Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Trotsky, el giro de 1928-9 y la naturaleza social de la URSS (6)

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La parte cinco de la nota, aquí

Comienza el giro

La crisis del grano tomó al Partido desprevenido. Todavía en el XV Congreso, realizado a fines de 1927, Stalin se enfocó en atacar a la izquierda. Con el acuerdo de los bujarinistas, se expulsó a la Oposición (Trotsky y Zinoviev habían sido expulsados del Partido poco antes). Sin embargo, ya había conciencia de los problemas con la provisión de grano, y se aceptaba que la política bujarinista exigía rectificaciones. Rykov y Bujarin propusieron limitar las actividades de los kulaks, favorecer a las cooperativas y acelerar la industrialización; Rykov también contempló desviar recursos desde el agro a la industria (Lewin, 1965). Stalin insinuó que había que “liquidar” al kulak como estrato social. Finalmente se decidió dar más importancia a la industria y al rol del Estado, se elevaron los precios de los productos industriales, disminuyeron los suministros al agro y se dispuso lanzar un plan quinquenal.

Sin embargo, en 1928 la crisis de aprovisionamiento se agravó. La cosecha en Ucrania y el Cáucaso Norte no fue buena. Los métodos de requisa compulsiva, empleados el año anterior habían provocado gran descontento. Los campesinos volvieron a retener el grano y  en las ciudades hubo hambre. “En enero de 1928 la clase obrera se encontró abocada a una hambruna inminente” (Trotsky, 1973). Hubo necesidad de frenar todas las exportaciones de cereales.

Alarmado, el Politburó decidió aumentar el precio del grano. Fue la última victoria del ala de Bujarin, que se oponía a las medidas duras. En el Pleno del Comité Central de julio de 1928 Stalin planteó que puesto que la Rusia soviética carecía de colonias, y no podía industrializarse apelando a créditos externos leoninos, el excedente debía provenir de los campesinos. Los campesinos no solo pagaban los impuestos, sino también sobrepagaban a través de los altos precios industriales y los bajos precios del grano (Stalin, 1928a). Eran los argumentos de Preobrazhenski. Hacia el fin del verano Stalin denunció un “golpe kulak” y el Politburó, donde ya tenía mayoría, envió al campo brigadas obreras con plenos poderes; se castigó a funcionarios a los que se consideraba responsables de la crisis, se cerraron mercados y los campesinos fueron obligados a entregar el grano a precios bajos. Pero ahora la mayor carga recaía sobre los campesinos medios, dado que los excedentes de los kulaks ya habían sido requisados (Cohen, 1976). Los métodos fueron similares a los aplicados durante el Comunismo de Guerra. Aunque se dijo que se trataba de una medida “de emergencia y excepcional”, hubo resistencias. Según una comunicación personal de Bujarin a Kamenev  (citada por Deutscher, 1979), la GPU habría reprimido unas 150 revueltas espontáneas en el campo. Stalin dio poder a los funcionarios locales para multar, y a veces poner en prisión, a los campesinos que no suministraban las cantidades requeridas. También se autorizó a las autoridades locales a vender las propiedades de aquellos campesinos que no cumplieran con las exigencias (Nove, 1973). Era el fin de la NEP. Rápidamente Bujarin y sus partidarios perdieron  posiciones dentro del Partido, el Estado y los sindicatos.

Naturalmente, el giro interno a la izquierda tuvo su correlato en la Internacional Comunista. A partir de 1928-9 se caracterizaría que el capitalismo había entrado en un nueva fase de crisis y revoluciones (el llamado “tercer período”) y se planteó que los Partidos Comunistas debían lanzarse a la ofensiva, rechazando todo tipo de colaboración con la socialdemocracia, a la que se caracterizaba ahora de “socialfascista” y de principal enemiga en el movimiento obrero.

