Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

“Una falta de verdadera humanidad comunista”

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A partir de una crítica que realicé a la censura “socialista” (aquí, aquí y aquí), se me ha calificado de “tonto pacifista” por haber cuestionado la brutalidad de la colectivización forzosa en la URSS. Recuerdo que la colectivización habría costado entre seis y siete millones de muertes. El tema no es menor. En una nota que consta de varias partes, que estoy publicando de a poco en el blog, intento explicar por qué la colectivización y la industrialización acelerada significaron el quiebre definitivo de cualquier posibilidad de poder real de los obreros y campesinos en la Rusia soviética.

Pero no es esto lo que quiero tratar en esta nota, sino una cuestión mucho más elemental. Sostengo que es una aberración, una contradicción en los términos, pretender construir una sociedad libre de toda explotación y opresión sobre la base de millones de cadáveres. Por supuesto, una revolución tiene todo el derecho y el deber de defenderse de sus enemigos. Pero esto es una cosa, y otra muy distinta es imponer el socialismo a sangre y fuego a millones de campesinos, artesanos, pequeños propietarios u obreros “atrasados y ganados por la ideología pequeño-burguesa”. Y la colectivización en la URSS fue precisamente eso, un gigantesco intento de imponer el socialismo a fuerza de represión, generando un drama humano de proporciones inimaginables. Millones de vidas humanas se perdieron por la hambruna; otros muchos millones sufrieron la represión, de una u otra forma, y cientos de miles murieron. Durante la colectivización, el escenario de las deportaciones fue sencillamente horroroso. Tomo algunos pasajes de lo que publicaré en próximas entradas:

“El número de los deportados en 1930 es considerable. Trenes enteros, llamados por los campesinos ‘trenes de la muerte’, llevan a los deportados hacia el norte, las estepas y los bosques. Muchos mueren en el trayecto de frío, hambre o epidemias” (Bettelheim, 1978, citando un testigo). “Los preparativos para la deportación –transporte, alojamiento, comida, ropa, medicinas- parecen haberse hecho en simultáneo con las deportaciones. Los resultados fueron catastróficos. Se desataron epidemias en los “asentamientos especiales”, golpeando a los muy jóvenes y a los ancianos. De acuerdo a un informe de julio de 1931, para mayo de ese año más de 20.000 personas habían muerto solo en la región norte” (Viola, 1996).

Un registro del drama se encuentra en el diario de Alejandra Kollontai, embajadora de la URSS en Noruega cuando la colectivización. Antigua oposicionista de izquierda, en 1927 Kollontai se había alineado con Stalin contra Trotsky y Zinoviev. Un huésped, a quien no identifica en su diario, camarada del Partido que acababa de participar en el XVI Congreso, le describe las consecuencias de la orden de Stalin, de enero, de colectivizar rápidamente. El huésped había acompañado trenes cargados de kulaks deportados en el invierno de 1930. Kollontai desespera por las historias de desdichados campesinos, “niños, padres, los ancianos y los enfermos, todos arreados en carros como ovejas… Tomaron gente de aldeas prósperas, kulaks, por supuesto, pero de todas maneras personas, no ganado”. La helada era tal que “los niños morían en los brazos de sus madres y eran arrojados de los carros en montones de nieve, mientras sus madres lloraban… No pude dormir después que se fue: madres y niños hambrientos aparecían ante mí… nadie tiene el derecho de matar de hambre a la gente o aumentar innecesariamente sus sufrimientos. ¿Cuántos niños murieron y por qué? Torpe, estúpido, una falta de verdadera humanidad comunista” (citado por Farnsworth, 2010; énfasis agregado).

Es significativo que a partir de esta sangrienta divisoria de aguas, ya no hubo posibilidad de involucrar a los campesinos “colectivizados” en cualquier proyecto que oliera siquiera a socialismo. Como tampoco lo hubo en la industria, luego de la industrialización impuesta con represión a escala masiva. Es que el policía stalinista puede obligar a actuar de determinada manera, pero no puede dominar las mentes. El campesino fue obligado a entrar en una granja colectiva, pero no por eso los medios de producción pasaron a ser controlados por los productores, ni estos adhirieron al socialismo. Por el contrario, mantuvieron una permanente actitud de resistencia, más o menos pasiva, u hostilidad hacia el Estado. Es el desemboque inevitable del método bestial. Son las heridas que dejan las “construcciones socialistas” sobre montañas de cadáveres, y que jamás cicatrizan. Para ponerlo con un ejemplo menos dramático: el burócrata censura y prohíbe a los Rolling Stones, pero no puede anular el gusto por los Rolling Stones en millones de seres humanos que piensan y gustan con sus cerebros, y no con los del burócrata. Son casos históricos, pero actuales porque interpelan programas y proyectos que deberían ser actuales.

Parafraseando a Marx, digamos que el socialismo debe convocar al hombre a pensar, a obrar y a organizar su sociedad como hombre que sepa girar en torno a sí mismo y su yo real. Pero esto es imposible si en la sociedad se ha entronizado el miedo, la delación, la hipocresía, el doble discurso, o el cinismo del burócrata que habla de socialismo y se enriquece a manos llenas. Con lo que ha sucedido en los “socialismos reales”, ¿no pueden entender algo tan elemental los defensores de las burocracias?

La realidad es que por el camino de la brutalización de las relaciones humanas, solo se construirá un futuro de gulags. Eliminar las clases sociales es acabar con las relaciones sociales que dan lugar a la explotación del hombre por el hombre. No es acabar físicamente con todo aquel que no sea proletario y no tenga carné de comunista. Y no habrá recomposición política e ideológica del socialismo mientras no se arreglen las cuentas con ese criterio del “todo vale porque estamos construyendo el futuro”. En una nota anterior sobre Cuba, escribí:

… la transición al socialismo no se hace con “hombres nuevos”, sino con seres humanos comunes, de carne y hueso. En particular, porque los procesos sociales –que involucran cambios en puntos de vista, ideologías, prácticas sociales y costumbres arraigadas durante siglos- son necesariamente lentos, y porque las conciencias y voluntades no pueden ser dirigidas “desde las cumbres de la dirección iluminada con la ciencia del marxismo leninismo”. (…) “Las premisas de que partimos no tienen nada de arbitrario, no son ninguna clase de dogmas, sino premisas reales, de las que solo es posible abstraerse en la imaginación. Son los individuos reales, su acción y sus condiciones materiales de vida, tanto aquellas con que se han encontrado como las engendradas por su propia acción” (Marx y Engels, La ideología alemana, Ediciones Pueblos Unidos, p. 19). Hoy el punto de partida son esos individuos reales que viven y han vivido el “socialismo real”, con sus historias y sus experiencias, con su lucha cotidiana por la supervivencia y sus sueños y aspiraciones, y no el idealizado “hombre comunista”, forjado en la imaginación del intelectual de izquierda que todo lo justifica en su nombre.

