Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

¿Precios contrarrevolucionarios?

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“Por primera vez [el precio del barril de petróleo] llega a US$34. Las fuerzas imperialistas mundiales actúan mientras nosotros producimos petróleo. Ellos, con la manipulación de los mercados, ponen el precio” (declaraciones de Maduro, http://caraotadigital.net/precio-del-petroleo-toco-el-piso-de-los-us-34/). La idea es repetida por nacionalistas y progresistas de izquierda, e incluso por marxistas: la caída de los precios del petróleo sería una gigantesca maniobra de EEUU para ahogar a Venezuela y Cuba, y debilitar a otros enemigos, en primer lugar a Rusia.

Se trata de la concepción, arraigada en la izquierda, de que los precios son gobernados, centralmente, por el gobierno de EEUU, tal vez con la colaboración de otras potencias. Desde este enfoque, la ley del valor trabajo  “a lo Marx”, no tendría validez. Es que en la teoría de Marx (también en David Ricardo) la ley del valor es objetiva, y ese carácter objetivo se impone a través de la competencia, entendida esta como guerra entre los capitales. Ello significa que la regulación y distribución de los tiempos de trabajo opera a través de los movimientos anárquicos de los precios en el mercado, y las variaciones más o menos súbitas de cantidades producidas y demandadas. Por eso, hay períodos de sobreacumulación, caída de la demanda, de los precios y de las ganancias; y otros de escasez de oferta, suba de precios y de las ganancias y la producción. Es entonces una dinámica gobernada por una ley que “se impone de modo irresistible… tal como por ejemplo se impone la ley de gravedad cuando a uno se le cae la casa encima” (El Capital, p. 92, t. 1, edición Siglo XXI). El enfoque que dice que “los precios son manipulados”, en cambio, nos ubica en una economía capitalista manejada a discreción por el todopoderoso “Imperio”. Es una variante, exagerada, de la idea de que los precios son manejados por un grupo de “grandes monopolios”.

Una tesis sin fundamento ni lógica

La tesis de que los precios pueden ser manipulados a voluntad no solo carece de sentido teórico, sino también es desmentida empíricamente, tanto por las guerras de precios, como por la tendencia a la igualación de la tasa media de ganancia, que opera por encima del nivel de concentración de las empresas en las diferentes ramas. En varias notas del blog discutí este asunto, y remito a ellas. Aquí subrayo, una vez más, que la tesis de la “manipulación” de precios necesita negar las guerras de precios; así como afirmar la existencia de tasas de ganancia sistemáticamente superiores en las ramas de la economía más concentradas. Y ninguno de esos supuestos tiene verificación empírica. Pero además de la discusión teórica y de los datos empíricos, la tesis de Maduro y sus amigos ni siquiera tiene lógica a la vista de lo que ha sucedido en las últimas décadas. Veamos un poco la cuestión.

En diciembre de 1998, o sea, antes de que Chávez asumiera el gobierno, el precio del barril de petróleo estaba en US$12. Chávez toma la presidencia en febrero de 1999, y a diciembre de ese año el precio del barril había subido a US$24; en diciembre de 2000, a US$32. Luego, en 2005, el precio promedio fue US$54; en julio de 2008 llegó a un pico por encima de los US$120; con la crisis bajó, dando un promedio de US$62 en 2009; US$105 en 2012 y US$96 en 2014. La pregunta entonces es: ¿la suba del precio del crudo que acompañó al gobierno de Chávez, fue producto de la manipulación de los estadounidenses y las grandes compañías para favorecer al nacionalismo de izquierda venezolano y latinoamericano? Seguramente no hay nacionalista de izquierda, o marxista nacional, que responda por la afirmativa. Pero entonces, ¿qué sentido tiene explicar la caída actual del precio apelando a la tesis “conspiración internacional para perjudicar a Venezuela”? Pregunta que podemos hacer extensiva a la situación de Ecuador, Cuba, o Rusia. Por ejemplo, ¿los altos precios en los 2000 hay que explicarlos por un ardid de EEUU para fortalecer a Putin y debilitar a China? Si es así, ¿qué lógica tiene decir que ahora, cuando bajan, la táctica pasa por debilitar a Rusia y fortalecer a China?

Por otra parte, ¿por qué reducir el asunto al petróleo? Por ejemplo, a nivel mundial ahora se registra una fuerte caída del precio de la leche. ¿Se debe a que el imperialismo quiere perjudicar a Nueva Zelanda? Si no es así, ¿por qué dejó que bajara? Algo similar ocurre con otros alimentos. Por caso, en la década de 1990 los precios de la soja y el maíz estuvieron deprimidos. Focalizando las preguntas en Argentina: ¿fue para debilitar a gobiernos “amigos del capital”, como el de Menem o la Alianza? Pero desde 2003 los precios subieron. ¿Fue para favorecer al gobierno nacional y popular de los Kirchner? Y desde 2014 hasta el presente bajaron, pero no a los pisos de fines de los 1990, ¿habrá sido para perjudicar a Cristina K, pero no tanto como se perjudicó al gobierno de la Alianza? Además, ahora que el presidente es Macri, ¿decidirá el imperialismo aumentarlos para favorecer al nuevo amigo en la región? Todo esto sin contar que también están en juego los intereses de los productores estadounidenses, y de las grandes exportadoras de cereales y oleaginosas.

En fin, el argumento “a lo Maduro” es tan flexible, que permite cualquier conjetura. Pero entonces estamos en el terreno de lo arbitrario, de la contingencia subjetiva. No hay forma de hacer ciencia por este camino. Para ilustrarlo con el último gran movimiento de subida y caída de los precios de las materias primas. Entre 2003-8, en ámbitos del progresismo, se dijo que la suba estaba provocada por el imperialismo y los grandes monopolios para debilitar a los países importadores del tercer mundo, y dominarlos. Sin embargo, cuando los precios comenzaron a caer con la crisis 2008-9, la explicación pasó a ser que el imperialismo buscaba perjudicar a los países exportadores del tercer mundo.

