda), entonces habría que esperar a que la clase obrera tenga las armas en la mano para empezar a hablar de cualquier otra cosa que no sea aumento de salario y/o reducción de la jornada laboral. Siguiendo tu lógica, solo habría que agitar las demandas «realizables» bajo el capitalismo y en esto no vas mucho más lejos que la socialdemocracia.
    Entonces, ¿cómo puede ser que estar en contra de una medida como el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, porque no es viable bajo el capitalismo, es una posición más revolucionaria que la de la izquierda que plantea un programa para la unidad de las filas obreras?.

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    Emiliano

    05/07/2017 at 20:45

    • Expliqué estas cuestiones repetidas veces, por ejemplo, en mi Crítica al Programa de Transición. El marxismo históricamente hizo la diferencia entre el programa mínimo y el programa de transición. El programa mínimo contiene aquellas demandas que, en principio, pueden ser conseguidas bajo el sistema capitalista. Aumentos de salarios, libertades formales, son ejemplos típicos. ¿Cómo se puede decir que por agitar consignas elementales los marxistas tienen la misma estrategia y programa que la socialdemocracia? A veces no puedo creer las cosas que se escriben. ¿Cómo se puede haber perdido tanto la brújula? El programa del Partido Obrero Francés, que menciono en la nota, escrito por Marx, ¿acaso no era un programa revolucionario? Y sin embargo, tenía un programa mínimo, con consignas que compartían los posibilistas y otras corrientes reformistas del socialismo. ¿Usted afirma que por ese motivo la estrategia de Marx era reformista burguesa? ¿No hay límites a las sandeces?

      Marx tenía una estrategia revolucionaria, y redacta un programa con reivindicaciones mínimas. Y ese programa NO tenía consignas transicionales. Más aún, Marx RECHAZÓ la agitación de demandas transicionales en una situación no revolucionaria. ¿Por eso usted va a decir que compartía el programa y la estrategia del socialismo burgués, o pequeño burgués??? Lo mismo se puede ver el en discurso de Clara Zetkin, que cito en la nota. Habla de la lucha por una reforma, las 8 horas, y del programa socialista. No dice palabra de consignas transicionales. De nuevo, ¿por eso usted va a sacar la conclusión de que CZ era una socialdemócrata burguesa? Insisto con la pregunta, ¿¿no tienen límites???

      Por último, jamás dije que me opongo a repartir horas de trabajo bajo el capitalismo. Lo que he dicho es que bajo el capitalismo no se puede acabar con la desocupación repartiendo horas de trabajo. Afirmo también que esto HAY QUE DECIRLO. No hay que engañar y mentir, y menos para conseguir votos. Por eso, y conectado con el tema del desempleo, también es engañar y mentir decir que se puede acabar con los despidos mediante una ley votada en el Parlamento. Si fuera así, ¿por qué no proponen una ley que prohíba las crisis capitalistas? En síntesis, no vendan humo.

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      rolandoastarita

      05/07/2017 at 21:05

    • Profesor Astarita: ¿dónde puedo conseguir en la red el programa del Partido Obrero Francés? Gracias.

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      Santiago

      24/07/2017 at 04:49

    • Está en internet, pero no recuerdo ahora el sitio

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      rolandoastarita

      24/07/2017 at 09:58

  11. Prof. Astarita, entonces ahora dice Ud que si está a favor del planteo transicional del reparto de las horas de trabajo. Ud aclara «bajo el capitalismo». Pero eso no hace a la diferencia, imagino que no estará a favor del reparto de las horas de trabajo solamente para un sector de los desocupados. Hablemos de sandeces..
    Ud dice, ahora, estar a favor del reparto de las horas de trabajo pero en contra de agitarlo. Debe en primer lugar ponerse de acuerdo con ud mismo.
    Por otro lado, si la agitación por el reparto de las horas de trabajo se plantea como una forma de dar trabajo a todos los desocupados, no es porque sostengamos que bajo el capitalismo se puedan resolver sus contradicciones fundamentales. Esa es una posición forzada. Al margen de las diferencias que hay entre los partidos que conforman el FIT (una coalición táctica progresiva entre partidos que reivindican la independencia de clase), sabrá que este tiene un programa que además de las reivindicaciones mínimas plantea un gobierno de los trabajadores. Ud podrá pensar que, salvando las demandas mínimas, todo lo demás es superfluo. Pero no puede decir seriamente que se plantea un programa para reformar al capitalismo. Y aunque ese fuese el caso, su fórmula «programa mínimo + propaganda», no iría mucho más lejos.
    El planteo del reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados es una forma de agitar un programa que plantee una alternativa a la fatalidad del desempleo, y que apunta a la unidad de ocupados y desocupados contra los capitalistas.