Por eso, debemos recuperar al comunismo como un humanismo. Y no me vengan con la pavada de que me falta “endurecerme en la lucha de clases”. Por supuesto, soy un “intelectual pequeño burgués”, como reza el discurso partidario usual, pero he vivido (en 1976) el descenso a los infiernos de las desapariciones forzadas, la tortura y la muerte, y no hay nada de esa experiencia que me haya “endurecido” como para renegar del humanismo socialista. Si queremos cambiar el mundo, no es para convertirlo en un infierno para la “otra mitad” que no está de acuerdo con el socialismo.

Todo esto implica superar esa indiferencia del que se ve a sí mismo por encima del sufrimiento humano porque se cree cumpliendo una “misión histórica”. Hay que dejar atrás ese argumento deshumanizante. Al respecto, un periodista norteamericano, citado por Viola, comenta una carta que le había enviado una activista de la colectivización en Rusia, y le llama la atención que no tuviera alusión alguna a la convulsión que padecía el campo. “Revolucionaria sin pasión como era, no podía estar preocupada con el daño al individuo. No era que le pasara inobservado, pero no le generaba ninguna simpatía. (…) Su mente y corazón estaban fijos en las glorias del mañana, como ella las visualizaba, y no en los padecimientos de hoy”. Y agrega Viola, sobre el sentimiento en la militancia comunista: “Las deportaciones forzadas y las expropiaciones de cientos de miles de familias campesinas indefensas eran explicadas por necesidad revolucionaria. Los terribles sufrimientos experimentados por gente apretujada como ganado en carros en su camino al exilio o enfermos o muriendo de enfermedades que llovían a cántaros en los asentamientos especiales, eran consideradas necesidades revolucionarias”.

Hay que decirlo con todas las letras: así no se construye ninguna “gloria del mañana”; como lo ha demostrado la suerte ulterior de la URSS y de los otros socialismos “reales”. Todo esto pone en evidencia que lo que está en la médula de los debates sobre la censura o el “precio” de la colectivización soviética son diferencias en torno al porqué luchamos. En definitiva, en muchos el problema pasa por “una falta de verdadera humanidad comunista”.

Textos citados:
Betttelheim, C. (1978): La lucha de clases en la URSS. Segundo período (1923-1930), México, Siglo XXI.
Farnsworth, B. (2010): «Conversing with Stalin, Surviving the Terror: The Diares of Aleksandra Kollontai and the Internal Life of Politics», Slavic Review, vol. 69, pp. 944-970.
Viola, S. (1996): Peasant Rebels under Stalin. Collectivization and the Culture of Peasant Resistance, Oxford University Press.

Descargar el documento: [varios formatos siguiendo el link, opción Archivo/Descargar Como]:
«Una falta de verdadera humanidad comunista»

Written by rolandoastarita

30/03/2016 a 18:43

54 respuestas

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  1. ¿Del terror del 93 qué opina Rolando? ¿Fue una falta de verdadera humanidad jacobina?

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    Estan Lee

    30/03/2016 at 19:42

    • ¿Por qué siempre debaten de esta forma los defensores del stalinismo? ¿Por qué no pueden encarar de frente las cuestiones que se les plantean? ¿Por qué siempre eluden los balances hablando de OTRA cosa? ¿Por qué no responde lo que dice la nota, a saber, que la colectivización rompió definitivamente la alianza del campesinado con la clase obrera y el Estado? ¿POR QUÉ NO PUEDE RESPONDER ESTO? Además, ¿qué tiene que ver una revolución burguesa con un intento de socializar MILLONES de unidades campesinas y artesanales en base ca campos de concentración? ¿Siempre tienen que «discutir» así? ¿No pueden ARGUMENTAR algo? ¿O es que el método stalino ya no les dejó ni neuronas aptas para pensar aunque sea unos segundos? ¿Tanto los embruteció el método de bestias, la apología de los gulags y los estados policíacos?

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      rolandoastarita

      30/03/2016 at 20:16

    • Sobre el ´93, escribe Marx en La Sga Flia: ““Robespierre, Saint Just y sus partidarios sucumbieron porque …QUÉ COLOSAL ERROR el estar obligado a reconocer y sancionar, en los derechos del hombre, a la sociedad burguesa moderna, …persiguiendo libremente sus fines, de la anarquía, de la individualidad natural y espiritual devenida extraña a sí misma, y el querer, posteriormente, anular en esos individuos las manifestaciones vitales de esta sociedad y QUERER MODELAR LA CABEZA POLÍTICA DE ESTA SOCIEDAD AL MODO ANTIGUO!”—–
      El comentario de Lee denota ese «comunismo como cuartel o almacén» despreciado expresamente x Marx.

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      santiago

      31/03/2016 at 11:06

    • Engels:

      «Gracias a estos pequeños terrores permanentes de los franceses, uno puede llegar a hacerse una idea mejor del Reinado del Terror. Lo imaginamos como el reinado de aquellos que infunden el terror y es por el contrario el reinado de aquellos que están aterrorizados. El terror en su mayor parte no consiste nada más que en crueldades inútiles perpetradas por hombres que están ellos mismos aterrorizados y que intentan reafirmarse. No me caben dudas de que se debe atribuir casi por completo el Reinado del Terror del año 1973 a los burgueses sobreexcitados que juegan a los patriotas, a los pequeños burgueses filisteos que manchan con su miedo sus pantalones y a la hez del pueblo que comercia con el Terror».

      Correspondencia Marx-Engels, 4 de setiembre de 1870
      (Werke, t. XXXIII, p. 53)

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      Fox

      07/01/2017 at 13:34

  2. Totalmente de acuerdo con Vd, Rolando. Incluida la respuesta al comentario de Estan Lee. Y soy miembro del Partido Comunista de España desde 1968. Un saludo.

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    ignacio moreno clar

    30/03/2016 at 20:47

  3. Si astarita se quiere hacer humanista, vegetariano y seguidor de la cientología, de acuerdo. Los marxistas lo respetamos, le damos libertad para que se exprese, y seguiremos tomando un café con él. Ahora, que no diga que es marxista porque de marxista no tiene nada. He leído las obras completas de Marx, Lenin, Engels, y no es necesario hablar de Gulags o Stalin para darse cuenta que el marxismo se trata de la lucha revolucionaria, de la lucha de clases. El marxismo es guerra, guerra por lo material. No es pacifismo Astarita, lee más la obra de Marx y Lenin. El marxismo se fundamenta en la lucha por lo material, por los recursos, por los medios productivos. El grado de violencia, que puede ir desde un debate hasta la violencia física, estará determinado por la desesperación, la pobreza, y el grado de lucha que existe dadas las condiciones materiales. El marxismo no es una apología a la violencia, es una ciencia que intenta poner la historia en su lugar, la explica como una lucha por lo material.