Las guerras competitivas

Lo anterior nos lleva a enfatizar la centralidad de las guerras competitivas para la comprensión de cómo funciona el capitalismo. La queja de Maduro, con que abrimos esta nota, se debió a la brusca caída del precio del petróleo a partir de que la OPEP, en su reunión del 4 de diciembre pasado, decidió abandonar el objetivo de 30 millones de barriles/día, y permitir la producción actual de 31,5 millones (y en noviembre fue de casi 31,7 millones). Lo cual profundizó la caída del precio, que es del 65% desde junio de 2014 a diciembre de 2015. En esto juega un rol central Arabia Saudita, que mantiene la producción para defender su participación en el mercado, tanto contra los productores estadounidenses (que tienen costos más elevados), como frente a Rusia e Irán, que han aumentado la oferta. Dentro de la OPEP, Venezuela, Ecuador, Argelia e Irán se oponen a Arabia Saudita y piden disminuir la producción; pero Irán también aumentó la producción, en 247.000 b/d en noviembre. En esta coyuntura, los sauditas se niegan a reducir la producción; aducen la experiencia de 1980, cuando redujeron la oferta para impulsar los precios, con el resultado de que otros países –entre ellos Venezuela- aumentaron la producción, los precios bajaron y ellos perdieron mercados. Ahora la apuesta de Riad es que los bajos precios obliguen a otros productores a disminuir el output. El Gobierno saudí tiene un fondo de reserva de unos US$700.000 millones y piensa que puede resistir; también Emiratos Árabes y Kuwait tienen amplias reservas.

Todo lleva entonces a que se intensifiquen las presiones competitivas, dado un contexto de inventarios que llegan, a nivel mundial, a los 3.000 millones de barriles; la sobreproducción mundial es de 2 millones de b/d. Por eso los grandes productores –países y empresas- están embarcados en una guerra de precios. La teoría marxista del valor puede explicar esta situación de manera relativamente sencilla: el capital solo existe a través de los muchos capitales, y la competencia es una verdadera guerra por mercados. Los gobiernos colaboran con “sus” capitales en estas guerras, incluyendo las empresas estatales de los países atrasados (que hoy son las que disponen de las mayores reservas de crudo). El capitalismo estatal no puede sustraerse de esta lógica que rige el mercado mundial.

En cambio, para sostener que los precios son establecidos a voluntad por el gobierno de Obama, habría que suponer que este último maneja el mercado mundial, a pesar de que EEUU tiene solo el 10 u 11% de la producción mundial. ¿Cómo es que Washington ordena a los otros grandes productores  -Arabia Saudita (11,5% de la producción mundial, y el principal exportador), Rusia (10,8%), China (4,2%), Canadá (3,9%); Emiratos Árabes (3,6%), Irán (3,6%), Irak (3,1%) Kuwait (3,1%)- que aumenten o bajen la producción, según las decisiones políticas de “ayudar a Chávez” o “atacar a Chávez”? Pero no solo el gobierno de EEUU debería poder mandar sobre la producción, sino también sobre los grandes consumidores, sean estos países, ramas industriales enteras o grandes compañías. ¿EEUU, por caso, ordenó a China (12% del consumo mundial), que moderara el consumo de petróleo desde 2014 porque había llegado el momento de atacar al chavismo? ¿Hizo lo mismo con Japón (6% del total) e India (4%)? ¿Todas estas economías capitalistas actuando al compás de los dictados del “Imperio”, para desplegar la “estrategia contrarrevolucionaria del precio del petróleo”?

A lo que habría que agregar el manejo de las interacciones entre las ramas, ya que lo que es producto de una entra como insumo de otra, dando lugar a una red compleja de efectos sobre precios y cantidades. Tengamos presente que esta red tiene alcance mundial (y está mediada por infinidad de factores, entre ellos los tipos de cambio, las tasas de crecimiento de países, sus estructuras productivas, y similares). Todo esto debería ser dominado por un comando central del Imperio (¿de la CIA?) para desplegar estrategias contrarrevolucionarias de precios, y llevar al fracaso a las revoluciones nacionales y populares, incluso después de haberlas ayudado con asombrosas subas. ¿Qué sentido tiene?

Por otra parte, la actual caída está afectando a grandes compañías, muchas de las cuales enfrentan dificultades para recuperar sus inversiones, o ven disminuidas sus ganancias. Por eso las acciones de Exxon, Shell, Total, Repsol, entre otras, cayeron fuertemente en las últimas semanas. Exxon acaba de informar el ingreso neto más bajo desde 2009; ConocoPhillips reportó su mayor pérdida desde 2008. Chevron también tuvo una fuerte caída en su rentabilidad. Más en general, las inversiones en la industria han caído por unos 200.000 o 250.0000 millones de dólares en 2015, y se esperan bajas de magnitud similar para 2016. Muchos pozos prospectivos en los yacimientos shale de EEUU perderían dinero con el barril por debajo de los US$40 (datos de Bloomberg). ¿Habrán asumido los accionistas de estas empresas la necesidad del “sacrificio patriótico” para acabar con la peligrosísima revolución socialista chavista?

En conclusión

La tesis de Maduro y amigos (muchos marxistas incluidos) da pie a cualquier argumento. De hecho, al ser tautológica, se acomoda a todo tipo de situación. Así, cuando suben los precios del petróleo, la explicación es que “suben porque el imperialismo quiere perjudicar a los importadores”, y cuando bajan se dirá que “bajan porque EEUU quiere perjudicar a los exportadores”. Y lo mismo con todo otro precio. Pero la tesis cumple esta función “todo terreno” al precio de su irrelevancia. Sin embargo, es muy conveniente para los programas de la pequeño burguesía “estatista revolucionaria”, que invariablemente tratan de pasar por alto la constricción objetiva que imponen las relaciones sociales existentes. Y aunque no sea la intención de quienes la formulan, presenta a las grandes empresas con un poder que, en el fondo, no tienen. Es que los grandes capitales no están por fuera y al margen de las generales de la ley económica. Por eso no están a salvo de las contradicciones que atraviesan a todas las unidades del capital. Esto explica por qué las crisis capitalistas constituyen el momento del estallido de contradicciones objetivas, que arrastran a todos por igual (incluidos gigantes como Lehman).

En definitiva, la tesis “precios decididos por el Imperio”, que se pretende “revolucionaria”, impide entender la economía capitalista y su dinámica. Lo más bizarro del asunto es que esta tontería haya sido “comprada” por no poca gente que se llama a sí misma marxista. ¿Qué habrán comprendido de la teoría sobre el fetichismo de la mercancía, el mercado y el valor? ¿O se trata de mero oportunismo político? La cuestión no es menor. La crítica científica a la Economía Política es el basamento de la crítica social más general. No es casual, por eso, que las ideologías nacionalistas burguesas, y estatistas burguesas, sean tan proclives a aceptar tesis como la que criticamos aquí. No hay inocencia en estos asuntos.

