Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Crisis, Cambiemos y programas capitalistas

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Los números de la crisis

De acuerdo al INDEC, la actividad industrial cayó en junio un 6,4% con relación a junio de 2015; en el semestre retrocedió el 3,3% con respecto a igual período del año pasado. Las mayores caídas en el interanual de junio son automotriz, 13,7%, e industrias metálicas básicas, 12,4%. También en junio, la construcción bajó 19,6% con relación a junio de 2015, y la caída del primer semestre fue del 12,4%, con relación a igual período del año pasado (INDEC). Estas cifras negativas no son compensadas por el crecimiento de la actividad agropecuaria (aumento de un millón de hectáreas sembradas de trigo, otro millón en maíz, repunte de la venta de maquinaria agrícola, las exportaciones primarias crecieron 65% en el primer trimestre de 2016). El consumo en junio fue 9,8% menor que en junio del año pasado; la caída en el semestre fue del 6,4% (CAME). Según la CEPAL y el FMI, en 2016 el PBI argentino caerá 1,5%. Analistas privados pronostican una caída todavía mayor. El déficit de cuenta corriente en el primer trimestre de 2016 fue de 4.013 millones de dólares, con un déficit comercial de 1403 millones. En 2015 el déficit de cuenta corriente fue de 15.934 millones. El déficit fiscal se mantiene a niveles elevados; la meta que se propuso el gobierno, 4,8% del PBI, parece difícil de alcanzar. Por otra parte, en el primer trimestre la deuda externa del sector público aumentó en 11.590 millones de dólares, y la del sector privado no financiero en 4306 millones.

Los salarios han tenido una fuerte caída, vía devaluación e inflación. Según el Instituto Estadístico de los Trabajadores, (IET), desde diciembre a mayo los salarios reales cayeron un 12%. FyE Consult evalúa que en mayo de 2016 el poder de compra de los salarios era un 11% inferior a igual mes de 2015. Según la Universidad Católica Argentina, en el primer trimestre de 2016 la pobreza aumentó 5 puntos porcentuales, llegando al 34,5% de la población. Son 13 millones de personas (1,4 millones más que al final del gobierno de Cristina Kirchner). La indigencia abarcaba al 6,9%. UNICEF dice que en Argentina hay 4 millones de chicos en la pobreza. Según la Dirección de Estadísticas de CABA, para un matrimonio con dos hijos varones en edad escolar la línea de pobreza se ubicó, en junio, en $12.356; la de indigencia, en el mismo mes, en $6110. Pero la mitad de los porteños gana menos de $10.000 mensuales; el 20% tiene ingresos por debajo de los $6000.

El nudo de la crisis

Ya en otras notas, y refiriéndonos a los gobiernos kirchneristas, hemos planteado que el eje de la debilidad del crecimiento pasa por la debilidad de la acumulación, esto es, de la reinversión de la plusvalía para ampliar la escala de la producción y mejorar la productividad. De hecho, una parte importante del excedente generado en Argentina se canaliza al consumo suntuario (incluida la construcción residencial suntuaria); al gasto improductivo; o sale del circuito productivo nacional, ya sea porque se atesora en cajas de seguridad, bajo la forma de dólares o euros, o es enviado al exterior. Según el estudio Ferreres, la suma de colocaciones en el exterior rondaría los 350.000 millones; Tax Justice Network lo calculaba, en 2012, en 400.000 millones de dólares; CEFIDAR, también para 2012, en 374.000 millones. La OCDE dice que Argentina es el octavo país por volumen de capitales en el exterior. Es significativo que los propios ministros de Cambiemos, o el presidente Macri, que llaman a invertir en Argentina, tienen millones colocados en cuentas en el exterior.

El punto que deseo establecer es que el factor clave del desarrollo de las economías capitalistas es la inversión. La idea la encontramos en Marx, pero también en Keynes. Subrayo esto último porque es un punto que parecen desconocer muchos izquierdistas que se reivindican keynesianos. Así, en su muy citado artículo del Quarterly Journal of Economics, de 1937, Keynes afirma que su teoría podía resumirse diciendo que “dada la psicología del público, el nivel del producto y del empleo depende del monto de la inversión” (énfasis agregado). Y esto sucede no porque la inversión sea el único factor del que depende el output agregado, “sino porque es usual en un sistema complejo observar como la causa causans aquel factor que es más proclive a tener una fluctuación súbita y amplia”.

Desde el enfoque marxista la cuestión es aún más clara, si se quiere. Dado que el desarrollo de las fuerzas productivas depende de la reinversión de plusvalía, el centro de los problemas del desarrollo es la ampliación del trabajo productivo. El trabajo productivo es el que genera plusvalía (para una discusión de trabajo productivo, aquí). En consecuencia, en la medida en que la plusvalía se invierta en trabajo productivo, habrá más plusvalía para incrementar la escala de producción. Esta es, además, una tesis primordial de la Economía Política clásica, en particular de los fisiócratas, Adam Smith y David Ricardo. Por eso Smith no consideraba igual que la ganancia se gastara como renta en trabajadores improductivos (por caso, servidores de los aristócratas, funcionarios de la Corte, etcétera) que en trabajadores productivos.