    Yo no voy a decir que usted es un pacifista así no se ofende. Lo único que voy a decir es que usted es ingenuo. Porque sea usted humanista eso no significa que la violencia se termine. El marxismo nos enseñó que la violencia se da por la gravedad de la lucha por los recursos. Hoy, el pueblo, vive en un mundo de relativa prosperidad. La Rusia de Stalin, desafortunadamente, fue muy pobre y los métodos (no buscados por Stalin) fueron un poco más duros que lo usual. Sin embargo, gracias a lo que hizo Stalin, hoy los rusos gozan de un país más próspero. En fin, no se si usted va a leer esto o no. Estoy muy desilusionado con su posición.

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    Julian

    30/03/2016 at 21:55

    • Me alegra desilusionar con mis posiciones a gente que defiende posiciones como la suya. Por otra parte, hay mucha literatura stalinista en la red No tiene por qué frecuentar este blog.

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      rolandoastarita

      30/03/2016 at 23:05

    • Este tipo de , este… ¿¿¿cómo denominarlo??? Dejemosle comentario…, no dejan de asombrarme. Solo he leído cosas como estas entre los religiosos más fanáticos y desconectados de la realidad. Los cuales al menos tienen la coherencia de no pretenderse MATERIALISTAS.

      Saludos

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      Gerardo Daniel

      30/03/2016 at 23:35

    • Estimado Rolo, debería agradecer el comentario del señor Julián, ya que no hace otra cosa que confirmar sus reflexiones y ratificar que los caracteriza “una falta de verdadera humanidad comunista”.
      He publicado sus reflexiones con el título:
      «Para enmarcar y colgar en lugar visible».
      Abrazo

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      ElTabano

      31/03/2016 at 23:02

  4. «Si queremos cambiar el mundo, no es para convertirlo en un infierno para la “otra mitad” que no está de acuerdo con el socialismo.» bastante ingenuo
    El problema pasa cuando esa «otra mitad» que no esta de acuerdo con el socialismo convierte a través de distintos métodos al mundo en un infierno para los que no estamos de acuerdo ellos, cosa que pasa hoy en día,en todo caso es esa mitad la que debería tratar de ser mas «humanista»
    Su planteo me suena al Mateo 5:43-44 »Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.” Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen,

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    Pep

    30/03/2016 at 23:56

    • ¿y la «mitad proletaria» cómo quedó?. Todos los aumentos salariales y reducción de la jornada logrados con la Rev de 1905 se vieron evaporados hasta la hambruna …para los mismísimos proletarios moscovitas y petrograndenses ya en 1918.
      Claro, un pequeño sacrificio guiado por la «vanguardia esclarecida» para otorgar «todo el poder a los Soviets»; con la salvedad de q lo primero q hicieron fue liquidar a los Soviets.

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      santiago

      31/03/2016 at 11:11

    • El incordio con su razonamiento señor Pep es que, a los que se le infligía la violencia era hacia quienes deberían disfrutar del socialismo. Como con la burguesía y porque no peor, se repiten los destinatarios de la violencia opresora. Las victimas de la burguesía fueron las víctimas redobladas de la falta de humanidad comunista y a otro perro con el hueso del futuro de progreso, que el capitalismo les promete lo mismo. Saludos

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      ElTabano

      31/03/2016 at 23:08

  5. Compañero profesor Roalndo Astarita.
    Apoyo su artículo, pero no sólo eso, disfruto (además de aprender un eterno aprendiz como yo) en el diálogo que establece con los foristas, del que se dice mucho respecto al propio artículo y a su autor.
    Sañudos fraternales desde España

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    Rodo

    31/03/2016 at 06:55

  6. Es muy complicado el mundo actual profesor Astarita; usted tiene razón en algo ¿qué hacer con aquel que no esté de acuerdo con el socialismo? (y puede ser la mitad o más o menos de la mitad), porque no podemos matarlos, desaparecerlos. Lo que siempre me pregunto es como llegar a hacer los medios de vida necesarios (tierra, fábricas, ríos, etc) patrimonio de todos sí es que éstos pertenecen a alguine. Mi opinión es que hasta que el agotamiento del sistema no se produzca, que va ocurriendo ya, no hay oportunidad de nada.
    Y en cuanto al Partido Comunista de España (¿comunista o socialdemócrata?) Esto dijo Albert Rivera a Pablo Iglesias en el reciente debate de investidura «Ojalá usted se pareciera al Partido Comunista de la Transición» Y ya sabemos lo que pasó en la transición española, por lo cual cabría decirse: o el partido Comunista de España traicionó al pueblo (mi opinión es esta) o actuó de ingenuo. ¡Esos son los comunistas españoles, y aunque no soy nacionalista ni gallego, ni catalán, ni vasco ni canario le puedo decir Astarita que la izquierda española (comunistas entre ellos) son primero españoles y después de izquierda y comunistas.
    saludos

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    Diosdado Rojas Ferro

    31/03/2016 at 07:19

    • si ud lee las Memorias de Pasionaria, verá cómo en el país vasco las divisiones entre vascos, gallegos, andaluces, eran alimentadas por la patronal.
      La izquierda no es nacionalista y, muchísimo menos puede ser nacionalista de aldea.

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      santiago

      31/03/2016 at 11:15

    • ¿Cómo es eso de que el agotamiento del sistema ya va ocurriendo?

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      Tavo

      31/03/2016 at 13:04

    • Por favor Sr Santiago no hurgue en el tema (que no es el sitio tampoco), pero usted sabe que la España castiza (vivo en ella), que son las Castillas, Extremadura, Andalucía etc, y sus ¿comunistas? son ante todo españoles nacionalistas (convivo con ellos) y después personas de izquierda (por eso así va España), gloria a catalanes, gallegos, valencianos, ciudadanos de Islas Baleares y vascos (la España periférica, geográficamente me refiero) que tratan de mover el espectro peninsular, ¡porque si fueran por los españoles!…

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      Diosdado Rojas Ferro

      03/04/2016 at 12:04

  7. El artículo es una verdadera divisoria de aguas. Quienes desde una pose marxista lo critican por ingenuo demuestran que sus sueños de socialismo en realidad son una pesadilla totalitaria.

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    Danilo Castelli

    31/03/2016 at 09:22

  8. Estoy de acuerdo con la nota principal.

    Es más, si para instaurar el socialismo hace falta aniquilar a tanta población (población que, en definitiva, no tiene los resortes principales del poder material social, sino que participan de una pequeña porción de él) no quiero el socialismo; y estoy convencido que millones de personas que rechazan la injusticia del capitalismo no abrazan la concepción de mundo socialista por ese tipo de políticas.