La ofensiva contra los especialistas

Como parte de la lucha contra la derecha y los kulaks, se desplegó también una ofensiva contra los «especialistas burgueses». Se llamaban así a quienes habían recibido su educación bajo el régimen zarista, o eran hijos de la vieja inteligentsia burguesa. Durante la NEP muchos habían sido convocados para estar al frente de la dirección técnica de las empresas o instituciones estatales, pero estaban subordinados al control político de comisarios comunistas o proletarios. La incorporación de especialistas burgueses había sido parte de la política recomendada por Lenin (antes de la guerra civil, y cuando se establece la NEP), de avanzar al socialismo utilizando métodos del capitalismo de Estado.

Por eso, la ofensiva contra los especialistas de finales de los 1920 fue leída como parte del giro «de izquierda», y acorde con la colectivización y la industrialización forzadas. Comenzó en la primavera de 1928, cuando se anunció que se había descubierto una conspiración de 55 ingenieros y técnicos en minería en la ciudad de Shakhty, en el Cáucaso Norte. Oficialmente se dijo que los complotados preparaban sabotajes, en alianza con los antiguos propietarios de las minas. Hubo un juicio público fraguado, del que resultaron cinco sentencias de muerte y 44 condenas a prisión. A partir de ese momento los especialistas pasaron a ser sospechados de potenciales saboteadores y agentes del capitalismo internacional, que deberían ser reemplazados por comunistas jóvenes, educados en las escuelas soviéticas (Fitzpatrick, 1974). Stalin sostuvo que el “sabotaje” en Shakhty probaba que a medida que avanzaba el socialismo, se intensificaba la lucha de clases, y que los acusados estaban en acuerdo con el capitalismo internacional para atacar a la URSS. “Los hechos muestran que el affaire Shakhty fue una contrarrevolución económica, complotada por una sección de expertos burgueses, antiguos propietarios.  (…)… es un asunto de intervención económica en nuestros asuntos industriales por parte de organizaciones capitalistas antisoviéticas de Europa Occidental” (Stalin, 1928).

El asunto de Shakhty puede ser considerado como “una estrategia de movilización para crear una atmósfera de crisis y justificar las demandas del régimen de sacrificio y extraordinarios esfuerzos en la causa de la industrialización” (Fitzpatrick, citada por Josephson, 1988). Por eso también, fue el disparador de un movimiento “desde abajo”, motorizado por comunistas jóvenes y proletarios, contra el establishment cultural, encarnado en el Comisariado Popular para la Instrucción Pública, dirigido por Lunacharsky y afín a Bujarin, y la intelingentsia burguesa. Shakhty también contribuyó a construir el clima fuertemente represivo de los 1930; el temor a ser acusado de saboteador y contrarrevolucionario, incluso por equivocaciones menores, pasó a ser una constante en la sociedad soviética.

Primer Plan Quinquenal, industrialización acelerada y requisa

A fines de 1928, y en paralelo con la colectivización, el Gobierno decidió embarcarse en una industrialización a marchas aceleradas, y aumentar sustancialmente la inversión. Con este objetivo se proclamó el Primer Plan Quinquenal, que tenía el carácter de una ley impuesta al país. Se trataba, como explicó Stalin, de realizar una “revolución desde arriba”, como la que había hecho Pedro el Grande para industrializar a la Rusia atrasada. El Plan establecía incrementar la producción de comida y bienes de consumo, a la par del aumento de la producción de medios de producción. El incremento de la producción agrícola era indispensable para alimentar a la mayor población urbana que se necesitaba para la industrialización (Davies y Wheatcroft, 2009), y también para incrementar las exportaciones. Pero los objetivos, que se establecieron en 1929, fueron desmesurados: el ingreso nacional, la inversión y la producción industrial debían multiplicarse en cinco años por un factor de entre dos y tres, la inversión en la industria pesada debía representar el 78% de la inversión industrial, la producción de máquinas y equipos aumentar 230%, y el consumo también debía aumentar (Nove, 1973; Cohen, 1976); solo en 1929 se proyectaba elevar la producción industrial un 32%.