La cuestión la podemos ver con el circuito del capital: D – M (Ft y Mp)… P…M’- D’, siendo D el dinero adelantado por el capitalista; M mercancías; Ft fuerza de trabajo; Mp medios de producción; …P… es el proceso productivo; M’ la mercancía valorizada; D’ igual al D adelantado + s, la plusvalía.

Aquí, el consumo de los trabajadores empleados en el sector privado no es autónomo, depende del ciclo capitalista. De manera que la caída de la demanda que desata la crisis y la recesión no puede provenir de la caída del consumo obrero; ni la recuperación de la economía puede ocurrir por un incremento autónomo del consumo salarial.

Puede verse también que no existe otra fuente de la plusvalía que el trabajo productivo (…P…). La plusvalía se divide en ganancia empresaria, renta de la tierra, interés e impuestos. Por lo tanto, el gasto estatal tampoco es una fuente autónoma de demanda; depende de la generación de plusvalía en el proceso productivo, y su realización en el mercado, a través de la venta. De manera que no hay posibilidad de sostener indefinidamente la demanda mediante gasto estatal. Si con las inyecciones de gasto del Estado no se pone en marcha el proceso de acumulación (o sea, la inversión), no hay recuperación de la demanda global, y por lo tanto no hay salida de la recesión (o la depresión). Por este motivo a Marx jamás se le ocurrió que se podía salir de una crisis solo mediante inyecciones de gasto fiscal. Tampoco a Keynes, o a los keynesianos “clásicos”, como Hansen, o incluso Leijonhufvud.

Dado que este es el punto neurálgico del fetichismo estatista, es conveniente ampliar el argumento. La cuestión es que si durante una crisis el gobierno inyecta gasto fiscal (por ejemplo, pagando a los trabajadores para que entierren y desentierren botellas, como dice Keynes en la TG), el éxito o fracaso de la medida dependerá crucialmente de lo que hagan los capitalistas con lo producido por el tirón de demanda: si comienzan a invertir, el proceso ha tenido éxito. Si en cambio, el plus de ingreso recibido lo atesoran, o lo destinan a bajar su deuda con los bancos, y estos a mejorar sus balances, la demanda no habrá aumentado. Al respecto, Leijonfvud observa que si en las recesiones “las empresas temporariamente no encuentran que sus oportunidades de inversión sean rentables, tratarán de mejorar sus balances cancelando préstamos bancarios, mientras que los bancos, a su vez, responderán a este ‘reflujo’ devolviendo créditos del Banco Central” (“Los ciclos largos en las visiones económicas”, reproducido en Organización e inestabilidad económica, Buenos Aires, 2006, p. 8). Esto significa que puede haber liquidez, proporcionada por la inyección de gasto, sin reanimación del ciclo de acumulación. En contrapartida, se habrá deteriorado el balance fiscal. Si la operación se vuelve a repetir sin éxito, surgirá el déficit, o se incrementará.

El déficit, por otra parte, debe cubrirse con deuda, o con emisión monetaria (ahora el gobierno de Cambiemos recurre a ambas vías, en un intento de reanimar la demanda). Pero si el endeudamiento aumenta por encima de ciertos niveles, disminuye aún más la confianza de los capitalistas para invertir (como señala Keynes en la TG). Por otra parte, si el déficit se cubre con emisión monetaria, habrá más impulso inflacionario, sin que se reanime por ello la inversión. Estas ideas, muy sencillas, ayudan a entender lo que está ocurriendo en estos meses de gobierno de Cambiemos, de alto déficit, mayor endeudamiento y caída del producto.

Experiencias recientes

Otro ejemplo ilustrativo de lo anterior lo proporciona la dinámica de los años de gobiernos K. Tengamos presente que durante el gobierno de Néstor Kirchner el PBI creció, en promedio, 8,8% anual; durante el primer gobierno de Cristina Kirchner lo hizo al 3,5% anual; en el segundo gobierno de CK creció solo el 0,2% anual (dato INDEC, base 2004 revisado). Dado que la población argentina aumenta al 1% anual, durante los últimos cuatro años del kirchnerismo el producto por habitante retrocedió. Sin embargo, el gasto fiscal no dejó de crecer en todos esos años. De hecho, pasó de ser superavitario en 2003, a un déficit de aproximadamente el 6%, en 2015. Además, el endeudamiento empezó a crecer de manera importante a partir de fines de 2013 (ver aquí). Sin embargo, la inversión se mantuvo débil. En términos de PBI en los ocho años que van desde 2008 a 2015, la inversión representó, en promedio, el 19,4% del PBI (INDEC, valores a precios de 2004, cálculo propio). Aproximadamente el promedio de los 1990. Y con una inversión en energía, transporte y telecomunicaciones a niveles muy bajos. Como contrapartida, la fuga de capitales se mantuvo, desde 2008, en un nivel muy elevado. Por eso, sin avances en productividad y tecnología, y con la caída de los precios de las materias primas y la crisis de Brasil, se conjugaron las condiciones para la crisis en el sector externo y la recesión.