    * No respondo a sus afirmaciones acerca de que el programa del FIT es nacionalista y está en favor del capitalismo de estado porque me parecen un disparate y no es tema de esta polémica.

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    Emiliano

    05/07/2017 at 23:39

    • Trate de no tergiversar. Nunca dije que estoy a favor de la aplicación de medidas transicionales bajo el sistema capitalista. Lo he explicado muchas veces, incluso en este blog. Pretender aplicar medidas de transición al capitalismo solo llevan a la confusión.

      En segundo lugar, si en alguna empresa o rama de la actividad se llega a un acuerdo para repartir horas de trabajo y evitar despidos (como ha sucedido); o para reducir horas extras e incorporar más trabajadores, no veo por qué los marxistas nos deberíamos oponer. Pero eso no tiene punto que ver con una medida de transición al socialismo.

      Por último, lo que afirmo es que en tanto subsistan las relaciones de producción capitalista, es imposible acabar con la desocupación. Esto es, afirmo precisamente LO OPUESTO de lo que dice usted. Afirmo que en tanto haya capitalismo, FATALMENTE se recreará el ejército de desocupados. Y que para tomar medidas de fondo que acaben con la desocupación, y otros males de esta sociedad, no basta con un «gobierno de los trabajadores» (linda fórmula para el oportunismo), sino acabar con el poder del capital. Es ESTA afirmación la que los pone muy nerviosos a ustedes.

      Por supuesto, también los pone muy nerviosos cuando digo que un programa de transición al socialismo solo se puede imponer desde el poder (que, repito, no es sinónimo de «gobierno de los trabajadores»). Y los pone muy nerviosos cuando sostengo que no se puede reducir la desocupación votando leyes; por ejemplo, prohibiendo los despidos. Más en general, la crítica al cretinismo parlamentario parece resultarles insoportable. También he notado que se ponen muy nerviosos cuando critico al nacionalismo y al estatismo. En definitiva, parece que las ideas básicas del socialismo científico a ustedes los sacan de quicio.

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      rolandoastarita

      06/07/2017 at 12:08

    • Los partidos que integran el FIT son nacionalistas, basta conocer sus posiciones con respecto a Malvinas, con respecto a la ‘traición de intereses nacionales’, ‘burguesías cipayas’, ‘fondos buitres’,
      etc. etc. (a veces pueden llegar al nacionalismo más abyecto -y en un ataque de xenofobia-
      decir que los españoles son ‘garcas por excelencia’…como botón de muestra: http://www.po.org.ar/prensaObrera/1130/aniversarios/acto-del-partido-obrero-por-el-bicentenario-20-de-mayo-de-2010-el-patriotismo-que-reivindica-el-partido-obrero

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      Luciano

      14/07/2017 at 14:12

    • Gracias por el envío. Tengo pendiente desde hace tiempo la lectura del libro de Paul Cockshott.

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      rolandoastarita

      06/07/2017 at 11:39

    • Sería muy interesante una nota sobre su propuesta porque toma en serio la experiencia histórica soviética y se ha dedicado a criticar duramente a visiones hippies, antiURSS, etc.

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      newsocialism

      08/07/2017 at 21:07

    • Cockshott si que critica a la URSS, porque como bien advertían desde la derecha, no era posible un calculo económico racional bajo ese modelo. El autor propone una forma de que un sistema planificado pueda superar ese problema que a mi modo de ver es complicada e innecesaria, ya que un mercado es una herramienta que podría resolverlo mejor. David Schweickart propone un socialismo de mercado que a mi modo de ver se acerca mejor a resolver esos problemas, aunque aun así le sigue confiriendo mucho peso al estado en mi opinión.