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¿Precios contrarrevolucionarios?

Written by rolandoastarita

27/12/2015 a 11:33

35 respuestas

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  1. Rolando,

    He leído atentamente tu nota la cual me parece interesante más allá de que no comparta algunas de tus posiciones.
    Tengo para hacerte tres preguntas:
    1) noto que desmereces o, percibo yo, que comprendes que, al menos en materia económica, no existe injerencia imperialista sobre ninguno de los países semicoloniales. Quisiera conocer tu opinión al respecto.

    2) me llama la atención que pases por arriba, después que mencionas las reservas de Arabia Saudita, el hecho de que esta nación responde claramente a los intereses norteamericanos, entiendo que vos lo sobreentendes o no lo ves así?

    3) comprendo que existan guerras de mercados, lo que no comprendo, desde tu forma de ver, es porque consideras que no hay injerencia al menos de países centrales que manipulan el mercado a futuro y, al mismo tiempo, en países como el nuestro, se aseguran por medio de sus petroleras, imponer el valor de los combustibles a los valores que sean necesarios para reproducir las rentas que sus casas matrices le imponen. Esto no es injerencia?

    Agradezco tu respuesta y aprovecho para saludarte fraternalmente.

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    Gastón Otero

    27/12/2015 at 12:05

    • Es que TODO el marco de análisis dentro del cual desarrollo la nota supone que Arabia Saudita, Venezuela, Argentina, Ecuador, y similares, NO son países coloniales, o semi-coloniales. Sobre esto, aquí, aquí, aquí. Lo cual entonces se articula con la crítica a la tesis de «precios manejados por los monopolios» (tema que he explicado muchas veces en el blog; se puede ver con el buscador del índice del blog). También he desarrollado estas cuestiones en mis libros, «Valor, mercado mundial y globalización» y «Economía política de la dependencia y el subdesarrollo».

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      rolandoastarita

      27/12/2015 at 12:13

    • Agregado: la incidencia de la especulación en los mercados de futuros en los precios es muy limitada. Sobre esto, referido al mercado de cereales (pero es extendible a otros), aquí y aquí.
      La idea de que los movimientos tendenciales de precios obedecen a la especulación en los mercados de derivados es otra forma de negar que esos movimientos son regidos por la ley económica. De ahí la importancia de entender cómo funcionan estos mercados. Desde hace tiempo tengo en preparación una nota en que voy a volver sobre la relación entre derivados y los precios. Este tema hoy es muy importante; es parte de mi crítica a la tesis de la financiarización.

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      rolandoastarita

      27/12/2015 at 12:23

  2. No se mencionó en la nota, pero una de las variables en la guerra de precios es el efecto que ha podido tener en la demanda de EEUU la explotación del petróleo de esquisto.

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    sheshonq10

    27/12/2015 at 12:15

    • En realidad tampoco traté el aumento más general de la producción (siendo el de EEUU el más importante), que acompañó la suba de los precios.

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      rolandoastarita

      27/12/2015 at 12:17

  3. Sr. Rolando Astarita:

    Es erróneo señalar, en efecto, que los precios del petróleo se determinan desde la Casa Blanca. Pero ¿Cómo puede usted explicar que los precios se hayan movido de menos de 20 dólares a casi 100 dólares en menos de 5 años? ¿Obedece únicamente a la «guerra de precios» competitiva?

    Usted no hace una sola mención del mercado de derivados…en donde desde la década 1990, juega un papel muy importante en la determinación de los precios del petróleo, existe evidencia empírica de este fenómeno, un terreno que algunos gustan llamar «apropiación de la plusvalía». Y sí, el mayor volumen negociado de estos papeles financieros está en Wall Street…no en Sao Paulo ni Buenos Aires.

    Tampoco hace mención de la situación económica de EE.UU. imperante a lo largo de 200 y 2005, y el gran giro de los mercados financieros a partir de 2008 (y con ello de los precios del petróleo la primavera de 2009)…en particular a partir de 2014, y la creciente pugna geopolítica con Rusia. Para usted solamente existe la «teoría del valor-trabajo» como la única que explica las fluctuaciones de precios en el mercado petrolero mundial. En fin, creo que sí cumplió su objetivo de vapulear la argumentación de Nicolás Maduro, ojalá pudiera responder a mis inquietudes.

    Saludos.

    ANR.

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    • La nota no busca dar una explicación general de los precios, sino simplemente mostrar que «Es erróneo señalar… que los precios del petróleo se determinan desde la Casa Blanca».
      Si le interesa la relación entre teoría del valor y precios, encontrará muchas notas en el blog. Sobre derivados (futuros) y precios, aquí y aquí.

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      rolandoastarita

      27/12/2015 at 16:52

  4. ¿Y que pasó con el imperialismo, fase superior del capitalismo, de Lenin? Los oligopolios ya no juegan con la oferta, alterando de esta forma los precios?

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    Soil Sciences

    27/12/2015 at 16:11

    • He criticado la tesis de Lenin sobre monopolios en muchas notas. Por ejemplo, aquí, aquí, aquí. También la teoría de Lenin del imperialismo, aquí. También en mis libros.
      Como comprenderá, no puedo repetir todo cada vez que escribo una nota.

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      rolandoastarita

      27/12/2015 at 16:55

    • Agregado: cuando se presentan argumentos con los que no se está de acuerdo, habría que intentar prescindir del «argumento de autoridad» para rebatir lo que no se puede rebatir. En la nota explico por qué la tesis Maduro y amigos es inconsistente. Por supuesto, usted tiene todo el derecho del mundo a demostrarme que mi razonamiento está equivocado. Pero lo que no cuadra en un debate es argumentar con el «qué pasó con el libro de Lenin». Los argumentos deben valer al margen de si concuerdan, o no, con el libro de Lenin. Los libros de los clásicos no son sagradas escrituras. Esto se aplica, por supuesto, también a El Capital. En El Capital Marx insiste en que la competencia opera principalmente por guerras de precios. Si empíricamente viera que hoy no hay guerra de precios en el capitalismo, debería revisar seriamente ese argumento (no es casual que tanto el enfoque de «competencia perfecta», como el de «competencia imperfecta», desconozcan la guerra de precios).

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      rolandoastarita

      27/12/2015 at 17:25

  5. Acá un buen artículo sobre la incidencia de las finanzas en el precio del crudo:

    Haz clic para acceder a palazuelos2008.pdf

    ANR.