Para que se pueda ver todavía con más claridad, la actual situación de Santa Cruz es muy significativa. La provincia recibió 520 millones de dólares cuando la privatización de YPF, y otros 400 millones, aproximadamente, cuando el gobernador Kirchner vendió las acciones a Repsol (final del gobierno de Menem). Más tarde, desde 2003 a 2015, Santa Cruz recibió ingentes flujos de dinero, provenientes del Estado, para la obra pública. Sin embargo, no hubo desarrollo productivo, y la provincia hoy está sumida en una profunda crisis. Podemos decir que todas las cuestiones del desarrollo se condensan en este caso paradigmático de ausencia de inversión en trabajo productivo.

Cambiemos y oposición burguesa: salida capitalista a la crisis capitalista

En el modo de producción capitalista la salida de la crisis ocurre cuando se generan las condiciones para que el capital retome la inversión. Pero esto significa, entre otras cosas, mejorar y/o garantizar las condiciones de explotación de la clase obrera y de realización de la plusvalía. Es lo que está intentando hacer el gobierno de Cambiemos: bajar los salarios (en especial, en relación al tipo de cambio); reducir los derechos del trabajo (ahí está el ejemplo del ataque a los juicios laborales); garantizar los derechos del capital. En esencia, es también el programa del peronismo “serio”, del Frente Renovador, y fuerzas similares que están en la oposición. Pueden existir tensiones y rencillas sobre formas y ritmos, pero para atraer inversiones nadie saca los pies del plato. Los acuerdos con el CIADI; la aceptación de tribunales extranjeros para resolver disputas sobre la deuda; el pago a los holdouts y al Club de París; la indemnización a YPF; los acuerdos secretos con Chevron; los mayores beneficios para la gran minería; la reducción de impuestos y el aumento de tarifas; la plena libertad para remitir dividendos al exterior, entre otras medidas, forman parte de la misma textura. En la misma política se inscribe el intento de que los salarios no se indexen según la inflación, o según la suba del tipo de cambio. Por eso los padecimientos de la clase trabajadora no se acabarán cambiando los personajes al frente del Estado.

La idea central del marxismo entonces es que no  hay salidas a la crisis, indoloras para la clase trabajadora, en tanto permanezcan las relaciones de propiedad capitalistas. El capitalista que tiene cientos de miles, o millones, de dólares en el exterior, no tiene ningún apuro por invertir en Argentina, o en algún otro lugar en particular. Por eso, el poder del capital no se ejerce solo a través de las estructuras políticas, jurídicas e institucionales. También es poder económico de hecho. Nunca debería olvidarse que la relación capitalista es una relación de dominación de la clase que es propietaria de los medios de producción y de cambio, sobre los que no tienen más que su fuerza de trabajo para vender (ver aquí).

Plantear las cuestiones de fondo, sin alentar falsas ilusiones

El discurso del socialismo debe partir de lo real, de las condiciones existentes. Es necesario luchar en defensa de los salarios y las condiciones de trabajo sin por eso abrigar ilusiones en los partidos del capital. Ni en las “soluciones” del reformismo estatista. No hay que alentar ningún tipo de frente programático con las organizaciones “socialistas burguesas”, pequeñoburguesas o nacionalistas burguesas, por más “radicales” que sean sus discursos. No existe ninguna progresividad en sus programas. Por eso es necesario meter una dosis de “vinagre y bilis” en los llamados a la “unidad del pueblo” de los que han llevado al movimiento popular a la desmoralización y la derrota.

En otra entrada escribimos: “…la crítica marxista busca poner de manifiesto las conexiones reales, internas, del modo de producción y de la sociedad capitalista, y por este mismo hecho, no deja espacio para las ilusiones. De aquí resulta también un mensaje que puede considerarse “pesimista”, ya que viene a decir que en tanto subsistan las relaciones de propiedad capitalistas, los problemas de fondo de las masas trabajadoras van a persistir. Esto porque las conquistas de las luchas sindicales y reivindicativas encuentran un techo en las leyes de la acumulación capitalista -cuando crece la combatividad, los capitalistas reemplazan mano de obra por maquinaria, se niegan a invertir, etcétera- y en las estructuras del Estado, que defienden la propiedad privada del capital. Por eso, el mensaje de Marx a los trabajadores es que hay que luchar por mejoras, pero sin albergar ilusiones: en tanto subsistan la propiedad privada del capital, y el Estado capitalista, estarán condenados a reiniciar la pelea, una y otra vez” (aquí). Este enfoque es el eje de la independencia de clase.

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Crisis, Cambiemos y programas capitalistas

Written by rolandoastarita

28/07/2016 a 12:15

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26 respuestas

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  1. Hola profe, en el comienzo del cuarto subtitulo «Cambiemos y oposición burguesa: salida capitalista a la crisis capitalista», pareciera que falta escribir algunas palabras mas en la primer oración. Ya que no se entiende. Copio lo que está escrito: «En el modo de producción capitalista la salida de la crisis ocurre cuando se generan las condiciones para que el capital.» Solo una observación. Excelente todo el articulo y muy entendible todo. Gracias.

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    Natanael

    28/07/2016 at 12:35

  2. Rolando sigo sin entender porque y cuales son las condiciones para que en argentina en particular no se dan y cuales son las condiciones de inversión?
    por que corea si y argentina no?
    cuales son lo que debería hacer todos los gobiernos capitalistas y no hacen para que la tasa de inversión sea como en corea por décadas y argentina sea un país desarrollado?