Por otra parte, el Gobierno estaba confiado en que la cosecha mejoraría en 1929, y a fin de asegurar el abastecimiento, había dispuesto la represión a los comerciantes de granos y el cierre de los mercados libres (Narkiewicz, 1966). Sin embargo, la cosecha nuevamente disminuyó (aunque también es posible que hubiera ocultamiento por parte de los campesinos; véase Narkiewicz). En consecuencia, no solo no hubo excedentes agrícolas para exportar, sino se agravó el abastecimiento. A mediados de 1929 se extendió el racionamiento de alimentos en las ciudades. El Gobierno intensificó las requisas, y aumentaron las denuncias de las actividades saboteadoras de los kulaks. Aunque esto permitió aumentar la provisión de granos, a mediano plazo agravaba los problemas, ya que la entrega forzosa a los precios establecidos por el Estado inducía a los campesinos a reducir la siembra. La dirección stalinista acusó de nuevo a los kulaks, y a muchos les fueron impuestos cargas que en la práctica significaban la expropiación. Pero en la dirección también había creciente conciencia de que la pequeña producción no podía abastecer a las ciudades en constante crecimiento, ni proveer la materia prima necesaria para la industrialización. Esto contribuyó a que se comenzara a considerar como solución de las dificultades a la colectivización: la formación de grandes unidades productivas habilitaría economías de escala y aplicar tecnología también a gran escala. “En 1929, contra el fondo de la tensión entre el campesinado y el Estado, las autoridades soviéticas concluyeron que la implementación del programa de industrialización sería imposible si no se ponía a la agricultura bajo un firme control” (Davies y Wheatcroft).

Desde comienzos de 1929 la ofensiva se aceleró. En febrero se estableció un impuesto adicional a los campesinos. En abril Stalin volvió a atacar a la “desviación de derecha”, y caracterizó a los bujarinistas como oportunistas y saboteadores. También denunció a los kulaks por estar reteniendo el grano y los acusó de ser los causantes, además de la mala cosecha, de la caída en el aprovisionamiento. Sostuvo que las buenas cosechas habían fortalecido el poder de los campesinos ricos en el mercado, pero que los elementos socialistas de la economía estaban creciendo más rápido, y por lo tanto ya había condiciones para lanzar una ofensiva contra los elementos capitalistas. La lucha de clases se intensificaba, y debía “organizarse la recolección del grano. Las masas de campesinos pobres y medios deben ser movilizadas contra los kulaks; y debe organizarse su apoyo público a las medidas del Gobierno Soviético para aumentar la recolección del grano” (Stalin, 1929). Era necesario aplicar un impuesto adicional a los campesinos para canalizar recursos de la agricultura a la industria. Y afirmó que “debemos transferir gradualmente a los pequeños campesinos individuales a unidades colectivas de producción de gran escala”, la única capaz de hacer pleno uso del conocimiento científico y la tecnología moderna (énfasis agregado). También ese mes la XVI Conferencia de Partido hizo un llamado a acelerar radicalmente la industrialización y la colectivización que reproducía en parte, de forma literal, llamados anteriores de Trotsky (Deutscher, 1980).

Bibliografía:
Cohen, S. (1976): Bujarin y la revolución bolchevique. Biografía política 1888-1938, Madrid, Siglo XXI.
Davies, R.W. y S. G. Wheatcroft (2009): The Years of Hunger: Soviet Agriculture 1931-1933, Palgrave Macmillan, New York.
Deutscher, I. (1979): Trotsky. Le prophète désarmé (1921-1929), París, Christian Bourgois Editeur.
Deutscher, I. (1980): Trotsky, le prophète hors-la-loi, París, Union General Editions.
Fitzpatrick, S. 1974: “Cultural Revolution in Russia 1928-32”, Journal of Contemporany History, vol. 9. pp. 33-52.
Josephson, (1988): “Physics, Stalinist Politics of Science and Cultural RevolutionSoviet Studies, vol. 40, pp. 245-265.
Lewin, M. (1965): “The Immediate Background of Soviet Collectivization”, Soviet Studies, vol. 17, pp. 162-197.
Narkiewicz, O. A. (1966): “Stalin, War Communism and Collectivization”, Soviet Studies vol. 18, pp. 20-37.
Nove, A. (1973): Historia económica de la Unión Soviética, Madrid, Alianza Editorial.
Stalin, J. (1928): “The Work of the April Joint Plenum of the Central Committee and Central Control Commission”, https://www.marxists.org/reference/archive/stalin/works/1928/04/13.htm.
Stalin, J. (1928a): “Industrialization and the Grain Problem”, https://www.marxists.org/reference/archive/stalin/works/1928/07/04.htm#Industrialisation_and_the_Grain_Problem.
Stalin, J. (1929): “The Right Deviation in the CPSU(B)”, https://www.marxists.org/reference/archive/stalin/works/1929/04/22.htm.
Trotsky, L. (1973): La revolución traicionada, Buenos Aires, Yunque.