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      David Martín

      21/02/2018 at 20:32

  12. profesor, curse su materia en sociales hace algunos ya, sigo cada tanto su blog. he escuchado la propuesta de las 6hs y me parece realmente excelente. contrariamente a lo que plantea en su ultimo comentario me parece que el FIT plantee la reduccion de la jornada laboral manteniendo el salario y repartir las horas de trabajo es un contenido que pone en la agenda la planificación de la economía, atacando un nudo profundo de la ganancia bajo el capitalismo. que esta «agenda» llegue a millones de personas plantea una perspectiva superior a la pelea salarial por citar el ejemplo que puso como demanda minima. es evidente que bajo el capitalismo no se puede acabar con la desocupacion, pero este planteo me da la impresion de que justamente ayuda a un cuestionamiento más profundo del capitalismo y su irracionalidad. escuche mucha gente debatir sobre este planteo, su es utopico, si se podria llevar a cabo, que habria que hacer para lograrlo, y eso ya me parece un punto muy valioso y superior a otras propuestas que no llevan a esos cuestionamientos. es muy elemental lo que digo, pero al reves del lado negativo que le pone, creo que justamente lleva a plantear por que hace falta un gobierno de trabajadores para acabar con la irracionalidad capitalista.

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    Sofia

    06/07/2017 at 09:23

    • Repetís el argumento de Trotsky: agitar una consigna que es imposible, pero parece sencilla, para que la gente se movilice por ella, y se dé cuenta de que tiene que hacer una revolución socialista. Es la táctica transicional en escalera. Responde a un pensamiento linealmente mecanicista. Y es la explicación de fondo de por qué los trotskistas juegan no hablan de la factibilidad de la consigna transicional en el capitalismo. Más precisamente, es la razón de por qué nunca dicen que acabar con la desocupación repartiendo las horas de trabajo es imposible en tanto persistan las relaciones sociales de explotación.

      En definitiva, es una táctica construida sobre la base del ocultamiento, de «vender humo». Tal vez esto explique también el fracaso de esta política. Hace más de 80 años que el trotskismo está aplicando la agitación transicional, con resultados nulos. ¿No es hora de hacer algún balance? Además, ¿no deberían reflexionar un poco acerca de la crítica de Engels a esa táctica? ¿O preguntarse por qué al socialismo histórico (por ejemplo, a Bebel, Lenin, Rosa Luxemburgo, Liebknecht, Gramsci, Serge y semejantes) jamás se les ocurrió que pudiera llegarse a la revolución socialista por esa vía?

      Por último, una reflexión: la idea de que la desocupación es funcional e inherente al sistema capitalista es central en la teoría de Marx, principalmente en El Capital. Marx escribió ese libro para los trabajadores. Pensaba que era la mejor herencia que le dejaba al movimiento obrero. Se supone que los socialistas hicieran agitación y propaganda en torno a las ideas centrales de esta crítica del sistema. Entre ellas, explicar la teoría de Marx sobre la desocupación. Pues bien, el tema es que cuando escribo una nota diciendo que los socialistas revolucionarios jamás dijeron a los trabajadores que la desocupación se podría acabar en tanto subsistiera el sistema capitalista, los mayores ataques los recibo de una corriente política que se dice heredera de la teoría de Marx. «No descubra la verdad, porque no podemos seguir vendiendo humo», es lo que me vienen a decir. Por eso, cuando leo cosas como estas, me pregunto si después de todo, para esta corriente, los homenajes a El Capital son solo para «los días de fiesta». Y no puedo dejar de preguntarme qué entendió alguna gente que asistió a mis cursos sobre la teoría de Marx. Sinceramente, me siento muy desalentado.