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    • No veo que Palazuelos en esta nota logre explicar los movimientos tendenciales de mediano plazo (varios años seguidos en cierta dirección) del precio del petróleo por la acción de los mercados de futuro (contando además que el alza de precios de 2003-8 no fue solo del petróleo, sino de las materias primas de conjunto). La irrupción de agentes no comerciales en los mercados de derivados, aumento de la incertidumbre y riesgo (a los que está conectada la expansión de los derivados) o participación de los hedge funds tampoco da cuenta de por qué esos movimientos de mediano plazo. Hay que explicar el mecanismo por el cual el aumento de las transacciones en futuros (u opciones) deriva en movimientos consistentes del spot durante períodos largos. Por supuesto, la especulación puede llevar al alza un precio durante algún tiempo. Pero para esto tiene que haber acumulación de stocks; cosa que en 2003-8 no se registró, ni con el petróleo, ni con las materias primas.

      Más en general, si el aumento de los derivados explicaba el alza, ¿cómo explica la baja? ¿Ahora todos juegan especulativamente a la baja? Por supuesto, lo mismo se puede aplicar a otras explicaciones, como distorsión de información y falta de transparencia del mercado. Si estos elementos explican el alza 2003-8, ¿cómo explican la baja en 2014-15? De ahí que la parte más interesante y rica de la nota de Palazuelos sea la primera, es la que permite conectar con cuestiones fundamentales, costos de producción, inversión, output y evolución de la demanda.

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      rolandoastarita

      27/12/2015 at 17:17

    • El mercado de derivados de petróleo recién apareció por la década de 1990, y la desregulación en Estados Unidos apenas se efectuó en la década de los 2000.

      Así que si quiere analizar el «mediano plazo», pongamos las décadas de 1960 y 1970, es totalmente imposible, en ese entonces no existían derivados financieros en el mercado petrolero.

      Cuando se pinchó la burbuja hipotecaria, a finales de 2008, también se desplomaron los precios de las materias primas (incluido el petróleo), pero meses después, ya bien arrancado, volvieron a aumentar ¿Por qué? porque en un primer momento los bonos del Tesoro de EE.UU. sirvieron como valor refugio de los inversionistas pero luego, ante la caída de las tasas de interés, se volvieron a volcar hacia las materias primas.

      Ya de 2009 en adelante, con las inyecciones multimillonarias de liquidez de la Reserva Federal, los bancos de inversión siguieron invirtiendo en este tipo de activos…en el meollo claro que está la rentabilidad, pero hay diversos factores que usted no menciona. Es indudable que burbujas de este tipo no pueden sostenerse con inyección monetaria de manera indefinida….

      Ya en 2014, lo que usted tiene es precisamente una tendencia deflacionaria en los países industrializados (por la falta de recuperación en la rentabilidad en general), que se refleja precisamente en la caída de las materias primas, alimentada por supuesto, por la eliminación de los programas QE, y por las amenazas de restringir el crédito de parte de la Reserva Federal (tasa de interés de los fondos federales), y que, apenas en diciembre se concretó la primer alza de tipos después de casi una década.

      Insisto, comparto en que el meollo del asunto está en la rentabilidad (y sus correlatos con niveles de producción, inventarios, etc.), pero usted deja del lado totalmente aspectos decisivos, mismos que considera marginales…el papel de los mercados financieros…

      No veo por qué una cosa tiene que estar peleada con la otra (evaluar el papel de la rentabilidad y las nuevas formas de «apropiación de la plusvalía»). No veo otra más que el deseo de que la «teoría del valor-trabajo» se cumpla de manera pura y por ello, desechar totalmente algunos consideraciones sobre la «financiarización».

      Acá una presentación en PDF, con gráficos, que no tiene desperdicio…en las láminas 16 y 17 se ve claramente cómo influyen los derivados…y sí, hay apuestas a la baja en los últimos meses…ahí están los datos.

      Haz clic para acceder a eia_what_drives_crude_oil_prices.pdf

      ANR.

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    • Primero: cuando hablo de tendencia estoy hablando de movimientos de mediano plazo, del tipo del que se dio entre 2003-8.

      Segundo: una de las explicaciones más extendidas sobre el porqué de la suba 2003-8 es que fue causada por la especulación en futuros. Lamentablemente, no se explicó el mecanismo por el cual el precio del contrato de futuro determinaría el precio del spot. En las notas a las que ya remití analizo el asunto, y planteo, basándome en otros estudios específicos, que no se existe ese mecanismo.

      Tercero: en la nota referida también planteo que la especulación no genera el movimiento de fondo, pero puede acentuarlo. La especulación siempre se monta sobre tendencias. Me gustaría que enviara una crítica específica a los argumentos que presento allí (reitero, aquí y aquí).

      Cuarto: es significativo que los que explicaron la suba del 2003-8 por la especulación en derivados, no hayan podido explicar por esa vía la baja actual.

      Quinto: jamás negué la influencia de la esfera financiera en los precios. Precisamente esta es una de las diferencias que tengo con Shaikh y otros marxistas, por ejemplo, en la explicación del tipo de cambio. Más aún, en la explicación de la crisis 2007-9 he planteado muchas veces que la misma no se puede explicar al margen o por fuera de la especulación (la inmobiliaria en primer lugar). Pero al mismo tiempo he criticado a los que intentan explicarla solo por la especulación. De la misma manera he criticado la tesis de «la suba de las materias primas 2003-8 se debió a la especulación en derivados».

      Sexto: en el anterior comentario me referí específicamente un texto que usted envió. En el mismo no veo que se explique mecanismo alguno por el cual la especulación en futuros pueda dar cuenta de la suba 2003-8. Ahora envía gráficos. ¿Sabe que una correlación (aunque se muestre en un gráfico) no constituye una explicación causal?