    Una cosa es luchar contra una fuerza contrarrevolucionaria y otra muy distinta es, habiendo triunfado la fuerza revolucionaria y cesado la guerra civil, mandar a una gran cantidad de personas en trenes a campos de concentración. Eso no es guerra civil, eso es genocidio planificado, burocráticamente planificado.

    Eso no es socialismo.

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    Lucas

    31/03/2016 at 11:16

  9. Cualquier cambio de régimen económico radical requiere medidas extremas. ¿O acaso alguien acá piensa que va a liquidar la propiedad privada rápidamente apelando al humanismo? Tanta cita de Marx que esto y lo otro, pero Marx por algo marcó la necesidad de la dictadura de una clase sobre otra. Y lo lamento pero las dictaduras están alejadas del «humanismo comunista», porque por definición abarcan cercenar expresiones, derechos, etc, de otra parte de la población. Población que muy decididamente podría oponerse de forma sistemática (y violenta) a esa dictadura (en un sentido, está en su derecho a resistir). Esto lleva a una espiral de violencia donde termina ganando el más brutal: la colectivización forzosa o la liquidación del PKI con millones de muertos. La expropiación violenta o Pinochet. No hay termino medio una vez que está esa proceso desplegado, más en un país que reunía condiciones especiales como la URSS de los años 20.

    Coincido que todo esto es, en muchos sentidos, horrible. ¿Tiene sentido entonces defender la dictadura socialista? ¿tiene sentido lanzar un proceso de creciente confrontación?

    Habrá que ser un bujarinista extremadamente moderado?

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    hernan

    31/03/2016 at 11:57

    • Entiendo que estas ideas están tan arraigadas en la izquierda que parece natural construir el socialismo sobre montañas de cadáveres. Trataré de explicárselo a un nivel más sencillo que la nota. La propiedad privada de una gran empresa es relativamente sencilla de eliminar. Como planteaba Lenin, basta un decreto para eso. Además, se puede detener a los capitalistas si sabotean la medida, o lo que sea. Como dice Engels, toda revolución es necesariamente «autoritaria».
      Ahora bien, involucrar a los trabajadores en la gestión y organización de esa empresa es otra medida revolucionaria, pero que ya no es tan sencilla. ¿Hay que imponerla por la fuerza?

      Pero este ejemplo todavía es sencillo. El problema es con los millones de pequeños propietarios, campesinos, comerciantes, cuentapropistas (ejemplo, taxistas). ¿Por qué cree usted que Lenin dice que ya no basta con un decreto? ¿Acaso porque no era suficientemente «revolucionario»? ¿Por qué cree que ponía tanto énfasis en la adhesión voluntaria a cooperativas?

      Pero además, la alternativa que plantea «expropiación violenta o Pinochet» se cae. En primer lugar porque el régimen stalinista anuló cualquier posibilidad de evolución socialista de la URSS. Lo que generó las condiciones para la vuelta a un capitalismo más o menos como el que hoy hay en el Chile post-Pinochet. Con el «pequeño» agregado que dio lugar a un régimen que en los 1930 asesinó muchísimos más comunistas y revolucionarios que todos los que pudo haber asesinado Pinochet (fue el precio a pagar para ahogar en sangre a las tradiciones revolucionarias de 1917). Entonces, ¿de qué alternativa habla?

      Por lo tanto, trate de salir un poquito de los esquemas rígidos. Entre dar rienda suelta a la acumulación privada, y la colectivización forzosa, HAY TÉRMINOS MEDIOS. Posiblemente sean difíciles de mantener, y máxime en un país que quedó aislado (y este es el problema de fondo en la URSS). Pero no se pueden desconocer estas vías alternativas.

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      rolandoastarita

      31/03/2016 at 12:31

  10. No me canso de ver cómo pululan «socialistas» que justifican la violencia (seguros, claro está, de que estarán del lado vencedor) y que nos dan largas explicaciones de que un cambio social necesitará de la violencia (qué obviedad). Ahora bien, esos mismos socialistas, cuando en los 70 se les planteó la tarea de organizar la violencia revolucionaria, es decir, cuando hubo que poner el cuero en la parrilla, anatematizaron a los que querían organizar la violencia revolucionaria con el calificativo de foquista. Son los mismos que no se animan a organizar la autodefensa obrera para no poner en riesgo la legalidad de sus organizaciones. Pero van a estar encantados de recibir un fusil para el pelotón en el caso de que la revolución triunfe (gracias a otros por supuesto porque si es por ellos eso nunca va a ocurrir). El morenismo y el lambertismo han sido escuelas de ese tipo de charlatanes y traidores. Espero que si algún día les toca ser oposición de una burocracia como la estalinista, estén encantados de sacrificarse por el socialismo y vayan contentos, cantando hacia el campo de concentración.

    La dictadura proletaria contra la burguesía contrarrevolucionaria no implica le genocidio de millones de campesinos. El planteo de Marx sobre la comuna es contra la burguesía representada por Thiers y contra el estado burgués, no contra los campesinos franceses.

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    Lucas

    31/03/2016 at 12:35

    • O sea que estás de acuerdo con el pelotón de fusilamiento Lucas y con la violencia revolucionaria. ¿y entonces? ¿ y tu «humanismo»? Veo que el humanismo se diluye cuando de lucha política se trata. ¿y cuál es la diferencia entre tu humanismo fusilador y mandar a alguien a un Gulag? ¿que te hace acordar a Stalin? ¿que fusilar es más «digno»? Como los nazis, buscando métodos «humanos» para liquidar oponentes.

      ¿y si te propongo largar los fusiles y hacer cooperativisimo voluntario? Capaz en dos mil años, cuando la Argentina ni siquiera exista, los propietarios se convencen de que el comunismo es bueno para ellos.

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      hernan

      31/03/2016 at 13:57

  11. Todavía no encuentro un solo ejemplo de una transformación social cuya dinámica no haya afectado la vida de millones de seres en forma drástica y brutal, sea de orden capitalista (el desarrollo estadounidense, por ejemplo) o la de los países socialistas.

    Lo que estoy hablando es de dinámicas. Me putean porque planteo que el desarrollo revolucionario intensifica la lucha. Los posts de Rolando (a mi comentario) y de Lucas lo ejemplifican. Rolo habla del caso de expropiar una gran empresa y «detener» si es necesario a los propietarios. ¿Ustedes no dan cuenta de la dinámica del asunto en un proceso donde cientos y miles de propietarios son detenidos dados que *todos* se opondrían a reorganizar sus empresas? Si algo de capitalismo nacional tipo peronismo o chavismo ha sido tan atacado (con bombas y violencia) por la gran burguesía ¿ustedes que piensan gente que les van a hacer si «detienen» a los capitalistas? ¿les van a prometer un «tratamiento justo»?