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      rolandoastarita

      06/07/2017 at 11:12

  13. La ceguera que muestran los defensores de las consignas del FIT a la hora de responder es realmente impresionante, y va en aumento a medida que pasa el tiempo… y las elecciones. Se llega al punto ridículo de tener que explicar mil veces que quienes estamos en contra de esa oportunista consigna lo estamos porque esconde una mentira grande como una casa, que se puede acabar con la desocupación en el sistema capitalista. ¡A través de una ley en el parlamento burgués!
    El problema será que algunos de nosotros no tomamos como recurso válido la mentira, eso preferimos dejarlo para quienes creen que a las masas hay que llevarlas a las patadas a hacer la revolución que los benditos dirigentes de la vanguardia sabrán muy bien orientar. Otros, en cambio, seguimos aferrados al viejo lema de la Asociación Internacional de Trabajadores, y sabemos muy bien que si algún día esta horrible sociedad cambia será obra de los trabajadores mismos.

    http://izquierdasocialista.org.ar/index.php/comunicados-de-prensa/comunicados-de-prensa/5901-diputado-giordano-presento-ley-contra-los-despidos-y-la-desocupacion
    ¿Qué será lo próximo que quieran prohibir por ley? ¿La pobreza, la explotación, la burguesía? ¿Tiene algún límite la socialdemocracia trotskysta?

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    Santiago Corlé

    06/07/2017 at 09:53

  14. Prof. Astarita, ahora entonces dice estar a favor del reparto de las horas de trabajo, solamente cuando es un hecho aislado, un hecho consumado. Y rechaza la idea del reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados como punto programático, porque bajo el capitalismo es imposible terminar con el desempleo. Qué plantearía como programa para terminar con el desempleo? Porque de su planteo parece desprenderse: o un salto al programa máximo -cuestión descartada por su defensa del programa mínimo- o una no respuesta (a menos que plantee «trabajo genuino» a no se sabe quién: estaría en contra de un plan de obra pública -porque sería, según su visión, defender el capitalismo de estado- y en contra de exigirlo al sector privado porque implicaría el reparto de las horas de trabajo).

    Por otro lado, la idea del gobierno obrero en el programa del FIT se plantea en ruptura con el capitalismo. Pero lo llamativo es que acuse a la izquierda de «generar falsas expectativas» en el capitalismo cuando plantea medidas parciales, y defienda al mismo tiempo el programa mínimo y la propaganda como método.

    Por último, creo que el se pone nervioso es ud. No es tema de este posteo, pero nadie dice que bajo el capitalismo se puedan parar los despidos con leyes. De la misma manera que nadie dice que se pueda terminar con la explotación capitalista por exigir un salario mínimo igual a la canasta familiar. Pero, siguiendo su lógica, ud se habría abstenido en la votación de una ley antidespidos, «porque bajo el capitalismo no se puede terminar con el desempleo con leyes»?. Me parece una posición infantil, librezca, muy «correcta» para un circulo de propaganda. Pero el veto a la ley antidespidos por parte del gobierno puso de manifiesto ante los ojos de millones de personas la farsa del «compromiso por el empleo» que unos días antes había firmado el gobierno con los empresarios. Dejeme recordarle también que ademas de votar a favor de la ley antidespidos, tratamos de organizar la pelea en las fábricas donde estamos, como ocurre ahora en Pepsico.

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    emilianoxxx

    06/07/2017 at 13:21

    • Si mucha gente quiere repartir horas de trabajo, y hay un acuerdo para ello, tampoco me opongo. ¿De dónde saca usted estas cosas? Lo que afirmo es que bajo el capitalismo NO se puede acabar la desocupación repartiendo horas de trabajo. ESTO ES LO QUE AFIRMA LA NOTA. Que no hace más que repetir lo que explica Marx en El Capital.

      ¿Programa para acabar con la desocupación bajo el capitalismo? Respuesta: NO hay manera de acabar con la desocupación bajo el capitalismo. ¿Por qué? Pues por las razones que explica la nota. No hay manera de impedir el cambio tecnológico y no hay manera de acabar con las crisis de sobreproducción. Parece que a usted estas ideas elementales del socialismo le son completamente extrañas. Pero es así. Claro que ustedes no puede aceptarlas ni explicarlas porque se les viene abajo toda la propaganda fantasiosa que están haciendo. Quieren hacerle creer a la gente que votando diputados de izquierda al Parlamento y aprobando leyes (dirigidos por un «gobierno obrero», faltaba más) van a solucionar los problemas centrales del régimen capitalista. Hay que tener una dosis muy alta de cretinismo parlamentario para decirle a la gente que pueden tener éxito leyes prohibiendo los despidos. En realidad, creo que ni Bernestein decía semejantes disparates.