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      rolandoastarita

      28/12/2015 at 10:47

  6. Concuerdo con la mayoría de su planteo profesor.
    Aunque me asusta el hecho de que en su sesgo soslaye el hecho de que EE.UU cuando toma decisiones puede tener mucha influencia en la economía de países subdesarrollados no amigos.
    O va a negar lo corrosivo que resulto el Plan Marshall para el gobierno de Peron, ni hablar de las medidas tomadas contra el gobierno de Salvador Allende

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    Beto

    27/12/2015 at 23:25

    • «me asusta el hecho de que en su sesgo soslaye el hecho de que EE.UU.».
      Pregunto: ¿por qué embarra la cancha? La nota polemiza con la tesis que dice que los precios son dictados por el Imperio (o por los monopolios). ¿Dónde niega la nota la influencia de la economía de EEUU, o de las decisiones del gobierno de EEUU sobre la economía mundial? Si la economía estadounidense representa el 20% del PBI mundial (y en los 1950 la proporción era mayor aún), ¿cómo voy a negar su influencia en la economía argentina, o de cualquier otro país? Pero la nota no dice palabra de ello. Cosa que a usted parece importarle muy poco. De alguna manera, hay que desviar el argumento. Para que le quede más claro, repaso: Maduro dice que la baja de los precios del petróleo fue decidida por el Imperio. Todo el pensamiento nacional-popular-marxista aplaude o consiente. Entonces, cuando escribo una nota criticando ESA tesis ESPECÍFICA de Maduro, no se responde el argumento. ¿Para qué? Pues para insinuar que estoy desconociendo la influencia del gobierno de EEUU en la economía mundial (o en la política mundial). ¿No puede discutir el argumento presentado en la nota? Es como si yo le dijera que su comentario niega la influencia de las decisiones del gobierno chino, o de la UE, en la economía mundial (o en Argentina o Chile) porque usted solo se refiere a la influencia de la economía de EEUU. ¿No se da cuenta de que esta manera de «comentar» solo lleva a oscurecer los argumentos en juego? Lamentablemente, su «método» está muy extendido en los intercambios en la izquierda.

      Por otra parte, si quiere discutir mi posición ante la cuestión del imperialismo (versión tesis leninistas, que son el patrimonio de casi toda la izquierda) tiene a su disposición las notas específicas en el blog (o lo escrito en mis libros) para opinar sobre ellas.

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      rolandoastarita

      28/12/2015 at 08:56

  7. Qué formidable artículo profesor Astarita: resulta que ahora los gobiernos de tendencia progresista en América latina, que llenó la boca de muchos teóricos de la izquierda, ven en los vaivenes propios de le economía capitalista mundial la conjura que ayuda a desplazarlos del poder.
    Debían preguntarse porque no hicieron los deberes contra el capitalismo, por qué dejaron intactas las estructuras del poder económico de las clases dominantes, porque no transformaron el estado capitalista.
    Son profesor unas izquierdas trasnochadas, somnolientas que han prendido muy pero muy poco del capitalismo.
    La pregunta que hacemos desde los pueblos es cuando llegará alguien que quiera contrastar y enfrentar el capitalismo, porque tal parece profesor que el fin de todas las luchas es el acceso a la riqueza capitalista, y no digo que no debamos luchar por mejorar la situación inmediata de los pueblos, pero hay también que paralelo a ello cuestionar los fundamentos de dicha riqueza.
    Gracias por su inestimable artículo a esa izquierda engreída y balbuceante que no merece nuestro apoyo ni consideración, ¡saldrán otros del pueblo que nos conduzcan a la verdadera liberación!

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    Alden

    28/12/2015 at 15:14

  8. Sr Ariel Noyola
    Me parece muy bien sus disquisiciones teóricas del asunto tratado por el profesor Astarita, pero creo que lo fundamental es, que los gobiernos de izquierda latinoamericanos (¡y lo de izquierda con muchas reservas!) están cayendo, y caerán uno detrás de otro, porque no dejaron de ser capitalistas, quisieron administra el capitalismo, y éste no se administra, éste se enfrenta, se combate y se transforma, ¡eso es lo fundamental que trasmite el artículo del compañero profesor Astarita!; por favor usted Sr Noyola que tan buenos análisis es capaz de producir vaya a la esencia, no se pierda en el bosque, obsesionándose por los árboles de la economía.
    Hay que ir por otro sistema que NO se ve por ninguna parte; Lula y sucesora se jactaron de estar al frente de un país (Brasil) que no deja de ser un país subimperialista; y además, como parte de un gobierno, cuyo partido principal que lo apoya está carcomido por la corrupción hasta el tuétano; muchos están en los tribunales o camino de la cárcel, mientras las favelas siguen sin dejar de ser favelas y los Sin Tierra siguen sin tierra, eso sí muchos con algunas bolsas llenas en plan regalo, ¡asistencialismo puro!, veremos ahora cuando la situación de la hacienda se haga tensa qué ocurre; así que no venga Maduro echando la culpa al imperio de la situación económica de Venezuela (el imperialismo americano es responsable de muchas cosas en Venezuela, no lo soslayamos, pero Maduro y toda una cohorte de funcionarios que se dicen chavistas también), llevan en el poder 16 años, con una revolución autoproclamada socialista a medio camino y, o te enfrentas al capitalismo y derrotas a la burguesía o ella hiberna y viene por ti después, eso es lo que esta ocurriendo en Venezuela y ocurrirá en otras partes. El capitalismo lo mueve la incesante acumulación de capital, lo demás le importa muy poco, siempre que el capital se multiplique, crezca y acumule no hay problemas, los capitalistas en ese caso estarán satisfechos de hacer negocios, da lo mismo que sea en Cuba, cuya economía por haber estado parcialmente proscrita de la economía capitalista mundial durante medio siglo, ofrece posibilidades de inversión jugosas dada su virginidad, que en Angola o Nueva Zelanda; el capital no tiene patria, tiene intereses económicos, y cuando una zona geográfica deja de ofrecer la ventaja comparativa que pudo tener, es abandonada a su suerte. Así que los gobiernos de signo asistencialista latinoamericanos, que se dejen de llorar y buscar culpables a algo, de lo que ellos son sus principales culpables por no haber transformado las relaciones capitalistas de producción.
    Así que VIVA el artículo del compañero Astarita.

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    Diosdado Rojas Ferro

    28/12/2015 at 16:01

  9. Si ahora hablaramos de los precios en general, podría decirse que éstos se regulan sobre bases caóticas que todo el tiempo están fluctuando y cambiando en los mercados, pero en ese choque, generan una -llamemosle- «dialéctica» que suele ser la misma por ende que se prevee que puede pasar. Perdon por mi ignorancia si esto es muy desacertado pero ¿los precios se manejan por casualidades y es imposible pensar en la actualidad que algún gobierno «meta la mano» en el asunto?

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    Franco Vanni

    28/12/2015 at 16:31

  10. ¿En la actualidad es imposible pensar que los precios son «manejados»? Éstos dependen de una multiplicidad de factores que se rigen de forma inherente a los grandes monopolios, ya que existen demasiados monopolios como para uno manejase a los demás. Esto es lo que me queda del articulo si se habla de los precios en si. Desde ya muchas gracias por corregirme si me equivoque.