    Caso número dos, tal vez más patético por lo ingenuo. Lucas habla de organizar la violencia revolucionaria o la autodefensa obrera. Es decir, los dos aspectos de la organización de una guerra civil. ¿ustedes piensan que tales actos no generar el mismo efecto en el bando contrario donde PROLETARIOS que defienden al capitalismo, elementos pequeñoburgueses, propiertarios,etc, están dispuestos a hacerlos mierda, y si la historia me ayuda, con métodos mucho más brutales que el de los revolucionarios?

    Pinochet y el término medio de Allende no les dice absolutamente nada ? Claro, Allende era «reformista» ¿y cómo debería haber sido en modo «revolucionario»? ¿explicando pacientemente ad infinitum mientras la derecha comete atentados, sabotea la economía, destruye las organizaciones, arma al ejército enemigo?

    Todavía no veo terminos medios. O sí: el socialismo reformista. ¿es una opción? hay que discutirla. ¿y si nos hacen lo de Allende? ¿y si en esa oposición no hay dos capitalistas sino un par de millones de trabajadores anticomunistas? oh que horror, son trabajadores, si me hacen atentados, los perdono.

    ¿No están a favor de aplastar a los trabajadores que bloqueaban las rutas con las patronales en Chile? ¿y con los que hacían lockouts? Oh no, hay que convencerlos (mientras desangran al país) porque son trabajadores.

    Pobres campesinos, las ciudades se cagan de hambre pero me dan pena. Lo lamento pero para algo la Revolución de Octubre estableció una dictadura partidaria (que apoyo sin ningún drama, como un progreso histórico).

    Y el comentario de Marx no me importa. La Comuna duró nada y tiene la ventaja (falsa) de que ningún comunero se enfrentó a salir victorioso, como los bolcheviques, y tener que resolver un sinfín de tareas en condiciones dificilísimas.

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    hernan

    31/03/2016 at 13:35

    • ¿Alguna vez oyó hablar del salto de cantidad en cualidad? ¿No puede entender la diferencia entre expropiar algunas grandes empresas y expropiar millones de pequeñas propiedades? Además, ¿dónde se ha llegado al socialismo por la vía de la represión masiva que usted defiende?
      Además, ¿qué tiene que ver una política reformista DENTRO del régimen capitalista y el Estado capitalista, y una política como la que recomendó Lenin al final de su vida a ser aplicada en la URSS?
      ¿Por qué tiene que mezclar todo?

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      rolandoastarita

      31/03/2016 at 14:14

    • Agregado: «Me putean porque planteo que el desarrollo revolucionario intensifica la lucha».
      Primero, no «lo puteo».
      Segundo, en ninguna parte de la nota se niega que «el desarrollo revolucionario intensifica la lucha». No puede hacerlo porque es cierto por definición. Lo que dice la nota es que con el cuento del «desarrollo revolucionario» no se puede construir el socialismo en base a cárceles, gulags, deportaciones y fusilamientos de millones.

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      rolandoastarita

      31/03/2016 at 14:36

    • Sobre esto ultimo Rolando, ¿está de acuerdo con que cuanto más cerca se esté del comunismo más se agudizará la lucha de clases porque las antaño clases explotadoras redoblan su resistencia?

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      Carlos

      31/03/2016 at 14:41

    • No, esa fue una tesis que lanzó Stalin en los 30 para justificar la represión a escala masiva. Además, permanentemente se agitó acerca de las conspiraciones y sabotajes de los antiguos capitalistas. Los juicios a los «especialistas burgueses» comenzaron así. Pero en su inmensa mayoría fueron juicios fraguados. Luego, durante la Gran Purga de 1937-8 se volvieron a dar muchos casos de esos. Por ejemplo, un ex kulak que se había trasladado a la ciudad y trabajaba como obrero, si era descubierto podía ser denunciado por «enemigo del pueblo» solo a causa de su origen, aunque no tuviera ninguna posibilidad de atacar a la URSS. Todo esto, subrayo, se justificaba, en buena medida, con esa tesis de «a medida que se acerca el socialismo se intensifica la lucha de clases». La realidad es que si el socialismo se acerca, el Estado debería estar desapareciendo porque las diferencias de clases también desaparecen.

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      rolandoastarita

      31/03/2016 at 14:56

    • Hernán, yo no lo puteo. La violencia revolucionaria es necesaria porque la burguesía resiste con armas en la mano, con el estado burgués y con los aparatos permanentes de represión. Pero esto fue así en la URSS hasta la toma del poder y mientras duró la guerra civil. Cuando esta llegó a su fin y se estabilizó la victoria revolucionaria , y los revolucionarios tuvieron la mayor manija del poder social (el estado y su ejército -rojo-), la medida violenta del tipo de la que tomó Stalin dejó de ser una medida en respuesta a la violencia del enemigo y pasó a ser un genocidio planificado que costó millones de vidas y que, además, buscó encubrir la propia incapacidad de la burocracia y la falta de participación política de las masas apelando a la razón de estado.

      Pero además, es una política que peca de aquéllo de lo que Stalin acusaba a Trotsky: de ignorar la necesidad de la alianza obrera – campesina.

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      Lucas

      31/03/2016 at 15:16

    • Gracias Lucas y Rolo por responder y disculpas si ofendí. Con lo de «putean» no lo dije literalmente. Saludos.

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      Hernan

      31/03/2016 at 17:11

    • Tu falta de imaginación no es una prueba de que las cosas tengan que hacerse igual que se hicieron antes…

      Qué paradoja estos «revolucionarios conservadores».

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      Danilo Castelli

      31/03/2016 at 20:46

    • Hay algo que no entiendo, Hernán.

      Vos reconocés que hay millones de trabajadores anticomunistas (que por egoísmo cometen «atentados» y «sabotean» la economía creando escasez artificial), que la mayoría de los campesinos se rebelan contra el régimen comunista que los confronta (porque hambrean a la ciudad ya que en su avaricia no quieren alimentarla y aparentemente se sindican para vender el alimento a un precio más alto racionando sus ventas).
      Y defendés a una dictadura de una ínfima minoría partidaria, todavía menor que la del supuesto proletariado pro-comunista en cuyo nombre se erige. Todo porque, según vos, es la única forma de quebrar esas resistencias egoístas que conspiran contra el bienestar general, bienestar que provendrá de la solidaridad forzada de tu socialismo.

      Hasta ahí creo que entiendo.