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    benjamin

    28/07/2016 at 15:36

    • Una cuestión importante es que la inversión no depende solo de la tasa de ganancia. En algún momento CK dijo que los industriales «se la llevaron con pala», y sin embargo la inversión se mantuvo débil. Pienso que tiene que ver con el marco político y social de la acumulación. Discuto algo de eso aquí.

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      rolandoastarita

      28/07/2016 at 15:45

  3. El problema, como siempre insisto, es que desde la izquierda no hay ningún programa aplicable, en ningún sentido, para superar la realidad existente. Sólo se repiten fórmulas, citas bíblicas y demás. Esa es toda la razón por la cual somos cuatro gatos locos.

    Los desvaríos que salen de las bocas de los dirigentes cuando se preguntan por soluciones prácticas alejan a cualquier trabajador medianamente inteligente de creer que tales organizaciones pueden hacerse cargo de un país en este siglo.

    Las soluciones prácticas hay que darlas, aunque sean amargas. Ahí es donde está la amargura, no en alianzas temporales con fuerzas de otro tipo. ¿O alguien cree que se puede crecer sin considerar capas de la pequeña burguesía, los autónomos, los cooperativistas, sectores semi-proletarios, etc?

    La dosis de bilis aparece no en las alianzas políticas sino en que para crecer vas a tener que elegir soluciones a veces amargas, alejadas de la biblia y las citas. Vas a tener que elegir, por ejemplo, invertir fuertemente, reprimiendo el consumo. Algo nada popular ni nada simpático para el trabajador. Sencillamente, la bilis es que los recursos no son infinitos.

    La alternativa a la bilis es seguir siendo cuatro gatos con una bandera roja. Pero «puros» y sin «ilusiones».

    El otro día escuché a un dirigente nacional hablar de un gran avance en la izquierda: la formación de una corriente-fracción de izquierda en el «Secretariado Unificado» de la IV Internacional (!!!). No podía dar crédito a lo que escuchaba. Sólo alguien que vive en Marte y no tiene relación con el mundo del trabajo y el mundo empresarial puede decir semejante pavada, completamente intrascendente.a cualquier ciudadano útil.

    En fin, creo que estamos mal, y el sectarismo, disfrazado de purismo, no ayuda demasiado para desarrollar ideas aquí y ahora. Sigamos esperando al paraíso socialista con «recursos infinitos» y ríos de leche.

    El FIT es la perfecta aplicación, casi al paroxismo, del no querer gobernar y seguir siendo 5 gatos.

    Saludos a todos.

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    hernan

    30/07/2016 at 17:50

    • Me sorprende mucho que considere a la izquierda representada por el FIT como «pura» y «sin ilusiones» y que «no quiere gobernar», Hernán. Si las formas tan poco disimuladas de querer funcionar dentro del sistema, de querer crecer en votos a costa de un programa socialista, de postularse como gobernantes de este estado, en este sistema, a usted le parecen representativas de la pureza, entonces no quiero imaginar hasta dónde usted se permitiría llegar en concesiones con tal de sumar más gente. Tal vez, en lugar de enfrentarlo, debería sumarse como asesor al FIT para moldear mejor sus políticas oportunistas, de modo que tengan éxito, en vez de ser el espantajo contradictorio que son hoy, y terminen de completar su transformación hacia partidos del sistema, que para el gusto de usted, Hernán, podrán propagandizar que el deber de los trabajadores es sacrificar el consumo (ya que no la ganancia destinada a gasto improductivo, que usted no menciona) en pos de la inversión.

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      Ezequiel

      31/07/2016 at 02:16

    • Mi idea general es que todo es consecuencia, al fin y al cabo, no de «fallas políticas» o de «oportunismos» sino de carencia de un programa práctico para llevar a cabo. Dicho de otro modo, no hay ni la más remota idea de qué hacer aquí y ahora. Y a mi, y al 99% de la población, le importa resolver los problemas de nuestro tiempo, como hicieron Marx y Lenin en su propia época.

      Se habla de un futuro lejano, abstracto: a nadie le importa realmente eso. Se habla de pasados lejanos también, bien folklóricos en la izquierda, tampoco le importa a nadie.

      En el FIT está plagado de intelectuales y ninguno al parecer tiene ideas prácticas. Ninguna.

      Y, sin ideas nuevas, sin ideas prácticas, no movilizás a nadie. No te vota nadie. Por eso ganás un sindicato, pero por más oportunista que seas, no ganás en confiabilidad para que gobiernes.

      Dicho de otro modo, la elaboración teórico-práctica de los partidos es nula, salvo para hablar eternamente del pasado. ¿A quién carajo le importa la Comuna de París a esta altura de la historia? Sólo a los folkloristas.

      Y no tengo ningún interés en ser «asesor». Tendría sí mucho interés en participar si viera que el FIT tiene algun futuro. Lo considero un fracaso en toda regla.