      En cualquier caso, no es casual que jamás expliquen, en los grandes medios, las condiciones bajo las cuales se podría imponer un programa de transición al socialismo. Es natural entonces que cuando alguien les recuerda lo básico de la crítica marxista al sistema capitalista, lo ataquen con todos los medios posibles. Se comprueba una vez más que a los oportunistas la crítica marxista los pone realmente nerviosos. Es que se les acaba el cuento; no pueden vender humo.

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      rolandoastarita

      06/07/2017 at 14:01

    • Emiliano, usted parece creer que la izquierda nació con Trotsky. Desde mis escasas lecturas le recomiendo que haga el ejercicio de leer a Marx, Engels, Luxemburgo, Lenin, etc, como si Trotsky no hubiera existido nunca hasta el momento en que realmente existió… y que intente comprender cuál era el programa defendido por ellos, si es que realmente le interesa comprender a marxistas que reivindican esas ideas y no las suyas. De otro modo, sus esfuerzos no redundan más que en sofismas dignos de una charla futbolera.

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      Ezequiel

      06/07/2017 at 18:32

  15. Profe: que piensa de esta nota http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/reduccion-del-tiempo-de-trabajo-y-desempleo/ de Michel Husson que aparentemente demuestra la falsedad de los argumentos con los que los economistas neoliberales quieren mostrar la imposibilidad de la reducción del tiempo de trabajo, y muestra cómo esta podría contribuir a disminuir el desempleo.Obviamente el intelectual galo no aporta datos empíricos en la nota solo mágicas formulas, Incluyo su contribución como otro aporte al debate sobre la reducción de la jornada de trabajo.no parece serio la nota Husson , pero solo me parece que su opinión ayudaría a mi entendimiento. Ya que igual que usted no estoy de acuerdo con la agitacion de de esta consigna me parece muy electoralista de parte de los compañeros del Fit y para mas larelacion de fuerzas de estan dadas para luchar por 6 hs, de ultima se podría como ocurrió en Francia sin acabar con desocupación, fue asimilado perfectamente por el sistema incluso precarizo aun mas la fuerza de trabajo.

    Un saludo.

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    Víctor Hugo

    06/07/2017 at 14:36

    • Gracias, voy a leer el trabajo cuando tenga un poco más de tiempo. De todas maneras, insisto en que es posible reducir la jornada laboral (habrá que ver siempre en qué circunstancias puede ocurrir, en especial sin precarizar más el trabajo). Lo que no puede afirmarse es que por medio de la reducción de la jornada de trabajo vamos a eliminar la desocupación en el sistema capitalista.

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      rolandoastarita

      06/07/2017 at 14:46

    • Gracias Profe : Igual la nota no aporta mucho al debate solo que trata de demostrar que podría «reducir» la desocupación. Michel Husson desde mi punto de vista solo presenta una formula matemática de que «seria posible» como gustar soñar a los trotskos. igual con sus notas al menos a mi ya me quedo claro que sin acabar con el sistema capitalista es imposible terminar con la desocupación todo lo demás es solo discurso izquierdista.
      Muchas Gracias!!!!

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      Víctor Hugo

      06/07/2017 at 16:02

  16. Es absolutamente claro que en algún momento hay que decir que, EN EL CAPITALISMO, no se puede eliminar la desocupación. Un buen momento para hacerlo es con la consigna de las 6 horas de trabajo. Pero el reformismo en nombre de Trotsky elige mentir y decir que con las 6 horas se combate el desempleo.

    Lo mismo sucede con la consigna del gobierno de los trabajadores, el reformismo en nombre de Trotsky le teme a la conciencia democrática burguesa y por eso jamás habla de la dictadura del proletariado ni la explica (salvo en los cursos internos).