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Trotsky, el giro de 1928-9 y la naturaleza social de la URSS (6)

Written by rolandoastarita

18/03/2016 a 09:31

7 respuestas

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  1. ¡muy buen art!.
    Cuando uno lee la persecución brutal contra los «expertos» y los campesinos y el «socialfascismo» …en 1929, recuerda q, en esos precisos días, Stalin acordaba con Henry Ford la instalación de una fábrica en la Urss.
    Todos los burgueses eran malos excepto los amigos…Uno se plantea q hubo una «selección natural al revés» y q los más miserables escalaron hacia el poder desplazando a los viejos revolucionarios.

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    santiago

    18/03/2016 at 13:29

    • ¡Muy bueno eso de «Todos los burgueses eran malos excepto los amigos»! a propósito de la fábrica de Ford, pero si es que entre la URSS y EE UU existió una colusión, fueron aliados en todo, sólo la retórica era la distinta, y desde luego era la única forma de mantener cada uno su zona de influencia, hasta que la URRS con todos los demás países socialistas implosionaron. Ahora si la tienen jodida los poderes mundiales. A Kerry hay que agradecerle su sinceridad cuando dijo a propósito de la situación en Ukrania que «Todo era más simple en la guerra fría» http://www.jornada.unam.mx/2014/04/23/mundo/023n3mun
      Saludos fraternos al profesor compañero Rolando Astarita

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      Rodo

      19/03/2016 at 12:57

    • no dije lo q ud pretende. La Urss, en todo caso, fue sucesivamente aliada del militarismo alemán, de determinados capitalistas norteamericanos, de determinado gob norteamericano, de Hitler, de los Aliados y así.
      Para 1929 ocurre lo de la Ford. No hablo de lo de Von Seekt porq sé poco al respecto.

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      santiago

      19/03/2016 at 16:29

  2. Stalin surgió del seno mismo de la burocracia del partido abriéndose paso hasta alcanzar la cumbre, en el proceso supo hacerse de suficientes aliados contra sus enemigos reales y potenciales, su encumbramiento representó el triunfo de la burocracia del partido y del estado frente a la sociedad y el ejército rojo de obreros y campesinos. De los soviets no quedó nada. Puro totalitarismo, nada de revolución.

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    mario

    19/03/2016 at 09:28

    • Stalin surgió de la militancia activa del partido, no de la burocracia o de cuadros arribistas. Fué un revolucionario, y muy estimado por Lenin. El problema es otro, es el proceso, no el personaje. El triunfo que usted habla ya se había dado en 1918, acentúandose en la guerra civil con medidas que afectaron las libertades democráticas. Las podemos entender o justificar, lo que no se puedde hacer es tirar abajo de la alfombra todo y señalar a Stalin como un malvado escalador que terminó acaparando todo el poder. ¿Trotski hubiese hecho algo distinto? Lo dudo muchísimo.

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      Hernan

      19/03/2016 at 15:53

  3. Profesor comparte este análisis sobre lo ocurrido en Kronstadt
    http://www.laizquierdadiario.com/Kronstadt-el-mito-y-la-tragedia

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    Pablo

    19/03/2016 at 19:28


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