      Lo que no entiendo es por qué pensás que esa minoría estará pensando en el interés de todos y no en la propia. Las dictaduras burguesas pueden ser políticamente violentas contra sus minorías, pero difícilmente se las pueda seguir llamando burguesas si éstas mandan a campos de concentración a media burguesía y al resto no la deja escapar como castigo a no servir al Estado burgués. Si describir como burguesa a una dictadura semejante sería algo ridículo ¿por qué llamar gobierno de proletarios y campesinos a un régimen que extermina campesinos y les pone un fusil en la nuca a los obreros para asegurar su unanimidad?

      ¿Cuál es el sentido de apoyar la dictadura de una minoría para vencer la resistencia de un capitalismo al servicio de una minoría, si se supone que querés derrocarlo para darle el poder a una mayoría?
      ¿O acaso el «progreso histórico» ha creado la primer dirigencia política altruista de la historia, que piensa en los intereses de una clase aunque no esté bajo el control de dicha clase y la pueda perseguir?

      Si la única forma de vencer a los obreros enemigos del socialismo es haciendo que el socialismo ya no esté en manos de los obreros ¿entonces para qué defenderlo?

      Si la Comuna fracasó porque no le dio todo el poder al Comité de Salvación Pública ¿entonces es preferible el régimen de los bolcheviques en que la «dictadura del proletariado» no está en manos del proletariado porque éste se puede resistir?

      A ver, el capitalismo se sostiene sobre las condiciones de desposesión de los medios de producción y el trabajo por necesidad. Pero al menos no tiene ni la capacidad ni la necesidad de crear un poder que pueda someter a todo un campesinado a un régimen de trabajo forzado y de transformar a un país en una penitenciaría. ¿No son muy malas las condiciones de trabajo allí donde la población prefiere morir de hambre o fusilada antes que trabajar?

      Y vamos ahora a lo más importante: ¿puede haber un socialismo que esté en manos de un grupo de dictadores de partido?

      ¿Qué significa «socialismo»? ¿Un colectivismo de Estado?

      De verdad, si el socialismo sólo puede ser obrero y ese socialismo va a ser organizado por el Estado, entonces ese Estado debe ser necesariamente una democracia obrera del tipo que fuera. Al menos para la clase obrera deberá ser una democracia. Si la dictadura del proletariado se ejerce políticamente también contra la clase obrera «por su propio bien», si incluso la economía socialista consiste en que la clase obrera sea dirigida por un «director de orquesta» económico que, no bastándole la pasividad voluntaria, amenace a todos con el fusilamiento en caso de que no se adhiera dulcemente a tocar su partitura… ¿cómo puede seguir siendo socialista ese sistema?

      Te lo pregunto en serio, Hernán, porque la cosa no cierra por ningún lado. Para mí hay que estar un poco loco para tener todo esto claro y seguir apoyando este tipo de regímenes como si fuera el camino al paraíso para la clase obrera.
      Realmente no creo que la única chance de no vivir bajo un totalitarismo sea mediante la condición necesaria de renunciar al socialismo y al comunismo. Pero mientras por «socialismo» y «comunismo» se entienda a estas economías cuartelarias y estas políticas genocidas, entonces los apologetas liberales del capitalismo a lo Hayek se van a quedar con el monopolio de ser los únicos que al menos hacen posible para la población ser independientes de su propio gobierno.

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      Fox

      09/12/2016 at 01:51

    • Fox, he estado revisando muchas de las posiciones, a la luz de los 100 años de Octubre. Gracias por su comentario.

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      Hernan

      10/12/2016 at 01:02

    • ¿Y a qué conclusión llegaste?

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      Fox

      10/12/2016 at 20:23

  12. Buenos días profesor. Suscribo lo que dice el texto, pero me pregunto a qué se refiere con «humanismo».

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    pedrocoiro

    31/03/2016 at 14:53

  13. Rolo,
    todos estamos de acuerdo que el socialismo no se puede construir a traves de matanzas, genocidios etc
    pero ya en el periodo 1917 – 1924 el proceso de la revolucion de octubre y la guerra civil, produjo pogromos, Kronstadt, etc muestran que en su mismo nacimiento hubo muchas matanzas,
    ¿Es acaso que ciertos procesos como una revolucion socialista deben ser violentos aun con matanzas?
    Es acaso ya desde 1917 o 1918 no se puede pensar ahora como una revolucion socialista por entre otras cosas esas matanzas?

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    matias

    31/03/2016 at 18:06

    • Pienso que lo que hicieron los bolchevique con Kronstadt fue un desastre. En última instancia la reivindicación política de los sublevados era elecciones libres en los soviets. Consigna que también se planteó en las asambleas obreras en Petrogrado y Moscú. Era, además, el programa de Lenin cuando escribe El Estado y la revolución: el poder de los soviets, no del Partido. Esto no invalida, en mi opinión, que la revolución de 1917 haya sido una revolución socialista, en el sentido que asumieron el poder los soviets dirigidos por un partido que se proponía avanzar al socialismo. Pero fue socialista en este sentido; y combinada con una revolución en el esencia democrático burguesa en el campo. Como resultado, el país devino más «pequeño burgués», si se quiere. En 1917 el 85% de la población en Rusia era campesina, y la clase obrera representaba solo el 3%. Este hecho determina que en la medida en que la revolución queda aislada (en especial después de la derrota en Alemania), el progreso al socialismo se hace muy problemático.

      De todas maneras, la cuestión básica es que NO es cierto que «todos estamos de acuerdo en que el socialismo no se puede construir a través de grandes matanzas, genocidios, etc.». Precisamente escribo sobre esto porque muchos marxistas defienden una idea OPUESTA a la que sostengo en la nota.

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      rolandoastarita

      31/03/2016 at 18:16

  14. Recuerden como reacciono la burguesía agraria cuando el Kirchnerismo intento sancionar la 125 (medida que estaba lejos de ser radical) da un panorama de que tan «humanistas» pueden llegar a ser a la hora de acatar medidas legales.empezando por que muchos tienen empleados en negro

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    Bacon

    01/04/2016 at 00:57

    • Es interesante e ilustrativo el ejemplo, a pesar de tratarse de circunstancias completamente distintas (Rusia de los 30 y Argentina 2008, con un gobierno capitalista que ni siquiera era más progresista que la FAA, SRA y asociados). El apoyo que tuvieron las patronales agrarias en amplios estratos de la población trabajadora (aquí hay que incluir a los peones rurales) no se eliminaba con represión o con medidas administrativas.