    La única forma de combatir el desempleo es combatiendo al capitalismo, a la burguesía y al estado burgués. La única política que puede terminar con el desempleo es la política revolucionaria que elimine las relaciones sociales capitalistas. Y para decir eso hay que decir luego cómo hacerlo, lo que exige enfrentar el poder del capital y del estado capitalista, y que hay que hacerlo armas en la mano y en la calle, no con el culo adherido a una silla parlamentaria. Lo que significa construir organizaciones distintas a las que construye el reformismo en nombre de Trotsky. El problema de las consignas que tienen estos reformistas es que es una consecuencia de no tener estrategia de poder. Las consignas expresan su adaptación al sistema.

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    Lucas

    06/07/2017 at 15:00

  17. En el subte se conquistaron las 6hs en base a una relación de fuerza a favor de los trabajadores construida durante años. Sumado al argumento de las condiciones de trabajo. O sea, se dio un escenario y una coyuntura muy particular. Ahora bien, hoy mismo están en peligro puestos de trabajo, como por ejemplo los boleteros que son reemplazados por maquinas. El cambio tecnológico esta desbancando trabajadores.

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    germ

    06/07/2017 at 19:51

  18. «implica un gobierno de los trabajadores en ruptura con el capitalismo» Con que se come esto?

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    germ

    06/07/2017 at 19:58

    • Igual siguen con esa logica de que los desocupados no son parte de la clase trabajadora… aunque marx ya lo dejo en claro con el ejercito industrial de reserva…
      Y el lema ese es muy rebuscado, la mayoria no sabe de donde salen las ganancias lamento decir, ademas de que no lleva necesariamente a lo que se entiende por conciencia de clase…
      El resto genial, aunque no me agrada el PTS por una experiencia personal nefasta, les reconozco que castillo habla bastante claro. Saludos.

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      SDPA

      07/07/2017 at 02:30

  19. El tema es complejo pero Rolo escribe para que se entienda. Todos los comentarios que no cazan el sentido de la nota y critican cosas que no están ahí tienen un trasfondo irracional. Es muy frustrante.

    Quiero rescatar este texto que Rolo escribió hace unos años, también muy didáctico. Si se hace el esfuerzo por aprender, claro. Quienes ya tienen la decisión tomada de antemano de «refutar» cualquier crítica en vez de fijarse si la crítica es sensata o no, no aprenderán nada.
    http://rolandoastarita.com/Seishorasydesocupacin.htm

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    • Gracias por recordarme esa nota. Voy a actualizar los datos sobre Francia, y reproducirla en el blog.

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      rolandoastarita

      07/07/2017 at 12:57

  20. ¿Y en qué parte de la propuesta del FIT aparece la idea que «reducir la jornada laboral es la panacea para la desocupación»? Me parece que es una interpretación forzada por parte de Rolando…

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    ariel scoccia

    07/07/2017 at 14:47

    • Reproduzco de la página web de Izquierda Diario, 16/04/2017:

      Título de la nota: «Por el reparto de las horas de trabajo y la reducción de la jornada laboral. Ante la desocupación repartir las horas de trabajo entre todas las manos disponibles. Por una jornada laboral de 6 horas para no dejar la vida en el trabajo. La propuesta del PTS en el FIT».

      Luego: «… en el lanzamiento de su precandidatura Nicolás del Caño explicó que “El planteo de reducción de la jornada laboral es para que todos trabajen seis horas, cinco días a la semana y, de esa manera, poder incorporar a cientos de miles de trabajadoras y trabajadores desocupados y precarios”. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Argentina se trabaja un promedio de 38 horas por semana. Si la jornada laboral se redujera a 6 horas diarias, trabajando 30 horas de lunes a viernes, se podrían generar nuevos puestos de trabajo suficientes como para absorber al 1,5 millón de trabajadores desocupados y a muchos de aquellos desalentados que dejaron de buscar empleo».

      ¿Es mucho pedir que tengan un poco de honestidad intelectual y no embarren la cancha?