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      HERNAN

      31/07/2016 at 11:39

    • De todas maneras, el Programa de Transición, propuesto por el trotskismo, está lleno de recomendaciones «prácticas». ¿Aumenta la desocupación? Respuesta práctica: prohibir los despidos. ¿Hay fuga de divisas? Respuesta práctica: control obrero del mercado de cambios. ¿Funcionan mal los trenes? Respuesta práctica: estatización bajo control obrero y de los usuarios. Y así podría seguir. Personalmente no comparto, pero respuestas «prácticas» abundan en la izquierda. Respuestas similares encuentro en otros grupos de izquierda, aunque no se reivindiquen trotskistas.

      Esto para no hablar de otros «prácticos», como el PC (toda la vida se la pasó proponiendo medidas «prácticas»); o el socialismo tradicional.

      Y también podemos tomar el ejemplo internacional. El más reciente, Venezuela. El chavismo se la pasó dando «respuestas prácticas». Y cantidad de intelectuales de izquierda fueron a Venezuela a asesorar en «respuestas prácticas», de todo tipo. No estoy hablando de algo que sucedió hace 150 años, sino actual. Lo podía extender a otros modelos de socialismo (URSS, Cuba, Rumanía, y la lista es larga). En todos estos casos se ensayaron «medidas prácticas», supuestamente para dar respuestas a las «cuestiones prácticas» que se le presentaban a la gente «práctica».

      ¿Cómo se puede decir, a la vista de estas experiencias, que el problema del socialismo es no haber dado respuestas «prácticas»?

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      rolandoastarita

      31/07/2016 at 12:24

    • Un detalle: me interesa sumar gente que fundamentalmente tenga un carácter técnico.

      ¿o con que pensás organizar una sociedad nueva? ¿con que pensás planificar? Algoritmos, computación, métodos numéricos. Redes.

      La élite del socialismo será, indefectiblemente, una tecnocracia.

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      HERNAN

      31/07/2016 at 11:52

    • Yo creo que usted, Hernan, tiene una especie de fijación con lo de sumar tecnócratas que establezcan una especie de plan económico. El camino, entiendo, es mucho más complejo. Es ir haciéndonos cargo, todos, de la producción. Se ve muy bien en el caso de las fábricas recuperadas: cuando desaparece el patrón, cunde el pánico, surge la desorientación. La única forma que veo de solucionar eso es, como hacen las recuperadas, ir discutiendo entre los propios trabajadores. Eso es lo que implica la «construcción democrática». No es algo abstracto. Es el camino que hay que seguir. Y si parece que se está hablando en un futuro lejano, es porque es cierto. Es mucho más realista que la idea de que el socialismo está a la vuelta de la esquina o se puede construir de cara a una elección, si se tiene una buena estrategia política. Si los trabajadores no tienen, en general, un programa socialista (si hay profundas divergencias sobre lo que se entiende por socialismo), si no están organizados ni nacional, ni internacionalmente, no hay muchas perspectivas políticas. Y no creo que sea porque no se dan «soluciones prácticas». Porque, que yo sepa, Cambiemos tampoco le presentó al pueblo argentino «soluciones prácticas». Todos los programas de los partidos burgueses, al menos por estos lados, son un conjunto de palabras vacías y lugares comunes. y aun así ganan las elecciones (por otro lado, creo que hay acuerdo en el blog de que no es el objetivo de un partido comunista ganar las elecciones del estado burgués, al menos en el contexto de dominación normal de la burguesía). Y mis jefes tampoco me dan soluciones prácticas sobre como van a superar o capear la crisis, o como se van a transformar en más competitivos, y sin embargo mis compañeros siguen apoyando variantes políticas que defienden la propiedad privada. En fin, el debate democrático no me parece una abstracción. Es como el problema de los economistas y la matemática. Esta última es solo una herramienta. Bueno, las técnicas computarizadas son solo herramientas, lo importante es el objetivo. Ud. quiere un plan todo cerradito. La única forma de que veo de construir algo así es que la clase obrera a nivel mundial se ponga a discutirlo… no va a venir de grandes luminarias en sistemas. Pero si las clases obreras ni siquiera saben de qué se trata el marxismo, ni hay conciencia de la importancia de que nos hagamos cargo de la producción social como sociedad global, no veo muchas chances de que ese plan que usted quiere comience a ser discutido.

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      Gus

      04/08/2016 at 12:44

  4. Hernán,
    http://tienda.elviejotopo.com/teoria-politica/1149-derecho-a-decidir-propuestas-para-el-socialismo-del-siglo-xxi-9788496356795.html

    Especialmente el artículo de Cockshott. En el capítulo final del libro de Maxi Nieto también trata el tema. Me parecieron lecturas muy estimulantes.

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    Carver

    31/07/2016 at 12:43

    • Carver, a eso exactamente me refiero. Lo que vale del socialismo real es que la planificación, tosca, burocratizada, dictatorial, fué una solución a los problemas de su época. Una solución mala, probablemente, pero factible y una realización de su época.

      ¿qué propone la izquierda del siglo XXI para superar la planificación burocrática?

      Nada. Sólo frases: cambiar «burocrática» por «democrática». Eso no dice mucho. Es magia.

      Cockshott tiene el mérito de: defender, por sus méritos, a la planificación socialista soviética, criticar sus deficiencias y proponer un modelo superador, basado en planificación computacional.