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    Franco Vanni

    28/12/2015 at 16:36

  11. Rolando,
    Muy interesante la nota. Pero sin negar la teoría del valor controlar el mercado es controlar parte del proceso de valoración, por lo menos, en el corto plazo. En la nota señala la experiencia de la OPEP, más allá de lo comentado, lo cierto es que el precio del petroleo subió considerablemente por más que ciertos países (como señala la nota: Venezuela) hayan aumentado su producción. Me parece que no hay que confundir entre controlar el proceso del valor y, otra cosa muy distinta, suponer que ciertos grupos pueden controlar los precios de manera arbitraria por fuera de la teoría del valor.

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    blabla

    28/12/2015 at 16:46

    • Cuando se habla de poder monopólico sobre el mercado se habla de un poder capaz de establecer un precio por fuera de toda determinación vinculada con los tiempos de trabajo y los precios de producción. Esta es la columna vertebral teórica de la crítica de Marx a la Economía Política. Pero la teoría de Marx NO niega que ALGUNA empresa pueda establecer un control monopólico sobre ALGÚN mercado PARTICULAR. Esos casos PARTICULARES siempre existieron en algún ámbito. Por cierto, eran más numerosos en el siglo XIX, cuando escribía Marx, que en la actualidad (como muy bien han planteado Dumenil y Levy). Por otra parte, la teoría del valor trabajo NO niega que las empresas intentan regular la producción frente a las oscilaciones de los precios, la demanda, la situación de la competencia, etcétera. Esto es parte integral de la competencia, y es un elemento fundamental del argumento de la nota.

      Por eso, lo que se afirma en la nota es que las evoluciones del precio del petróleo NO se explican por control monopólico del mercado. Comprendo que ESTA afirmación va directamente en contra de toda la teoría nacional-marxista y nacional-populista, y por eso genera tantas resistencias. No es casual que los «marxistas nacionales» no digan palabra sobre la tesis de Maduro y sus amigos. Pero por favor, discuta con el argumento de la nota. En la misma se afirma que, en el caso del petróleo, los «grupos» NO pueden controlar los precios «de manera arbitraria por fuera de la teoría del valor». O sea, la nota afirma que hay competencia y guerras de precios. Supuestos estos que NO puede admitir la tesis «los precios son manejados de manera arbitraria por fuera de la teoría del valor».
      ESTE es el meollo de las diferencias que tengo con la tesis de Maduro y del «nacional-marxismo» sobre los precios (tesis que, por lo que veo, usted comparte). Trate entonces de discutir el argumento que se presenta en la nota.

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      rolandoastarita

      28/12/2015 at 17:17

  12. Astarita nos sigue desvelando a todos con su nuevo ataque a la izquierda mundial. En esta nueva edición de su odio a la izquierda, argumenta sobre una supuesta «tesis de los precios fijados a discreción por el imperialismo»… Claro que para probar y demostrar semejante calumnia a la izqueirda, el blogero tuvo que inventar un término muy preciso «fijación a discreción del precio»….

    Le recuerdo Astarita que EEUU no tiene por qué determinar un precio «a dedo» y en ningún momento esto fue tesis central de la izquerda. Esas son las palabras que Usted utiliza para difamar a la izquierda a partir de un discurso de maduro completamente descontextualizado.

    Pero vamos a lo interesante, que Astarita intenta ocultar. EEUU no establece a discreción los precios del petróleo pero sí realiza maniobras políticas para afectar la oferta de petróleo según le favorezca a sus intereses geoestratégicos. Altera la cantidad, no los precios, muy difícil de entender? Durante los años 80 Saddam Hussein intentó industrializar Irak a partir de un aumento sustancial de la producción petrolera, que iba a ser usada para uso doméstico y para exportación simultáneamente. Esto se realizó con inversiones provenientes de la Unión Soviética con el fin de fortalecer al Estado Irakí, bajar el precio del petróleo para el tercer mundo, y debilitar a los fundamentalismos religiosos de Oriente Medio financiados por la CIA. La consecuencia fue una baja sustancial de los precios del petróleo.

    EEUU responde a esta estrategia con sus dos guerras de Irak, la primera del «Golfo Pérsico» y la segunda que todos conocemos «la guerra contra el terrorismo» de 2003. El objetivo principal de las Fuerzas Armadas de la OTAN fue capturar los pozos de petróleo, destruirlos y forzar una suba del precio del petróleo. Lógicamente, esta suba benefició a Chávez y a Putin, pero para EEUU esto era un problema de orden menor ya que el plan principal en los 90 era limitar el crecimiento mundial del tercer mundo racionando el petróleo. Las campañas militares de EEUU apoyando a ISIS hoy, tienen que ver justamente con ahogar de petróleo los mercados mundiales para ocuparse del asunto «putin» y sacarle a Rusia su arma geopolítica más preciada.

    Lamento Astarita desnudar una vez su farsa disfrazada de «teoría de valor a lo marx» como usted gusta llamar.

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    José Acero

    28/12/2015 at 17:00

    • «Astarita nos sigue desvelando a todos con su nuevo ataque a la izquierda mundial». «esta nueva edición de su odio a la izquierda». «semejante calumnia a la izqueirda». «Lamento Astarita desnudar una vez su farsa disfrazada de “teoría de valor a lo marx”.

      Lo noto alterado. ¿Por qué no se tranquiliza y presenta algún argumento razonado? Para ayudarlo, vuelvo a citar lo que dijo Maduro: «Las fuerzas imperialistas mundiales… con la manipulación de los mercados, ponen el precio”. Es la afirmación criticada en la nota.

      Sobre lo de Irak y el petróleo, no hace al centro de la nota, pero de todas maneras lo que usted dice es un disparate. La salida de Irak del mercado mundial jamás pudo ser la causa de la suba del precio del petróleo entre 2003-8. ¿No serán los nervios los que le hacen escribir semejante tontería?