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      rolandoastarita

      07/07/2017 at 15:00

  21. Astarita yo creo que tu planteo justamente parte de que negás el programa de transición y es una discusión que tiene varias aristas para tratar por acá. En principio, una demanda transicional no es «capitalista» sino que cuestiona la propiedad privada de los medios de producción, por eso justamente transitorio, de eso se componen las medidas para afectar la propiedad privada, llevando hasta el final medidas democráticas radicales y no de hablar solo de gobierno obrero porque el socialismo no se consume por insistencia agitativa, cuestión que llevada hasta el final es la que parece ser tu planteo estrategico (sino no entiendo cual es) . Pero creo que de la mano de eso el debate acá está tergiversado, el planteo del PTS en el Frente de Izquierda no es que con las 6 horas se ataca de conjunto a la desocupación, sino que es repartiendo el trabajo disponible entre las manos disponibles (osea, tomando en cuenta la desocupación porcentual en este momento) y reduciendo la jornada laboral. Es un planteo transicional, porque la reducción de la jornada de trabajo no quiere decir objetivamente que se incorpore mecánicamente todas las manos de trabajo disponibles, ya que obviamente el capitalismo no puede funcionar sin ejército de reserva, sino que es una ddemanda que de conjunto (reducción de la jornada de trabajo, con salarios iguales a la canasta familiar, eliminando la precarización y ocupando el trabajo disponible entre ocupados y desocupado) hace a un planteo de carácter anticapitalista, ya que los revolucionarios nos presentamos a elecciones para desarrollar una intensa agitación y elevar las expectativas de la clase obrera.

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    Ivan Federico

    10/07/2017 at 17:48

    • No es cierto que «niego», en general, el Programa de Transición. Por caso, estoy completamente de acuerdo con la manera en que lo plantearon Marx y Engels en El Manifiesto Comunista. Con lo que no estoy de acuerdo es con la forma particular en que lo plantearon Heinzen, y luego Trotsky y los trotskistas. Considero que confunde, siembra la ilusión de que es posible tomar medidas de transición al socialismo presionando a un Estado capitalista. Es una especie de reformismo profundo, combinado con una buena dosis de cretinismo parlamentario (le dicen a la gente que se puede acabar con los despidos votando una ley en el Parlamento; creo que ni Bernestein llegó a tanto). Se presentan en las elecciones para «elevar las expectativas de la clase obrera»… en el parlamentarismo más grosero.

      En definitiva, repito, NO se puede acabar con el capitalismo en la sociedad capitalista. Esto es, no se puede acabar el desempleo reduciendo la jornada semanal a 30 horas y repartiendo el trabajo. Se podrá bajar algún punto la desocupación, pero no eliminar el problema. ES ESTA AFIRMACIÓN LA QUE MOLESTA AL PTS Y A LOS TROTSKISTAS. Lo cual es muy significativo, porque no estoy diciendo nada que no esté en la obra de Marx y que no haya sido ratificado por la experiencia práctica, histórica.

      Aclaro también que el pretendido contenido «anticapitalista» de la propuesta NO lo explicita el PTS (ni en general los partidos trotskistas). Jamás dicen abiertamente, cuando presentan la propuesta, que es imposible acabar con la desocupación en tanto se mantenga el Estado y el modo de producción capitalista. ESTO LO OCULTAN. Para ser más concreto, el discurso de Del Caño no se distingue del discurso del tradicional socialismo vulgar. Es por esa razón que les molesta tanto que en el blog explique que la desocupación se recrea siempre por medio de la mecanización y automación, y las crisis. No critican la idea, que es de Marx, sino critican el hecho de que trate de difundirla. Me parece que es la primera vez que tomo plena conciencia de hasta qué punto para ustedes la teoría de Marx es una molestia. Nunca lo había visto tan claro. La conclusión a la que llego es que la crítica de Marx al capitalismo les molesta para conseguir votos. Por eso tampoco es casual que se hayan enamorado de esa estúpida idea, propia del socialismo vulgar y ecléctico, de «nuestras vidas valen más que sus ganancias»; o que pidan un gobierno que «deje de gobernar para los ricos» (cualquier parecido con el discurso kirchnerista NO es casualidad).