      Respecto a lo que dice Antonio, lamento mucho por la palabra élite. En el socialismo podrán dejar de existir las clases a nivel «marxiano», pero dirigentes tienen que existir. Y estos dirigentes serán las personas ligadas a la tecnología de la información, pilar fundamental de cualquier planificación económica que se pueda imaginar.

      Esta élite será fundamental para que funcione la democracia. Olvídese de horizontalismos impracticables.

      Lo que dice Rolando es cierto: todas esas experiencias son respuestas prácticas a los problemas de cada época. Algunas funcionarion bien, otras mal, otras dieron respuesta a su época, y luego se agotaron, caso la planificación soviética, de tipo extensivo, con baja democracia política, etc.

      Hay que seguir, de acuerdo a esas experiencias, planteando soluciones transicionales para hoy, y revelando que pueden ser amargas. ¿O alguien cree que un cambio de régimen social transita sin amarguras? La experiencia histórica dice lo contrario.

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      HERNAN

      31/07/2016 at 17:21

  5. »La élite del socialismo será, indefectiblemente, una tecnocracia».
    Librenos el Señor de tu socialismo, entonces. La técnica, la ciencia, son un cosa (necesaria), y la política, la sociedad y sus ciudadanos electores y decisores son otra. Otra cosa bien distinta y SUPERIOR a la técnica. La técnica siempre ha existido, y, además de ella, han existido los sujetos que la han utilizado para su beneficio propio, y en contra del resto. Eses sujetos económicos beneficiarios de la ciencia pueden ser élites oligárquicas (esclavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo real ), tal como hasta hoy pero en sucesiva mengua y decrecimiento, o puede ser una mayoría social con un Estado en SOCIALISMO DEMOCRATICO. Estudia más.

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    antonio

    31/07/2016 at 14:04

    • Yo creo que es cierto que los conocimientos tecnicos pueden acabar traduciendose en poder politico. Algo de esto sucedio en los primeros años de la URSS, y fue uno de los factores que acabo dando lugar a la burocracia. Ahora bien, esto no tiene porque ser necesariamente asi. En la sociedad actual los capitalistas se rodean de todo un sequito de especialistas en contabilidad, ingenierìa, marketing sin perder por ello un solo gramo de su poder. No veo yo porque la clase obrera no iba a poder hacer lo mismo con sus propios tecnicos.

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      David

      01/08/2016 at 06:56

    • »Esta élite será fundamental para que funcione la democracia. Olvídese de horizontalismos impracticables»
      No ha entendido nada..
      »En la sociedad actual los capitalistas se rodean de todo un sequito de especialistas en contabilidad, ingenierìa, marketing sin perder por ello un solo gramo de su poder. No veo yo porque la clase obrera no iba a poder hacer lo mismo con sus propios tecnicos.»
      Exacto.
      Saludos

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      Antonio

      01/08/2016 at 09:40

  6. Profesor cree que ayudaría a la economía de Venezuela que el gobierno estatice toda la banca venezolana, y que tome completamente por parte del Estado el comercio exterior, eliminando a los exportadores e importadores. Como lo sostiene el economista marxista argentino Fernando Azcurra
    http://www.elmundo.com.ve/noticias/actualidad/analisis/economista-argentino-propone-estatizar-toda-la-ban.aspx

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    Sergio

    31/07/2016 at 22:48

    • Si no se cuestiona el carácter de clase de la burocracia estatal y del chavismo (incluido el Ejército), no entiendo de qué sirve la estatización completa de la economía. En otros términos, antes de pedir que el Estado controle la economía, hay que preguntarse quién controla el Estado.

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      rolandoastarita

      01/08/2016 at 08:40

  7. Con respecto a lo que posteó Hernán sobre la tecnocracia. Si lo que va a dirigir la sociedad del futuro es una tecnocracia, al diablo con la asociación libre de productores, seguimos con la división social del trabajo donde unos (en este caso los tecnócratas) tienen el conocimiento y la dirección del proceso de producción y distribución social y los demás obedecen. Otra distopía más generada por la razón economicista. La sociedad sin clases tiene que abolir este tipo de divisiones. Tiene que haber una unidad orgánica entre la economía y la política donde los que producen y distribuyen sean concientes de la totalidad del proceso social y estén en condiciones de dirigirlo (Gramsci por ejemplo pensaba que los consejos de fábrica eran embriones de la futura dirección social). Va de suyo también que si los que tienen que manejar la sociedad son tecnócratas, tenemos que olvidarnos de la revocabilidad de los cargos porque, dado que no todos podrán ser tecnócratas, no siempre podremos reemplazarlos si no cumplen su mandato. Bienvenida otra burocracia. Los socialistas, si bien vemos las tendencias a la centralización de la producción social que anidan en el capitalismo, y que son la razón de la posibilidad del socialismo, nos cuesta pensar una mayor democratización y participación popular en la dirección social. Seguimos presos de la división entre sociedad civil y sociedad política, división que debería ser eliminada por el socialismo. Es por ello que a la centralización económica le adosamos la centralización política burocrática (en el caso de Hernán, en una tecnocracia). Saludos

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    Lucas

    04/08/2016 at 15:42

  8. Profesor Astarita, con el debido respeto quisiera pedirle algunas sugerencias acerca de bibliografía adecuada para estudiar el desarrollismo en AL, sobre todo el brasileño durante los años 60 (incluyendo gobiernos democráticos y dictatoriales). Sucede que quiero investigar el papel del Estado, las clases sociales, y los intelectuales en ese período. Si conoce libros recientes que actualicen los debates me seria de gran utilidad. Disculpe las molestias. Saludos cordiales.