      Un dato muy significativo sobre la colectivización forzosa del campo en Rusia: para sorpresa de la dirección stalinista (que esperaba que los campesinos pobres y parte de los medios enfrentaran a los kulaks), en muchísimas localidades las comunidades campesinas se unificaban para resistir a los funcionarios del Estado que aplicaban la colectivización. De nuevo, esto no se arreglaba con represión. La prueba es que se deportaron 400.000 familias kulaks (muchas de ellas eran «kulaks ideológicos»), se obligó a los campesinos a entrar en las granjas, y esto NO VOLCÓ AL CAMPESINADO PARA LA CAUSA DEL SOCIALISMO. Más bien ocurrió LO CONTRARIO. La resistencia, muchas veces pasiva, se hizo sistemática. ESTE resultado es el que tienen que explicar los defensores de los métodos stalinistas, los que exaltan como «profundización de las conquistas de Octubre» una colectivización realizada al costo de 6 o 7 millones de muertos, dos millones de deportados y una caída catastrófica de la producción agrícola.

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      rolandoastarita

      01/04/2016 at 08:48

  15. Reblogueó esto en Econo Marx 21.

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    vallebaeza

    01/04/2016 at 01:09

  16. La historia de la URSS demuestra que la dictadura partidaria no funciona para la construcción del socialismo y tampoco para el mantenimiento de una sociedad revolucionaria. Lenin y Trotsky estuvieron equivocados al aceptar la dictadura partidaria como equivalente o sustituto de la dictadura de clase. En los primeros años de la revolución Trotsky fue el que con mayor vehemencia defendió esta errada tesis. Lenin concilió. Si hubiera vivido más años no le hubiera quedado otro camino que convocar a las masas a la rebelión para aplastar a la burocracia. Años más tarde Trotsky termina horrorizándose de la bestia que contribuyó a crear con su talentosa pluma y deslumbrante oratoria. Llegó a reclamarle al régimen stalinista más democracia socialista pero no estuvo dispuesto a una autocrítica sincera, que hubiera sido extraordinariamente saludable para el movimiento comunista de los años venideros.

    La política económica y la estrategia de desarrollo que aplicaron los bolcheviques desde los primeros días de la revolución (la industrialización acelerada y colectivización forzosa en el campo) estaban en función de los intereses de la burocracia, en función de los intereses de los que gobiernan. Lo cual es algo de entendimiento muy lógico y elemental, incluso para quienes tienen un mínimo conocimiento de política. No fueron pensados en función de los intereses ni de los campesinos ni de los obreros. Los burócratas en el poder se “lamian los labios” soñando con inmensos complejos industriales de los cuales ellos estarían a la cabeza, disfrutando de cuantiosos privilegios. Su impaciencia era terrible. Les importaba un pito que sus medidas económicas llevaran a montañas de cadáveres. Más importante que todo fue hacer realidad en el plazo más corto posible sus sueños de majestosos complejos industriales donde ellos reinarían. Una terrible crueldad para con la clase trabajadora y la restauración capitalista ha sido una constante de toda dictadura partidaria que se proponía objetivos socialistas.

    Si los bolcheviques hubieran accedido a entregar el poder a la Asamblea de los Soviets otra hubiera sido la historia. La guerra civil hubiera sido mucho menos cruenta y más corta. Probablemente los bolcheviques no hubieran tenido la hegemonía en ella, pero hubieran tenido todas las oportunidades de ganarla trabajando en las bases. Probablemente los sectores procapitalistas hubieran intentado un golpe contrarrevolucionario aprovechando su hegemonía en la Asamblea. Entonces no hubiera quedado otro camino para los bolcheviques que responder junto con las masas con una guerra civil revolucionaria; donde, por las condiciones creadas, las mayores ventajas estaría a favor de la revolución.

    Un gobierno de los soviets, donde los trabajadores del campo y la ciudad tienen voz y voto, no hubiera aprobado jamás semejantes atrocidades como las requisas forzosas, las deportaciones, el comunismo de guerra, etc. Si el problema fundamental era el hambre, había que tomar medidas para resolver la alimentación del conjunto del pueblo. Sin lugar a dudas, expertos soviéticos o de otros países que voluntariamente hubieran llegado para apoyar al proceso revolucionaria, hubieran encontrado mejores y más populares soluciones que una docena de iluminados burócratas bolcheviques y sus sueños de palacios industriales.

    Bajo las condiciones de un gobierno de la Asamblea de los Soviets se hubiera priorizado garantizar la alimentación del pueblo y enfrentar las sequias y hambrunas apelando a la más amplia movilización de las masas, aun así esto conllevare a retrasar la industrialización por algún tiempo.
    Un gobierno de la Asamblea de los Soviets hubiera sido una genuina expresión de una dictadura de clase obrero-popular; de la misma manera como en el capitalismo la propiedad de los medios de producción, la democracia burguesa, el libremercado, etc. son genuinas expresiones de la dictadura de clase burguesa.

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    Amauta

    01/04/2016 at 03:51

    • Pienso que el problema de la urss es mucho mas complejo, quien dice que bajo un socialismo de soviets asambleareo no se hubiese construido algun sistema intermedio y no el paraiso pensado por marx, porque no pensar como foucualt y otros que aun en un sistema sin propiedad privada y con el poder en manos de la clase trabajadora aun existan terribles actos de injusticia nuevos?

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      matias

      02/04/2016 at 00:09

  17. un factor despreciado en una interpretación cerradamente materialista es el religioso; el campesino ruso era profundamente religioso. Eso explica en gran medida la unión del campesino paria con el kulak.
    Y lleva a otro debate entre Rosa Luxemburgo (los revolucionarios somos ateos pero la libertad religiosa es sagrada) y Lenin (debemos tornar ateos a todos).

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    santiago

    01/04/2016 at 12:19

    • Es absolutamente verdad. Lo trato brevemente en lo que voy a publicar. La colectivización coincidió, además, con la campaña izquierdista de la «Revolución Cultural», que operó entre 1928 y 1932. En esa campaña se atacó a los curas de aldeas, y se quemaron muchas iglesias. Esto facilitó que los campesinos asociaran el Estado con el Anticristo y a las granjas colectivas con su guarida. De nuevo, es una demostración de que las creencias e ideologías no se eliminan o cambian con represión. Es muy interesante al respecto la recomendación de Marx y Engels sobre la actitud de los socialistas a tomar ante la religión. Las

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      rolandoastarita

      01/04/2016 at 12:27

    • No veo contradicción entre decir «los revolucionarios somos ateos, pero la libertad religiosa es sagrada» y el «debemos tornar a todos ateos» siempre que se entienda que el tornar a todos ateos debe lograrse mediante la persuasión ideologica, respetando precisamente esa libertad religiosa. De hecho si mal no recuerdo era lo que venía expresar Lenin en sus artículos acerca de la religión: el Estado proletario debe limitarse en tanto tal a una mera separación iglesia-Estado, pero el partido debe llevar a cabo una batalla cultural e ideológica contra la religión. Otra cosa, claro, es que luego los estalinistas, en esto como en tantas otras cosas, hicieran justo lo contrario a lo que venía siendo una posición común de las grandes figuras del socialismo (Lenin, Rosa, Marx).