      En relación a Irak, imperialismo y petróleo, reproduzco una respuesta que di hace ya tiempo en esta sección de Comentarios:

      «En 2008 Stiglitz y Bilmes calcularon que la guerra de Irak ya había costado más que lo que habían costado los 12 años de guerra en Vietnam; y esto sin incluir los costos de largo plazo (por ejemplo, heridos y pensiones de guerra). Antes de la guerra Paul Wolfowitz, el segundo del secretario de Defensa, Rumsfeld, había calculado que la guerra se iba a pagar con los incrementos de las entradas por el petróleo. En 2008 EEUU llevaba consumidos en la guerra 850.000 millones de dólares, pero el costo total Stiglitz lo calculaba, conservadoramente, en 3 billones de dólares. El libro que escribió con Bilmes tenía ese título, “la guerra de los 3 billones” (no lo leí). Algunos estimaron el costo hasta en 5 billones. La Oficina presupuestaria del Congreso la ubicó entre 1 y 2 billones.

      Bien, el hecho es que no hay forma de sostener que una guerra que costó estas cifras siderales haya sido rentable. Hagamos un cálculo sencillo. Hoy la capacidad de producción diaria de Irak es de 3 millones de barriles por día; esto luego de haber caído durante varios años a 2 millones diarios. Pues bien, supongamos que produzca a plena capacidad actual, de 3 millones. Supongamos un precio de 100 dólares el barril (que no lo estuvo siempre, en estos años). Supongamos también que todo el ingreso proveniente de esa producción fueran ganancias; o sea, no hay costos de extracción, exploración, etc. Supongamos también que todas esas ganancias cayeran en las empresas de EEUU (o sea, que el gobierno iraquí no reciba regalías). Con todos estos supuestos “heroicos”, se necesitarían más de 27 años de producción para llegar a los 3 billones de dólares (que es el cálculo de Stiglitz) que costó la guerra.

      Pero además, la realidad es que el gobierno de Irak no dio en exclusividad la explotación del petróleo a las empresas de EEUU (o de Inglaterra). También obtuvieron contratos empresas de países que no participaron de la invasión: Total de Francia; Lukoil de Rusia y CNCP de China. Lukoil, por ejemplo, en 2009 ganó un contrato para explotar un campo que representa el 10% de la producción total del país. Se puede decir, sin embargo, que Lukoil luego contrató con empresas de EEUU para proveerse de equipos; algunas de esas empresas muy vinculadas a Bush y a su vicepresidente, Cheney. Pero de todas maneras el asunto no fue tan lineal. Agreguemos que Lukoil debía hacer fuertes inversiones para elevar la producción del campo que había obtenido. Otras empresas occidentales se encuentran con el mismo problema; los abogados de las empresa y muchos analistas se quejan de que las ganancias son bajas, debido a las inversiones y reglamentaciones. Seguramente en esto hay mucha propaganda de estos abogados del capital; pero de todas formas, todo indica que el negocio no fue tan “redondo”. En cualquier caso, estamos muy lejos de tener ganancias para EEUU (e Inglaterra) de 3 billones de dólares (= al costo de la guerra).
      Agrego ahora otro elemento para el análisis, que va en el mismo sentido de la nota “Imperialismo, Irak y Afganistán”: Exxon (la petrolera yanqui más grande) acaba de ser excluida de la posibilidad de presentar ofertas para la explotación en Irak porque entró en tratos con los kurdos.

      Mi hipótesis, que la presenté de manera desarrollada en “Valor, mercado mundial y globalización”, es que la guerra respondió a un interés más general del capital, que tiene que ver con asegurarse al planeta como campo de explotación del trabajo».

      Por último, un consejo: a) el odio es un mal consejero; b) la ignorancia es una mala consejera. Y tenga en cuenta que (a) y (b), juntas, no se suman, sino se multiplican. ¿Le ayudo en algo?

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      rolandoastarita

      28/12/2015 at 17:40

    • Agregado: es natural que José Acero exprese su odio hacia mi persona y mis posiciones. En un anterior «Comentario», del 7/10/15 nos dijo que su inspiración es nada menos que Stalin. El hombre admira a los «gobiernos populares elegidos democráticamente que se oponen al capital financiero» (por favor, no preguntar por los lazos de muchos de esos gobiernos con los paraísos fiscales), y nos instruye acerca de cómo la Patria Grande es «la unión de la clase obrera que está combatiendo a… la burguesía financiera que financia a los ejércitos imperialistas» (¿será por eso que Chávez y Maduro pagaron religiosamente la deuda externa?).

      Después de explicarnos que «el escenario político que se vive hoy es muy similar al que se vivía antes de la Segunda Guerra» (¿alguien puede parar la diarrea de disparate? ¿O es natural en nuestro hombre?), nos dice que hay «sólo dos cosas para elegir, la patria obrera (Stalin) o el fascismo (burguesía internacional)».

      Como dije en el anterior comentario: odio e ignorancia, juntas, se multiplican. Y dan por resultado estos adefesios intelectuales.

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      rolandoastarita

      28/12/2015 at 18:02

    • En ningún momento afirmé que la guerra se hizo por plata. Eso lo metió usted en discusión y no tiene nada que ver. La guerra se hizo con fines geoestratégicos, los mismos objetivos que se buscaron cuando se eliminó a chavez y a kirchner y se sigue desestabilizando al gobierno de Maduro. Usted sigue negando la existencia del imperialismo y crea el fantasma de la burocracia para poder justificar sus puntos de vista neoliberales.

      Su actividad política es solamente propagandística. Inventa un chivo expiatorio como los nazis inventaron a los judios. Usted inventa a la burocracia stalinista cuando en realidad esa burocracia tiene muy poco poder frente a los grandes grupos económicos que son quienes gobiernan. Sin embargo, su hábil jugada es la de presentar a los gigantes grupos económicos como pobres capitalistas en competencia perpetua y «sujetos a las leyes del valor a lo marx» como usted gusta llamar, mientras que a los burócratas los presenta como la más pura explotación salvaje.

      En fin, me alegro de tener diarrea ideológica como usted dice, por lo menos tengo muy en claro de qué lado estoy y con qué argumentos me defiendo. No tengo que pedirle argumentos prestados a Ann Krueger.

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      José Acero

      29/12/2015 at 15:21

    • «su hábil jugada es la de presentar a los gigantes grupos económicos como pobres capitalistas en competencia perpetua y “sujetos a las leyes del valor a lo marx
      La ignorancia a veces no tiene límites; es, sencillamente, insondable.