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    juan manuel tornello

    20/08/2016 at 20:26

  9. Percibo que el camarada Hernán piensa que la única manera de hacer la revolución es a través de una victoria electoral de la izquierda en las elecciones burguesas. En la medida que dichas elecciones son parte del juego de dominación burgués, si algún partido quiere lograr alguna notoriedad en este juego, por lo general, tendrá que ajustarse a los estrictos márgenes del márketin electoral burgués. Excepciones a esta regla pueden producirse dentro de escenarios de efervescencia y desborde popular.

    La evidencia histórica ha demostrado que priorizar la vía electoral burguesa sólo lleva a rotundos fracasos y decepciones. Uno de ellos parece ser Hernán, por eso sus quejas y sus confusiones:

    “desde la izquierda no hay ningún programa aplicable, en ningún sentido, para superar la realidad existente.”
    “Las soluciones prácticas hay que darlas, aunque sean amargas.”
    “para crecer vas a tener que elegir soluciones a veces amargas, alejadas de la biblia y las citas. Vas a tener que elegir, por ejemplo, invertir fuertemente, reprimiendo el consumo,”
    “no hay ni la más remota idea de qué hacer aquí y ahora.”
    “sin ideas nuevas, sin ideas prácticas, no movilizás a nadie. No te vota nadie.”

    A fin de que supere sus confusiones y sus decepciones le hago una cordial invitación al camarada Hernán para que evalúe la posibilidad del camino insurgente de masas; vale decir, los preparativos para la rebelión de las masas (reflexionando sobre las experiencias del Argentinazo 2001) como el camino central para la toma del poder por los trabajadores. Desde esta perspectiva, la participación electoral de la izquierda revolucionaria se supedita y forma parte del plan insurgente.

    Para las próximas décadas no veo revoluciones en los países capitalistas adelantados, más bien los “veo” en los países atrasados. No creo que ocurran revoluciones en cadena, eso será mucho más adelante. Más bien, lo que habrá serán revoluciones en países aislados que tendrán que soportar el atropello abusivo de las potencias capitalistas. Veo muy difícil que en alguna de esas revoluciones aisladas prospere un gobierno revolucionario de las organizaciones de masas. Los más probable es que en ellas se entronicen, otra vez, dictaduras partidarias; dando lugar, nuevamente, a que dichas revoluciones terminen cayendo abatidas NO por la embestida imperialista, SINO a manos de sus propias burocracias.

    El socialismo como resultado de la acción heroica y creadora de los trabajadores mismos, en virtud de lo cual se gane las conciencias y los corazones de los trabajadores del mundo, constituyendo ello la esencia de su fortaleza, todavía está muy lejano. Qué pena. ¡Pero será!

    Posdata:
    Mis disculpas a aquellos que hayan sentido demasiado presuntuosas esta nueva faceta mía como agorero.

    Saludos.
    Amauta
    Marxismo Insurgente

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    Amauta

    23/08/2016 at 04:18

  10. Hola Rolando, ¿qué opinión te merece este relanzamiento programático del FIT?: http://www.po.org.ar/prensaObrera/online/politicas/declaracion-del-frente-de-izquierda-y-de-los-trabajadores-ante-la-situacion-nacional ¿Ves algo ‘nuevo’ acertado, errado y/o una caracterización equivocada, o solamente es más de lo mismo, correctamente criticado a mi entender en este blog?

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    Armando

    07/10/2016 at 19:25

    • Gracias por el envío. En la declaración no encuentro grandes diferencias con cualquier otra declaración de este tipo que son más o menos habituales en los partidos trotskistas. Algunas observaciones:

      a) Sobre el gobierno de Macri representa los intereses del capital en general, sea grande o chico, nacional o extranjero, agrario o industrial.
      b) El ciclo de endeudamiento externo ya había comenzado con Kicillof y CKF.
      c) La suba de las tarifas responde a las leyes del capitalismo, esto es, la ley del valor y la lógica de la ganancia. La cuestión tiene importancia en relación a la demanda de la clase obrera. La clase obrera en el sistema capitalista no tiene posibilidad de establecer los precios; de ahí que la lucha es por el salario.
      d) «Dilma y Kirchner terminaron relevados por alternativas derechistas». No sé por qué hay que considerar que Dilma está a la izquierda de Temer, o Kirchner a la izquierda de Macri (sobre esto último, aquí) y aquí). En todo este asunto no comparto en absoluto la posición de integrantes del FIT de haberse alineado con el PT y Dilma con la excusa de que «son la izquierda frente a Temer». Esta idea también está detrás del apoyo a Hebe Bonafini, por ejemplo (lo trato más abajo con extensión).
      e) Como he argumentado en notas y libros, Argentina no es colonia o semi-colonia.
      f) Sobre la «cooptación» de organizaciones sociales y de DDHH por el kirchnerismo, hay que decir que la responsabilidad principal es de esas organizaciones, empezando por sus dirigentes. Para bajarlo a tierra con un ejemplo: si un dirigente sindical de una fábrica traiciona a sus compañeros en una huelga y se vende a la patronal, el principal cargo es a ese dirigente sindical que traicionó. No digo ninguna novedad con esto (es la posición clásica del marxismo ante las burocracias sindicales o partidarias «obreras» que pasaban al bando del enemigo), pero hay que decirla y no andar con vueltas.
      g) Como siempre, se presenta un programa de transición al socialismo y no se aclara que semejante programa jamás lo va a aplicar el Estado capitalista. Lo cual remite a las críticas que hice al Programa de Transición.