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      David

      01/04/2016 at 23:31

    • “¡Los oportunistas (se refiere a Luxemburgo o Kautsky) tergiversan la cuestión como si el Partido Socialdemócrata considerase la religión un asunto privado!
      El proletariado es el dirigente de nuestra revolución democráticoburguesa. Su partido debe ser el dirigente ideológico en la lucha contra todo lo medieval, incluidos la vieja religión oficial”.
      Lenin en Actitud del aprtido obrero hacia la religión

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      santiago

      02/04/2016 at 10:04

  18. Totalmente de acuerdo con la exposición de Rolando y la diferencia que surge en los comentarios entre la lucha de la revolución naciente contra la opresión zarista y la tremenda represión desatada al interior del pueblo ruso cuando el estado anterior había sido derrotado.
    El mando centralizado en la figura de un líder supuesto omnisapiente no dejó de favorecer el crecimiento de una burocracia que tiene destino de casta privilegiada y apropiadora del trabajo del pueblo.
    Una vez mas la historia muestra el error que supone pensar que el fin justifica los medios.
    Cuando los medios ofenden lo que el fin se propone, no dejan de estar en la causa su fracaso.

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    Rodolfo

    02/04/2016 at 00:52

  19. Si la religión es el opio de los pueblos, que permite no despertar a la conciencia de su situación de vasallaje y explotación, debemos pensar también que es la esperanza de los que no tienen o han perdido toda esperanza.
    La represión de las creencias religiosas solo logra fortalecerlas en la clandestinidad de ritos privados y en la intimidad de los sentimientos de los creyentes.
    Solo el establecimiento de una nueva esperanza cultural en realización podrá minimizar el factor religioso.
    Además mirando hacia dentro del catolicismo, la utopía de Tomas Moro, la doctrina social de la iglesia y la lucha de muchos curas contra las consecuencias de la explotación y la violencia de los amos del capital, podríamos suponer que no sería contradictoria el desarrollo del socialismo con la existencia en su seno de personas cuyas creencias religiosas se expresen dentro de estos parámetros.

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    Rodolfo

    02/04/2016 at 01:10

  20. Hola Rolando,
    más allá de la catarata de insultos y agravios personales, pienso que hay algo interesante en la posición que sostiene Eduardo Sartelli en la crítica a su crítica. El expresa que el stalinismo tiene que entenderse como parte del proceso historico de la revolución de octubre, no puede pensarse al stalisnismo (o en el caso más extremo, al propio stalin), como un grupo politico (o un individuo) que orientó el proceso hacia practicas crueles y antirrevolucionarias. Más bien, el proceso historico condujo la URSS hacia ese lugar y desde ese proceso historico emergieron personajes siniestros y practicas abobinables. Pienso que esto tiene algun sentido, son los individivuos y/o las burocracias las que conducen la realidad?, los seis millones de muertos lo explica stalin o el stalinismo, o esto resultó de un proceso historico del que todos fueron parte?.

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    Claudio FM

    02/04/2016 at 18:45

  21. Que el stalinismo es producto de un proceso histórico estamos de acuerdo. Pero en eso hay mucha gente de acuerdo. El tema es qué expresaron el programa y la política del stalinismo dentro de ese proceso histórico. Lo cual conecta también con el balance y la caracterización de lo que fue la URSS. Por caso, Trotsky (o Deutscher de forma más pronunciada) consideró que, en el balance, la colectivización y la industrialización forzadas habían fortalecido los elementos socialistas del Estado obrero. RyR lo plantea todavía de manera más favorable al stalinismo: el giro de 1928-9 significó una profundización de la revolución de 1917, y en ese marco elogia la censura, o sostiene que millones de muertos es, después de todo, el precio a pagar por esa «profundización de Octubre».
    Este balance es el que estoy discutiendo; no la necesidad de explicar al stalinismo a partir de las condiciones económicas y sociales de Rusia en los 1920 y 1930.

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    rolandoastarita

    02/04/2016 at 19:29

  22. Por favor, en mi comentario anterior cambien «abobinables» por «abominables».

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    Claudio FM

    03/04/2016 at 13:39

  23. Con el artículo de Rolando Astarita estoy de acuerdo en todo, salvo en lo siguiente: «Pero esto es una cosa, y otra muy distinta es imponer el socialismo a sangre y fuego a millones de campesinos, artesanos, pequeños propietarios u obreros “atrasados y ganados por la ideología pequeño-burguesa”.

    Me explico. El estalinismo no fue «socialismo impuesto a sangre y fuego», simplemente no fue socialismo. Fue la dictadura de una nueva clase burguesa-estatal surgida en torno a Stalin, la burocracia del partido y la burocracia estatal, tras la guerra civil y la aniquilación de la vanguardia obrera revolucionaria. Con el estalinismo no hubo control de la producción por parte de la clase obrera, sino control económico y político por parte de dicha nueva clase. Sus métodos fueron el terror político y social. Su objetivo, defender sus intereses de clase dominante, y, de forma concreta, en el plano económico, una acumulación a marchas forzadas, brutal, que permitiera a dicha clase dominante mejorar su confort de vida, que le permitiera sobre todo competir con occidente y asegurar así su supervivencia como tal clase dominante.

    Creo que es un error _y sobre todo algo muy dañino para el marxismo, el socialismo, la revolución obrera_, considerar el estalinismo como socialismo. Una cosa es la génesis y otra la esencia, del estalinismo y de cualquier realidad socioeconómica.

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  24. Por favor, frente a lo que he leído en algún comentario, Lenin nunca fue partidario de imponer a sangre y fuego ningún ateísmo. Muy lejos del realismo político de Lenin. Me parece tan grave considerar el estalinismo socialismo como el confundir leninismo con estalinismo.

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  25. Muy buen post, Astarita. Creo que todo el abanico «progre» esta tan infectado de posmodernismo («todo vale») y de stalinismo («la razon historica justifica los medios») que nunca van a entender lo que quiso decir usted. Y ahora, alejados de las clases trabajadoras, se preocupan por la fragmentación (mujeres, indios, negros -desde la institucionalizacion encima- ) dejandole el camino libre a que vengan los bolsonaros o los trumps a prometerles el cielo. Lo unico que hay es una parva de academicos onanistas mentales y un monton de universitarios arrogantes pequeño burgueses mirándose el ombligo. Ciertamente ya he perdido mi esperanza socialista. Pero admiro su perseverancia ya que es el último faro de luz que queda en estas tierras. Abrazo

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    Jose

    08/11/2018 at 20:49


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