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      rolandoastarita

      29/12/2015 at 15:26

  13. Más interesante que discutir si lo que dice maduro es cierto o no, es qué hacer o qué habría que hacer para resolver el problema que el tipo está presentando. Por ejemplo, si vos vendes un producto que te lo pagan bajo, deberías venderlo menos o no venderlo más. ¿no tenés plata? entonces vendé otros productos. ¿no tenes otros productos, porque no diversificaste tu economia mientras pudiste? sonaste. Agachá la cabeza, y empezá ahora (nunca es tarde) a hacerlo. Y ya que estás, hacelo con dirección y control popular real del pueblo, no de burócratas y dirigentes corruptos, así de paso en la próximas elecciones no sacás 30% de los votos y si sacás 85%…

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    Ezequiel

    29/12/2015 at 11:10

  14. Compañero profesor Rolando Astarita quisiera dar mi modesta opinión sobre los precios en el capitalismo.
    El capitalismo no es una economía de libre mercado absoluta, sino parcial, el mercado libre no existe ni puede existir en el capitalismo porque sino no hubiesen ganancias, de la misma forma y por el mismo motivo tampoco puede existir el capitalismo bajo las reglas de un monopolio absoluto. La libertad de mercado en el capitalismo debe entenderse como la facultad de que tienen los sujetos económicos (los capitalistas) para romper una situación monopólica, penetrar en ella dada las ganancias sustanciales que ella provoca y atrae capitales hacia ella, pero solo con el objetivo de una vez roto dicho monopolio crear otro nuevo. La historia del capitalismo es la sucesión pudiéramos decir de una serie de monopolios en el tiempo y el espacio.
    Una economía-mundo capitalista es una colección de muchas instituciones, cuya combinación da cuenta de sus procesos, todos los cuales están interrelacionados entre sí, y una de esas instituciones básicas es el mercado, o mejor dicho, los mercados, pero y cito al compañero profesor Immanuel Wallerstein: “…el mercado absolutamente libre funciona como una ideología, un mito y una influencia restrictiva, pero nunca como una realidad cotidiana. Una de las razones por las que un mercado totalmente libre no es una realidad cotidiana, si es que alguna vez fuera a existir, es que volvería imposible la acumulación incesante de capital. Esto puede parecer una paradoja, porque es cierto que el capitalismo no puede funcionar sin mercados, y también es cierto que los capitalistas dicen con regularidad que están a favor del libre mercado. Pero los capitalistas necesitan, de hecho, mercados no completamente libres sino mercados parcialmente libres… Lo que los vendedores prefieren siempre es un monopolio, porque entonces pueden crear un amplio margen relativo entre los costos de producción y los precios de venta, y por lo tanto obtener grandes porcentajes de ganancia. Por supuesto, los monopolios perfectos son extremadamente difíciles de crear, e infrecuentes, pero los cuasimonopolios no lo son” (la cita esta en el libro de Immanuel Wallerstein “Análisis de sistemas-mundo. Una introducción”.
    En cuanto al tema que trata el compañero profesor Astarita muy bueno, y la frase que ha tomado del presidente Maduro muy buena también. La izquierda latinoamericana hace una década y media alguien dijo en España que por los éxitos de esa izquierda “latinoamérica era la región del mundo que más se movía”, hoy ya todo el mundo sabe que lo que se movieron fueron los precios de las materias primas que exportaba la región, ese fue el secreto de tanto éxito posterior, que al acabarse las vacas gordas comenzaron las flacas, ¡ojalá esta sea la última vez que la izquierda, esa fuerza que teóricamente esta destinada a liberarnos aprenda que los pueblos no necesitamos movimientos pendulares!.
    Al profesor compañero Rolando Astarita un abrazo fraterno desde España.

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    Rodolfo Crespo

    29/12/2015 at 12:45

  15. El argumento de Maduro se caía de maduro. No es más que el recurso trillado a la teoría del ‘Complot’ en este caso contra la Venezuela ‘revolucionaria’.
    Incluso desde el punto de vista geopolítico, Venezuela no representó la prioridad de las últimas décadas en la inteligencia norteamericana.
    La potencial baja en el precio del oro negro venía siendo prevista desde 2005 como consecuencia de un posible enfriamiento de la economía que arrastraría la caída de la demanda China y Europea.
    Todos los analistas medianamente informados imputan la caída en el precio del petroleo a la recuperación en capacidad de autoabastecimiento de los EEUU por aumento de la inversión tecnológica especialmente en lo vinculado al petroleo de esquisto, la caída en la demanda mundial y la guerra de divisas, así como la guerra de precios desatada por las ‘Grandes’ contra los países de la OPEP para asegurar el mantenimiento de las cuotas de mercado. Competencia Oligopólica. Competencia al fin.
    Es posible que Maduro esté invocando a destiempo y en diferentes condiciones la ‘contraofensiva petrolera’ de los EEUU contra la URSS en 1986. Un acuerdo con Arabia Saudita y los Emiratos para aumentar la cuota de extracción a los efectos de forzar a la URSS a un pico de extracción y hacerla quebrar restándole la demanda de los países satélites, vitales para sus finanzas. Cosa que, finalmente, parece haber ocurrido contribuyendo a su crisis terminal.
    El de Venezuela, con su ‘Socialismo del siglo xxi’ no parecer ser el caso.

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    AP

    29/12/2015 at 19:19

  16. En Venezuela tambièn se habla mucho de que la escasez es artificial y provocada por la propia burguesìa venezolana en un intento de desestabilizaciòn (como ocurrio en su dia con Allende), de hecho tanto la bajada de los precios petroleros como la escasez se atribuyen en conjunto a una guerra econòmica. Imagino wue no concuerdas Rolando. A que se debe en tu opiniòn la escasez de productos?

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    David

    30/12/2015 at 10:10

    • Sí, es claro que la burguesía no invierte y fuga capitales todo lo que puede. Por eso no se puede hacer una «revolución» que no sea «ni chicha ni limonada», como reza el dicho. De ahí la importancia de analizar el contenido social de este capitalismo de Estado en descomposición, dirigido por burócratas y lumpenes burgueses.

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      rolandoastarita

      30/12/2015 at 10:37

  17. Por eso el Che decía bien que era revolución socialista o caricatura de revolución. El monigote de la caricatura venezolana es Maduro.

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    Lucas

    30/12/2015 at 11:11

  18. ¡Cómo le molesta la verdad a la izquierda no-marxista! Les faltó decir que este artículo es funcional a la derecha o al imperialismo yanqui y cartón lleno.

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    Danilo Castelli

    03/01/2016 at 16:09

  19. Rolando Astarita NO ES LENINISTA. No intenten buscar un analisis leninista en Astarita, porque incluso es antileninista. En resumidas cuentas, no pregunten boludeces.

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    julian

    13/01/2016 at 07:59


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