      Por último, enfatizo también que la propuesta de acabar la desocupación reduciendo las horas de trabajo no es exclusiva de los trotskistas. En otro comentario un lector, muy atinadamente, mandó un enlace con una nota de Kautsky, quien en 1937 planteaba ese «remedio». Y hubo otras propuestas, incluso de gente de derecha.

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      rolandoastarita

      10/07/2017 at 19:33

  22. Marx y Engels finalizaban el Manifiesto Comunista diciendo que: “Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente. Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista.”

    Creo que también tiembla el reformismo en nombre de Trotsky porque todo el tiempo ¿encubren sus intenciones? No lo sé, no sé sinceramente si los partidos del FIT o del IFT tienen una real vocación revolucionaria o si le tomaron el gustito a los fondos estatales y optaron, en los hechos, por adaptarse a la democracia burguesa (sobre el MST no tengo ninguna duda que es así). Como no puedo conocer sus verdaderas intenciones me guío por sus actos, expresados por sus principales referentes políticos: adaptación total a la ideología democrática-burguesa. Fracción reformista de izquierdista del régimen.

    La constitución nacional argentina consagra en su artículo 14 Bis el control obrero de la producción. La resignificación burguesa del control obrero de la producción no tiene ningún contenido anticapitalista. Esa reivindicación se encuentra en una constitución liberal y fue puesta allí por un régimen de facto militar en la reforma constitucional de 1957. Lo mismo sucede con el pacto de San José de Costa Rica que tiene jerarquía constitucional y en su artículo 21 establece que la explotación del hombre por el hombre debe ser prohibida por ley (sic!). Por supuesto, también reconoce el derecho de propiedad privada, así que vemos una vez más que la burguesía puede resignificar conceptos y escribirlos en sus normas fundamentales. Inclusive los consejos obreros han sido tergiversados por la burguesía (ver La revolución en Alemania de Broué).

    Por el contrario, cuando en los años ’70 en la Argentina la clase obrera impuso en algunas fábricas el control efectivo de la producción se agitó el fantasma de la guerrilla fabril y los milicos la aplastaron. El control obrero tiene que ser real y efectivo y depende de las relaciones de fuerzas, de nada sirve que esté escrito en las normas o que se mencione en una campaña electoral. La clase obrera puede aprender por propia experiencia que si controla efectivamente la producción puede reducir la jornada de trabajo en tal o cual fábrica, contratar más personal y exigir que las empresas contraten cada vez que quieran aumentar la producción. Pero esto dependerá de la fuerza de la clase obrera movilizada, no de una campaña electoral. Supone un enfrentamiento político-militar con el capital y no puede ser más que una situación transitoria e inestable, no un fin en sí mismo. Dudo que el reformismo en el nombre de Trotsky alguna vez tome la iniciativa de algo así, lo que no quita que eventualmente se suban a la ola si sucede.

    Es realmente desalentador que hacia adentro agiten ideas revolú para cohesionar a la base y hacia afuera sean tan reformistas. Para eso prefiero a un Jean Jaurés. En lo que a mí respecta trataré de convencer a quien pueda de que vote solo a quien agite ideas abiertamente socialistas y si no hay nadie que impugne el voto.

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    Lucas

    11/07/2017 at 13:14

    • Coincido enteramente con tu comentario.

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      AP

      14/07/2017 at 01:13

  23. Excelente nota Rolando. No solo hay desvarío teórico, sino, oportunismo electoralista puro y duro. Cuando intentan argumentar frente a la crítica lo dejan aún más en evidencia. Mejor sería que guardaran silencio y siguieran adelante con lo suyo.

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    AP

    14/07/2017 at 01:24

  24. No eliminaría el desempleo, pero… ¿podría en determinados contextos reducirlo a niveles donde la lucha sindical fuese mas viable? ¿y además dar algo mas de tiempo al trabajador para dicha lucha?

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    David Martín

    21/02/2018 at 20:34

    • A fin de cuentas, las pensiones y los subsidios y seguros por desempleo son salario… pero esa forma de «repartir el salario» permite que la clase trabajadora tenga una mayor seguridad y quizás cohesión para llevar a cabo luchas comunes.

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      David Martín

      21/02/2018 at 20:38


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