      De todas maneras, al margen de esta declaración está la postura que adoptaron partidos del FIT con relación a Hebe Bonafini. Este asunto no está en la declaración, pero lo considero un tema importante (expliqué mi posición en respuesta a otros «comentarios»). Repito lo que escribí:

      «Con respecto a Hebe Bonafini, a ver si aclaramos de qué se trata: a HB no se la juzga por haber defendido a la familia del soldado Ledo y acusado a Milani, o por haber denunciado los asesinatos de los qom, o por haber luchado contra el operativo X, o por haberse solidarizado con los petroleros de Las Heras. Ni se la ataca por su lucha contra la dictadura (después de todo está lleno de gente que luchó tanto o más que ella contra la dictadura). Se la juzga porque se asoció a una banda de delincuentes para afanar, estafando obreros de paso. ESTO ES LO QUE CUENTA. Lo demás es verso K. Y digo que la izquierda NO PUEDE AMPARAR ESTA MIERDA.

      Además, el mayor ataque a las organizaciones de DDHH no lo hace la derecha. Lo hizo HB y el kirchnerismo con su proceder. En particular, HB hizo muchísimo para desmoralizar, dividir y corromper a los organismos de DDHH. Durante años calumnió compañeros y destrozó moralmente a militantes. Esto además de pasarse de pleno a la defensa del Estado, y el nacionalismo burgués más abyecto y podrido.

      Con respecto a las actitudes de los partidos de izquierda, pienso que PO en todo esto tuvo al menos un mínimo de instinto de clase. Aunque también creo que es ridículo pedirle a alguien que sistemáticamente defendió a corruptos funcionarios del Estado burgués que se deslinde de los corruptos.

      Aclaremos también que HB no es una viejita ingenua que no sabe lo que hace. Cuando defendió y defiende a Boudou, por ejemplo, sabe perfectamente lo que está haciendo. Aquí no hay ingenuos. Más en general, cuando se robaban los aportes provisionales de los trabajadores, toda esa gente sabía lo que estaba haciendo. Cuando se los calumniaba, ensuciaba y amenazaba, también lo sabían. Cuando se los echaba de la Plaza de Mayo, había perfecta conciencia de lo que se hacía. De la misma manera que había perfecta conciencia de los atronadores silencios frente a los atropellos a los DDHH del gobierno K. Y así podría seguir con la lista. Hay que ser muy cínico, muy desvergonzado, para haberse callado todo este tiempo, y ahora salir a cacarear “es un ataque de la derecha”.

      Subrayo, además, que el haber sido militante no es argumento para cometer impunemente cualquier tropelía. Agrego que esto se aplica tanto a dirigentes como a militantes de base de las organizaciones sociales o políticas de izquierda. Y al margen de lo que piense la mayoría de la gente, la obligación de un marxista es presentar sus opiniones sin ceder al oportunismo, ni buscar congraciarse con la opinión pública bienpensante del progresismo nacional izquierdista. Me resulta revulsivo que la izquierda ahora defienda al lumpen pequeño burgués puesto a saquear los fondos públicos, para quedar bien “con la conciencia de las masas”.

      Esta cuestión no la considero menor.

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      rolandoastarita

      08/10/2016 at 17:39

  11. MUY BUENA NOTA .

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    marcelo

    15/10/2016 at 13:26

  12. Rolando, comparto totalmente tú análisis del programa. Los integrantes del FIT frente a las críticas y objeciones responden que «son cuestiones menores sin importancia. Además, el 19 volvemos a llenar una cancha de fútbol después de 27 años y eso es lo importante, Lo que indica que estamos creciendo y que estamos en el camino correcto y acertado». Este tipo de planteos me hacen acordar a la funesta frase de E. Bernstein: «el movimiento es todo, el fin es nada». Evidentemente, no han aprendido nada de nada

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    Armando

    12/11/2016 at 21:53

  13. La declaración del FIT ya es extemporánea. Post triunfo de Trump -y ante el apoyo Macrista a Clinton- la Argentina habría virado (sin solución de continuidad) de semicolonia a colonía…
    http://www.po.org.ar/prensaObrera/online/internacionales/altamira-la-crisis-que-le-abrio-trump-al-macrismo-muestra-que-tenemos-un-gobierno-colonial
    Este tipo de declaraciones son muy poco serias.

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    Luciano

    15/11/2016 at 08:57


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